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ANTOLOGIA TEORÍA SOCIOLÓGICA CLÁSICA ÉMILE DURKHEIM Gilberto Silva Ruiz y Guillermo J. R. Garduño Valero (Compiladores) Coordinación de la edición: Martha Verónica Camero Medina, Elisa Cabrera Rasgado, Cristina Citlali Camacho Díaz UNIVERSIDAD NACIONAL AUTÓNOMA DE MÉXICO FACULTAD DE CIENCIAS POLÍTICAS Y SOCIALES UNIVERSIDAD NACIONAL AUTÓNOMA DE MÉXICO CENTRO DE ESTUDIOS BASICOS EN TEORÍA SOCIAL Rector Dr. Francisco Barnés de Castro Secretario (íeiieral Miro. Xavier Cortés Rocha Secretario Administrativo Dr, Leopoldo Henri Paasch Martínez Secretario de Asuntos Kstudiantiles Dr. Francisco Ramos Gómez Abogado General Mtro. Gonzalo Moctezuma Barragán Director General de Publicaciones Miro. Vicente Quirarte Director General de l oniento Editorial M. en C. Arturo Velázqucz Jiménez Coordinación de Programas .Académicos Ing. Jorge Hernández Vclasco Programa de Apoyo a Proyectos Institucionales de Mejoramiento de la Enseñanza Coordinadora Mira. Ofelia Escudero FACULTAD DE CIENCIAS POLÍTICAS Y SOCIALES Directora Mira. Cristina Fuga Espinosa Secretario General Mtro. Alejandro Chanona Burgueie Jefe de la División de ICstudios de Posgrado Dra. Judil Bokscr Misses Jefe de la División de Estudios Profesionales e Investigación Lic. Roberto Peña Guerrero Coordinadora de Extensión Universitaria Lic. Alma Iglesias González Jefe del Departamento de Publicaciones Lic. Salvador García Romero Coordinador Mtro. Alfredo Andrade Carreño Secretaria Técnica Lic. Amelia Coria Farfán COORDINACIÓN DE SOCIOLOGÍA Coordinadora Dra. Angélica Cuéllar Vázquez Secretaria Académica Lic. Adriana Murguía Lores Secretaria Técnica Prola. Mercedes Ramos Martínez PROYECTO DESARROLLO TEÓRICO E ¡NVESTIÜACIÓS SOCIOLÓGICA Coordinadores Juan Felipe Leal y Fernández Alfredo Andrade Carreño PROYECTO ANTOLOGIA DE TEORÍA SOCIOLÓGICA Coordinadores Alfredo Andrade Carreño Adriana Murguía Lores Enrique Valencia Valencia Coordinación de la Edición Manila Verónica Camero Medina Elisa Cabrera Rasgado Cristina Ciilali Camacho Díaz Preparación de la edición Femando Aguilar Ávila Olaya Álvarez Díaz Erick Gómez Tagle López Ireri Hernández Reguero María Islas López Marianna de Carmen Jaramillo Aranza Eugenia Mata Delgado María Begoña Merodio López Mónica Olmedo Muñoz Alma Elizabeili Valadez Sánchez Portada Carlos Gutiérrez Angulo ANTOLOGIA DE TEORIA SOCIOLOGICA CLASICA ÉMILE DURKHEIM Gilberto Silva Ruiz y Guillermo J.R. Garduño Valero Compiladores Coordinación de la Edición Martha Verónica Camero Medina Elisa Cabrera Rasgado Cristina Citlali Camacho Díaz UNIVERSIDAD NACIONAL AUTÓNOMA DE MÉXICO FACULTAD DE CIENCIAS POLÍTICAS Y SOCIALES Programa de Apoyo a Proyectos Institucionales de Mejoramiento de la Enseñanza Proyecto Antología de Teoría Sociológica Clásica Primera edición 1997 D.R. 1997 Universidad Nacional Autónoma de México Facultad de Ciencias Políticas y Sociales Circuito Mario de la Cueva Ciudad Universitaria 04510. México. D.F. Impreso y Hecho en México ISBN 968-36-5983-7 Salvador Esta obra se pone a disposición de Acceso Abierto con base en el Acuerdo por el que se establecen los Lineamientos Generales para la Política de Acceso Abierto de la Universidad Nacional Autónoma de México, publicado en Gaceta UNAM el 10 de septiembre de 2015. FCPyS, Departamento de Publicaciones Responsable: Mtra. Ma. Eugenia Campos Cázares Fecha de publicación en línea: 17 de mayo 2019� Salvador Proyecto de Digitalización del Acervo Histórico 2017� Indice Páginas TV Presentación Introducción: La teoría sociológica de Emile Durkiieim XV I . Fundadores de la tradición positiva Henry de Saint-Simon; Problemas de filosofía positiva (Catecismo político de los industriales) 3 Augusto Comte: Sobre la ley de los tres estados (Discurso sobre el espíritu positivo) 53 Herbert Spencér: Los nuevos conservadores (El individuo contra el Estado) 65 n . Biografía de Durkheim y condiciones de la época Harry Alpert: "Emilio Durkiieim: francés, maestro, sociólogo" 81 m . Sobre el método y su aplicación Emilio Durkheim.' De la división del trabajo social 129 La división del trabajo como ley natural y regla moral 131 Propuesta de estudio de la división del trabajo social 133 Emilio Durkheim; El suicidio 135 Método para determinar las causas sociales y tipos sociales 135 ¿Estas causas cómo podrán investigarse? 137 Emilio Durkheim; El papel de la verdad (Pragmatismo y sociología) 143 El verdadero papel de la conciencia. ¿Cómo debe construirse la noción de verdad? 143 Las representaciones colectivas 145 Los diferentes tipos de verdad: mitológicas y científicas 146 Verdad científica y conciencia colectiva 149 ¿Hay heterogeneidad entre el pensamiento y lo real? 153 Emilio Durkheim; Las reglas del método sociológico 159 ¿Qué es un hecho social? 159 Reglas relativas a la observación de los hechos sociales Los hechos sociales como cosas 166 Reglas relativas a la distinción entre lo normal y lo patológico 183 IV. Conceptos y problemas centrales para una teoría de la sociedad Emilio Durkheim; De la división del trabajo social 203 Solidaridad mecánica o por similitudes 203 La solidaridad debida a la división del trabajo u orgánica 228 Otra prueba de lo que precede 242 Preponderancia progresiva de la solidaridad orgánica y sus consecuencias 252 Emilio Durkheim; La moral cívica {Lecciones de sociología) 271 Definición de Estado 271 Relación del Estado con el individuo 279 El Estado y el individuo. El concepto de patria 286 Formas del Estado. La democracia 293 Emilio Durkheim; El derecho de propiedad (Lecciones de sociología) 315 Emilio Durkheim; Definición del Socialismo (El socialismo) 325 Diversas interpretaciones del socialismo 325 Los intereses industríales y comerciales y los intereses políticos 335 Función y relaciones entre Estado, economía y política 336 Emilio Durkheim: Sociología religiosa y teoría del conocimiento (Las formas elementales de la vida religiosa) 343 El sistema religioso más primitivo y más simple 343 La religión vista de una manera más general 345 El origen de las religiones 349 Sistemas de representación que el hombre se ha hecho del mundo 352 Emilio Durkiieim; Las formas elementales de la vida religiosa. 359 Conocimiento científico fiante a otras formas de pensamiento, particularmente el religioso 359 Las nociones fundamentales de la ciencia son de origen religioso 362 ¿De dónde le viene el carácter social a las categorías? 378 V. La obra de Durkheim y las ciencias sociales Marcel Mauss: Sobre una categoría del espíritu humano la noción de persona y la noción del "yo" 387 El sujeto: La persona. Orígenes de este tipo de investigación 387 El personaje y el lugar que ocupa la persona 389 La persona latina 396 - La persona 398 La persona como hecho moral 401 La persona cristiana 402 La persona como ser psicológico 403 Conclusión 40S H. Levy-Bruhl; La ciencia del derecho o jurístíca 407 Generalidades 407 Orígenes de la ciencia del derecho 410 El método en el derecho 412 Tipología de los sistemas jurídicos 421 A. R. Radcliffe-Brown.' Los métodos de la etnología y de la antropología social 423 Wftodos diferentes para estudiar lo hechos culturales. Lá etnología y la antropología social. La especificidad de ffls métodos y de sus fin^ : ^ 423 : Las teorías antropológicas 427 Di^inción entre etnología y antropología soda 429 DifisFéncias entre los estudios de los orígenes y los estudios de las leyes de las civilizaciones 432 Clande Lévi-Strauss.* Lo que la etnología le debe a Durkheim 445 Bemard Lacrois .* Emilio Durkheim y la ciencia política contemporánea 449 La naturaleza de las cosas colectivas. El sistema constitído de las relaciones en la sociedad 449 La construcción Durkheimniana de la política 454 B i b l i o g n ^General 469 Presentación Una ciencia que olvida a sus fundadores es una ciencia perdida. Alfred North Whitehead Si pude ver más alto es porque me levante sobre hombros de gigantes Issac Newton Los vertiginosos cambios sociales que hemos vivido en las dos últimas décadas, la violencia y profundidad con los que se han realizado, la incertidumbre con la que enfrentamos los procesos de globalización, han llevado a plantear que las grandes teorías sociales construidas para dar cuenta de la sociedad moderna son insu- ficientes; que el Estado moderno surgido a finales del siglo XVII y principios del XVTTT ha cambiado estructuralmente para dar paso a otro tipo de constitución social que algunos han denominado como sociedad postmoderna o post-industrial. Sin em- bargo, también se lian desarrollado otros enfoques que apuntan hacia tesis contrarias, en el sentido de que aún no se agota el Estado moderno y que si bien las teorías clási- cas no dan cuenta de las nuevas expresiones de la naturaleza de dicho orden aún constituyen el punto de partida para las nuevas reflexiones, para la construcción de nuevas interpretaciones de la naturaleza social. 