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S USTED UN INNOVADOR DE LA GESTIÓN? ¿Ha descubierto maneras completamente nuevas de organizar, lide- rar, coordinar o motivar? ¿Es su empresa pionera en materia de gestión? ¿Ha inventado métodos novedosos de ges- tión que son la envidia de sus competidores? ¿Es eso importante? Sin lugar a dudas. La innovación en materia de principios básicos y procesos de gestión puede crear una ventaja duradera y dar lugar a cambios espectacu- lares en la posición competitiva. Durante los cien últimos años, la innovación de la gestión, más que cualquier otro tipo de innovación, ha permitido a las empresas atravesar nuevos umbrales del rendimiento. No obstante, aún es sorprenden- temente reducido el número de empresas que cuentan con A lo largo del último siglo, innovaciones como la gestión de la marca y la estructura organizativa en divisiones han creado más ventaja competitiva sostenida que ninguna de las generadas por los laboratorios o las conversaciones de grupo. He aquí la manera de conseguir que su empresa se convierta en una innovadora en serie en materia de gestión. Gary Hamel EL QUÉ Y EL PORQUÉ EL CÓMO, DE LA INNOVACIÓN DE LA GESTIÓN 6 HARVARD DEUSTO BUSINESS REVIEW ¿E GREG MABLY un proceso perfeccionado para la innovación continua de la gestión. La mayoría de las empresas tiene una metodología formal para la innovación de los productos y muchas tienen grupos de I+D que exploran las fronteras de la ciencia. Prácticamente todas las organizaciones del planeta han trabajado durante los últimos años de manera sistemática para reinventar sus procesos de negocio con el fin de lograr velocidad y eficacia. Así las cosas, resulta muy extraño que sean tan pocas las empresas que han mostrado un grado similar de diligencia a la hora de abordar la innovación más importante: la inno- vación de la gestión. ¿Por qué es tan importante la innovación de la gestión? ¿Qué la hace diferente de las demás clases de innovación? ¿Cómo pueden usted y su empresa convertirse en grandes innovadores de la gestión? Vamos a empezar por el porqué. Por qué es importante la innovación de la gestión General Electric, DuPont, Procter & Gamble, Visa y Linux. ¿Qué los hace destacar? ¿Sus fantásticos productos? Sí. ¿Sus fantásticos empleados? Sin lugar a dudas. ¿Sus fantás- ticos líderes? Por lo general. No obstante, si profundizamos un poco más, encontramos otro motivo, aún más esencial, para su éxito: la innovación de la gestión. • A comienzos del siglo XX, General Electric perfeccionó la invención más destacada de Thomas Edison, el labo- ratorio de investigación industrial. General Electric apor- tó disciplina de gestión al caótico proceso del descubri- miento científico y, a lo largo de los 50 años siguientes, obtuvo más patentes que ninguna otra empresa de Esta- dos Unidos. Buena parte del valor competitivo actual de General Electric se puede atribuir a ese extraordinario logro. • DuPont desempeñó una función pionera en el desarro- llo de técnicas de elaboración de presupuestos de capital cuando empezó a utilizar los cálculos de rendimiento de la inversión en 1903. Unos cuantos años más tarde, la em- presa desarrolló también una manera estandarizada de comparar el rendimiento de sus numerosos departa- mentos de productos. Estas innovaciones, entre otras, ayu- daron a DuPont a convertirse en uno de los principales gigantes industriales de Estados Unidos. • El dominio de Procter & Gamble en el sector de los pro- ductos envasados tiene sus raíces en los comienzos de la década de los treinta, cuando la empresa empezó a for- malizar su método para la gestión de la marca. Durante las siguientes décadas, Procter & Gamble ha seguido apo- yando su crecimiento en ese éxito inicial consistente en crear valor a partir de activos intangibles. La cartera de pro- ductos de Procter & Gamble incluye 16 marcas que han producido más de 1.000 millones de dólares en ventas cada año. • Visa, la primera empresa casi virtual del mundo, debe su éxito a la innovación organizativa. Cuando los bancos fun- dadores de Visa crearon un consorcio en Estados Unidos a principios de la década de los setenta, establecieron los cimientos para una de las marcas que tiene mayor presen- cia en todo el mundo. Hoy día, Visa es una red financiera global que conecta a más de 21.000 instituciones finan- cieras y más de 1.300 millones de titulares de tarjetas. • Linux, el sistema operativo, es el ejemplo más famoso de reciente innovación de la gestión: el desarrollo del códi- go abierto. Basándose en otras innovaciones, como la li- cencia pública general y las herramientas de colaboración on-line, el desarrollo del código abierto ha resultado ser un mecanismo tremendamente eficaz para la obtención y coor- dinación de los esfuerzos de personas que están geo- gráficamente dispersas. Como ponen de manifiesto estos ejemplos, una innova- ción de la gestión puede ofrecer una gran ventaja para la empresa que innova y provocar un cambio sísmico en el lide- razgo del sector. Comparativamente, la innovación de la tec- nología y la innovación de los productos suelen reportar ven- tajas de pequeño calibre. La innovación de la gestión crea una ventaja duradera cuando cumple una o varias de las tres condiciones siguien- tes: está basada en un principio básico novedoso que pone en tela de juicio la ortodoxia; tiene naturaleza sistémica, abar- cando diversos procesos y métodos; y forma parte de un pro- grama continuo de invención, en el cual los progresos se acu- mulan a lo largo del tiempo. Tres breves casos prácticos sir- ven para ilustrar cómo la innovación de la gestión puede crear un éxito duradero. Aprovechar el intelecto de los empleados en Toyota. ¿Por qué han tardado tanto los fabricantes de automóviles de Esta- dos Unidos en reducir la disparidad de eficacia que tenían con respecto a Toyota? En buena medida, porque a Detroit le ha costado más de veinte años descubrir el principio de gestión fundamental que hay en la esencia de la capacidad de Toyota para la mejora incesante. A diferencia de sus com- petidoras occidentales, Toyota cree desde hace tiempo que sus empleados de primera línea pueden ser algo más que meras piezas en un mecanismo de fabricación carente de alma; pueden ser solucionadores de problemas, innovado- res y agentes de cambio. Mientras que las empresas de Esta- dos Unidos recurrían a los expertos de las sedes centrales para que idearan mejoras de procesos, Toyota proporcionaba a cada empleado las capacidades, las herramientas y la auto- nomía necesarias para resolver los problemas a medida que surgían y para evitar problemas nuevos antes de que llega- ran a producirse. Resultado: año tras año, Toyota ha logra- do sacar mayor provecho de sus profesionales que sus com- petidores. 