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� E – 26-500-A-10 Técnicas kinesiterapéuticas en rehabilitación respiratoria M. Antonello, G. Cottereau, B. Selleron, D. Delplanque Con o sin instrumentos, autónomas o guiadas, las técnicas kinesiterapéuticas se abordan mediante el estudio de sus fundamentos biomecánicos. Esto permite comprender su perti- nencia respecto a un objetivo de kinesiterapia determinado, adaptarlas a cada situación clínica y fijar los límites. Las técnicas se agrupan y presentan en función de su objetivo terapéutico: mejorar la ventilación pulmonar, la aptitud física y la calidad de vida, reducir la disnea de esfuerzo y mejorar la eliminación de las secreciones bronquiales. Las indi- caciones rara vez se mencionan en relación con una patología específica. En cambio, sus ventajas e inconvenientes se sopesan para establecer la relación beneficio/riesgo, cualquiera que sea el contexto, del paciente agudo al crónico, de la reanimación al domicilio. © 2016 Elsevier Masson SAS. Todos los derechos reservados. Palabras clave: Kinesiterapia respiratoria; Rehabilitación respiratoria; Proceso diagnóstico; Diagnóstico kinesiterapéutico; Evaluación; Educación terapéutica Plan ■ Introducción 1 ■ Educación terapéutica de los pacientes 2 Generalidades 2 Proceso pedagógico de la educación terapéutica del paciente 2 ■ Mejorar la descongestión bronquial 3 Técnicas de modulación del flujo espiratorio 3 Técnica de ejercicios con flujo espiratorio controlado 4 Presiones manuales torácicas y/o abdominales 4 Drenaje postural 5 Vibraciones torácicas 5 Presión espiratoria positiva (PEP) 5 Ventilación mecánica por percusión intrapulmonar (IPV) 6 Insuflación/exuflación mecánica 6 Tos dirigida 6 Aspiración nasotraqueal 6 Aerosolterapia 7 ■ Mejorar la ventilación pulmonar 7 Ventilación dirigida abdominodiafragmática 7 Expansión torácica localizada 7 Rehabilitación diafragmática 8 Presiones manuales torácicas y/o abdominales 8 Espirometría incentivada dirigida 8 Ventilación no invasiva (VNI) 8 ■ Técnicas de rehabilitación respiratoria para mejorar la aptitud física y la calidad de vida y reducir la disnea de esfuerzo 9 Readaptación al ejercicio de los miembros inferiores 9 Entrenamiento de los miembros superiores 10 Entrenamiento de los músculos ventilatorios 10 Fortalecimiento de los músculos periféricos 11 Gimnasia específica en rehabilitación respiratoria 11 Masoterapia 12 ■ Conclusión 12 � Introducción La kinesiterapia respiratoria forma parte de una estrate- gia terapéutica global y transdisciplinaria. Está indica a cualquier edad (del lactante al anciano), en un contexto agudo o estable, para una enfermedad transi- toria o crónica, de la reanimación a la rehabilitación en un centro asistencial, en modo ambulatorio o en la consulta privada. Se dirige a un paciente que presenta una discapacidad transitoria o definitiva imputable a una disfunción de cualquier origen que altera las capacidades de adaptación al esfuerzo, en las que se intrincan el aparato cardiovascu- lar, los pulmones, los músculos, los sistemas de control, etc. EMC - Kinesiterapia - Medicina física 1 Volume 37 > n◦3 > agosto 2016 http://dx.doi.org/10.1016/S1293-2965(16)77463-9 E – 26-500-A-10 � Técnicas kinesiterapéuticas en rehabilitación respiratoria En función del contexto clínico, puede ser: • curativa para tratar una deficiencia (infrecuente) o, más a menudo, para corregir una disfunción; • preventiva para evitar la descompensación de una enfermedad crónica o tratar de limitar o incluso retrasar la agravación; • paliativa para compensar o manejar una discapacidad. Se aplica en: • el tratamiento de la insuficiencia respiratoria aguda (IRA) o crónica (IRC); • el tratamiento de una disfunción aguda de la mecá- nica ventilatoria externa (pleuresía, postoperatorio de cirugía abdominal o torácica, etc.); • la optimización del tratamiento de una obstrucción y de sus consecuencias sobre la mecánica ventila- toria externa, sobre todo el aprendizaje del control de la respiración en una enfermedad obstructiva cró- nica (asma, enfermedad pulmonar obstructiva crónica [EPOC], etc.); • el tratamiento de la acumulación de secreciones bronquiales (infección bronquial) o la gestión de la obstrucción crónica en una patología de tipo hiper- secretante (bronquitis crónica, EPOC, bronquiectasia, mucoviscidosis); • la rehabilitación al esfuerzo, la reducción de la disnea y la mejora de la calidad de vida. Cada uno de estos aspectos comprende una dimensión asistencial y otra de educación terapéutica, íntimamente relacionadas. La educación terapéutica se enfoca como un medio destinado a facilitar la autonomía de los pacientes en la gestión de su patología y, por tanto, su autoestima y calidad de vida. Manuales o instrumentales, autónomas o asistidas, las técnicas o métodos en kinesiterapia respiratoria se combinan a menudo en función del contexto clínico para garantizar la eficiencia de la práctica. Por ejemplo, las técnicas de modulación del flujo espiratorio pueden depender estrechamente de la ventilación no invasiva, no sólo para disponer de bastante volumen antes de la espi- ración con el fin de obtener el flujo espiratorio ideal, sino también para aliviar el trabajo de los músculos inspira- torios a efectos de limitar la cantidad global de trabajo respiratorio en un ciclo. Se agruparán y presentarán en función del objetivo tera- péutico: mejorar la ventilación pulmonar, la aptitud física y la calidad de vida, reducir la disnea de esfuerzo y mejorar el drenaje de las secreciones bronquiales. � Educación terapéutica de los pacientes [1, 2] Generalidades Educación terapéutica es un término que procede directamente de la traducción literal de expresiones anglo- sajonas. El concepto de formación terapéutica sería más adecuado, ya que no se trata de inducir la adquisición y el desarrollo de normas culturales y morales como sub- yace en la acepción usual del vocablo educación. Más bien se trata de permitir que el paciente adquiera com- petencias terapéuticas que pueda aplicar por sí mismo. La formación es, por tanto, un proceso activo del paciente sobre sí mismo que produce un cambio o una transfor- mación. El concepto de tiempo es entonces un elemento de importancia doble: • por un lado, para permitir el aprendizaje; • por otro, para permitir la aceptación de una enfermedad crónica (trabajo de duelo). Una enfermedad crónica representa una ruptura defi- nitiva con el modo de vida anterior y la necesidad de tratarse de forma continua para evitar o retrasar el dete- rioro del estado de salud. Hacerse responsable del propio tratamiento puede permitir al paciente recuperar algún control y más autonomía, con menor dependencia de los cuidadores y, por tanto, favorecer la aceptación del estado crónico. Del mismo modo, los pacientes que mejor acep- tan su enfermedad son los que se tratan mejor. En realidad, la motivación del paciente para entrar en este proceso de formación depende de su capacidad para proyectar su futuro y entrever la rentabilidad de la educa- ción terapéutica (es decir, que la ganancia sea superior a las presiones psicológicas, sociales y financieras relacionadas con la enfermedad y su tratamiento). Este tipo de educación forma parte de la prevención secundaria (evitar las complicaciones de una enfermedad existente) o de la prevención terciaria (controlar com- plicaciones y evitar la discapacidad).La educación para la salud en el contexto de una prevención primaria se dirige a un sector más amplio de la población para evi- tar el desarrollo de enfermedades, pero sólo a título de información. Así, esto permite que el paciente no viva contra su enfer- medad, sino que, a pesar de tener algo menos, pueda adquirir algo más y vivir con ello. Proceso pedagógico de la educación terapéutica del paciente Diagnóstico educativo El diagnóstico educativo debe permitir la identificación de las necesidades en las que se basa el proyecto de for- mación. Se trata de: • evaluar la repercusión de la enfermedad crónica sobre la calidad de vida y las ganancias potenciales de una educación; • apreciar la motivación del paciente y su voluntad de adquirir una relativa autonomía en la gestión de la enfermedad; • evaluar sus conocimientos y los de su familia en lo que se refiere a la enfermedad y al tratamiento (sobre todo para apreciar los «conocimientos erróneos» que a veces representan obstáculos considerables); • apreciar las capacidades de aprendizaje del paciente y de su familia, así como el contexto social, que pueden revelarse como ayudas o como obstáculos. Definición de los objetivos de la educación terapéutica y redacción de un contrato de educación El diagnóstico educativo permite elaborar un proyecto personalizado con la participación del paciente, además de la ventaja de que éste puede apreciar por sí mismo los beneficios. Los objetivos corresponden a las competencias o, por lo menos, a las capacidades que el paciente debería haber adquirido al término del aprendizaje. Según la taxono- mía de Bloom, puede tratarse de capacidades