Descarga la aplicación para disfrutar aún más
Vista previa del material en texto
«torisrno" popular ( Disraeli, etc). Luego de las grandes reformas liberales, que adecuaron el Estado a los intereses y necesidades de la clase media, los dos partidos fundamentales de la vida polí tica inglesa se distinguieron por cuestiones internas de la misma clase y la nobleza adquirió cada vez más un carácter particular de "aristocracia burguesa" ligada a ciertas funciones de la SO· cicdad civil y de la política (Estado) referentes a la tradición, la educación de la clase dirigente, la conservación de una menta lidad dada que fuese una garantía contra los cambios bruscos, la consolidación de la estructura imperial, etc. En Francia, el término «clase medía" da lugar a equívocos, no obstante el hecho de que la aristocracia haya conservado, en la realidad, mucha importancia como casta cerrada. El término es adoptado tanto en el sentido inglés corno en el sentido italiano de pequeña y medía burguesía. En Italia, donde la aristocracia feudal fue destruida por las comunas (físicamente destruida en las guerras civiles, excepto en la Italia meridional y en Sicilia), por cuanto falta la clase "alta" tradicional, el término de "medio" ha bajado un peldaño. Clase media significa "negativamente" no-pueblo, es decir, "no obreros y campesinos"; significa positivamente las capas intelectuales, los profesionales, los empleados. Hay que anotar que el término "señor" se difundió en Italia desde hace mucho tiempo para indicar también a los no-nobles; el don meridional, galantuomini, ci1>íli, borghesi, etc; en Cerdeña, el campesino, aunque sea rico, nunca es un ~'señor'~, etc. El hombre individuo y el hombre masa. El proverbio latino: Senatores boni Piri senatus mala bestia se ha convertido en un lugar común. ¿Qué significa este proverbio y qué significado tuvo? Significa que una multitud de personas dominadas por intereses inmediatos o presa de la pasión suscitada por impresiones del momento, transmitidas sin crítica alguna de boca en boca, se unifica en la decisión colectiva peor, en la que corresponde a los más bajos instintos bestiales. La observación es justa y realista en cuanto se refiere a los gmpos casuales, reunidos como "una multitud durante un aguacero bajo un tinglado", compuestos por hombres no ligados por responsabilidades hacia los otros hombres o grupos de hombres, o hacia una realidad económica concreta, 178 , 1 1 cuya destrucción repercuta en el desastre de los individuos. Se puede decir por ello que en tales multitudes el individualismo no sólo no es superado sino que es exasperado por la certeza de la impunidad y de la irresponsabilidad. Sín embargo, es una observación muy común la de que una asamblea "bien ordenada" de elementos turbulentos e indiscipli nados se unifica en decisiones colectivas superiores a la media individual; la cantidad se transforma en calidad. Si así no fuese, no sería posible el ejército, por ejemplo; no serían posibles los sacrificios inauditos que grupos humanos bien disciplinados sa ben realizar en determinadas ocasiones, cuando su sentido de responsabilidad social es despertado con fuerza por el sentido inmediato del peligro común y el porvenir aparece como más importante que el presente. Se puede utilizar el ejemplo de un acto en una plaza que es diferente de un acto en una sala cerrada y de un acto sindícal de categoría profesional y así sucesivamente. U na reunión de oficiales de Estado Mayor será muy diferente de una asamblea de soldados de un pelotón, etc. Tendencia al conformismo en el mundo contemporáneo; más extensa y profunda que en el pasado: la estandarización del modo de pensar y de actuar asume extensiones nacionales o directamente continentales. La base económica del hombre-colectivo: grandes fábricas, taylorización, racionalización, cte. Pero en el pasado ¿existía o no d hombre colectivo? Existía bajo la forma de dirección carismá tica. para hablar como Michels: se obtenía una voluntad colectiva bajo d impulso y la sugestión inmediata de un "héroe", de un hombre representativo; pero esta voluntad colectiva se debía a factores extrímccos y se componía y descomponía continuamente. El hombre-colectivo moderno, en cambio, se fom¡a esencialmente desde abajo hacia arriba, sobre la base de la posición ocupada por la colectividad en el mundo de la producción. El hombre repre sentativo dc"'mpcña aún hoy una función en la formación del hombre-colectivo, pero muy inferior a In desempeñada en d pasa do, tanto que puede desaparecer sin que el cemento colectivo se deshaga y la construcción caiga. Se dice que "los científicos occidentales consideran que la psi· que de la masa no es más que el resurgir de los antiguos instintos de la horda primitiva y, por lo tanto, un