8 HARVARD DEUSTO BUSINESS REVIEW El cómo, e l qué y e l porqué de la innovac ión de la ges t ión Gary Hamel es profesor visitante en la London Business School y uno de los fundadores de Strategos, una empresa de asesoría internacional. También es director del Woodside Institute, una fun- dación de investigación sin ánimo de lucro. nas, y los miembros de los equipos tienen acceso a unos exhaustivos datos financieros, entre los cuales cabe citar los detalles de la retribución de cada uno de sus compañeros de trabajo. Basándose en la creencia de que los diferenciales salariales 100:1 son incompatibles con la esencia de una comunidad, la empresa ha fijado un tope salarial para limitar la retribu- ción de los directivos, que en ningún caso puede ser supe- rior al salario medio de la empresa multiplicado por 14. Igual- mente sorprendente resulta el hecho de que el 94% de las opciones sobre acciones de la empresa haya sido concedido a empleados que no forman parte del equipo directivo. Lo que diferencia a Whole Foods no es un único proceso de gestión, sino un singular sistema de gestión. Ante una innovación de gestión tan exhaustiva, los competidores no pueden sino agi- tar su cabeza en señal de asombro. MARZO 2006 9 El cómo, e l qué ye l porqué de la innovac ión de la ges t ión Tal es la fuerza de la ortodoxia de la gestión, que hasta que los fabricantes de automóviles de Estados Unidos no ago- taron todas las demás explicaciones posibles para el éxi- to de Toyota (un yen infravalorado, una mano de obra dócil, la cultura japonesa, la mejor automatización, etc.) no fueron capaces de darse cuenta de que la verdadera ventaja de Toyota consistía en su capacidad para apro- vechar el intelecto de sus empleados “básicos”. Como pone de relieve este ejemplo, las ortodoxias en materia de gestión suelen estar hasta tal punto arraigadas en la forma de pensar de los directivos que resultan casi invisibles y se apli- can con tal devoción que son casi imposibles de contrarrestar. Cuanto menos conven- cional es el principio que subyace tras una innovación de gestión, más tiempo tar- darán los competidores en responder. En algunos casos, el rompecabezas puede durar décadas. Crear una comunidad en Who- le Foods. A los competidores les resulta difícil imitar las ventajas que se basan en una red de inno- vaciones concretas que abarcan va- rios procesos y prácticas de gestión. Ése es uno de los motivos por los cua- les ningún competidor ha logrado igua- lar el rendimiento de Whole Foods Market, que ha crecido durante los últimos 25 años y ahora tiene 161 establecimientos y unas ventas anuales de 3.800 millones de dólares. Mientras que otras cadenas de alimentación se han dedicado a recortar los costes para defender- se de Wal-Mart, Whole Foods se ha dedicado a desa- rrollar un extraordinario modelo de venta minorista –un modelo que ofrece los beneficios más elevados por metro cuadrado del sector–. Lo que tal vez no resulte tan evidente para los consu- midores preocupados por la salud y los inversores amantes del crecimiento es que el modelo de gestión de la empresa es igual de singular que su modelo de negocio de márgenes elevados. John Mackey, fundador y consejero delegado de la empresa, afirma que su objetivo era “crear una organización basada en el cariño, no en el miedo” y describe Whole Foods como una “comunidad que colabora para crear valor para otras personas”. En Whole Foods, la unidad organizativa básica no es el establecimiento, sino los pequeños equipos que gestionan departamentos como productos frescos, alimentos prepa- rados y marisco. Los directivos consultan con los equipos todas las decisiones relacionadas con el establecimiento y les otorgan un grado de autonomía que apenas tiene precedentes en el sector de la venta minorista. Cada equipo decide cuá- les son sus existencias y pueden vetar nuevas contrataciones. Las bonificaciones se abonan a los equipos, no a las perso- Desarrollar grandes líderes en General Electric. En oca- siones, una empresa puede crear una ventaja de gestión con- siderable simplemente mediante la perseverancia. No hay empresa en el mundo mejor que General Electric en el desa- rrollo de grandes directivos, a pesar de que muchas organi- zaciones han imitado elementos del sistema de desarrollo de liderazgo de la empresa, como, por ejemplo, sus instalacio- nes dedicadas a la formación en Crotonville (Nueva York) o su proceso de feedback de 360 grados. La ventaja de liderazgo de General Electric no es producto de una única innovación, sino que es el resultado de un compromiso duradero e inque- brantable con la mejora de la calidad de las existencias de directivos de la empresa, un compromiso que periódicamente genera nuevos métodos y sistemas de gestión. No obstante, no todas las innovaciones de la gestión crean ventaja competitiva. La innovación en todas sus formas se atiene a una ley inexorable: por cada idea realmente novedosa que da lugar a una gran ventaja competitiva, habrá docenas de ideas que resultarán ser menos valiosas. No obstante, eso no es una excusa para no innovar. La innovación es siempre una cuestión de volumen; cuanta más innovación logremos, más probabilidades tendremos de conseguir una gran re- compensa. ¿Qué es la innovación de la gestión? Se puede definir la innovación de la gestión como una con- siderable novedad con respecto a los principios básicos, procesos y prácticas de gestión tradicionales o una novedad con respecto a las formas organizativas habituales que alte- ra considerablemente la manera de llevar a cabo el trabajo de gestión. Dicho de manera simple, la innovación de la ges- tión cambia el modo en el que los directivos hacen lo que hacen. ¿Y qué hacen los directivos? Por lo general, el traba- jo directivo comprende lo siguiente: • Establecer objetivos y trazar planes. • Motivar y coordinar los esfuerzos. • Coordinar y controlar las actividades. • Acumular y distribuir los recursos. • Adquirir y aplicar el conocimiento. • Crear y cuidar las relaciones. • Identificar y desarrollar el talento. • Conocer y equilibrar las exigencias de los grupos externos de interesados. En una gran organización, la única manera de cambiar la forma de trabajar de los directivos es reinventar los procesos que rigen ese trabajo. Procesos de gestión tales como la pla- nificación estratégica, la elaboración de presupuestos de capital, la gestión de proyectos, la contratación y los ascensos, la evaluación de los empleados, el desarrollo de directivos, las comunicaciones internas y la gestión del conocimiento son los mecanismos que convierten los principios básicos de la gestión en las prácticas cotidianas. Establecen las prescrip- ciones y rituales que rigen el trabajo de los directivos. Mien- tras que la innovación operativa se centra en los procesos de negocio de una empresa (aprovisionamiento, logística, asis- tencia al cliente, etc.), la innovación de la gestión fija su aten- ción en los procesos de gestión de la empresa. Whirlpool, el mayor fabricante de electrodomésticos del mundo, es una empresa que se ha convertido en una inno- vadora en serie en materia de gestión. En 1999, frustrado por unos niveles crónicamente bajos de fidelidad a la marca por parte de los compradores de electrodomésticos, Dave Whit- wam, por aquel entonces presidente y consejero delegado de Whirlpool, lanzó un reto a su equipo de liderazgo: conver- tir la organización en una fuente de innovaciones que rom- pieran moldes y complacieran a los clientes. Desde el principio, estuvo claro que el objetivo de Whit- wam de “innovación de todo el mundo, en todas partes” re- quería cambios importantes en los procesos de gestión de la empresa, que habían sido diseñados para impulsar la eficacia operativa. Nancy Zinder, una vicepresidenta de la organiza- ción, fue nombrada primera jefa de innovación de Whirlpool y reunió a sus compañeros en torno a lo que se convertiría en una búsqueda que duraría cinco años para reinventar los procesos de gestión de la empresa. Entre los principales cam- bios, cabe citar los siguientes: • Convertir la innovación en un asunto central en los pro- gramas de desarrollo de liderazgo de Whirlpool. • Reservar una parte considerable del gasto de capital todos los años para proyectos que alcanzaran un determinado grado riguroso de innovación. • Exigir que todos los planes de desarrollo de productos con- tuvieran un elemento