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1© EDITORIAL MÉDICA PANAMERICANA Máster de Formación Permanente en Ginecología A. M. Herrera Muñoz 6Técnicas de imagen no ecográficas aplicadas al estudio del aparato reproductor femenino y de la mama OBJETIVOS DE APRENDIZAJE • Conocer las técnicas de imagen, al margen de los ultrasonidos, aplicables al estudio del aparato genital femenino y la mama. • Comprender los diferentes mecanismos de acción de las técnicas de imagen. • Profundizar en sus principales características y potencial aplicabilidad en las diferentes patologías ginecológicas. • Decidir la idoneidad de cada técnica en las diferentes patologías ginecológicas, tanto benignas como malignas. INTRODUCCIÓN El estudio del aparato genital femenino se centra, fundamen- talmente, en el empleo de ultrasonidos, ya que se trata de una herramienta sensible, de fácil acceso, segura y costo efectiva. En la mama, por el contrario, el ultrasonido pierde ese papel principal y lo comparte con la mamografía, quedando rele- gado tan solo como prueba inicial en aquellas pacientes de menos de 35 años. Sin embargo, a pesar de que la ecografía (transvaginal o rectal) ha de ser considerada como técnica de elección para el estudio inicial del aparato reproductor femenino, existen otras técnicas de imagen que van a permitir realizar diagnósticos diferenciales, evaluar lesiones que no son totalmente caracteri- zables por ultrasonidos, conocer el compromiso extrapelviano de neoplasias malignas y estadificar neoplasias pélvicas, entre otras aplicaciones. Es importante conocer las ventajas y limitaciones de cada técnica de imagen, así como su disponibilidad, riesgos, costes y rendimiento (sensibilidad y especificidad). Las pruebas complementarias a la ecografía en el estudio del aparato genital femenino son la tomografía computarizada (TC) y la resonancia magnética (RM), ambas tienen un papel diagnóstico muy similar al de la ecografía (especialmente en la patología benigna aguda), y pueden complementar, ampliar o, incluso, sustituir a la ecografía transvaginal en algunas patolo- gías o ante determinadas condiciones físicas de las pacientes. Sin embargo, a pesar de que constituyen pruebas con una magnífica capacidad de resolución, así como de orientación espacial, este papel complementario se debe a una serie de desventajas prác- ticas que presentan y que se resumen a continuación: • Poca disponibilidad (dependiendo de los centros asisten- ciales). • Mayor coste. • Pueden requerir una preparación previa, así como del uso de medios de contraste. • Riesgos: asociados a los medios de contraste, así como a radiaciones ionizantes. • Resultados diferidos. En la mama, se va a utilizar la mamografía como método de screening (cribado) del cáncer mamario, y la ecografía va a quedar relegada a un papel complementario en caso de duda diagnóstica ante imágenes con bajo riesgo de malignidad y en mujeres con una elevada densidad mamaria. No obstante, la ecografía puede ser empleada como prueba de imagen inicial en mujeres por debajo de los 35 años, debido precisamente a que las mamas en este rango de edad son par- ticularmente densas y la mamografía no va a ser concluyente. La RM mamaria se trata de otra prueba complementaria que sirve para caracterizar mejor la naturaleza de las lesiones mamarias detectadas por mamografía o ecografía (benigna o maligna) y, así, evaluar otras lesiones satélites no vistas en las pruebas iniciales de screening que ayuden a adoptar la conducta terapéutica más adecuada. ! Las pruebas de imagen constituyen un elemento de apoyo para establecer una sospecha diagnóstica, la cual ha de estar sustentada siempre en una buena anam- nesis y una adecuada exploración física. ! En el estudio del aparato genital femenino, la ecogra- fía transvaginal constituye el estándar de oro, dada su accesibilidad y seguridad, así como su elevada sensibi- lidad, mientras que la TC y la RM van a ser empleadas solo en caso de duda diagnóstica, compromiso extrapel- viano y en el estadiaje y recidiva de neoplasias malignas. 2 MÓDULO II • Abordaje clínico © EDITORIAL MÉDICA PANAMERICANA Máster de Formación Permanente en Ginecología TÉCNICAS DE IMAGEN EMPLEADAS EN EL ESTUDIO DEL APARATO GENITAL FEMENINO A continuación, se describen las principales técnicas de ima- gen empleadas en el estudio del aparato genital femenino y la mama, comentando su mecanismo de acción, las princi- pales indicaciones y la patología ginecológica en la que están indicadas. La tomografía computarizada La TC, también conocida como «escáner», es una fuente motorizada de rayos X (radiación electromagnética con mayor energía que la luz, capaz de atravesar los cuerpos generando sombras, que dependen de la cantidad de ener- gía absorbida por cada materia), que gira alrededor de una abertura en forma de rosca denominada gantry. El paciente permanece tumbado bocarriba en la cama, que se mueve lentamente a través del gantry, mientras que el tubo de rayos X gira alrededor del paciente, disparando haces de rayos X a través del cuerpo. Los rayos X que salen del paciente son captados por detec- tores digitales situados enfrente de la fuente de rayos X y son transmitidos a un ordenador. Este genera imágenes bidimen- sionales en forma de cortes con grosores de tejido que oscilan entre 1 y 10 mm. Se pueden mostrar los cortes de forma individual o apilados, generando una imagen tridimensional (3D) del individuo, lo cual ofrece grandes ventajas a la hora de localizar exactamente el lugar donde puede estar situada una lesión (Fig. 6-1). Los escáneres de TC empleados hoy día en la mayoría de los centros asistenciales se denominan tomografía computarizada multidetector. Estos escáneres presentan mayor número de detectores que los aparatos de TC clásicos iniciales, y cuentan con procesadores mucho más actualizados y potentes que permiten la obtención de imágenes de forma mucho más rápida y en menos tiempo, con mejor resolución espacial (reconstrucción multiplanar), lo que conlleva a la obtención de mayor número de imágenes, con más calidad y aplicando menor cantidad de radiación. El empleo de la TC en ginecología requiere, habitualmente, el uso de contraste intravenoso para realizar una mejor apro- ximación diagnóstica, teniendo en cuenta la vascularización y el realce de los diferentes tejidos, así como la lesión a estudiar. Se emplean contrastes yodados que tienen el inconveniente de ser nefrotóxicos y que pueden producir reacciones adversas, siendo estas más frecuentes en los siguientes 15-20 minutos tras la administración del contraste. Los contrastes yodados más empleados son los monómeros no iónicos, los cuales presentan las ventajas de tener menos osmo- laridad y presentar menos reacciones adversas que los iónicos (más nefrotóxicos). El estudio se realiza en la fase portal, es decir, cuando el contraste ha llegado por vía portal y persiste por vía arterial, permitiendo visualizar el árbol vascular de la zona abdominal y pélvica. Esta fase solo es visible entre 60 y 80 segundos tras la administración del contraste, por lo que el estudio deberá ser realizado en este tiempo. El empleo de la TC también puede requerir, en ocasiones, el empleo de contrastes vía oral para distinguir mejor las estructuras digestivas, lo cual depende del grado de urgencia que requiera la prueba, así como de la experiencia del propio radiólogo. Los contrastes más empleados en la TC son el sulfato de bario (llamado contraste positivo, porque permite ver el tubo digestivo en un tono más blanco, hiperdenso) y el agua, que hace que el aparato digestivo se vea en una tonalidad gris más oscura o negro (contraste neutro o negativo). A continuación, se dan las principales indicaciones para realizar una TC en ginecología. Evaluación o diagnóstico de patología pélvica urgente En el diagnóstico de patología ginecológica urgente, espe- cialmente la relacionada con patología anexial (tubárica u ovárica), la ecografíava a aportar un diagnóstico más próximo y certero. Sin embargo, ante casos de diagnóstico incierto o donde no se pueda descartar un origen diges- tivo de la lesión (suelen ser casos donde existe una masa o plastrón de difícil determinación, donde puede coexistir una infección/inflamación, adherencias o coágulos), la TC puede aproximar tanto el origen como la extensión pélvica de la lesión. En los casos de quistes hemorrágicos (tanto cuerpos lúteos como folículos), así como en embarazos ectópicos, la ecografía en manos expertas presenta una mejor sensibilidad y especi- ficidad para el diagnóstico que la TC. En estos casos, la TC se va a limitar a dar información de una lesión unilocular o multilocular, con diferentes niveles de líquido-líquido y con la presencia, asociada o no, de hemoperitoneo. Figura 6-1. Máquina de tomografía computarizada. ! La principal limitación del TC es la escasa caracteri- zación tisular, es decir, los criterios morforradiológi- cos son insuficientes para caracterizar una lesión como benigna o maligna, así como para diferenciar la fibrosis posquirúrgica/posradioterapia de las recidivas en las masas residuales. 