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Breve noticia histórica de los usos, costumbres y religión de los habitantes del pueblo de Calamar Tomada de los fragmentos de una antigua crónica inédita de agustinos de Cartagena, por fray Alonso de la Cruz Paredes Juan José Nieto PRESENTACION los estudiosos a reflexionar sobre este inquie- tante y revolucionario enigma que replantearía "Breve noticia histórica de los usos. costumbres gran parte de las hipótesis existentes sobre el y religión de los habitantes del pueblo de Ca- desarrollo cultural de nuestros aborígenes. El lamar' es un ensayo que sirve de introducción a ensayo de Nieto contiene. por otra parte, una Ingermina o la hija de Calamar, del General bellísima descripción de prácticas folclóricas Juan José Nieto. primera novela de la literatura que podrían ser re tomadas con buen éxito en colombiana. Se trata de un interesante texto que nuestras fiestas populares: por ejemplo, una enfoca la cultura precolombina de los bizarros danza sobre el tema de la coronación del nuevo indios calamaríes que, antes de su extinción a Cacique de Calamar en el Carnaval de Ba- raíz de la gesta conquistadora. ocupaban la parte rranquilla. De la novela que contiene este norte del actual departamento de Bolívar y casi ensayo sólo existen ejemplares originales en dos todo el departamento del Atlántico. Creo que sus sitios: la Biblioteca Nacional, en Bogotá, y la pocas páginas bastarán para reconocer en Nieto Biblioteca de la Universidad de Yale: es la pri- -mulato nacido en Thbará que llegó a ser Presi- mera vez que este texto se publica en Colombia. dente de la República-, a uno de los pioneros de Uegar hasta élfue posible gracias a los auspicios los estudios etnográJicos en Colombia. Como se que Colciencias y la Universidad del Norte le observará. combinó la actividad política con la han brindado al programa de investigación de la investigación científica de la sociedad costeña: historia musical costeña dirigido por quien cosa rara hoy ctLando la mayoría de los políticos presenta este artículo: igualmente, ha sido va- regionales se distú1guen por su alejamiento de liosa la colaboración de Carlos M. Pardey y las disciplinas intelectuales y la vida acadé- Remando Parra en la recuperación de una parte mica. Para escribir esta joya de la antropología importante de nuestro patrimonio cultural. costeña. Nieto se basó en una crónica. que no ha llegado hasta nosotros. del agustino Fray Alon- Adolfo González Henríquez so de la Cruz Paredes. nombre que posiblemente encierra un error de imprenta, y tal vez se refiera a Fray Alonso García Paredes de la Cruz, fun- SIRVIENDO DE INTRODUCCION dador del Convento de la Popa en Cartagena: a su A ESTA OBRA vez, el fraile agustino se basó en una "Memoria antigua de este pueblo", es decir. de Calamar. El pueblo de Calamar era. antes de la conquista. ¿Un desconocido Popol Vuh costeño? Invito a lo que es hoy la ciudad de Cartagena en la Nueva Huellas 28. Uninorte Barranquilla 52 pp. 52-59. Abril, 1990. ISSN 0120-2537 1 1111-"" ..~:;¡.I llamada Tarpanaxy o consejo de los escogidos que ayudaba con su dictamen al Cacique. quien podía o no seguirlos. A excepción de los indios de Turbaco que eran inquietos, valientes. y de genio indomable. el Cacique de Calamar tenía alianza con los otros pueblos de Carex. Matarapa, Cocon, y Cuspique. situados en las márgenes de la bahía, y Bobaire* inmediato al puerto, cuyos aliados celebraban sus asambleas cada doce lunas. presididas por el de Calamar. Este pueblo adoraba al Sol. pero prestaba un culto especial a la Luna. porque conocía alguna parte de la influencia de este astro sobre la na- turaleza. En cada luna nueva, había una de- mostración de regocijo. anunciada por el jefe de los ministros del templo, a quienes se daba el nombre de Mohanes Capahíes, o Adivinos espi- rituales. cuyas imposturas gozaban de un gran poder en el ánimo del pueblo. Por eso, aunque muy absoluta fuese la autoridad del soberano. éste tenía que tolerarlos, y aun sostenerlos, a fin de hacerlos adictos a sus miras. Los caneis o templos eran bastante ricos: en ellos, habitaban los ministros. para cuidar las ofrendas. Estas. siendo de oro o plata. se CUS- Representación del árbol del cacao. Paris. 