considerable de innovación nove- dosa para el mercado. • Formar a más de seiscientos mentores de innovación encargados de promover la innovación por toda la em- presa. • Inscribir a todos los empleados asalariados en un curso on-line sobre innovación empresarial. • Convertir la innovación en una parte importante del plan de bonificaciones a largo plazo del equipo de alta di- rección. • Reservar tiempo en las reuniones trimestrales de revisión empresarial para un debate minucioso del rendimiento de la innovación de cada unidad. • Crear un portal de innovación que proporcionara a los empleados de Whirlpool de todo el mundo acceso a un compendio de herramientas de innovación y datos sobre el mecanismo interno de innovación global de la em- presa. • Desarrollar un conjunto de mediciones para controlar las aportaciones de innovación (por ejemplo, el número de ho- rasde ingeniería dedicadas a proyectos innovadores), los resultados intermedios (por ejemplo, el número de ideas nuevas que entran en el mecanismo de innovación de la empresa) y los resultados finales (por ejemplo, las ven- tajas de determinación de precios obtenidas gracias a unos productos más singulares y una mayor fidelidad de los clientes). 10 HARVARD DEUSTO BUSINESS REVIEW El cómo, e l qué y e l porqué de la innovac ión de la ges t ión Whirlpool no llevó a cabo todos esos cambios al mismo tiempo y hubo varias salidas en falso y rodeos a lo largo del proceso. Para convertir una idea novedosa de gestión (como, por ejemplo, la innovación de todo el mundo, en todas par- tes) en nuevas y arraigadas prácticas de gestión, se necesita un esfuerzo sostenido y de amplia base, pero la recompen- sa puede ser muy considerable. Jeff Fettig, actual presiden- te de Whirlpool, calcula que para 2007 el programa de in- novación aportará más de 500 mi- llones de dólares al año a los ingre- sos de la empresa. Cómo convertirse en un innovador de la gestión Todavía no he conocido a un solo al- to directivo que afirme que su em- presa cuenta con un proceso de in- novación de la gestión digno de elogio. Por lo que parece, falta una metodología práctica. Al igual que las demás clases de innovación, la principal dificultad consiste en generar ideas realmente novedo- sas. Aunque no existe una máqui- na para producir innovaciones en serie, es posible aumentar las pro- babilidades de llegar al momento del “¡Eureka!” mediante la combi- nación de los elementos adecuados. Algunos de los ingredientes esen- ciales son los siguientes: • Un problema cautivadoramente atractivo que requiera una nue- va forma de pensar. • Una serie de principios básicos o paradigmas nuevos que tengan la capacidad de dar pie a nuevos métodos. • Una pormenorizada descompo- sición de las convenciones y dog- mas que constriñen la mentali- dad creativa. • Ejemplos y analogías que ayu- den a redefinir lo que es posible. Problemas con sustancia. Prin- cipios básicos nuevos. Formas de pensar poco ortodoxas. Conoci- miento de la periferia. Estos mul- tiplicadores de la creatividad huma- na son igual de importantes para la innovación de la gestión que para todos los demás tipos de innova- ción. Si desea convertir su empre- sa en una innovadora permanente de la gestión, puede em- pezar de la siguiente forma: Comprométase con un problema importante. Cuanto más importante es el problema, mayor es la opor- tunidad de innovación. Aunque los grandes problemas no siempre dan lugar a grandes innovaciones, los problemas pequeños nunca las generan. Hace casi ochenta años, Gene- ral Motors inventó la estructura or- ganizativa en divisiones en res- puesta a un problema aparente- mente irresoluble: cómo se podía llevar orden a la desorganizada fa- milia de empresas que había en- samblado William C. Durant, el pri- mer presidente de General Motors. El sucesor de Durant, Pierre Du Pont, que tomó el mando en 1920, pidió a uno de sus asociados direc- tivos, Alfred P. Sloan, Jr., que ayu- dara a simplificar el imperio dis- funcional de General Motors. La solución de Sloan fue crear un co- mité directivo central encargado del establecimiento de la política y el ejercicio del control financiero, y organizar divisiones operativas por productos y marcas, encargadas de las operaciones cotidianas. Gracias a esta innovación de la gestión, Ge- neral Motors pudo aprovechar las ventajas de su escala y de su alcan- ce. En 1931, con Sloan al mando, General Motors por fin tomó la de- lantera a Ford y se convirtió en el mayor fabricante de automóviles del mundo. Para resolver los grandes pro- blemas se necesita entereza y per- severancia, así como imaginación. Estas cualidades abundan espe- cialmente cuando el problema no sólo es importante, sino también inspirador. A Frederick Winslow Taylor, de quien se puede afirmar que fue el innovador de la gestión más importante del siglo XX, se le suele describir como un tenaz in- geniero, absorto en mecanizar el trabajo y presionar a los empleados para que dieran lo mejor de sí mis- mos. Tal vez fuera muy severo, pe- ro la pertinaz dedicación de Taylor por la eficacia era fruto de su con- vicción de que era una perversidad MARZO 2006 11 El cómo, e l qué y e l porqué de la innovac ión de la ges t ión LOS ELEMENTOS DE LA INNOVACIÓN DE LA GESTIÓN Compromiso con un problema de gestión importante En la mayoría de las empresas, la innovación de la gestión se realiza de manera aislada y progresiva. Un proceso sistemático para generar audaces innovaciones de la gestión debería incluir lo siguiente: Principios básicos nuevos que alumbren nuevos métodos Un despiece de las convenciones ortodoxas de la gestión Analogías con organizaciones atípicas que redefinan lo que es posible malgastar una hora de trabajo humano cuando era posible rediseñar una tarea para que fuera realizada con menor esfuerzo. Esta pasión por multiplicar la repercusión del esfuerzo humano destaca en la introducción de Taylor a su obra de 1911, The Principles of Scientific Management: “Podemos ver y percibir el despilfarro de las cosas materiales. No obstan- te, los movimientos torpes, ineficientes o equivocados de los hombres no dejan ningún rastro visible o tangible tras ellos. Para apreciarlos es necesario un acto de memoria, un esfuerzo de imaginación. Por este motivo, aunque nuestras pérdidas diarias como consecuencia de esta fuente son mayores que nuestros despilfarros de cosas materiales, unas nos han conmocionado considerablemente mientras que otras nos han afectado muy poco”. Para maximizar las posibilidades de conseguir una inno- vación de la gestión, hay que empezar con un problema que sea trascendental y al mismo tiempo inspirador. Si no se le ocurre un problema de esta naturaleza, he aquí tres preguntas que servirán para estimular la imaginación. En primer lugar, ¿cuáles son las soluciones de compro- miso que aparentemente su empresa nunca resuelve bien? La innovación de la gestión viene impulsada muchas veces por el deseo de superar este tipo de soluciones de compro- miso, que pueden dar la impresión de ser irreconciliables. Por ejemplo, el desarrollo del código abierto abarca dos ideas antitéticas: la descentralización radical y la gestión de pro- yectos disciplinada a gran escala. Tal vez crea usted que la obsesiva búsqueda de beneficios a corto plazo perjudica la disposición de su empresa para invertir en ideas nuevas. Es posible que piense que su organización se ha ido volviendo cada vez menos ágil a medida que ha tratado de conseguir las ventajas del tamaño y la escala. Su reto consiste en encontrar una oportunidad de convertir una disyuntiva “una u otra” en una