Logo Studenta

ÉTICA DE LA INTIMIDAD PERSONAL

¡Estudia con miles de materiales!

Vista previa del material en texto

Principios y valores II @pri_resumen
2
II. ÉTICA DE LA INTIMIDAD PERSONAL
Cada forma de acción humana está ligada a la persona, revela el misterio de sí mismo a los demás. La persona transparentó en su palabra, en su corporeidad, aquello que es: hace presente su historia.
1. La intimidad: estructura existencial
· La Intimidad es aquel campo reservado en que nadie puede entrar sin ser libremente introducidos. Es la parte mía y del prójimo que los otros no ven, que cada uno desea mantenerlo en secreto.
· Se trata de un derecho fundamental y de un espacio libre en el foro interno de la persona, de un derecho a la vida privada distinta de aquella pública, es decir al resguardo de la indiscreción ajena.
· Para entender la exigencia de respeto de su intimidad que pide la persona, hemos de partir de la experiencia o vivencia del fenómeno de lo íntimo. En este sentido el lenguaje tiene una función de introducción y de revelación de esa experiencia. Todos conocemos expresiones como éstas: “Somos amigos íntimos”, “Aquí reina una atmósfera de intimidad”, etc.
· Paralelamente a estas expresiones existen otras en las cuales lo íntimo dice relación a una sola persona: “Mis pensamientos y mis sentimientos más íntimos”, etc.
· Es decir, la realidad de la intimidad puede ser constatada tanto a nivel personal como a nivel interpersonal.
1.1. Ámbito interpersonal.
Dentro de este aspecto interpersonal encontramos los siguientes componentes:
a) Un círculo íntimo que comprende varias personas, pero no una cantidad exagerada. No se podrá decir jamás que una reunión masiva tenga un carácter íntimo.
b) A esta cualidad grupal de un círculo íntimo, es necesario agregar cierta atmósfera: un ambiente que no admita extraños o espacios vacíos, producidos por la llegada de un desconocido.
c) Estos elementos no significan que ya se tenga el ambiente de intimidad, que es un lazo más profundo, que da a los “reunidos” la impresión de encontrarse seguros, protegidos por la presencia común.
· Estos componentes nos hablan de la característica fundamental que especifica la intimidad: es una comunicación de personas, pero permaneciendo personas, sin la pérdida de la individualidad. En la intimidad no hay lugar para actitudes artificiales, o para la desconfianza, o para una actitud sospechosa.
· Existe una atmósfera de confianza, dentro del cual el Yo y el Tú, rodeados de la intimidad, se confían mutuamente sus secretos personales y los saben seguros.
1.2. Ámbito personal
· Debemos entender que tanto lo estrictamente personal, como lo interpersonal se hacen referencia mutuamente.
· Esta intimidad es necesaria para la persona. El hombre normal es siempre y al mismo tiempo apertura y recogimiento.
· Para mantener la intimidad es necesario poseer cierto secreto, en lo más profundo no solo del “tener”, sino del “ser”. El secreto se identifica con el misterio mismo de la persona.
· De este modo podemos definir la intimidad personal como un secreto personal; mejor, como el secreto de la personalidad propia del Yo.
· El concepto de la intimidad está ligado al concepto del pudor, que tiene la función de proteger a la persona frente a cualquier especie de peligro, sea físico o espiritual, de la misma esfera íntima. El aspecto virtuoso del pudor expresa la protección total de la dignidad de la persona. Entran dos componentes:
a) El derecho a la protección de la esfera íntima propia del cuerpo y del alma;
b) El deber de respeto de la esfera íntima de otros contra cualquier agresión (también de los mass-media), contra las seducciones, las exhibiciones, etc.
· El rostro del prójimo, los ojos, el comportamiento exigen respeto y protección.
Los principales derechos de la vida privada son:
· Derecho al nombre, como expresión y resumen de lo que el hombre es como sujeto de atribución de sus diferentes acciones.
· Derecho a la propia imagen.
