Logo Studenta

Técnicas de Imagem em Ginecologia

¡Este material tiene más páginas!

Vista previa del material en texto

1© EDITORIAL MÉDICA PANAMERICANA Máster de Formación Permanente en Ginecología
A. M. Herrera Muñoz
6Técnicas de imagen no ecográficas aplicadas al estudio 
del aparato reproductor femenino y de la mama
OBJETIVOS DE APRENDIZAJE
• Conocer las técnicas de imagen, al margen de los ultrasonidos, aplicables al estudio del aparato genital femenino y la 
mama.
• Comprender los diferentes mecanismos de acción de las técnicas de imagen.
• Profundizar en sus principales características y potencial aplicabilidad en las diferentes patologías ginecológicas.
• Decidir la idoneidad de cada técnica en las diferentes patologías ginecológicas, tanto benignas como malignas.
INTRODUCCIÓN 
El estudio del aparato genital femenino se centra, fundamen-
talmente, en el empleo de ultrasonidos, ya que se trata de una 
herramienta sensible, de fácil acceso, segura y costo efectiva. 
En la mama, por el contrario, el ultrasonido pierde ese papel 
principal y lo comparte con la mamografía, quedando rele-
gado tan solo como prueba inicial en aquellas pacientes de 
menos de 35 años. 
Sin embargo, a pesar de que la ecografía (transvaginal o 
rectal) ha de ser considerada como técnica de elección para el 
estudio inicial del aparato reproductor femenino, existen otras 
técnicas de imagen que van a permitir realizar diagnósticos 
diferenciales, evaluar lesiones que no son totalmente caracteri-
zables por ultrasonidos, conocer el compromiso extrapelviano 
de neoplasias malignas y estadificar neoplasias pélvicas, entre 
otras aplicaciones. 
Es importante conocer las ventajas y limitaciones de cada 
técnica de imagen, así como su disponibilidad, riesgos, costes 
y rendimiento (sensibilidad y especificidad). 
Las pruebas complementarias a la ecografía en el estudio 
del aparato genital femenino son la tomografía computarizada 
(TC) y la resonancia magnética (RM), ambas tienen un papel 
diagnóstico muy similar al de la ecografía (especialmente en la 
patología benigna aguda), y pueden complementar, ampliar o, 
incluso, sustituir a la ecografía transvaginal en algunas patolo-
gías o ante determinadas condiciones físicas de las pacientes. Sin 
embargo, a pesar de que constituyen pruebas con una magnífica 
capacidad de resolución, así como de orientación espacial, este 
papel complementario se debe a una serie de desventajas prác-
ticas que presentan y que se resumen a continuación:
• Poca disponibilidad (dependiendo de los centros asisten-
ciales).
• Mayor coste.
• Pueden requerir una preparación previa, así como del uso 
de medios de contraste.
• Riesgos: asociados a los medios de contraste, así como a 
radiaciones ionizantes.
• Resultados diferidos.
En la mama, se va a utilizar la mamografía como método 
de screening (cribado) del cáncer mamario, y la ecografía va a 
quedar relegada a un papel complementario en caso de duda 
diagnóstica ante imágenes con bajo riesgo de malignidad y 
en mujeres con una elevada densidad mamaria. 
No obstante, la ecografía puede ser empleada como prueba 
de imagen inicial en mujeres por debajo de los 35 años, debido 
precisamente a que las mamas en este rango de edad son par-
ticularmente densas y la mamografía no va a ser concluyente. 
La RM mamaria se trata de otra prueba complementaria 
que sirve para caracterizar mejor la naturaleza de las lesiones 
mamarias detectadas por mamografía o ecografía (benigna 
o maligna) y, así, evaluar otras lesiones satélites no vistas en 
las pruebas iniciales de screening que ayuden a adoptar la 
conducta terapéutica más adecuada. 
! Las pruebas de imagen constituyen un elemento de 
apoyo para establecer una sospecha diagnóstica, la cual 
ha de estar sustentada siempre en una buena anam-
nesis y una adecuada exploración física. 
! En el estudio del aparato genital femenino, la ecogra-
fía transvaginal constituye el estándar de oro, dada su 
accesibilidad y seguridad, así como su elevada sensibi-
lidad, mientras que la TC y la RM van a ser empleadas 
solo en caso de duda diagnóstica, compromiso extrapel-
viano y en el estadiaje y recidiva de neoplasias malignas.
2 MÓDULO II • Abordaje clínico
© EDITORIAL MÉDICA PANAMERICANA Máster de Formación Permanente en Ginecología
TÉCNICAS DE IMAGEN EMPLEADAS EN EL ESTUDIO 
DEL APARATO GENITAL FEMENINO
A continuación, se describen las principales técnicas de ima-
gen empleadas en el estudio del aparato genital femenino y 
la mama, comentando su mecanismo de acción, las princi-
pales indicaciones y la patología ginecológica en la que están 
indicadas. 
La tomografía computarizada
La TC, también conocida como «escáner», es una fuente 
motorizada de rayos X (radiación electromagnética con 
mayor energía que la luz, capaz de atravesar los cuerpos 
generando sombras, que dependen de la cantidad de ener-
gía absorbida por cada materia), que gira alrededor de una 
abertura en forma de rosca denominada gantry. El paciente 
permanece tumbado bocarriba en la cama, que se mueve 
lentamente a través del gantry, mientras que el tubo de rayos 
X gira alrededor del paciente, disparando haces de rayos X 
a través del cuerpo. 
Los rayos X que salen del paciente son captados por detec-
tores digitales situados enfrente de la fuente de rayos X y son 
transmitidos a un ordenador. Este genera imágenes bidimen-
sionales en forma de cortes con grosores de tejido que oscilan 
entre 1 y 10 mm. Se pueden mostrar los cortes de forma 
individual o apilados, generando una imagen tridimensional 
(3D) del individuo, lo cual ofrece grandes ventajas a la hora 
de localizar exactamente el lugar donde puede estar situada 
una lesión (Fig. 6-1). 
Los escáneres de TC empleados hoy día en la mayoría de los 
centros asistenciales se denominan tomografía computarizada 
multidetector. Estos escáneres presentan mayor número de 
detectores que los aparatos de TC clásicos iniciales, y cuentan 
con procesadores mucho más actualizados y potentes que 
permiten la obtención de imágenes de forma mucho más 
rápida y en menos tiempo, con mejor resolución espacial 
(reconstrucción multiplanar), lo que conlleva a la obtención 
de mayor número de imágenes, con más calidad y aplicando 
menor cantidad de radiación. 
El empleo de la TC en ginecología requiere, habitualmente, 
el uso de contraste intravenoso para realizar una mejor apro-
ximación diagnóstica, teniendo en cuenta la vascularización y 
el realce de los diferentes tejidos, así como la lesión a estudiar. 
Se emplean contrastes yodados que tienen el inconveniente de 
ser nefrotóxicos y que pueden producir reacciones adversas, 
siendo estas más frecuentes en los siguientes 15-20 minutos 
tras la administración del contraste. 
Los contrastes yodados más empleados son los monómeros no 
iónicos, los cuales presentan las ventajas de tener menos osmo-
laridad y presentar menos reacciones adversas que los iónicos 
(más nefrotóxicos). 
El estudio se realiza en la fase portal, es decir, cuando el 
contraste ha llegado por vía portal y persiste por vía arterial, 
permitiendo visualizar el árbol vascular de la zona abdominal 
y pélvica. Esta fase solo es visible entre 60 y 80 segundos tras 
la administración del contraste, por lo que el estudio deberá 
ser realizado en este tiempo. 
El empleo de la TC también puede requerir, en ocasiones, el 
empleo de contrastes vía oral para distinguir mejor las estructuras 
digestivas, lo cual depende del grado de urgencia que requiera la 
prueba, así como de la experiencia del propio radiólogo. 
Los contrastes más empleados en la TC son el sulfato de 
bario (llamado contraste positivo, porque permite ver el tubo 
digestivo en un tono más blanco, hiperdenso) y el agua, que 
hace que el aparato digestivo se vea en una tonalidad gris más 
oscura o negro (contraste neutro o negativo). 
A continuación, se dan las principales indicaciones para 
realizar una TC en ginecología.
Evaluación o diagnóstico de patología pélvica urgente
En el diagnóstico de patología ginecológica urgente, espe-
cialmente la relacionada con patología anexial (tubárica 
u ovárica), la ecografíava a aportar un diagnóstico más 
próximo y certero. Sin embargo, ante casos de diagnóstico 
incierto o donde no se pueda descartar un origen diges-
tivo de la lesión (suelen ser casos donde existe una masa o 
plastrón de difícil determinación, donde puede coexistir 
una infección/inflamación, adherencias o coágulos), la TC 
puede aproximar tanto el origen como la extensión pélvica 
de la lesión. 
En los casos de quistes hemorrágicos (tanto cuerpos lúteos 
como folículos), así como en embarazos ectópicos, la ecografía 
en manos expertas presenta una mejor sensibilidad y especi-
ficidad para el diagnóstico que la TC. En estos casos, la TC 
se va a limitar a dar información de una lesión unilocular o 
multilocular, con diferentes niveles de líquido-líquido y con 
la presencia, asociada o no, de hemoperitoneo. Figura 6-1. Máquina de tomografía computarizada.
! La principal limitación del TC es la escasa caracteri-
zación tisular, es decir, los criterios morforradiológi-
cos son insuficientes para caracterizar una lesión como 
benigna o maligna, así como para diferenciar la fibrosis 
posquirúrgica/posradioterapia de las recidivas en las 
masas residuales. 
3TEMA 6 • Técnicas de imagen no ecográficas aplicadas al estudio del aparato reproductor femenino y de la mama
© EDITORIAL MÉDICA PANAMERICANA Máster de Formación Permanente en Ginecología
La enfermedad pélvica inflamatoria (EPI) puede dar muchos 
cuadros clínicos y de imagen diferentes en forma de endome-
tritis, salpingitis, absceso tuboovárico y/o pelviperitonitis. La 
TC puede ayudar a la caracterización de una lesión anexial 
de posible origen infeccioso/inflamatorio, mostrando lesiones 
hipodensas, serpiginosas y de paredes engrosadas que realzan 
con contraste en la periferia, trabeculación grasa, además de 
localizar abscesos pélvicos y de origen extraginecológico, así 
como definir signos de peritonitis localizada o difusa; pero no 
aporta mayor eficacia diagnóstica a la ecografía en casos agu-
dos. Sí que puede aportar información en casos de evolución 
subaguda o en el diagnóstico diferencial de otros cuadros no 
ginecológicos de naturaleza infecciosa/inflamatoria, que pueden 
confundirse con una EPI, tales como un plastrón apendicular, 
diverticulitis o peritonitis de origen no ginecológico (Fig. 6-2). 
