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HACIA UNA TEORIA UNIFICADA DE LA CREATIVIDAD Teodosio Enrique Rodríguez Sosa RESUMEN En este trabajo se plantea un nuevo modelo de explicación de la Creatividad: la teoría Cuántica Idealista de la Creatividad. En los últimos años, numerosos autores han esgrimidos modelos teóricos para explicar el fenómeno de la creatividad. En este trabajo se revisa tales modelos los cuales se agrupan en dos bloques: (a) tradicionales, con una fuerte dosis del influjo psicológico (Psicoanalítico, Asociacionismo, el de la Gestalt, Conductista, Cibernético, Humanista, Cognitivo y Transaccional); e (b) integrativos, donde sus caracterizaciones conducen a pensar que de alguna manera han tomado ideas de los modelos tradicionales (Interaccionista, Integrativo, Metacognitivo, Trifacético, Alternativo, del Cerebro Total y otros). Estos últimos modelos van a conservar los problemas principales de que adolecen los modelos tradicionales. Por un lado, se tendría la dualidad de concepciones filosóficas y, por otro lado se mantiene el choque entre la visión idealista y materialista de enfocar la creatividad. Lo ideal sería construir un modelo donde tengan cabida las explicaciones de los modelos anteriores y a la vez se pueda explicar el fenómeno de la creatividad bajo las actuales concepciones del mundo contemporáneo tales como la filosofía del Caos, la temática del mecanismo cerebral, entre otras. De allí la necesidad de buscar la integración coherente de los modelos dentro de un nuevo paradigma. En función de lo anterior y partiendo de los Principios de Física Cuántica, se muestra la congruencia que presentan todos los aspectos, analizados por separados en los modelos anteriores, dentro de una única concepción: la Teoría Cuántica Idealista. Este trabajo podría permitir una visión global – interactiva – integrativa a la hora del abordaje del estudio de la creatividad en su aspecto del Marco Teórico, pero quizás su mayor importancia descansaría en la profundización de las investigaciones del fenómeno de la creatividad, permitiendo un enfoque más amplio y global. HACIA UNA TEORÍA UNIFICADA DE LA CREATIVIDAD Este trabajo constituye una investigación de carácter documental, donde se presenta un conjunto de ideas en la conformación de una teoría integracionista de la Creatividad, denominada Teoría Idealista Cuántica de la Creatividad. Constituye parte de una investigación más amplia sobre la construcción de una modelo de instrucción basado en el paradigma Constructivista para el desarrollo de la Creatividad. Vista la dispersión y las contradicciones que han venido presentando las teorías que tratan de explicar la creatividad, se ha considerado de interés el planteamiento de esta nueva teoría de la Creatividad. Para el efecto de esta presentación se comenzará con la descripción de las teorías tradicionales para luego analizar las novedosas y mediante un análisis comparativo entre ambos conjuntos se planteará una nueva teoría de creatividad: teoría idealista cuántica de la creatividad. Se van a considerar, dentro de la categoría de teorías tradicionales, las siguientes: 1. El Modelo Psicoanalítico. Dentro de este modelo se define la creatividad como el resultado de resolución del conflicto entre el inconsciente y la conciencia provocando la inspiración en la creación de obras útiles a la humanidad (Martínez, 1991). 2. El Modelo Asociacionista, explica el comportamiento externo sobre la base de asociaciones mecánicas entre estímulos (E) y respuestas (R). El proceso general obedece a la presencia de un estímulo ante el cual se presentan muchas respuestas al azar y aquellas respuestas que comienzan a ser más persistentes comienzan a ascender en una jerarquía estructural de respuestas. Las respuestas más elevadas en la jerarquía son las que se presentan en forma automática y las respuestas inferiores en la jerarquía se presentan con poca frecuencia. Al considerarse la asociación un proceso mecánico se deduce que el individuo y el entorno tienen poca influencia. De tal forma que ello dificultad la explicación del pensamiento creativo. Esta explicación surge en el marco del neoasociacionismo donde se acepta que el individuo ejerce cierto papel activo, por ejemplo, evaluando la pertinencia de la asociación a la cuestión requerida. La reproducción de una experiencia previa se da cuando las respuestas adecuadas se encuentran en posiciones elevadas de las jerarquías, en tanto que la producción de nuevo contenido mental ocurre cuando las respuestas se encuentran en posiciones bajas (Martínez, 1991). 