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UNIVERSIDAD NACIONAL AUTÓNOMA DE MÉXICO FACULTAD DE CIENCIAS NUEVOS RUMBOS PARA LA ACTUARÍA: DESIGN THINKING, ESTRATEGIA Y STARTUPS T E S I S QUE PARA OBTENER EL TÍTULO DE: ACTUARIO PRESENTA: OMAR CALLS ÁLVAREZ TUTOR ACT. MAURICIO AGUILAR GONZÁLEZ CIUDAD UNIVERSITARIA, CD. MX., 2018 UNAM – Dirección General de Bibliotecas Tesis Digitales Restricciones de uso DERECHOS RESERVADOS © PROHIBIDA SU REPRODUCCIÓN TOTAL O PARCIAL Todo el material contenido en esta tesis esta protegido por la Ley Federal del Derecho de Autor (LFDA) de los Estados Unidos Mexicanos (México). El uso de imágenes, fragmentos de videos, y demás material que sea objeto de protección de los derechos de autor, será exclusivamente para fines educativos e informativos y deberá citar la fuente donde la obtuvo mencionando el autor o autores. Cualquier uso distinto como el lucro, reproducción, edición o modificación, será perseguido y sancionado por el respectivo titular de los Derechos de Autor. !3 NUEVOS RUMBOS PARA LA ACTUARÍA: DESIGN THINKING, ESTRATEGIA Y STARTUPS UNIVERSIDAD NACIONAL AUTÓNOMA DE MÉXICO FACULTAD DE CIENCIAS TESIS PARA OBTENER EL TÍTULO DE ACTUARIO Autor: OMAR CALLS A. Director de tesis Act. Mauricio Aguilar González Sinodales: Act. Victor Manuel Solís Nájera L.A.V Sylvia Selene Salinas Castilla M. en I. Mónica Iliana Sánchez Zaragoza M. en D. Adriana Ramos Bueno 2018 ÍNDICE 1 Introducción 1 ¿Qué es la Actuaría? Una profesión y muchas visiones. Los principales retos de la Actuaría. 2 ¿L@s actuari@s deberían emprender? 6129 Un breve panorama del emprendimiento y su entorno. El mundo de las startups. ¿Qué es el sector Fintech y por qué l@s actuari@s debería participar más en él? 3 La Actuaría conoce al diseño El valor del diseño en la economía. El elusivo concepto de diseño. El Pensamiento de Diseño. El proceso de Design Thinking según la d.school. !7 4 Hacia dónde podría ir la Actuaría Diseñando una empresa centrada en el usuario. Un caso de estudio sobre startups. El Design Thinking conoce a las corporaciones. Un caso de estudio corporativo. Diseñando activismo. Un caso de estudio de emprendimiento social. 1 Conclusiones 1 Referencias INTRODUCCIÓN La Actuaría, ciencia dedicada a la administración del riesgo matemático (Be an Actuary, s.f.), es es una profesión estimulante, variada, y con frecuencia conocida por los altos ingresos que obtienen quienes se dedican a ella. En México, de acuerdo con datos recolectados por el INEGI, el sueldo promedio de un actuario ronda los 21 mil pesos al mes, además de contar con una tasa de desempleo del cero por ciento (El Universal, 2015). Según la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE) llevada a cabo por el periódico el Universal, la profesión es la tercera mejor pagada (Hernández, 2015). En suma, se trata de una carrera bastante atractiva. No obstante, la Actuaría enfrenta una serie de retos en el futuro inmediato: ha perdido competitividad respecto a otros especialistas financieros (The Casualty Actuarial Society [CAS], 2012) por no haber logrado innovar en cuanto a transferencia de riesgos y mecanismos de reducción de impactos financieros; ha fundado su estudio en métodos tradicionales que suelen estar alejados de los problemas reales de la sociedad, y a muchos de sus practicantes les resulta difícil comunicar sus ideas (Lemaire, 2004) y en consecuencia, hacer contacto con el consumidor final de su trabajo, siendo éste tal vez uno de los problemas más importantes en la práctica de la disciplina. Por estas y otras razones, en este trabajo se presenta el panorama de dos orientaciones que podrían ayudar a la profesión a superar sus retos y retomar su importancia dentro de las distintas industrias en las que se desenvuelve. En primer lugar, el emprendimiento, gracias al cual la Actuaría podría ser capaz de crear nuevos productos y servicios que respondan mejor a las necesidades de los usuarios, especialmente en la industria financiera. En !9 segundo, el así llamado “Pensamiento de Diseño” o Design Thinking, un enfoque cada vez más integrado a la gestión estratégica y mediante el cual puede lograrse un mejor entendimiento del usuario y en consecuencia, la construcción de un producto o servicio mucho más innovador. ¿DE DÓNDE VIENEN ESTAS IDEAS? Este trabajo surge al observar lo poco que la