3TEMA 6 • Técnicas de imagen no ecográficas aplicadas al estudio del aparato reproductor femenino y de la mama © EDITORIAL MÉDICA PANAMERICANA Máster de Formación Permanente en Ginecología La enfermedad pélvica inflamatoria (EPI) puede dar muchos cuadros clínicos y de imagen diferentes en forma de endome- tritis, salpingitis, absceso tuboovárico y/o pelviperitonitis. La TC puede ayudar a la caracterización de una lesión anexial de posible origen infeccioso/inflamatorio, mostrando lesiones hipodensas, serpiginosas y de paredes engrosadas que realzan con contraste en la periferia, trabeculación grasa, además de localizar abscesos pélvicos y de origen extraginecológico, así como definir signos de peritonitis localizada o difusa; pero no aporta mayor eficacia diagnóstica a la ecografía en casos agu- dos. Sí que puede aportar información en casos de evolución subaguda o en el diagnóstico diferencial de otros cuadros no ginecológicos de naturaleza infecciosa/inflamatoria, que pueden confundirse con una EPI, tales como un plastrón apendicular, diverticulitis o peritonitis de origen no ginecológico (Fig. 6-2). En el caso de la torsión anexial, la cual ocurre cuando el ovario rota sobre su pedículo vascular comprometiendo el flujo sanguíneo a dicho ovario, se va a visualizar una masa anexial en el 50-70 % de los casos, cuyas características eco- gráficas van a depender del tiempo de evolución. La causa secundaria es la más frecuente, asociada a tumoración ovárica, sobre todo a teratomas. La TC, en estos casos, va a aportar hallazgos inespecíficos, como un ovario aumentado de tamaño por el edema y la congestión vascular, que se suele colocar de forma craneal al útero y con los folículos situados en la periferia, así como una desviación del útero hacia el lado patológico y algo de líquido libre en el saco de Douglas. Sin embargo, en casos donde existe una gran distorsión de la anatomía por una masa anexial, que desplaza en la zona cefálica los órganos pélvicos, alejándolos de la visión de la eco- grafía transvaginal, la TC puede ser útil si muestra congestión del mesoovario torcido y remolino vascular (whirlpool), con un diagnóstico cierto de esta patología (Fig. 6-3). La TC también es de utilidad en el caso de sospecha de teratomas complicados con rotura, identificando signos específicos de peritonitis química, como lóculos nodulares de aspecto graso distribuidos por la cavidad peritoneal. Estudio de extensión de neoplasias ginecológicas El estadiaje de los cánceres ginecológicos (cérvix, mama, endo- metrio, ovario y vulva) es un proceso fundamental a la hora de decidir el plan terapéutico de cada paciente. La extensión locorregional, así como la afectación a distancia (metástasis en ganglios y afectación de otros órganos), van a predecir el pronóstico clínico y la supervivencia de las pacientes, así como el abordaje terapéutico. Antes de planificar una cirugía es preciso conocer exacta- mente qué extensión presenta el cáncer, es fundamental para decidir el abordaje, el tipo de cirugía, y considerar si es mejor un tratamiento prequirúrgico (por ejemplo, quimioterapia neoadyuvante) o incluso si es inoperable y hay que dar un tratamiento paliativo. Las diferentes técnicas que se emplean para el estudio de extensión y estadiaje del cáncer son los ultrasonidos, la TC, la RM y la tomografía por emisión de positrones (PET)-TC. Todas estas técnicas se pueden emplear para el estudio de Figura 6-3. Torsión ovárica en tomografía computarizada. En la región craneal y anterior al útero y la vejiga y ligeramente lateralizada hacia la derecha, se observa una masa sólida de densidad heterogénea, con un área central más hipocaptante y algunas imágenes nodulares hipo- densas en la periferia, sin significativa vascularización en la explora- ción de ecografía Doppler en relación con una torsión ovárica derecha. ! • En aquellos casos donde no sea posible la realización de una ecografía transvaginal/transrectal, como en el caso de niñas y/o adolescentes o mujeres que no han iniciado relaciones sexuales, la TC es una de las principales técnicas de imagen, junto con la ecografía abdominal, para el estudio y la evaluación del dolor pélvico agudo. • La ecografía transvaginal continúa siendo el estándar de oro en la evaluación y el diagnóstico de la pato- logía ginecológica de urgencias. La utilidad de la TC viene determinada por su capacidad para distinguir la implicación del sistema digestivo y, por tanto, el diagnóstico de un posible origen extraginecológico, así como evaluar la extensión de la lesión y la afec- tación peritoneal. Figura 6-2. Imagen ecoplanar en tomografía computarizada. Se observa una colección parauterina izquierda de 2 cm con captación de la pared, sugestiva de absceso compatible con salpingitis izquierda residual en el contexto de una enfermedad inflamatoria pélvica ya tra- tada y subaguda. Mioma uterino subseroso, de localización anterola- teral derecha de 36 x 28 mm. 36,13 mm 22,12 mm 28,94 mm 4 MÓDULO II • Abordaje clínico © EDITORIAL MÉDICA PANAMERICANA Máster de Formación Permanente en Ginecología metástasis en los ganglios linfáticos, sin embargo, la preci- sión de cada una de ellas es diferente según el tipo de cáncer ginecológico tratado, y existe controversia en las publicaciones científicas sobre el uso idóneo en cada indicación. Un metaanálisis publicado en el año 2017 desveló que la capacidad de cada una de estas técnicas para detectar metásta- sis en ganglios linfáticos fue de un 71 % para los ultrasonidos, un 69 % para la PET-TC, un 50 % para la imagen potenciada en difusión por RM y un 47 % para la TC. La PET-TC se trata de un aparato híbrido que combina un escáner helicoidal multicorona y un tomógrafo PET de altas prestaciones. Esta técnica presenta una ventaja fundamental sobre la TC, y es que permite diferenciar el origen benigno o maligno de una lesión, principal limitación de la TC, como ya se ha comentado. Se basa en la obtención de imágenes tomográficas de la distribución tridimensional en el organismo de radiofármacos emisores de positrones, los cuales reflejan procesos bioquími- cos in vivo. Los radiofármacos-PET se administran por vía intravenosa, se distribuyen por el torrente sanguíneo y son metabolizados al igual que sus análogos. El parámetro más estudiado es el metabolismo de la glu- cosa a nivel tumoral. El análogo de la glucosa denominado 2-fluoro-2-desoxi-D-glucosa (FDG) refleja la utilización de la glucosa por los tejidos. Las células tumorales presentan un mayor consumo de glucosa respecto a las células normales, como consecuencia de su mayor tasa de glucolisis, mayor penetración de la glucosa a través de las membranas y la mayor actividad de algunas enzimas. La distribución corporal del FDGes detectado gracias a la incorporación metabólica de dicho análogo en las células y al átomo radioactivo flúor-18, que va unido a su segundo car- bono. El flúor-18 se desintegra emitiendo positrones, los cuales son aniquilados, y de la misma surgen dos fotones en la misma dirección, pero en sentido contrario, que inciden en los detec- tores del anillo del tomógrafo, de esta manera se detecta qué zonas del organismo presentan un mayor consumo de glucosa. Su principal indicación en oncología es en la evaluación de la recidiva tumoral, sobre todo, en el estudio de lesiones equí- vocas o dudosas imágenes radiológicas, así como en la rees- tadificación preoperatoria, ante una recidiva potencialmente curable mediante resección. También es de gran utilidad ante la elevación de los marcadores tumorales sin evidencia de enfermedad mediante las técnicas de imagen convencionales y en el seguimiento del tratamiento del paciente oncológico (Fig. 6-4). Tanto la TC como la PET-TC no resultan de utilidad para establecer el estadiaje de neoplasias ginecológicas dado que no presentan capacidad para detectar micrometástasis ganglio- nares. Sin embargo, sirven para conocer la extensión local y a distancia en estadios localmente avanzados para plantear así ! La presencia de micrometástasis en los ganglios linfá- ticos no suele ser identificada por ninguna de las prue- bas de imagen, es por ello que el estadiaje de la mayoría de los cánceres ginecológicos continúa siendo quirúrgico (mediante el estudio intraoperatorio de la biopsia selectiva del ganglio centinela y/o diferido tras una linfadenectomía). ! La TC presenta una serie de ventajas en el estudio de extensión de las neoplasias ginecológicas: • Disponibilidad inmediata. • Tiempos cortos de adquisición de imágenes. • Gran campo de visión. • Elevada resolución espacial. • Rápida capacidad para realizar reconstrucciones multiplanares. • Posibilidad de realizar biopsia guiada por TC. También presenta algunas desventajas: • Uso de radiación ionizante, especialmente impor- tante en gente joven o en embarazadas (donde está contraindicado). • Empeoramiento de calidad de la imagen en caso de implantes metálicos, como puede ser una prótesis de cadera. • Morbilidad asociada al uso de contrastes yodados (contraindicado en caso de alergia a estos). ! El gran rendimiento diagnóstico de la PET-TC está basado en dos factores: • Permite detectar el metabolismo tumoral anormal sin necesidad de que aumente de tamaño y, por tanto, antes de que los cambios resulten aparentes en las técnicas de imagen anatómicas. • Se trata de una técnica de cuerpo entero que permite detectar focos de origen tumoral en cualquier zona, incluso en lugares no sospechados. • La FDG no presenta reacciones adversas. Inconvenientes de la PET-TC: • Escasa definición anatómica. • Presencia de falsos positivos (infección aguda o infla- mación). • Presencia de falsos negativos en casos selecciona- dos (pacientes con hiperglucemias, micrometástasis, tumores con poca celularidad). Figura 6-4. Tomografía por emisión de positrones-tomografía compu- tarizada en paciente con cáncer de endometrio en estadio IVB. A) Se observan varios focos hipermetabólicos correspondientes con adeno- patías a nivel hiliar bilateral. Estos focos son sugestivos, por su foca- lidad y alta tasa, de afectación ganglionar metastásica. B) Aparece un área hipermetabólica en la pelvis en la zona del endometrio, lo que se corresponde con una neoplasia ya conocida. A B 5TEMA 6 • Técnicas de imagen no ecográficas aplicadas al estudio del aparato reproductor femenino y de la mama © EDITORIAL MÉDICA PANAMERICANA Máster de Formación Permanente en Ginecología el tratamiento más adecuado. Además, también van a servir para el seguimiento posquirúrgico de algunos cánceres y en la evaluación de recidivas (especialmente el PET-TC). A continuación, se