conjunción “y”. En segundo lugar, ¿qué se les da mal a las grandes orga- nizaciones? Esta pregunta debería dar lugar a una prolongada lista de incompetencias. A las grandes organizaciones no se les da demasiado bien cambiar antes de que resulte impres- cindible o responder a ágiles empresas de reciente creación. La mayoría fracasa estrepitosamente a la hora de desatar la imaginación de los empleados de primera línea, de crear un ambiente de trabajo inspirador o de garantizar que la man- ta de la burocracia no sofoca las llamas de la innovación. Oblí- guese a imaginar una incapacidad de la empresa que usted y sus compañeros fueran capaces de convertir en una capa- cidad. En tercer lugar, ¿cuáles son los retos emergentes que plan- tea el futuro a su empresa? Trate de imaginarlos: un ritmo de cambio cada vez más rápido, un poder del cliente cada vez mayor, una generalización casi inmediata de los productos y servicios, competidores de costes ultra-reducidos, una nueva generación de consumidores que se muestra muy reti- cente y escéptica con respecto a las grandes empresas... Estas perturbaciones exigirán innovación de la gestión y también innovación del modelo de negocio. Si examina usted el horizonte, seguro que observa un problema futuro que suempresa debería empezar a abordar hoy. Busque nuevos principios básicos. Es muy poco probable que un problema que sea generalizado, persistente o novedoso se pueda resolver con principios tradicionales. La búsqueda de la libertad humana obligó a los fundadores de Estados Unidos a adoptar un nuevo principio básico: la democracia representativa. Más recientemente, los cientí- ficos ávidos por entender el mundo subatómico se vieron obligados a abandonar las precisiones de la física de New- ton y optar por los principios básicos más ambiguos de la mecánica cuántica. Lo mismo ocurre con la innovación de la gestión: los problemas nuevos demandan principios básicos nuevos. Éste fue claramente el caso de Visa. En 1968, el sector de las tarjetas de crédito de Estados Unidos se había divi- dido en numerosos sistemas de concesión de franquicias incompatibles y específicos de cada banco. El caos con- siguiente amenazaba la viabilidad de la nueva actividad. En una reunión para comentar este espinoso problema, Dee Hock, un profesional de la banca de 38 años procedente de Seattle, se ofreció voluntario para liderar un proyecto ten- dente a resolver el principal dilema del sector: la creación de un sistema que permitiera a los bancos cooperar en la creación de marca y la facturación de las tarjetas de crédi- 12 HARVARD DEUSTO BUSINESS REVIEW El cómo, e l qué y e l porqué de la innovac ión de la ges t ión AUNQUE NO EXISTE UNA MÁQUINA PARA PRODUCIR INNOVACIONES EN SERIE, ES POSIBLE AUMENTAR LAS PROBABILIDADES DE LLEGAR AL MOMENTO DEL “¡EUREKA!” MEDIANTE LA COMBINACIÓN DE LOS ELEMENTOS ADECUADOS to, y al mismo tiempo seguir compitiendo ferozmente por conseguir consumidores. Ante este reto sin precedentes, el pequeño equipo de Hock dedicó varios meses a idear un conjunto de principios básicos novedosos que orientaran su trabajo: • Las facultades y las funciones en el sistema debían repar- tirse en la mayor medida posible. • El sistema se tenía que auto-organizar. • El gobierno se debía distribuir. • El sistema debía ser una combinación sin fisuras de co- laboración y competencia. • El sistema debía ser infinitamente maleable, pero extre- madamente duradero. • El sistema debía responder a una estructura de propiedad cooperativa y equitativa. Estos principios básicos se deben más a la fascinación que sentía Hock por la democracia de Jefferson y los sistemas biológicos que a cualquier manual de gestión. Tras dos años de inventar, diseñar y comprobar, el equipo de Hock ideó Visa, la prime- ra organización del mundo de afi- liación, con ánimo de lucro y sin es- tructura de capital; o, en palabras de Hock, una “organización cuyo pro- ducto era la coordinación”. Es difícil saber si un principio bá- sico de gestión es genuinamente nuevo a menos que se sepa cuáles son estrictamente antiguos. La prác- tica moderna de la gestión se basa en una serie de principios básicos cuyos orígenes datan de hace un si- glo o más: la especialización, la es- tandarización, la planificación y el control, la jerarquía y la primacía de las recompensas extrínsecas. Gene- raciones de directivos han explotado estos principios básicos en busca de ventaja competitiva y sus esfuer- zos se han visto recompensados. No obstante, tras décadas de exca- vación, las posibilidades de descu- brir relucientes pepitas de oro de nueva sabiduría de gestión en estas explotadas minas son bastante re- motas. Su reto consiste en descubrir principios básicos poco convencio- nales que abran nuevos filones de innovación de la gestión. Su búsque- da debe comenzar con dos pregun- tas sencillas: ¿qué entidades mues- tran las cualidades o capacidades que le gustaría incorporar a su orga- nización? y ¿qué es lo que imbuye a esas entidades de sus interesantes cualidades? Supongamos que su objetivo consiste en lograr que su empresa sea tan ágil como el propio cambio. Es consciente de que, en un mundo de cambio acelerado, la renovación estratégica continua es el único seguro que le puede prote- ger contra la inoportunidad. Además, sabe que todos los prin- cipios básicos de gestión que ha heredado de la Era Indus- trial hacen que su empresa sea menos adaptable, en lugar de más flexible. La especialización, debido a todas sus ven- tajas, limita el tipo de aprendizaje multidisciplinar que ge- nera ideas innovadoras. Por lo general, la búsqueda de una mayor estandarización da lugar a una insana predilección por la uniformidad; se considera que las novedades y las excen- MARZO 2006 13 El cómo, e l qué y e l porqué de la innovac ión de la ges t ión tricidades son peligrosas desviaciones de la norma. Los com- plejos sistemas de planificación y control llevan a los direc- tivos a creer que el entorno es más previsible de lo que real- mente es. Un interés desproporcionado por las recompen- sas monetarias lleva a los directivos a subestimar el valor de la voluntariedad y la auto-organización como mecanismos para coordinar el esfuerzo individual. La deferencia hacia la jerarquía y el poder de los cargos suele reforzar sistemas de convicciones desfasados. Por tanto, ¿dónde se pueden buscar los principios bási- cos de diseño para crear una organización muy flexible? Hay que analizar los sistemas que llevan décadas, siglos o, inclu- so, eones demostrando su adaptabilidad. Durante más de 4.000 millones de años, la vida ha evo- lucionado, por lo menos, a la misma velocidad que su entor- no. Es una trayectoria bastante buena. La naturaleza se va- cuna contra los riesgos del cambio medioambiental median- te la constante creación de nuevo material genético a través de la recombinación y mutación sexual. Esta incesante fuente de innovación gené- tica es la clave para la capacidad de adap- tación de la naturaleza: cuanto mayor es la diversidad de su cantera genética, más probable resulta que al menos unos cuan- tos organismos sean capaces de sobrevivir en un panorama espectacularmente trans- formado. Los mercados también son adaptables. A lo largo de los últimos 50 años, la Bolsa de Nueva York ha obtenido mejores rendi- mientos que casi todas las empresas que la componen. La competencia es un signo dis- tintivo tanto de los mercados como de la bio- logía evolutiva. En la Bolsa de Nueva York, las empresas compiten para atraer fondos y los inversores son libres de poner su di- nero donde consideren apropiado. La toma de decisiones está muy repartida y los inver- sores raramente se dejan arrastrar por sen- timentalismos. Por consiguiente, los mer- cados son muy eficientes a la hora de redis- tribuir los recursos y retirarlos de oportu- nidades que son poco prometedoras para aplicarlos a otras que lo son más. No obstante, en la mayoría de las empre- sas existen inflexibilidades que tienden a perpetuar modelos históricos de distribu- ción de los recursos. Los directivos, inte- resados por defender su poder, acaparan el capital y el talento aun cuando esos recur- sos podrían utilizarse mejor en otro lugar. Los programas heredados rara vez tienen que competir para obtener recursos contra diversas alternativas interesantes. El resul- tado práctico es que las empresas suelen invertir más de lo debido en el pasado y menos de lo deseable en el futuro. Por tan- to, la competencia y la flexibilidad de la asignación de recursos son también prin- cipios básicos de diseño importantes cuan- do el objetivo consiste en crear una orga- nización muy flexible. Las democracias constitucionales son un excelente ejemplo de capacidad evolutiva. 