profesión se acerca tanto a la toma de decisiones como hacia la creación de nuevos productos o servicios. El actuario se ve encasillado en la generación de modelos matemáticos que permiten aumentar la rentabilidad de las compañías, alejados de la toma de decisiones, misma que omite la empatía con el usuario; por ello, este trabajo se ha convertido en la búsqueda de presentar las problemáticas reales de la profesión y los posibles caminos a seguir. Al mismo tiempo, el diseño para mí es algo fundamental en cualquier aspecto de la vida, lo veo como una forma de pensar y una metodología para resolución de problemas. Una de las agencias de diseño más importantes en el mundo, IDEO, sus fundadores y su presidente, han sido una de las principales fuentes de inspiración para este trabajo, tanto por los logros que han conseguido en los diferentes campos en que se han aventurado, como por la ideología de trabajo, que subraya lo multidisciplinario y muestra los modelos mentales con los que dicha empresa aborda cada uno de sus proyectos. Por otro lado, Eric Ries y su libro Lean Startup, desde mi punto de vista es una guía sólida acerca de cómo abordar el emprendimiento y permitir acercarse al éxito. Ries extrae de sus fracasos y éxitos en el mundo de las startups una metodología sólida y rigurosa que, independientemente de haber tenido un gran impacto en el ámbito empresarial contemporáneo, !10 resulta especialmente enriquecedora para quienes poseemos una formación científica. Uniendo la forma de pensamiento de IDEO con la metodología propuesta por Ries, Jeanne Liedtka y Tim Ogilvie en su libro Designing for Growth, aseguran que toda persona de negocios, incluyendo a los actuarios, necesita del diseño. Por medio de su trabajo, han tratado de desmitificar el concepto del diseño, exponiendo la forma en que la creatividad, la innovación y la inventiva se unen para transformar el mundo de los negocios y así lograr cambiar paradigmas ¿A QUIÉN VA DIRIGIDO ESTE TRABAJO? Si bien este trabajo aspira a ser interesante para cualquier lector que sienta curiosidad acerca de cómo una profesión “fría” y científica puede ser abordada desde una perspectiva del diseño, su público fundamental es el de aquellos actuarios que, responsables de crear nuevas soluciones en el campo de los seguros, la banca o cualquier otro sector, desean abordar dicha tarea desde una perspectiva verdaderamente distinta, que les permita explotar los muchos recursos de la profesión de una manera genuinamente innovadora y por cierto, que les libre de repetir, una y otra vez, las mismas soluciones maquilladas en un escritorio de mercadotecnia e incapaces de satisfacer de verdad a los usuarios. ¿CÓMO ESTÁ ESTRUCTURADA? • ¿Quiénes son los actuarios y cuáles son sus retos?: Se hablará de la profesión actualmente incluyendo los retos más importantes de los últimos años como la creatividad, la comunicación y falta de innovación en la industria. De esta forma se presentarán los puntos más !11 importantes en que los actuarios deberán enfocar sus esfuerzos. • ¿Por qué el actuario debería emprender?: Si bien la profesión, como muchas otras, presenta diversos retos y problemáticas, el emprendimiento se vuelve una vía para que el actuario salga de la caja tradicional, creando una startup. • El actuario conoce al diseño: El diseño puede ayudar al actuario a crear un nuevo modelo mental para lograr entregar productos o servicios más cercanos a las necesidades de los usuarios, al mismo tiempoeso ayuda a crear empresas y mejores innovaciones. • ¿Hacia donde debería de ir el actuario?: Tomando como vía el emprendimiento y su cohesión con diseño, hablaremos de diferentes casos de estudio que lograron crear nuevos e innovadores negocios mediante la integración de la metodología del pensamiento de diseño. A su vez abordaremos ejemplos corporativos y de activismo que acentúan la importancia de incluir este proceso como parte fundamental de su ideología, entregando una propuesta de valor con mayor impacto y trasfondo social, por encima de sus contrapartes. 