comentarán las indicaciones de la TC para los distintos tipos de cánceres ginecológicos. Cáncer de cérvix Las recomendaciones actuales indican el uso de la TC tora- coabdominopélvica (TAP) como método diagnóstico de esta- dificación ganglionar y a distancia en pacientes con cáncer de cérvix locamente avanzado o estadio inicial con imágenes sospechosas (por ecografía o RM) de ganglios sospechosos. En este mismo contexto, la PET-TC parece presentar mayor rendimiento. Las recomendaciones de todas las guías consideran que las pruebas de imagen durante el seguimiento deben realizarse únicamente en función del riesgo de recurrencia, síntomas o hallazgos que sugieran recurrencia y/o efectos secundarios. En función de los síntomas, la prueba de imagen debe variar para una exploración dirigida (imagen de resonancia magnética, ecografía, TC o PET-TC). Cáncer de endometrio El empleo de TC-TAP como estudio inicial de pacientes con sospecha de cáncer de endometrio es recomendable en todos los casos, si bien en los grupos de bajo riesgo pronóstico, puede llegar a obviarse principalmente en centros con falta de disponibilidad y medios. La PET-TC no estará indicada en estos casos de rutina, pero su papel será importante en el caso de sospecha de una recaída (sensibilidad superior a la de la TC). Las recomendaciones de todas las guías consideran que las pruebas de imagen durante el seguimiento deben realizarse únicamente en función del riesgo de recurrencia, síntomas o hallazgos que sugieran recurrencia y/o efectos secundarios. En función de los síntomas, la prueba de imagen debe variar para una exploración dirigida (imagen de resonancia magnética, ecografía, TC o PET-TC). Cáncer de ovario En pacientes con sospecha de cáncer de ovario en estadio inicial o avanzado, se recomienda, como estudio preopera- torio, la realización de una TC TAP para el estudio de la enfermedad a distancia. El empleo de la TC también está recomendado, aunque basado en una evidencia menor, tras la cirugía del cáncer de ovario avanzado, con el objeto de evaluar la progresión de la enfermedad o enfermedad residual, previamente al inicio de la quimioterapia. La PET-TC sí que puede tener indicación principal en casos seleccionados de cáncer de ovario avanzado y/o sospe- cha de recidiva. El seguimiento de las pacientes que han sido tratadas de un cáncer de ovario se hace mediante seguimiento clínico y del marcador tumoral Ca-125, quedando relegado el uso de la TC tan solo para aquellos casos de sospecha clínica y/o elevación de dicho marcador. Cáncer de vulva Hasta un 30 % de los tumores de vulva con enfermedad rese- cable presentan diseminación ganglionar. Cáncer de vagina El empleo de la TC y la PET-TC va a quedar relegado a casos localmente avanzados o cuando existen ganglios sospechosos, para así valorar su extensión local y a distancia y planificar el tratamiento más adecuado. La resonancia magnética La RM ha ido adquiriendo a lo largo de las últimas décadas un papel cada vez más relevante en el ámbito ginecoobstétrico, tanto en patología benigna como maligna. Se trata de una técnica radio- lógica que emplea el magnetismo, las ondas de radio y un soporte informático para obtener imágenes de cualquier parte del cuerpo. Su fundamento se basa en que ciertos núcleos atómicos, bajo campos magnéticos intensos, pueden absorber energía de radiofrecuencia y generar otra señal de radiofrecuencia captada por una antena receptora. El equipo está formado por un tubo rodeado de un imán circu- lar gigante. El paciente se tumba en una camilla que se introduce dentro del tubo, creando un campo magnético que alinea los protones de los átomos de hidrógeno del cuerpo que se exponen posteriormente a ondas de radio, produciendo nuevas ondas de radio que son captadas por un receptor especial (Fig. 6-5). ! • Tan solo en aquellas pacientes que no sean candida- tas a cirugía primaria, bien por enfermedad exten- dida y/o comorbilidades asociadas que contraindi- quen la cirugía, el estado ganglionar se evaluará mediante técnicas deimagen como la ecografía, la TC, la PET-TC y/o la RM. A partir de un estadio IB de la clasificación de la International Federation of Obstetrics and Gynecology (FIGO) (invasión estromal > 1 mm o > 20 mm de tamaño tumoral), estaría indi- cado realizar una TC TAP de estadificación. • Las pruebas de imagen durante el seguimiento deben realizarse únicamente en función de los riesgos de recurrencia, los síntomas o los hallazgos que sugie- ran recurrencia y/o efectos secundarios ! • Actualmente la RM puede considerarse la prueba de elección en el estudio de la patología ginecológica congénita, inflamatoria y tumoral, especialmente en la estadificación diagnóstica locorregional del cán- cer de cérvix, vulva y endometrio, con un rendimiento superior a la TC y permitiendo la diferenciación entre la fibrosis posradioterapia y la recidiva tumoral. • La resonancia magnética ponderada por difusión de todo el cuerpo (imagen potenciada en difusión/ima- gen de resonancia magnética-WB (blanco y negro por sus siglas en inglés) ha demostrado mayor ren- dimiento diagnóstico que la TC para la detección de la enfermedad peritoneal, y similar a PET-TC en la zona ganglionar. A pesar de las excelentes tasas de detección, su empleo no está generalizado. 6 MÓDULO II • Abordaje clínico © EDITORIAL MÉDICA PANAMERICANA Máster de Formación Permanente en Ginecología La información aportada por la RM mejora con el empleo de gadolinio, contraste intravenoso que aporta valiosa información sobre la vascularización de las lesio- nes a estudiar. A continuación, se resumen las principales indicaciones de la RM para realizar un estudio del aparato genital femenino. Valoración de anomalías congénitas Es la técnica de elección cuando la ecografía vaginal no resulta concluyente al 100 % o bien cuando no es posible realizarla (por ejemplo, en adolescentes que no han mantenido relaciones sexuales). Facilita información precisa sobre la vagina, el cérvix, la cavidad y las paredes uterinas, así como el contorno externo del útero y otras estructuras pélvicas, a excepción de las trom- pas. Para su realización, se puede aplicar gel de ecografía endo- vaginal que sirve de contraste para visualizar mejor la vagina. Diagnóstico diferencial de patología ovárica benigna La RM resulta de utilidad para la correcta caracterización de aquellas lesiones ováricas que sobrepasan los límites de la ventana ecográfica convencional (por ejemplo, en quistes mucinosos de 10 cm de diámetro) y como prueba comple- mentaria a la ecografía, cuando existe sospecha de malignidad, en caso de no disponer de un ecografista experto. Como ejemplo, la RM permite una mejor caracterización de los teratomas, dada la excelente resolución de contraste entre los distintos componentes: grasa, líquido y calcio (Fig. 6-6). Por otro lado, dadas sus distintas secuencias susceptibles de detección de los distintos productos de degradación de la hemoglobina, la RM resulta una técnica de imagen útil para la detección tanto de endometriomas ováricos y quistes hemorrágicos (sensibilidad del 90 % y especi- ficidad del 98 %) como de endometriosis extraovárica y extraperitoneal. Los endometriomas presentan una elevada señal en T1 aso- ciada a hemorragia recurrente junto con una baja señal en T2 (efecto shading o sombreado debido a la presencia de sangre en distintos estadios). El uso de gadolinio puede mostrar un realce inespecífico que no permite distinguir entre patología benigna y maligna. La detección de endometriosis peritoneal está basada en el hallazgo cicatricial y fibrótico producido por los focos endo- metriósicos con sangrado recurrente. Se pueden detectar masas nodulares y bandas fibróticas de baja señal en secuen- cias en T2 y en T1, donde también es posible detectar islotes de endometrio hiperintensos en T1 dentro de las mismas. El rendimiento de la RM para detectar nódulos hemorrági- cos sobre la superficie peritoneal subcentimétricos es inferior al Figura 6-5. Máquina de resonancia magnética. ! Entre las principales limitaciones de la RM destacan: • Coste superior al de otras técnicas. • Accesibilidad (no disponible en todos los centros). • Artefactos en la imagen por movimientos del paciente. • La presencia de cuerpo extraños metálicos, marcapa- sos, implantes cocleares, algunas prótesis ortopédicas, cuerpos extraños intraoculares, algunos tatuajes y vál- vulas cardíacas, contraindican la realización de dicha prueba, debido al magnetismo emitido por el imán. • Su uso está limitado en pacientes que sufren claus- trofobia (debido al túnel), en lactantes (si se requiere uso de gadolinio) y gestantes en el primer trimestre del embarazo (controvertido). • Falta de estandarización y curva de aprendizaje mayor para los radiólogos (Tabla 6-1). Tabla 6-1. Resumen de las principales limitaciones de las pruebas de imagen del aparato genital femenino TC • Escasa caracterización tisular • No distinción entre naturaleza benigna/maligna (si se hace PET-TC) • No distinción entre fibrosis posquirúrgica/posradiación de recidiva tumoral • Radiación ionizante (contraindicada en embarazadas) • Posible alergia a contraste yodado • Escasa capacidad de detección de metástasis ganglionares (no detecta micrometástasis) RM • Prueba de coste superior • Artefactos por movimiento • Contraindicación si es portadora de determinados elementos metálicos • Claustrofobia • Posibilidad de uso de contraste linfoespecíficos para la detección de micrometástasis ganglionares (limitación relativa) PET: tomografía por emisión de positrones; RM: resonancia magnética; TC: tomografía computarizada. ! La RM, en comparación con la ecografía en manos expertas, no presenta diferencias en cuanto a sensi- bilidad y especificidad diagnósticas. 