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En la primera, se hace claridad que para explicar el desarrollo socioafectivo de los niños en edad preescolar, es importante lograr construir una v...

En la primera, se hace claridad que para explicar el desarrollo socioafectivo de los niños en edad preescolar, es importante lograr construir una visión multidimensional de lo que este comporta y connota en términos de identidad del sujeto, con su propio yo y con la otredad que lo enmarca. El pensamiento del niño se moviliza en un mundo que es biopsicoecoautosociocultural, interdependiente y ligado profundamente al despliegue de su mundo emocional. De este modo se plantea una segunda categoría, en la cual se define, describe y caracteriza, lo que debe ser una estrategia pedagógica potenciante. En esta se destaca, asumir lo pedagógico en función de la comprensión de los entornos significativos y representativos, en que los niños aprenden para generar una expresión infantil emancipada. La tercera categoría concibe al dibujo como un acto complejo de manifestación de goce subjetivo, concebirlo multidimensional y pluriperspectivamente, contribuye en una visión de racionalidad ética, estética y plástica; que genera en el niño capacidades auto reflexivas, que al dibujar se convierten en relatos y narrativas autobiográficas. En el territorio 4 de dialogicidad compleja y habitancia con la realidad, es de gran valor y utilidad porque posibilita un contacto con 10 niños y niñas del Liceo Bosques del Saber de la ciudad de Manizales. La implementación de talleres participativos, como estrategia metodológica, favoreció la obtención de información, datos y observaciones relevantes y pertinentes para levantar el mapa social de la obra de conocimiento del proceso investigativo. Las categorías de análisis se robustecen, porque la investigadora interactúa directamente con este grupo de educandos, observa, registra, cartografía y sistematiza, todos estos insumos en una organización creadora del conocimiento. En el territorio 5 llamado organización creadora del conocimiento, se retoma el trabajo de campo, el mapeo social y el análisis de la sistematización efectuada, con respecto a los datos obtenidos. Se proponen las categorías de significado, el cierre apertura y las conclusiones del proceso de investigación. Es el final de una jornada en la que la aventura intelectual, termina para el caso de esta obra de conocimiento, pero abre un compás de opciones para que otros puedan seguir caminando por estos territorios y buscando otras formas de acercarse al dibujo infantil, en su relación con el desarrollo de la dimensión socioafectiva. La invitación que se hace a los lectores, es la de asumir esta obra de conocimiento con amplitud de pensamiento, actitud crítica y receptividad hacia nuevos modos de investigar y producir conocimiento. La novedad de esta idea de investigación no puede ser juzgada tan solo por la temática propiamente dicha, si no por el tratamiento que se le dio a esta, en el sentido de mostrar que en el preescolar hay que poner a hablar los dibujos, para que así, estos en su complejidad, vayan más allá de utilizarse como un mero recurso metodológico. Poner a hablar el dibujo, es un medio de dialogo que para el pedagogo, lo conecta con la profundidad emocional y afectiva que motivo la creación del mismo. El encanto, la magia, la sabiduría y los valores axiológicos agregados, se develan en la medida, que el educando tenga la posibilidad de explicar y argumentar las razones que lo condujeron a producir su creación. Este es un camino sugerido para encontrar una estrategia pedagógica verdaderamente potenciante, que logre encauzar adecuadamente los aspectos emotivos, comunicativos, afectivos, sociales, culturales, ecológicos, psicológicos y técnicos; que connotan, que denota o que comportan el acto complejo del dibujo. Estado del Arte La aventura del intelecto comienza, cuando la mente humana se interroga a sí misma, develando los elementos que propician una indagación profunda acerca del conocimiento humano (Morín, 1994). Indagar es un proceso fundamental para que las ideas, los hechos, los problemas e incluso otras preguntas puedan hacerse comprensibles, porque el camino de la comprensión se transita en la medida que el aventurero intelectual es capaz de desplegar sus capacidades y potenciarlas al máximo para leer e interpretar lo que sucede en su entorno. El fundamento de toda indagación es el hombre mismo, aquel que está situado en una realidad que es multidimensional (Morín, 1994), este es el punto de partida para