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LECTURAS - ESQUEMA CORPORAL

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DESARROLLO FÍSICO Y PSICOMOTOR EN LA ETAPA INFANTIL
Carmen Maganto Mateo
Soledad Cruz Sáez
Facultad de Psicología
ESQUEMA CORPORAL
Según Ballesteros (1982), este concepto se puede definir como la
representación que tenemos de nuestro cuerpo, de los diferentes
segmentos, de sus posibilidades de movimiento y de acción, así como de
sus diversas limitaciones. Es un proceso complejo ligado a procesos
perceptivos, cognitivos y práxicos, que comienza a partir del nacimiento y
finaliza en la pubertad, interviniendo en el mismo la maduración neurológica
y sensitiva, la interacción social y el desarrollo del lenguaje.
Las experiencias producidas por el movimiento, los resultados de
dicho movimiento y la percepción del cuerpo de otros sientan las bases
sobre las que se va a elaborar la percepción del cuerpo propio. Durante el
segundo año de vida el niño manifiesta una progresiva diferenciación de
algunas partes del cuerpo y en el tercero, los niños son capaces de
identificar ojos, boca, orejas, nariz, manos, brazos, pies y piernas.
El lenguaje va a jugar un papel esencial en la construcción del
esquema corporal, ya que además de permitir nombrar las partes que
componen el cuerpo, como regulador de las secuencias de actos motores
en la interacción con el ambiente a través del juego. La representación
corporal hace posible la utilización del cuerpo de forma coordinada
mediante el ajuste de la acción a lo que se quiere o desea.
Entre los 2 y 5 años los niños van mejorando la imagen de su cuerpo
y los elementos que lo integran, van perfeccionando movimientos,
estabilizando su lateralización y conquistando el espacio, relacionándose y
actuando en él. Aunque entre 5 y 6 años el esquema corporal es bastante
bueno en cuanto a la calidad de los movimientos y a la representación que
se tiene del mismo, todavía se deben dominar conceptos
espaciotemporales que permitan situarse adecuadamente en el espacio, en
el tiempo y con relación a los objetos. De 6 a 12 años se sigue
perfeccionando el esquema corporal, el movimiento se hace más reflexivo,
permitiendo una potenciación de la representación mental del cuerpo y del
movimiento en función del tiempo y el espacio.
Los trastornos del esquema corporal, si no se deben a una causa de
tipo neurológico, se relacionan con déficits en su conocimiento o en su
representación simbólica, por una inadecuada lateralización, concepción
espacial o por no poder situar el cuerpo como un objeto en el campo de la
relación.
Se considera que un niño presenta un retraso en la elaboración del
esquema corporal si a los 3 años no es capaz de reconocer, señalando o
nombrando, los elementos de la cara, o si a los 6 no lo reconociera en sí
mismo o no pudiera representarlo, además es esperable que a esta edad
los niños distingan su derecha e izquierda y conozcan algunos conceptos
espacio-temporales sencillos como arriba/abajo, delante/detrás,
primero/último, ayer/mañana, etc.
 Psicomotricidad en Educación Inicial
CAPÍTULO 4 
ESQUEMA CORPORAL
Es la representación mental del propio cuerpo, tanto en situación estática como dinámica, con sus segmentos y limitaciones y sus relaciones con el espacio y con los objetos. 
Adquirir el esquema corporal implica: 
 La localización en uno mismo y en los demás de las diversas partes del cuerpo. 
 La toma de conciencia del eje corporal. 
 El conocimiento de sus posibilidades de movimiento, es decir, la toma de conciencia tanto de la motricidad fina como de la gruesa. 
 La situación del cuerpo dentro del espacio y del tiempo. 
 La ordenación del cuerpo por medio del ritmo en el espacio y el tiempo. 
Vayer (1972) dividió en una serie de etapas el desarrollo del esquema corporal: 
1. Etapa Material: (0-2 años): abarca desde los primeros reflejos a la marcha y las primeras coordinaciones motrices, desarrollándose a través del diálogo tónico madre-hijo. 
2. Etapa Global de aprendizaje de sí mismo: (2-5 años): desarrollo de la motricidad, produciéndose un conocimiento cada vez más ajustado de su cuerpo de forma global. 