1. liOS clásicos y la vigencia de su pensamiento De acuerdo con los planteamientos de Anthony Giddens, sobre la sociología y la modernidad, y en relación con las tesis centrales de Durkheim, señala que "pocos, si es que alguno de los escritores contemporáneos, sigue a Durkheim al tratar la sociedad de una manera casi mística, como si fiiera una especie de 'super ente' ante el cual los miembros individuales de la misma muestran una actitud temerosa. Sin embargo, la primacía de 'sociedad1 como noción central de la sociología está ampliamente acepta- da". * Whitehead, Alfred North. La organización del pensamiento, F. C .E., México 1965, p. 13 ** Newton, Issac. en R.K. Merton. Teoría y esintentra sociales, F. C. E., México, 1967. pp. 15-17. Más adelante agrega que: "Las más destacadas tradiciones teóricas sociológicas, Marx, Durkheim, Weber, haTi mostrado una cierta tendencia a interpretar la naturaleza de la modernidad fijándose en una única y predominante dinámica de transformación. Para Marx es el capitalismo la principal ñierza transformadora, Weber la refirió al 'capitalismo racional', en donde la idea fundamental es ^racionalización', en la manera en que se expresa en la tecnología, en la organización de actividades humanas y en la configuración de la burocracia, Durkheim vinculó el origen de las instituciones modernas al impacto producido por la industrialización. Según él, la competencia capitalista no es el elemento crucial del emergente orden industrial... El carácter rápidamente cambiante de la vida social moderna, no deriva esencialmente del capitalismo sino del impulso propulsor de la compleja división del trabajo que en- garza la producción a las necesidades humanas a través de la explotación indus- trial de la naturaleza. No vivimos en un orden capitalista, sino en uno industrial. "¿Vivimos en im orden capitalista? ¿Es el industrialismo la fuerza dominante que conforma las instituciones de la modernidad? ¿Deberíamos quizá fijar la mirada en el control racionalizado de la información como la principal característica a re- saltar?... estas cuestiones no pueden ser contestadas si se plantean de esta manera, es decir, no debemos considerarlas como características mutuamente excluyen- tes... la modernidad es multidimensional —capitalista, racional informacional, e industrial— en el plano de las instituciones y cada imo de los elementos especifi- cados por estas distintas tradiciones —desarrolladas por, Marx, Weber y Du- rkheim— desempeña algún papel". Esta propuesta se apoya en el conocimiento pericial de los aportes de las tradicio- nes clásicas, en el análisis de los cambios de la naturaleza de lo social, como base para la construcción de los nuevos significados de las rupturas epistemológicas. En ello sustentamos la importancia de la vuelta a los clásicos, la vuelta a la revisión de la construcción teórica y de los aportes científicos para interpretar la realidad social como hecho social planteados por Emilio Durkheim y de su vigencia actual. Como apunta Acevedo López: "Clásico es quien crea conocimiento a partir de una rigurosa definición de su ob- jeto de estudio. La rigurosidad de la definición la cumple porque se han puesto a reflexionar sobre la naturaleza del ser al que pertenece su objeto de estudio; para ello se apoyan en el sistema de principios que han elaborado los filósofos, natural- mente los filósofos de determinadas escuelas o tradición filosófica y no todas, puesto que la definición de "ser" no admite eclecticismos aunque si desarrollos. Por lo general, los clásicos coinciden con los fundadores de las disciplinas espe- cializadas, o bien, con los que replantean el problema del conocimiento de la dis- ciplina. ' Giddens, Anthcmy. Consecuencias de la modernidad. Alianza Editorial, Madnd, España, 1994, p. 20 28. XI "El sistema de principios ontológicos y su correlato con el sistema de principios epistemológicos forman mi todo orgánico, son la base que les permite a los clásicos definir su objeto de investigación, es decir, su teoría del objeto. "Esta es la razón por la que se incline, en la docencia de las ciencias sociales, el estudio de los principios filosóficos del conocimiento científico". Leer a Durkheim, como hombres en tránsito hacia un nuevo milenio, supone recu- perarlo. no sólo en las condiciones que dieron origen a su discurso en tomo a lo social. La vigencia de su pensamiento radica en la problemática aún no resuelta por el mundo social, casi un siglo después de que su producción fuera interrumpida por su muerte en 1917. 2. Condiciones históricas Cuatro grandes procesos enmarcan las condiciones del surgimiento de un discurso social explicativo para la constitución de las Ciencias Sociales y en particular de la sociología. Lo que hoy conocemos como capitalismo es una resultante histórica en la que concurren múltiples procesos que, en sus líneas más generales, se inician con la Revolución Industrial, prosigue con el advenimiento de la sociedad civil —que supo- ne el paso de la sociedad estamental a las clases sociales— que se estructura bajo la nueva dinámica de las relaciones de producción y a partir de esta nueva configura- ción, los movimientos sociales que emergen con las llamadas revoluciones democráti- co-burguesas abrirán paso a la configuración del Estado moderno. Sin embargo, esta conceptualización de los procesos podría ser engañosa si se soslayan las particularidades que cada formación social planteó para responder a siis condiciones históricas. a) La Revolución Industrial La Revolución Industrial tuvo sus antecedentes en la Inglaterra de los siglos XVII y XVm como resultado de la consolidación del mercantilismo y del traslado a Londres del capital financiero de los Países Bajos. La situación fiie diferente para Francia don- de los monopolios reales impidieron por mucho tiempo la extensión de las nuevas relaciones sociales, por lo que será la Revolución Francesa y en particular el Imperio Napoleónico los que posibilitarán la creación de un mercado de dimensiones conti- nentales que acompañaba a sus ejércitos. b) La sociedad civil. Hablar de una sociedad civil supone no sólo el marco de las relaciones industriales y capitalistas de producción, sino el de la liquidación de la base estamental que des- cansaba en la nobleza y en ios grupos sociales como el ejército o el clero. La sociedad Accvcdo López. Ma. Guadalupe. La experimentación en ciencias sociales. Hacia la historia del método. Universidad Autónoma de Qucrétaro, México, 1983, p. 17 - 21. xn clasista tuvo que abrirse paso en medio de dificultades propias de cada formación social. En Francia a partir de 1648 se inicia la guerra de la Fronda que expresa las luchas entre el poder feudal y el campesinado. A partir de 1661 Luis XIV surgió como elbeneficiario de este empantanamiento que derivó hacia el absolutismo, a partir del cual se somete a los estamentos al poder real, situación que sólo podrá liquidarse con la Revolución Francesa. c) Las revoluciones democrático burguesas. Los movimientos sociales, que comienzan a plantear las reivindicaciones de la so- ciedad civil, se expresan a partir de las clases sociales que por su posición podían reivindicarse frente a los privilegios estamentales. Para Francia la revolución democrático burguesa surgió en 1789, en un marco donde el Tercer Estado reclamaba la dirección política frente al clero y la nobleza, expresiones del antiguo régimen. La consolidación de este proceso se continuó en el periodo del Imperio Napoleónico y aún la Restauración no logró derrumbar los ci- mientos del poder burgués emergente. d). El Estado moderno El proceso de construcción del Estado moderno supone la consolidación de la so- ciedad civil, base sobre la cual podrán descansar la estructura jurídico normativa y el orden de las instituciones. En la constitución del Estado moderno primero fueron liquidadas las bases de la antigua dominación, lo que requirió de la separación de la Iglesia y el Estado. En esta visión la sociedad civil reclamaba una ideología que sustituyera la concepción teológi- ca por la explicación científica. Desde este punto, la creación de un discurso que bus- cara construir una ciencia social se volvió no sólo en una necesidad de consolidar la ideología del Nuevo Estado, sino la capacidad de construir una teleología en tomo al futuro de lo social, en donde el hombre asumiera la posibilidad de constmcción del nuevo orden social. Para Francia las categorías de progreso, solidaridad orgánica y mecánica, orden social, dinámica social y evolución se incorporaban como parte de la interpretación de sus propios procesos sociales. Desde este ángulo os comprensible por qué Francia es la cuna del positivismo. A su vez es también comprensible el porque en Alemania surge la teoría social bajo una orientación antipositi\ista, que los estadunidenses y los ingle- ses incorporaran el discurso social dentro de una visión pragmatista, pues a fin de cuentas la construcción del discurso está inmersa en los problemas y orientaciones filosóficas que se ligan a su contexto. La Tercera República, aún bajo el antisemitismo de la época, encontró en Durkheim a un defensor de la moral cívica, base del sustento del nuevo Estado y de las relaciones sociales. Un Estado fimdado sobre una moral ajena a lo religioso, pero no xm por ello permisiva frente a la corrupción, el despotismo o el sacrificio del individuo en aras del Estado. La participación de Durkiieim en el caso Drcyfuss, junto a los intelectuales de la época, lleva a afirmarlo como un defensor de los derechos humanos, al mismo tiempo su idea del socialismo será la base del programa del partido socialista francés, al que Jaures, su fundador, reconociera en vida como el ideólogo del nuevo partido al que nuestro personaje jamás perteneció. 