No me gusta pagar impuestos. A nadie le gusta. Luego, cuando le tengo que acompañar a mi padre al oncológico, un día a hacer una resonancia magnética, otro día un TAC, otro día una braditerapia, consultas, cirujías, análisis, y todo ello sin pagar un duro, se me pasa el enfado y me digo que qué suerte tengo de vivir en un país (España, País Vasco) en el que la sanidad pública es (aún) robusta.
Y todo se sostiene con nuestros impuestos.
Para escribir su respuesta aquí, Ingresar o Crear una cuenta
Compartir