cognitivas (conocimientos, razonamiento, decisión), sensoriomo- toras (habilidades gestuales, técnicas) o psicoafectivas (conductas y gestión de las dependencias socioprofesio- nales). Cada objetivo debe formularse con un solo verbo de acción y un contenido al que se dirige la acción (por ejem- plo, adaptar el tratamiento médico en función del pico de flujo espiratorio). Debe ser observable y medible, para verificar que el paciente sea capaz de realizarlo (la adqui- sición de conocimientos puede ser motivo de controles reiterados mediante un cuestionario). Elaboración de las estrategias de aprendizaje Los métodos pedagógicos deben adaptarse a los obje- tivos pedagógicos, a las capacidades y al ritmo de 2 EMC - Kinesiterapia - Medicina física Técnicas kinesiterapéuticas en rehabilitación respiratoria � E – 26-500-A-10 aprendizaje del paciente. Los objetivos se ajustan a una progresión. La adquisición de conocimientos teóricos debe transferirse a la práctica, así como la práctica debe producir conocimientos. El error debe aprovecharse para alimentar la reflexión y convertirlo en factor de progreso. La alternancia de trabajo en grupo y de sesiones indivi- duales puede ser útil para el aprendizaje. Evaluación del cumplimiento de los objetivos La evaluación, y más aún la autoevaluación, es el hilo conductor del progreso. El cumplimiento de cada objetivo debe evaluarse con herramientas apropiadas que depen- den, sobre todo, del tipo de capacidad aprendida. Al terminar el período de educación, la evaluación no es definitiva, pero debe servir para verificar la permanen- cia del aprendizaje con el paso del tiempo, puesto que la enfermedad es crónica. � Mejorar la descongestión bronquial Técnicas de modulación del flujo espiratorio [3–5] Se agrupan bajo esta denominación todas las técnicas de eliminación de secreciones basadas en la variación del flujo espiratorio. Concepto de flujo espiratorio El flujo espiratorio expresa la velocidad de desplaza- miento del «frente gaseoso» (superficie de la columna de aire) que recorre las vías respiratorias durante la espira- ción. Cuanto más alta es la velocidad de las moléculas de aire, mayor es su energía cinética, según el principio E = m × v2. Ahora bien, la interacción entre las moléculas de aire y el moco [6, 7] es lo que provoca la cizalladura de las secrecio- nes bronquiales y permite su separación por transferencia de energía. Cuando el flujo es igual al volumen/unidad de tiempo y el volumen es igual a la superficie multiplicada por la longitud, puede decirse que el flujo es igual a superfi- cie × longitud/tiempo. La velocidad (longitud/tiempo) es entonces proporcional al flujo e inversamente propor- cional al diámetro de las vías respiratorias. Durante una espiración activa, el flujo depende de la presión motriz, suma de la presión de retracción elástica del parénquima pulmonar (Pst) y de la desarrollada por los músculos espiratorios (Ppl) para comprimir el tórax. La Pst y la Ppl son máximas cuando la espiración comienza en el volumen de reserva inspiratoria, ya que los músculos se encuentran en recorrido externo y el parén- quima pulmonar ha alcanzado su elasticidad máxima. El calibre de las vías respiratorias depende mucho del volumen pulmonar, porque, más allá de la capacidad resi- dual funcional (CRF) (punto de equilibrio), la fuerza de retracción del pulmón tira de la pared de las vías respira- torias (efecto de anclaje) y tiende a aumentar su sección. Así, disminuyen las resistencias al flujo de aire y aumenta la conductancia. Por el contrario, el aumento de la presión intratorácica tiende a disminuir el calibre de los bronquios por compre- sión dinámica. Debido a que esta compresión se desplaza desde las vías respiratorias centrales hacia las vías respira- torias periféricas durante la espiración activa, el volumen en el que comienza la espiración permite localizar su topo- grafía inicial. Además, el cambio del tipo de flujo, que pasa de lami- nar antes del punto de igual presión a turbulento después de éste [8, 9], aumenta las fuerzas de cizalladura y de movi- lización de las secreciones bronquiales. La eficacia máxima del aumento del flujo espiratorio (AFE) se sitúa en los grandes troncos si el flujo es elevado, ya que el calibre global de los bronquios está reducido (superficie acumulada de los grandes bronquios). En las vías respiratorias de pequeño calibre, la compre- sión dinámica compensa de forma parcial un flujo menor. A pesar de todo, la eficacia es menor debido a disminucio- nes graduales de la presión motriz (por tanto, del flujo) y de la velocidad del flujo (en este sentido, si bien el diá- metro de cada vía respiratoria disminuye, el calibre global aumenta mucho porque las vías son numerosas). Durante una espiración forzada también se advierte que, cuando en algunos territorios pulmonares se produce un cierre bronquial, la presión retrógrada se equilibra de forma simultánea con la presión alveolar. Como la espi- ración continúa, la presión intrabronquial (PIB) vuelve a aumentar hasta superar la presión extrabronquial (PEB) (si la presión elástica [Pel] no es nula) y el bronquio vuelve a abrirse. La reanudación del flujo restablece las condiciones iniciales del colapso bronquial. Este fenó- meno puede reproducirse entonces varias veces hasta el momento en que la Pel es casi nula. Para algunos auto- res [10], este proceso de cierre-abertura repetido favorecería un efecto de vibración capaz de movilizar las secreciones bronquiales. En resumen, el flujo espiratorioes máximo para una presión motriz (PA) óptima y un calibre bronquial mínimo, sin olvidar que la reducción de este calibre induce forzosamente un aumento de las resistencias bron- quiales y reduce, en términos de flujo, la eficacia del aumento de presión motriz. La eficacia de la modulación del flujo espiratorio se basa entonces en un equilibrio: aumento del flujo espiratorio en busca del flujo suficiente para movilizar las secreciones sin provocar el cierre precoz de las vías respiratorias por compresión dinámica [11]. Por eso, la descongestión de las vías respiratorias distales exige una espiración prolongada de flujo lento, mientras que la descongestión de las vías respiratorias proximales, menos sensibles a la compresión debido a su calibre y su estructura más rígida, permite usar una espiración más corta y más dinámica [11]. Usar un freno espiratorio bucal o instrumental para crear una presión espiratoria positiva puede reducir la compresión dinámica. Aumento del flujo espiratorio Descrito hacia finales de la década de 1970, es la téc- nica que más se enseña y se practica en algunos países de nuestro entorno. Su definición podría ser: «espiración activa o pasiva con volumen pulmonar más o menos alto cuya velocidad, fuerza y longitud pueden variar hasta encontrar el flujo óptimo necesario para la limpieza bronquial» [12]. Por lo tanto, en ningún caso se trata de una espiración forzada asimilable a la técnica de espiración forzada (TEF), como sugiere una tentativa de clasificación de las técnicas de limpieza bronquial [13]. Consiste entonces en una espiración graduada en busca del flujo espiratorio más favorable para el avance de las secreciones en cada segmento del árbol bronquial. Por lo tanto, el flujo en varios AFE o series de AFE sucesivos es creciente, de acuerdo con el avance de las secreciones, avance que se verifica por la modificación de los ruidos con la espiración, que se tornan cada vez más graves y sonoros (de estertores crepitantes a roncus): • una espiración lenta y prolongada con un flujo espi- ratorio superior al flujo de una espiración espontánea pero no forzada favorece la desobstrucción de las vías respiratorias periféricas. La inspiración que la precede es más bien moderada; EMC - Kinesiterapia - Medicina física 3 E – 26-500-A-10 � Técnicas kinesiterapéuticas en rehabilitación respiratoria • una espiración más dinámica tras una inspiración amplia es más apta para una desobstrucción de los gran- des bronquios y la tráquea. El aprendizaje del AFE es secuenciado. Básicamente activo y autónomo sin más ayuda directa que un guiado destinado al aprendizaje, el AFE puede ser totalmente pasivo en un paciente sedado en reanimación. En este caso, las presiones torácicas manuales efectuadas por uno o dos kinesiterapeutas pueden producir flujos espiratorios suficientes para la desobstrucción. El AFE es una de las raras técnicas que un paciente for- mado puede practicar de modo autónomo, porque no necesita de la presencia de un profesional. Puede prac- ticarse tanto en posición sentada como en decúbito, y el paciente puede adaptar las modalidades en función del estado de permeabilidad de sus bronquios [14]. “ Punto importante Un AFE es eficiente cuando: • los ruidos respiratorios corroboran el avance de las secreciones; • el ritmo y la sucesión de los ejercicios no aumen- tan de forma duradera la disnea ni alteran de forma duradera los intercambios gaseosos; • se detiene después de que las secreciones no avanzan (ausencia de estertores) con el fin de evitar