3. Estructura de la antología La elaboración y el manejo conceptual en las teorías del conocimiento se realiza en distintos niveles analíticos, con base en la propia utilización conceptual para el análi- sis de los problemas sociales, a partir de la naturaleza bajo la cual se expresan las instituciones y las categorías sociales, lo cual puede evidenciar mayores vacíos en la estructuración de la antología. ha decisión de construir una antología, una selección siempre subjetiva de textos de la obra original de una escuela de pensamiento, de una vertiente o de un autor clásico, corre el riesgo de incluir información insuficiente o relativamente incompleta, o lo má»; normal, de excluir o parcializar el pensamiento de los mismos. La construc- ción del conocimiento, evidentemente, no es lineal ni mucho menos acumulativo, los hallazgos, los aportes teóricos, metodológicos y fenoménicos se van dando en múlti- ples líneas de avances, a partir de nuevas reflexiones de lo social, de revisión de otros aportes filosóficos y científicos, de las criticas a las construcciones. Así también, la construcción de una antología se realiza para responder a distintas necesidades, a diferente público y en esta ocasión se organizó pensando en los estu- diantes del nivel de licenciatura de las ciencias sociales o de otras disciplinas, como propuesta de acercamiento estructurado al conocimiento de una escuela de pensa- miento, que sirva de detonador para despertar mayor interés sobre este conocimiento que provoque la necesidad de leer las obras completas del autor y de la escuela. Ello es más apremiante para el momento en el que nos desenvolvemos no sólo por el fenóme- no de la "moda", que opera en el campo de las ciencias sociales de mayor exclusión ideológica acerca de la riqueza y validez del pensamiento de los clásicos sino también por la dificultad de acceder a los trabajos esenciales, y así contar con una propuesta como la que aquí ofrecemos al lector. Con el propósito de que la antología sirva para la iniciación al pensamiento de Du- rkheim, a la discusión y revisión crítica de la teoría del conocimiento en ciencias so- ciales, se diseñó de acuerdo a la siguiente estructura: En la prímera parte se presentan tres trabajos: Saint-Simon, Comte y Spencer, tres pensadores fundadores de la tradición positivista, desde los cuales se rescatan los pro- cesos de ruptura y creación, de confi'ontación de ideas y disciplinas, de proposición de XIV identídad y especificidad, de concepción de tópicos y de recuperación de nuevas pro- blemáticas. En la segunda parte se incluyó el trabajo de Hany Alpert que presenta los aspectos biográficos e histórico contextúales que condicionan el carácter, el contenido y el sentido del proceso de construcción del conocimiento científico en la obra de Durkheim. En la tercera parte se presenta una confi'ontación con los problemas que se derivan del quehacer científico en el plano de la filosofia social y de la ciencia social. Éste nos ubica en la discusión de la construcción ontoepistemológica del sujeto y del objeto social; del doble carácter de la naturaleza humana, sobre la teoría del método y el objeto de investigación, así como un acercamiento a la construcción del objeto y uni- dad de análisis como hecho social. En la cuarta parte se exponen los conceptos y los problemas centrales abordados por Durkheim a través de su obra como los ejes articuladores de la reconstrucción e interpretación de la índustríalizacíón y de la sociedad capitalista. . En la última parte se incluyen varios trabajos de sus disdpnlos y de analistas con- temporáneos, en donde se encuentran abordajes complementarios o en nuevas direc- ciones sobre los concqjtos, las disciplinas sociales, las prablemitícas o - f a ^ n m o s sedales tratados por Duikheim y sus aportes a las fiisriplinag á c la^antropologia so- cial, la etnología, la ciencia política y el derecho. Finalmente se incluye la reconstrucción bibliográfica realizada por Bemard Lacroíx, la cual, SÍH lugar a dudas, se podrá confrontar y ampliar con los analítico biográficos realizados por Hany Alpert y Sleven Lukes. Durkheim es un pensador que seguirá siendo contemporáneo por la rapariHaH de encontrar problemas y plantear propuestas. Podemos considerar a esta antología como un auxiliar didáctico que puede contribuir á la recuperación crítica de un pensamiento que permitió estructurar las bases de un discurso sociológico. Gilberto Silva Ruiz Guillermo J. R.Garáuño Valero Introducción L a teoría sociológica de Emile Durkheim La obra de Emile Durkheim es reconocida como ñindamental en el desarrollo de las ciencias sociales en general y de la sociología en particular. La relevancia de sus contribuciones lo colocan como el pensador más destacado de la tradi- ción positivista y como uno de los clásicos del pensamiento sociológico. Si bien la caracterización de los clásicos, así como la lecturay revaluación de su obra puede ser sujeta a distintos puntos de vista, existe el consenso en tomo a las siguientes contri- buciones del autor francés: la determinación de la sociología como un campo científi- co autónomo; la proposición de un método científico para la fimdamentación de la sociología; y la formulación de una teoría normativa de los fenómenos sociales. Los elementos de la teoría sociológica de Durkheim pueden ser resumidos en los siguientes términos: en primer lugar una concepción normativa y colectivista del orden social y un modelo normativo de la acción social; en segundo lugar, la caracte- rización del contexto social como extemo a la voluntad. En tercero la concepción de lo social como constituido por un sistema de valores compartidos y por la solidaridad como sistema de relaciones; en cuarto lugar, la visión de los sujetos sociales de la sociedad contemporánea como grupos profesionales derivados de la división del tra- bajo y de la complementación de funciones. En quinto lugar la explicación del desa- rrollo histórico de la sociedad basada en la funcionalidad, el equilibrio y cohesión de sus partes. Y, por último, en la etapa madura de su pensamiento, la identificación de las formas de la vida religiosa como el modelo para la comprensión de las formas de la vida social. Los elementos constitutivos del modelo para el estudio de la vida social, derivados de su caracterización de la vida religiosa, constituyen la contribución más importante de Durkheim para fundamentar el enfoque sociológico de los hechos sociales desde una síntesis de la libertad individual con la estmctura normativa. Esta formulación fue producto del gradual desarrollo de su pensamiento a partir de la rectificación de sus concepciones esbozadas en los trabajos precedentes. XVI 1. El planteamiento del problema: los hechos sociales entre el orden social nor- mativo y la libertad individual La teoría sociológica de Durkheim se desarrolla a partir de la formulación como problema teórico de las relaciones entre el individuo y la colectividad, entre la liber- tad y el determinismo, entre la razón y las nomias. Estos problemas si bien habían sido explorados por la filosofía devienen centrales en la ñmdamentación de la moder- na ciencia social. En el plano de la teoría sociológica Durkiieim plantea el problema bajo la forma de las relaciones entre los detemiinantes de las estructuras sociales y la voluntad individual, de una parte, como alternativa crítica a las concepciones del individualismo, el subjetivismo y el racionalismo. De otra parte como expresión de su interés por sustentar la autonomía conceptual de la sociología frente a la psicolo- gía, la biología, la economía política y el historicismo. La proposición de mía teoría sociológica que explique las características de la so- ciedad contemporánea está asociada a una exploración de lo que se visualizaba como la crisis social de la modernidad, encendida por Durkheim como la ruptura de los lazos sociales que acompaña la industrialización (Durkheim 1893, p 8-10). Desde esta perspectiva, la teoría sociológica podía contribuir para contrarrestar esta crisis y re- formar el orden existente para restituir el equilibrio y la armonía sociales (Jbid. P-42). La constatación de los conflictos que vivieron la sociedad francesa en particular y la europea en general, actuaron como presupuestos ontológicos que delinearon la forma de reflexión teórica y al mismo tiempo condicionaron los alcances de su teoría. Durkheim concentró su atención en el establecimiento de las bases para una nueva ética que contribuyera a la unidad de la nación francesa. Los problemas que generaba la caída del orden tradicional, a juicio de Durkheim, podrían ser superados con la ayuda del conocimiento científico del funcionamiento de las sociedades. El descubri- miento de las leyes que gobiernan los procesos sociales ayudaría a impulsar los ajus- tes necesarios para un nuevo orden de cosas que contribuiría a superar los problemas generados por la industrialización capitalista, el debilitamiento de la autoridad políti- ca y la falla de un consenso normativo (Durkheim 1893, p. 34-43). La sociología de Durldieim se identifica con una visión de la sociedad como un todo integrado, organizada de acuerdo a los principios de la democracia liberal, el gobierno republicano y el impulso de la modernización. Una sociedad donde el con- trol social ¿vorecería el desarrollo de la democracia a la par de las libertades indivi- duales y donde la autoridad del gobierno