· Derecho al secreto de la correspondencia. Jurídicamente están reguladas algunas excepciones a este derecho, pero, en el ámbito de las normales relaciones interpersonales, es inmoral, por ejemplo, la lectura de la correspondencia ajena o escuchar conversaciones de otros.
· Derecho al secreto profesional; tema que será profundizado más adelante.
2. Intimidad como valor ético
· La intimidad no puede vivenciarse en una actitud de encierro. El “Yo”, su intimidad, es verificable a partir de la aceptación de un “Tú”. Esto supone que no puede existir intimidad, si no existe el aspecto relacional. El Yo es perceptible en relación esencial con el otro.
· El hombre es una estructura de interioridad y exterioridad. La presencia personal no es un dato frío o neutral. Para vivir su intimidad, la persona debe vencer la tentación del retraimiento. La verdadera experiencia de la intimidad no cierra nunca la vía de acceso al otro.
· “Tenemos que afirmar que el derecho a la intimidad personal no es, de manera general, un valor absoluto; de suerte que, en cuanto a la posesión.
· Del secreto personal, no se puede sostener pura y simplemente que todo lo que uno conoce reservadamente en virtud de la interioridad, tiene que permanecer oculto” Peters.
· De este principio se deduce que no se puede forzar al otro a manifestarse y que todo acercamiento ha de estar marcado por el respeto.
3. Riesgos de la intimidad en el mundo actual
Es un hecho ampliamente comprobado que el valor de la intimidad está sometido a muchos riesgos en el mundo actual; lo que no debe hacernos dudar que ella sea uno de los valores de la persona que requieren particular protección hoy día.
¿Cuáles serían estos riesgos? He aquí algunos:
· Los dispositivos ópticos: Espejos semitransparentes, fotografías con rayos infrarrojos, aparatos fotográficos miniaturizados, televisión en circuito cerrado, etc.
· El dispositivo acústico: Registro de conversaciones telefónicas, registro de conversaciones normales por medio de magnetófonos ocultos, etc.
· Vigilancia por medio de computadoras: A través de bancos de datos, etc. Normalmente, las personas no tienen inconvenientes en realizar públicamente muchas acciones, pero están en contra de que sean “conservadas” -como si se tratase de una historia personal- para utilizar posteriormente esos datos.
· Vigilancia psicológica: A través del abuso de los test de personalidad para obtener cualquier tipo de empleo o trabajo. Así, en ocasión de obtener ese puesto, la persona se ve prácticamente obligada a revelar aspectos de su intimidad.
· Narcoanálisis: El alcohol, por ejemplo, hace desaparecer el dominio de uno mismo y da libre curso a pensamientos íntimos; de esa manera también es habitual narcotizar a las personas a fin de entrar dentro de la intimidad de a persona.
4. La era de la indiscreción
· La sociedad actual tiene una característica peculiar: la intimidad de la persona está amenazada de diversas maneras.
· La tensión entre derecho a la intimidad y derecho a la información no pueden entenderse sin hacer referencia a un dato de primaria importancia: la necesidad de salvaguardar la libertad personal.
· La libertad consiste fundamentalmente en poder elegir el ámbito concreto que se desea dar a la acción. Si cualquier acción humana tuviese obligatoriamente trascendencia pública, no se podría ya hablar de libertad. Una cosa es el aislamiento egoísta y otra la legítima reserva, que en nada atenta contra los derechos de los demás.
· Cuando se habla de una extralimitación de la información a costa del derecho a la intimidad, se piensa inmediatamente en noticias o fotografías de prensa; pero no son las únicas. A modo de ejemplo podríamos citar las siguientes formas de atentados contra la intimidad personal:
a) Por la publicidad.
b) Por la objetivación a que es sometido el hombre de hoy.
c) Por la fuerza de los Mass-media, que roban la vida privada de las personas.
d) Por el espionaje de diversas formas.
e) Por la instrumentalización a que puede ser sometido mediante el robo de la intimidad.
f) Por la reducción a espectáculo de valores tan íntimos como la muerte.
5. Eldialogo interpersonal