7TEMA 6 • Técnicas de imagen no ecográficas aplicadas al estudio del aparato reproductor femenino y de la mama © EDITORIAL MÉDICA PANAMERICANA Máster de Formación Permanente en Ginecología de la laparoscopia. Los implantes pueden realzar con gadolinio, sin embargo, esta característica no es sensible ni específica. Diagnóstico de patología uterina benigna Los ultrasonidos constituyen la mejor técnica de imagen para catalogar los miomas uterinos (caracterización, ubicación, relación con endometrio, vascularización, etc.). Sin embargo, la RM mejora la capacidad de localización exacta de los mis- mos (sensibilidad del 93 % y especificidad del 100 %), así como su relación con la cavidad endometrial, a la vez que permite ver su comportamiento vascular. Además, resulta especialmente útil en aquellos miomas grandes extrapélvi- cos, en úteros miomatosos en paciente con deseos genésicos y control postoperatorio en cirugía conservadora. La adenomiosis se trata de una patología con una ele- vada prevalencia (30-50 %) y difícil diagnóstico, en la cual la ecografía presenta un papel muy limitado. La RM permite mejorar ostensiblemente el rendimiento diagnóstico de la ecografía (sensibilidad de hasta el 88 % y especificidad de hasta el 93 %) mediante el hallazgo de un engrosamiento > 10 mm de la zona de unión endometrio-miometrial, focos hemorrágicos subendometriales hiperintensos en T1 y estrías radiales subendometriales hiperintensas en T2. Además, la RM también permite la diferenciación entre leiomiomas y adenomiomas intramiometriales, los cuales presentan una peor definición, suelen ser alargados y con un islote hemorrágico central (Fig. 6-7). Valoración del suelo pélvico En este caso, se puede realizar una RM donde se le pide a la paciente que realice contracciones y relajaciones de la muscu- latura del suelo pélvico, para así obtener imágenes mientras la musculatura está relajada, como cuando está contraída. Ade- más, ayuda a seleccionar a las pacientes candidatas a cirugía y a establecer el abordaje adecuado. Se trata de una técnica que no está demasiado exten- dida y cada vez más en desuso, debido a que la ecografía transvaginal y transperineal está asumiendosu papel con un rendimiento diagnóstico similar, añadiendo además la posibilidad de una prueba dinámica a tiempo real (prolapso de órganos pélvicos, incontinencia de orina y fecal, así como obstrucciones). Estudio de la hipófisis La realización de una resonancia magnética cerebral va a resul- tar imprescindible para confirmar o descartar la presencia de Figura 6-6. Teratoma de ovario derecho en resonancia magnética pél- vica con contraste intravenoso. En el ovario derecho, se observa una lesión redondeada de contornos lobulados, de señal heterogénea en la totalidad de los pulsos, con señal predominantemente hiperintensa en secuencia T1 con baja intensidad de señal en las secuencias de saturación grasa (contenido graso) y tejido de partes blandas. Lesión compatible con teratoma maduro en el ovario derecho. ! Una de las principales indicaciones de los ultrasonidos es en el diagnóstico diferencial de miomas subserosos pediculados y masas anexiales, especialmente cuando no se han podido localizar los ovarios y/o la anatomía está distorsionada; así como en los miomas con dege- neración hemorrágica, donde la RM permite una mejor caracterización que los ultrasonidos en caso de no dis- poner de un ecografista experto. Figura 6-7. Útero miomatoso en resonancia magnética con contraste intravenoso. Se observa un útero globuloso, aumentado de tamaño a expensas de numerosos nódulos intramurales compatibles con mio- mas con tamaños que oscilan entre 1 y 5 cm, siendo el mayor de ellos de 57 x 45 mm en la cara lateral derecha uterina. 57,36 mm 45,98 mm 8 MÓDULO II • Abordaje clínico © EDITORIAL MÉDICA PANAMERICANA Máster de Formación Permanente en Ginecología un prolactinoma hipofisario en aquellos casos en los que la paciente presente unos niveles séricos de prolactina elevada. Lesiones en pacientes embarazadas Dado que la tomografía computarizada presenta radiaciones ionizantes, la resonancia magnética es la prueba de elección en pacientes embarazadas que cursen con dolor pélvico, masas pélvicas o neoplasias. Estudio de malformaciones fetales cuando la ecografía presente dudas La RM presenta una serie de ventajas sobre la ecografía, tiene mejor resolución espacial y no está limitada en el caso de oli- goamnios, por posición fetal inadecuada o sombras acústicas por la osificación de la calota fetal. Este último punto es espe- cialmente relevante ya que permite estudiar el cerebro fetal con una gran resolución. Entre sus desventajas, la presencia de artefactos por movimientos fetales, baja resolución espacial en el primer trimestre y claustrofobia o incomodidad de la paciente durante el estudio. La American College of Radio- logy aprobó su seguridad en cualquier trimestre del embarazo, aunque es conveniente esperar al segundo trimestre ya que los tamaños muestrales del primer trimestre son pequeños, y además su resolución es ligeramente menor. Su principal indicación es en el estudio del cerebro fetal, especialmente cuando existe una enfermedad cerebral grave en el embarazo anterior con ecografía normal, alteración que aparece aislada en ecografía, cuando se halla una alteración ecográfica cuyo estudio no se puede completar por limitación de la técnica (obesidad materna o posición fetal) o cuando existe riesgo elevado de anomalías del desarrollo cerebral, por ejemplo en el caso de infecciones o daño isquémico (Tabla 6-2). Detección, estadificación y seguimiento de patología maligna pélvica En la práctica totalidad de las guías actuales, la RM es universal- mente aceptada como la técnica de imagen más fiable y precisa para el diagnóstico, estadificación, planificación terapéutica y seguimiento de los carcinomas de cérvix y vulva, y en menor medida de endometrio. Cáncer de cérvix La prueba inicial para valorar la extensión locorregional, así como para planificar el tratamiento del cáncer de cérvix es la RM (Fig. 6-8). Además, también es una de las pruebas a realizar para planificar el tratamiento radioterápico posterior, así como la guía para la braquiterapia (de forma preferente mediante RM 3D). El papel de la RM en el seguimiento queda relegado a la existencia de sospecha de progresión/recidiva tras el examen clínico, siendo especialmente útil para diferenciar cambios inflamatorios secundarios a cirugía y/o radioterapia del tumor residual, así como para descartar la presencia de fístulas. Cáncer de endometrio Las técnicas de RM son muy específicas en la evaluación de la invasión profunda del miometrio, la afectación del estroma cervical y las metástasis en los ganglios linfáticos. El rendi- miento diagnóstico de la ecografía transvaginal en manos expertas y la RM para detectar la invasión miometrial en el carcinoma de endometrio es similar (Fig. 6-9). Cáncer de vulva En pacientes con tumor invasivo que afecta clínicamente los tejidos circundantes (tumores ≥ T2) o si el hallazgo es equí- Figura 6-8. Recidiva de cáncer de cérvix en resonancia magnética con contraste intravenoso. Formación infiltrativa de contornos irregulares en proyección de la cavidad endometrial, en la zona del istmo cervical, de señal heterogénea predominante hiperintensa en secuencia T2, con discreto realce heterogéneo en las adquisiciones poscontraste endo- venoso, con infiltración miometrial que sobrepasa el 50 % de su espe- sor, sin compromiso de la serosa vinculable a la enfermedad de base. Nombre: B07 17,45 mmNombre: B06 34,66 mm Tabla 6-2. Principales indicaciones de las pruebas de imagen en la patología benigna del aparato genital femenino TC Patología pélvica urgente: permite descartar un origen digestivo de la lesión (por ejemplo, torsión ovárica con gran distorsión anatómica, teratomas complicados, enfermedades pélvicas inflamatorias subagudas o pacientes jóvenes o que no han mantenido nunca relaciones sexuales RM • Anomalías congénitas del aparato reproductor femenino • Patología benigna ovárica: − Lesiones que sobrepasan los límites de la ecografía transvaginal − Teratomas − Endometriomas y quistes hemorrágicos • Patología benigna uterina: − Miomas − Adenomiosis • Estudio de suelo pélvico • Estudio hipofisario • Lesiones abdominales y pélvicas en embarazadas • Estudio fetal (cerebral) RM: resonancia magnética; TC: tomografía computarizada. 9TEMA 6 • Técnicas de imagen no ecográficas aplicadas al estudio del aparato reproductor femenino y de la mama © EDITORIAL MÉDICA PANAMERICANA Máster de Formación Permanente en Ginecología voco, se recomienda la evaluación de las estructuras extravul- vares (tabiques, uretra, vejiga, vagina, cuello uterino y canal anal) con resonancia magnética. En centros especializados que cuentan con un ecografista capacitado disponible, la ecografía transvaginal/transrectal/perineal puede ser una opción para determinar la estadificación local de cáncer de ovario. Para evaluar la extensión de la enfermedad preoperatoria, así como en las sospechas de recidiva, la RM de cuerpo entero ponderada por difusión parece ir adquiriendo una impor- tancia notable, si bien aún no está muy generalizado su uso. Leiomiosarcomas La RM es la segunda prueba a realizar tras la ecografía en el diagnóstico diferencial de los miomas uterinos, especialmente cuando se ven características ecográficas atípicas: masas irregu- lares, mal definidas, de rápido crecimiento, visión incompleta por ecografía y/o fenómenos degenerativos. Sin embargo, y a pesar de la mejor resolución que pre- senta la RM en el estudio de la patología uterina, los estudios hasta la fecha no han podido demostrar una elevada especi- ficidad (alrededor de un 80 %) con tasas de valor predictivo positivo del 67 % y valor predictivo negativo del 83 %. Esto es así ya que la mayoría de los estudios existentes son retrospectivos, de tamaño muestral limitado y con protocolos de estudio muy