3. La Gestalt propugna una postura antiatomista y antiasociacionista. Los elementos se combinan activamente unificándose en un todo armónico (Martínez, 1991). El pensamiento reproductivo, entendido como actualización del conocimiento, se caracteriza por formar una totalidad y sus partes constituyentes son determinantes en la relación establecida. El trabajo mental consiste en abstraer la observación que se había efectuado en otro contexto. 4. El Modelo Conductista, proviene del asociacionismo, sosteniendo que la actividad mental puede ser controlada desde el exterior mediante la aplicación de reforzamiento (Martínez, 1991). Se define la creatividad como respuestas infrecuentes u originales que se producen por demanda, siguiendo la pauta E à R-> r. 5. El Modelo Cibernético. Sus características son: (a) información novedosa, (b) elección libre de alternativas, (c) control optimizante del flujo informativo, (d) integración estructural-funcional en un sistema abierto, (e) originalidad y personalismo de la acción y de su resultado (Sanvisens, 1991). Un concepto importante dentro de este modelo lo constituye, el de impulso creativo que se refiere a la actividad consciente y a su sentido optimizante. El impulso creativo permite la creatividad, una de cuyas claves estaría, desde el punto de vista cibernético, en la optimización ascendente y evolutiva. 6. El Modelo Humanista surge como reacción al conductismo al no tomar en cuenta la naturaleza humana. Para Maslow, la persona tiende al crecimiento debido a la satisfacción de una serie de necesidades que se hallan jerarquizadas. En la cumbre la jerarquía se encuentra las necesidades de autorrealización que consiste en la actualización de las potencialidades que posee la persona. El crecimiento de la persona se debate entre la satisfacción de las necesidades básicas (subsistencia y seguridad) y la de autorrealización. 7. En el Modelo Cognitivo se considera la distinción entre un cognitivismo clásico estructural y otro moderno funcional. Ambos ven el individuo funcionando integralmente. (Martínez, 1991). La explicación del cognitivismo estructural atribuido a Piaget se considera una propuesta constructivista e interaccionista. Piaget elabora un modelo estructural e introduce el concepto de esquema que es un principio organizador esencial del comportamiento y el pensamiento, ya que contiene aspectos que permiten poner en relación experiencias diversas. Los esquemas son responsables de la transformación de la información según las expectativas y necesidades del individuo. Son flexibles lo que conlleva a su modificación en función de las experiencias. El cognitivismo estudia los procesos mentales requiriendo marcos flexibles para su interpretación. Esto último caracteriza el proceso creativo que desemboca en productos creativos. El cognitivismo funcional se corresponde al procesamiento de información. De acuerdo a este modelo el hombre es un mecanismo similar a una computadora con un software para resolver los problemas. Se insiste en la creación de modelos de actuación que describan pasos para la solución de un problema. Se considera que los problemas de inducción son los apropiados para desarrollar un proceso cognitivo creativo. 8. El Modelo transaccional, explica la creatividad sobre la base de la interacción entre la persona y el medioambiente. La meta esencial del organismo es dar forma o configuración al entorno, más que ser conformado por él. Esta tendencia natural a configurar el medio puede ser bloqueada por las fuerzas sociales (o educativas) impositivas que adoptan maneras de condicionamiento e instrucción en la conformidad. Este modelo presenta un carácter integrador reflejado en la definición de creatividad de Taylor (citado en De la Torre, p. 153): “La creatividad es un proceso, facilitado por la estimulación ambiental, implicando a la persona motivada transaccionalmente para transformar problemas genéricos o básicos en resultados o productos generativos.” Feldhusen y Goh (1995) presentan grupos de teorías que se considera son combinaciones de los supuestos de las teorías anteriores. La reseña hecha por Feldhusen y Goh comprende: 1. El modelo de Albert donde la creatividad se caracteriza por: (a) expresarse a través de decisiones y no de productos, (b) utilizar como medio el conocimiento de la personalidad y del mundo propio, (c) ser altamente intencional, (d) ser emergentes, y (e) ser un compromiso interno para cada individuo. Se observa en los postulados de Albert una proximidad al modelo transaccional con énfasis en la persona y su relación con el entorno. 