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I 8 i i F o rm as d e g o b ie r n o . Las formas de gobierno son cuatro: democracia, oligar- 30 quia, aristocracia, monarquía, de mane'ra que la soberanía y la instancia suprema pueden estar en parte de los ciuda danos o en el total. La democracia es el gobierno en que las magistraturas se atribuyen por sorteo; la oligarquía en el que las magis traturas se atribuyen por el censo; la aristocracia, en el que según la educación (93), y llamo educación la establecida por 35 la ley (94); los que se mantienen dentro de las normas son los magistrados en la aristocracia, pues es preciso que ellos aparezcan como los mejores (arisloi), de donde ha recibido nombre esta forma. La monarquía es, según dice el nom- 1368 a bre, aquella en que uno es señor de toda resolución; den tro de esta forma, la que es según cierto orden es reino, la que es sin límites, tiranía. F in d e c a d a fo r m a d e g o b ie r n o . El fin (95) de cada forma de gobierno es preciso que no quede oculto para nosotros, pues son elegidas las cosas que conducen al fin. De la democracia el fin es la libertad, de 5 la oligarquía la riqueza, de la aristocracia la educación y las instituciones, de la tiranía (96) la guardia de la persona. Es claro que hay que distinguir conforme al fin de cada una las costumbres y normas e intereses, puesto que la elección es en relación con el fin. R el a c ió n con la s fo rm as d e g o b ie r n o d e l cará cter MORAL DEL ORADOR. Y puesto que los argumentos resultan no sólo por dis curso demostrativo, sino también por discurso ético (pues 10 creemos según cómo parece el que hable, es decir, si parece bueno o bien intencionado o ambas cosas), será necesario 45 que dominemos los caracteres de cada una de las formas de gobierno, pues el carácter de cada una es forzoso que sea lo que mejor persuada para ella. Estos caracteres se conocerán por los mismos medios: pues los caracteres son manifiestos según la intención, y la intención es referida 15 al fin. A lo que es preciso que exciten los que persuaden, como futuro o actual, y de qué hay que sacar los argumentos acerca de lo conveniente, y además acerca de las costum bres y leyes según las formas de gobierno, por dónde y cómo los lograremos, lo hemos tratado en la medida que 20 convenía al momento presente, pues se ha expuesto con pormenor en la Política [lib. III y IV]. L a o r a t o r i a d e m o s t r a t iv a : s u o b j e t o e s l a v i r t u d y 9 e l v ic io , lo n o b l e y lo b a j o ; e l c a r á c t er m o r al e n ESTE GÉNERO. Después de esto digamos sobre la virtud y el vicio y lo noble y lo bajo, pues estos son los objetos del que ensalza y reprocha; acaecerá que a la vez que sobre encomio y vi- 26 tuperio se habla, se puede mostrar aquello por lo que se comprenderá cómo somos de carácter, lo cual era, decía mos [1366 a 10], un segundo argumento retórico; ya que con los mismos medios podremos convencer sobre nosotros mismos y sobre otro en cuanto a crédito en virtud. Puesto que ocurre lo mismo de bromas que de veras ensalzar 3° muchas veces no sólo a un humano o dios, sino también cosas inanimadas ó un animal cualquiera (97) ; de la misma manera y acerca de los mismos objetos se han de tomar las premisas, de modo que, a manera de ejemplo, digamos tam bién sobre éstas.
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