¿Por qué EEUU eligió un acorazado de clase Iowa de la Marina estadounidense, como lugar para la rendición de Japón en la Segunda Guerra Mundial, a...

Fue simbólico. EEUU quería que a Japón le quedase claro, sin ninguna duda, que era una nación derrotada.

Estacionar un acorazado de la Marina de EEUU en el puerto de su capital... rodeado de una gran flotilla de otros buques de la Marina de EEUU... y obligarlos a subir a bordo para una ceremonia de rendición logró precisamente eso.

La delegación japonesa en el USS Missouri

Delegación japonesa a bordo del USS Missouri, vista más amplia

Cuando la delegación japonesa subió a bordo, vieron la bandera del comodoro Matthew Perry en exhibición (esquina superior izquierda):

Delegación aliada a bordo del USS Missouri con la bandera del Commodore Matthew Perry

Esta es la misma bandera que enarboló Perry en 1853-1854 cuando viajó a Japón para obligarles a abrir el comercio con Estados Unidos.

Además, el USS Missouri estaba estacionado en el mismo lugar donde casi un siglo antes estaba anclado el buque insignia de Perry.

El Ministro de Relaciones Exteriores de Japón, Mamoru Shigemitsu, firma el Acta de Rendición de Japón

Inmediatamente después de que la ceremonia de rendición terminara, cientos de aviones de combate estadounidenses hicieron un sobrevuelo como demostración de poder, por si acaso los japoneses tenían dudas sobre su rendición:

Aviones de combate de EE.UU. hacen una demostración de poder para la delegación japonesa en la Bahía de Tokio

No hubo ninguna recepción formal después. La delegación japonesa fue escoltada rápidamente a su barco para tierra.

Sin mencionar el hecho de que el USS Missouri fue nombrado en honor al estado natal del presidente Truman.

Japón es un país orgulloso. Todo esto fue particularmente humillante para ellos, como se pretendía que fuera.

Después de la Segunda Guerra Mundial, los Estados Unidos no querían repetir los errores que los Aliados cometieron con Alemania tras la Primera Guerra Mundial. Con eso en mente, Estados Unidos instituyó varios planes para reconstruir Europa y Japón, en lugar de dejarlos en ruinas y muertos de hambre para que se valgan por sí mismos.