diversos (diferentes secuencias, empleo o no de contraste y con diferentes protocolos de administración de este). Cáncer de vaginaDe forma similar al cáncer de cérvix, la RM constituye la prueba de imagen inicial a realizar para valorar la extensión locorregional de la enfermedad. Su empleo en el seguimiento también quedará en un segundo plano tras la sospecha de una recidiva mediante exploración física (Tabla 6-3). TÉCNICAS DE IMAGEN EMPLEADAS EN EL ESTUDIO DE LA MAMA Las técnicas de imagen constituyen el pilar fundamental sobre el que apoya el estudio de la patología mamaria, junto con el examen clínico y el estudio anatomopatológico. Además, su manejo requiere, habitualmente, un abordaje multidisciplinar y multiprofesional que asegure un diagnóstico precoz, así como un tratamiento y seguimiento adecuados. Entre las principales pruebas de imagen mamaria encon- tramos la mamografía, que es la técnica de elección en el screening, la ecografía y la RM. Existen tres escenarios donde es posible emplear estas técnicas: el cribado radiológico, el diagnóstico locorregional de patología benigna y maligna ante la presencia de signos/síntomas clínicos o ante el hallazgo de una lesión en las pruebas de cribado y el estudio de extensión ante patología maligna. Cualquiera que sea la prueba de imagen empleada (mamo- grafía, ecografía o RM), sus resultados deben ser traducidos a un idioma común para conocer si existe lesión, su probabili- dad de malignidad y la recomendación a seguir para llegar a un diagnóstico probable o definitivo. Para ello, existe un consenso de ámbito internacional desa- rrollado en 1992 por el American College of Radiology (ACR) de que las imágenes mamarias sean catalogadas bajo la misma denominación, en función de si hay hallazgos probablemente benignos o malignos, es el denominado sistema de reporte y base de datos de imágenes mamarias (BI-RADS®, Breast Imaging Reporting and Data System). Entre sus objetivos están estandarizar la terminología y sistematización de los informes, catalogar a las lesiones en función del índice de sospecha de malignidad y asignar una recomendación sobre la actitud a tomar en cada caso (Tabla 6-4). La división de la mama en cuatro cuadrantes va a permitir conocer la localización de las lesiones, mientras que la profun- didad vendrá determinada en milímetros respecto a la piel, el pezón o el músculo pectoral (Fig. 6-10). Estos datos han de venir reflejados siempre que se encuentre una lesión en cualquiera de las pruebas de imagen realizadas. La ecografía, principal prueba para el estudio y manejo de la patología del aparato reproductor femenino, presenta un papel secundario en el abordaje de la mama, aunque no es despreciable. Sus principales indicaciones como prueba principal no secundaria a la mamografía son las siguientes: Figura 6-9. Estadificación preoperatoria con resonancia magnética con contraste intravenoso previa a cirugía en paciente con cáncer de endometrio. Se observa un útero en retroversión de tamaño y mor- fologías normales, identificando un aumento de la cavidad endome- trial en el margen lateral derecho del fundus uterino de aproximada- mente 26 x 20 mm. Dicha masa muestra una baja señal con respecto al endometrio en secuencias T2 e isointensidad de señal con respecto al endometrio en secuencias T1. La masa disrumpe la línea de unión endometrio-miometrio con una invasión miometrial mayor del 50 %. ! La ecografía de mama es la segunda técnica más empleada después de la mamografía (por las venta- jas comentadas previamente en el apartado anterior de estudio del aparato genital femenino) y se puede emplear de forma aislada en el diagnóstico de pacien- tes sintomáticas y como complemento a la mamogra- fía en los programas de cribado (mejora la precisión diagnóstica). Además, también sirve como guía de los procedimientos intervencionistas (biopsia guiada por ecografía) y en la estadificación ganglionar regional del cáncer de mama. 10 MÓDULO II • Abordaje clínico © EDITORIAL MÉDICA PANAMERICANA Máster de Formación Permanente en Ginecología Tabla 6-4. Código BI-RADS Categoría Probabilidad de malignidad Hallazgo Recomendación BI-RADS 0 No aplicable Incompleto/no valorable (no hay estudios previos para comparar, información incompleta, mala calidad de imagen o posición incorrecta) Necesidad de estudios complementarios para establecer un diagnóstico de sospecha BI-RADS 1 0 % Normal Seguimiento habitual según la edad y los factores de riesgo BI-RADS 2 0 % Benigno Seguimiento habitual según la edad y los factores de riesgo BI-RADS 3 < 2 % Probablemente benigno (por ejemplo, asimetrías focales, calcificaciones groseras, nódulos bien delimitados) Control cada 6 meses durante un mínimo de 2 años BI-RADS 4 2-95 % A: riesgo bajo (2-9 %) B: riesgo moderado (10-49 %) C: riesgo elevado (50-95 %) Sugerente de malignidad Considerar biopsia BI-RADS 5 > 95 % Altamente sospechoso de malignidad Realizar biopsia o cirugía BI-RADS 6 100 % Carcinoma confirmado por anatomía patológica Tratamiento BI-RADS: sistema de reporte y base de datos de imágenes mamarias (Breast Imaging Reporting and Data System). Tabla 6-3. Resumen de las principales indicaciones de las pruebas de imagen del aparato genital femenino en las neoplasias ginecológicas TC RM Cáncer de cérvix • Solo en estadios localmente avanzados o en caso de ganglios clínicamente sospechosos para detección de metástasis ganglionares locales o a distancia • PET-TC: seguimiento posquirúrgico de tumores ≥ IB2, márgenes afectos y planificación de tratamiento • Estudio de extensión tras diagnóstico • Planificación del tratamiento quirúrgico, radioterápico y de braquiterapia (RM 3D) Cáncer de endometrio • Solo en caso de histología de alto grado o sospecha de afectación extrauterina para valorar enfermedad a distancia (TC toracoabdominopélvica) • Seguimiento en pacientes de alto riesgo • PET-TC: si hay recaída Estadificación del cáncer de endometrio, especialmente en estadios iniciales, confinados al útero y con histología de bajo grado para valorar la infiltración miometrial y afectación endocervical Cáncer de ovario • Siempre indicada tras el diagnóstico para la valoración de una enfermedad local y a distancia • Tras cirugía para la reevaluación de enfermedad residual previamente a quimioterapia • En el seguimiento, si hay sospecha clínica y/o elevación de marcadores tumorales • PET-TC: estadios avanzados y/o recidivas No se aplica Leiomiosarcomas • En caso de lesiones altamente sospechosas y/o confirmadas por anatomía patológica tras cirugía (para valorar una enfermedad local y a distancia) • En el seguimiento, solo si sospecha de una recaída por exploración física Segunda prueba a realizar si hay duda diagnóstica tras una ecografía vaginal para mejorar la aproximación diagnóstica Cáncer de vulva • Solo en estadios ≥ IB y en pacientes no candidatas a cirugía primaria para la valoración del estado ganglionar local y a distancia • Cáncer de vulva tratadas con radioterapia ± quimioterapia para valorar una posible cirugía • PET-TC: tumores localmente avanzados, recurrentes o ante sospecha de enfermedad a distancia Posible uso para la valoración del estado ganglionar local en pacientes no candidatas a cirugía primaria (igual que la TC) Cáncer de vagina Solo en estadios localmente avanzados o en caso de ganglios clínicamente sospechosos para la detección de metástasis ganglionares locales o a distancia (TC o PET-TC) • Estudio de extensión tras diagnóstico • Planificación del tratamiento quirúrgico, radioterápico y de braquiterapia (RM 3D) 3D: tridimensional; PET: tomografía por emisión de positrones; RM: resonancia magnética; TC: tomografía computarizada. 11TEMA 6 • Técnicas de imagen no ecográficas aplicadas al estudio del aparato reproductorfemenino y de la mama © EDITORIAL MÉDICA PANAMERICANA Máster de Formación Permanente en Ginecología • Joven sintomática por debajo de los 30 años con antece- dentes familiares de primer grado o menor de 35 años sin antecedentes familiares. Esta indicación se fundamenta en que el tejido mamario joven es muy denso y, por tanto, las lesiones no son visibles en su mayoría por mamografía, y en la baja incidencia del cáncer de mama en la población joven (< 1 %). • Estudio del varón joven con sospecha de ginecomastia. • Estudio de patología mamaria durante el embarazo y la lactancia. • Prueba inicial en el estudio de la mama en presencia de patología inflamatoria (mastitis) y en pacientes portadoras de prótesis mamarias. • En el seguimiento postratamiento del cáncer de mama, la ecografía es la técnica de elección para el estudio del lecho quirúrgico tras mastectomía. • Guía de procedimientos intervencionistas. De forma complementaria, la ecografía se puede emplear tras la mamografía en los siguientes supuestos: • Caracterización de una lesión visualizada por mamogra- fía, sobre todo para diferenciar una lesión quística de otra sólida, y en este último caso, ver si existen datos morfoló- gicos de malignidad. Además, la ecografía también puede detectar focos adicionales no detectados por la mamografía. • Estudio de lesión palpable con mamografía negativa, lo que ocurre en un 10 % de los casos. • Estudio ganglionar local tras alta sospecha de malignidad o diagnóstico confirmado de carcinoma (debe incluir tam- bién un estudio de fosa supraclavicular y de axila). • Estudio del lecho de tumorectomía tras cirugía conserva- dora del cáncer de mama. La sonoelastografía es otra de las pruebas que se pueden realizar con un equipo ecográfico mamario. Esta aporta infor- mación sobre la dureza y elasticidad de las lesiones mamarias en comparación con el tejido que las rodea y eso se traduce en una imagen con distintas gradaciones y combinaciones de color. Para ello, solo es necesario aplicar una fuerza de compresión sobre las lesiones, pero nunca debe valorarse de forma aislada, sino