1558. (Las ilus- todiaban en un santuario, pudiendo usar de ellas traciones de este articulo son tomadas de Noticias 1 . secretas y públicas de América. edición de Emir Rodñguez e Cacique. para las urgencias publicas: y las de Monegal. Tusquets/Circulo. 1984). frutos. servían para el sostenimiento de los sa- cerdotes. Estatuas informes representaban los buenos y malos Genios: las que representaban Granada.* Entre todas las parcialidades de in- los primeros. tenían un aspecto de mayor ele- dios que había en sus inmediaciones. la de Ca- gancia; mas las de los segundos. tenían una lamar era la más numerosa, la más fuerte. y la fisonomía feroz. con adornos análogos a su ca- más civilizada: pues sin embargo de ser natu- rácter. Los calamareños, que atribuían poder ralmente pacífica. la pequeña parcialidad de sobrenatural igual a cada uno. se encomendaban Cana pote y otras. estaban bajo la dependencia de a todos, y les ponían ofrendas indistintamente su Cacique. para hacérselos propicios. El gobierno de este pueblo como el de todos los Por una costumbre rara. y benéfica a la hu- indios, era absoluto: pero tenía una corporación manidad, los sacrificios humanos no tenían lu- gar en sus templos. aunque eran autorizados por el culto. La víctima destinada por el consejo de .Véase sobre este particular la Geografia de C~gena y su provincia. publicada por el mismo autor de esta obra el año de 1839. .Hoy Isla de Barú. 53 los ministros. podía rescatarse ofreciendo en su que el marido. quien si a su regreso las encon- lugar cualquier animal acompañado de una traba embarazadas. tenía que reconocer los hi- ofrenda: el primero. era consumido en el altar jos como legítimos suyos. por las llamas. y la segunda. se incorporaba a la masa común. Por un uso bizarro de este pueblo. La industria fabril no les era absolutamente el joven que hubiese sido escogido para el sa- desconocida -ellos construían canoas para su crificio. se rescataba a sí ya toda su generación y pesca. y trabajaban el oro y la plata con buen amigos. presentando un tigre muerto. que era la suceso; pues en una Memoria antigua de este fiera más temible entre ellos. revistiendo el sa- pueblo se asegura. que en la fábrica de tejidos y cerdote al agraciado con la piel. como un dis- adornos. excedían en mucho a los demás de su tintivo honroso de su valor. Generalmente los comarca. Entre estos indios. las mujeres traba- calamareños hacían las ofrendas más costosas jaban más que los hombres- éstos. fuera de la al mal genio. a quien suponían feroz y descon- pesca y la caza. se desentendían casi de las de- tentadizo. mientras que al bueno. sólo le pre- más ocupaciones. En sus canoas. aunque mal sentaban flores y frutos. construidas por carecer de herramientas al pro- pósito. recorrían no sólo la bahía. sino una gran Como no carecían de una idea aunque im- parte de la costa de norte y sur. para mantener la perfecta de la otra vida. cuando alguno moría. se comunicación con las otras parcialidades. en le sepultaba con su macana. arco y flecha. y de- uno y otro lado de Calamar. supliendo su fuerza más instrumentos de su labor para que le fuesen y agilidad. la falta de útiles que hacen más fácil útiles. y además. cuanto oro y plata se recogía y segura nuestra navegación. Dentro de la bahía entre los parientes. lo cual quedaba en beneficio y en los otros lagos que forma el mar de este te- de los ministros espirituales. que lo recibían con rreno. se servían de balsas o