un trabajo respiratorio ineficaz para la des- obstrucción, aunque el paciente todavía pueda continuar la espiración. Drenaje autógeno [15–19] En la descripción inicial, el drenaje autógeno es un método basado en los mismos principios que el AFE. Se coloca al paciente en una posición favorable para la ventilación y la desobstrucción (en general, sentado). Previamente se desobstruyen las vías respiratorias supe- riores y la nariz. La inspiración es lenta, nasal, guiada por las manos del terapeuta y seguida por una pausa inspiratoria de 2- 4 segundos, destinada a facilitar la homogeneización de la ventilación en las diversas zonas pulmonares (en este sentido, esta técnica se usa sobre todo para patologías obs- tructivas que crean zonas con una constante de tiempo de llenado distinta). El volumen movilizado es casi igual al volumen corriente (500 ml). La espiración se efectúa por la nariz o con la glo- tis abierta, buscando el flujo más eficaz sin aumentar la resistencia de las vías respiratorias por compresión ni desencadenar la tos y aumentar el esfuerzo espiratorio. La particularidad del método es codificar con precisión el encadenamiento de los ejercicios en tres períodos de cuatro a cinco ejercicios cada uno: • desprendimiento de las secreciones: inspiración- espiración con bajo volumen pulmonar (en el volumen de reserva espiratorio [VRE]); • acumulación de las secreciones: inspiración-espiración con bajo y medio volumen (entre VRE y volumen corriente [Vt]); • evacuación de las secreciones: inspiración-espiración con alto volumen (en el volumen de reserva inspira- torio [VRI]). En las prácticas actuales, la espiración ya no es total- mente activa, sino «activo-pasiva», siempre con la glotis abierta, descrita como un «suspiro prolongado». El kine- siterapeuta se coloca detrás del paciente y le rodea el tórax apretándolo con los brazos, los antebrazos y las manos. Sentado en posición más baja que el paciente, los movimientos de sus miembros superiores acompañan naturalmente el movimiento costal. Los promotores de este método insisten en la calidad de la ventilación, no sólo como herramienta de la des- obstrucción, sino también como reflejo de la congestión en los pacientes afectados por mucoviscidosis. Para ellos, observar o escuchar un defecto de ventilación en una zona pulmonar es la expresión de una obstrucción de las vías respiratorias que debe eliminarse para garantizar una lim- pieza bronquial óptima. Este método se usa básicamente en pacientes afectados por mucoviscidosis cuyos bronquios difícilmente sopor- tan un aumento de los flujos sin desencadenar un acceso de tos. En realidad, algunos pacientes lo prefieren a raíz de esta comodidad relativa. Sin embargo, el lado más negativo es el alargamiento de las sesiones de limpieza bronquial, poco compatible con una vida activa, así como la relativa dependencia del terapeuta cuando es pasiva. Espiración lenta total con la glotis abierta en decúbito lateral (ELTGOL) [13, 20] Descrita a finales de la década de 1980, la ELTGOL es una técnica de espiración lenta, con la glotis abierta, de la CRF al volumen residual, cuya particularidad es la posición del paciente, en decúbito lateral sobre el lado afectado. Según el autor de esta técnica, el hecho de colo- car el pulmón congestivo en posición declive favorecería la exuflación, la compresión de las vías respiratorias y, en consecuencia, la expulsión de las secreciones. La compre- sión del tórax depende de la compresión manual ejercida por el kinesiterapeuta. Técnica de espiración forzada [17, 21, 22] Esta técnica, descrita por autores anglosajones, consiste en unao dos espiraciones forzadas con la glotis abierta que comienzan con un volumen pulmonar medio hasta alcanzar la capacidad espiratoria. Cuando las series de TEF se intercalan con un período de ventilación diafragmática tranquila y controlada y se asocian al drenaje postural, pasan a denominarse ciclos de ventilación activa (active cycle breathing technique). Varias espiraciones forzadas sucesivas con bajo volu- men pulmonar también reciben el nombre de tos forzada o jadeo (huff coughing). Esta técnica se optimizaría añadiendo una postura que facilite el drenaje bronquial [23, 24]. Sería sobre todo eficaz para la desobstrucción de las vías respiratorias proximales. Técnica de ejercicios con flujo espiratorio controlado [13] Esta técnica consiste en una inspiración lenta hasta la capacidad pulmonar total (CPT), completada con una pausa teleinspiratoria y seguida por una espiración pasiva más o menos asistida mediante presiones torá- cicas manuales. Está destinada a estirar el parénquima pulmonar y permitir el avance de las secreciones desde la periferia hacia las vías respiratorias proximales. En Bélgica, su práctica se asociaría a la espirometría incentivada. Al contrario que la ELTGOL, la posición del pulmón afectado sería supralateral. Las indicaciones no están claramente definidas. Presiones manuales torácicas y/o abdominales Las presiones torácicas y/o abdominales consisten en una asistencia espiratoria externa mediante presión manual sobre la caja torácica del paciente. 4 EMC - Kinesiterapia - Medicina física Técnicas kinesiterapéuticas en rehabilitación respiratoria � E – 26-500-A-10 Permiten: • el guiado durante un ejercicio de eliminación de secre- ciones; • un aumento de los volúmenes y/o de los flujos espi- ratorios, por ejemplo en el AFE o los esfuerzos de tos (asistencia o sustitución completa) en algunos pocos casos. Se circunscriben a una zona determinada si se trata de eliminar secreciones de un segmento pulmonar. Son más amplias para, por ejemplo, paliar una espi- ración activa deficiente (paciente cansado o sedado en reanimación). La intensidad de las presiones destinadas a aumentar los volúmenes y/o los flujos espiratorios debe ser modulada en el tórax de movilidad reducida (enfisematosos) o frágil (osteoporosis, corticoides). La presencia de fracturas cos- tales o de drenajes impone prudencia y suavidad cuando la presión supera la contención para hacerse activa. En algunos casos extremos de inestabilidad bronquial, las presiones torácicas pueden provocar además un aumento bastante considerable de la presión intratorácica y fomen- tar un cierre precoz de las vías respiratorias. En este caso, la intensidad se modula en función de los ruidos respira- torios en el transcurso de la espiración. La aplicación de las presiones cesa cuando se alcanza el objetivo o según la tolerancia del paciente. Drenaje postural Por definición, en esta técnica se usa la postura para colocar el pulmón afectado en posición supralateral, a efectos de que la gravedad facilite el avance de las secre- ciones en un bronquio verticalizado. Años atrás, a cada bronquio segmentario le correspon- día una postura que el paciente debía mantener unos 20 minutos. En la actualidad, a veces se considera la idea de asociar la postura a una técnica de modulación del flujo espirato- rio pero, en este caso, es preciso que las vías respiratorias obstruidas tengan un calibre suficiente y que las secrecio- nes no sean muy viscosas. La mayoría de las veces, este tratamiento se prescribe a pacientes afectados por bron- quiectasias. En este caso, se puede usar el decúbito lateral o prono. El límite de esta técnica es la incomodidad del paciente en términos de disnea. Vibraciones torácicas Se agrupan bajo esta denominación las aplicaciones de ondas vibratorias sobre la caja torácica, tanto si la fuente emisora es la mano del terapeuta como si es un aparato que emite vibraciones. Las ondas vibratorias deberían aplicarse de forma per- pendicular a la pared de la vía respiratoria obstruida, con el fin de modificar las características reológicas de las secre- ciones bronquiales o, llegado el caso, entrar en resonancia con el movimiento ciliar y mejorar el transporte mucoci- liar. Hasta ahora no existe ningún medio mecánico que permita efectuar esta aplicación. Los aparatos disponibles, y con mayor razón la mano del terapeuta, sólo producen vibraciones tangenciales al tórax. Su frecuencia debe ser constante (unos 13 Hz), para entrar en resonancia con el movimiento ciliar, o más ele- vada para modificar sus características reológicas. La propagación de ondas vibratorias es inversamente proporcional a la densidad del cuerpo sobre el cual se apli- can. Por lo tanto, deben aplicarse al final de la espiración. Por último, estas vibraciones son más eficaces en térmi- nos de transmisión en profundidad (bronquios distales) cuando se dirigen a una estructura sólida y homogénea. Ahora bien, el complejo toracopulmonar está constituido por elementos sólidos, acuosos y, sobre todo, gaseosos, que absorben o transmiten las vibraciones de forma muy distinta. A semejanza de la percusión pulmonar (clapping), las vibraciones no se recomiendan ni se enseñan en algunos países desde hace unos 20 años. Presión espiratoria positiva (PEP) [19, 21] La aplicación de una presión espiratoria positiva fue desarrollada inicialmente para favorecer la ventilación pulmonar sin causar el colapso