En el caso de la torsión anexial, la cual ocurre cuando el 
ovario rota sobre su pedículo vascular comprometiendo el 
flujo sanguíneo a dicho ovario, se va a visualizar una masa 
anexial en el 50-70 % de los casos, cuyas características eco-
gráficas van a depender del tiempo de evolución. La causa 
secundaria es la más frecuente, asociada a tumoración ovárica, 
sobre todo a teratomas. 
La TC, en estos casos, va a aportar hallazgos inespecíficos, 
como un ovario aumentado de tamaño por el edema y la 
congestión vascular, que se suele colocar de forma craneal al 
útero y con los folículos situados en la periferia, así como una 
desviación del útero hacia el lado patológico y algo de líquido 
libre en el saco de Douglas. 
Sin embargo, en casos donde existe una gran distorsión de 
la anatomía por una masa anexial, que desplaza en la zona 
cefálica los órganos pélvicos, alejándolos de la visión de la eco-
grafía transvaginal, la TC puede ser útil si muestra congestión 
del mesoovario torcido y remolino vascular (whirlpool), con 
un diagnóstico cierto de esta patología (Fig. 6-3). 
La TC también es de utilidad en el caso de sospecha de 
teratomas complicados con rotura, identificando signos 
específicos de peritonitis química, como lóculos nodulares 
de aspecto graso distribuidos por la cavidad peritoneal. 
Estudio de extensión de neoplasias ginecológicas
El estadiaje de los cánceres ginecológicos (cérvix, mama, endo-
metrio, ovario y vulva) es un proceso fundamental a la hora 
de decidir el plan terapéutico de cada paciente. La extensión 
locorregional, así como la afectación a distancia (metástasis 
en ganglios y afectación de otros órganos), van a predecir el 
pronóstico clínico y la supervivencia de las pacientes, así como 
el abordaje terapéutico. 
Antes de planificar una cirugía es preciso conocer exacta-
mente qué extensión presenta el cáncer, es fundamental para 
decidir el abordaje, el tipo de cirugía, y considerar si es mejor 
un tratamiento prequirúrgico (por ejemplo, quimioterapia 
neoadyuvante) o incluso si es inoperable y hay que dar un 
tratamiento paliativo. 
Las diferentes técnicas que se emplean para el estudio de 
extensión y estadiaje del cáncer son los ultrasonidos, la TC, 
la RM y la tomografía por emisión de positrones (PET)-TC. 
Todas estas técnicas se pueden emplear para el estudio de 
Figura 6-3. Torsión ovárica en tomografía computarizada. En la región 
craneal y anterior al útero y la vejiga y ligeramente lateralizada hacia 
la derecha, se observa una masa sólida de densidad heterogénea, con 
un área central más hipocaptante y algunas imágenes nodulares hipo-
densas en la periferia, sin significativa vascularización en la explora-
ción de ecografía Doppler en relación con una torsión ovárica derecha.
! • En aquellos casos donde no sea posible la realización 
de una ecografía transvaginal/transrectal, como en 
el caso de niñas y/o adolescentes o mujeres que no 
han iniciado relaciones sexuales, la TC es una de las 
principales técnicas de imagen, junto con la ecografía 
abdominal, para el estudio y la evaluación del dolor 
pélvico agudo.
• La ecografía transvaginal continúa siendo el estándar 
de oro en la evaluación y el diagnóstico de la pato-
logía ginecológica de urgencias. La utilidad de la TC 
viene determinada por su capacidad para distinguir 
la implicación del sistema digestivo y, por tanto, el 
diagnóstico de un posible origen extraginecológico, 
así como evaluar la extensión de la lesión y la afec-
tación peritoneal. 
Figura 6-2. Imagen ecoplanar en tomografía computarizada. Se 
observa una colección parauterina izquierda de 2 cm con captación 
de la pared, sugestiva de absceso compatible con salpingitis izquierda 
residual en el contexto de una enfermedad inflamatoria pélvica ya tra-
tada y subaguda. Mioma uterino subseroso, de localización anterola-
teral derecha de 36 x 28 mm.
36,13 mm 
22,12 mm 
28,94 mm 
4 MÓDULO II • Abordaje clínico
© EDITORIAL MÉDICA PANAMERICANA Máster de Formación Permanente en Ginecología
metástasis en los ganglios linfáticos, sin embargo, la preci-
sión de cada una de ellas es diferente según el tipo de cáncer 
ginecológico tratado, y existe controversia en las publicaciones 
científicas sobre el uso idóneo en cada indicación. 
Un metaanálisis publicado en el año 2017 desveló que la 
capacidad de cada una de estas técnicas para detectar metásta-
sis en ganglios linfáticos fue de un 71 % para los ultrasonidos, 
un 69 % para la PET-TC, un 50 % para la imagen potenciada 
en difusión por RM y un 47 % para la TC. 
La PET-TC se trata de un aparato híbrido que combina un 
escáner helicoidal multicorona y un tomógrafo PET de altas 
prestaciones. Esta técnica presenta una ventaja fundamental 
sobre la TC, y es que permite diferenciar el origen benigno o 
maligno de una lesión, principal limitación de la TC, como 
ya se ha comentado. 
Se basa en la obtención de imágenes tomográficas de la 
distribución tridimensional en el organismo de radiofármacos 
emisores de positrones, los cuales reflejan procesos bioquími-
cos in vivo. Los radiofármacos-PET se administran por vía 
intravenosa, se distribuyen por el torrente sanguíneo y son 
metabolizados al igual que sus análogos. 
El parámetro más estudiado es el metabolismo de la glu-
cosa a nivel tumoral. El análogo de la glucosa denominado 
2-fluoro-2-desoxi-D-glucosa (FDG) refleja la utilización de 
la glucosa por los tejidos. Las células tumorales presentan un 
mayor consumo de glucosa respecto a las células normales, 
como consecuencia de su mayor tasa de glucolisis, mayor 
penetración de la glucosa a través de las membranas y la mayor 
actividad de algunas enzimas. 
La distribución corporal del FDGes detectado gracias a la 
incorporación metabólica de dicho análogo en las células y al 
átomo radioactivo flúor-18, que va unido a su segundo car-
bono. El flúor-18 se desintegra emitiendo positrones, los cuales 
son aniquilados, y de la misma surgen dos fotones en la misma 
dirección, pero en sentido contrario, que inciden en los detec-
tores del anillo del tomógrafo, de esta manera se detecta qué 
zonas del organismo presentan un mayor consumo de glucosa. 
Su principal indicación en oncología es en la evaluación de 
la recidiva tumoral, sobre todo, en el estudio de lesiones equí-
vocas o dudosas imágenes radiológicas, así como en la rees-
tadificación preoperatoria, ante una recidiva potencialmente 
curable mediante resección. También es de gran utilidad ante 
la elevación de los marcadores tumorales sin evidencia de 
enfermedad mediante las técnicas de imagen convencionales 
y en el seguimiento del tratamiento del paciente oncológico 
(Fig. 6-4). 
Tanto la TC como la PET-TC no resultan de utilidad para 
establecer el estadiaje de neoplasias ginecológicas dado que no 
presentan capacidad para detectar micrometástasis ganglio-
nares. Sin embargo, sirven para conocer la extensión local y 
a distancia en estadios localmente avanzados para plantear así 
! La presencia de micrometástasis en los ganglios linfá-
ticos no suele ser identificada por ninguna de las prue-
bas de imagen, es por ello que el estadiaje de la mayoría 
de los cánceres ginecológicos continúa siendo quirúrgico 
(mediante el estudio intraoperatorio de la biopsia selectiva 
del ganglio centinela y/o diferido tras una linfadenectomía). 
! La TC presenta una serie de ventajas en el estudio de 
extensión de las neoplasias ginecológicas:
• Disponibilidad inmediata.
• Tiempos cortos de adquisición de imágenes.
• Gran campo de visión.
• Elevada resolución espacial.
• Rápida capacidad para realizar reconstrucciones 
multiplanares.
• Posibilidad de realizar biopsia guiada por TC.
También presenta algunas desventajas:
• Uso de radiación ionizante, especialmente impor-
tante en gente joven o en embarazadas (donde está 
contraindicado).
• Empeoramiento de calidad de la imagen en caso de 
implantes metálicos, como puede ser una prótesis 
de cadera.
• Morbilidad asociada al uso de contrastes yodados 
(contraindicado en caso de alergia a estos).
! El gran rendimiento diagnóstico de la PET-TC está 
basado en dos factores:
• Permite detectar el metabolismo tumoral anormal 
sin necesidad de que aumente de tamaño y, por tanto, 
antes de que los cambios resulten aparentes en las 
técnicas de imagen anatómicas.
• Se trata de una técnica de cuerpo entero que permite 
detectar focos de origen tumoral en cualquier zona, 
incluso en lugares no sospechados.
• La FDG no presenta reacciones adversas.
Inconvenientes de la PET-TC:
• Escasa definición anatómica.
• Presencia de falsos positivos (infección aguda o infla-
mación).
• Presencia de falsos negativos en casos selecciona-
dos (pacientes con hiperglucemias, micrometástasis, 
tumores con poca celularidad).
Figura 6-4. Tomografía por emisión de positrones-tomografía compu-
tarizada en paciente con cáncer de endometrio en estadio IVB. A) Se 
observan varios focos hipermetabólicos correspondientes con adeno-
patías a nivel hiliar bilateral. Estos focos son sugestivos, por su foca-
lidad y alta tasa, de afectación ganglionar metastásica. B) Aparece un 
área hipermetabólica en la pelvis en la zona del endometrio, lo que se 
corresponde con una neoplasia ya conocida. 
A B
5TEMA 6 • Técnicas de imagen no ecográficas aplicadas al estudio del aparato reproductor femenino y de la mama
© EDITORIAL MÉDICA PANAMERICANA Máster de Formación Permanente en Ginecología
el tratamiento más adecuado. Además, también van a servir 
para el seguimiento posquirúrgico de algunos cánceres y en 
la evaluación de recidivas (especialmente el PET-TC).
A continuación, se comentarán las indicaciones de la TC 
para los distintos tipos de cánceres ginecológicos.