siempre en el contexto de la información aportada por la ecografía. Los tejidos de mayor dureza y poca elasticidad en principio se relacionan con malignidad. A continuación, se comentarán las principales pruebas de imagen no ecográficas empleadas en el estudio de la mama y su indicación en cada uno de estos tres principales escenarios anteriormente comentados. Mamografía Consiste en el estudio de la mama mediante el empleo de rayos X, los cuales son transmitidos y atenuados a través del tejido mamario y absorbidos por un dispositivo que formará las imá- genes sobre una película (analógico) o un monitor (digital). Los mamógrafos digitales presentan mejor resolución de contraste, especialmente en mamas densas, así como posibilidad de procesa- miento, intercambio entre equipos o centros, almacenamiento y además precisan menor radiación; sin embargo, tienen peor reso- lución espacial, lo cual compensan con su sistema de procesado. Diversos estudios no han podido demostrar que ninguno de los dos tipos (analógico y digital) sea mejor para la detec- ción del cáncer de mama, aunque algunos estudios sí pare- cen indicar una mayor tasa de detección de cáncer con el mamógrafo digital en mujeres jóvenes, premenopáusicas y perimenopáusicas (Fig. 6-11). La compresión mamaria es necesaria para aumentar el con- traste de la imagen, reducir la dosis de radiación, obtener una penetración de los rayos X más homogénea, disminuir el movimiento, así como la superposición de los tejidos, y permitir, en definitiva, una mejor calidad de imagen. La dosis de radiación recidiva se corresponde con unos 0,7 millisiévert (mSv), dosis que equivaldría a 12 semanas de exposición a la radiación ambiente. El estudio mamográfico convencional consta de dos proyec- ciones por cada mama: craneocaudal y oblicua medio lateral (Fig. 6-12). Es muy importante que se realicen estas dos pro- yecciones para no pasar por alto hasta un 20 % de las neoplasias. Además, existen otras proyecciones adicionales o complementa- Figura 6-10. División en cuadrantes de la mama derecha. Unión de cuadrantes superiores (UCS) Cuadrante superointerno (CSI) Cuadrante superoexterno (CSE) Cuadrante ínferointerno (CII) Cuadrante ínferoexterno (CIE) Unión de cuadrantes inferiores (UCInf) Unión de cuadrantes internos (UCI) Unión de cuadrantes externos (UCE) ! • La mamografía constituye la principal prueba de ima- gen para el estudio de la patología mamaria y es la única prueba aceptada para el cribado mamario. • Su utilización ha permitido disminuir la mortalidad por cáncer de mama hasta en un 30 %. Su sensibilidad y especificidad, que se encuentran entre un 70-95 % y un 80-99 % respectivamente, van a estar influenciadas por la densidad mamaria (a mayor densidad, menor sensibilidad y especificidad), la edad de la paciente (a mayor edad, mayor sensibilidad y especificidad) y la experiencia del radiólogo. Hasta un 10 % de las neo- plasias pueden no ser detectadas en mamas densas, por lo que siempre va a ser necesario un método com- plementario como la ecografía y la RM para hacer una correcta valoración en este grupo de pacientes. 12 MÓDULO II • Abordaje clínico © EDITORIAL MÉDICA PANAMERICANA Máster de Formación Permanente en Ginecología rias que se pueden realizar para ayudar a interpretar las lesiones visualizadas en las dos proyecciones anteriores: • La compresión focalizada, al evitar el tejido mamario superpuesto, mejora la visibilidad de los márgenes de un nódulo, y confirma o descarta la presencia de una distor- sión arquitectural. • La proyección magnificada mejora la visualización de las microcalcificaciones. • La proyección lateral ofrece una localización más real de las lesiones y permite una mejor visualización de las calci- ficaciones intralobulillares. • Proyecciones exageradas externas como la «del valle» para detectar lesiones muy internas o la «axilar». La densidad mamaria por mamografía se define, según la última clasificación BI-RADS en: • Clase a: mamas casi completamente grasas. • Clase b: mamas con áreas de densidad glandular dispersas. • Clase c: mamas heterogéneamente densas, lo que puede ocultar pequeños nódulos. • Clase d: mamas extremadamente densas, lo que disminuye la sensibilidad de la mamografía. Las imágenes más representativas y frecuentes que se pue- den encontrar en la mamografía y que van a estar asociadas a lesiones benignas y malignas son: • Nódulo o masa: lesión ocupante de espacio visible en al menos dos proyecciones. Se define en función de su den- sidad, márgenes, forma, etc. Son rasgos morfológicos com- patibles con malignidad los nódulos de forma mal defi- nida (irregulares) con bordes espiculados, mientras que los nódulos de morfología regular y bien delimitados suelen estar asociados a lesiones benignas como fibroadenomas, quistes y papilomas. • Asimetría: definida en relación a la misma área en la mama contralateral. Se identifica en las dos proyecciones, pero a diferencia del nódulo, carece de bordes y de una clara delimitación. Suele estar asociada a islote de tejido glan- dular normal, aunque en ocasiones debe descartarse malig- nidad, especialmente si va asociada a microcalcificaciones, seudonódulos o cambia de morfología en los siguientes controles (Tabla 6-5). • Distorsión arquitectural: incluye líneas o especulacio- nes, retracciones o desestructuración del parénquima adyacente. Puede estar asociada a procesos benignos, como necrosis grasa, cicatrices de cirugías previas, radio- terapia y/o procesos infecciosos/inflamatorios (masti- tis), así como a patología maligna (carcinomas in situ e infiltrantes). • Calcificaciones: hallazgo frecuente en las mamografías de las pacientes de edad avanzada y hasta en un 60 % de los cánceres de mama. En el primer caso, se trata de cal- cificaciones groseras, grandes y redondeadas,de disposi- ción lineal, siguiendo el trayecto de los vasos sanguíneos, consecuencia directa del proceso de envejecimiento de las Figura 6-12. Proyecciones mamarias básicas del cribado mamográ- fico. A) Proyección craneocaudal. B) Proyección oblicua media lateral. A B Figura 6-11. Mamógrafo analógico. 13TEMA 6 • Técnicas de imagen no ecográficas aplicadas al estudio del aparato reproductor femenino y de la mama © EDITORIAL MÉDICA PANAMERICANA Máster de Formación Permanente en Ginecología paredes del sistema vascular. En el segundo caso, cuando se asocian a malignidad, surgen unas microcalcificacio- nes (de tamaño entre 0,1 y 1 mm) que pueden aparecer agrupadas, pleomórficas, lineales finas y/o ramificadas, y se deben a calcificaciones intraductales en el interior de las áreas de necrosis tumoral o calcificaciones de la secreción mucosa producida por determinados tumores malignos (Fig. 6-13). Es importante conocer que la mayoría de estos hallazgos no van a ser visibles mediante ecografía (a excepción de los nódulos, quistes o masas), por lo que la prueba de imagen indicada para hacer de guía en la toma de biopsias percutáneas va a depender de qué prueba de imagen permita ver y localizar mejor la lesión. La mamografía con contraste se trata de una modalidad radiológica emergente, basada en el fenómeno hipermetabó- lico y de angiogénesis de las células tumorales. En el cáncer de mama, se crean microvasos y, debido a su alta porosidad, el medio de contraste intravenoso inyectado difunde rápi- damente al medio intersticial del espacio tumoral, el cual se realza. Han surgido dos modalidades de uso de esta técnica: la mamografía con realce de contraste con técnica de sustracción temporal; y la segunda, basada en la adquisición de imágenes a diferentes energías, denominada mamografía con realce de contraste espectral o de energía dual. Sus principales aplicaciones son las mismas que la mamo- grafía convencional: • Diagnóstico de lesiones palpables. • Diagnóstico de lesiones se baja sospecha de malignidad, especialmente cuando la mamografía y la ecografía no son concluyentes. Es este caso, el rendimiento de la mamo- grafía con realce de contraste espectral se ha demostrado igual al de la RM. • Estudio complementario de lesiones malignas de reciente diagnóstico. • Valoración de la respuesta al tratamiento quimioterápico neoadyuvante y seguimiento posquirúrgico en sustitución a la RM. • Pacientes no aptas para el estudio por RM. La mamografía va a ser de utilidad en tres circunstancias: en pacientes con síntomas/signos mamarios, en el cribado de cáncer de mama y en el seguimiento especial en pacientes de riesgo. Paciente con síntomas/signos mamarios Ante la presencia de un nódulo palpable, dolor (mastalgia no cíclica), secreción patológica (verdosa, blanquecina o sangui- nolenta), modificación cutánea y/o del complejo areola-pezón y cambios en la forma o simetría de las mamas, se debe rea- lizar una prueba de imagen mamaria, la cual va a depender fundamentalmente de la edad de la paciente, así como de su riesgo personal de cáncer de mama: • Pacientes mayores de 35 años o entre 30-35 años, con antecedentes de familiares de primer grado con cáncer de mama: se inicia un estudio con mamografía y, por supuesto, se complementará con ecografía siempre y cuando sea necesario (si se precisa mayor información y/o lesión no visible en mamografía). • Pacientes menores de 30 años (con o sin antecedentes familiares de cáncer de mama) o entre 30-35 años sin antecedentes de cáncer de mama: se iniciará un estudio con ecografía. La mamografía quedará relegada a una lesión sospechosa o no visible en ecografía. Las pacien- tes entre 30 y 35 años constituyen un rango de edad donde no existe un consenso uniforme entre las diferen- tes sociedades científicas sobre qué prueba realizar ini- cialmente, por lo que queda aceptada tanto la ecografía como la mamografía. Tabla 6-5. Clasificación de las asimetrías en la 5ª edición del BI-RADS Tipos Características Categoría Asimetría Visible en una única proyección