2. El modelo de Czikszentmihalyi. La creatividad es una interacción entre un dominio, una persona y un campo. El dominio es el conjunto de oportunidades y restricciones para la persona. La persona produce una nueva concepción. El Campo es el conjunto de especialistas que deciden si la concepción creativa cumple con los criterios establecidos por el dominio. La creatividad es un proceso, que en gran medida, ocurre fuera de la persona catalogada como creativa. 3. El modelo de Amabile, donde se conceptualiza las señales externas como entrada de estímulos pero enfatiza que el ímpetu inicial proviene del interior de la persona. Señala varias etapas: (a) involucración mental (ímpetu inicial), (b) generación de respuestas (búsqueda información en el entorno), (c) evaluación, y (e) calidad del resultado. La motivación se encuentra a través de todo el proceso. Se asemeja este modelo al de Czikszentmihalyi que igualmente se pueden ubicar dentro del modelo transaccional tradicional, por la importancia que le otorgan al medio social. 4. El modelo interaccionista atribuido a Woodman y Schoenfeldt donde se incorporan condiciones antecedentes, un conjunto de variables personales, influencia contextual y social, el proceso y comportamiento creativo y las consecuencias de la conducta. Se considera la conducta creativa, en consecuencia, una compleja interacción entre la situación y el organismo. Esta teoría también se puede ubicar dentro del modelo transaccional con ingredientes provenientes del modelo cibernético, cuando se hace mención de la existencia del flujo secuencial. 5. El modelo alternativo, atribuido a Brown (1989), concibe la creatividad como: (a) conjunto de rasgos, (b) proceso inconsciente, (c) conjunto de conductas complejas tales como resolución de problemas, y (d) conductas asociadas. Obviamente en este modelo están incorporadas la mayoría de teorías tradicionales. 6. Por último el modelo de Treffinger, Feldhusen e Isaksen donde se define la creatividad como un conjunto de procesos cognitivos que contribuyen al pensamiento productivo o resolución de problema. La base del pensamiento creativo está conformada por Información y destrezas, motivación y disposición, sistemas dirigidos y metacognitivos, habilidades de pensamiento divergente y herramientas de pensamiento crítico. La incorporación del medio ambiente como soporte para la motivación actúa psicológicamente a través de la creación individual. La reseña de Gardié (1995) abarca los siguientes modelos: 1. El modelo metacognitivo de Pesut. La creatividad se considera un proceso dentro de un contexto múltiple e interactivo, con énfasis en el campo educacional e investigativo. 2. El modelo trifacético integrado de Sternberg. La creatividad resulta de la interacción de tres atributos psicológicos: (a) inteligencia, (b) estilo cognitivo, y (c) personalidad- motivación. 3. El modelo de cerebro total de Hermann. La creatividad es un proceso que requiere la intervención integral de los cuatro cuadrantes del cerebro: (a) cerebral izquierdo, (b) cerebral derecho, (c) límbico izquierdo, y (d) límbico derecho. 4. El modelo interaccionista multifactorial de Gardié. La creatividad es producto de la interacción dinámica de tres clases de factores: (a) cognitivos (b) psicosociales, y (c) de personalidad. En función de la revisión bibliográfica, se evidencia que las teorías consideran la creatividad de diferentes formas: 1. Fenómeno que tiene el mismo origen que la neurosis. 2. Invención de la maquinaria mental humana. Se explica sobre la base de un modelo mecanicista, continuo y determinado. 3. Proceso que Involucra discontinuidad, intencionalidad y trascendencia. 4. Un fenómeno en la cual la conciencia y la libertad juegan un papel importante. 