Cáncer de cérvix
Las recomendaciones actuales indican el uso de la TC tora-
coabdominopélvica (TAP) como método diagnóstico de esta-
dificación ganglionar y a distancia en pacientes con cáncer 
de cérvix locamente avanzado o estadio inicial con imágenes 
sospechosas (por ecografía o RM) de ganglios sospechosos. 
En este mismo contexto, la PET-TC parece presentar mayor 
rendimiento.
Las recomendaciones de todas las guías consideran que las 
pruebas de imagen durante el seguimiento deben realizarse 
únicamente en función del riesgo de recurrencia, síntomas o 
hallazgos que sugieran recurrencia y/o efectos secundarios. En 
función de los síntomas, la prueba de imagen debe variar para 
una exploración dirigida (imagen de resonancia magnética, 
ecografía, TC o PET-TC). 
Cáncer de endometrio
El empleo de TC-TAP como estudio inicial de pacientes con 
sospecha de cáncer de endometrio es recomendable en todos 
los casos, si bien en los grupos de bajo riesgo pronóstico, 
puede llegar a obviarse principalmente en centros con falta 
de disponibilidad y medios. 
La PET-TC no estará indicada en estos casos de rutina, 
pero su papel será importante en el caso de sospecha de una 
recaída (sensibilidad superior a la de la TC). 
Las recomendaciones de todas las guías consideran que las 
pruebas de imagen durante el seguimiento deben realizarse 
únicamente en función del riesgo de recurrencia, síntomas o 
hallazgos que sugieran recurrencia y/o efectos secundarios. En 
función de los síntomas, la prueba de imagen debe variar para 
una exploración dirigida (imagen de resonancia magnética, 
ecografía, TC o PET-TC). 
Cáncer de ovario
En pacientes con sospecha de cáncer de ovario en estadio 
inicial o avanzado, se recomienda, como estudio preopera-
torio, la realización de una TC TAP para el estudio de la 
enfermedad a distancia.
El empleo de la TC también está recomendado, aunque 
basado en una evidencia menor, tras la cirugía del cáncer de 
ovario avanzado, con el objeto de evaluar la progresión de la 
enfermedad o enfermedad residual, previamente al inicio de 
la quimioterapia. 
La PET-TC sí que puede tener indicación principal en 
casos seleccionados de cáncer de ovario avanzado y/o sospe-
cha de recidiva. El seguimiento de las pacientes que han sido 
tratadas de un cáncer de ovario se hace mediante seguimiento 
clínico y del marcador tumoral Ca-125, quedando relegado el 
uso de la TC tan solo para aquellos casos de sospecha clínica 
y/o elevación de dicho marcador. 
Cáncer de vulva
Hasta un 30 % de los tumores de vulva con enfermedad rese-
cable presentan diseminación ganglionar. 
Cáncer de vagina
El empleo de la TC y la PET-TC va a quedar relegado a casos 
localmente avanzados o cuando existen ganglios sospechosos, 
para así valorar su extensión local y a distancia y planificar el 
tratamiento más adecuado. 
La resonancia magnética
La RM ha ido adquiriendo a lo largo de las últimas décadas un 
papel cada vez más relevante en el ámbito ginecoobstétrico, tanto 
en patología benigna como maligna. Se trata de una técnica radio-
lógica que emplea el magnetismo, las ondas de radio y un soporte 
informático para obtener imágenes de cualquier parte del cuerpo. 
Su fundamento se basa en que ciertos núcleos atómicos, 
bajo campos magnéticos intensos, pueden absorber energía 
de radiofrecuencia y generar otra señal de radiofrecuencia 
captada por una antena receptora. 
El equipo está formado por un tubo rodeado de un imán circu-
lar gigante. El paciente se tumba en una camilla que se introduce 
dentro del tubo, creando un campo magnético que alinea los 
protones de los átomos de hidrógeno del cuerpo que se exponen 
posteriormente a ondas de radio, produciendo nuevas ondas de 
radio que son captadas por un receptor especial (Fig. 6-5). 
! • Tan solo en aquellas pacientes que no sean candida-
tas a cirugía primaria, bien por enfermedad exten-
dida y/o comorbilidades asociadas que contraindi-
quen la cirugía, el estado ganglionar se evaluará 
mediante técnicas deimagen como la ecografía, la 
TC, la PET-TC y/o la RM. A partir de un estadio IB 
de la clasificación de la International Federation of 
Obstetrics and Gynecology (FIGO) (invasión estromal 
> 1 mm o > 20 mm de tamaño tumoral), estaría indi-
cado realizar una TC TAP de estadificación. 
• Las pruebas de imagen durante el seguimiento deben 
realizarse únicamente en función de los riesgos de 
recurrencia, los síntomas o los hallazgos que sugie-
ran recurrencia y/o efectos secundarios
! • Actualmente la RM puede considerarse la prueba de 
elección en el estudio de la patología ginecológica 
congénita, inflamatoria y tumoral, especialmente en 
la estadificación diagnóstica locorregional del cán-
cer de cérvix, vulva y endometrio, con un rendimiento 
superior a la TC y permitiendo la diferenciación entre 
la fibrosis posradioterapia y la recidiva tumoral. 
• La resonancia magnética ponderada por difusión de 
todo el cuerpo (imagen potenciada en difusión/ima-
gen de resonancia magnética-WB (blanco y negro 
por sus siglas en inglés) ha demostrado mayor ren-
dimiento diagnóstico que la TC para la detección de 
la enfermedad peritoneal, y similar a PET-TC en la 
zona ganglionar. A pesar de las excelentes tasas de 
detección, su empleo no está generalizado. 
6 MÓDULO II • Abordaje clínico
© EDITORIAL MÉDICA PANAMERICANA Máster de Formación Permanente en Ginecología
La información aportada por la RM mejora con el 
empleo de gadolinio, contraste intravenoso que aporta 
valiosa información sobre la vascularización de las lesio-
nes a estudiar. 
A continuación, se resumen las principales indicaciones de 
la RM para realizar un estudio del aparato genital femenino.
Valoración de anomalías congénitas
Es la técnica de elección cuando la ecografía vaginal no resulta 
concluyente al 100 % o bien cuando no es posible realizarla 
(por ejemplo, en adolescentes que no han mantenido relaciones 
sexuales). Facilita información precisa sobre la vagina, el cérvix, 
la cavidad y las paredes uterinas, así como el contorno externo 
del útero y otras estructuras pélvicas, a excepción de las trom-
pas. Para su realización, se puede aplicar gel de ecografía endo-
vaginal que sirve de contraste para visualizar mejor la vagina.
Diagnóstico diferencial de patología ovárica benigna
La RM resulta de utilidad para la correcta caracterización 
de aquellas lesiones ováricas que sobrepasan los límites de 
la ventana ecográfica convencional (por ejemplo, en quistes 
mucinosos de 10 cm de diámetro) y como prueba comple-
mentaria a la ecografía, cuando existe sospecha de malignidad, 
en caso de no disponer de un ecografista experto.
Como ejemplo, la RM permite una mejor caracterización de 
los teratomas, dada la excelente resolución de contraste entre 
los distintos componentes: grasa, líquido y calcio (Fig. 6-6). 
Por otro lado, dadas sus distintas secuencias susceptibles 
de detección de los distintos productos de degradación 
de la hemoglobina, la RM resulta una técnica de imagen 
útil para la detección tanto de endometriomas ováricos 
y quistes hemorrágicos (sensibilidad del 90 % y especi-
ficidad del 98 %) como de endometriosis extraovárica y 
extraperitoneal. 
Los endometriomas presentan una elevada señal en T1 aso-
ciada a hemorragia recurrente junto con una baja señal en T2 
(efecto shading o sombreado debido a la presencia de sangre 
en distintos estadios). El uso de gadolinio puede mostrar un 
realce inespecífico que no permite distinguir entre patología 
benigna y maligna. 
La detección de endometriosis peritoneal está basada en el 
hallazgo cicatricial y fibrótico producido por los focos endo-
metriósicos con sangrado recurrente. Se pueden detectar 
masas nodulares y bandas fibróticas de baja señal en secuen-
cias en T2 y en T1, donde también es posible detectar islotes 
de endometrio hiperintensos en T1 dentro de las mismas. 
El rendimiento de la RM para detectar nódulos hemorrági-
cos sobre la superficie peritoneal subcentimétricos es inferior al 
Figura 6-5. Máquina de resonancia magnética.
! Entre las principales limitaciones de la RM destacan:
• Coste superior al de otras técnicas.
• Accesibilidad (no disponible en todos los centros).
• Artefactos en la imagen por movimientos del 
paciente.
• La presencia de cuerpo extraños metálicos, marcapa-
sos, implantes cocleares, algunas prótesis ortopédicas, 
cuerpos extraños intraoculares, algunos tatuajes y vál-
vulas cardíacas, contraindican la realización de dicha 
prueba, debido al magnetismo emitido por el imán. 
• Su uso está limitado en pacientes que sufren claus-
trofobia (debido al túnel), en lactantes (si se requiere 
uso de gadolinio) y gestantes en el primer trimestre 
del embarazo (controvertido).
• Falta de estandarización y curva de aprendizaje 
mayor para los radiólogos (Tabla 6-1).
Tabla 6-1. Resumen de las principales limitaciones de 
las pruebas de imagen del aparato genital femenino
TC
• Escasa caracterización tisular
• No distinción entre naturaleza benigna/maligna (si se hace 
PET-TC)
•	No	distinción	entre	fibrosis	posquirúrgica/posradiación	de	
recidiva tumoral
• Radiación ionizante (contraindicada en embarazadas)
• Posible alergia a contraste yodado
• Escasa capacidad de detección de metástasis ganglionares 
(no detecta micrometástasis)
RM
• Prueba de coste superior
• Artefactos por movimiento
• Contraindicación si es portadora de determinados 
elementos metálicos
• Claustrofobia
•	Posibilidad	de	uso	de	contraste	linfoespecíficos	para	la	
detección de micrometástasis ganglionares (limitación 
relativa)
PET: tomografía por emisión de positrones; RM: resonancia magnética; TC: tomografía 
computarizada. 
! La RM, en comparación con la ecografía en manos 
expertas, no presenta diferencias en cuanto a sensi-
bilidad y especificidad diagnósticas.
7TEMA 6 • Técnicas de imagen no ecográficas aplicadas al estudio del aparato reproductor femenino y de la mama
© EDITORIAL MÉDICA PANAMERICANA Máster de Formación Permanente en Ginecología
de la laparoscopia. Los implantes pueden realzar con gadolinio, 
sin embargo, esta característica no es sensible ni específica. 