3. Etapa de transición: (5-7 años): pasa de un estadio global y sincrético a otro de análisis y diferenciación. Se desarrolla el control postural y respiratorio. Se afirma definitivamente la lateralidad y se da la independencia de los brazos en relación con el tronco. 
4. Etapa de elaboración definitiva del esquema corporal: se produce un aumento de las posibilidades de relajación global y segmentaria. el niño/ a toma conciencia de los diferentes elementos corporales y controlan sus acciones. 
Objetivos: 
 Aprender la denominación de cada segmento o parte corporal. 
 Localizar los distintos segmentos corporales de uno mismo. 
 Localizar los distintos segmentos corporales del compañero. 
 Aprender las funciones de cada parte o segmento corporal 
 Aprender a observar. 
 Aprender a sentir mejor el cuerpo. 
 Desenvolvernos con armonía y precisión en el espacio circundante. 
La adquisición del esquema corporal se lleva a cabo por: 
 Sensibilidad: 
Exterioceptiva: son las informaciones sobre las cualidades externas del propio cuerpo, a través de impresiones cutáneas, visuales, auditivas, gustativas y olfativas. 
Propioceptiva: es la que se produce a través de las sensaciones recibidas desde los órganos terminales sensitivos situados en los músculos, tendones y articulaciones. 
Interceptiva y visceroperceptiva: se producen a través de impresiones recibidas desde la superficie interna del cuerpo y de las vísceras. 
 Los desplazamientos: 
Segmentarios 
Globales 
El esquema corporal se elabora al compás del desarrollo y la maduración nerviosa (mielinización progresiva de las fibras nerviosas), de la evolución sensoriomotriz y en relación con el mundo de los demás. El desarrollo del esquema corporal (Vayer, 1985) se ajusta a dos leyes psicofisiológicas, válidas antes y después del nacimiento 
CONOCIMIENTO DE LAS PARTES DEL CUERPO 
El niño percibe su cuerpo a través de todos los sentidos, principalmente a través del tacto, visión y sentido cinestésico. Es importante trabajar todos los segmentos del cuerpo, situar sus miembros, trabajar las diferentes posiciones que hacemos con cada parte de nuestro cuerpo. 
Se considera que un niño de 4 años debe conocer ya varias de las partes de su cuerpo. Si un niño de 3 años no sabe indicar su boca, su nariz, sus ojos, sus orejas y sus pies, deberíamos pensar que algo no va bien y acudir al especialista. El niño que no ha adquirido estos conocimientos elementales, carece de interés o lo tiene muy débil. El interés por lo nuevo, la curiosidad, es la fuerza que lleva a la adquisición de las experiencias, una de las condiciones de la inteligencia. Podrían considerarse ciertos conocimientos elementales como medida de inteligencia, de un desarrollo, más o menos, dentro de lo esperado. 
EJERCICIOS: 
2 AÑOS 
Este es Pepo. Pedir al niño que señale con el dedo el pelo de Pepo, la boca, la nariz y las manos. 
El ejercicio se considera positivo si identifica por lo menos tres de las cuatro partes del cuerpo que se le piden. 
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3 AÑOS 
El niño señalará en su propio cuerpo las siguientes partes: boca, nariz, orejas y pelo. 
Para este ejercicio se exigen tres respuestas correctas. 
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4 AÑOS 
Señala en estos niños las siguientes partes del cuerpo:
Se valora como positivo si señala correctamente cuatro partes del cuerpo de las cinco propuestas. 
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5 AÑOS 
Decir cuántos son los dedos de la mano. 
Pregunte al niño: 
¿Cuántos dedos tengo en una mano? (No se permite contar) 
¿Cuántos dedos tengo en la otra mano? 
¿Cuántos dedos tengo en las dos manos juntas? 
Las tres preguntas deben de ser correctamente contestadas. 
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6 AÑOS 
Distinguir la mano derecha y la izquierda, la pierna derecha y la izquierda.Se pregunta al niño cuál es su mano derecha. La izquierda. . La pierna derecha. La izquierda. 
En niños de 6 años no superan la prueba entre un 15% y un 20%. 
EJE CORPORAL 
Está materializado por la línea media que representa la columna vertebral investido de funciones tónica, motrices y de orientación espacial. 