5. Fenómeno que nos permite explorar nuestra personalidad y desarrollar al máximo el potencial humano. La diversidad de visiones sobre la creatividad depende de la visión que se tenga del mundo. En consideración a ello, Goswami (1996) sostiene que las teorías de creatividad se pueden agrupar en tres bloques: (a) realistas-materialistas (mecanicistas), (b) orgánicas, e (c) idealistas. Para las teorías realistas-materialistas la mente se considera como una máquina clásica newtoniana, estrictamente vinculada a causas antecedentes. La creatividad se considera causal y continua. Se postula la existencia de una única realidad: materia en movimiento dentro del espacio-tiempo; por ello la trascendencia de la creatividad no se asume. La invención se define como una clase de innovación basada sobre ideas existentes. Por lo tanto, la creatividad se reduce a rasgos, genes o mecanismos algorítmicos semejantes al funcionamiento del software dentro de una computadora. Las teorías orgánicas sostienen que la creatividad debe involucrar algo más que mecanismo y explicación causal, debe involucrar propósito. Además del impulso de las causas antecedentes se requiere una causa final o propósito; así la creatividad es vista dentro de la filosofía teleológica. Se enfatiza la importancia de la sinfonía del todo (filosofía del holismo). La discontinuidad es permitida; se ve la creatividad como una emergencia repentina fuera de la interacción holística dentro del sistema de propósito y afectos aparte del sistema mecanicista. También enfatiza el devenir y el desarrollo. El devenir se ve como un despliegue de la intencionalidad del universo y del individuo. Las teorías idealistas sostienen que la creatividad es una fenómeno de la conciencia y no puede ser explicado simplemente por el mecanismo de la materia. Se postula que la conciencia es el fundamento de la existencia. Debido a la trascendencia de la conciencia, la creatividad es trascendente. Dentro del marco de estas teorías también se habla de motivación inconsciente para la creatividad, de la búsqueda de la autorrealización (modelos humanistas). En la transición del inconsciente a la conciencia se presenta la discontinuidad de la creatividad. La evolución del Universo a través de todas sus facetas se considera la manifestación del propósito creativo de la conciencia .Así las cosas, pareciera que cada concepción tiene su objeto propio: a la visión materialista le corresponde el mundo material y a la visión idealista, el mundo espiritual. Estas dos concepciones se presentan como concepciones antagónicas cuando afrontan el estudio de la creatividad. Lo ideal sería construir un modelo donde tenga cabida las explicaciones de las teorías anteriores y a la vez se pueda explicar el fenómeno de la creatividad bajo las actuales concepciones del mundo contemporáneo tal como la filosofía del caos. También debe considerarel tema del mecanismo cerebral. La descripción de la nueva teoría de la creatividad requiere aclarar como se va a concebir el término de creatividad en el cuerpo de la misma. En general, la creatividad se considera como la creación de algo nuevo. El problema sería ¿cómo se define algo nuevo? Se plantearán dos conceptos de creatividad: situacional y fundamental. La creatividad situacional se asocia con el invento; es decir, crear un nuevo producto o resolver un problema de tal manera que refleje un nuevo significado que no puede ser fácilmente anticipado; todo dentro de un contexto conocido. Representa un salto discontinuo de significado que conduce a un producto que no puede ser anticipado. La invención tecnológica pertenece a esta categoría. La resolución de problemas constituye el principal volumen de actos de creatividad situacional, pero la creatividad situacional requiere de una subjetiva exploración de significado y valoración. La creatividad fundamental se define como el descubrimiento de algo nuevo en un nuevo contexto (Goswami, 1990). Se pasa de la inmanencia a la verdad trascendente. Se descubre algo nuevo en el contexto de la verdad trascendente descubierta. El descubrimiento involucra discontinuidad que no es más que un salto cuántico no alcanzable por la vía de la continuidad o pensamiento algorítmico. La teoría idealista cuántica de creatividad tiene su inspiración en la Física Cuántica. Goswami (1993) apunta las siguientes primicias de la interpretación idealista de la física cuántica: 1. Los objetos cuánticos permanecen como ideas formales, matemáticamente descritas como ondas de posibilidad (estados multifacéticos denominados funciones de ondas o superposiciones coherentes) en un domino de potencial trascendente hasta que la conciencia colapsa las ondas conduciendo a su apariencia, en el mundo de la manifestación, como partículas (transición desde posibilidades multifacéticas a una realidad unifacética). Esta es la base de la ontología idealista. 