Diagnóstico de patología uterina benigna
Los ultrasonidos constituyen la mejor técnica de imagen para 
catalogar los miomas uterinos (caracterización, ubicación, 
relación con endometrio, vascularización, etc.). Sin embargo, 
la RM mejora la capacidad de localización exacta de los mis-
mos (sensibilidad del 93 % y especificidad del 100 %), así 
como su relación con la cavidad endometrial, a la vez que 
permite ver su comportamiento vascular. Además, resulta 
especialmente útil en aquellos miomas grandes extrapélvi-
cos, en úteros miomatosos en paciente con deseos genésicos 
y control postoperatorio en cirugía conservadora. 
La adenomiosis se trata de una patología con una ele-
vada prevalencia (30-50 %) y difícil diagnóstico, en la cual 
la ecografía presenta un papel muy limitado. La RM permite 
mejorar ostensiblemente el rendimiento diagnóstico de la 
ecografía (sensibilidad de hasta el 88 % y especificidad de 
hasta el 93 %) mediante el hallazgo de un engrosamiento 
> 10 mm de la zona de unión endometrio-miometrial, focos 
hemorrágicos subendometriales hiperintensos en T1 y estrías 
radiales subendometriales hiperintensas en T2. 
Además, la RM también permite la diferenciación entre 
leiomiomas y adenomiomas intramiometriales, los cuales 
presentan una peor definición, suelen ser alargados y con un 
islote hemorrágico central (Fig. 6-7). 
Valoración del suelo pélvico
En este caso, se puede realizar una RM donde se le pide a la 
paciente que realice contracciones y relajaciones de la muscu-
latura del suelo pélvico, para así obtener imágenes mientras la 
musculatura está relajada, como cuando está contraída. Ade-
más, ayuda a seleccionar a las pacientes candidatas a cirugía 
y a establecer el abordaje adecuado. 
Se trata de una técnica que no está demasiado exten-
dida y cada vez más en desuso, debido a que la ecografía 
transvaginal y transperineal está asumiendosu papel con 
un rendimiento diagnóstico similar, añadiendo además la 
posibilidad de una prueba dinámica a tiempo real (prolapso 
de órganos pélvicos, incontinencia de orina y fecal, así como 
obstrucciones). 
Estudio de la hipófisis
La realización de una resonancia magnética cerebral va a resul-
tar imprescindible para confirmar o descartar la presencia de 
Figura 6-6. Teratoma de ovario derecho en resonancia magnética pél-
vica con contraste intravenoso. En el ovario derecho, se observa una 
lesión redondeada de contornos lobulados, de señal heterogénea en 
la totalidad de los pulsos, con señal predominantemente hiperintensa 
en secuencia T1 con baja intensidad de señal en las secuencias de 
saturación grasa (contenido graso) y tejido de partes blandas. Lesión 
compatible con teratoma maduro en el ovario derecho. 
! Una de las principales indicaciones de los ultrasonidos 
es en el diagnóstico diferencial de miomas subserosos 
pediculados y masas anexiales, especialmente cuando 
no se han podido localizar los ovarios y/o la anatomía 
está distorsionada; así como en los miomas con dege-
neración hemorrágica, donde la RM permite una mejor 
caracterización que los ultrasonidos en caso de no dis-
poner de un ecografista experto. 
Figura 6-7. Útero miomatoso en resonancia magnética con contraste 
intravenoso. Se observa un útero globuloso, aumentado de tamaño a 
expensas de numerosos nódulos intramurales compatibles con mio-
mas con tamaños que oscilan entre 1 y 5 cm, siendo el mayor de ellos 
de 57 x 45 mm en la cara lateral derecha uterina. 
57,36 mm
45,98 mm 
8 MÓDULO II • Abordaje clínico
© EDITORIAL MÉDICA PANAMERICANA Máster de Formación Permanente en Ginecología
un prolactinoma hipofisario en aquellos casos en los que la 
paciente presente unos niveles séricos de prolactina elevada.
Lesiones en pacientes embarazadas
Dado que la tomografía computarizada presenta radiaciones 
ionizantes, la resonancia magnética es la prueba de elección 
en pacientes embarazadas que cursen con dolor pélvico, masas 
pélvicas o neoplasias.
Estudio de malformaciones fetales cuando la ecografía presente 
dudas
La RM presenta una serie de ventajas sobre la ecografía, tiene 
mejor resolución espacial y no está limitada en el caso de oli-
goamnios, por posición fetal inadecuada o sombras acústicas 
por la osificación de la calota fetal. Este último punto es espe-
cialmente relevante ya que permite estudiar el cerebro fetal 
con una gran resolución. Entre sus desventajas, la presencia 
de artefactos por movimientos fetales, baja resolución espacial 
en el primer trimestre y claustrofobia o incomodidad de la 
paciente durante el estudio. La American College of Radio-
logy aprobó su seguridad en cualquier trimestre del embarazo, 
aunque es conveniente esperar al segundo trimestre ya que 
los tamaños muestrales del primer trimestre son pequeños, 
y además su resolución es ligeramente menor. Su principal 
indicación es en el estudio del cerebro fetal, especialmente 
cuando existe una enfermedad cerebral grave en el embarazo 
anterior con ecografía normal, alteración que aparece aislada 
en ecografía, cuando se halla una alteración ecográfica cuyo 
estudio no se puede completar por limitación de la técnica 
(obesidad materna o posición fetal) o cuando existe riesgo 
elevado de anomalías del desarrollo cerebral, por ejemplo en 
el caso de infecciones o daño isquémico (Tabla 6-2). 
Detección, estadificación y seguimiento de patología maligna 
pélvica
En la práctica totalidad de las guías actuales, la RM es universal-
mente aceptada como la técnica de imagen más fiable y precisa 
para el diagnóstico, estadificación, planificación terapéutica y 
seguimiento de los carcinomas de cérvix y vulva, y en menor 
medida de endometrio. 
Cáncer de cérvix
La prueba inicial para valorar la extensión locorregional, así como 
para planificar el tratamiento del cáncer de cérvix es la RM 
(Fig. 6-8). Además, también es una de las pruebas a realizar para 
planificar el tratamiento radioterápico posterior, así como la guía 
para la braquiterapia (de forma preferente mediante RM 3D). 
El papel de la RM en el seguimiento queda relegado a la 
existencia de sospecha de progresión/recidiva tras el examen 
clínico, siendo especialmente útil para diferenciar cambios 
inflamatorios secundarios a cirugía y/o radioterapia del tumor 
residual, así como para descartar la presencia de fístulas. 
Cáncer de endometrio
Las técnicas de RM son muy específicas en la evaluación de 
la invasión profunda del miometrio, la afectación del estroma 
cervical y las metástasis en los ganglios linfáticos. El rendi-
miento diagnóstico de la ecografía transvaginal en manos 
expertas y la RM para detectar la invasión miometrial en el 
carcinoma de endometrio es similar (Fig. 6-9). 
Cáncer de vulva
En pacientes con tumor invasivo que afecta clínicamente los 
tejidos circundantes (tumores ≥ T2) o si el hallazgo es equí-
Figura 6-8. Recidiva de cáncer de cérvix en resonancia magnética con 
contraste intravenoso. Formación infiltrativa de contornos irregulares 
en proyección de la cavidad endometrial, en la zona del istmo cervical, 
de señal heterogénea predominante hiperintensa en secuencia T2, con 
discreto realce heterogéneo en las adquisiciones poscontraste endo-
venoso, con infiltración miometrial que sobrepasa el 50 % de su espe-
sor, sin compromiso de la serosa vinculable a la enfermedad de base. 
Nombre: B07
17,45 mmNombre: B06
34,66 mm
Tabla 6-2. Principales indicaciones de las pruebas 
de imagen en la patología benigna del aparato genital 
femenino
TC
Patología pélvica urgente: permite descartar un origen 
digestivo 
de la lesión (por ejemplo, torsión ovárica con gran distorsión 
anatómica, teratomas complicados, enfermedades pélvicas 
inflamatorias	subagudas	
o pacientes jóvenes o que no han mantenido nunca relaciones 
sexuales
RM
• Anomalías congénitas del aparato reproductor femenino
• Patología benigna ovárica:
−		Lesiones	que	sobrepasan	los	límites	de	la	ecografía	
transvaginal
−		Teratomas
−		Endometriomas	y	quistes	hemorrágicos
• Patología benigna uterina:
−		Miomas
−		Adenomiosis
• Estudio de suelo pélvico
•	Estudio	hipofisario
• Lesiones abdominales y pélvicas en embarazadas
• Estudio fetal (cerebral)
RM: resonancia magnética; TC: tomografía computarizada. 
9TEMA 6 • Técnicas de imagen no ecográficas aplicadas al estudio del aparato reproductor femenino y de la mama
© EDITORIAL MÉDICA PANAMERICANA Máster de Formación Permanente en Ginecología
voco, se recomienda la evaluación de las estructuras extravul-
vares (tabiques, uretra, vejiga, vagina, cuello uterino y canal 
anal) con resonancia magnética. En centros especializados que 
cuentan con un ecografista capacitado disponible, la ecografía 
transvaginal/transrectal/perineal puede ser una opción para 
determinar la estadificación local de cáncer de ovario.
Para evaluar la extensión de la enfermedad preoperatoria, 
así como en las sospechas de recidiva, la RM de cuerpo entero 
ponderada por difusión parece ir adquiriendo una impor-
tancia notable, si bien aún no está muy generalizado su uso. 
Leiomiosarcomas
La RM es la segunda prueba a realizar tras la ecografía en el 
diagnóstico diferencial de los miomas uterinos, especialmente 
cuando se ven características ecográficas atípicas: masas irregu-
lares, mal definidas, de rápido crecimiento, visión incompleta 
por ecografía y/o fenómenos degenerativos.
Sin embargo, y a pesar de la mejor resolución que pre-
senta la RM en el estudio de la patología uterina, los estudios 
hasta la fecha no han podido demostrar una elevada especi-
ficidad (alrededor de un 80 %) con tasas de valor predictivo 
positivo del 67 % y valor predictivo negativo del 83 %. 
Esto es así ya que la mayoría de los estudios existentes 
son retrospectivos, de tamaño muestral limitado y con 
protocolos de estudio muy diversos (diferentes secuencias, 
empleo o no de contraste y con diferentes protocolos de 
administración de este). 