cualquier reflexión acerca de su propia existencia, “la indagación antropológica abre el pensamiento hacia todas las direcciones de la producción científica y psicológica” (Gutiérrez, 2003, p.40). Aquí es por lo tanto, indispensable aproximarse a los tópicos de investigación, entendiendo que dicho acercamiento solo puede lograrse mediante un acto de indagación pura y comprometida. Al indagar, estos se presentan como nuevas emergencias, realidades por comprender y circunstancias que deben develarse. Este es el papel esencial al construir un estado del arte acerca del problema de investigación seleccionada, por cuanto solo a través de este, es posible poner en contexto de intelección (Schleiermacher, como se citó en Pérez, s.f.), lo que ha significado históricamente el desarrollo de estrategias pedagógicas para potenciar la dimensión socioafectiva en niños y niñas de 5 y 6 años. Es indudable que la producción textual es abundante, los estudios de investigaciones prolíficos; pero es menester efectuar una pesquisa que pueda articularse a la indagación que se propone. Por esta razón, la apreciación subjetiva del investigador se pone a prueba para determinar aquellos materiales sobre los cuales debe ocuparse y dejar de lado, algunos que sin ninguna intención de menospreciarlos, es factible que no encajen en la trama que posibilita construir el tejido de los tópicos de indagación pertinentes. La psicografía es en comienzo, un tópico que permite indagar por el dibujo en el preescolar, sus estrategias y los modos complejos de potenciarla. En su concepción tradicional, el dibujo se asume históricamente desde esta perspectiva, en la que sobresale sus elementos plásticos, y como estos contribuyen en la expresión del pensamiento infantil (Vidal, 2010). En esta forma de aproximación, dibujar es un medio de exploración de la realidad en la primera infancia, que debe interpretarse didácticamente y en fusión del desarrollo propio de los niños y de las niñas “Los niños, desde edades tempranas, tienen la necesidad de comunicarse con sus más allegados y el pequeño mundo que lo rodea” (Vidal, 2010, p. 73). Una óptica etnopsicológica (Vera y Grubits, 2010), parece ser importante para contextualizar las etapas del grafismo infantil porque los trazos evolucionan y los contenidos del mismo se complejizan. Los patrones evolutivos cambian de una cultura a otra, mientras que la identidad de cada dibujante, se ve reflejada en aquellos garabatos. Según Royer, El dibujo es un acto complejo, que pone en movimiento los mecanismos biológicos múltiples, sensoriales, cerebrales y motores, para la realización de aquello que necesita no solamente el buen funcionamiento específico de cada uno de ellos, sino además una coordinación satisfactoria entre ellos (como se citó en Vera y Grubits, 2010. p.404). Las movilidades de una cultura, la identidad personal y la subjetividad implicada en los procesos de desarrollo socioafectivo, introducen otros modos de aproximación al dibujo, distintos a la mera perspectiva psicológica o psicográfica. Los talleres o cualquier otra estrategia pedagógica que se utilice, no podrá quedarse anclada en una visión unidimensional (Morín, 1994) del dibujo como un acto complejo, porque el sentimiento y la emoción cumplen con una función preponderante. En tal sentido, en la práctica escolar el docente tiene que brindar oportunidades a los estudiantes para la vivencia de experiencias que los lleven a reconocer sentimientos y emociones propios y de los demás; como requerimientos para fomentar una mejor relación con el medio socio cultural en que se desenvuelve (Lúquez, Fernández y Leal, 2010, p. 68). En consecuencia, un aula de clases en preescolar, no debería ser un lugar vacío, frio e insensible; debería convertirse en un espacio que fomente la creatividad de los niños y de las niñas y que facilite la aplicación de diversas estrategias pedagógicas y alternativas de trabajo (Klimenko y Uribe, 2010). De este modo, se potencia la expresión creadora en la primera infancia y el salón de clases se constituye en un lugar agradable y cálido, porque el ser humano no se restringe tan solo a la actividad cerebral o sensomotriz. En las palabras de Vygotsky, …el cerebro no se limita a ser un órgano capaz de conservar o reproducir nuestras experiencias, sino que es un órgano que se desarrolla y se transforma en la medida que interactuamos con el medio y con los demás (como se citó en Lúquez, Fernández y Leal, 2010, p. 68).

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289 pag.

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