republicano es reconocida por el ciudadano. La modernización es el medio que liace posible la liberación del ciudadano vía la diferenciación del individuo del entorno físico y social al mismo tiempo que desarro- lla su conciencia de sí mismo. En su concepción el logro de esta libertad requiere por un lado la restricción de fuerzas extemas de carácter colectivo y, por otro, el control de las tensiones naciona- les mediante una fuerza institucional, representada por el Estado, que garantice la restauración de la armonía social. Así. la libertad que el individuo disfruta en la so- ciedad moderna crece a la par de sus obligaciones sociales. xvn El reconocimiento del carácter central del individualismo en la sociedad contem- poránea es asumido por Durkheim de una forma crítica ante el pensamiento social predominante. Durkheim, rechaza la perspectiva del individualismo de la economía clásica que se basa en la premisa de un individuo aislado y libre, contrapuesto a un control estatal fuerte (1885, p. 370). Para Durkheim la sociedad es ante todo una asociación en la que convergen el control colectivo y decisión individual voluntaria. La solidaridad moral, una noción omitida por el individualismo económico, para Durkheim es la fuerza colectiva que puede preservar el orden sin amenazar la liber- tad. En la moral son reconciliados el individualismo y el determinismo. Esta reconci- liación es, a su juicio, el principal objeto de la reflexión científica y hacia la cual dirigió el conjunto de su obra. 2. Individuo y estructura social: el modelo normativo de Durkheim El pimto de partida de Durldieim es el reconocimiento simultáneo de la autonomía del individuo y de la naturaleza controladora de la sociedad (Durkheim 1885, 1886, 1888 y 1893). De una parte, los fenómenos colectivos no existen fuera de la concien- cia de los individuos; de otra parte los individuos, como sujetos reales, están subor- dinados a reglas de acción que aún cuando no crearon sin embargo respetan. Estas reglas que observa en su comportamiento no emergen de los individuos y, a partir de ellos, se difunden en la sociedad; sino que emanan de la sociedad y son imbuidos después en los individuos. El control social se desarrolla en el proceso de interacción misma y tiene un carácter voluntario porque deriva de las decisiones individuales. Estas son las premisas básicas de su propuesta de una ciencia social que debe entender la moral desde un punto de vista que no sacrifique la decisión individual. Para explicar la naturaleza volimtaria del control social y su capacidad para desa- rrollar la libertad individual, Durkheim asume que los sujetos no actúan con concien- cia plena de los resultados de su acción (Durkheim 1886, p. 276-277). Esta condición es, a su juicio, resultado de la complejidad de los procesos sociales que se traduce en un conocimiento limitado. La capacidad racional de reflexionar sobre los alcances de la acción, autonomizada por la economía clásica, en realidad es mediada por factores normativos que trascienden el contexto inmediato. Los hombres forman parte de una época y de una sociedad, y por ello tienen creencias y prejuicios que invalidan la visión de un sujeto actuante exclusivamente de manera racional. La complejidad de los hechos sociales y de ello la incapacidad humana para abarcarlos mediante su inte- ligencia individual, imposibilita toda previsión racional. En consecuencia las instim-ciones sociales no pueden ser resultado de la acción consciente (Durkheim 1886, p. 276). f Para Durkheim el comportamiento de los individuos está orientado por una mora- lidad colectiva que establece los fines de la acción en el marco de la interacción de los sujetos. La incapacidad para abarcar todos los elementos de la acción hace que la racionalidad ceda su lugar a esta orientación normativa de origen colectivo. Esta xvin interacción de individuos coloca el origen de las orientaciones normativas fiiera del individuo, a manera de fuerzas sociales que se imponen sobre él. Sólo entonces tiene lugar la acción lacional individual. Así el orden social se constituye a partir de sentimientos colectivos como el ho- nor, el respeto y el afecto. Entre ellos, los sentimientos de dependencia mutua, de simpatía y de lealtad ocupan un lugar central. Estos sentimientos, aunque son expre- sados por el actor individual no tienen su origen en él. son de carácter social. Se basan en ideas que la conciencia no puede percibir. Los fines subjetivos producidos socialmente tienen una carácter que los hace ser concebidos como obligatorios. Adquieren por ello im carácter moral a partir de su compulsión extema. Por mediación de ellos la sociedad penetra al individuo. La obli- gación moral es interna, ejerciendo una influencia pública que es respetada. Como ejemplos de estas compulsiones morales Durkiieim analiza la ley, la economía y el Estado. La moral es entonces el sistema de fiinciones que es formado en arreglo a las necesidades colectivas. 3. El replanteamiento de la cuestión: La división del trabajo social En La división del trabajo... Durkheim se propone abordar como objeto de estu- dio de las ciencias positivas los hechos de la vida moral, en particular la solidaridad. La estrategia que sigue es el análisis de las evidencias históricas que permiten demos- trar que el individualismo es un producto social. Su punto de partida es la constata- ción de la intensificación de la división del trabajo en la sociedad ligada a la gran industria. Aunque este proceso había sido objeto de análisis por la economía política, la constatación de su extensión en todas las esferas de la sociedad y el Estado lo con- vierten en objeto de reflexión de la sociología. Esta intensificación de la división del trabajo le permite reconocerla como una condición del progreso de la civilización que, sin embargo, tiene consecuencias morales que obligan a una toma de posición: a favorecer o resistir la división del trabajo. En la introducción de La división del trabajo... establece que una causa de los fe- nómenos de la vida social a partir de condiciones materiales: crecimiento poblacional, el desarrollo de la producción, incremento de necesidades económicas. Con estos conceptos puede explicar las representaciones en la conciencia de los individuos aso- ciadas a las formas de vida social. La estrategia conceptual que emplea Durkiieim es la distinción de modelos de so- ciedad con base en el grado, extensión e intensidad de la división del trabajo; aso- ciando a ésta el tipo de solidaridad como modelo de relación entre individuos —según su fundamento en los sentimientos comunes (similitud o complementariedad) y el grado de diferenciación de la conciencia (colectiva o individual)—. Por medio de la noción de "solidaridad mecánica" Durkheim hace referencia a la comunidad de ideas y sentimientos que. se basan en el contacto íntimo de los miem- XK bros y en la similaridad de conciencias, propia de las sociedades primitivas. La soli- daridad mecánica suprime las diferencias entre los individuos y fusiona las mentes; es contraria a la libertad en la medida que las normas sociales interfieren en la privaci- dad individual que, a juicio de Durkheim, es la base de la verdadera libertad. La solidaridad mecánica suprime los límites entre los individuos y así une mentes fusio- nándolas. El individuo es totalmente absorto por el grupo y el todo trasciende la par- te. La relación alternativa a este tipo de solidaridad lo constituye la "solidaridad or- gánica" basada en la división del trabajo, es la mutua dependencia de funciones espe- cializadas manteniendo la diferenciación de las conciencias individuales y las esferas de acción. Gracias a la división del trabajo son conservadas las barreras entre indivi- duos concretos, preservando así la voluntad individual. En las sociedades industria- les, donde priva la solidaridad orgánica, las partes permanecen independientes del todo y, al mismo tiempo, lo sustentan. La historicidad es introducida en este esquema como el paso de un tipo de solida- ridad a otra, como un progreso humano caracterizado por la valoración progresiva del individuo al adquirir relevancia por la especialización de funciones. El análisis de la historicidad de los fenómenos sociales le permite distinguir la forma anormal de soli- daridad que no produce una conciencia colectiva. La anoniiay como pérdida de las reglas y de conformidad con las mismas, es la descomposición de la conciencia efec- tiva. Con este desarrollo introduce elementos conceptuales para la caracterización de la lucha de clases como una forma de patología social. Con la caracterización de la división del trabajo Durkheim lia desarrollado un concepto que le permite diferenciar las sociedades contemporáneas y mostrar que la libertad de la sociedad moderna descansa en la privatización social de los sentimientos individuales. En la sociedad moderna cada uno tiene sus propios intereses, personali- dades, opiniones, religión y forma de vida. En ella el individuo traza una distinción entre el mismo y la sociedad, entre sus intereses personales y los asuntos públicos. Con el estudio de la división del trabajo Durkheim ha desarrollado los elementos conceptuales que le permiten conciliar el voluntarismo con el enfoque instrumental de la fuerza colectiva. Esta exploración la efectúa bajo la convicción de que a medida