Es el eje referencial y su integración es un elemento fundamental para la construcción del esquema corporal. Su desconocimiento tiene graves consecuencias y es responsable principal de las perturbaciones en la percepción espacial del sujeto. 
Representa la línea o punto imaginario alrededor del cual un objeto, cuerpo o segmentos de éste rotan o giran.
NEURODESARROLLO & PSICOMOTRICIDAD
ANA CAROLINA SAN MARTIN FLORES
ESQUEMA CORPORAL
El concepto de integralidad es esencial para el ser humano. El hombre se concibe como un todo, lo que se pone de manifiesto en cualquier actividad que realice y trasciende la conciencia individual. Es fácil verlo con un ejemplo: para beber un vaso de agua, primero hemos de coger el vaso que acabamos de ver en la alacena (vista, movimiento, equilibrio, fuerza, tonicidad, etc.). Pues bien el concepto fundamental de tal integralidad es el de “esquema corporal”.
Desde el momento de su nacimiento, e incluso antes, el ser humano adquiere vivencias sobre su propio cuerpo que, más tarde, le permitirán ser consciente de él y de su representación.
Ajuriaguerra definía el esquema corporal como: “La suma de sensaciones y sentimientos que conciernen al cuerpo, el cuerpo como se siente. Le influyen las experiencias vitales y los procesos mentales en los que el sujeto se reconoce a sí mismo. Es, en definitiva, el cuerpo vivido”
Wallon propone que el esquema corporal “tiene como requisito la interacción del individuo con el medio”
Lapierre afirma que: “el esquema corporal es la representación mental que cada individuo hace de su propio cuerpo. Es la conciencia que cada uno tiene de sus partes y de la unidad en su conjunto. Es la conciencia de identificación de su yo corporal.
Según Le Boulch, la noción de esquema corporal hace referencia al conocimiento inmediato que poseemos de nuestro cuerpo, a la intuición de conjunto que tenemos de él, ya sea de forma estática o dinámica, a las relaciones entre sus diferentes partes y, sobre todo, a sus relaciones con el espacio y los objetos que nos rodean.
Para Tasset el esquema corporal emerge en la primera edad a través del conocimiento del cuerpo en su conjunto. Un bebé, por ejemplo, siente dolor pero es incapaz de localizarlo en su cuerpo. De éste modo, llora como respuesta al daño percibido, pero su sensibilidad propioceptiva no se ha desarrollado aún, por lo que no distingue qué parte de su cuerpo le duele.
Según Ballesteros (1982), este concepto se puede definir como la representación que tenemos de nuestro cuerpo, de los diferentes segmentos, de sus posibilidades de movimiento y de acción, así como de sus diversas limitaciones. Es un proceso complejo ligado a procesos perceptivos, cognitivos y práxicos, que comienza a partir del nacimiento y finaliza en la pubertad, interviniendo en el mismo la maduración neurológica y sensitiva, la interacción social y el desarrollo del lenguaje.
Las experiencias producidas por el movimiento, los resultados de dicho movimiento y la percepción del cuerpo de otros sientan las bases sobre las que se va a elaborar la percepción del cuerpo propio. Durante el segundo año de vida el niño manifiesta una progresiva diferenciación de algunas partes del cuerpo y en el tercero, los niños son capaces de identificar ojos, boca, orejas, nariz, manos, brazos, pies y piernas.
El lenguaje va a jugar un papel esencial en la construcción del esquema corporal, ya que además de permitir nombrar las partes que componen el cuerpo, como regulador de las secuencias de actos motores en la interacción con el ambiente a través del juego. La representación corporal hace posible la utilización del cuerpo de forma coordinada mediante el ajuste de la acción a lo que se quiere o desea.
Entre los 2 y 5 años los niños van mejorando la imagen de su cuerpo y los elementos que lo integran, van perfeccionando movimientos, estabilizando su lateralización y conquistando el espacio, relacionándose y actuando en él. Aunque entre 5 y 6 años el esquema corporal es bastante bueno en cuanto a la calidad de los movimientos y a la representación que se tiene del mismo, todavía se deben dominar conceptos espaciotemporales que permitan situarse adecuadamente en el espacio, en el tiempo y con relación a los objetos. De 6 a 12 años se sigue perfeccionando el esquema corporal, el movimiento se hace más reflexivo, permitiendo una potenciación de la representación mental del cuerpo y del movimiento en función del tiempo y el espacio.