jangadas tan có- el pretexto de entregarlo al buen genio. para que modas y capaces. que generalmente cubrían con se encargase de la asistencia del muerto en el techos de palmas las que usaban los pescadores: otro mundo. porque estos llevaban consigo sus mujeres e hi- jos durante el tiempo que ocupaban en la pesca. y Había entre los sacerdotes unosllamados allí como si estuviesen en sus propias casas. ha- Jadcadhíes. que profesaban la vida monástica. cían todo el servicio de familia. mortificándose con ayunos y maceraciones; el pueblo. les atribuía la virtud de las maravillas y Cuando moría el Cacique soberano. se convo- el espíritu profético. cuya opinión. alimentaban caban los jefes de los aliados en el pueblo de ellos por medio de mil ceremonias e imposturas. Calamar. y unidos al jefe de los ministros del Como por la ley todas la mujeres debían tener culto. procedían a la inauguración del príncipe hijos. las que por devoción se querían retirar a heredero. Este. se present$a danzando a la ca- vivir reclusas en los templos. estaban obligadas beza de su comitiva armado del arco. flecha y a unirse a cualquiera de esos monjes. sin cuyo macana. Subido a un andamio. el Gran Capahíe requisito no se les permitía la abnegación. Los le cortaba la cabellera. que se quemaba en holo- hijOS varones de esa clase de matrimonios. eran causto. la mitad al buen genio. y la otra mitad al dedicados al culto. y las hembras quedaban en malo. a fin de que el nuevo cacique contase con libertad de ser madres. la ayuda de ambos. para gobernar su pueblo. Enseguida. se le pintaban en el cuerpo ciertos Los indios de Calamar. siguiendo la costum- caracteres geroglíficos con colores significa- bre de los otros pueblos de América. permitían la Uvos. se le colocaba el gorro de plumas de ga- poligamia. Cuando un marido tenía que salir a rzota blanca adquiridas por el príncipe mismo. un viaje largo. repartía sus mujeres entre sus guarnecido de oro y otras riquezas. su collar y amigos. si él. o ellas no tenían parientes que se brazaletes de lo mismo. y una costosa manta en encargasen de sostenerlas: durante su ausencia. forma de capa arrastrando hasta el suelo. Con los recomendados. en cambio de la manuten- estos atavíos y una serpiente de oro en la mano. ción. ejercían sobre ellas los mismos derechos emblema del poder supremo. el Gran Capahíe. 54 111818 - anunciaba al pueblo que ya tenía un nuevo so- berano. Entonces, la multitud prorrumpía en gritos de alegría acompañados del sonido de fotutos, caracoles, y otros instrumentos de su invención. Concluido el estrépito, por orden del Gran Capahíe se procedía a la ceremonia de ho- menaje. Los Grandes, cada uno a su turno. tem- 1 d 1 d 1 fl h d . d 1\1cán. ave desconocida en Europa, Pans. 1558.p an O e arco arma o con a ec a, espues e varias mudanzas lo ponía a sus pies, echándose en tierra, de donde no se levantaba, hasta que el Cacique no lo tocaba con la serpiente de oro, ter- minando con disparar la flecha en el aire. Toda En tiempo de guerra, el cacique salía man- esta ceremonia tenía por objeto demostrar, que dando el ejército en persona, y tenían por un estaban dispuestos a defender y sostener su jefe presagio del triunfo, el que el primer enemigo tanto en la paz como en la guerra. El pueblo pres- fuese muerto por su jefe. quien para alentarlos taba homenaje colectivamente. A la voz del Gran con tal preocupación, se los hacía creer aunque Capahíe, se acostaban bocabajo todos en el sue- no fuese cierto. En cuanto a los trofeos de la vic- Io: entonces, el Cacique poniéndose de pie, tiraba toria, no imitaban en esto a los indios del Sinú, la serpiente en medio de la multitud. y aquel so- que los hacían consistir en colgar las cabezas de bre quien caía. anunciaba que el príncipe les los muertos en sus andas y en sus casas. co- permitía levantar. El indio que cogía la ser- miéndose