2. Una conciencia única y trascendente colapsa continuamente, desde el espacio-tiempo exterior, a la superposición coherente cuántica; es decir, reduce sus variadas posibilidades de coexistencia a una única realidad manifestada. El colapso consiste en escoger y seleccionar conscientemente una faceta determinada. 3. Una medida cuántica (una observación) se dice completa cuando la conciencia mental está presente autorreferencialmente en el colapso del evento. Otro ingrediente para integrar las teorías realistas-materialistas, orgánicas e idealistas lo constituye la adopción del modelo funcionalista del cerebro-mente semejante a una computadora (cerebro como estructura-hardware, mente como función-software) a la manera idealista cuántica de pensar. La estructura de la mente cerebral que permite las experiencias condicionadas y creativas responde a un funcionamiento cuántico. Además de su maquinaria neuronal clásica, se postula que el cerebro debe tener una maquinaria cuántica (Goswami, 1990, 1993). ¿Qué significa maquinaria cuántica y clásica?. Se asume que todos los objetos obedecen las leyes de la mecánica cuántica. Sin embargo, bajo ciertos límites, casi siempre satisfechos por los sistemas macroscópicos, el mecanismo se aproxima al mecanismo clásico. Este es el principio de correspondencia. Bajo estos límites, la discontinuidad cuántica da la apariencia de continuidad clásica y se puede aproximar el comportamiento de los cuerpos al comportamiento clásico. En definitiva, cuando se habla de clásico se hace en el sentido del principio de correspondencia. Una de las manifestaciones más comunes de la creatividad aparece en la forma de pensamiento creativo. ¿El pensamiento se puede discutir en términos cuánticos?. Bohm (citado en Goswami, 1996) sostuvo que parece existir un principio de incertidumbre para el pensamiento. Cuando nos concentramos sobre el contenido del pensamiento se pierde su dirección y cuando nos concentramos en la dirección del pensamiento se pierde parte del contenido. El pensamiento tiene un aspecto trascendente. Su apariencia en el campo manifestado de la conciencia está asociada con dos variables conjugadas: rasgo (contenido instantáneo semejante a la variable posición dentro de los objetos físicos) y asociación (movimiento del pensamiento dentro de la conciencia semejante al momentum de los objetos físicos). Asumiendo lo anterior, el pensamiento exhibe complementaridad. A pesar de que siempre manifestará, en la conciencia, uno de los atributos complementarios (rasgo o asociación) se postula que entre ambas manifestaciones, el pensamiento existe como potencia trascendente. En otras palabras, el pensamiento existe como objeto cuántico bien como aspecto trascendente de muchas facetas (ondas) o como manifestación de una sola faceta (partícula). Lo que experimentamos como pensamiento es el aspecto de partícula de este objeto cuántico. Es esta naturaleza cuántica del fenómeno mental los que nos permite ser creativos en ciertas ocasiones. El funcionalismo cuántico postula que los estados mentales son estados cuánticos de la maquinaria cuántica del cerebro y los estados cerebrales, correspondientes a estos estados mentales, pertenecen a la maquinaria clásica. Esta maquinaria clásica del cerebro amplifica y ayuda a medir los estados mentales cuánticos. La conciencia es necesaria para construir una medida cuántica y es esta intervención de la conciencia la responsable de las experiencias subjetivas. La experiencia subjetiva que surge no es personal sino universal y se denominará autoexperiencia cuántica. En la experiencia primaria de la conciencia, el énfasis es sobre el acto de experimentar y no sobre el contenido de la experiencia. Esta es una cualidad principal de la experiencia creativa. Procesos secundarios de la conciencia, originados desde la memoria en respuesta a un estímulo, conducen a la intencionalidad y a la direccionalidad hacia objetos. El ego personal YO tiene su origen en este proceso de conciencia secundaria y en la tendencia del sistema autorreferencial