que los individuos se vuelven más autónomos a consecuencia de la especialización de ftinciones, resultan más dependientes de la sociedad. La intención de desarrollar una teoría sociológica que concillara la libertad indivi- dual y el determinismo a fin de fundamentar la orientación que podría ayudar a resti- tuir la armonía, condujeron gradualmente a Durkheim a enfatizar el carácter normativo del orden y la acción. Sin embargo, a pesar de su insistencia en que la moralidad colectiva tiene origen en la interacción individual voluntaria, la solución teórica derivó en la reafirmación de la determinación material de los procesos consti- mtivos del orden moral, en el énfasis del carácter instrumental de la acción y en la reafirmación del carácter coercitivo del orden. Esta posición consiguientemente con- dujo a la exclusión del voluntarismo que liabía sido asumido como uno de los presu- puestos constitutivos del modelo teórico. XX El modelo de causalidad de carácter funcional adoptado por Durkheim al dejar la naturaleza de las causas abiertas le permite sostener que la división del trabajo puede producir la moral a través de medios puramente mecánicos y que pueden ser descritos como teniendo una función moral (Alexander 1982, p,I57). Así» sin tener que resol- ver previamente la forma como se establece esta correspondencia, puede afirmar que resulta de una adaptación intencional o de un ajuste posterior. Este carácter abierto de las causas le permite optar por diversas estrategias a fin de mostrar sus resultados funcionales. De esta manera, Durkheim sostiene simultánea- mente dos posiciones contrapuestas: por ima parte, la división del trabajo es asumida como productora de efectos morales a través de medios mecánicos, es decir, produce el contexto material para la cooperación y la individualidad, y al mismo tiempo sus- tenta las bases para la armonía y la libertad. Por otra parte, Durkheim sostiene que la división del trabajo es en sí misma el producto de la decisión moral. La reconstrucciónde la lógica de investigación empleada en La división del tra- bajo social sirve de modelo para la conceptualización de la metodología científica de la sociología. El resultado de esta reconstrucción da origen a Las reglas del método sociológico. En este trabajo Durkheim establece al hecho social como el objeto espe- cífico de la sociología y sostiene como normas distintivas desde el punto de vista sociológico la coacción exterior al individuo, su generalidad en ima sociedad deter- minada y su independencia de las manifestaciones individuales. Los hechos sociológi- cos son definidos como "formas de actuar, de pensamiento y de sentir" (Durkheim 1895, p. 30), en este sentido las creencias y las prácticas colectivas son las bases del orden social en la vida moderna. Como referentes empíricos de estos hechos mencio- na las denominaciones religiosas, las asociaciones políticas, literarias y ocupaciona- les, las regulaciones legales y morales, la fe religiosa; los sistemas financieros. Lo común a todas ellas son las acciones y reacciones emocionalizadas que crean la orga- nización social. Estas creencias y prácticas refieren la energía especial creada por la interacción de las conciencias individuales y se expresan en los sentimientos colecti- vos. Desde esta concepción Durkheim ha introducido los elementos de una nueva teoría sobre la estructura creada por la asociación a través del sentimiento de sociabilidad, según la cual los hechos colectivos se componen de emociones cristalizadas que se diferencian de los individuos que los producen. Por medio de esta teoría explica el orden social como las corrientes de opinión más o menos solidificadas; corrientes que reflejan el alma colectiva o el espíritu en momentos diferentes. La estructura social es el conjunto de formas de conciencia que expresa las emociones "fijadas" (cuando se institucionalizan) o "fluidas" (cuando se expresan de manera cambiante) que com- parten un status subjetivo (Durkheim 1895, p. 32-39). Las emociones cristalizadas crean instituciones que sobreviven a la asociación inmediata y las vidas de los actores y la generación. La educación cumple un papel fundamental en la reproducción de este sentimiento de relación a la estructura, al crear tendencias internas que vuelven la presión explícita innecesaria. XXI Con estos elementos Durkheim ha invertido la relación de determinación. Ahora la densidad de población, el movimiento poblacional hacia las concentraciones urba- nas, se deben a las tendencias de la opinión pública. 4. El suicidio En El suicidio Durkiieim aplica su tesis de que el sustrato que integra la sociedad son las creencias y las prácticas al estudio de un fenómeno social concreto. Emplean- do información estadística para demostrar que las tasas de suicidio varían con los cambios en la solidaridad social Durkheim concluyó que el suicidio, el acto aparen- temente privado de quitarse la vida, es un hecho que responde a fuerzas sociales. La explicación de este comportamiento es formalizada como una relación de correspon- dencia entre el número y fuerza (densidad) y sentido moral específico (integración) de la sociedad de la que son parte los individuos (Durkheim 1897, p. 484-490). En este análisis muestra como los sentimientos naturales por la acción altruista están ligados a la asociación y a la estructura de grupo. La estrategia teórica que emplea asume como presupuesto su concepción de la na- turaleza dual del hombre: una parte se constituye a partir del interés en la existencia física y los deseos individuales; otra parte está compuesta por los sentimientos de simpatía y solidaridad y, por ello, está dirigida a propósitos trascendentales. La dimensión altruista de la naturaleza humana deriva del instinto de sociabilidad, el cual aflora por el mero contacto de los individuos y espontáneamente crea la aso- ciación. El orden social que resulta de esta asociación de actores instintivos o no racionales se expresa en el constante intercambio de ideas y sentimientos. Su adhesión voluntaria, no responde al hecho de que las ideas dominantes sean atractivas para quienes ayudan a producirlas, sino porque estas ideas son parte de los actores mis- mos. De acuerdo con esta concepción, la sociedad está encamada e individualizada en cada uno de sus miembros. Este modelo le pemiite explicar las variaciones en las tasas de suicidios —corrientes suicidógenas— como resultado del desequilibrio social, no así de los desajustes materiales o flsicos. La interpretación de las estadísticas desde su teoría normativa lo conduce a concluir que es la constitución moral de la sociedad la que determina este hecho individual aparente (Durkheim 1897, p. 526): Durkheim considera que de esta manera el análisis sociológico del suicidio al mostrar que el acto individual aislado representa la adhesión voluntaria a la forma patológica del orden colectivo, por tanto ha logrado demostrar la existencia de es- tructuras invisibles que controlan a los individuos, expresadas en corrientes de egoísmo, altruismo o auomia, se expresan a través de las emociones subjetivas de los individuos derivadas de estas corrientes. La explicación sociológica del suicido a juicio de Durkheim confirma que las fuerzas constitutivas del orden social no son de carácter material o extemo y que los xxn elementos internos de constitución del individuo tienen un carácter predlctivo de la acción. Estos resultados le permiten concluir, asimismo, que para contrarrestar la crisis de la modernidad se requiere crear una nueva disciplina moral, la cual sólo puede ser producto de una asociación más intensa entre los trabajadores y los capita- listas, por un lado, y entre trabajadores mismos, por otro. En los nuevos agrupa- mientos ocupacionales lo que debe ser reformado es el ambiente moral de sus integrantes, más que las condiciones materiales (Durkheim 1897, p. 526). 5. La vida religiosa como clave de toda forma de vida social En Las formas elementales de la vida religiosa Durkheim expone nuevos elemen- tos conceptuales de su teoría sociológica. En esta obra aborda como objeto de estudio la religión primitiva no porque ésta tenga una importancia intrínseca, sino porque desde el punto de vista de la sociología puede proveer los elementos para el entendi- miento de la naturaleza religiosa del hombre y de la vida social. Su punto de partida es, de acuerdo con el método que ha esbozado, la delimitación de la religión como hecho social. Esta delimitación demanda e! reconocimiento de que la religión es un todo formado de mitos, dogmas, ritos y ceremonia: en suma, se compone de creencias y prácticas. Desde el punto de vista sociológico, la religión es un ensamblado creencias y prácticas, es decir, estados de opinión o representaciones que refieren cosas sagradas y modos de acción colectivos en la forma de prácticas morales (Durkheim 1912, p. 32). Lo distintivo del fenómeno religioso reside más que en lo sacro, en que la socie- dad que las profesa protege y aisla las cosas sagradas {Ibid, p. 36). Creencias sacras son definidas por la cualidad de sancionar la interdicción. La identificación de este rasgo distintivo de los fenómenos religiosos permite ver que las creencias sagradas se imponen ellas mismas en un modo obligatorio: su fuerza proviene más del respeto que del temor o la retribución. El análisis de las