espiratorio de las vías respiratorias y del pulmón a causa de una compresión dinámica. De forma intuitiva, los pacientes con obstruc- ción excesiva descubrieron el efecto beneficioso de la ventilación con los labios apretados para aumentar el tiempo espiratorio y limitar la disnea al retrasar el colapso bronquial. Muy pronto se impuso la idea de usar una PEP para elevar el flujo espiratorio, sin riesgo de acelerar el cierre de las vías respiratorias (que es lo que ocurre con la tos espontánea en muchos pacientes con obstrucción). En todos los casos, la PEP es creada por una resistencia a la espiración, en la mayoría de los casos como una pér- dida calibrada a través de una válvula espiratoria. Algunos sistemas generan la PEP sólo cuando la presión espiratoria producida por el paciente supera cierto umbral. La adición de una PEP fomentaría la expulsión de secreciones, por una parte, mejorando la ventilación y, por otra, limitando el aumento del trabajo ventilatorio relacionado con la hiperinsuflación, una dinámica que sobrecarga la ventilación en caso de inflamación y de infección de las vías respiratorias. Esto ha justificado su recomendación en 1994. Los sistemas de PEP continua que más se usan como adyuvantes para la eliminación de secreciones son Threshold-PEP, Thera-PEP o PEPmask. Algunos sistemas portátiles (Flutter, Acapella) emiten una PEP oscilante por mecanismos distintos, aunque basa- dos en un sistema de resistencia-umbral, con resultados comparables. El Flutter se compone de: • una pieza bucal y del cuerpo del aparato, de material duro; • un embudo circular, de material duro; • una esfera de alta densidad de metal inoxidable; • un capuchón amovible con perforaciones en su parte superior. El Flutter es lavabley esterilizable hasta una tem- peratura de 120 ◦C, pero no debe entrar en contacto prolongado con productos clorados. La esfera metálica se pone en movimiento por la espi- ración y produce una PEP cuya intensidad y frecuencia de oscilación (10-25 Hz) dependen de la inclinación del aparato y del flujo espiratorio. Los efectos fisiológicos serían: • un aumento de la presión positiva endobronquial que permite retrasar el colapso bronquial, un aumento del volumen espiratorio y la obtención de un mayor flujo espiratorio; • la movilización de las secreciones bronquiales por las vibraciones internas generadas por esta técnica y la dis- minución de la viscosidad de las secreciones al actuar sobre sus propiedades reológicas. En el Acapella, una pieza plástica central produce las oscilaciones, controlada por un imán. La frecuencia es entonces independiente de la posición del aparato, y la resistencia que determina la PEP es regulable (Fig. 1). Por último, la PEP se usa regularmente con la asis- tencia inspiratoria en la ventilación con dos niveles de presión en ventilación no invasiva, como adyuvante para la desobstrucción. En este caso, la asistencia inspiratoria sustituye a los músculos inspiratorios y reserva el trabajo activo para la espiración, que es más eficaz cuando el EMC - Kinesiterapia - Medicina física 5 E – 26-500-A-10 � Técnicas kinesiterapéuticas en rehabilitación respiratoria Figura 1. Ventilación con un dispositivo de presión positiva oscilante. volumen inspirado aumenta, mientras que la PEP permite retrasar el colapso bronquial durante la espiración. Esta técnica, más dirigida al aumento de la ventilación que a la desobstrucción, se ha de desarrollar más adelante. Ventilación mecánica por percusión intrapulmonar (IPV) Un ventilador portátil denominado Percussionnaire administra pequeños volúmenes gaseosos de alta frecuen- cia (60-600 ciclos/min) y baja presión (10-20 cmH2O) por medio de todas las interfaces, invasivas o no. Además, per- mite administrar un aerosol durante la ventilación. La IPV sería interesante en el tratamiento de patologías restricti- vas, en particular de origen neuromuscular, pero todavía faltan muchas evaluaciones clínicas que podrían hacer recomendar su uso en otros contextos [25]. Insuflación/exuflación mecánica [26, 27] Un aparato de ventilación mecánica (Cough assist) insufla de forma gradual un volumen de aire con presión positiva, seguido de una inversión repentina de la presión que provoca la exuflación. Ésta imita una tos eficaz al aspi- rar las secreciones con el aire. Se recomienda practicar con cinco o seis series de inspiración-espiración. A los dos tiempos de la movilización se pueden añadir vibraciones para fomentar la movilización de las secrecio- nes. Esta técnica está indicada para pacientes que tienen una tos ineficaz por una patología neuromuscular o debilidad generalizada. En cambio, la existencia de una patología obstructiva grave o un enfisema probablemente supon- dría una contraindicación, ya que la depresión repentina expondría al riesgo de colapso bronquial. Tos dirigida La tos, espiración forzada explosiva, es un acto reflejo que representa uno de los elementos de defensa mecá- nica del árbol traqueobronquial. Sin embargo, la tos puede controlarse con la voluntad. La tos se origina en zonas reflejas tusígenas intrabronquiales, sobre todo a nivel de los espolones de división de los bronquios centrales. Entre los receptores, los principales son los de irritación y de estiramiento. El estudio mecánico de la tos espontánea permite demostrar el encadenamiento de los siguientes fenóme- nos: • una inspiración rápida hasta más o menos el 70% de la capacidad vital; • el cierre de la glotis durante más o menos 0,2 segundos; • una contracción isométrica de los músculos espirato- rios, con aumento de las presiones abdominal, torácica y alveolar; • broncoconstricción; • por último, la abertura explosiva de la glotis con expul- sión de un volumen de aire del 45% más o menos de la capacidad vital forzada, con un flujo de alrededor de 6-12 l/s y una velocidad de 120 m/s (un tercio de la velocidad del sonido). Esta velocidad se alcanza gracias a la invaginación de la membrana posterior de la trá- quea, que reduce el diámetro al 40% del valor inicial, y a la compresión dinámica de los bronquios. La tos voluntaria es una sacudida única que se diferen- cia de la tos espontánea por una inspiración previa más profunda (que alcanza la CPT). Las presiones intratorá- cicas inducidas son entonces superiores a las observadas durante la tos espontánea, por aumento de la fuerza mus- cular, de la presión de retracción elástica del parénquima pulmonar y del retroceso elástico de la caja torácica. El aumento de presión sólo actúa sobre el segmento colap- sable del árbol bronquial, pues genera un aumento de la velocidad lineal del flujo por el colapso bronquial. Sin embargo, a veces el colapso puede provocar la interrup- ción del flujo espiratorio. La tos voluntaria en cascada corresponde a sacudidas de tos repetidas que recorren la capacidad vital. Las pre- siones caen entre las sacudidas sin volver a cero, y los valores de picos de flujo también disminuyen. El avance del moco durante las sacudidas sucesivas depende de la frecuencia de la repetición. A mayor frecuencia, mayor volumen expectorado. La tos provocada se obtiene a partir de una presión sobre la tráquea que estimula los sensores de estiramiento. Las presiones observadas son un poco superiores a las de la tos fisiológica. Los flujos aumentan poco. Sin embargo, el comportamiento mecánico es variable de una persona a otra. La tos es eficaz para la desobstrucción de las vías respi- ratorias proximales, pero sería relativamente poco eficaz y rentable para las vías respiratorias pequeñas, con más razón si existe una enfermedad obstructiva crónica o una inflamación aguda. Es probable que las presiones muy elevadas favorezcan el colapso de las vías respiratorias pequeñas, sobre todo con bajo volumen pulmonar. Aspiración nasotraqueal Esta técnica consiste en evacuar las secreciones traqueo- bronquiales por aspiración con una sonda introducida en la tráquea, en ausencia de una sonda de intubación o de una cánula de traqueotomía. La aspiración nasotraqueal es una técnica de excep- ción que sólo puede practicarse en un paciente incapaz de drenar sus secreciones bronquiales, ni siquiera con una kinesiterapia específica. Así, pueden determinarse básicamente dos indicaciones principales para el man- tenimiento de la libertad y la permeabilidad de las vías respiratorias: • como «cuidado paliativo» para evitar la asfixia progre- siva ante una incapacidad para evacuar las secreciones; • como técnica alternativa cuando la kinesiterapia es más deletérea que eficaz debido al cansancio respiratorio que puede generar, sobre todo en los pacientes con insuficiencia respiratoria crónica o ancianos. Aunque esta técnica no figura en los protocolos de algu- nos países, los kinesiterapeutas suelen practicarla en los servicios hospitalarios. Sin embargo, los riesgos son consi- derables y necesitan de la presencia efectiva de un médico que pueda intervenir en cualquier momento. Estos riesgosson: • la hipoxia: de la cianosis a la bradicardia, o incluso la paro circulatorio, más o menos brusco, por reflejo