· Hemos tratado de analizar dos elementos importantes de la realidad personal y comunitaria del hombre: su realidad íntima y al mismo tiempo su apertura. La veracidad y la mentira (o falsedad) tienen su rol en la manifestación del hombre, en su palabra, en sus opciones, en sus elecciones. El hombre se hace veraz, capaz de confianza, o de lo contrario camina hacia la destrucción de su unidad interna, con una consecuente incapacidad de mantener relaciones honestas con su entorno y consigo mismo.
· Ahora bien, al describir la estructura fundamental de la existencia de la persona, constatamos que ésta es siempre coexistencia (Heidegger). El hombre no se halla solo, existe precisamente con otros sujetos, de donde nos viene el cuidado o la preocupación por los otros.
· El hombre se constituye en persona en relación con otra persona. La relación Yo/Tú es elemento fundamental en la caracterización de la persona.
· Esta relación no debemos considerarla como un agregado, como algo accidental, sino como condición existencial de la persona. Por tanto, coincidimos en afirmar que el hombre convive, y por tanto la relación Yo/Tú le es constitutiva.
· Sólo a partir de esa convivencia, de esa relación en la que somos persona, podemos entrar en diálogo y en colaboración, en intercambio de opiniones y en competencia sana con otros. Podemos encontrarnos para el bien o para el mal.
· Esta relación Yo/Tú es encuentro entre sujetos, cara a cara. Cuando un hombre encuentra a otro, no lo puede reducir a objeto, no lo puede juzgar desde sí mismo, no lo puede considerar como un medio; si así lo hiciere el “encuentro” no se realizaría plenamente.
· Sólo en el diálogo, en el Tú que se abre al Yo, de manera libre, consciente y responsable, es posible una verdadera humanización.
· Este diálogo no se agota en las palabras; sino supone también las obras, toda la exterioridad que lo expresa.
5.1. Fenomenología del diálogo
· Es necesario describir el hecho del diálogo para que distingamos su forma auténtica de su forma inauténtica.
· El diálogo es siempre entre dos personas; el diálogo entre grupos no altera esa estructura, ya que puede hacerse entre portavoces. Cuando todos hablan a la vez, no hay quien escuche, no hay diálogo.
· Busca llegar a un acuerdo; en eso se distingue de la polémica, en sentido peyorativo y del altercado.
· El auténtico diálogo compromete; por eso eludimos a veces hablar sobre ciertos temas o con determinadas personas; y tenemos terror ante el compromiso serio.
· El diálogo auténtico aclara y libera a la persona de su inautenticidad y la salva de la angustia: El hombre se hace expresivo únicamente en relación a un “Tú”. Esto le permite aclarar sus ideas y sobre todo le ayuda a descubrirse a sí mismo.
5.2. Actitudes del dialogo interpersonal
Resulta difícil hacer una exposición de todo el conjunto de actitudes que integran la vida del diálogo interpersonal. Sin embargo, podemos resaltar las siguientes actitudes como pilares básicos para una comunicación interpersonal:
· Respeto al otro en cuanto tal y a sus manifestaciones, ideas, creencias, etc.
· Pluralismo, frente a toda postura de intransigencia y de dogmatismo.
· Apertura, como posibilidad de encuentro entre personas en orden a la consecución de una sociedad pluralista y convergente.
· Servicio, aceptando la definición del hombre como “ser para los demás”.
· Igualdad, como valoración del hombre en su radical y unitario valor frente a todos los “muros de clase” creados por la injusticia y creadores de injusticia.
· Acogida, de todo hombre, sobre todo del marginado, para lograr la amistad, que es la estructura fundamental de la relación propia de persona a persona.
· La actitud dialógica debe abarcar todo el contenido de la vida humana. Allí donde existe comunicación de personas, se puede y se debe hablar de diálogo: generacional, de estructuras, de grupos, religioso, etc.
· “Callar para escuchar es la búsqueda de la sintonía con el otro.
· Callar es una actitud muy difícil.
“Únicamente cuando logramos callar verdaderamente logramos escuchar al otro” Shiny ashikir
	Priscila Rodrigues

Continuar navegando