características del ritual le permite a Durkiieim enfatizar que se trata de im principio que agrupa y unifica la sociedad dando a los sentimientos colec- tivos una forma material. Así las prácticas que constituyen la religión se basan en sentimientos que inspiran la asociación y ésta produce objetos que presentan emociones en una forma materiali- zada. Su punto de partida es que la organización social que es representada por medio de las prácticas rituales es una fuerza psíquica. Esta fuerza es caracterizada como energía difusa, como una fuerza impersonal que anima la asociación humana. Así el rituales el prototipo de la asociación que es necesaria para que esta energía psíquica sea liberada e intensificada. El rito, de esta forma, no es sino la envoltura extema en que las operaciones mentales son ocultadas. xxin 1^ asociación ritual crea creencias sagradas. Estas creencias ordenan la asociación misma. Mientras que lo sagrado materializa la emoción y da poder más allá de la acción de la que deriva, lo sacro pierde su poder a menos que se revitalice periódica- mente por las emociones de la asociación. Con la caracterización que Durkheim efectúa de la religión como fenómeno social ha desarrollado el modelo normativo no-racional de asociación que genera el orden religioso. A través del análisis de las formas de la vida religiosa, Durkiieim ha pre- tendido mostrar que las cosas sacras son ideas colectivas que se lian fijado en objetos materiales. Las virtudes particulares que son atribuidas en el comportamiento religio- so a estos ideales no derivan de la misteriosa acción de una agencia externa. Son más bien el efecto de operaciones psíquicas singularmente creativas y fértiles analizables cíentífícamente, por los cuales la pluralidad de las conciencias individuales entra en una comunión y son fusionadas en una conciencia colectiva. Con el estudio de las formas de la vida religiosa. Durkheim ha logrado avanzar en la comprensión de las bases religiosas de la sociedad. Ha logrado mostrar que la vida religiosa es crucial para la comprensión de la vida moral. Su conclusión más impor- tante es que la moralidad trabaja en una forma religiosa. Para comprender aquélla, es necesario secularizar el proceso religioso. Lo sacro puede ser expresado en términos religiosos. Al aplicar esta conclusión a los resultados de los estudios precedentes que le per- mitieron establecer la distinción entre la sociedad primitiva y la modenia Durkheim está en posibilidad de argumentar que donde religión y la moral están fusionadas, la moral puede ser claramente derivada del ser trascendente y su status sacro resulta claro para todos. En cambió cuando la moralidad ha asumido una forma secular la tarea resulta más difícil. Las ideas sacras son producto de la mismas fuerzas psicoló- gicas y sociales de los sentimientos colectivos. Aún la moral secularizada tiene una forma sagrada. 6. La revaloración de la obra de Durkheim y la enseñanza de las ciencias sociales La obra de los clásicos es susceptible de múltiples interpretaciones. Sin embargo en el caso de la formación de científicos sociales y de la enseiíanza del pensamiento sociológico resulta indispensable una orientación de la lecmra dirigida bajo los si- guientes propósitos: despertar el interés por la obra de estos autores, brindar una visión panorámica de la misma: favorecer la comprensión de sus formulaciones teóri- cas, sus fundamentos, sus alcances heurísticos y sus problemas teórico- metodológicos. La revaloración del pensamiento de Durkheim debe destacar su lugar como clásico del pensamiento sociológico, recuperar sus contribuciones a la teoría sociológica y promover un desarrollo conceptual más sólido que supere sus limitaciones. Esta re- xxrv valoración supone una lectura crítica tanto de sus planteamiento teóricos como de su fundamentación metodológica. La enseñanza de la teoría sociológica sustentada en una revaloración de Durkheim presupone de una parte el reemplazo de los fundamentos teórico-metodológicos posi- tivistas y, de otra parte, complementar sus contribuciones teóricas con los elementos conceptuales desarrollados por otras perspectivas. Esta empresa en la historia de la teoría social se ha efectuado por medio de la búsqueda de fundamentos alternativos en los presupuestos historicistas (Max Weber), fimcionalistas (Talcott Parsons), en el reconocimiento del conflicto como una condición inlierente a la estructuración social, ya en la versión de los teóricos fimcionalistas (John Rex o Randall Collins) o en la versión de los teóricos marxistas (por ejemplo, los pensadores vinculados a la Escuela de Frankfurt) y recientemente en nuevas propuestas integradoras o multidimensiona- les. Las principales contribuciones de Durkheim a la teoría sociológica, tales como la identificación del carácter subjetivo de las estructuras sociales determinantes; la natu- raleza dual del sujeto social; la conceptualización de la forma de institucionalización de los hechos sociales han sido reelaboradas desde diversas perspectivas teóricas. Dicha reelaboración junto a la de los planteamientos de otros clásicos de la sociología como Max Weber, Karl Marx y Talcott Parsons, ha servido de base para las pro- puestas teóricas más fértiles de la sociología contemporánea como la teoría de la es- tructuración social de Giddens, la propuesta multidimensional neofuncionalista de Alexander, la sociología reflexiva de Pierre Bourdieu y la teoría de la acción comuni- cativa de Jürgen Habemias entre otras. Si bien la enseñanza crítica de las ciencias sociales presupone la superación de la perspectiva positivista, no puede, sin embargo, dejar de sustentarse en principios de fundamentación epistemológica y metodológica enunciados por Durkiieim que tras- cienden dicha perspectiva: "tratar a los hechos sociales como cosas", "romper con las prenociones", "explicar los hechos sociales por los hechos sociales". Estos principios no son exclusivos de la concepción positivista. Se trata de principios fundamentales a la-forma de problematización de las ciencias sociales, como Bourdieu (1967) lo ilustra al mostrar que son equivalentes a las premisas epistemológicas que sustentan las pers- pectivas de Marx y Weber, y que sirven de sustento para una formación de científicos sociales que deben asimilar y enriquecer el legado de Durkheim. Alfredo Andrade Carreño XXV Bibliografta ALEXANDER, Jeffrey C. Theoretical Logic in sociology. v.2. 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Respuesta.- Un industrial es un hombre que trabaja en producir o en poner al alcance de la mano de los diferentes miembros de la sociedad uno o varios medios materiales de satisfacer sus necesidades o sus gustos físicos; de esta forma, un cultivador que siembra trigo, que cría aves o animales domésticos, es un industrial; un aperador, un herrero, un cerrajero, mi car- pintero, son industríales; un fabricante de zapatos, de sombreros, de telas, de paños, de cachemiras, es igualmente un industrial; un negociante, un carretero, un marino empleado a bordo de los buques mercantes, son industriales. Todos los industriales reunidos trabajan para producir y poner al alcance de la mano de todos los miembros de la sociedad todos los medios materiales para satistacer sus necesidades o sus gustos físicos, y forman tres grandes clases que se llaman los cultivadores,' los fabricantes y los negociantes. P.- ¿Qué rango deben ocupar los industriales en la sociedad? R.- La clase industrial debe ocupar el primer rango, por ser la más ünportante de todas, porque puede prescindir de todas las otras, sin que éstas puedan prescindir de aquélla; porque subsiste por sus propias fuerzas, por sus trabajos personales. Las otras clases deben trabajar para ella, porque son creación suya y porque les conserva su existencia; en una palabra: realizándose todo por la industria, todo debe hacerse para la industria. P.- ¿Qué rango ocupan los industriales en la sociedad? R." La clase industrial, debido a la actual organización social, está ocupando la última de todas. El orden social concede todavía más consideración a los trabajos secundarios e incluso a la inactividad, que a los trabajos más importantes, los de utilidad más directa. P.- ¿Por qué la clase industrial, que debe ocupar el primer rango, se halla situada en el último? ¿Por qué quienes de hecho son los primeros se hallan clasifícados como los últimos? R.- Explicaremos el porqué a lo largo de este catecismo. P.- ¿Qué deben Iiacer los industriales para pasar desde el rango inferior en que se hallan situados al superior que les pertenece por derecho? * Tomado de Catecismo político de los industriales, Tr. Luis David De los Arcos, Pról. Mariano Hurtado Bautista, 2 ' edición, Buenos Aires. Aguilar, 1964, pp. 53-165. 1 "Cultivateurs" en el original. Entiéndase un termino que abarca agricultores y granjeros. (N. del T.) SAINT-SIMON R.- En este catecismo diremos el procedimiento que deben adoptar para operar di- cha mejora en su existencia social. P.- ¿Cuál es la naturaleza del trabajo que habéis emprendido? De otra forma: ¿qué os proponéis al hacer este catecismo? R.- Nos proponemos indicar a los industriales los medios para que aumenten en un máximo posible su bienestar; nos proponemos hacerles conocer los medios gene- rales que deben utilizar para acrecentar su importancia social. P.