14 HARVARD DEUSTO BUSINESS REVIEW El cómo, e l qué y e l porqué de la innovac ión de la ges t ión DOCE INNOVACIONES QUE CONFIGURARON LA GESTIÓN MODERNA Curiosamente, los estudiosos han prestado poca atención al proceso de innovación de la gestión. En un intento por enmendar este descuido, he estado colaborando con Julian Birkinshaw y Michael Mol, ambos de la London Business School, para comprender mejor la génesis de las innovaciones de la gestión más importantes del siglo XX. En primer lugar, identificamos 175innovaciones de la gestión importantes entre 1900 y 2000. Para reducir esta lista a los adelantos más importantes, evaluamos cada una de esas innovaciones con respecto a tres dimensiones: ¿supuso una acusada desviación con respecto a las anteriores prácticas de gestión?, ¿proporcionó una ventaja competitiva a la empresa o empresas pioneras? y ¿se podría encontrar de alguna forma en las organizaciones actualmente? A la luz de estos criterios, he aquí las doce innovaciones más relevantes: 1. Gestión científica (estudios de tiempo y movimiento). 2. Contabilidad de costes y análisis de las desviaciones. 3. Laboratorio de investigación empresarial (la industrialización de la ciencia). 4. El análisis del rendimiento sobre la inversión y la elaboración de presupuestos de capital. 5. Gestión de la marca. 6. Gestión de proyectos a gran escala. 7. División en departamentos. 8. Desarrollo de liderazgo. 9. Consorcios sectoriales (estructuras de colaboración entre varias empresas). 10. Descentralización radical (auto-organización). 11. Análisis estratégico formalizado. 12. Resolución de problemas impulsada por los empleados. Otras innovaciones importantes que no aparecen en esta lista son, por ejemplo, los grupos autónomos de trabajo, la gestión de cuentas, la reingeniería de procesos de negocio y los planes de participación accionarial de los empleados. Hay otras innovaciones más recientes que parecen bastante prometedoras, como la gestión del conocimiento, el desarrollo de código abierto y los mercados internos, pero aún es demasiado pronto para evaluar su repercusión a largo plazo sobre la práctica de la gestión. 16 HARVARD DEUSTO BUSINESS REVIEW El cómo, e l qué y e l porqué de la innovac ión de la ges t ión En una democracia, no hay monopolio sobre la actuación política. Los activistas sociales, los grupos de interés, los labo- ratorios de ideas y los ciudadanos normales tienen la opor- tunidad de configurar la agenda legislativa e influir en la polí- tica del gobierno. Mientras que en un régimen autocrático el cambio llega en forma de violentas convulsiones, en una democracia el cambio es fruto de numerosos ajustes peque- ños y relativamente sutiles. Si el objetivo es la renovación con- tinua y sin traumas, las grandes organizaciones se siguen pareciendo excesivamente a las monarquías y demasiado poco a las democracias. Con el poder político concentrado en manos de unos cuantos altos directivos y con escaso margen para la experimentación local, no es extraño que las grandes empresas se encuentren con frecuencia rezagadas en la cur- va del cambio. Para reducir los costes del cambio en su orga- nización, debe usted adoptar los principios básicos de la dele- gación y el activismo. Estos principios básicos de la gestión (diversidad, com- petencia, flexibilidad de la asignación de recursos, delegación y activismo) contrastan notablemente con los principios básicos heredados de las primeras décadas de la Revolución Industrial. Eso no significa que los antiguos principios bási- cos fueran erróneos, sino que son inadecuados cuando el objetivo es lograr una renovación estratégica continua y anti- cipada. Sea cual sea el gran reto de gestión que decida abordar, deje que guíe su búsqueda de nuevos principios básicos. Por ejemplo, puede que su objetivo consista en crear una empre- sa capaz de triunfar sobre las fuerzas cada vez más podero- sas de la generalización –un problema que realmente exige innovación de la gestión–. Hoy día no son sólo los produc- tos y servicios los que se vuelven rápidamente genéricos, sino también las capacidades empresariales, como, por ejemplo, la fabricación de bajo coste, la asistencia al cliente, el dise- ño de productos y la planificación de los recursos humanos. En todo el mundo, las empresas están subcontratando y externalizando procesos de negocio a proveedores que ofre- cen más o menos el mismo servicio a diversas empresas com- petidoras. Las empresas están colaborando en amplios tra- mos de la cadena de valor, creando asociaciones y reunien- do consorcios sectoriales con el fin de compartir riesgos y reducir los desembolsos de capital. A todo esto tenemos que añadir un ejército de asesores repartido por todo el mundo que se esfuerza al máximo por transferir las mejores prác- ticas de las empresas más rápidas a las más lentas y de las más inteligentes a las más limitadas. A medida que las capa- cidades que en otro tiempo fueron singulares se vayan vol- viendo genéricas, las empresas tendrán que eliminar bloques enteros de diferenciación competitiva de su porción en cons- tante reducción del sistema empresarial general. He aquí el problema: resulta difícil crear una diferencia- ción que salte a la vista a partir de unas capacidades huma- nas de segundo orden, como la obediencia, la diligencia y la información sin procesar –cualidades que se están convir- tiendo en productos genéricos globales, disponibles a cam- bio de remuneraciones insignificantes en lugares como Guangzhou, Bangalore y Manila–. Para prevalecer sobre las fuerzas de la generalización, una empresa tiene que ser capaz de ofrecer el tipo de valor para el cliente singular que sólo pueden crear profesionales que aportan todos los días a su trabajo gran iniciativa, imaginación y empeño. Podemos en- trever estas capacidades de primer orden en el elegante y atractivo iPod de Apple, en los alegres y económicos muebles de IKEA, en los míticos coches deportivos de Porsche y en las mágicas películas de Pixar. El problema es que en las organizaciones burocráticas que- da muy poco espacio para la pasión, el ingenio y la auto- gestión. La maquinaria de la burocracia se inventó en una época en la que se consideraba que los seres humanos eran poco más que autómatas semi-programables. La burocracia limita las aportaciones que pueden realizar las personas a sus puestos de trabajo. Si desea crear una organización que libe- re el espíritu humano, sin lugar a dudas va