1 ¿Quiénes son los Actuarios? ¿Por qué necesitan pensar de forma diferente? uchas veces cuando las personas escuchan que algún amigo es actuario, de inmediato lo asocian con alguien que trabaja en seguros; otras veces dan por sentado que es una especie de “contador mejorado” o incluso un agente legal. Estas confusiones revelan que el público no sabe realmente lo que hace un actuario ni la importancia que tiene la profesión. Para entender la Actuaría consideramos que es necesario analizar las diversas conceptualizaciones que existen acerca de la disciplina, comprender la naturaleza de los métodos que le son propios, sus principales aplicaciones y no menos importante, conocer el punto de vista de sus practicantes en diferentes ámbitos. Pero necesitamos también comprender los retos que en la actualidad enfrenta la profesión, algunas de las debilidades que a lo largo de los años se han hecho patentes a la luz de la dinámica misma del mundo empresarial y todo esto, con el fin de contar con un panorama amplio para exponer lo que creemos son dos enfoques desde los que la disciplina puede revitalizarse. M !13 LAS MUCHAS VISIONES DE LA ACTUARÍA En México, si bien existen muchos enfoques y visiones de la Actuaría, es importante resaltar lo planteado por dos importantes universidades: la Universidad Nacional Autónoma de México, la cual creó y enmarcó las pautas para la obtención del título de la Licenciatura en Actuaría en México (AMA, s.f.) y el Instituto Tecnológico Autónomo de México, que cuenta con un gran número de ex-alumnos ocupando cargos de liderazgo en el sector privado y la administración pública (ITAM, s.f.). Dichas Universidades ofrecen una definición de la carrera construida sobre la base de que el actuario es un especialista en la resolución de problemas financieros y sociales, estableciendo así una currícula fuertemente orientada a las Matemáticas y la Estadística (UNAM, s.f.) (ITAM, s.f.). En contraste, otros centros de educación superior delimitan a la Actuaría como una ciencia encargada de predecir y manejar el riesgo en industrias desde la financiera hasta la de seguros (Concordia University Wisconsin, s.f.). Por su parte, algunas organizaciones profesionales dedicadas a la investigación y aplicación de la ciencia actuarial, como Swiss Re, Tower Watson, Milliman o RGA, entre otras, parecen haber decidido ampliar la definición de la disciplina al hacer explícito el importante papel que juega el conocimiento del factor humano en el estudio del riesgo, tal y como se expresó en el 30º Congreso Internacional de Actuarios celebrado en 2014: «Actuaries are the leading professionals in finding ways to manage risk. It takes a combination of strong analytical skills, business knowledge and understanding of human behavior to design and manage programs that control risk» (International Congress of Actuaries, 2014). Estos tres ejemplos nos permiten anticipar que respecto al quehacer actuarial son muchas y variadas las visiones existentes las cuales, además, se han visto influidas por la evolución misma de la disciplina y los diferentes actores que participan en ella. Sin embargo, ninguna de éstas captura cabalmente los atributos que consideramos esencial adoptar para que nuestra materia se !14 adapte y desarrolle en concordancia con los tiempos actuales; en consecuencia y para nuestros fines, será necesario construir una nueva definición. Pasemos entonces a sintetizar algunas de las muchas definiciones de lo que es la ciencia actuarial, para luego ofrecer una más completa y que abarque, en la medida de lo posible, esa pluralidad de puntos de vista. Podemos agrupar las distintas definiciones existentes de la Actuaría conforme a tres enfoques (tabla 1.1): • Clásico: Aquí encontramos aquellas concepciones que resaltan la evaluación y medición de las consecuencias financieras de cierto tipo de sucesos fortuitos, es decir, las definiciones de la Actuaría como una disciplina orientada a la gestión de riesgos y seguros. • Orientado a problemas: Dentro de este enfoque hallamos concepciones fundadas en la idea de que la Actuaría, a través de herramientas de contenido matemático y pensamiento lógico, trata de la solución de problemas de índole social, económico y corporativo, en los cuales el riesgo juega un papel relevante. • Orientado al usuario : Las definiciones consideradas en este enfoque 1 son más escasas que las incluidas en los dos anteriores, son de más reciente aparición y tienen, como rasgo principal, enfatizar la correcta comprensión del usuario al diseñar servicios y soluciones o bien resolver problemas propios de las ciencias actuariales. usuario: alguien que usa un producto, máquina