regreso a estadios cultu· 179 raJes desde hace tiempo superados"; esto debe ser referid¡¡ a la llamada "psicología de las multitudes", vale decir, de las multitu· des casuales y la afirmación es seudocientlfica; está ligada a la sociologla positivista. Sobre el "conformismo" social es preciso señalar que la cues tión no es nueva y que la alarma lanzada por ciertos intelectuales es simplemente cómica. El conformismo existió siempre: se trata hoy de lucha entre "dos conformismos", es decir de una lucha de hegemonía, de una crisis de la sociedad civil. Los viejos dirigentes intelectuales y morales de la sociedad sienten que les falta el te rreno bajo los pies, se dan cuenta de que sus "prédicas" se han transformado precisamente en "prédicas", en cosas extrañas a la realidad, forma pura sin contenido, larva sin espíritu; de ahí, por consiguiente, su desesperación y sus tendencias reaccionarias y conservadoras. Ya que se descompone la particular forma de ci vilización, de cultura, de moralidad que ellos representaron, gritan la muerte de toda civilización, cultura y moralidad, exigen me didas represivas del Estado y se constituyen en grupos de resis tencia apartados del proceso histórico real, aumentando de tal manera la duración de la crisis, puesto que la superación de un modo de vivir y de pensar no puede verificarse sin crisis. Por otro lado, los representantes del nuevo orden en gestación difunden utop1as y planes descabellados. ¿Cuál es el punto de referencia para el nuevo mundo que se gesta? El mundo de la producción, del trabajo. El máximo utilitarismo debe estar en la base de todo análisis de las instituciones morales e intelectuales por crear y de los principios por difundir. La vida colectiva e individual debe ser organizada para obtener el máximo rendimiento del aparato productivo. El desarrollo de las fuerzas económicas sobre nuevas bases y la instauración progresiva de la nueva estructura sanea rán las contradicciones que sin duda aparecerán y, habiendo creado un nuevo "conformismo" desde abajo, permitirán nuevas posibili dades de autodisciplina, es decir, de libertad también individual. Psicología y política. Especialmente en los períodos de crisis fi nanciera se oye hablar profusamente de "psicología" como de una causa eficiente de determinados fenómenos marginales. Psicología (desconfianza), pánico, etc. ¿Pero qué significa en este caso "psi· 180 colegía"? Es una púdica forma velada de indicar la "polftica", una determinada situación política. . Ya que con frecuencia se entiende por "poHtica" la acción de las fracciones parlamentarias, los partidos, los periódicos y, en general, toda acción que se realiza según una directiva evidente y predeterminada, se da el nombre de "psicología" a los fenómenos elementales de las masas, no predeterminados, no organizados, no dirigidos evidentemente, los cuales manifiestan una fractura de la unidad social entre gobernantes y gobernados. A través de estas "presiones psicológicas" los gobernados expresan su desconfianza en los dirigentes y exigen que sean cambiadas las personas y las direcciones de la actividad financiera y, por ende, económica. Los ahorristas no invierten sus ahorros y los retirande determinadas actividades que aparecen como particularmente riesgosas, limi tándose al logro de intereses mínimos y también a intereses eero; algunas veces prefieren perder directamente una parte del capital para asegurar el resto. ¿Puede bastar la "educación" para evitar estas crisis de des confianza general? Son sintomáticas precisamente porque son "generales" y eontra la "generalidad" es difícil educar en una nueva confianza. La frecuente sucesión de tales erisis psicológicas indica que un organismo está enfermo, o sea que el conjunto so cial no está ya en condiciones de generar dirigentes eapaces. Se trata, por consiguiente, de crisis políticas y también político-so ciales del reagrupamiento dirigente. Historia política e historia militar. En el Marzocco del lO de marzo de 1929 se analiza un artículo de Ezio Levi en la Glosa Perenne sobre los almogávares, que es muy interesante por dos mo tivos. Por un lado, los almogávares -tropas ligeras catalanas, adies tradas en las ásperas luehas de la "reconquista" para combatir eontra los árabes utilizando sus formas, o sea en orden disperso, sin una disciplina de guerra, pe•o eon ímpetu y emboscadas, con aventuras individuales- señalan la introducción en Europa de una nueva táctica, que puede ser parangonada a la de los "arditi", aunque en condiciones diferentes. Por otro lado, según algunos eruditos los almogávares señalan la aparición de las compañías de mercenarios. Un cuerpo de almogávares fue enviado a Sicilia por los aragoneses para las guerras de las Vísperas. Concluida la guerra, 181
Compartir