cardioinhibidor de origen vagal en los pacientes con hipoxia grave, este riesgo debe anticiparse y preverse efectuando aspiraciones cortas, con períodos de reposo y estimulación hacia una respiración eficaz. La oxige- noterapia nasal previa o simultánea está indicada; 6 EMC - Kinesiterapia - Medicina física Técnicas kinesiterapéuticas en rehabilitación respiratoria � E – 26-500-A-10 • la broncoaspiración por regurgitación gástrica. En caso de vómitos, debe colocarse al paciente en posición late- ral de seguridad (sin retirar la sonda de aspiración) y aspirar el contenido de las vías respiratorias lo más rápido posible. La prevención impone practicar las aspi- raciones a distancia de las comidas o, si la alimentación se efectúa por vía enteral, unir la sonda gástrica a una bolsa en declive para facilitar el vaciamiento del estó- mago; • la infección por gérmenes patógenos puede transmi- tirse desde las vías respiratorias superiores hacia la tráquea y los bronquios (bronconeumopatías secunda- rias) por la sonda de aspiración que fuerza las barreras glótica y laríngea. Para la prevención hay que practicar aspiraciones bucofaríngeas previas, usar guantes dese- chables y una sonda estéril en cada aspiración; • el traumatismo, posible en todo el trayecto de la sonda. Graves trastornos de la hemostasia hacen que esta técnica esté contraindicada, y la prevención impone maniobras suaves, el uso de sondas de punta roma correctamente lubricadas, una aspiración activada sólo con la sonda colocada y la retirada de la sonda sin movi- mientos de vaivén. Aerosolterapia Un aerosol es un conjunto de partículas líquidas o sóli- das diseminadas y transportadas en suspensión por un gas. Según el producto, los objetivos de la aerosolterapia son: • la humidificación; • la aplicación del medicamento en el tracto respirato- rio; permite obtener concentraciones eficaces, evitando algunas complicaciones sistémicas de un tratamiento por vía sistémica. Por nebulización se administran sobre todo broncodilatadores o antiinflamatorios que pue- den facilitar la desobstrucción, incluso antibióticos o desoxirribonucleasa en el caso de las mucoviscidosis. El tamaño de las partículas de un aerosol se define por: • el diámetro aerodinámico medio (DAM): diámetro medio de una esfera de densidad 1 que tiene la misma velocidad de una partícula media del aerosol; • el diámetro másico medio (DMM): diámetro medio de una partícula de aerosol calculado de modo que tenga tantas partículas de un diámetro inferior como de un diámetro superior. El depósito total es mayor cuando las moléculas tienen un DAM elevado (las partículas demasiado pequeñas salen tan rápido como entran). Un generador de aerosol es más eficaz cuando asegura una homogeneidad de tamaño de las partículas (máximo de partículas con diámetros cerca- nos al DAM y al DMM). Los mecanismos mediante los cuales se depositan las partículas dependen estrechamente del tamaño de éstas: • depósito por impactación (o inercia): atañe sobre todo a las partículas de DAM superior a 2 �m; • depósito por sedimentación (o gravedad): para las par- tículas de DAM comprendidas entre 0,5-3 �m; • depósito por difusión: fijación aleatoria de partículas de DAM inferior a 0,5 �m, por influencia del movi- miento browniano (moléculas que colisionan entre sí en ausencia de flujo aéreo). La penetración de las partículas depende de su tamaño: • un DAM superior a 2 �m favorece un depósito en la nasofaringe; • un DAM comprendido entre 0,5-3 �m privilegia sobre todo el árbol traqueobronquial; • por debajo de 0,5 �m, el depósito es básicamente alveo- lar. El flujo y el modo ventilatorios influyen en la pene- tración y el depósito, en relación con la naturaleza y la velocidad del flujo aéreo en las vías respiratorias: • el diámetro considerable de los grandes troncos bron- quiales y un flujo aéreo rápido provocan un flujo turbulento y favorecen el depósito por impactación; • un pequeño diámetro bronquial y un flujo lento pro- vocan un flujo laminar que favorece el depósito por sedimentación y una penetración más distal; • la ausencia de flujo aéreo en los bronquiolos terminales y los alvéolos favorece el depósito por difusión. La cantidad de producto inhalado y depositado depende del modo ventilatorio: • un gran volumen corriente y una frecuencia respiratoria lenta favorecen un depósito más abundante y más distal del producto; • una pausa teleinspiratoria facilita el depósito por sedi- mentación y por difusión; • la modificación voluntaria del modo ventilatorio (ven- tilación dirigida o localizada) podría fomentar el depósito en una zona pulmonar determinada. Por último, la obstrucción bronquial disminuye el depósito distal y propicia la heterogeneidad del depósito. En resumen, la eficacia de una aerosolterapia con obje- tivo bronquial es mayor cuando: • las partículas del aerosol son homogéneas; • su tamaño es de 1-5 �m; • la respiración es lenta, con bajo flujo, gran volumen corriente y pausa teleinspiratoria. � Mejorar la ventilación pulmonar Ventilación dirigida abdominodiafragmática [28] La ventilación dirigida (VD) es una técnica destinada a mejorar la hematosis en los pacientes con hipoventilación alveolar [29]. Por lo tanto, está particularmente indicada en las patologías obstructivas, aunque también puede ser útil en las restrictivas. En cambio, sus efectos sobre la función diafragmática son controvertidos [30]. Al parecer, los efectos deletéreos de la VD tendrían rela- ción con el nivel de distensión pulmonar [31, 32]. Con el fin de favorecer la hematosis, la ventilación diri- gida combina tres componentes: el volumen corriente está aumentado y desfasado en el VRE, al tiempo que la frecuencia respiratoria disminuye. Este modo ventilatorio hace posible una mejor ventilación alveolar. El criterio de evaluación de la ventilación dirigida es la medición de la SpO2 (saturación arterial de oxígeno) por pulsioximetría, que permite determinar de manera precisa y en tiempo real la modificación de la hematosis. Expansión torácica localizada Las técnicas de expansión torácica localizada se basan en posiciones que permiten una expansión alveolar pri- vilegiada por las diferencias de distribución regional de la ventilación en una región pulmonar. En realidad, se trata de aumentar la distensibilidad en la zona que debe dila- tarse, disminuyendo al mismo tiempo la distensibilidad en los otros territorios pulmonares mediante compresión torácica. El decúbito lateral es una posición de elección en la medida en que asocia: • una gran expansión del pulmón supralateral; • un descenso de la cúpula diafragmática supralateral; • menor insuflación del pulmón infralateral, básica- mente por el apoyo sobre la camilla. El decúbito prono y sobre todo el apoyo en cuatro extremidades favorecen la expansión de los territo- rios posteriores. Asociados a una inflexión lateral de la columna vertebral, permiten una expansión localizada de EMC - Kinesiterapia - Medicina física 7 E – 26-500-A-10 � Técnicas kinesiterapéuticas en rehabilitación respiratoria la parte posterior deun pulmón. Por el contrario, el decú- bito supino permite la expansión predominante de las zonas anteriores. La posición sentada y la posición de pie son más favorables a la expansión de los vértices. La inclinación de la columna vertebral provoca una ventilación asimétrica, con expansión del pulmón en la convexidad de la curvatura raquídea y reducción de la dis- tensibilidad pulmonar en el lado de la concavidad. Esta inclinación puede facilitarse con cojines, una mesa arti- culada o una espaldera, en consonancia con la fisiología costal, es decir, provocando la inclinación a nivel dorsal. El guiado y el control manuales son esenciales para obte- ner una localización eficaz y evitar la movilización inútil de volúmenes considerables. Debido a que estos ejercicios son difíciles, las técnicas de expansión localizada pueden justificar al principio del aprendizaje un aumento consi- derable del volumen. Rehabilitación diafragmática Por lo general, se asocia a las técnicas de expansión localizada en la rehabilitación de algunos síndromes res- trictivos. Se trata entonces de mejorar el descenso del diafragma (posición inspiratoria máxima) y su recorrido (entre las posiciones inspiratoria y espiratoria máximas). Las técnicas asocian dos componentes: posición y tra- bajo inspiratorio. La posición del paciente permite, por el peso de las vísceras, variar la resistencia opuesta al descenso del dia- fragma: en decúbito lateral, la resistencia contralateral es baja (favorece el descenso), y la homolateral, elevada (favorece el recorrido). En el trabajo inspiratorio participa el diafragma, y puede completarse con apneas inspiratorias y resoplidos. La rehabilitación en términos de fuerza y resistencia del diafragma está indicada en algunos síndromes obs- tructivos, en el contexto global del entrenamiento de los músculos inspiratorios. Presiones manuales torácicas y/o abdominales Las presiones torácicas permiten: • el guiado durante el aprendizaje de una ventilación localizada; • el