o servicio (Cambridge, 1 s.f.) !15 TABLA 1.1. Diversos enfoques de la Actuaría. Clásico Orientado a problemas Orientado al usuario Los Actuarios utilizan las matemáticas y la teoría financiera para determinar el efecto de eventos futuros inciertos. Fuente: Indiana University, Estados Unidos Los Actuarios utilizan conocimiento de probabilidad, estadística y modelos específicos para el evaluar y costear el riesgo. Fuente: University of Princeton, Estados Unidos La ciencia actuarial se basa en la evaluación de las implicaciones financieras, económicas y de negocios de contingencias de eventos futuros. Fuente: University of Hong Kong, Department of Statistics and Actuarial Science, Hong Kong Un Actuario es un profesional que utiliza sus aptitudes matemáticas y estadísticas para definir, analizar y resolver problemas sociales y financieros. Fuente: ITAM, México Los actuarios son profesionistas que estudian, plantean, formulan y aplican modelos de contenido matemático, con el fin de proveer información para la planeación, previsión y la toma de decisiones, para resolver problemas económicos y sociales que involucran riesgos. Fuente: UNAM, Facultad de ciencias, México Los Actuarios son quienes administran el riesgo de forma correcta. Lo anterior es posible gracias a la combinación de fuertes conocimientos analiticos, de negocios y el entendimiento del comportamiento humano para diseñar y administrar programas de control de riesgo. Fuente: International Congress of Actuaries, Estados Unidos !16 TABLA 1.1. Diversos enfoques de la Actuaría. (Continuación) Clásico Orientado a problemas Orientado al usuario Como actuario evalúan, manejan y dan recomendaciones sobre riesgos financieros. Fuente: University of Leicester, Inglaterra Modelar flujos futuros financieros inciertos. Fuente: UNSW, Bachelor of Actuarial Studies. Australia Profesión de negocios que analiza las consecuencias financieras del riesgo. Fuente: SOA, Society of actuaries, Estados Unidos Los actuarios son los expertos que evalúan los métodos matemáticos de la teoría de la probabilidad y estadística, así como las incertidumbres financieras. Fuente: German Actuarial Society, Alemania El Actuario interpreta estadísticas para determinar las probabilidades de accidentes, enfermedades, muertes y pérdidas. Fuente: Wall Street Journal, Estados Unidos, Actuaría es la ciencia que se encarga de predecir y manejar el riesgo en industrias desde la financiera hasta la de seguros. Concordia University Fuente: Wisconsin, Estados Unidos Un Actuario es un profesionista expertoen el análisis, evaluación y administración de las implicaciones financieras de eventos futuro. Casualty Actuarial Society, Estados Unidos. Los Actuarios aplican su conocimiento matemático y estadístico, análisis financiero y económico, y habilidades para resolver problemas a un amplio rango de problemas de negocios. American Academy of Actuaries, Estados Unidos Los Actuarios aplican matemáticas, estadística, análisis financiero y económico y teorías para resolver un amplio rango de problemas de negocio reales. European Actuarial Academy, Alemania, Holanda, Suiza y Austria Su trabajo es administrar el riesgo para la rentabilidad de cualquier firma de cualquier tamaño. Diseño de producto, pricing, servicio al cliente, administración de riesgo y capital son los 5 elementos clave en la alquimia de la actuaria. Fuente: International School of Actuarial Science, India !17 Para un mayor entendimiento de las distintas definiciones y los enfoques antes descritos, es necesario recordar que todos estos fueron desarrollándose a lo largo del tiempo, lo cual significa que se forjaron dentro de un contexto histórico influido por tendencias económicas, sociales y culturales específicas. En particular, una revisión de la historia de la profesión actuarial pone de relieve que ésta se fue consolidando dentro del negocio asegurador, y sólo en décadas recientes, lo hizo en otras industrias del sector financiero e incluso en otros distintos a éste, un proceso que, como veremos enseguida, exige un cambio sustancial en la formación de actuarios. LOS PRINCIPALES RETOS DE LA ACTUARÍA De acuerdo con el actuario belga Jean Lemaire (2004), hace poco más de 30 años la profesión actuarial requería solamente de conocimientos en interés compuesto, construcción de tablas de mortalidad y cálculo