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Herencia no mendeliana La herencia no mendeliana se refiere a los patrones de transmisión genética que no siguen los principios establecidos por Gregor Mendel en sus experimentos con plantas de guisantes en el siglo XIX. A diferencia de la herencia mendeliana, que se basa en la segregación independiente de alelos y la expresión de rasgos dominantes y recesivos, la herencia no mendeliana implica una variedad de mecanismos genéticos más complejos que afectan la transmisión de los rasgos de una generación a otra. Uno de los tipos de herencia no mendeliana más estudiados es la codominancia, donde ambos alelos de un gen se expresan completamente en el fenotipo del individuo heterocigoto. Un ejemplo común de codominancia se encuentra en el grupo sanguíneo humano AB, donde los alelos A y B son codominantes y producen una expresión fenotípica que muestra tanto el antígeno A como el antígeno B en la superficie de los glóbulos rojos. Otro tipo de herencia no mendeliana es la herencia incompleta o dominancia intermedia, donde el fenotipo del heterocigoto es una combinación intermedia entre los fenotipos de los homocigotos. Por ejemplo, en las flores de snapdragon, el color de la flor puede ser rojo (dominante) o blanco (recesivo), pero los individuos heterocigotos tienen flores rosadas, que es un fenotipo intermedio entre el rojo y el blanco. Además, la herencia ligada al sexo es otro ejemplo importante de herencia no mendeliana, donde la transmisión de ciertos rasgos está determinada por genes ubicados en los cromosomas sexuales X e Y. Los rasgos recesivos ligados al sexo, como el daltonismo y la hemofilia, se expresan con mayor frecuencia en hombres, ya que solo necesitan un alelo recesivo en el cromosoma X para manifestar el fenotipo. La herencia no mendeliana también incluye fenómenos como la herencia poligénica, donde múltiples genes contribuyen a un solo rasgo fenotípico, y la influencia del ambiente en la expresión de los rasgos genéticos, conocida como interacción gen-ambiente. En resumen, la herencia no mendeliana abarca una amplia gama de mecanismos genéticos que van más allá de los principios simples establecidos por Mendel. Estos mecanismos proporcionan una visión más completa y matizada de cómo se transmiten y expresan los rasgos en los organismos, y han sido fundamentales en el desarrollo de la genética moderna y nuestra comprensión de la complejidad de la herencia biológica.
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