bloqueo de algunas zonas del tórax a efectos de favo- recer la ventilación de las zonas libres e incluso de permitir la contención de un hemitórax sometido a una cirugía o que sufrido un traumatismo. Se circunscriben a una zona determinada si se trata de guiar una ventilación localizada o de bloquear un hemi- tórax. El guiado de una ventilación localizada necesita aplicaciones manuales francas pero que no entorpezcan el movimiento respiratorio. Espirometría incentivada dirigida [8, 33, 34] La espirometría incentivada se basa en el principio de retroalimentación: el paciente visualiza sus movimientos inspiratorios y/o espiratorios, lo que puede incentivarlo a sostener sus esfuerzos. Este sistema facilitador puede opti- mizar la ventilación dirigida o la ventilación localizada, pero no sustituye el control del kinesiterapeuta, sobre todo en la precisión del ejercicio. Lo ideal es la combi- nación de ambas técnicas en «espirometría incentivada dirigida». La espirometría incentivada inspiratoria, a semejanza de la ventilación dirigida y al contrario de la ventilación en relajación de presión (técnica pasiva por insuflación), tiene el fin de favorecer la expansión alveolar por aumento del gradiente de presión transpulmonar. La espirometría incentivada espiratoria tiene como objetivo aumentar el tiempo espiratorio y el volumen espirado para favorecer la ventilación alveolar y ayudar al drenaje bronquial. En general, las variables mecánicas que sirven de soporte de incentivación son el flujo y/o el volumen. La mayoría de los aparatos (de tipo Voldyne, DHD Coach) pueden usarse en inspiración o en espiración gracias a válvulas unidireccionales. Asimismo, es posible añadir resistencias en la mayoría de los circuitos. La medida previa de la capacidad vital (CV) del paciente permite determinar un volumen para movilizar que se expresa en porcentaje de la CV: • para mejorar los volúmenes pulmonares, este valor debe acercarse al 80%; • para un simple entrenamiento destinado a mejorar la función ventilatoria, el valor escogido es del 40-50% de la CV. Las mediciones reiteradas de la CV permiten objetivar las mejorías y, sobre todo, reajustar de forma permanente el nivel volumétrico de trabajo. El nivel de volumen con el que empieza el ejercicio condiciona la distribución de la ventilación: • para un volumen movilizado de casi el 80% de la CV y una participación óptima del diafragma, es indispen- sable obtener una espiración previa lo más completa posible; • para un volumen movilizado del 40-50% de la CV, la distribución del aire inspirado varía con el nivel de volumen preinspiratorio. Por eso, es preferible enfocar el ejercicio en torno a la CRF con el fin de obtener una ventilación alveolar homogénea. El flujo inspiratorio también influye en la distribución de la ventilación: flujos medios (0,5-1,5 l/s) aseguran (con el tronco vertical) una homogeneización y permiten una ventilación basal eficaz. Una apnea teleinspiratoria durante 3-4 segundos tam- bién permite la homogeneización de la ventilación pulmonar y una disminución del asincronismo alveolar. Una resistencia inspiratoria moderada (5 cmH2O) puede mejorar la sensación del movimiento respiratorio. Más elevada (> 10 cmH2O), mejora la fuerza y la resisten- cia de los músculos respiratorios. Esto no debe provocar cansancio en ningún caso. El número de ensayos y la frecuencia de las sesiones dependen del grado de fatiga del paciente y de la eficacia de la técnica. La posición del paciente puede facilitar una distribución preferente de la ventilación, y debe ser precisada como las otras variables. Durante mucho tiempo se ha discutido en las publi- caciones la utilidad de los espirómetros de flujo o de volumen. Los datos revelarían que la distribución de la ventilación depende, sobre todo, del flujo inspiratorio durante el ejercicio [35]. Sin embargo, para la prevención de las complicaciones respiratorias postoperatorias, es más pertinente usar un espirómetro de incentivo volumétrico, ya que el objetivo es aumentar el volumen corriente para evitar la hipoven- tilación y la atelectasia. Ventilación no invasiva (VNI) La VNI se define como la interfaz entre paciente y respi- rador, pues tiene la particularidad de evitar la intubación y la traqueotomía. La mascarilla nasal o la facial, indus- trial o moldeada para la cara del paciente, son las más frecuentes, aunque a veces se usa la boquilla. La asistencia ventilatoria permite mejorar la ventilación alveolar y aumentar la fracción inspirada de oxígeno, al tiempo que disminuye el trabajo de los músculos respira- torios. Con este fin, desde hace mucho tiempo la VNI es usada por los kinesiterapeutas en casos de pacientes con capa- cidades ventilatorias reducidas, ya sea en el contexto de 8 EMC - Kinesiterapia - Medicina física Técnicas kinesiterapéuticas en rehabilitación respiratoria � E – 26-500-A-10 una patología crónica o en período agudo (por ejemplo, período postoperatorio de cirugía abdominal). Además, la VNI facilita el drenaje bronquial por el aumento del volumen corriente y disminuye los posibles efectos deletéreos de una sesión de kinesiterapia, tanto en el aspecto gasométrico como en el del cansanciogene- rado [36]. Asistencia inspiratoria (AI): modo privilegiado en la IRA La AI o ventilación con presión de soporte actúa por un aumento de la presión inspiratoria (presión positiva) en las vías respiratorias que favorece la expansión toracopul- monar. Este modo ventilatorio, mediante un generador de flujo regulado por presión, se distingue de la ventilación en relajación de presión por la creación de una meseta de presión y las posibilidades de producir ciclos, inexistentes en relajación de presión. Los efectos favorables de esta técnica se deben bási- camente a la sincronización de la ventilación mecánica y de la respiración espontánea del paciente, factor de comodidad y de adaptación fácil y rápida. Se advierte sobre todo una disminución de la frecuencia respirato- ria y un aumento del volumen corriente, esencialmente relacionados con la disminución del trabajo total de los músculos respiratorios demostrada con la electromiogra- fía, así como una reducción del consumo de oxígeno. La asistencia inspiratoria alivia entonces a los músculos respi- ratorios realizando una gran parte del trabajo respiratorio. Por otra parte, la disminución de la frecuencia respirato- ria permite reducir la auto-PEP gracias al alargamiento del tiempo espiratorio. Para el kinesiterapeuta, este modo de ventilación permite comenzar con rapidez una rehabilitación respira- toria, sobre todo en los pacientes intubados y ventilados (ventilación dirigida o drenaje de secreciones bronquia- les) en condiciones mecánicas más favorables. Al respecto, más que cualquier otro modo, la asistencia inspiratoria es adecuada en kinesiterapia respiratoria debido al sincro- nismo perfecto entre la necesidad del paciente y el flujo emitido por el respirador. Un flujo de insuflación inicial (velocidad de subida en presión) elevado permite dismi- nuir el trabajo respiratorio, sobre todo en pacientes con resistencias considerables de las vías respiratorias (trabajo respiratorio resistivo al principio de la inspiración). La posibilidad de contar con la asistencia inspiratoria en los ventiladores básicos o de uso domiciliario debería per- mitir en algún momento la sustitución de la ventilación en relajación de presión en varias indicaciones de kinesi- terapia respiratoria en las que el objetivo es un aumento activo del volumen corriente. Relajación de presión La utilización de un generador de flujo regulado por presión asegura un modo de ventilación mecánica que permite la insuflación de un volumen gaseoso en los pul- mones hasta una presión máxima predeterminada. Este modo ventilatorio también se conoce como respiración con presión positiva intermitente (intermittent positive pressure breathing) o ventilación con relajación de presión. Este modo ventilatorio, que consiste en un aumento de la presión inspiratoria (presión positiva) en las vías res- piratorias, favorece la expansión toracopulmonar, no por aumento activo de la presión transpulmonar (fisiológico), sino de forma pasiva, por mayor aumento de la presión alveolar que de la presión pleural (no fisiológico). La mag- nitud de estas variaciones de presión también dependen del paciente: insuflación pasiva o participación inspirato- ria activa durante la insuflación. La espiración, pasiva, lleva al conjunto tórax-pulmón a su posición de reposo: la CRF. La presión de fin de espira- ción en las vías respiratorias es teóricamente nula. Neuroestimulación eléctrica transcutánea (TENS) En un metaanálisis se revela la utilidad de una electro- terapia antálgica de baja frecuencia para el tratamiento del dolor postoperatorio en cirugía torácica [37]. Además, la TENS parece acelerar el restablecimiento y limitar las complicaciones. Los electrodos (dos o cuatro) se colocan a ambos lados de la cicatriz de la toracotomía. Estarían indicadas de tres a cuatro sesiones diarias de 30 minutos de