Cáncer de vaginaDe forma similar al cáncer de cérvix, la RM constituye la 
prueba de imagen inicial a realizar para valorar la extensión 
locorregional de la enfermedad. Su empleo en el seguimiento 
también quedará en un segundo plano tras la sospecha de una 
recidiva mediante exploración física (Tabla 6-3).
TÉCNICAS DE IMAGEN EMPLEADAS EN EL ESTUDIO 
DE LA MAMA
Las técnicas de imagen constituyen el pilar fundamental sobre 
el que apoya el estudio de la patología mamaria, junto con el 
examen clínico y el estudio anatomopatológico. Además, su 
manejo requiere, habitualmente, un abordaje multidisciplinar 
y multiprofesional que asegure un diagnóstico precoz, así 
como un tratamiento y seguimiento adecuados. 
Entre las principales pruebas de imagen mamaria encon-
tramos la mamografía, que es la técnica de elección en el 
screening, la ecografía y la RM. Existen tres escenarios donde 
es posible emplear estas técnicas: el cribado radiológico, el 
diagnóstico locorregional de patología benigna y maligna ante 
la presencia de signos/síntomas clínicos o ante el hallazgo de 
una lesión en las pruebas de cribado y el estudio de extensión 
ante patología maligna. 
Cualquiera que sea la prueba de imagen empleada (mamo-
grafía, ecografía o RM), sus resultados deben ser traducidos a 
un idioma común para conocer si existe lesión, su probabili-
dad de malignidad y la recomendación a seguir para llegar a 
un diagnóstico probable o definitivo. 
Para ello, existe un consenso de ámbito internacional desa-
rrollado en 1992 por el American College of Radiology (ACR) 
de que las imágenes mamarias sean catalogadas bajo la misma 
denominación, en función de si hay hallazgos probablemente 
benignos o malignos, es el denominado sistema de reporte 
y base de datos de imágenes mamarias (BI-RADS®, Breast 
Imaging Reporting and Data System). Entre sus objetivos están 
estandarizar la terminología y sistematización de los informes, 
catalogar a las lesiones en función del índice de sospecha de 
malignidad y asignar una recomendación sobre la actitud a 
tomar en cada caso (Tabla 6-4).
La división de la mama en cuatro cuadrantes va a permitir 
conocer la localización de las lesiones, mientras que la profun-
didad vendrá determinada en milímetros respecto a la piel, 
el pezón o el músculo pectoral (Fig. 6-10). Estos datos han 
de venir reflejados siempre que se encuentre una lesión en 
cualquiera de las pruebas de imagen realizadas. 
La ecografía, principal prueba para el estudio y manejo 
de la patología del aparato reproductor femenino, presenta 
un papel secundario en el abordaje de la mama, aunque no 
es despreciable. 
Sus principales indicaciones como prueba principal no 
secundaria a la mamografía son las siguientes: 
Figura 6-9. Estadificación preoperatoria con resonancia magnética 
con contraste intravenoso previa a cirugía en paciente con cáncer de 
endometrio. Se observa un útero en retroversión de tamaño y mor-
fologías normales, identificando un aumento de la cavidad endome-
trial en el margen lateral derecho del fundus uterino de aproximada-
mente 26 x 20 mm. Dicha masa muestra una baja señal con respecto 
al endometrio en secuencias T2 e isointensidad de señal con respecto 
al endometrio en secuencias T1. La masa disrumpe la línea de unión 
endometrio-miometrio con una invasión miometrial mayor del 50 %.
! La ecografía de mama es la segunda técnica más 
empleada después de la mamografía (por las venta-
jas comentadas previamente en el apartado anterior 
de estudio del aparato genital femenino) y se puede 
emplear de forma aislada en el diagnóstico de pacien-
tes sintomáticas y como complemento a la mamogra-
fía en los programas de cribado (mejora la precisión 
diagnóstica). Además, también sirve como guía de los 
procedimientos intervencionistas (biopsia guiada por 
ecografía) y en la estadificación ganglionar regional 
del cáncer de mama. 
10 MÓDULO II • Abordaje clínico
© EDITORIAL MÉDICA PANAMERICANA Máster de Formación Permanente en Ginecología
Tabla 6-4. Código BI-RADS
Categoría Probabilidad de malignidad Hallazgo Recomendación
BI-RADS 0 No aplicable
Incompleto/no valorable (no hay estudios 
previos para comparar, información 
incompleta, mala calidad de imagen 
o posición incorrecta)
Necesidad de estudios complementarios 
para establecer un diagnóstico de sospecha
BI-RADS 1 0 % Normal Seguimiento habitual según la edad 
y los factores de riesgo
BI-RADS 2 0 % Benigno Seguimiento habitual según la edad 
y los factores de riesgo
BI-RADS 3 < 2 %
Probablemente benigno (por ejemplo, 
asimetrías	focales,	calcificaciones	
groseras, nódulos bien delimitados)
Control cada 6 meses durante un mínimo 
de 2 años
BI-RADS 4
2-95 %
A: riesgo bajo (2-9 %)
B: riesgo moderado (10-49 %)
C: riesgo elevado (50-95 %)
Sugerente de malignidad Considerar biopsia
BI-RADS 5 > 95 % Altamente sospechoso de malignidad Realizar biopsia o cirugía
BI-RADS 6 100 % Carcinoma	confirmado	por	anatomía	
patológica Tratamiento
BI-RADS: sistema de reporte y base de datos de imágenes mamarias (Breast Imaging Reporting and Data System).
Tabla 6-3. Resumen de las principales indicaciones de las pruebas de imagen del aparato genital femenino 
en las neoplasias ginecológicas
TC RM
Cáncer de cérvix
• Solo en estadios localmente avanzados o en caso de ganglios 
clínicamente sospechosos para detección de metástasis 
ganglionares locales o a distancia
• PET-TC: seguimiento posquirúrgico de tumores ≥ IB2, 
márgenes	afectos	y	planificación	de	tratamiento
• Estudio de extensión tras diagnóstico
•	Planificación	del	tratamiento	quirúrgico,	radioterápico															
y de braquiterapia (RM 3D)
Cáncer de 
endometrio
• Solo en caso de histología de alto grado o sospecha 
de afectación extrauterina para valorar enfermedad 
a distancia (TC toracoabdominopélvica)
• Seguimiento en pacientes de alto riesgo
• PET-TC: si hay recaída
Estadificación	del	cáncer	de	endometrio,	especialmente													
en	estadios	iniciales,	confinados	al	útero	y	con	histología												
de	bajo	grado	para	valorar	la	infiltración	miometrial																									
y afectación endocervical
Cáncer de ovario
• Siempre indicada tras el diagnóstico para la valoración 
de una enfermedad local y a distancia
• Tras cirugía para la reevaluación de enfermedad residual 
previamente a quimioterapia
• En el seguimiento, si hay sospecha clínica y/o elevación 
de marcadores tumorales
• PET-TC: estadios avanzados y/o recidivas
No se aplica
Leiomiosarcomas
• En	caso	de	lesiones	altamente	sospechosas	y/o	confirmadas	
por anatomía patológica tras cirugía (para valorar una 
enfermedad local y a distancia)
• En el seguimiento, solo si sospecha de una recaída por 
exploración física
Segunda prueba a realizar si hay duda diagnóstica tras una 
ecografía vaginal para mejorar la aproximación diagnóstica
Cáncer de vulva
• Solo en estadios ≥ IB y en pacientes no candidatas a cirugía 
primaria para la valoración del estado ganglionar local 
y a distancia
• Cáncer de vulva tratadas con radioterapia ± quimioterapia 
para valorar una posible cirugía
• PET-TC: tumores localmente avanzados, recurrentes o ante 
sospecha de enfermedad a distancia
Posible uso para la valoración del estado ganglionar local 
en pacientes no candidatas a cirugía primaria (igual que la TC)
Cáncer de vagina
Solo en estadios localmente avanzados o en caso de ganglios 
clínicamente sospechosos para la detección de metástasis 
ganglionares locales o a distancia (TC o PET-TC)
• Estudio de extensión tras diagnóstico
•	Planificación	del	tratamiento	quirúrgico,	radioterápico																	
y de braquiterapia (RM 3D)
3D: tridimensional; PET: tomografía por emisión de positrones; RM: resonancia magnética; TC: tomografía computarizada. 
11TEMA 6 • Técnicas de imagen no ecográficas aplicadas al estudio del aparato reproductorfemenino y de la mama
© EDITORIAL MÉDICA PANAMERICANA Máster de Formación Permanente en Ginecología
• Joven sintomática por debajo de los 30 años con antece-
dentes familiares de primer grado o menor de 35 años sin 
antecedentes familiares. Esta indicación se fundamenta en 
que el tejido mamario joven es muy denso y, por tanto, las 
lesiones no son visibles en su mayoría por mamografía, y 
en la baja incidencia del cáncer de mama en la población 
joven (< 1 %).
• Estudio del varón joven con sospecha de ginecomastia.
• Estudio de patología mamaria durante el embarazo y la 
lactancia.
• Prueba inicial en el estudio de la mama en presencia de 
patología inflamatoria (mastitis) y en pacientes portadoras 
de prótesis mamarias. 
• En el seguimiento postratamiento del cáncer de mama, la 
ecografía es la técnica de elección para el estudio del lecho 
quirúrgico tras mastectomía. 
• Guía de procedimientos intervencionistas.
De forma complementaria, la ecografía se puede emplear 
tras la mamografía en los siguientes supuestos: 
• Caracterización de una lesión visualizada por mamogra-
fía, sobre todo para diferenciar una lesión quística de otra 
sólida, y en este último caso, ver si existen datos morfoló-
gicos de malignidad. Además, la ecografía también puede 
detectar focos adicionales no detectados por la mamografía.
• Estudio de lesión palpable con mamografía negativa, lo 
que ocurre en un 10 % de los casos.
• Estudio ganglionar local tras alta sospecha de malignidad 
o diagnóstico confirmado de carcinoma (debe incluir tam-
bién un estudio de fosa supraclavicular y de axila). 
• Estudio del lecho de tumorectomía tras cirugía conserva-
dora del cáncer de mama.
La sonoelastografía es otra de las pruebas que se pueden 
realizar con un equipo ecográfico mamario. Esta aporta infor-
mación sobre la dureza y elasticidad de las lesiones mamarias 
en comparación con el tejido que las rodea y eso se traduce 
en una imagen con distintas gradaciones y combinaciones 
de color. Para ello, solo es necesario aplicar una fuerza de 
compresión sobre las lesiones, pero nunca debe valorarse de 
forma aislada, sino siempre en el contexto de la información 
aportada por la ecografía. Los tejidos de mayor dureza y poca 
elasticidad en principio se relacionan con malignidad. 