a necesitar unos principios básicos de gestión anti-burocráticos. ¿Dónde puede encontrar usted organizaciones en las cua- les las personas den lo mejor de sí mismas? Tal vez podría empezar por Habitat for Humanity, que ha construido más de 150.000 hogares para familias desfavorecidas desde 1976. Hable con algunas de las personas que han renunciado a un fin de semana para poner clavos y colocar muros. Com- parta una cerveza con algunos de los hackers a tiempo par- cial que han escrito millones de líneas de código para el sis- SI DESEA CREAR UNA ORGANIZACIÓN QUE LIBERE EL ESPÍRITU HUMANO, SIN LUGAR A DUDAS VA A NECESITAR UNOS PRINCIPIOS BÁSICOS DE GESTIÓN ANTI-BUROCRÁTICOS MARZO 2006 17 El cómo, e l qué y e l porqué de la innovac ión de la ges t ión tema operativo Linux. Piense en todos los voluntarios que han ayudado a conseguir que la Wikipedia se convierta en la ma- yor enciclopedia del mundo, con más de 1’8 millones de ar- tículos. Todas esas organizaciones tienen más de comunidad que de jerarquía. Las personas se sienten atraídas a una co- munidad por un sentido de propósito común, no por nece- sidad económica. En una comunidad, la oportunidad de con- tribuir no se ve limitada por restrictivas descripciones de puestos de trabajo. El control se lleva a cabo entre iguales, no lo ejerce un superior jerárquico. La satisfacción emocio- nal, no las ventajas financieras, impulsa el compromiso. Por todas estas razones, las comunidades son amplificadores de la capacidad humana. Como recordará, Whole Foods adoptó hace tiempo la idea de comunidad como principio básico rector de la gestión. Los establecimientos de la empresa, brillantes templos de la gas- tronomía libre de culpabilidad, son tan diferentes del esta- blecimiento medio de Kroger o Safeway como uno podría imaginar. Se trata del tipo de diferenciación que se consigue cuando el sistema de gestión anima a los miembros del equi- po a aportar todas sus maravillosas cualidades humanas al trabajo –y cuando los sistemas de gestión de los competidores nolo hacen–. Despiece sus convenciones ortodoxas en mate- ria de gestión. Para apreciar en todo su alcance la eficacia de un nuevo principio básico de gestión, es necesario que se libere del yugo que imponen los principios anteriores sobre su imaginación. Aunque es posible que algunas de sus creen- cias sean verdades científicas, muchas de ellas no lo son. Por difícil que resulte admitirlo, buena parte de lo que se acepta como teoría de la gestión son dogmas no cuestionados que se hacen pasar por verdades incuestionables. ¿Cómo puede poner de manifiesto la ortodoxia de la ges- tión? Reúna a un grupo de compañeros y pregúnteles cuál es su opinión sobre alguna cuestión esencial de la gestión, como, por ejemplo, el cambio, el liderazgo o el compromi- so de los empleados. Una vez que estén sobre la mesa las creen- cias de todos, identifique las creencias comunes (puede en- contrar más herramientas para la identificación y el cues- tionamiento de las convenciones ortodoxas en materia de ges- tión en www.hamelfeb06.hbr.org). Por ejemplo, si la materia es el cambio estratégico, es posible que descubra que la mayo- ría de sus colegas cree las siguientes afirmaciones: • El cambio debe comenzar en la parte superior de la orga- nización. • Se necesita una crisis para provocar el cambio. • Se necesita un líder fuerte para cambiar una gran empresa. • Para liderar el cambio, se necesita una agenda muy clara. • Las personas son básicamente reacias al cambio. • En todo cambio, siempre hay vencedores y vencidos. • Hay que conseguir que el cambio sea seguro para las per- sonas. • Las organizaciones no son capaces de afrontar demasia- do cambio. Empíricamente, parece que estas creencias son bastante ciertas; no obstante, teniendo en cuenta que es usted un inno- vador de la gestión, ha de ser capaz de distinguir entre lo que es aparentemente cierto y lo que es sempiternamente cier- to. Sí, las grandes iniciativas de cambio, como, por ejemplo, el programa Six Sigma de General Electric, suelen requerir el respaldo de un consejero delegado apasionado. Sí, los cam- bios radicales de rumbo estratégico, como la apuesta de Ko- dak por todo lo digital, por lo general vienen precipitados por una evaporación de los beneficios. Y sí, casi todas las histo- rias de renovación organizativa son un relato épico de recon- versión en el cual el nuevo consejero delegado representa el papel de salvador de la organización. No obstante, ¿es ésta la única manera en la que puede fun- cionar el mundo? Debería preguntarse: ¿por qué hace falta una crisis para provocar un cambio importante? Por la sen- cilla razón de que, en la mayoría de las empresas, una re- ducida cantidad de altos directivos es la que tiene la prime- ra y la última palabra sobre los cambios de rumbo estraté- gico. Por tanto, un equipo de gestión anclado en las tradi- ciones, sin voluntad de renunciar a las verdades del pasado, puede tener como rehén la capacidad de toda una organi- zación para apostar por el futuro. Así, aunque es cierto que por lo general hace falta una crisis para provocar un cambio importante, no lo es que se trate de una ley inmutable de la naturaleza; es simplemente una consecuencia de una dis- tribución macrocefálica del poder político. POR LO GENERAL HACE FALTA UNA CRISIS PARA PROVOCAR UN CAMBIO IMPORTANTE; SIN EMBARGO, ÉSTA NO ES UNA LEY INMUTABLE DE LA NATURALEZA, SINO QUE SIMPLEMENTE ES UNA CONSECUENCIA DE UNA DISTRIBUCIÓN MACROCEFÁLICA DEL PODER POLÍTICO En su condición de innovador de la gestión, usted debe someter todas las creencias en materia de gestión a dos pre- guntas. En primer lugar, ¿resulta la creencia perjudicial pa- ra el objetivo final que está usted tratando de conseguir? En segundo lugar, ¿es capaz de imaginar una alternativa a la rea- lidad que refleja esa creencia? Pensemos en la típica pre- suposición de que el consejero delegado es el responsable del establecimiento de la estrategia. Si bien parece un pun- to de vista razonable, puede inducir a los empleados a creer que ellos no pueden hacer gran cosa para influir en el rum- bo estratégico de su empresa o para reconfigurar su mode- lo de negocio; que son meros implantadores, en lugar de creadores, de la estrategia. Sin embargo, cuando el objeti- vo consiste en acelerar el ritmo de la renovación estratégica o en captar toda la imaginación y la pasión de cada uno de los empleados, este punto de vista centrado en el conseje- ro delegado con respecto a la formulación de la estrategia resulta, en el mejor de los casos, muy poco útil, si no peli- groso. ¿Existe alguna razón para creer que podemos poner en tela de juicio estos convencionalismos ortodoxos firmemente asentados? Desde luego. Piense en Google. Su equipo de alta dirección no dedica demasiado tiempo a tratar de idear grandes estrategias. Se dedica a crear un entorno que gene- re grandes cantidades de “Googlettes”: pequeños proyectos básicos que un día pueden llegar a convertirse en valiosos nuevos proyectos y servicios. Google busca candidatos que tengan aficiones fuera de lo normal e intereses poco con- vencionales –personas que no teman desafiar los conven- cionalismos– y, una vez que los contrata, los anima a dedi- car el 20% de su tiempo a trabajar en lo que en su opinión resultaría útil para los usuarios y anunciantes de Google. La empresa organiza buena parte de su plantilla en forma de pequeños equipos centrados en proyectos que tienen una modesta supervisión (un directivo de Google afirmaba que tenía ¡160 subordinados directos!), pero una gran comuni- cación lateral y