duración. Rehabilitación precoz en cirugía «Definida en la década de 1990 por el equipo danés del profesor Henry Kehlet [3], la rehabilitación rápida des- pués de una cirugía programada (fast track surgery) es un enfoque de atención global perioperatoria dirigida al restablecimiento rápido de las aptitudes físicas y psíqui- cas anteriores y, por tanto, a la reducción significativa de la mortalidad y la morbilidad. Otra consecuencia es la disminución de la estancia hospitalaria» [38]. Los kinesiterapeutas participan en esta modalidad terapéu- tica, no sólo mediante la evaluación de los factores de riesgo en preoperatorio, en caso necesario acompañada por una preparación adecuada, sino también mediante la movilización precoz de los pacientes en la sala de reanimación postanestésica. Esto sería eficaz en la preven- ción de las complicaciones respiratorias postoperatorias al estimular de forma natural la ventilación con ejercicios precoces. � Técnicas de rehabilitación respiratoria para mejorar la aptitud física y la calidad de vida y reducir la disnea de esfuerzo La rehabilitación respiratoria (RR) tiene por objetivo principal mantener un nivel de actividad física diaria sostenido y necesario para el bienestar físico y psíquico del paciente [39]. Sus componentes son la readaptación al ejercicio, la educación terapéutica, la kinesiterapia res- piratoria y el abandono del tabaco, así como el apoyo psicológico, la asistencia social y el tratamiento nutricio- nal si tienen lugar. Readaptación al ejercicio de los miembros inferiores La readaptación al ejercicio de los miembros inferiores es un componente principal de los programas de reha- bilitación respiratoria. Los objetivos son el desarrollo de la capacidad aeróbica de los músculos de los miembros inferiores y la gestión de la disnea para fomentar la rea- nudación de las actividades físicas diarias [40]. Se trata de un entrenamiento personalizado en función de un proto- colo predeterminado, que necesita la vigilancia continua de los parámetros clínicos y constituye un tiempo parti- cular de la educación del paciente para el autocontrol de la disnea de esfuerzo. Principios de entrenamiento Los principios de entrenamiento se basan en el fenó- meno de sobrecompensación, que permite el aumento de las reservas energéticas y las capacidades musculares cuando los esfuerzos son suficientemente intensos y repe- tidos [41]. EMC - Kinesiterapia - Medicina física 9 E – 26-500-A-10 � Técnicas kinesiterapéuticas en rehabilitación respiratoria Principio de personalización Para ser óptimo, un entrenamiento debe basarse en las características personales y en la aptitud física del paciente. Sin embargo, el nivel ideal de entrenamiento es motivo de debate y en la práctica se aplican diversos protocolos. Numerosos equipos usan una frecuencia car- díaca diana basada en el SV1 [42], el umbral de disnea o un porcentaje de la FC máxima. Principio de especificidad Cada tipo de entrenamiento desarrolla aptitudes mus- culares específicas. Así, la readaptación al ejercicio de los miembros inferiores mejora la aptitud aeróbica y, de forma más moderada, su fuerza. Según el tipo de ergómetro, los rendimientos aumentan en grupos musculares espe- cíficos: por ejemplo, cadena de extensión (cuádriceps, isquiosurales, tríceps sural). Principio de sobrecarga (o de progresividad) Para mantener elfenómeno de sobrecompensación, el nivel de entrenamiento debe aumentarse de forma regular y casi sistemática, modificando la duración o la intensidad de las sesiones de readaptación. Principio de alternancia entre trabajo y descanso Indispensable en la sobrecompensación, el descanso debe tener un lugar bien identificado en los programas de readaptación. Asimismo, la progresión no puede ser permanentemente creciente, y es indispensable prever entrenamientos ocasionales más cortos o menos intensos. Principio de periodicidad Es un corolario lógico de los principios precedentes, porque hay que combinar los principios de sobrecarga y de alternancia entre trabajo y descanso para permitir una progresión óptima. Se trata entonces de dividir un programa de readaptación en tres niveles de ciclos: • los microciclos corresponden a la programación sema- nal de las actividades de readaptación al ejercicio, a la sucesión de las sesiones y a su naturaleza; • los mesociclos corresponden a períodos concentrados en varias semanas, como los «cursos de iniciación»; • los macrociclos corresponden a la planificación de las actividades físicas en varios meses, que incluye el curso de iniciación y los períodos de «confirmación del aprendizaje» o «posrehabilitación», que podrían pre- ceder en ocasiones a los períodos de descanso de las actividades físicas. Modos de entrenamiento Entrenamiento continuo Es el método de entrenamiento más común. Tras un período de aumento gradual de potencia, se trata de man- tener un nivel de esfuerzo en meseta. Ésta finaliza con una disminución progresiva. Entrenamiento fraccionado Basado en los principios del entrenamiento a intervalos, consiste en la alternancia de períodos cortos de entrena- miento con un nivel de potencia elevado y de períodos más largos de esfuerzo de menos potencia e incluso de reposo. Tipos de ergómetros En los programas de readaptación al ejercicio, pueden usarse diversos tipos de ergómetros. La bicicleta ergomé- trica es el dispositivo que más se emplea en la práctica y el más estudiado. Permite entrenamientos dirigidos a los músculos extensores de los miembros inferiores, con niveles de resistencia finamente calibrables gracias a las tecnologías actuales. La posición sentada evita los pro- blemas de equilibrio y permite el apoyo de los miembros superiores en el manubrio, incorporando el trabajo de los músculos escapulares e inspiratorios accesorios. La mar- cha en cinta rodante es un trabajo con carga que exige más a la función de equilibrio que la marcha normal y genera un consumo de O2 a menudo más elevado que un entrenamiento en cicloergómetro. También pueden usarse ergómetros elípticos y remoer- gómetros que asocian un trabajo de los miembros superiores, así como escalones, plataformas vibratorias, etc. Técnicas complementarias Cuando el paciente encuentra grandes dificultades en la readaptación al ejercicio, pueden asociarse diversas téc- nicas de entrenamiento complementarias [40, 43]. Readaptación con ayuda de VNI La readaptación al ejercicio con ayuda de la ventilación no invasiva es una técnica de elección en una situación de descompensación. Debe preferirse en los pacientes que están bien adaptados a la VNI. Gracias a la disminución de la hiperinsuflación dinámica, permite reducir de forma notable la disnea de esfuerzo. Readaptación con oxigenoterapia La readaptación al ejercicio con oxigenoterapia es indis- pensable en los pacientes afectados por una insuficiencia respiratoria, aunque algunos equipos también la usan en pacientes que están normoxémicos en reposo pero con baja saturación de oxígeno durante el esfuerzo. Entrenamiento de los miembros superiores En las enfermedades respiratorias crónicas, la alteración muscular periférica afecta poco a los miembros superio- res. Sin embargo, los pacientes con patología obstructiva presentan con frecuencia una repercusión ventilatoria particularmente disneizante al elevar los miembros supe- riores. Por lo tanto, un programa de rehabilitación respiratoria debe incluir métodos específicos de entrena- miento de los músculos de los miembros superiores [40, 43]. Trabajo en cadena cerrada Esta primera etapa es indispensable para la progresión, en particular, de los pacientes con patología obstructiva que desarrollan disnea al subir los miembros superiores. El trabajo en cadena cerrada permite invertir la acción de los músculos escapulares que, con un apoyo firme de los miembros superiores, se convierten en eficaces elevadores de las costillas. Trabajo en cadena semicerrada Materiales simples como bastones, balones y correas elásticas, pero también algunos ergómetros (cicloergóme- tros de brazos, banco de musculación, etc.), permiten un trabajo de los miembros superiores con elevación en cadena semicerrada, es decir, con un apoyo no firme de los miembros superiores. Estos ejercicios se efectúan de forma gradual porque son más disneizantes que el trabajo en cadena cerrada. Trabajo en cadena abierta El trabajo de los miembros superiores se efectúa con movimientos sin apoyo, en elevación, con o sin mate- rial. Permiten un ejercicio centrado en las habilidades (por ejemplo, malabarismo) y en la resistencia de los miembros superiores en elevación. Entrenamiento de los músculos ventilatorios Aunque se han desarrollado numerosas modalidades de entrenamiento de los músculos ventilatorios, sólo se usan dos tipos de dispositivos: las válvulas de umbral y la hiperpnea isocápnica. 