A continuación, se comentarán las principales pruebas de 
imagen no ecográficas empleadas en el estudio de la mama y 
su indicación en cada uno de estos tres principales escenarios 
anteriormente comentados.
Mamografía
Consiste en el estudio de la mama mediante el empleo de rayos 
X, los cuales son transmitidos y atenuados a través del tejido 
mamario y absorbidos por un dispositivo que formará las imá-
genes sobre una película (analógico) o un monitor (digital). Los 
mamógrafos digitales presentan mejor resolución de contraste, 
especialmente en mamas densas, así como posibilidad de procesa-
miento, intercambio entre equipos o centros, almacenamiento y 
además precisan menor radiación; sin embargo, tienen peor reso-
lución espacial, lo cual compensan con su sistema de procesado. 
Diversos estudios no han podido demostrar que ninguno 
de los dos tipos (analógico y digital) sea mejor para la detec-
ción del cáncer de mama, aunque algunos estudios sí pare-
cen indicar una mayor tasa de detección de cáncer con el 
mamógrafo digital en mujeres jóvenes, premenopáusicas y 
perimenopáusicas (Fig. 6-11). 
La compresión mamaria es necesaria para aumentar el con-
traste de la imagen, reducir la dosis de radiación, obtener 
una penetración de los rayos X más homogénea, disminuir 
el movimiento, así como la superposición de los tejidos, y 
permitir, en definitiva, una mejor calidad de imagen. La dosis 
de radiación recidiva se corresponde con unos 0,7 millisiévert 
(mSv), dosis que equivaldría a 12 semanas de exposición a la 
radiación ambiente. 
El estudio mamográfico convencional consta de dos proyec-
ciones por cada mama: craneocaudal y oblicua medio lateral 
(Fig. 6-12). Es muy importante que se realicen estas dos pro-
yecciones para no pasar por alto hasta un 20 % de las neoplasias. 
Además, existen otras proyecciones adicionales o complementa-
Figura 6-10. División en cuadrantes de la mama derecha.
Unión
de cuadrantes
superiores
(UCS)
Cuadrante
superointerno
(CSI)
Cuadrante
superoexterno
(CSE)
Cuadrante
ínferointerno
(CII)
Cuadrante
ínferoexterno
(CIE)
Unión
de cuadrantes
inferiores
(UCInf)
Unión
de cuadrantes
internos
(UCI)
Unión
de cuadrantes
externos
(UCE)
! • La mamografía constituye la principal prueba de ima-
gen para el estudio de la patología mamaria y es la 
única prueba aceptada para el cribado mamario. 
• Su utilización ha permitido disminuir la mortalidad por 
cáncer de mama hasta en un 30 %. Su sensibilidad 
y especificidad, que se encuentran entre un 70-95 % y 
un 80-99 % respectivamente, van a estar influenciadas 
por la densidad mamaria (a mayor densidad, menor 
sensibilidad y especificidad), la edad de la paciente 
(a mayor edad, mayor sensibilidad y especificidad) y la 
experiencia del radiólogo. Hasta un 10 % de las neo-
plasias pueden no ser detectadas en mamas densas, 
por lo que siempre va a ser necesario un método com-
plementario como la ecografía y la RM para hacer una 
correcta valoración en este grupo de pacientes.
12 MÓDULO II • Abordaje clínico
© EDITORIAL MÉDICA PANAMERICANA Máster de Formación Permanente en Ginecología
rias que se pueden realizar para ayudar a interpretar las lesiones 
visualizadas en las dos proyecciones anteriores: 
• La compresión focalizada, al evitar el tejido mamario 
superpuesto, mejora la visibilidad de los márgenes de un 
nódulo, y confirma o descarta la presencia de una distor-
sión arquitectural. 
• La proyección magnificada mejora la visualización de las 
microcalcificaciones. 
• La proyección lateral ofrece una localización más real de 
las lesiones y permite una mejor visualización de las calci-
ficaciones intralobulillares.
• Proyecciones exageradas externas como la «del valle» para 
detectar lesiones muy internas o la «axilar».
La densidad mamaria por mamografía se define, según la 
última clasificación BI-RADS en:
• Clase a: mamas casi completamente grasas.
• Clase b: mamas con áreas de densidad glandular dispersas.
• Clase c: mamas heterogéneamente densas, lo que puede 
ocultar pequeños nódulos.
• Clase d: mamas extremadamente densas, lo que disminuye 
la sensibilidad de la mamografía.
Las imágenes más representativas y frecuentes que se pue-
den encontrar en la mamografía y que van a estar asociadas 
a lesiones benignas y malignas son:
• Nódulo o masa: lesión ocupante de espacio visible en al 
menos dos proyecciones. Se define en función de su den-
sidad, márgenes, forma, etc. Son rasgos morfológicos com-
patibles con malignidad los nódulos de forma mal defi-
nida (irregulares) con bordes espiculados, mientras que los 
nódulos de morfología regular y bien delimitados suelen 
estar asociados a lesiones benignas como fibroadenomas, 
quistes y papilomas. 
• Asimetría: definida en relación a la misma área en la mama 
contralateral. Se identifica en las dos proyecciones, pero 
a diferencia del nódulo, carece de bordes y de una clara 
delimitación. Suele estar asociada a islote de tejido glan-
dular normal, aunque en ocasiones debe descartarse malig-
nidad, especialmente si va asociada a microcalcificaciones, 
seudonódulos o cambia de morfología en los siguientes 
controles (Tabla 6-5).
• Distorsión arquitectural: incluye líneas o especulacio-
nes, retracciones o desestructuración del parénquima 
adyacente. Puede estar asociada a procesos benignos, 
como necrosis grasa, cicatrices de cirugías previas, radio-
terapia y/o procesos infecciosos/inflamatorios (masti-
tis), así como a patología maligna (carcinomas in situ 
e infiltrantes). 
• Calcificaciones: hallazgo frecuente en las mamografías 
de las pacientes de edad avanzada y hasta en un 60 % de 
los cánceres de mama. En el primer caso, se trata de cal-
cificaciones groseras, grandes y redondeadas,de disposi-
ción lineal, siguiendo el trayecto de los vasos sanguíneos, 
consecuencia directa del proceso de envejecimiento de las 
Figura 6-12. Proyecciones mamarias básicas del cribado mamográ-
fico. A) Proyección craneocaudal. B) Proyección oblicua media lateral.
A B
Figura 6-11. Mamógrafo analógico.
13TEMA 6 • Técnicas de imagen no ecográficas aplicadas al estudio del aparato reproductor femenino y de la mama
© EDITORIAL MÉDICA PANAMERICANA Máster de Formación Permanente en Ginecología
paredes del sistema vascular. En el segundo caso, cuando 
se asocian a malignidad, surgen unas microcalcificacio-
nes (de tamaño entre 0,1 y 1 mm) que pueden aparecer 
agrupadas, pleomórficas, lineales finas y/o ramificadas, 
y se deben a calcificaciones intraductales en el interior 
de las áreas de necrosis tumoral o calcificaciones de la 
secreción mucosa producida por determinados tumores 
malignos (Fig. 6-13). 
Es importante conocer que la mayoría de estos hallazgos 
no van a ser visibles mediante ecografía (a excepción de los 
nódulos, quistes o masas), por lo que la prueba de imagen 
indicada para hacer de guía en la toma de biopsias percutáneas 
va a depender de qué prueba de imagen permita ver y localizar 
mejor la lesión. 
La mamografía con contraste se trata de una modalidad 
radiológica emergente, basada en el fenómeno hipermetabó-
lico y de angiogénesis de las células tumorales. En el cáncer 
de mama, se crean microvasos y, debido a su alta porosidad, 
el medio de contraste intravenoso inyectado difunde rápi-
damente al medio intersticial del espacio tumoral, el cual se 
realza. Han surgido dos modalidades de uso de esta técnica: la 
mamografía con realce de contraste con técnica de sustracción 
temporal; y la segunda, basada en la adquisición de imágenes 
a diferentes energías, denominada mamografía con realce de 
contraste espectral o de energía dual. 
Sus principales aplicaciones son las mismas que la mamo-
grafía convencional:
• Diagnóstico de lesiones palpables.
• Diagnóstico de lesiones se baja sospecha de malignidad, 
especialmente cuando la mamografía y la ecografía no son 
concluyentes. Es este caso, el rendimiento de la mamo-
grafía con realce de contraste espectral se ha demostrado 
igual al de la RM. 
• Estudio complementario de lesiones malignas de reciente 
diagnóstico.
• Valoración de la respuesta al tratamiento quimioterápico 
neoadyuvante y seguimiento posquirúrgico en sustitución 
a la RM. 
• Pacientes no aptas para el estudio por RM.
La mamografía va a ser de utilidad en tres circunstancias: 
en pacientes con síntomas/signos mamarios, en el cribado de 
cáncer de mama y en el seguimiento especial en pacientes 
de riesgo.
Paciente con síntomas/signos mamarios
Ante la presencia de un nódulo palpable, dolor (mastalgia no 
cíclica), secreción patológica (verdosa, blanquecina o sangui-
nolenta), modificación cutánea y/o del complejo areola-pezón 
y cambios en la forma o simetría de las mamas, se debe rea-
lizar una prueba de imagen mamaria, la cual va a depender 
fundamentalmente de la edad de la paciente, así como de su 
riesgo personal de cáncer de mama:
• Pacientes mayores de 35 años o entre 30-35 años, con 
antecedentes de familiares de primer grado con cáncer 
de mama: se inicia un estudio con mamografía y, por 
supuesto, se complementará con ecografía siempre y 
cuando sea necesario (si se precisa mayor información y/o 
lesión no visible en mamografía).
• Pacientes menores de 30 años (con o sin antecedentes 
familiares de cáncer de mama) o entre 30-35 años sin 
antecedentes de cáncer de mama: se iniciará un estudio 
con ecografía. La mamografía quedará relegada a una 
lesión sospechosa o no visible en ecografía. Las pacien-
tes entre 30 y 35 años constituyen un rango de edad 
donde no existe un consenso uniforme entre las diferen-
tes sociedades científicas sobre qué prueba realizar ini-
cialmente, por lo que queda aceptada tanto la ecografía 
como la mamografía. 
Tabla 6-5. Clasificación de las asimetrías en la 5ª edición 
del BI-RADS
Tipos Características Categoría
Asimetría Visible en una única proyección BI-RADS 1
Asimetría 
global
Visible en más de una proyección. 