de primas. En el 2005, cuando la IAA publicó sus lineamientos y directrices sobre la educación actuarial, si alguien quería ser actuario debería de conocer también acerca del mercado de valores, las acciones, la estructura de las tasas de interés, la valuación y administración de portafolios de inversión y modelos como el CAPM, entre otros temas. El también matemático, luego de subrayar el hecho de que cada vez más actuarios trabajan en áreas no tradicionales, argumenta que los sistemas educativos de la profesión deben esforzarse por preparar actuarios capaces de resolver los muchos y nuevos problemas a los que se enfrentan, en lugar de “[...] seguir alimentando sus mentes con modelos acerca de muchos temas.” Con base en esta crítica y en la consideración de que la educación actuarial debe fundarse en una visión de las habilidades que los profesionales del área requerirán en el futuro, Lemaire propone como esenciales las siguientes tres: !18 1. Sentido común actuarial, entendido como “un profundo conocimiento de probabilidad, estadística y modelación estocástica actuarial” no limitado a seguros de vida, daños o pensiones, toda vez que estas distinciones, en opinión del autor, se irán desvaneciendo progresivamente. En otras palabras, se trata de combinar un gran conocimiento de las herramientas que hacen único a un actuario, con la creatividad necesaria para que éste pueda competir con otros especialistas financieros, toda vez que el siglo XXI demanda una innovación continua en cuanto a formas de transferencia de riesgos y mecanismos de reducción de impactos financieros. 2. Creatividad, una capacidad que Lemaire considera esencial para los actuarios y que debe y puede desarrollarse sin seguir los métodos tradicionales de estudio y enseñanza, basados en la memorización pasiva de fórmulas y la acreditación de exámenes, sino a través de enfoques docentes más abiertos y orientados al aprendizaje activo a partir de problemas reales, en los que la función del profesor es más la de un guía experto que ayuda a los estudiantes a poner en juego su creatividad natural. 3. Comunicación, una habilidad fundamental de la que adolecen los actuarios y sus industrias tradicionales, carencia que debe de corregirse de inmediato so pena de continuar siendo un gremio aislado, incapaz de difundir correctamente sus ideas entre todos los interesados en el negocio actuarial y sobre todo, insensible al hecho de que la creación de nuevas y mejores soluciones obliga a orientarse decididamente hacia el consumidor final (Lemaire, 2004). Las reflexiones e inquietudes de Lemaire resonaron en otros escenarios, como el de las asociaciones profesionales. En el año 2012, la Casualty Actuarial Society (CAS) inició un debate acerca de las conclusiones alcanzadas por su Comité de Administración de Riesgos (RMC por sus siglas !19 en inglés), organismo encargado de identificar y formular recomendaciones respecto a los riesgos que afectan a la profesión actuarial. En un breve comunicado, Terry J. Alfuth, miembro del RMC, advirtió la necesidad de que el gremio actuarial prestara atención al hecho de que cada vez con más frecuencia, en mercados tan tradicionales como el asegurador, se reducen las oportunidades laborales para los actuarios en virtud de que se contrata cada vez más a profesionales expertos en estadística y análisis de datos que no son actuarios, así como a personas con maestrías en administración de negocios, “quienes ofrecen [a sus empleadores] un conjunto más amplio de habilidades de negocios y comunicación” a diferencia de sus pares actuarios (The Casualty Actuarial Society [CAS], 2012). La interesante discusión suscitada en torno a estas cuestiones -a cuyo examen remitimos al lector-, puso de relieve, entre otras cosas, la necesidad de considerar en su justa medida las habilidades propiamente técnicas de la profesión y las así llamadas soft skills, es decir, el conjunto de rasgos de personalidad que caracterizan las relaciones de una persona con su entorno y que incluyen a las habilidades de comunicación, los hábitos personales y la capacidad de empatía cognitiva y/o emocional, así como destrezas para la gestión del tiempo, el trabajo en equipo y el liderazgo (University of Sydney, s.f.) A estas preocupaciones se añaden otras que de igual manera acentúan la necesidad de repensar la profesión actuarial. Por