10 EMC - Kinesiterapia - Medicina física Técnicas kinesiterapéuticas en rehabilitación respiratoria � E – 26-500-A-10 Figura 2. Entrenamiento de los músculos inspiratorios con vál- vula de umbral. A veces se distinguen como modos de entrenamiento en fuerza y resistencia, respectivamente. Sin embargo, esta distinción es teórica, porque en la práctica el tra- bajo cíclico de los músculos ventilatorios hace ilusorio un entrenamiento específico en fuerza, en la medida en que los protocolos de entrenamiento de las válvulas de umbral incluyen una progresión en intensidad y duración. Los dispositivos con boquilla deben evitarse porque no permi- ten una calibración precisa ni un entrenamiento con carga constante (ya que ésta depende del flujo ventilatorio). El entrenamiento de los músculos inspiratorios figura entre las principales recomendaciones sobre la rehabilitación respiratoria de las EPOC [40, 43]. Entrenamiento de los músculos inspiratorios con válvula de umbral Existen varios dispositivos con válvula de umbral para el entrenamiento de los músculos inspiratorios a un nivel fijo determinado por la compresión de la válvula por un resorte y, por tanto, independiente del flujo inspirato- rio. Con estos dispositivos se han desarrollado numerosos protocolos de entrenamiento, tanto continuos como frac- cionados (entrenamiento a intervalos), más acordes con el entrenamiento de los músculos inspiratorios. Sería pertinente una frecuencia de 20-30 minutos por día con una carga del 30-50% de la PImáx (presión inspi- ratoria máxima) en un período de 6 semanas a 1 año de duración [44]. El objetivo principal de esta técnica es aumentar la PImáx, que contribuye a desarrollar el VO2 pero también actúa sobre el mecanismo de la disnea [45] (Fig. 2). Entrenamientoen hiperpnea isocápnica Un dispositivo específicamente creado (Spirotiger) combina un aparato de entrenamiento con retroalimenta- ción visual y sonora, para incitar a movilizar un volumen determinado a un ritmo seleccionado, y un balón de reinhalación del aire ya espirado, para evitar la hipo- capnia por hiperventilación. Este tipo de entrenamiento tiene por objetivo principal desarrollar la resistencia de los músculos inspiratorios y espiratorios, aunque también contribuye al desarrollo de su fuerza (PImáx y PEmáx [pre- sión espiratoria máxima]). Fortalecimiento de los músculos periféricos El fortalecimiento muscular periférico, sobre todo de los miembros inferiores, permite un trabajo especí- fico de la fuerza, complementario a la readaptación al ejercicio en resistencia, aunque también más analítico y por tanto preparatorio para un entrenamiento más global [40, 43]. Protocolos de fortalecimiento muscular activo Se han descrito numerosos métodos de fortalecimiento muscular activo con aplicaciones en todos los campos de la kinesiterapia. Hoy en día se aplican el fortaleci- miento con carga de los miembros inferiores o técnicas isocinéticas. Si bien no existe un consenso real sobre los protocolos de fortalecimiento muscular en RR, muchos equipos se apoyan en las recomendaciones estadouniden- ses (American College of Sport Medecine). Basadas en la evaluación de la 1-RM (repetición máxima única), para el fortalecimiento muscular de pacientes con una deficiencia muscular proponen: • combinar las contracciones concéntricas, excéntricas e isométricas; • ejercitar los grandes músculos antes que los pequeños; • ejercitar los músculos poliarticulares antes que los monoarticulares; • efectuar contracciones de alta intensidad antes que con- tracciones de baja intensidad; • efectuar de dos a tres sesiones por semana. En cada sesión, efectuar 8-12 repeticiones al 60%, separadas por 1-2 minutos de descanso. Electroestimulación excitomotora Aunque la electroestimulación excitomotora se usa desde finales del siglo XIX, su aplicación en el tratamiento de las disfunciones musculares periféricas vinculadas a las enfermedades respiratorias crónicas es contemporánea del desarrollo de la rehabilitación respiratoria. Además de la amiotrofia que suele observarse en las enfermedades respiratorias crónicas, la hipoxemia tiene consecuencias específicas como la reducción de la conduc- ción neuromuscular, la reducción del trabajo de las fibras y la disminución de la respuesta muscular a los estímulos (fibras III y IV, pérdida de la sabiduría muscular). La electroestimulación excitomotora se puede efectuar en los pacientes más desadaptados que padecen amiotro- fia grave. Es un método de entrenamiento segmentario posible de efectuar después de una descompensación o, incluso, durante una exacerbación, con el fin de prevenir el agra- vamiento de la disfunción muscular periférica. Debido a que las contracciones son eléctricamente inducidas y analíticas, son compatibles con la fatiga general. Los aparatos de electroestimulación deben emitir impulsos rectangulares de corta duración (400 �s), bene- ficiosos en términos de comodidad y eficacia, y con mediana nula para evitar cualquier riesgo de quemadura galvánica. Las frecuencias de 20-40 Hz favorecen a las fibras de tipo I, y las de 40-60 Hz, a las fibras de tipo II. Los electrodos de superficie suelen ser de uso único. Hay varios montajes posibles: • monopolar: un electrodo indiferente (de dispersión de gran tamaño) y un electrodo excitador; • bipolar: electrodos excitadores en los puntos motores; • una combinación de ambos métodos. Gimnasia específica en rehabilitación respiratoria La gimnasia es un fundamento histórico de la kinesite- rapia. En rehabilitación respiratoria es un complemento útil de los métodos más clásicos y protocolares de rea- daptación. El método VITAGYM propone cinco temas complementarios (fortalecimiento muscular, trabajo de los miembros superiores, estiramientos, respiración y equilibrio) cuya actividad se centra en la creatividad de los pacientes, su proceso de aprendizaje y las relaciones con las actividades de la vida diaria a efectos de establecer una educación del movimiento. Teniendo en cuenta las EMC - Kinesiterapia - Medicina física 11 E – 26-500-A-10 � Técnicas kinesiterapéuticas en rehabilitación respiratoria Cuadro 1. Síntesis de las técnicas de kinesiterapia respiratoria en relación con los objetivos de rehabilitación, con sus criterios de elección y sus criterios de eficiencia. Criterios de elección tecnológica Técnicas aplicadas Criterios de eficacia y de eficiencia de las técnicas Criterios de evaluación del resultado del tratamiento Acumulación de secreciones bronquiales Reología de las secreciones Obstrucción (curva flujo-volumen) Restricción CV (EFR) Localización de la congestión bronquial Disnea (Borg, EVA) Gases en sangre Capacidad de drenaje bronquial Autónomo AFE ± postura preferente Aerosolterapia Broncodilatador-PEP Aumento del volumen inspirado por ventilación mecánica invasiva o no Aspiración Modificación de los ruidos respiratorios (avance de las secreciones) Expectoración Ausencia de cansancio Sin agravación de la disnea, de la obstrucción o de posibles trastornos de los Gases en sangre Inmediato: Mejora la auscultación (roncus y estertores crepitantes) Mejora la disnea A largo plazo (en caso de cronicidad): – drenaje bronquial autónomo eficaz – calidad de vida mejorada Ventilación Localización de las zonas de hipoventilación Capacidad de aumento espontáneo del volumen corriente y CV Disnea (Borg, EVA) Gases en sangre Causas de la hipoventilación (fisiopatología) Ventilación localizada y ventilación dirigida Espirometría incentivada Aumento del volumen inspirado por ventilación mecánica invasiva o no PEP Gimnasia torácica Masaje descontracturante Aumento del Vt y de la CV Mejora de la ventilación en la zona hipoventilada Simetría de la ventilación Inmediato: – disminución de la disnea – mejora de las EFR – mejora de las radiografías torácicas – mejora de los Gases en sangre A largo plazo: – estabilidad clínica y funcional – adaptación de la VNI a largo plazo Hematosis Gases en sangre Pulsioximetría EFR (causas fisiopatológicas): – capacidades de aumento espontáneo del Vt y de modificación de la ventilación – obstrucción Oxigenoterapia Aumento del volumen inspirado por ventilación mecánica invasiva o no PEP o labios fruncidos Ventilación dirigida Mejora de los gases de la sangre Disminución de los signos clínicos de hipoxemia y/o de hipercapnia Aumento de la ventilación alveolar (disminución de la frecuencia y aumento del Vt) Inmediato: – disminución de la disnea – normalización de los Gases en sangre o regreso a la situación de estabilidad en caso de IRC – ausencia de intubación en caso de situación aguda A largo plazo en caso de IRC: estabilidad clínica y funcional Disnea Umbral (FC o disnea) Tipo de ejercicio Resistencia inspiratoria Disnea (Borg, EVA) Oximetría Readaptación al esfuerzo (marcha en cinta rodante, cicloergómetro, ejercicios de los miembros superiores, balneoterapia) Fortalecimiento de los músculos respiratorios (umbral, etc.) Respiración al ritmo del esfuerzo Disnea (Borg, EVA) Oximetría Ausencia de signos de IRA Inmediato: – mejora de la calidad de vida – mejora de la tolerabilidad al esfuerzo (prueba de marcha de 6 min, resultados de la PECP) – aumento de las posibilidades físicas funcionales A largo plazo: persistencia de los criterios antes mencionados Educación Según necesidad