después los cuerpos. Los trofeos de los piente era hecho noble en el momento. se le ob- calamareños. consistían en traer de regreso de la sequiaba con un regalo. y se le incorporaba a la campaña, cuantos enemigos de ambos sexos pu- comitiva real. En seguida. paseaban el cacique diesen haber vivos con todo lo que poseyesen. en andas por las calles. y lo conducían a su casa. haciéndolos entrar en gran pompa. junto con el donde repartía dádivas al pueblo, durante la ce- ejército vencedor. De estos prisioneros, se toma- lebración. que era de muchos días. ba uno que era sacrificado al mal genio como al genio de la guerra en reconocimiento del triunfo, Aunque de antemano tuviese el príncipe sus y ~os demás se hacían esclavos ,del cacique desti- mujeres, el día de su inauguración, debeía elegir nandolos a su servicio. despu,es d: haber rega- una que participase con él del homenaje del pue- lado algunos. a los jefes de mas me.r:to. o a sus blo como soberana en cuya elección ejercían amigos favontos. Las mujeres tamblen tomaban su~ intrigas los jefes 'de los aliados, pretendiendo las armas. cu~ndo lo ~xigía imperi~Same~te la cada cual este honor para su casa. defensa del pals; y habla de ellas, quIenes dISpU- taban a los hombres la audacia, el valor. y las re- , compensas.En este pueblo. la usurpacion no era un delito: el ,pretendiente al poder supremo. que tuviese Los padres de familia eran muy respetados; mas fuerza que ~u competidor. si,llegaba a ven- ellos tenían gran autoridad sobre sus hijos. c~rle. se le rendm .~asallaje. no solo con respeto mientras éstos no llegasen a tener mujeres que SillO con admiraclon; porque sea que lo obtu- mantener. pues entonces se independizaban de viese con justicia. o sin ella. su valor y su fuerza la potestad paterna. El primogénito era el privi- le daban derecho a ser temido y a legitimar su legiado. y a quien se transmitían los derechos autoridad. del padre sobre la familia. tan pronto como éste moría. o porque se los delegase en vida. Los calamareños pagaban tributo al cacique una vez cada doce lunas: los ricos, en metales Aunque la poligamia estaba en uso. todo preciosos. los labradores. en frutos, y los pobres. hombre elegía una predilecta. que hacía con él de servían con su trabajo personal en proporción cabeza de casa para gobernarla. y no podía repu- del valor del que les correspondiese. diarIa sino por causas determinadas que atraían 55 -~- - -~- -e"'" -~ c - -:.;¡;;~t~~~- puerta de la casa del padre de la ca1amarefia, era"cc c:,,:... O" : el signo de aprobación, -una macana desnuda en el mismo lugar, el de la negativa. En este último caso, el pretendiente se mostraba de due- lo, y 10 acompafiaban en su pesar sus parientes y amigos. Estos, se tomaban varias veces la que- rella por suya, y declaraban la guerra a los de la pretendida, decidiéndose la cuestión por las vías de hecho. Esta contienda era libre, y la autoridad no tomaba parte alguna en ella, con tal que los contendores fuesen iguales en fuerza. Si el consejo de familia aprobaba la unión propuesta, el arco y flecha que servía de signo demostrativo, tenían su uso en manos del joven indio. Con ellos hacía el TaguanaJá, o correría de los amores, que duraba una creciente de luna, en cuyo término, el pretendiente recorría los montes inmediatos, hasta traer algunos ani- Fauna salvaje de América, 1671. males matados con la flecha y que presentaba a su amada: siendo más meritorio este presente, cuando era de los animales más feroces, pues por esto, juzgaba la familia de su destreza y habili- dad. Cumplida esta empresa que le hacía digno la infamia. Esta mujer se reputaba por la duefia de su querida, era admitido en la casa mientras de los amores del hombre que la elegía: y para se celebraba la ceremonia nupcial. verificar esta unión, había convenios entre los padres de ambos, que se efectuaban