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Entimemas e Retórica

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L O S EN TIM EM A S, SEG Ú N SEA N D E A R T E O FACULTAD E S P E ­
CIAL O COM UNES SE LLAMAN RESPEC TIV A M EN TE «ESPE­
CIES» Y «LUGARES».
Son la mayoría de los entimemas derivados de razona­
mientos de estas especies dichas particulares y específicas, 
y de las comunes menos. Pues lo mismo que en los Tópicos 
(I 10, III 5, V III 12, Soph, elench. 9], también aquí hay 
que distinguir en los entimemas los «especiales» y los «luga­
res» de donde hay que tomarlos. Llamo «especiales» (43) a 30 
las premisas específicas en cada género particular, «lugares» 
a los que son comunes igualmente a todos.
Digamos primero acerca de los «especiales», mas antes 
definamos los géneros de la retórica, cuántos son y cómo se 
dividen, definiendo en ellos por separado los elementos (44) 36 
y las premisas.
C l a s i f i c a c i ó n d e l a o r a t o r i a a t e n d i e n d o a l o y e n t e . 3
De la oratoria se cuentan tres especies, pues otras tan­
tas son precisamente las de oyentes de los discursos. Por­
que consta de tres cosas el discurso: el que habla, sobre lo 
que habla y a quién; y el fin se refiere a éste, es decir, al 1358 b 
oyente. Forzosamente el oyente es o espectador o árbitro, 
y si árbitro, o bien de cosas sucedidas, o bien de futuras.
Hay el que juzga acerca de cosas futuras, como miembro de 
la asamblea; y hay el que juzga acerca de cosas pasadas, 5 
como juez; otro hay que juzga de la habilidad, el espec­
tador, de modo que necesariamente resultan tres géne­
ros de discursos en retórica: deliberativo, judicial, demos­
trativo.
A s u n t o d e c a d a u n a d e l a s t r e s c l a s e s .
En el aconsejar hay la persuasión y la disuasión, pues 
siempre, lo mismo quiénes aconsejan en privado que los 10 
que hablan en público, hacen una de las dos cosas. En el
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pleito, de una parte es acusación y de otra defensa, y una 
de estas dos cosas es preciso que hagan los que pleitean.
El género demostrativo tiene como propio, bien la alaban­
za, bien el vituperio.
T i e m p o s q u e l a s c o r r e s p o n d e n .
Los tiempos de cada uno de éstos son: para el delibe­
rante, el futuro (45), pues aconseja acerca de lo venidero, 16 
bien persuadiendo, bien disuadiendo; para el orador foren­
se, el pasado, pues siempre es sobre cosas sucedidas como 
el uno acusa y el otro se defiende; para el demostrativo lo 
más principal es el presente, pues todos alaban o reprochan 
sobre cosas que existen, aunque muchas veces además 20 
actúan recordando lo pasado y conjeturando lo futuro.
F i n e s d e l a s t r e s c l a s e s d e o r a t o r i a . ·
El fin (46) para cada uno de estos géneros es distinto, y 
como son tres, tres son los fines: para el orador deliberativo 
lo útil y dañoso; pues el que persuade aconseja en cuanto 
le parece mejor, y el que disuade disuade en cuanto le 
parece peor, y todo lo demás lo añaden sobre esto como 
accesorio, lo justo o injusto, hermoso o feo. Para los que 26 
abogan en justicia, lo justo y lo injusto, y lo restante lo 
añaden estos a su vez como accesorio. Para los que ensal­
zan y reprochan, lo honroso y lo feo, y lo demás también 
éstos lo ponen como añadidura.
Señal de que el fin de cada género es el dicho, es que 30 
a veces no disputará el orador acerca de otra cosa que el 
fin mismo; así el orador forense no siempre afirmará, que 
no sucedió o no dañó la cosa, pero lo que no confesará es 
que se comete injusticia, pues entonces no sería necesario 
el juicio. Del mismo modo, los oradores que aconsejan,mu- 35 
chas veces prescinden de lo demás, mas lo que no, recono­
cerán nunca es que aconsejan cosas inconvenientes o di-

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