ejemplo, los nuevos riesgos que surgen del entorno económico y social contemporáneo, especialmente el envejecimiento poblacional y el cambiante y complejo contexto económico y financiero, los cuales dan lugar a importantes preguntas cuya respuesta está aún pendiente, tal y como advirtió el Institute and Faculty of Actuaries a finales de 2015 (Institute and Faculty of Actuaries, 2015). En la actualidad, a los riesgos que enfrentan los actuarios en cuanto a su formación profesional, se añaden otros surgidos de la irrupción de nuevas tecnologías en prácticamente todos los sectores de la economía. En !20 Edificio Lloyd's of London, Londres, Inglaterra. Ungry Young Man.2017. Lloyd's of London [Fotografía]. Recuperado de https:// www.flickr.com/photos/markusunger/33316354601 https://www.flickr.com/photos/markusunger/33316354601 https://www.flickr.com/photos/markusunger/33316354601 https://www.flickr.com/photos/markusunger/33316354601 https://www.flickr.com/photos/markusunger/33316354601 !21 noviembre de 2014, el diario inglés The Telegraph dio a conocer algunos de los resultados obtenidos gracias a un estudio elaborado por la firma de consultoría Deloitte y la Universidad de Oxford; uno de los más relevantes fue la previsión de que, para el año 2020, alrededor de 10 millones de empleos británicos podrían desaparecer debido a los avances tecnológicos y computacionales, es decir, 1 de cada 3 empleos vigentes en 2014 (Tovey, 2014). El estudio afirma que aquellos empleos orientados a las actividades repetitivas, la gestión de ciertas responsabilidades de oficina y la prestación de servicios de soporte en sectores como administración, ventas, transporte, construcción, minas, energía yproducción, son los que enfrentan un mayor riesgo de desaparecer. En contraste, los empleos “más seguros” son los relacionados con la computación, la ingeniería y las ciencias, así como aquellos en los que se requiera de personas con mayores dotes de creatividad, habilidades interpersonales y gerenciales, especialmente en los sectores del arte, los medios de comunicación, leyes, educación, salud y servicios financieros. Pero aún en el sector financiero se vislumbran cambios potencialmente significativos: en el año 2015, la revista Fortune (Austin, 2015) publicó los resultados obtenidos en un estudio realizado por el portal de empleo CarrerCast (2015), en el cual se revelan los 10 empleos que dicha empresa considera que desaparecerán en los Estados Unidos en el año 2022; ocupando el puesto puesto número 9 de la lista publicada por Fortune, encontramos la suscripción de seguros, un trabajo que en el horizonte considerado por el estudio se espera sea reemplazado gracias a las tecnologías de información, contrayéndose en 6% a partir de esa fecha. Menos alentador resulta el panorama descrito por Clara Shih, CEO of Hearsay Social -empresa de servicios de marketing en redes sociales- y quien es también miembro del consejo de administración de Starbucks. Durante una conversación organizada por Fortune en julio de 2016 y en el marco del !22 evento Fortune Brainstorm Tech, celebrado en Colorado, Shih sostuvo que los avances en inteligencia artificial afectarán en primer lugar a los empleos que requieren mano de obra poco calificada; en segundo, aquellos otros en los que el contacto físico es indispensable, como es el caso de los fisioterapeutas y finalmente, los consultores financieros (Primack, 2016) No obstante, el hallazgo más impactante que encontramos respecto al futuro de la profesión actuarial en el contexto de los avances tecnológicos - específicamente la inteligencia artificial- es el descrito en el sitio de noticias Daily Fintech, especializado en temas propios del sector de tecnología financiera o fintech, de la cual hablaremos más adelante. En una nota publicada en marzo de 2016 en dicho medio se examina con detalle el efecto que las tecnologías orientadas al manejo de grandes cantidades de datos y la inteligencia artificial pueden tener sobre la práctica e incluso la sustitución de la Actuaría (Daily Fintech, 2014). Asumiendo que los datos son un elemento indispensable para la creación de modelos actuariales en las áreas de daños, vida y salud, los autores subrayan que hoy en día se cuenta con abundantes y diversas fuentes de datos adicionales en tiempo real, las cuales hacen posible desarrollar