cuántico de estar condicionado. Ahora bien, ¿cómo puede entenderse la personalidad bajo la teoría idealista cuántica de la creatividad? Un adulto es capaz de operar de dos maneras; el modo primario cuántico, en la cual la probabilidad y lo acasual domina y donde existen respuestas creativas que permanecen disponibles dentro del sistema cuántico cerebral. El otro modo corresponde al modo clásico del ego, referido a la conducta condicionada y el funcionamiento del cerebro- mente puede ser descrito satisfactoriamente por el cognitivismo. En este modo somos capaces solamente de resolver problemas algorítmicamente (esto está muy de acuerdo con los modelos de creatividad construidos por la ciencia cognitiva). Sin embargo, la creatividad para la teoría idealista cuántica requiere de la personalidad cuántica. También se encuentra la cuestión del desarrollo del ego. En la presente teoría el descubrimiento de cada nuevo contexto es un salto cuántico de pensamiento y corresponde a un acto de creatividad fundamental. Entre episodios de creatividad fundamental, las condiciones homeoestáticas prevalecen. El aprendizaje continuo, a través del razonamiento y creatividad situacional, conduce a un profundo enriquecimiento del desarrollo del ego. Esta es esencialmente la misma descripción del desarrollo del ego dada por Piaget (1977). Claramente, entonces la actual teoría tiene la potencia de acomodar las teorías orgánicas de la creatividad que están basadas en las ideas de Piaget sobre el desarrollo de los niños. Ahora se verá en detalle la integración de las diversas teorías que dan origen a la teoría idealista cuántica. En el funcionalismo cuántico la creatividad es el resultado de la interacción de tres sistemas: (a) clásico de conocimiento aprendido, (b) cuántico da origen a lo nuevo, y (c) la conciencia que estableceel propósito. El afecto resulta de la identificación de la conciencia con cada uno de los dos sistemas: clásico y cuántico. Cuando la conciencia se identifica con la modalidad cuántica, existe ansiedad en efectuar un salto creativo. Cuando el ego conscientemente se identifica con la modalidad cuántica, como en la experiencia de “aha”, se produce éxtasis. Existe un patrón de intencionalidad en los actos creativos; sin embargo, el propósito final no es fijo, sino contingente al proceso. Por otro lado ¿cómo explicar el papel del inconsciente como director psicológico, en el marco del modelo que se plantea? En el modelo idealista cuántico somos capaces de actuar bajo dos modalidades. Bajo el ego, denominado modalidad clásica, esta es la modalidad condicionada que refleja nuestro carácter y patrón habitual. La otra modalidad de actuación es la que se denominó cuántica, manifestada en el acto de la creatividad. Se supone que todas nuestras acciones, conscientes e inconscientes, son guiadas por una o ambas de las dos modalidades. Sin embargo, no se escoge conscientemente la modalidad invocada en una acción particular. Somos orientados inconscientemente hacia ciertos actos que requieren una de las dos o ambas de las modalidades explicadas anteriormente. Por lo general, no somos conscientes de nuestro condicionamiento o facilidad creativa. La contribución de la naturaleza a nuestro ser, es lo manifestado como conducción psicológica de la libido. La conducción inconsciente debido al condicionamiento ambiental es lo que se denomina contribución de la educación a nuestro comportamiento y acción. De acuerdo a lo anterior, lo que denominamos modalidad clásica y lo se expresa inconscientemente puede ser pensado como las dos conducciones psicológicas inconsciente del ambiente condicionado y la líbido. En contraste la modalidad cuántica y la creatividad se refieren a lo que Jung (citado en Gaswomi, 1996) denominó el inconsciente colectivo. Cualquier ser humano, de acuerdo a la descripción cuántica es potencialmente capaz de manifestar todos los estados mentales de todos los seres humanos, independientemente de las limitaciones espacio-tiempo. Esto es consecuencia de que todos disponemos del mismo mecanismo cerebral. En el proceso de condicionamiento, existe preferencia por estados localmente experimentados y los estados transpersonales no localizados se ven reprimidos. La creatividad llega a ser una conducción inconsciente porque el condicionamiento conduce a la represión de lo nuevo en preferencia al viejo