competencia interior. Sus desarrolladores colo- can sus invenciones más prometedoras en el sitio web de Goo- gle Labs, lo cual permite a los usuarios aventureros evaluar los nuevos conceptos. Pocas empresas han trabajado de forma tan sistemática como Google para distribuir ampliamente la responsabilidad de la innovación estratégica. Su experiencia indica que la opi- nión convencional de que el consejero delegado es el estra- tega jefe es sólo eso: una convención. No es absolutamente falsa, pero dista mucho de ser completamente cierta. Ade- más, cuando se examinan otras máximas de la gestión con detenimiento, es probable que se descubra que muchas de ellas son igualmente endebles. Cuando las antiguas verda- des se desmoronan, aumenta el espacio disponible para la innovación de la gestión. Aprovechar la eficacia de la analogía. Lideraz- go del empleado. El poder de la diversidad. Equipos auto- organizados. Son ideas novedosas, ¿no? No. Cada una de esas importantes ideas de la gestión fue presagiada en los escri- tos de Mary Parker Follett, una innovadora de la gestión que vivió entre la Guerra Civil de Estados Unidos y la Gran Depre- sión. Piense en algunas de las premonitorias ideas de ges- tión que contiene el libro de Follett, Creative Experience, publi- cado por primera vez en 1924: • El liderazgo no viene definido por el ejercicio del poder, sino por la capacidad de aumentar la sensación de poder entre las personas a las que se lidera. El trabajo más impor- tante del líder es crear más líderes. • La toma de decisiones que da lugar a vencedores y ven- cidos resulta debilitante para todos los afectados. La me- jor manera de resolver los problemas controvertidos no es imponer un único punto de vista en detrimento de los demás, sino esforzarse por alcanzar una solución de mayor orden que integre las diversas perspectivas de todos los interesados relevantes. • Una gran organización es un compendio de comunida- des locales. Se maximiza el crecimiento individual e ins- titucional cuando esas comunidades se autogobiernan. Las heréticas ideas de Follett no eran fruto de un estudio sobre las mejores prácticas en la empresa; procedían de su experiencia en la creación y dirección de asociaciones comu- nitarias con sede en Boston. Investida con escasa autoridad formal y ante el reto de compatibilizar los contradictorios inte- reses de diversos grupos rebeldes, Follett desarrolló una serie de creencias sobre la gestión que eran completamentedife- rentes a las que imperaban en aquella época. Y, como sue- le ocurrir con la innovación, un singular punto de observa- ción dio lugar a unas ideas singulares. Si su objetivo consiste en escapar del corsé que representa la forma de pensar convencional en materia de gestión, resul- ta útil analizar las prácticas de organizaciones que son cla- ramente poco convencionales. Con una cierta dosis de inves- tigación, podrá descubrir una colección de exóticas formas de vida organizativa que no se parecen en nada a las habitua- les decanas de las mejores prácticas. Por ejemplo, imagíne- se una organización que tiene más de 2 millones de miem- bros y en la que hay un único criterio para poder entrar: hay que querer entrar. Prácticamente no hay jerarquía, a pesar de que está repartida por todo el mundo. Su sede central mundial tiene menos de cien empleados. A los líderes loca- les se los elige, no se los nombra. No existen planes ni pre- supuestos. Hay una misión organizativa, pero no hay una estrategia pormenorizada ni planes operativos. A pesar de todo, esta organización presta un complicado servicio a mi- llones de personas y ha prosperado a lo largo de más de se- senta años. ¿Cuál es? Alcohólicos Anónimos. Alcohólicos Anónimos se compone de miles de pequeños grupos que se autogobiernan. Sólo hay dos simples consig- nas que inspiran a los miembros de Alcohólicos Anónimos: “Mantenerse sobrio” y “Ayudar a los demás”. La cohesión organizativa proviene del seguimiento del programa de 12 pasos y de la observación de las 12 tradiciones que se expo- nen en los principios básicos de funcionamiento del grupo. 18 HARVARD DEUSTO BUSINESS REVIEW El cómo, e l qué y e l porqué de la innovac ión de la ges t ión Alcohólicos Anónimos existe desde hace varias décadas, pero sigue estando a la vanguardia en materia de gestión. ¿Hasta qué punto puede usted llevar la autonomía y el autogobierno en su empresa? ¿Existe algún conjunto de reglas sencillas que pueda, al mismo tiempo, desencadenar la iniciativa local y proporcionar enfoque y disciplina? ¿Hay algún objetivo benemérito que pueda promover el volunta- riado? El ejemplo del Grameen Bank de Bangladesh es otro ali- ciente para la forma de pensar innovadora en materia de ges- tión. La misión del banco consiste en convertir en empren- dedores a los más pobres de entre los pobres. Para ello, con- cede micro-préstamos a grupos de cinco personas sin exigir garantías y con muy poco papeleo. Los prestatarios utilizan los fondos para poner en marcha pequeñas empresas dedi- cadas, por ejemplo, al trenzado de cestos, los bordados, los servicios de transporte y la cría de aves. El 95% de los prés- tamos del banco se concede a mujeres, que han demostra- do ser prestatarias dignas de crédito y, al mismo tiempo, emprendedoras inteligentes. Los micro-créditos dan a esas mujeres la oportunidad de mejorar el bienestar de sus fami- lias y su propia posición social. En 2004, Grameen Bank había facilitado fondos a más de 4 millones de personas. ¿No es un poco chocante que a una mujer desesperadamente pobre que vive en un país en vías de desarrollo le resulte más fácil conseguir capital para financiar una idea que a un socio de primer nivel de su empresa? Si Grameen Bank puede con- ceder millones de préstamos sin garantías a personas que no tienen un historial bancario, ¿no debería su empresa ser capaz de encontrar la manera de financiar proyectos que ilu- sionan a sus empleados normales? ¡Eso sería una innovación de la gestión! Una analogía final: mientras estoy escribiendo este artícu- lo, William Hill, uno de los principales corredores de apues- tas del Reino Unido, está ofreciendo unas probabilidades 3’5:1 “en contra” de Tiger Woods en el Masters de 2006. Es decir, se estima que las probabilidades de que Woods pierda son 3’5 veces superiores a las probabilidades de que gane. Las pro- babilidades con respecto a Phil Mickelson están 10:1, mien- tras que se calcula que las posibilidades de Sergio García son de 26:1. Se trata de estimaciones de probabilidades basadas en dos tipos de datos: el criterio experto de los recopilado- res de probabilidades y la opinión colectiva de los apostan- tes aficionados al deporte que hacen sus apuestas. Tras es- tablecer un precio inicial para un determinado resultado, los corredores de apuestas ajustan las probabilidades a lo largo del tiempo, a medida que las personas realizan sus apuestas y la opinión del grupo va quedando más de mani- fiesto. ¿Cuál es la lección que pueden extraer los aspirantes a innovadores de la gestión? Cada día, las empresas apuestan millones de dólares por iniciativas arriesgadas: nuevos pro- ductos, nuevas campañas publicitarias, nuevas fábricas, gran- des fusiones, etc. La historia indica que muchos proyectos no generan los rendimientos previstos. ¿Existe una manera de protegerse de la euforia y el optimismo que con frecuencia elevan las expectativas de las inversiones? Una posible solución sería crear un mercado de opinión que aprovechara las opiniones de una amplia parte de los empleados para calcular las probabilidades con respecto al rendimiento