Si entrego a mi perro y, un año después, vuelvo a ver cómo está, ¿seguirá siendo leal con el dueño original?

Un día encontré una Husky siberiana a una manzana de mi casa. Tenía el pelaje blanco blanco, ojos azules y era muy delgada. Parecía que no había comido en días. Me di cuenta de que también acababa de dar a luz recientemente. Sabía que alguien probablemente la estaría buscando. Entonces hice lo que era responsable y la llevé al refugio local de animales. Pedí que me colocaran como la primera a la que llamar. Lo que básicamente significa que cuando están en adopción, o el propietario los reclama el refugio te llama para notificartelo. Estuvo en el refugio durante un tiempo medio, que normalmente es una semana más o menos. La visité al menos dos veces por semana con la esperanza de que fuera adoptada. Esto continuó durante un par de semanas.

Finalmente el refugio decidió que la iban a dejar. La ciudad en la que vivo tiene poco espacio, y desafortunadamente, duermen a los perros para hacer espacio. Me dijeron que la razón por la que no estaba siendo adoptada era porque se emocionaba y saltaba sobre la gente. Entonces decidí llevarmela a casa. No tenía tiempo ni espacio para un perro en aquel momento. Pero no podía dejar que a esa hermosa cachorra la durmieran, por supuesto, no era culpa suya. Así que terminé llevandomela a casa.

SI avanzamos a un par de años más tarde, estábamos caminando cuando nos encontramos con su anterior dueño. Resulta que vivía una calle más abajo desde donde la había encontrado. Él era un criador y la había perdido cuando alguien accidentalmente había dejado la puerta abierta de su patio trasero. Siendo un husky, ella se fue. Cuando vio a su perro, comenzó a lanzarse y a impulsarse hacia él. (Tenía un husky como ella).

Cuando el dueño se dio cuenta de que era ella, comenzó a llamarla por su antiguo nombre. Ella le respondió casi de inmediato y se alegró de verlo durante un tiempo. Hablamos un poco y, él mencionó que la había estado buscando. Y fue una lástima que estuviera castrada. Le dije que era feliz. Cuando llegó el momento de ir cada uno por su camino, simplemente dije "vayamos a casa". Y ella lo hizo. No miró hacia atrás ni una sola vez.

Los perros recuerdan a sus anteriores dueños. Y recuerdan cómo fueron tratados. Me alegra que ahora sea parte de mi familia y creo que ella también lo esta. A continuación se muestra una imagen de su aspecto cuando la encontré. Y cómo se ve ahora.

(Lo he editado para mayor claridad).