Tasset afirma que le corresponde al profesor y al educador estimular los aprendizajes del niño, tanto los propioceptivos como los gráficos. La educación del esquema corporal según él “presenta muy amplias posibilidades”, pero afirma que antes de emprender las tareas de aprendizaje conviene conocer adecuadamente todas las dificultades que entraña.
Los trastornos del esquema corporal, si no se deben a una causa de tipo neurológico, se relacionan con déficits en su conocimiento o en su representación simbólica, por una inadecuada lateralización, concepción espacial o por no poder situar el cuerpo como un objeto en el campo de la relación.
Se considera que un niño presenta un retraso en la elaboración del esquema corporal si a los 3 años no es capaz de reconocer, señalando o nombrando, los elementos de la cara, o si a los 6 no lo reconociera en sí mismo o no pudiera representarlo, además es esperable que a esta edad los niños distingan su derecha e izquierda y conozcan algunos conceptos espacio-temporales sencillos como arriba/abajo, delante/detrás, primero/último, ayer/mañana, etc.
Evaluación
El conocimiento del cuerpo está relacionado con la representación simbólica que tiene del mismo, desempeñando un papel principal las aportaciones del lenguaje. Por ello, los métodos que se emplean a la hora de evaluarlo consisten generalmente en pruebas que valoran la capacidad para nombrar las distintas partes del cuerpo y para representarlo a través de dibujos o puzzles. No obstante, dada la complejidad de variables que intervienen en su elaboración se hace difícil su evaluación.
Según Rigal (1987f) para estudiar de una forma precisa el nivel de maduración que el niño posee en este aspecto es necesario poder precisar:
1. El conocimiento topológico de las diferentes partes tanto del propio cuerpo como del cuerpo del otro.
1. La posibilidad de imitar modelos o realizar posturas siguiendo órdenes.
1. La precisión con la que el niño es capaz de evaluar las dimensiones de su cuerpo.
1. El conocimiento de derecha e izquierda sobre sí mismo y el medio.
Existen en el mercado distintas pruebas para realizar dicha valoración, si bien es difícil encontrar una que reúna todos los aspectos que sugiere Rigal. Quizás la prueba más conocida es el dibujo de la figura humana de Goodenough (1957) aunque también se puede valorar el esquema corporal a través de gestos: test de gestos de Berges-Lezine (1975), mediante construcciones con piezas: test del Esquema corporal de Daurat-Hemeljak, Stamback y Berges (1966); a través del esquema corporal lateralizado de Piaget-Head, pruebas modificadas por Galifret-Granjon; a través de la prueba de interiorización somatognósica de Gómez Tolón (1982); por último, y de forma indirecta a través de la percepción en base a los tests de dependencia-independencia de campo, de Witkin y cols. (1962-1974). Comentaremos brevemente las características básicas de los más usados.
Dibujo de la figura humana de Goodenough (1957)
En esta prueba se le pide al niño que dibuje una figura humana, por lo que está basada en la representación gráfica de su propio cuerpo. Con ella se intenta valorar el conocimiento del esquema corporal, el desarrollo intelectual, la capacidad creadora y la organización espacial. Consta de 31 ítems, cadauno de los cuales se valorará con un punto, pudiendo emplearse con niños de hasta 15 años.
No es aconsejable que se utilice esta prueba como única medida porque, al haber una diferencia entre la ejecución gráfica del niño y el conocimiento que tiene de las partes de su cuerpo, no se puede concluir con certeza la validez de este test.
Test de gestos de Berges-Lezine (1975)
Con este test se mide la posibilidad que tiene el niño de imitar los gestos que realiza el experimentador tanto con sus manos como con sus brazos. Se utiliza con niños de edades comprendidas entre 3 y 6 años y aporta una interpretación teórica de la evolución del esquema corporal y de las praxias, inspiradas en Piaget. En la realización intervienen factores perceptivos, a través de los cuales se toma conciencia de los gestos que se tienen que repetir y factores prácticos que son la realización de los mismos.
Explora el conocimiento del cuerpo, su orientación y la eficiencia postural y motriz que se da en las diversas etapas del desarrollo.