con ciertas En la noche del día prefijado, y a la claridad solemnidades que no se acostumbraban con las de la luna a cuya influencia creían más visib1e- demás compafieras del indio. Tan pronto como mente sometidas las mujeres, ambos esposos el ca1amarefio declaraba su pasión a la joven, y acompafiados de sus parientes y amigos, se diri- se aseguraba de su correspondencia, el primer gían al templo en gran solemnidad: y a la hora paso que daba era comunicar10 a su padre, para en que los rayos penetraban por la puerta hasta que éste solicitase el consentimiento de los pa- el altar, delante del ministro y conducido cada dres y parientes de la presunta.Toda la familia esposo por su padre, se juraban la fe conyugal, en se reunía, para deliberar sobre la ventaja o des- presencia del astro benéfico de la noche, que se- ventaja que podía resultar del enlace propuesto, gún ellos, bendecía esta unión. Después, dejaban en virtud a que la mujer debía llevar al poder de una ofrenda que consistía en dos animales ma- su marido una dote que se recogía entre sus pa- cho y hembra, elegidos para este objeto los más rientes, si los padres no podían proporcionar la mansos adornados de flores, y se retiraban a la por sí mismos. En el silencio de la noche que se casa de la novia, pues aún no tenía derecho de prefijaba era que el padre del joven iba a recibir llevárse1a su marido. Este, para obtener 10 , atis- la respuesta de 10 resuelto por el concejo de fa- baba como el que hurta, la hora en que de acuer- milia. Un arco y flecha engalanado de flores, y do con ella, pudiese arrebatar1a de la concurren- cortezas de hoja de pifiue1a,. suspendido a la cia sin ser vistos. Desde que se notaba la falta, cesaba la diversión, y los padres de la desposada hacían demostraciones de sorpresa, por una ..desaparición que no les era desconocida, y a que.La corteza de la hoja de esta planta cuando está en sazon, h trib . l aún ellos mismos muc as veces con ulan otiene un color rojo tan exquisito que casi se asemeja a a .daban lu g ar. Estos casamientos eran bastantes purpura. 56 r:, raros; y se teman en gran concepto las personas ban sus medicinas haciendo uso de ciertos exor- que los celebraban. cismas sobre el enfermo. por cuya causa. los in- dios les atribuían una virtud sobrenatural e in- Las demás mujeres de los indios que eran visible de sanar las dolencias. Cuando hacía como sus concubinas. las tomaban con el con- alguno una curación. se le regalaba por los ricos. sentimiento de ellas mismas; y la única forma- además de otras cosas, una alhaja de oro o plata 1idad que se usaba era la de participar10 a los que representaba la parte que había sido sanada padres de la elegida. para que la permitiese sacar -estas dádivas las llevaban colgadas al cuello. su lecho. y la diesen los útiles con que debía tra- por medio de una cadena. y la reputación de buen bajar para ayudar a su marido. Era un deber de médico. consistía en el mayor o menor número la madre acompañar1a a la casa de éste. y entre- que tuviesen de ellas los facultativos. Los pobres gárse1a para ser incorporada a las demás de que pagaban sus curaciones con frutos o con su ser- se componía la comunidad. Las ca1amareñas, vicio personal. pues el destino del indigente es el naturalmente dóciles y de buen carácter. vivían mismo. así en las naciones civilizadas como en como hermanas con sus compañeras de suerte. las incultas. con una corta diferencia. aunque es verdad. que en estos pueblos ha sido siempre muy humilde la condición de las mu- Había en este pueblo y sus aliados unos per- jeres. sonajes de gran importancia. que eran respe- tados hasta de los sacerdotes. gente que en todas No era desconocido entre los ca1amareños el las naciones ha pretendido la supremacía. Estos arte de la medicina. que ejercían por medio de personajes se llamaban mohanes o adivinos, sustancias