CONCLUSIÓN Sin despreciar los principios, busquemos las virtudes sociales, la excelencia, la tolerancia, el respeto a la pluralidad de ideas, y emp...
CONCLUSIÓN Sin despreciar los principios, busquemos las virtudes sociales, la excelencia, la tolerancia, el respeto a la pluralidad de ideas, y empeñémonos en profundizar en una Bioética que nos lleve a la construcción del bien común. ¿No seremos capaces los seres humanos de vivir y trabajar juntos, en un mutuo respeto por las diversas convicciones filosóficas o religiosas y en medio de culturas y circunstancias diferentes?. La Bioética nos puede ayudar a cultivar la sabiduría de la unión y de la paz y no de las armas destructoras de la guerra; con la Bioética apostémole a la vida y no a la muerte. Abramos los caminos del diálogo claro y sincero con todos los hombres. Se comenzó este artículo con el pensamiento de Potter; volvamos a su concepción original cuando escribió el libro “Bioethics: Bridge to the Future”. Es decir, la bioética es un puente para el futuro de la humanidad. ¿En el nuevo milenio podremos alcanzar esta unión Bioética de todos los pueblos y de todas las culturas? En nuestras organizaciones internacionales aquí presentes, en los ámbitos de nuestras influencias nacionales, ¿estamos dispuestos a trabajar para garantizar una vida digna para todos y construir unos paradigmas económicos y tecno-científicos guiados por las’ exigencias de la solidaridad humana y por el respeto a todos lo que signifique vida? Se deben asumir responsabilidades personales y sociales en nuestra historia presente y preparemos las bases para la construcción del puente que debe unir la humanidad en los grandes objetivos comunes dentro del respeto a la diversidad. Construyamos un mundo donde todos podamos caber, donde no existan excluidos ni marginados. La respuesta está en nuestras manos.
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