- ¿De qué forma lo haréis para alcanzar ese fin? R.- Por una parte, presentaremos a los industriales el cuadro de su verdadera si- tuación social; haremos que vean cómo es subalterna y, por consiguiente, muy infe- rior a lo que debe ser, puesto que son la clase más capaz y más útil de la sociedad. Por otra parte, les trazaremos la marcha que deben seguir para situarse en el pri- mer rango, bajo el aspecto de la consideración y del poder. P.- ¿Así, pues, predicáis en este catecismo la insurrección y la revuelta? Porque las clases que se encuentran especiaünente investidas del poder y de la consideración no están, a buen seguro, dispuestas a renunciar voluntariamente a las ventajas de las cuales disfrutan. R.- Lejos de predicar la insurrección y la revuelta, presentaremos el único medio que puede impedir la violencia con la cual podría verse amenazada la sociedad, y a la cual escaparía difícilmente, si la potencia industrial continuase su pasividad en medio de las facciones que se disputan el poder. La tranquilidad pública no podrá ser estable mientras los industriales más impor- tantes no se encarguen de dirigir la admimstración de la riqueza pública. P.- Explicadnos esto y decidnos por qué la tranquilidad pública se vería amena^- da si los industriales más importantes no son encargados de dirigir la admimstración de la riqueza pública. R.- La razón es muy sencilla: la tendencia política general de la inmensa mayoría de la sociedad es la de ser gobernada lo más barato posible; ser gobernada lo menos posible; ser gobernada por los hombres más capacitados y de una forma que asegure completamente la tranquilidad pública. Ahora bien, el único medio de satisfacer, bajo estos distintos aspectos, los deseos de la mayoría consiste en conceder a los indus- triales más importantes la dirección de la fortuna pública; porque los industriales más importantes son los más interesados en el mantenimiento de la tranquilidad; son los más interesados en la economía de los gastos públicos; también son los más interesa- dos en la limitación de lo arbitrario; por último, los industriales más importantes son, entre todos los miembros de la sociedad, aquellos que han dado pruebas de la mayor capacidad en admimstración positiva, los éxitos que han obtenido en sus empresas particulares han contrastado su capacidad en ello. En el actual estado de cosas, la tranquilidad pública está amenazada, porque la marcha del gobierno se halla en directa oposición con las mis positivas intenciones de la nación. Lo que la nación desea principalmente es ser gobernada lo más barato po- sible, y jamás al gobierno le ha costado más caro que ahora; le cuesta mucho más que antes de la revolución. Antes de la revolución, la nación estaba dividida en tres da- CATECISMO POLÍTICO DE LOS INDUSTRIALES ses: losnobles, los burgueses y los industriales. Los nobles gobernaban; los burgue- ses y los industríales les pagaban. Hoy en día, la nación tan sólo está dividida en dos clases; los burgueses, que hi- cieron la revolución y que la dirigieron hacia sus intereses, anularon el privilegio exclusivo de los nobles a explotar la riqueza pública; pues bien, liabiendo conseguido su admisión en la clase de los gobernantes, resulta que hoy los industriales son los que tienen que pagar a nobles y burgueses. Antes de la revolución, la nación pagaba 500 millones en concepto de contribuciones; hoy en día, paga mil millones, y los mil millones no bastan; el gobierno, con frecuencia, solicita empréstitos considerables. La tranquilidad pública se verá más y más amenazada porque las cargas irán, ne- cesariamente, auinentando sin parar. El único medio de impedir las insurrecciones que podrían llegar consiste en que los más importantes industriales sean encargados del cuidado de dirigir la administración de la riqueza pública, es decir, del cuidado de preparar el presupuesto. P.- Lo que acabáis de decimos es muy bueno, muy interesante y de la mayor im- portancia; pero no nos instruye directamente sobre lo que deseamos saber. El punto que os rogamos nos aclaréis es el siguiente: ¿Es posible hacer salir de la alta dirección de los intereses pecuniarios de la sociedad a los nobles, militares, legistas y rentistas que la tienen en sus manos, en una palabra, a las clases que no son industriales, para hacerla pasar a manos de los industriales, sin utilizar procedimientos de violencia? R.- Los medios violentos valen para derribar, para destruir, pero sólo sirven para eso. Los medios pacíficos son los únicos que pueden ser empleados para edificar, para construir, en una palabra, para establecer las constituciones sólidas. Pues bien, el acto de investir a los más importantes industriales con la dirección suprema de los intereses pecuniarios de la nación es un acto de construcción; es la disposición políti- ca más importante que pueda ser tomada; esta disposición servirá de base a un edifi- cio social completamente nuevo; esta disposición acabará la revolución y pondrá la nación al abrigo de nuevas sacudidas. Los más importantes de entre los industriales cumplirán gratuitamente la función de preparar el presupuesto, y resultará que esta función sólo será muy débilmente deseada. Los industriales que preparen el presu- puesto se propondrán como fin la economía en la admimstración de los negocios públicos; por ello, a los funcionarios únicamente darán remuneraciones moderadas. Como quiera que entonces los empleos de funcionario se verán mediocremente busca- dos, su número disminuirá considerablemente, de forma que el de aspirantes dismi- nuirá igualmente, y, necesariamente, se establecerá un orden en el cual gran número de cargos serán ejercidos gratuitamente, porque los ricos ociosos no hallarán ningún otro medio para procurarse la consideración. Cuando se estudia el carácter de los industriales y la conducta que han observado durante la revolución, se reconoce que son esencialmente pacíficos. Y no fueron los industriales quienes hicieron la revolución, sino los burgueses, es decir: fueron los militares que no eran nobles, los legistas que eran plebeyos, los rentistas que carecían de privilegios. Todavía hoy en día, los industriales no hacen más que un papel secun- dario en los partidos políticos existentes, y carecen, en absoluto, de opinión y de partido político que les sea propio. Se inclinan más hacia la izquierda que hacia la SAINT-SIMON derecha, porque las pretensiones de los burgueses ct jcan menos con las ideas de igualdad que aquellas de los nobles; pero, para nada se dejan llevar por las ideas de los liberales: por encima de todo, desean tranquilidad. Los conductores de los libera- les, fiiera y dentro de la cámara, son generales, legistas, rentistas. Los nobles y los burgueses desean ser encargados de la administración de la riqueza pública, princi- palmente para explotarla en provecho propio. Por el contrario, los industriales más importantes desearían verse encargados de ello para imponer la mayor economía po- sible. Los industriales saben, lo saben bien, que son los más capaces para dirigir como es debido los intereses pecuniarios de la nación, pero no llevan liacia delante esta idea por temor a turbar momentáneamente la tranquilidad; esperan pacientemente a que la opinión se fonue con respecto a eso y el que una doctrina verdaderamente social les llame al timón de los negocios públicos. De cuanto acabamos de decir, sacamos la conclusión de que los medios pacíficos, es decir, que los medios de discusión, demostración y persuasión, serán los únicos que los industriales emplearán o apoyarán para liacer salir la alta dirección de la ri- queza pública de las manos de los nobles, militares, legistas, rentistas y funcionarios públicos y, al mismo tiempo, liacer que pase a las de los más importantes de entre los industriales. P.- Admitamos provisionalmente que los industriales no intentarán utilizar la vio- lencia para hacer salir de las manos de los nobles y burgueses la alta dirección de los intereses pecuniarios de la sociedad y, al mismo tiempo, liacerla pasar a las de los más importantes de entre ellos; no obstante, de las pacíficas intenciones de los indus- triales no deducimos la prueba de que dicha clase social esté en condiciones de situar- se en el primer rango; por consiguiente, rogamos que nos digáis cuáles son los medios de los industriales para operar en la sociedad el radical cambio de que estamos tratando. R.- Los industriales integran más del veinticuatro de los veinticincoavos de la na- ción; por coiLsiguiente y en cuanto a fuerza física, poseen la superioridad. Ellos son quienes producen todas las riquezas; por consiguiente, poseen la fuerza pecuniaria. También poseen la superioridad bajo el aspecto de la inteligencia, puesto que son sus combinaciones las que contribuyen más directamente a la prosperidad pública. Por último, dado que son los más capacitados para administrar bien los intereses pecuniarios de la nación, tanto la moral humana como la divina llaman a los más importantes de entre ellos a la dirección de las finanzas. Así pues, los industriales están investidos de todos los medios necesarios; están investidos de medios irresistibles para operar la transición en el organismo social que les liaga pasar de la clase de gobernados a la de gobernantes. P.