vegetales y minerales. Dábase a los que equivalían a los que en la ignorancia del médicos el nombre de Mohanes Alcua Jabana. o antiguo mundo se denominaban nigrománticos. adiVinos de la vida y de la muerte. Ellos ap1ica- Los mohanes asistían a los consejos de los an- cianos, eran favoritos de los caciques, consul- tores de los ministros del templo ejercían siem- pre el empleo de embajadores o mediadores en las guerras y disputas; porque reputándo10s por los intérpretes de la Providencia. se tenía por infalible cuanto ellos aseguraban: en fin. el pue- blo los consideraba como unos genios terrestres y como seres privilegiados desde esta vida por la divinidad. Estos impostores. usaban por dis- tintivo en sus gorros. plumas verdes de papa- gayo. (ave entre los indios reputada de inteli- gencia) , y un báculo. de que se servían para marcar en la tierra los signos cabalísticos de sus pretendidas adivinaciones. con que engañaban a sus supersticiosos conciudadanos. Los ca1amareños usaban licores fermentados hechos del jugo de plátanos. maíz. yucas. piñas. piñue1as,. y otras raíces o frutas suculentas; y por medio de incisiones. hacían destilar un licor La ilustración más antigua de una mazorca de maíz. En His- toria natural de Oviedo, Sevilla, 1535. .De esta fmta hay dos clases, unas que nacen en el tallo de la mata y otras en la raíz, que se llama pmuela de tierra. Esta última es más apreciable. S? --. jurcana, o Bosque de los muertos, como llama- ban los cementerios, estaba poblado de corpu- lentos árboles seculares, cuya sombra producida por el ramaje semejante a una bóveda de ver- dura, y el sordo susurro producido por el viento, infundía a los indios tal temor y recogimiento, que muchos hablaban a sus muertos, creyendo en la fantasía ver sus sombras errantes por me- dio de los inmensos troncos, que se asemejaban a las columnas de un soberbio y encantado tem- plo. El cementerio se tenía bastante retirado de La planta del tomate (pom- la población. Después de los once días de en- mes d'amour) Lyon, 1579. terrado o quemado el cadáver, era prohibido ha- blar más del difunto, ni bueno ni malo; porque decían, se profanaba su memoria, que pertenecía ya a la región de los genios.. agradable de las hermosas palmeras abundantes A la muerte del cacique, se practicaba estas en este país, que producen una nuez llamada mismas ceremonias, aunque con más solem- "corozo" destinada a varios usos. nidad; y como siempre su cadáver era consumido por el fuego con todos sus tesoros, el príncipe he-Las casas de estos indios eran de forma cir- redero era quien encendía la pira para evitar un cular, cubiertas de palma y cercadas de palos y fraude. Mientras se celebraba la inauguración barro, teniendo una galería o corredor que las del nuevo soberano, los grandes de la comitiva hacía sombrÍas y frescas. del predecesor custodiaban las cenizas en gran pompa fúnebre, y con la misma, las colocaban Muy respetable era la memoria de los muer- en el bosque de los muertos en un lugar propio de tos: estos eran enterrados o quemados, según la la grandeza del cacique. Para éste no se escogía voluntad que expresaba el indio a su falleci- quien publicase sus obras, y aunque pasasen los miento. El cadáver se vestía y pintaba con co- once días, todos tenían derecho de hablar bien o lores significativos, prefiriendo siempre los que mal del difunto: su memoria pertenecía al pue- el muerto usaba más comúnmente en la vida. De blo para que arreglase sus acciones el nuevo este modo, se exponía por unas horas al público príncipe, quien en honra de su padre, procuraba y su familia. Escogíase, de entre sus parientes o acallar con dádivas y aun con amenazas, a los amigos, uno que refería todas sus obras, esme- que le acusaban de alguna obra mala. rándose en que las buenas accediesen a las ma- las. Después, lo llamaba once veces por su