¿Cómo se sienten los gatos cuando los entregas a un refugio?

Si el gato procede de una familia que lo había adoptado y posteriormente abandonado, le crearás un daño que puede ser irreversible.

Os cuento el caso de la pequeña gata que vive en mi jardín (ella me adoptó, pero no me deja tocarla). Ésta hermosa criatura fue abandonada en la calle por una humana, cuyo calificativo mejor me callo. La encontraron vagando por las calles, asustadisima y sin la menor idea de cómo alimentarse, dónde cobijarse, dónde dormir… Una asociación, con personas increíbles que de forma voluntaria y no retribuida se ocupa de rescatar gatos, darlos en adopción, crear colonias controladas donde puedan tener una vida más digna, llevarlos al veterinario si enferman y por supuesto darles todo el amor que tienen (que es mucho), la rescató de las calles, la esterilizó, vacunó, desparasitó y testó (negativa). Durante el postoperatorio estuvo en casa de una voluntaria, pero estaba aterrorizada y no se pudo interactuar con ella. Se pretendia buscar un hogar definitivo, pero los dos intentos de integrarla en una nueva familia humana fracasaron. Ha perdido totalmente la confianza en los seres humanos. Con este panorama y no aceptando siquiera vivir en casa de una voluntaria (se pasaba el día maullando y tratando de salir de allí) se la introdujo en una colonia controlada. De nuevo allí, estaba fuera de lugar. No era una gata salvaje y sus compañeros alfa le quitaban la comida y no les hacía ninguna gracia compartir con ella su territorio. Ella es muy tranquila y estaba cansaba de luchar por todo, así que decidió escaparse. El día 7 de octubre de este año, al volver de trabajar, descubrí a esta pequeña aterrorizada y escondía entre las plantas de mi jardín. Al acercarme salió corriendo. Estaba muy muy asustada. Pensé que se había perdido y contacté con todos los grupos de las redes sociales dedicados a animales perdidos. A la gata le dejé comida y agua fresca, por si volvía. Al cabo de dos días pude saber que se había escapado de una colonia cercana. Les conté que estaba conmigo y que iba a hacerme cargo de ella. Venía a comer, pero solo cuando no había nadie en el jardín y dormia en el sótano de una casa cercana. Los responsables de su colonia me dijeron que jamás se había dejado tocar y me contaron la triste historia de su vida. Han pasado casi dos meses y mi relación con ella ha evolucionado muchísimo. Ya no me teme (aunque sigue sin dejar que la toque), come tranquila a mi lado, no se va cuando salgo al jardín y está empezando a entrar en casa (solo cuando la puerta está abierta) y se queda estirada en una silla que queda oculta por la mesa.

El sábado pasado bajaron las temperaturas muchísimo y decidió entrar en casa. Se quedó varias horas en su silla. Sin moverse, sin hacer nada. Escondida bajo la mesa. Yo le doy espacio y dejo que ella marque el ritmo. Los avances son lentos pero día a día nuestra relación mejora. Llegará a confiar en mí plenamente? Sinceramente no lo sé. Ha sufrido mucho y no confía ni en los humanos ni en los animales. Ya no es un gato doméstico, pero tampoco es un gato salvaje. Es una pobre gata superviviente que ha quedado en un limbo y que por fortuna ha encontrado un lugar en mi jardín donde se la trata con mucho amor, respeto y delicadeza. Hasta le hemos construido su propia casa para que tenga cobijo!! (Os dejo las fotos). Siento tanta lástima por saber todo lo que la tocado vivir, que a veces, me saltan las lágrimas cuando la veo mirándome sin atreverse a establecer contacto físico.

Un refugio es un lugar terrible para una animal si debe pasar en él mucho tiempo. Una colonia controlada es una buena opción para gatos salvajes, pero un gato que tuvo una familia humana, jamás se sentirá bien en ningún sitio. Los más afortunados, que tropiecen con humanos pacientes, quizás logren volver a tener un hogar, pero no siempre será así. Os dejo las fotografías de esta luchadora. Yo por mi parte seguiré intentando que vuelva a confiar en una humana que la protegerá y cuidará como se merece.