- La unión hace la fuerza; por no estar unidos los industriales, se ven domina- dos por los nobles, los militares, los legistas, los rentistas y los funcionarios públi- cos. No cabe la menor duda de que siendo, bajo todos los aspectos importantes, de una superioridad tan manifiesta, su unión simplemente bastaría para investirles de la dirección suprema de los negocios comunes; no cabe la menor duda de que no se CATECISMO POLfnCO DH LOS INDUSTRIALES verían precisados a utilizar la violencia para que las otras clases reconozcan tal supe- rioridad, las cuales, incluso unidas, son demasiado inferiores en fuerza, con relación a la industrial, para que puedan intentar disputarle el poder. Pero, en virtud de la naturaleza T"'<?Tna de las cosas ¿no existe un obstáculo radical para la unión de los industriales? Nos sentimos inclinados a creer que sí y fundamos esta creencia en el solo hecho de que, pese al interés puesto por los industriales para conseguir su unión desde los orígenes de la sociedad, constantemente se han dejado dominar por las cla- ses no industriales. R.- Cuando los francos hubieron conquistado las Galias y se repartieron el territo- rio, se vieron, al mismo tiempo, convertidos en sus jefes militares e industriales. Y file progresivamente cómo la clase industrial se separó de la militar, cómo fue adqui- riendo importancia, cómo se dio jefes distintos a los jefes militares, y solamente hoy en día posee la fuerza y los medios suficientes para constituirseen primera clase de la sociedad; de aquí que cometeríase un error al deducir del hecho de que los industria- Ies formen, desdé hace 1,400 años, la clase inferior de la nación francesa, el que estén destinados para siempre al último rango y el que hoy no puedan elevarse al primer grado del poder y de la consideración. Una recapitulación rápida de los pro- gresos políticos de la industria y de los industriales, desde el origen de nuestra socie- dad francesa hasta el día de hoy, pondrá esto perfectamente claro. P.- El examen que vamos a hacer es de la mayor importancia; su importancia es tal que debe cambiar totalmente el aspecto de las cosas en política, que debe imprimir a la política un carácter enteramente nuevo, que debe cambiar la naturaleza de esta rama de nuestros conocimientos. Hasta el presente, la política no ha sido más que una ciencia conjetural, o dicho de otra forma: no se lia actuado ni hablado en política más que por rutina. Cuando este examen esté concluso, se podrán apoyar los razonamientos sobre he- chos observados, sobre una serie de mil cuatrocientos años de observaciones. Por consiguiente, es en extremo deseable que dicho examen sea fácil de asimilar, juzgar y retener. Para alcanzar este fin, proponemos que dividáis vuestra capitulación en cua- tro partes o épocas, a saber: Desde el establecimiento de los francos en las Galias hasta la primera cruzada. Desde Luis XI hasta el reinado de Luis XIV, ambos comprendidos. Desde el reinado de Luis XIV hasta el establecimiento del sistema de crédito. Y tras esa gran serie de hechos, diréis lo que debe acontecer a la clase industrial. Así pues, ante todo, os preguntamos cuáles han sido los progresos realizados por la industria, así como la importancia adquirida por los industriales, desde el estable- cimiento de los francos en las Galias hasta la primera cruzada. R.- Desde el establecimiento de los francos en las Galias hasta la primera cruzada tuvo lugar una operación política de la mayor importancia, una operación que preparó iodos los progresos que han tenido lugar desde aquella época en la civilización y, por consecuencia, én el progreso de la industria; porque los progresos en industria son los más positivos de todos. Esta operación consiste en la amalgama de los vencedores y vencidos, en la formación de la nación francesa compuesta de francos y galos. SAINT-SIMON Los progresos posteriores de la industria se han preparado durante aquella época, pero no se realizó ninguno que merezca ser citado. Los francos, que eran los jefes militares de la nación, eran, al mismo tiempo, los directores de los trabajos industriales: casi todas las tierras les pertenecían; también se habían apoderado de los instrumentos de la cultura, a cuya cabeza figuraban los ga- los, los cuales, por estar apegados a la tierra (gleba) formaban la primera clase de los animales domésticos. Los fabricantes de groseros-instrumentos agrícolas también estaban en esclavitud y, por consiguiente, bajo la dirección de los francos; por último, la fabricación de los tejidos con los cuales se vestía estaba dirigida por las mujeres de los francos, que se habían de ejecutar bajo sus propios ojos y en sus castillos. Durante este lapso de tiempo, los artesanos, pese a seguir en la esclavitud, adquirieron importancia y consi- guieron formarse un peculio que escondieron con cuidado. P.- ¿Qué ocurrió desde la primera cruzada hasta el reinado de Luis XI? ¿Cuáles han sido los progresos de la industria? ¿Cuáles son las causas que han determinado tales progresos? R." Las cruzadas ocasionaron dispendios muy considerables a los aristócratas, es decir, a los francos: sus ingresos resultaron insuficientes para satisfacerlos. Se vieron obligados, para procurarse las sumas que precisaban, a vender franquicias a los galos que se hallasen en condiciones para pagarlas. -v Los galos que adquirieron la mayor parte de tales franquicias fueron los artesanos que habían tenido, más que los otros, ocasiones y medios para hacerse con un pecu- lio. Los francos también vendieron tierras a los galos que por cualesquiera medios ha- bían conseguido procurarse dinero; y así fue cómo las cruzadas determinaron la for- mación de la clase industrial en cuanto a clase distinta de la clase militar. La economía y la actividad de dicha clase acrecentaron en seguida su importancia desde la última cruzada al advenimiento de Luis XI. Y también fueron las cruzadas las que determinaron el perfeccionamiento y acre- centamiento, en extensión y multiplicidad, de los trabajos industriales. Los nobles que habían ido a la ruina en sus expediciones asiáticas, se trajeron a Francia el gusto por el lujo, el placer de la galantería, y particularmente el muy vivo deseo de poseer bellas armas. La galantería de los hombres desarrolló la coquetería de las mujeres; y las muje- res, al convertirse en coquetas, gustaron del lucimiento. Las muestras de los bellos tejidos fabricados en Asia inspiraron al bello sexo el deseo de poseer otros semejan- tes; de ahí, el origen del comercio exterior; de allí, el origen de la fabricación de las armas de lujo; de ahí, por último, el origen de la fabricación de todos los objetos confortables para una población hecha apta para saborear los goces delicados. Resumiendo, en la época del advenimiento al trono de Luis XI, la clase industrial estaba bien diferenciada de la clase militar. Dicha clase estaba compuesta por tres estamentos, a saber: Galos propietarios de tierras, cultivadores de tales tierras y que no eran militares. CATECISMO POLÍTICO DE LOS INDUSTRIALES Artesanos que han conseguido la libertad y que se han reunido en las ciudades. Negociantes que importaban a Francia los tejidos fabricados en Asia y que hacían circular por el país los objetos de fabricación francesa. P.- ¿Cuáles han sido los desarrollos de la industria desde Luis XI hasta Luis XIV, ambos comprendidos? ¿Cuáles han sido las causas del avance y de la importancia adquiridos por los industriales? R.- En el siglo XV, la realeza ya había adquirido muclia fuerza en comparación con la que tenía en la época de la conquista de las Galias por los francos; época en la cual no era más que el generalato del ejército de los francos, generalato nombrado por los jefezuelos cuyas tropas integraban aquel ejército. Luis XI, al subir al trono, reconoció que la realeza no era todavía más que una institución política muy precaria, que todavía carecía de un carácter positivo y esta- ble; reconoció que el poder soberano todavía pertenecía colectivamente a los barones; reconoció que el rey no era, otra cosa en realidad, que el barón más importante, y que se había conservado entre los descendientes de los jefezuelos, transformados en baro- nes, la tradición de que el rey, para ellos, no era más un prímus inter pares, electivo y destituible a su voluntad; por último, reconoció que el hecho en que debía fijar su atención consistía en esto: que en Francia, los barones unidos eran más fuertes y más poderosos que el rey, y que la realeza no tenía, en la constitución feudal, otro medio de conservar la supremacía que mantener la división entre los barones, al tiempo que conseguía la fidelidad de los más importantes para su partido. Luis XI concibió el audaz proyecto de concentrar todo el poder soberano en las manos de la realeza, de anular la supremacía de los francos sobre los galos, de des- truir el sistema feudal, de suprimir la institución de la nobleza y de constituirse en rey de los galos en lugar de ser jefe de los francos. Para triunfar en tal proyecto, le era preciso combinar su autoridad con los intere- ses de una clase lo bastante fuerte para sostenerle y para asegurarle el éxito de su empresa. Se alió con los industriales. Los industriales deseaban que el poder soberano estuviese concentrado en las ma- nos de la realeza, porque éste era el úmco medio de suprimir los obstáculos con los cuales se enfrentaba el comercio interior de Francia,
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