Extensión mayor que un cuadrante BI-RADS 2
Asimetría 
focal
Visible en más de una proyección. 
Extensión menor que un cuadrante BI-RADS 3
Asimetría en 
crecimiento/
desarrollo
Asimetría focal de nueva aparición, más 
evidente o que ha aumentado respecto a 
mamografías previas
BI-RADS 4B
BI-RADS: sistema de reporte y base de datos de imágenes mamarias (Breast Imaging 
Reporting and Data System).
Figura 6-13. Mamografías. A) Mamografía craneocaudal con con-
traste intravenoso (proyección de baja energía), donde se observan 
microcalcificaciones amorfas de distribución lineal, localizadas en la 
unión de cuadrantes internos de la mama izquierda. Con código de 
clasificación 4 del sistema de reporte y base de datos de imágenes 
mamarias (BI-RADS®, Breast Imaging Reporting and Data System). 
B) Imagen combinada tras aplicar el algoritmo de sustracción, donde 
se muestra un patrón de captación de fondo mínimo difuso bilateral 
y simétrico. No se identifican áreas de captación incrementada con 
contraste intravenoso en el resto del parénquima. 
A B
14 MÓDULO II • Abordaje clínico
© EDITORIAL MÉDICA PANAMERICANA Máster de Formación Permanente en Ginecología
Cribado de cáncer de mama
El cribado mamográfico ha conseguido, además de reducir la 
mortalidad por cáncer de mama, detectar tumores de pequeño 
tamaño sin afectación ganglionar, lo que a su vez ha permitido 
realizar cirugías más conservadoras, menos agresivas y con un 
gran impacto en la calidad de vida de las pacientes. 
El Sistema Nacional de Salud contempla el cribado de cáncer 
de mama entre los 45-50 años hasta los 70, de forma bienal. 
Las pacientes portadoras de prótesis mamarias (estéticas o 
terapéuticas) siguen el mismo cribado basado en mamografía 
que las pacientes sin prótesis. En este caso, se va a presentar 
una mayor dificultad técnica, y es necesario un grado de com-
presión menor para evitar la rotura de la prótesis. 
Las mamografías con prótesis retroglandulares van a pre-
sentar una mayor dificultad técnica y de interpretación, al 
verse el tejido glandular mamario comprimido entre la piel 
y la prótesis. 
En las pacientes con prótesis mamarias, además de las pro-
yecciones habituales, se realiza la maniobra de Eklund, que 
consiste en traccionar la mama hacia fuera y desplazar la prótesis 
contra la pared torácica, para intentar comprimir la mayor 
parte de tejido mamario y evitar que partes más profundas del 
mismo no puedan ser evaluadas (se asume que hasta un 25 % 
del tejido mamario puede llegar a no ser visible). 
Tan solo se saldrán del cribado mamográfico las siguientes 
pacientes portadoras de prótesis:
• Si la mujer rechaza hacérsela una vez informada (no se le 
indicará ninguna otra prueba de imagen).
• Si refiere prótesis de tipo PIP (sigla que proviene del nom-
bre de compañía francesa Poly Implant Prothèse que las 
fabrica).
• Si refiere o presenta síntomas de contractura capsular de 
la prótesis estética grado III o IV de la escala de Baker 
(Tabla 6-6). 
Seguimiento especial en pacientes de riesgo
Existe grupos con un riesgo aumentado de padecer cáncer de 
mama, por lo que en estos, las mamografías se van a realizar 
de forma más periódica y con una edad de comienzo más 
temprana:
• Pacientes de familiares con cáncer de mama: las pacientes 
consideradas de alto riesgo (mutación en el gen BRCA, 
familiar de primer grado afecto), se van a realizar contro-
les mamográficos anuales partir de los 25-35 años (depen-
diendo de la edad de diagnóstico del familiar más joven 
afecto, los controles comenzarán unos 5-10 años antes). La 
ecografía se empleará de forma complementaria, y la RM, 
de forma alterna con la mamografía en caso de mutación 
genética de alto riesgo conocida (BRCA positiva). 
• Lesiones mamarias de alto riesgo de cáncer (hiperplasia 
ductal con atipia, hiperplasia ductalsin atipia en posme-
nopáusicas o con antecedentes familiares, neoplasia lobuli-
llar o lesión papilar): en estos casos, se realizará una explo-
ración física anual y mamografía bianual hasta los 40 años, 
exploración física y mamografía anuales entre los 40 y los 
50 años y exploración anual con seguimiento en el pro-
grama de cribado mamario hasta los 70 años. 
• Enfermedad de Hodgkin y tratamiento con radioterapia 
antes de los 30 años: también en casos de cáncer infantil 
y/o radioterapia a altas dosis. La indicación será comenzar 
con exploración y mamografía anuales 8 años tras termi-
nar la radioterapia, alternado con RM. 
La tomosíntesis mamaria consiste en una variación de 
la mamografía digital donde el tubo de rayos X se desplaza 
en un arco de giro completo, obteniendo así muchas imá-
genes de la mama en poco tiempo y realizando una pos-
terior reconstrucción de la misma de forma similar a una 
TC (imágenes en 2D y 3D). Tiene el inconveniente de que 
emplea una mayor tasa de radiación, aunque menor a la 
permitida para una mamografía convencional (3 miligray), 
pero la gran ventaja es que incrementa la tasa de detección 
del cáncer de mama (especialmente en mamas densas) y dis-
minuye la necesidad de biopsias innecesarias (se estima que 
disminuye hasta en un 20 % los falsos positivos y negativos 
de la mamografía). 
Gracias a que evita la superposición de los tejidos, permite 
establecer mejor los márgenes de los nódulos e identificar 
los bordes mal definidos y/o espiculados que pueden quedar 
enmascarados en la mamografía, especialmente en caso de 
mamas densas. Esto permite detectar un mayor número de 
cánceres infiltrantes y cicatrices esclerosantes complejas. Ade-
más, no precisa comprimir la mama, tan sólo inmovilizarla. 
Como desventajas, se pueden encontrar los artefactos 
producidos por movimientos y calcificaciones, así como los 
requerimientos de un entrenamiento específico de los técnicos 
y una interpretación más lenta, debido al mayor número de 
imágenes que leer. 
La forma más extendida de realizar la tomosíntesis es en 
combinación con la mamografía digital, aunque en algunos 
centros se realiza solo como prueba complementaria para 
resolver dudas de la mamografía (Fig. 6-14). 
Resonancia magnética mamaria
Su realización requiere que la paciente se coloque sobre la 
camilla en decúbito prono sobre una bobina mamaria, dis-
positivo que tiene las aberturas para los senos y se encarga 
de recibir las señales magnéticas emitidas por ambas mamas 
(Fig. 6-15). 
Tabla 6-6. Clasificación de la intensidad de la contractura 
capsular en prótesis mamarias. Escala de Baker
Grado Características de la mama
I Mama blanda y apariencia normal
II Mama	firme,	pero	apariencia	normal
III Mama	firme	y	anormal	(distorsión	visible	y	se	puede	palpar	
el implante)
IV Mama dura con gran distorsión en su forma, puede 
resultado dolorosa
15TEMA 6 • Técnicas de imagen no ecográficas aplicadas al estudio del aparato reproductor femenino y de la mama
© EDITORIAL MÉDICA PANAMERICANA Máster de Formación Permanente en Ginecología
Algunas lesiones benignas como los fibroadenomas presen-
tan unos fenómenos de realce muy similares a las neoplasias, 
por lo que pueden ser confundidos. Tiene una sensibilidad 
cercana al 100 % para el carcinoma ductal infiltrante, dismi-
nuyendo de forma importante en la detección del carcinoma 
ductal in situ y del carcinoma lobulillar. Es importante que sus 
hallazgos sean correlacionados con los de la mamografía y la 
ecografía, con el fin de llegar a un diagnóstico de presunción 
adecuado. También existen sistemas de biopsia dirigida por 
RM para aquellos hallazgos visibles únicamente mediante 
esta prueba. 
Su mecanismo de detección de lesiones malignas está 
basado en la neoangiogénesis tumoral, por ello, su empleo 
requiere la administración de un contraste paramagnético, 
como es el gadolinio (a excepción de la valoración de las 
prótesis mamarias en pacientes sin sospecha de cáncer que no 
requiere contraste) (Fig. 6-16). El realce de las lesiones por 
contraste en la RM dinámica se cuantifica en curvas cinéticas, 
analizando la captación cada 2-3 minutos. 
Las lesiones malignas se caracterizan por un realce de 
contraste rápido tras la administración del gadolinio, gene-
rando un realce heterogéneo que posteriormente se lava de 
forma rápida. Estos criterios se suman a los criterios de 
clasificación BI-RADS, para así poder catalogar las lesiones 
con mayor precisión. 
Es importante conocer un tipo de imagen específica de 
la RM, que son las áreas de realce no asociadas a lesiones 
visibles. Se suelen corresponder con áreas de tejido glan-
dular mamario que pueden ser simétricas, asimétricas, con 
Figura 6-14. Imágenes de mama. A) Mamografía craneocaudal de 
mama izquierda con contraste intravenoso, donde se visualiza un 
nódulo captante de bordes irregulares en el cuadrante superoexterno 
de 38,9 x 26,4 mm junto con captación heterogénea de fondo catalo-
gado como código de clasificación 5 del sistema de reporte y base de 
datos de imágenes mamarias (BI-RADS®, Breast Imaging Reporting 
and Data System). B) La misma imagen de tomosíntesis mamaria. 
A B
! La RM mamaria es la prueba con mayor sensibilidad 
para la detección del cáncer de mama (90-100 %), sin 
embargo, su especificidad ronda el 70-75 %, lo que obliga 
a asociarla a las demás pruebas (mamografía y ecogra-
fía) y usarla como complemento, no como sustituta. 
Figura 6-15. Bobina mamaria.
Figura 6-16. Resonancia magnética mamaria con contraste intra-
venoso bilateral. Implantes retropectorales bilaterales con mínimo 
seroma periprotésico bilateral. En la mama derecha, se visualizan 
al menos cuatro focos de realce nodular tras la administración de 
contraste, que se correlacionan con focos hipointensos en T2, en una 
localización paraareolar externa profunda, la unión de cuadrantes 
externos, el cuadrante inferior externo y la unión de cuadrantes infe-
riores. La lesión dominante se encuentra en íntimo contacto con la 
cápsula externa de la prótesis. Con código de clasificación 5 del sis-
tema de reporte y base de datos de imágenes mamarias (BI-RADS®, 
Breast Imaging Reporting and Data System).