nom- El cadáver del indio o india que moría soltero bre en alta voz, cuya operación repetía por once llevaba la cabeza descubierta, y el de los casados soles en la sepultura, o en el lugar donde se de- bien por matrimonio solemne o por el concubi- positaban sus cenizas. En estos once días, guar- nato, además de adornada, se le ponía alrededor, daban duelo las mujeres del difunto, terminados tantas palmas cuantos hijos habían tenido. Al los cuales, quedaban en libertad de usar sus ga- fallecimiento del padre de familia, había entre las y parecer bien a otros hombres. Siempre se los dolientes una ceremonia llamada Cuxpana, colocaban los sepulcros, al pie de árboles,. o se o la cena de los muertos, que consistía, en un plantaban estos si no los había. Por eso, el Ma- banquete tenido en presencia del cadáver a que *En el Sinú se tenía esta misma costumbre, con la dife- rencia, que de los árboles funerarios de los ricos, colgaban .- unas como campanas deoro, y había muchos tesoros en los * Solón, en sus leyes, prohiblO se hablase mal de los sepulcros, de que sacaron un gran provecho los españoles. muertos. 58 asistían todos los de casa y los amigos. Se comía tria europea, que cambalachaban por los pro- llorando o haciendo que se lloraba, y suponien- ductos de su terreno. do vivo entre ellos el difunto, se despedían de él con grandes demostraciones de dolor, sacándole Los calamareños eran de buena estatura y a sepultar en este momento. Esta ceremonia se bien formados: eran fuertes, sagaces y detr- practicaba también en la muerte de los otros, minados, aunque no dejaban de participar de la pero era obligatoria e indispensable en la de los mala fe que ha distinguido generalmente a los padres de familia, como un deber de ésta, en ex- indígenas. Sobresalían en agilidad e intel1gen- presar más sentimiento por la separación. cia a sus vecinos, particularmente en la pesca y cacería. Sus mujeres y las del pueblo de Turbaco, Los indios de Calamar eran muy lujosos Y eran tenidas por las más hermosas de la co- elegantes en sus vestidos. Hombres y mujeres marca. usaban una toalla con que envolvían su medio cuerpo, ajustada a la cintura con una faja guar- necida de plumas, de las cuales adornaban tam- La regularidad y orden de este pueblo, le hi- bién sus hermosos gorros, eligiendo de prefe- cieron respetar tanto de los primeros con- rencia las de los pájaros de colores vivos. Las quistadores, que Rodriga Bastidas el año de 1501 mujeres se distinguían por una manta larga, que en su primer viaje que lo descubrió, y en el llevaban además, para cubrirse colocándola al siguiente que hizo por segunda vez, se limitó sólo desgaire sobre los hombros, por el enrejado de a aliarse y traficar con él; siguiendo su ejemplo las piemas igual a los brazaletes, y porque enga- Cristóbal Guerra que le sucedió, sin embargo del lanaban su pelo con joyas, y otros adomos de su carácter feroz de este navegante. El año de 1509 sexo. Los hombres usaban un cinturón ancho de que llegaron Alonso de Ojeda y Juan de la Cosa, piel, o algún tejido de donde pendía el haz de sus habiéndose separado de la conducta de sus an- flechas -la macana, y demás instrumentos de su tecesores, intentando apoderarse de Calamar uso, los llevaban a la espalda por medio de una por la fuerza, habiendo sido rechazados tuvieron faja terciada al cuerpo; algunos se pintaban la que desistir de esta empresa, para continuar cara, y se ponían gorros de pieles, aunque ador- otras en que no fueron tampoco muy felices. Este nadas siempre con plumas. Desde la alianza y había de ser el último buen suceso obtenido por trato que tuvieron con los primeros españoles, los calamareños contra sus conquistadores; los calamareños empezaron a conocer y usar las pues ya el destino había marcado con su dedo la telas de seda, y demás ornamentos de la indus- hora de su esclavitud. 59