BI-RADS 1 Asimetría global Visible en más de una proyección. Extensión mayor que un cuadrante BI-RADS 2 Asimetría focal Visible en más de una proyección. Extensión menor que un cuadrante BI-RADS 3 Asimetría en crecimiento/ desarrollo Asimetría focal de nueva aparición, más evidente o que ha aumentado respecto a mamografías previas BI-RADS 4B BI-RADS: sistema de reporte y base de datos de imágenes mamarias (Breast Imaging Reporting and Data System). Figura 6-13. Mamografías. A) Mamografía craneocaudal con con- traste intravenoso (proyección de baja energía), donde se observan microcalcificaciones amorfas de distribución lineal, localizadas en la unión de cuadrantes internos de la mama izquierda. Con código de clasificación 4 del sistema de reporte y base de datos de imágenes mamarias (BI-RADS®, Breast Imaging Reporting and Data System). B) Imagen combinada tras aplicar el algoritmo de sustracción, donde se muestra un patrón de captación de fondo mínimo difuso bilateral y simétrico. No se identifican áreas de captación incrementada con contraste intravenoso en el resto del parénquima. A B 14 MÓDULO II • Abordaje clínico © EDITORIAL MÉDICA PANAMERICANA Máster de Formación Permanente en Ginecología Cribado de cáncer de mama El cribado mamográfico ha conseguido, además de reducir la mortalidad por cáncer de mama, detectar tumores de pequeño tamaño sin afectación ganglionar, lo que a su vez ha permitido realizar cirugías más conservadoras, menos agresivas y con un gran impacto en la calidad de vida de las pacientes. El Sistema Nacional de Salud contempla el cribado de cáncer de mama entre los 45-50 años hasta los 70, de forma bienal. Las pacientes portadoras de prótesis mamarias (estéticas o terapéuticas) siguen el mismo cribado basado en mamografía que las pacientes sin prótesis. En este caso, se va a presentar una mayor dificultad técnica, y es necesario un grado de com- presión menor para evitar la rotura de la prótesis. Las mamografías con prótesis retroglandulares van a pre- sentar una mayor dificultad técnica y de interpretación, al verse el tejido glandular mamario comprimido entre la piel y la prótesis. En las pacientes con prótesis mamarias, además de las pro- yecciones habituales, se realiza la maniobra de Eklund, que consiste en traccionar la mama hacia fuera y desplazar la prótesis contra la pared torácica, para intentar comprimir la mayor parte de tejido mamario y evitar que partes más profundas del mismo no puedan ser evaluadas (se asume que hasta un 25 % del tejido mamario puede llegar a no ser visible). Tan solo se saldrán del cribado mamográfico las siguientes pacientes portadoras de prótesis: • Si la mujer rechaza hacérsela una vez informada (no se le indicará ninguna otra prueba de imagen). • Si refiere prótesis de tipo PIP (sigla que proviene del nom- bre de compañía francesa Poly Implant Prothèse que las fabrica). • Si refiere o presenta síntomas de contractura capsular de la prótesis estética grado III o IV de la escala de Baker (Tabla 6-6). Seguimiento especial en pacientes de riesgo Existe grupos con un riesgo aumentado de padecer cáncer de mama, por lo que en estos, las mamografías se van a realizar de forma más periódica y con una edad de comienzo más temprana: • Pacientes de familiares con cáncer de mama: las pacientes consideradas de alto riesgo (mutación en el gen BRCA, familiar de primer grado afecto), se van a realizar contro- les mamográficos anuales partir de los 25-35 años (depen- diendo de la edad de diagnóstico del familiar más joven afecto, los controles comenzarán unos 5-10 años antes). La ecografía se empleará de forma complementaria, y la RM, de forma alterna con la mamografía en caso de mutación genética de alto riesgo conocida (BRCA positiva). • Lesiones mamarias de alto riesgo de cáncer (hiperplasia ductal con atipia, hiperplasia ductalsin atipia en posme- nopáusicas o con antecedentes familiares, neoplasia lobuli- llar o lesión papilar): en estos casos, se realizará una explo- ración física anual y mamografía bianual hasta los 40 años, exploración física y mamografía anuales entre los 40 y los 50 años y exploración anual con seguimiento en el pro- grama de cribado mamario hasta los 70 años. • Enfermedad de Hodgkin y tratamiento con radioterapia antes de los 30 años: también en casos de cáncer infantil y/o radioterapia a altas dosis. La indicación será comenzar con exploración y mamografía anuales 8 años tras termi- nar la radioterapia, alternado con RM. La tomosíntesis mamaria consiste en una variación de la mamografía digital donde el tubo de rayos X se desplaza en un arco de giro completo, obteniendo así muchas imá- genes de la mama en poco tiempo y realizando una pos- terior reconstrucción de la misma de forma similar a una TC (imágenes en 2D y 3D). Tiene el inconveniente de que emplea una mayor tasa de radiación, aunque menor a la permitida para una mamografía convencional (3 miligray), pero la gran ventaja es que incrementa la tasa de detección del cáncer de mama (especialmente en mamas densas) y dis- minuye la necesidad de biopsias innecesarias (se estima que disminuye hasta en un 20 % los falsos positivos y negativos de la mamografía). Gracias a que evita la superposición de los tejidos, permite establecer mejor los márgenes de los nódulos e identificar los bordes mal definidos y/o espiculados que pueden quedar enmascarados en la mamografía, especialmente en caso de mamas densas. Esto permite detectar un mayor número de cánceres infiltrantes y cicatrices esclerosantes complejas. Ade- más, no precisa comprimir la mama, tan sólo inmovilizarla. Como desventajas, se pueden encontrar los artefactos producidos por movimientos y calcificaciones, así como los requerimientos de un entrenamiento específico de los técnicos y una interpretación más lenta, debido al mayor número de imágenes que leer. La forma más extendida de realizar la tomosíntesis es en combinación con la mamografía digital, aunque en algunos centros se realiza solo como prueba complementaria para resolver dudas de la mamografía (Fig. 6-14). Resonancia magnética mamaria Su realización requiere que la paciente se coloque sobre la camilla en decúbito prono sobre una bobina mamaria, dis- positivo que tiene las aberturas para los senos y se encarga de recibir las señales magnéticas emitidas por ambas mamas (Fig. 6-15). Tabla 6-6. Clasificación de la intensidad de la contractura capsular en prótesis mamarias. Escala de Baker Grado Características de la mama I Mama blanda y apariencia normal II Mama firme, pero apariencia normal III Mama firme y anormal (distorsión visible y se puede palpar el implante) IV Mama dura con gran distorsión en su forma, puede resultado dolorosa 15TEMA 6 • Técnicas de imagen no ecográficas aplicadas al estudio del aparato reproductor femenino y de la mama © EDITORIAL MÉDICA PANAMERICANA Máster de Formación Permanente en Ginecología Algunas lesiones benignas como los fibroadenomas presen- tan unos fenómenos de realce muy similares a las neoplasias, por lo que pueden ser confundidos. Tiene una sensibilidad cercana al 100 % para el carcinoma ductal infiltrante, dismi- nuyendo de forma importante en la detección del carcinoma ductal in situ y del carcinoma lobulillar. Es importante que sus hallazgos sean correlacionados con los de la mamografía y la ecografía, con el fin de llegar a un diagnóstico de presunción adecuado. También existen sistemas de biopsia dirigida por RM para aquellos hallazgos visibles únicamente mediante esta prueba. Su mecanismo de detección de lesiones malignas está basado en la neoangiogénesis tumoral, por ello, su empleo requiere la administración de un contraste paramagnético, como es el gadolinio (a excepción de la valoración de las prótesis mamarias en pacientes sin sospecha de cáncer que no requiere contraste) (Fig. 6-16). El realce de las lesiones por contraste en la RM dinámica se cuantifica en curvas cinéticas, analizando la captación cada 2-3 minutos. Las lesiones malignas se caracterizan por un realce de contraste rápido tras la administración del gadolinio, gene- rando un realce heterogéneo que posteriormente se lava de forma rápida. Estos criterios se suman a los criterios de clasificación BI-RADS, para así poder catalogar las lesiones con mayor precisión. Es importante conocer un tipo de imagen específica de la RM, que son las áreas de realce no asociadas a lesiones visibles. Se suelen corresponder con áreas de tejido glan- dular mamario que pueden ser simétricas, asimétricas, con Figura 6-14. Imágenes de mama. A) Mamografía craneocaudal de mama izquierda con contraste intravenoso, donde se visualiza un nódulo captante de bordes irregulares en el cuadrante superoexterno de 38,9 x 26,4 mm junto con captación heterogénea de fondo catalo- gado como código de clasificación 5 del sistema de reporte y base de datos de imágenes mamarias (BI-RADS®, Breast Imaging Reporting and Data System). B) La misma imagen de tomosíntesis mamaria. A B ! La RM mamaria es la prueba con mayor sensibilidad para la detección del cáncer de mama (90-100 %), sin embargo, su especificidad ronda el 70-75 %, lo que obliga a asociarla a las demás pruebas (mamografía y ecogra- fía) y usarla como complemento, no como sustituta. Figura 6-15. Bobina mamaria. Figura 6-16. Resonancia magnética mamaria con contraste intra- venoso bilateral. Implantes retropectorales bilaterales con mínimo seroma periprotésico bilateral. En la mama derecha, se visualizan al menos cuatro focos de realce nodular tras la administración de contraste, que se correlacionan con focos hipointensos en T2, en una localización paraareolar externa profunda, la unión de cuadrantes externos, el cuadrante inferior externo y la unión de cuadrantes infe- riores. La lesión dominante se encuentra en íntimo contacto con la cápsula externa de la prótesis. Con código de clasificación 5 del sis- tema de reporte y base de datos de imágenes mamarias (BI-RADS®, Breast Imaging Reporting and Data System). 