estado aprendido. Jung agregó un tercer componente, al debate del desarrollo humano centrado en la confrontación de la naturaleza versus educación. Este tercer componente se denominó creatividad, denominada sattwa, en la India Oriental. Por lo tanto, existen tres conductores que guían nuestras acciones: (a) conducta condicionada (educación), (b) la líbido (naturaleza), y (c) sattwa (creatividad). La teoría idealista cuántica explica también las etapas del proceso creativo. El proceso creativo, según Wallas, (1926) involucra las siguientes etapas: (a) preparación, (b) incubación, (c) insight o iluminación, y (d) manifestación. En la etapa de preparación, la modalidad clásica domina. La modalidad clásica de la personalidad trata con la recolección y análisis de la información. Es una cadena en espiral entre la información y la comunicación. Se necesita un fuerte ego para manejar la destructuración de lo viejo para dar lugar a lo nuevo. Rogers (1959) manifiesta que esta etapa debe finalizar con la manifestación de una menta abierta. La etapa de incubación corresponde al procesamiento inconsciente de información. Koestler (1964) describe un tipo de asociación de opuestos que denominó bisociación, y que considera útil en la explicación del proceso creativo. Cuando confrontamos por bisociación el estado cuántico mental llega a ser una superposición coherente, una onda de posibilidades contradictorias que no se puede resolver por la vía consciente. ¿Es esto correcto? ¿Es esto equivocado? Estas interrogantes no pueden ser resueltas por la mente consciente. Cuando la duda crece y las asociaciones ambiguas son permitidas, entonces aumenta los eventos sin resolución y las superposiciones coherentes no resueltas, originando otras asociaciones. Todo, sin embargo, permanece como superposiciones coherente no resueltas hasta que la conciencia esta lista para entrar en acción. En la iluminación creativa se produce la comunicación interna y germinación de ideas creativas. Se da un encuentro entre la transpiración (modalidad clásica) y la inspiración (modalidad cuántica). Existe transpiración porque las superposiciones coherentes del cerebro, que nuestro proceso inconsciente genera, están aún dominadas por nuestro contexto aprendido con un gran peso probabilístico. El peso probabilístico de lo nuevo es pequeño. La persistencia es importante para aumentar el número de colapso del estado cuántico mental relativo a la misma cuestión, así se aumenta la posibilidad de ejecutar una nueva repuesta. ¿Por qué la inspiración es la esencia fundamental de la creatividad? Cuando finalmente, con el juego alternativo de querer y entrega, persistencia y relajación, proceso inconsciente y consciente, vemos en nuestra modalidad cuántica primaria, la gestalt, el patrón de la pequeña luz que juntos construyen el nuevo progreso y conscientemente colapsa todas las superposiciones coherentes no colapsadas que se ha acumulado durante el viaje creativo, entonces tenemos una experiencia primaria de la modalidad cuántica; es decir, el placer de la creatividad. La etapa de manifestación ocurre cuando se produce un encuentro entre la idea y la forma. La personalidad de la modalidad clásica tiene que desarrollarle una forma a la idea creativa. Es una síntesis que organiza los elementos de la idea y verifica si la idea funciona, aunque existe mucho ir y venir entre la idea y la forma. Es una cadena en espiral entre la idea y la forma. En definitiva, el proceso creativo, en el marco de la teoría idealista cuántica, es una cadena en espiral de encuentros de las modalidades clásica y cuántica de la personalidad: (a) información-comunicación, (b) transpiración-inspiración, y (c) forma-idea ¿Qué papel juega la teoría del Caos dentro de la teoría idealista cuántica de la creatividad? ¿Qué mecanismo utiliza la memoria clásica para ajustarse determinísticamente a lo nuevo? Esto debe involucrar, un cambio drástico del aparato de la memoria clásica para adaptarse a la nueva luz creadora de un nuevo patrón de proceso secundario. Es en esta adaptación a la nueva trayectoria que la dinámica del Caos puede jugar un papel. Supongamos que tengamos sistemas de memorias que son realmente sistemas caóticos pero están en una fase de inactividad correspondiente a una situación de equilibrio. La respuesta del sistema de memoria a un pensamiento no creativo está