previsto de un proyecto. Un patrocinador directivo establecería las probabilidades iniciales que tiene un proyecto de conseguir un determinado rendimiento en un período de tiempo concreto. Supongamos que se esta- blecen unas probabilidades de 5:1 “a favor”, que significa- ría que, en opinión del patrocinador, las probabilidades de que el proyecto genere el rendimiento previsto son de cin- co a uno. A continuación, los empleados podrían realizar sus apuestas a favor o en contra de ese resultado. Si los emplea- dos que apostaran en contra del proyecto fueran muchos más que los que apostaran a su favor, el patrocinador ten- dría que reajustar las probabilidades. Aunque el consejero delegado podría seguir respaldando un proyecto de gran alcance, la transparencia del proceso reduciría las probabi- lidades de adoptar decisiones de inversión excesivamente influidas por el poder o la persuasión personal del patroci- nador. ¿Quién habría pensado que los corredores de apuestas podían inspirar una innovación de la gestión? Su reto con- siste en detectar analogías igual de sorprendentes que sugieran nuevas maneras de abordar espinosos problemas de gestión. Póngase manos a la obra Perfecto, ¡está usted inspirado! Tiene algunas ideas fantás- ticas para la innovación de la gestión. Para convertir en rea- lidad sus teorías, que contradicen las creencias convencio- nales, tiene que saber exactamente de qué forma los proce- sos de gestión existentes en la empresa exacerban el gran pro- blema que usted confía en resolver. Empiece por responder las siguientes preguntas con respecto a cada uno de los pro- cesos de gestión relevantes: • ¿Quién es responsable del proceso? • ¿Quién tiene poder para modificarlo? • ¿Cuáles son sus objetivos? • ¿Cuáles son las mediciones de éxito? • ¿Quiénes son los clientes de este proceso? • ¿Quién llega a participar? • ¿Cuáles son las aportaciones de datos o información para este proceso? • ¿Qué herramientas analíticas se utilizan? • ¿Qué eventos y metas intermedias impulsan este pro- ceso? • ¿Qué clase de decisiones genera este proceso? • ¿Cuáles son los criterios de adopción de decisiones? • ¿Cómo se comunican las decisiones y a quién se le co- munican? • ¿Cuál es la relación de este proceso con los demás siste- mas de gestión? MARZO 2006 19 El cómo, e l qué y e l porqué de la innovac ión de la ges t ión Tras documentar los datos de cada proceso, reúna un gru- po diverso formado por interesados, como, por ejemplo, el responsable del proceso, los participantes habituales y cual- quier otra persona que pueda tener un punto de vista inte- resante. Pídales que evalúen el proceso desde el punto de vista de su repercusión sobre el reto de gestión que está usted tratando de resolver. Por ejemplo, si el objetivo con- siste en acelerar el ritmo de renovación estratégica de la empresa, puede que llegue a la conclusión de que el procesoexistente de aprobación de capital exige un grado de certi- dumbre exageradamente elevado con respecto al rendi- miento futuro, aun cuando la inversión inicial sea muy pe- queña. Esto frustra la posibilidad de reasignar de manera flexible los recursos a oportunidades nuevas. Es posible que descubra que el proceso de planificación de su empresa es elitista y concede una dosis desproporcionada de impor- tancia a la voz de los altos directivos en detrimento de las nuevas ideas de los empleados de base. Esto limita nota- blemente la variedad de opciones estratégicas que se plan- tea la empresa. Tal vez el proceso de contratación de personal prime excesivamente la competencia técnica y la experien- cia en el sector en comparación con la forma de pensar late- ral y la creatividad. Otros procesos de recursos humanos pue- den estar excesivamente centrados en garantizar el mante- nimiento de la disciplina y pueden estar descuidando la emancipación de la iniciativa de los empleados. ¿Resultado? Su empresa está consiguiendo un rendimiento insignificante por su inversión en capital humano. Un examen concien- zudo y sistemático de los procesos de gestión de la empre- sa revelará oportunidades para reinventarlos de manera que respalden mejor sus audaces objetivos. Sin lugar a dudas, es poco probable que le vayan a dar per- miso para reinventar un proceso de gestión esencial de una vez, por nocivo que pueda ser el que existe actualmen- te. Al igual que el famoso psicólogo social Elton Mayo, que hace unos ochenta años llevó a cabo experimentos de com- portamiento humano en los Hawthorne Works de la Western Electric Company, tendrá que diseñar experimentos poco arriesgados que le permitan poner a prueba sus innovacio- nes de la gestión sin perturbar la organización entera. Es posi- ble que eso signifique diseñar una simulación, en la cual usted aborde un problema estratégico esencial mediante un novedoso proceso de toma de decisiones para comprobar si eso da lugar a una decisión diferente. Puede que suponga uti- lizar un nuevo proceso de gestión en paralelo al proceso anti- guo durante un tiempo. Tal vez le interese colocar su inno- vación en un sitio web interno e invitar a las personas de toda la empresa a evaluar y comentar sus ideas antes de poner- las en práctica. El objetivo es crear una cartera de nuevos y audaces experimentos de gestión que tenga la capacidad de mejorar el rendimiento de la empresa por encima incluso del de sus competidoras. • • • Casi todas las organizaciones del mundo se han construido sobre los mismos principios básicos de gestión contrastados por el tiempo. Si tenemos esto en cuenta, no es extraño que los procesos de gestión esenciales, como la elaboración de presupuestos de capital, la planificación estratégica y el de- sarrollo de liderazgo, sean prácticamente idénticos en todas las empresas. A pesar de que en ocasiones colocamos la eti- queta de “dinosaurio” a las empresas que crónicamente obtienen unos resultados deficientes, lo cierto es que todas las organizaciones tienen una considerable dosis de ADN de dinosaurio oculta en sus procesos y prácticas de gestión. En el ecosistema organizativo hay dinosaurios pequeños y dinosaurios grandes, bulliciosos niños que están apren- diendo a andar y tambaleantes ancianos. No obstante, nin- guna empresa puede escapar al hecho de que, cada año que transcurre, el presente se vuelve una guía menos fiable para el futuro. Aunque el actual genoma de la gestión con- tiene muchos elementos que indudablemente serán valiosos en los años venideros, también habrá que modificar muchos otros elementos. Hasta la fecha, la gestión en el siglo XXI es muy similar a la gestión en el siglo XX. Ahí está la oportunidad. Puede usted esperar a que un competidor descubra la próxima gran innovación de la gestión o puede convertirse en un innova- dor de la gestión en este mismo momento. En un mundo repleto de nuevos retos de gestión, tendrá que ser aún más innovador y menos conservador que todos aquellos pione- ros de la gestión que le precedieron. Si tiene éxito, su lega- do de innovación de la gestión no desmerecerá en absoluto al de ellos. «El cómo, el qué y el porqué de la innovación de la gestión». © 2006 Har- vard Business School Publishing Corporation. All rights reserved. Todos los derechos reservados. Este artículo ha sido publicado anteriormente en Har- vard Business Review con el título “The Why, What, and How of Management Innovation”. Referencia n.O 2669. Si desea más información relacionada con este tema, introduzca el código 11501 en www.e-deusto.com/buscadorempresarial El cómo, e l qué y e l porqué de la innovac ión de la ges t ión 20 HARVARD DEUSTO BUSINESS REVIEW