16 MÓDULO II • Abordaje clínico © EDITORIAL MÉDICA PANAMERICANA Máster de Formación Permanente en Ginecología patrón homogéneo, heterogéneo, etc., y suelen requerir evaluación mediante ecografía y, en muchas ocasiones, biopsia dirigida. La densidad del tejido glandular mamario se clasifica, al igual que en la mamografía, en cuatro categorías (a, b, c y d). Además, existe el patrón de realce de fondo, el cual es considerado por el sistema BI-RADS® como una caracte- rística normal del tejido mamario independiente del ciclo menstrual, estado hormonal y la cantidad de tejido, aun- que acepta que es más prominente en mujeres jóvenes con mamas densas, y en la segunda mitad del ciclo, en mujeres premenopáusicas. Las principales indicaciones de la RM en el estudio mama- rio son: • Estadificación preoperatoria locorregional del cáncer de mama: para la valoración del tamaño tumoral, la multifo- calidad y la multicentricidad, la valoración de componente intraductal extenso, las cadenas ganglionares, la afectación por contigüidad a estructuras vecinas, como la parrilla cos- tal, la piel, el complejo areola-pezón, etc., así como de la mama contralateral. • Complemento a la mamografía y ecografía en casos dudo- sos o no concluyentes: como puede ocurrir en las mamas densas y en asimetrías de difícil evaluación. • Diagnóstico diferencial entre recidiva tumoral y cambios posquirúrgicos: se recomienda realizarla entre 6-12 meses tras la cirugía y 18 meses tras la radioterapia. La necrosis grasa es una causa frecuente de falsos positivos en estas pacientes. • Estadificación posquirúrgica: antes de 28 días tras la cirugía. • Localización exacta de la lesión cuando no es posible por otras pruebas de imagen. • Evaluación de prótesis mamarias: especialmente cuando ha existidoun cáncer de mama, para distinguir entre cica- triz y recidiva. • Búsqueda de carcinoma oculto: en caso de metástasis axi- lares positivas con pruebas de imagen negativas (mamo- grafía y ecografía), la RM ha demostrado la existencia de un tumor primario hasta en un 88 % de los casos. • Evaluar una respuesta a quimioterapia neoadyuvante. • Pacientes con mutación genética conocida (BRCA): en estos casos, el uso de la RM se alternará con la mamografía anualmente. Sin embargo, en caso de hallazgos patológicos en la RM, estos se deben confirmar con una mamografía y ecografía, dado el elevado número de falsos positivos en RM (especificidad subóptima). Para compensar su baja especificidad, se han desarrollado nuevas aplicaciones y secuencias entre las que se pueden dis- tinguir las siguientes: • Secuencias de difusión: se basa en el principio de la difu- sión del agua, la cual es diferente en los tejidos normales que en los tumores. Puede ser realizada sin aumento del tiempo de examen y utiliza una secuencia específica de imágenes ecoplanares sin contraste intravenoso. El coe- ficiente de difusión aparente (CDA) es el valor utilizado para cuantificar esa movilidad de las moléculas de agua, y es característico para cada tejido: se afecta por la densi- dad celular de las lesiones, la estructura de los tumores y su microvascularización. La disminución del CDA refleja una mayor celularidad y, por tanto, menor movimiento del agua y de su difusión, lo que provoca una caída del CDA. Por ello, los tumores presentan un CDA más bajo, al con- trario de las lesiones benignas como los quistes. Tiene una baja resolución espacial, por lo que no es muy útil para evaluar lesiones pequeñas. Algunos estudios están demos- trando su utilidad en la detección de micrometástasis, dado que los ganglios infiltrados presentan una mayor celulari- dad y, por tanto, menor difusión del agua y CDA más bajo. • La espectroscopia: es una técnica que estudia los per- files metabólicos de los tejidos. Detecta y cuantifica las señales de RM de ciertas moléculas que se encuentran en concentraciones más bajas que el agua. En el cáncer de mama, se emplea el biomarcador denominado pico de fosfocolina para clasificar las lesiones como benignas o malignas. Tomografía por emisión de positrones-tomografía computarizada El uso de la PET-TC no está extendido en el caso del cáncer de mama, tan solo estaría indicado en los siguientes casos: • Estadificación preoperatoria en pacientes con alto riesgo de metástasis en sustitución a la TC o gammagrafía ósea: carcinoma inflamatorio, estadios IIB o IIIA operable. • Estudio de metástasis ganglionares por encima del nivel Berg II (ganglios infraclaviculares). • Pacientes con sospecha de recurrencia con pruebas de ima- gen negativas y aumento de marcadores tumorales. • Pacientes que van a ser sometidas a quimioterapia neoad- yuvante. Con el fin de evaluar la respuesta al tratamiento, es necesario contar con un PET previo al inicio del mismo y otro al finalizarlo. • Otras situaciones clínicas con indicación relativa son: la planificación radioterápica, la valoración de respuesta a la quimioterapia o la evaluación de masas dudosas tras una RM. Otras pruebas de imagen en el estudio de la mama En la actualidad, se están desarrollando pruebas basadas en medicina nuclear para mejorar el diagnóstico de lesio- nes mamarias y ayudar a determinar con mayor exactitud la extensión de un cáncer de mama. Son las denominadas mamografías mediante imagen molecular PET. Su papel se ! La mamografía continúa siendo hoy en día la prueba de imagen más importante en el estudio de la patología mamaria y la única aceptada en los programas de cri- bado poblacional. Otras pruebas, como la ecografía y la RM, tienen su indicación en contextos y condiciones muy concretas, además de su papel complementario a la mamografía, fundamental en el diagnóstico de lesio- nes benignas y malignas (Fig. 6-17). 17TEMA 6 • Técnicas de imagen no ecográficas aplicadas al estudio del aparato reproductor femenino y de la mama © EDITORIAL MÉDICA PANAMERICANA Máster de Formación Permanente en Ginecología centra en mejorar el estudio preoperatorio de las pacientes con cáncer de mama, para ver si es posible detectar nuevos focos tumorales y ayudando a definir la naturaleza benigna/ maligna de las lesiones. Sin embargo, a pesar de que presenta una elevada sensibilidad, así como valor predictivo positivo, no ha mostrado diferencias estadísticamente significativas hasta el momento con las otras pruebas de imagen mamarias (mamografía y RM). Figura 6-17. Algoritmo de deci- sión en caso de detección de lesión mamaria. AF: antecedentes familiares; FR: factores de riesgo; RM: resonan- cia magnética. Lesión probablemente maligna Lesión probablemente benigna MamografíaEcografía Lesión mamaria > 35 sin AF > 30 con AF < 35 sin AF < 30 con AF Lesión dudosa Biopsia dirigidaControles cada 6 mesesRM mamaria/biopsia Lesión benigna Seguimiento según protocolo de edad y FR • Las principales pruebas complementarias en el estudio del aparato reproductor femenino son la TC y la RM, que a pesar de presentar la misma sensibilidad que la ecografía transvaginal, presentan una serie de desventajas que las obliga a desempeñar un papel secundario. • La principal limitación de la TC es la incapacidad para dis- tinguir la naturaleza benigna o maligna de las lesiones. • En la patología pélvica urgente, la TC va a permitir realizar un adecuado diagnóstico diferencial de posibles orígenes no ginecológicos, así como valorar su extensión y afectación del abdominoperitoneal. Además, puede ser la prueba inicial a realizar en niñas y mujeres que no han mantenido relaciones sexuales, en las que la ecografía transvaginal no es posible. • La TC en la ginecología oncológica tiene un papel principal en el momento del diagnóstico inicial para la valoración de la extensión de la enfermedad a distancia, salvo en esta- dios muy iniciales con factores pronóstico de bajo riesgo. • La PET-TC constituye una alternativa a la TC, especialmente en las sospechas clínicas o analíticas de recidiva tumoral con resultados del resto de pruebas de imagen dudosos, ya que permite discernir con mayor exactitud la naturaleza maligna de la lesión gracias al metabolismo expresado por la FDG. • La RM va a tener un papel fundamental en la caracteriza- ción de las lesiones ováricas cuando existen dudas con la ecografía y en la valoración de las imágenes miometriales (tanto miomas como adenomiosis) en los casos en los que no se dispone de un ecografista experto. • La RM es de gran utilidad como prueba en el momento del diagnóstico inicial para la valoración de la extensión loco- rregional de pacientes con cánceres de vulva y cérvix, así como para la caracterización y delimitación de la lesión sospechosa de posible recidiva de cara a una indicación y planificación quirúrgica. • La mamografía sigue siendo la prueba principal para el estudio de la patología mamaria y para el cribado radio- lógico mamario. • La tomosíntesis mamaria suele ser empleada de forma conjunta con la mamografía para aumentar su sensibili- dad y especificidad. • La RM mamaria, a pesar de tener sus indicaciones, con- tinúa presentando un papel secundario a la mamografía, siendo de especial utilidad en la valoración de las lesio- nes dudosas tras mamografía y ecografía y en el estudio de extensión preoperatorio. PUNTOS CLAVE BIBLIOGRAFÍA Acea B, Adrover E, Aguinaga M, Alés JE, Algara M, Apesteguía L, et al. Manual de práctica clínica en senología. 2ª ed. Madrid: Fundación Española de Senología y Patología Mamaria; 2012. Anastasi E, Gigli S, Ballesio L, Angeloni A, Manganaro L. The complementary role of imaging and tumor biomarkers in gynecological cancers: an update of the literature. Asian Pac J Cancer Prev. 2018;19:309-17. Cibula D, Raspollini MR, Planchamp F, Centeno C, Chargari C, Felix A, et al. ESGO/ESTRO/ESP Guidelines
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