ahora condicionado y predecible a un grado porque tal pensamiento no encontró al sistema fuera de su equilibrio. Se propone que un pensamiento creativo cuántico, actúa como una moneda torciéndose para un cambio, como un provocador que orienta al sistema caótico del cerebro que sostiene el viejo orden, fuera de su base de equilibrio. Al final de la etapa de preparación, debemos vaciar nuestra mente y romper las viejas conexiones para anticipar lo nuevo. No debemos permitir que nuestras respuestas secundarias sean confundidas por los contextos viejos, condicionados aprendido; esta una precondición para la etapa del insight, pero, ¿Cómo ocurre esto, en realidad? El proceso completo involucra una destructuración de la memoria condicionada y es aquí, donde la dinámica del caos juega su primer rol crucial. En respuesta a nuestro deseo de crear, para realmente percibir el proceso primario de pensamiento, el sistema caótico del cerebro desestructura su patrón condicionadode conexiones. Nuestro deseo intenso de crear y la respuesta cuántica a la misma permite que entre en acción del principio de incertidumbre. Esta incerteza cuántica debe ser lo suficiente para cambiar las condiciones iniciales y así el caos dinámico desestructura el viejo orden. El sistema caótico ahora vegeta bajo el encanto de un nuevo atractor. Según Boles (citado en Gaswomi, 1996), se cruza el umbral desde el deseo de crear hasta la creación misma. Tenemos la mente necesariamente vacía de prejuicios previos. Tal como Picasso sostuvo “todo acto de creación es primero que todo un acto de destrucción”. Se propone al pensamiento creativo cuántico o al acto de insight como un incitador para que el atractor caótico clásico del cerebro cambie. En respuesta al pensamiento creativo, el sistema caótico efectúa un salto del estado vegetativo del atractor existente a una cuenca de un nuevo atractor. El nuevo atractor conduce a nuevas conexiones de la estructura neuronal en correspondencia con los nuevos descubrimientos dentro del nuevo contexto. En repercusión del insight creativo, el sistema clásico de memoria del cerebro, se comporta caóticamente y puede sufrir una serie de reestructuraciones transitando a un eventual nuevo orden dinámico que satisfactoriamente manifiesta el aha creativo. Así, la etapa de manifestación consiste en repetidos encuentros de las ideas cuántica y clásica. En esta descripción integrada de creación dinámica, las características son los siguientes: (a) destructuración caótica, (b) proliferación inconsciente de superposiciones coherentes, (c) saltos cuánticos de insight, y (d) reestructuración caótica. Actividades que se pueden llevar a cabo para desarrollar la creatividad. 1. Minimizar el efecto negativo del condicionamiento de la mente sobre la creatividad manteniendo conscientemente una mente abierta y en forma determinante diciendo no a las respuestas condicionada (función de la primera etapa de la creatividad). El caso dinámico del cerebro es nuestro socio en este momento. 2. Aumentar la desigualdad de manifestación de una baja probabilidad de la idea creativa siendo persistente. La persistencia es importante porque ella incrementa el número de colapso del estado cuántico de la mente relativo a la misma cuestión, así se incrementan los cambios de generación de nuevas respuestas. 3. Confrontar con estímulos no aprendidos. El leer sobre nuevas ideas impulsa un cambio de contexto en nuestro propio pensamiento, aún sobre asuntos no relacionados. Importantes son los estímulos no aprendidos que son ambiguos. 4. Trabajar y hablar con otras personas tal como en una lluvia de ideas. REFERENCIAS Brown, R. (1989). Creativity: ¿What are we to measure? In J. A. Glover, R. R. Ronning, & C. R. Reynolds (Eds.), Handbook of creativity (pp. 3-32). New York: Plenum Feldhusen, J., y Goh, B. (1995). Assessing and accessing creativity: an integrative review of theory, research, and development. Creativity Research Journal, 8(3), 231-247. Gardié, O. (1995). Modelo de enseñanza creativa para la formación y el Desempeño del docente venezolano. Tesis doctoral no publicada. Universidad Pedagógica Experimental Libertador, Instituto Pedagógico de Caracas, Goswami, A. (1990). Consciousness, quantum physics, and the mind-body problem, Journal of mind Behavior, 11, 75-96. Goswami, A. (1993). 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