16 MÓDULO II • Abordaje clínico
© EDITORIAL MÉDICA PANAMERICANA Máster de Formación Permanente en Ginecología
patrón homogéneo, heterogéneo, etc., y suelen requerir 
evaluación mediante ecografía y, en muchas ocasiones, 
biopsia dirigida. 
La densidad del tejido glandular mamario se clasifica, al 
igual que en la mamografía, en cuatro categorías (a, b, c y 
d). Además, existe el patrón de realce de fondo, el cual es 
considerado por el sistema BI-RADS® como una caracte-
rística normal del tejido mamario independiente del ciclo 
menstrual, estado hormonal y la cantidad de tejido, aun-
que acepta que es más prominente en mujeres jóvenes con 
mamas densas, y en la segunda mitad del ciclo, en mujeres 
premenopáusicas. 
Las principales indicaciones de la RM en el estudio mama-
rio son:
• Estadificación preoperatoria locorregional del cáncer de 
mama: para la valoración del tamaño tumoral, la multifo-
calidad y la multicentricidad, la valoración de componente 
intraductal extenso, las cadenas ganglionares, la afectación 
por contigüidad a estructuras vecinas, como la parrilla cos-
tal, la piel, el complejo areola-pezón, etc., así como de la 
mama contralateral. 
• Complemento a la mamografía y ecografía en casos dudo-
sos o no concluyentes: como puede ocurrir en las mamas 
densas y en asimetrías de difícil evaluación. 
• Diagnóstico diferencial entre recidiva tumoral y cambios 
posquirúrgicos: se recomienda realizarla entre 6-12 meses 
tras la cirugía y 18 meses tras la radioterapia. La necrosis 
grasa es una causa frecuente de falsos positivos en estas 
pacientes. 
• Estadificación posquirúrgica: antes de 28 días tras la cirugía. 
• Localización exacta de la lesión cuando no es posible por 
otras pruebas de imagen.
• Evaluación de prótesis mamarias: especialmente cuando 
ha existidoun cáncer de mama, para distinguir entre cica-
triz y recidiva.
• Búsqueda de carcinoma oculto: en caso de metástasis axi-
lares positivas con pruebas de imagen negativas (mamo-
grafía y ecografía), la RM ha demostrado la existencia de 
un tumor primario hasta en un 88 % de los casos. 
• Evaluar una respuesta a quimioterapia neoadyuvante.
• Pacientes con mutación genética conocida (BRCA): en 
estos casos, el uso de la RM se alternará con la mamografía 
anualmente. Sin embargo, en caso de hallazgos patológicos 
en la RM, estos se deben confirmar con una mamografía 
y ecografía, dado el elevado número de falsos positivos en 
RM (especificidad subóptima).
Para compensar su baja especificidad, se han desarrollado 
nuevas aplicaciones y secuencias entre las que se pueden dis-
tinguir las siguientes:
• Secuencias de difusión: se basa en el principio de la difu-
sión del agua, la cual es diferente en los tejidos normales 
que en los tumores. Puede ser realizada sin aumento del 
tiempo de examen y utiliza una secuencia específica de 
imágenes ecoplanares sin contraste intravenoso. El coe-
ficiente de difusión aparente (CDA) es el valor utilizado 
para cuantificar esa movilidad de las moléculas de agua, 
y es característico para cada tejido: se afecta por la densi-
dad celular de las lesiones, la estructura de los tumores y 
su microvascularización. La disminución del CDA refleja 
una mayor celularidad y, por tanto, menor movimiento del 
agua y de su difusión, lo que provoca una caída del CDA. 
Por ello, los tumores presentan un CDA más bajo, al con-
trario de las lesiones benignas como los quistes. Tiene una 
baja resolución espacial, por lo que no es muy útil para 
evaluar lesiones pequeñas. Algunos estudios están demos-
trando su utilidad en la detección de micrometástasis, dado 
que los ganglios infiltrados presentan una mayor celulari-
dad y, por tanto, menor difusión del agua y CDA más bajo. 
• La espectroscopia: es una técnica que estudia los per-
files metabólicos de los tejidos. Detecta y cuantifica las 
señales de RM de ciertas moléculas que se encuentran 
en concentraciones más bajas que el agua. En el cáncer 
de mama, se emplea el biomarcador denominado pico de 
fosfocolina para clasificar las lesiones como benignas o 
malignas. 
Tomografía por emisión de positrones-tomografía 
computarizada
El uso de la PET-TC no está extendido en el caso del cáncer 
de mama, tan solo estaría indicado en los siguientes casos:
• Estadificación preoperatoria en pacientes con alto riesgo 
de metástasis en sustitución a la TC o gammagrafía ósea: 
carcinoma inflamatorio, estadios IIB o IIIA operable.
• Estudio de metástasis ganglionares por encima del nivel 
Berg II (ganglios infraclaviculares). 
• Pacientes con sospecha de recurrencia con pruebas de ima-
gen negativas y aumento de marcadores tumorales. 
• Pacientes que van a ser sometidas a quimioterapia neoad-
yuvante. Con el fin de evaluar la respuesta al tratamiento, 
es necesario contar con un PET previo al inicio del mismo 
y otro al finalizarlo.
• Otras situaciones clínicas con indicación relativa son: la 
planificación radioterápica, la valoración de respuesta a 
la quimioterapia o la evaluación de masas dudosas tras 
una RM. 
Otras pruebas de imagen en el estudio de la mama
En la actualidad, se están desarrollando pruebas basadas 
en medicina nuclear para mejorar el diagnóstico de lesio-
nes mamarias y ayudar a determinar con mayor exactitud 
la extensión de un cáncer de mama. Son las denominadas 
mamografías mediante imagen molecular PET. Su papel se 
! La mamografía continúa siendo hoy en día la prueba de 
imagen más importante en el estudio de la patología 
mamaria y la única aceptada en los programas de cri-
bado poblacional. Otras pruebas, como la ecografía y 
la RM, tienen su indicación en contextos y condiciones 
muy concretas, además de su papel complementario a 
la mamografía, fundamental en el diagnóstico de lesio-
nes benignas y malignas (Fig. 6-17). 
17TEMA 6 • Técnicas de imagen no ecográficas aplicadas al estudio del aparato reproductor femenino y de la mama
© EDITORIAL MÉDICA PANAMERICANA Máster de Formación Permanente en Ginecología
centra en mejorar el estudio preoperatorio de las pacientes 
con cáncer de mama, para ver si es posible detectar nuevos 
focos tumorales y ayudando a definir la naturaleza benigna/
maligna de las lesiones. Sin embargo, a pesar de que presenta 
una elevada sensibilidad, así como valor predictivo positivo, 
no ha mostrado diferencias estadísticamente significativas 
hasta el momento con las otras pruebas de imagen mamarias 
(mamografía y RM). 
Figura 6-17. Algoritmo de deci-
sión en caso de detección de lesión 
mamaria. 
AF: antecedentes familiares; FR: 
factores de riesgo; RM: resonan-
cia magnética.
Lesión probablemente
maligna
Lesión probablemente
benigna
MamografíaEcografía
Lesión mamaria
> 35 sin AF
> 30 con AF
< 35 sin AF
< 30 con AF
Lesión dudosa
Biopsia dirigidaControles
 cada 6 mesesRM mamaria/biopsia
Lesión benigna
Seguimiento según
protocolo de edad y FR
• Las principales pruebas complementarias en el estudio 
del aparato reproductor femenino son la TC y la RM, que a 
pesar de presentar la misma sensibilidad que la ecografía 
transvaginal, presentan una serie de desventajas que las 
obliga a desempeñar un papel secundario. 
• La principal limitación de la TC es la incapacidad para dis-
tinguir la naturaleza benigna o maligna de las lesiones.
• En la patología pélvica urgente, la TC va a permitir realizar 
un adecuado diagnóstico diferencial de posibles orígenes no 
ginecológicos, así como valorar su extensión y afectación del 
abdominoperitoneal. Además, puede ser la prueba inicial a 
realizar en niñas y mujeres que no han mantenido relaciones 
sexuales, en las que la ecografía transvaginal no es posible.
• La TC en la ginecología oncológica tiene un papel principal 
en el momento del diagnóstico inicial para la valoración de 
la extensión de la enfermedad a distancia, salvo en esta-
dios muy iniciales con factores pronóstico de bajo riesgo. 
• La PET-TC constituye una alternativa a la TC, especialmente 
en las sospechas clínicas o analíticas de recidiva tumoral con 
resultados del resto de pruebas de imagen dudosos, ya que 
permite discernir con mayor exactitud la naturaleza maligna 
de la lesión gracias al metabolismo expresado por la FDG. 
• La RM va a tener un papel fundamental en la caracteriza-
ción de las lesiones ováricas cuando existen dudas con la 
ecografía y en la valoración de las imágenes miometriales 
(tanto miomas como adenomiosis) en los casos en los que 
no se dispone de un ecografista experto.
• La RM es de gran utilidad como prueba en el momento del 
diagnóstico inicial para la valoración de la extensión loco-
rregional de pacientes con cánceres de vulva y cérvix, así 
como para la caracterización y delimitación de la lesión 
sospechosa de posible recidiva de cara a una indicación y 
planificación quirúrgica.
• La mamografía sigue siendo la prueba principal para el 
estudio de la patología mamaria y para el cribado radio-
lógico mamario. 
• La tomosíntesis mamaria suele ser empleada de forma 
conjunta con la mamografía para aumentar su sensibili-
dad y especificidad. 
• La RM mamaria, a pesar de tener sus indicaciones, con-
tinúa presentando un papel secundario a la mamografía, 
siendo de especial utilidad en la valoración de las lesio-
nes dudosas tras mamografía y ecografía y en el estudio 
de extensión preoperatorio. 
PUNTOS CLAVE
BIBLIOGRAFÍA
Acea B, Adrover E, Aguinaga M, Alés JE, Algara M, Apesteguía L, et al. Manual 
de práctica clínica en senología. 2ª ed. Madrid: Fundación Española de 
Senología y Patología Mamaria; 2012. 
Anastasi E, Gigli S, Ballesio L, Angeloni A, Manganaro L. The complementary 
role of imaging and tumor biomarkers in gynecological cancers: an update 
of the literature. Asian Pac J Cancer Prev. 2018;19:309-17.
Cibula D, Raspollini MR, Planchamp F, Centeno C, Chargari C, Felix A, et 
al. ESGO/ESTRO/ESP Guidelines

Continuar navegando