Consta de 20 ítems para el gesto simple y 16 pruebas para gestos complejos. La valoración se realiza de acuerdo al porcentaje de respuestas correctas y a la edad del sujeto.
Test del Esquema Corporal de Daurat-Hemeljak, Stamback y Berges (1966)
Con la ejecución de este test se mide el conocimiento topográfico que el niño tiene de su esquema corporal y se valora especialmente el aspecto constructivo. Construcción del todo a partir de las partes. Se utilizan piezas sueltas para que con ellas el sujeto vaya construyendo la imagen de la cara y del cuerpo.
La prueba consta de dos partes: una llamada de frente para niños de entre 4 y 8 años, en la que deben construir el cuerpo y la cara vistos de frente, y la segunda llamada de perfil, para niños de entre 6-11 años, en la que se debe construir el cuerpo y la cara vistos de perfil. Cada una de las pruebas se realiza en tres tiempos o fases: la primera, o fase de «evocación», en la que se le pide al niño que construya la figura sobre una lámina de cartón que tiene referencias; la segunda, o fase de «construcción», en la que el niño tiene que coordinar y disponer todas las piezas que tiene a su disposición y eliminar las que son falsas; y la tercera, o fase de «reproducción», en la que tiene que construir la figura con el modelo a la vista.
El examinador dispondrá, pues, de una puntuación global (frente o perfil), una puntuación global del cuerpo, una puntuación global de la cara, y puntuaciones parciales para cada una de las modalidades o técnicas de examen: evocación, construcción y reproducción.
Test de N. Galifret-Granjon «derecha-izquierda» (Batería Piaget-Head)
Este test evalúa tanto el esquema corporal como la lateralidad y el concepto espacial derecha-izquierda y está basado en el de Piaget de «derecha-izquierda», seleccionando de él 10 preguntas, y en la batería «mano-ojo-oreja» de H. Head, cuyas seis pruebas iniciales la autora deja reducidas a tres: 1) Imitación de movimientos. 2) Ejecución de movimientos tras orden verbal. 3) Imitación por figuras esquemáticas. El éxito en estas pruebas requiere una buena capacidad de transposición del otro a sí mismo y un esquema corporal bien establecido en el que se integra el concepto derecha-izquierda.
Las preguntas seleccionadas del test de Piaget son formuladas al niño por un examinador que se encuentra frente a él. Con las cuatro primeras el niño tiene que identificar su mano izquierda, su derecha y la derecha e izquierda del examinador. Las seis restantes están relacionadas con tres objetos (tintero, llaves, reloj) que se colocan frente al niño y que distan entre sí unos 15 cm aproximadamente. Tiene que contestar si un objeto determinado está a la izquierda o a la derecha de otro. Estas respuestas debe darlas con los brazos cruzados sobre la mesa para que no le sirvan de referencia.
Los resultados de esta prueba, según Soubiran (1989) indican lo siguiente:
1. A los 6 años, el reconocimiento sobre sí mismo está hecho en el 96 por 100 de los niños.
1. A la misma edad, el reconocimiento sobre los demás no alcanza más que al 34 por 100 de los diestros y sólo al 9 por 100 de los zurdos.
1. La observación sobre los objetos exteriores no es posible en la misma época ni realizable más que por el 20 por 100 de los diestros y por el 0 por 100 de los zurdos.
1. Cualquiera que sea el niño y su preferencia lateral, hay que esperar hasta los 10 años para que la prueba sea conseguida en su conjunto, es decir, por el 75 por 100 de los sujetos.
En Rigal (1987e) encontramos la cita de un estudio realizado con 312 niños de entre 6 y 14 años, el cual indica que el reconocimiento derecha-izquierda sobre sí mismo es conseguido, a partir de la prueba de Piaget, por el 86 por 100 de los niños de 6 años, y que sobre el experimentador lo logran el 80 por 100 de los de 8 años. En cuanto a la prueba de posición relativa de tres objetos no es superada hasta los 11-12| años. En el test «mano-ojo-oreja» de Head los niños de 7-8 años superan la orden verbal, los de 9-10 superan la prueba de imitación de gestos del examinador que está sentado en frente y los de 10-12 la de figuras dibujadas.

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