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Gestión financiera.
La gestión financiera se encarga de la planificación, administración, control y organización de los recursos financieros en una empresa. Esta disciplina es responsable de tomar decisiones acerca del ahorro, inversión, financiamiento y presupuesto para todas las áreas dentro de la organización empresarial.
La administración financiera o finanzas corporativas es una rama de las ciencias empresariales cuyo objetivo consiste en analizar y mejorar las decisiones de inversión económica que toman las empresas, así como también examinar la eficacia de los instrumentos disponibles para su evaluación.
El origen de la administración financiera es...
La gestión financiera se convirtió en una parte fundamental de la economía y los negocios durante el auge del capitalismo tras la Revolución Industrial. En consecuencia, surgió como un campo independiente de estudio a principios del siglo XX en el mundo empresarial.
Hasta ese momento, el conocimiento en la materia se restringía al mero registro de los procedimientos del mercado bursátil sin contar con métodos analíticos ni herramientas para comprender y comunicar la historia financiera empresarial convirtiéndola así en un área teórica limitada.
El propósito de la gestión financiera es...
La finalidad central de la administración financiera es entender, perfeccionar y estimular el control que las empresas ejercen sobre sus recursos económicos mediante diversos conceptos fundamentales y mecanismos de registro y análisis. De esta manera se busca lograr una gestión mejorada tanto de los activos como pasivos financieros, así como también planificar estratégicamente a largo plazo.
Este campo de investigación está fuertemente relacionado con las disciplinas propias del mundo empresarial y la administración, tales como contabilidad, derecho o arquitectura empresarial. Se nutre de estas áreas para obtener herramientas útiles y brindar una perspectiva que complementa a los demás.
La administración financiera es muy importante.
En el ámbito de las relaciones empresariales, la gestión adecuada de las finanzas corporativas se convierte en una cuestión fundamental para determinar su éxito.
Las inversiones son el corazón del crecimiento económico de un país, ya que los nuevos proyectos crean empleo, riqueza y movilizan la maquinaria económica tanto pública como privada.
La gestión eficiente de los recursos y una planificación adecuada son esenciales para que las empresas alcancen sus objetivos a corto y mediano plazo, así como asegurar su futuro en el ámbito financiero.
"Campos de estudio en gestión financiera"
En términos generales, la gestión financiera se encarga de valorar los activos y analizar las decisiones financieras que buscan generar valor (lo cual debería ser el objetivo principal del liderazgo empresarial).
No obstante, se pueden enfrentar estos asuntos desde diversas perspectivas como la configuración jurídica de empresas, los modelos económicos y financieros, las uniones empresariales y compras adquisitivas, el compromiso social del sector corporativo en cumplir obligaciones fiscales e involucramientos bancarios para respaldar decisiones financieras. Asimismo resulta considerar factor clave fundamental: el equilibrio entre riesgo financiero y rendimiento monetario efectivo.
El riesgo y los beneficios de la gestión financiera.
La administración financiera se basa en dos conceptos fundamentales: el riesgo, que indica la probabilidad de obtener un resultado final distinto al esperado; y el beneficio, relacionado con la posibilidad de lograr crecimiento y ganancias tanto previstas como imprevistas.
No hay beneficio sin riesgo, por lo tanto se dice combinado que "quien no arriesga no gana" y que la inversión es el elemento clave para fomentar el desarrollo empresarial.
Además, existen tres categorías de riesgo que se mencionan:
El riesgo sistemático, también conocido como no diversificable o inevitable, se relaciona con factores externos al sistema financiero, tales como la política.
El riesgo no sistemático, también conocido como diversificable, evitable o idiosincrático, se refiere a los cambios propios del mercado como un todo y puede reducirse mediante la diversificación.
El riesgo total es la suma de los dos riesgos anteriores, obteniendo así el resultado final.

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