nuevos modelos predictivos que utilizan enfoques dinámicos y no lineales. Empresas como Atidot, Quantemplate, Analyze Re, FitSense y Wunelli destacan como iniciativas disruptivas en el uso de estos nuevos enfoques, que recordemos han visto la luz gracias a las tecnologías de información y el manejo de grandes cantidades de datos. El panorama que hemos descrito, impone -o debe imponer- a todo el gremio actuarial la responsabilidad de repensarse. El problema urgente no es, a nuestro juicio, la existencia de máquinas capaces de mejorar y hacer más rápidas las tareas antes reservadas a los actuarios, o que el mundo actual nos proponga enormes retos en cuanto a riesgos y su gestión, sino crear nuevos caminos para la profesión, gracias a los cuales ésta pueda poner al servicio de la cultura y la sociedad sus conocimientos y habilidades, tanto los que !23 tradicionalmente han constituido su bagaje como aquellos otros que los tiempos actuales le obliguen a conformar. 2 ¿Por qué el Actuario debería emprender? ¿El actuario emprende? ¿Qué debería de hacer para emprender? n el capítulo anterior hemos ofrecido un panorama de los retos que en la actualidad enfrenta la profesión actuarial; asimismo, mostramos la necesidad de repensarse como profesión y para ello, crear nuevos caminos para la Actuaría, todo esto como una posible solución a tales retos. Tomando esto como premisa, en este capítulo vamos a describir el emprendimiento como una alternativa poco explorada por los actuarios, tanto en México como en todo el mundo. Así, en la primera parte de este capítulo trazaremos un panorama muy general acerca de lo que es el emprendimiento, ilustraremos éste hablando acerca de las startups y por último, hablaremos de las así llamadas fintech, un tipo de startups que por su naturaleza, pueden ser un terreno propicio para las ciencias actuariales. EMPRENDIMIENTO Christopher Brown y Mark Thornton mencionan que el término entrepreneur apareció por primera vez en el texto Essai Sur la Nature du Commerce en Général, escrito por Richard Cantillon en 1755 (Bucardo, Saavedra y E !25 Camarena, 2015, pp. 99). Con dicha palabra se designaba a una persona que compraba productos a precios conocidos para venderlos en el mercado a precios desconocidos, una concepción que asoció desde entonces la expresión “emprendedor” con el riesgo (Brown y Thornton, 2014). Posteriormente, en año de 1800, el economista francés Jean-Baptiste Say habló sobre cómo un emprendedor maneja los recursos necesarios para producir una utilidad (Hindle, 2009). Mucho más recientemente, el economista Joseph Schumpeter sostuvo que el emprendimiento se define desde una perspectiva centrada en la percepción de nuevas oportunidades económicas y el ingreso de nuevas ideas al mercado, cualquiera que este sea. Los emprendedores son capaces de identificar oportunidades, ensamblar los recursos necesarios, implementar un plan de acción y ver las recompensas de una forma flexible a lo largo del tiempo. El espíritu empresarial es una forma de gestión que implica buscar oportunidades sin tener en cuenta los recursos actualmente controlados (Bula, 2012). Para Bucardo, Saavedra y Camarena: Braudel y Casson fueron quienes diferenciaron al emprendedor del inversionista, al reconocer la diferencia en el rendimiento que cada uno espera de sus acciones. El inversionista espera el rendimiento sobre el capital, mientras que el emprendedor busca el resultado de quitar de las utilidades que su acción emprendedora genera los costos incurridos por el uso del capital del inversionista (Bucardo, Saavedra y Camarena, 2015, pp. 99). De acuerdo con Peter Drucker, un emprendedor se define como aquella persona que inicia su propio, nuevo y pequeño negocio, lo cual, asegura, “no necesariamente significa que todos los nuevos pequeños negocios son emprendimiento o representan el espíritu emprendedor” (Druker, 1985, pp. 21). !26 Para ilustrar su enfoque, Drucker comenta el caso de McDonald’s al que considera el ejemplo perfecto de emprendimiento. Si bien la empresa de hamburguesas no creó nuevos tipos de comida, sí pudo aplicar técnicas y conceptos de gestión, diseño de procesos, estandarización de producto y entrenamientos de su personal basados en el análisis del trabajo a realizar, lo que llevó a mejorar el rendimiento de los recursos, creando un nuevo mercado. Esto es a lo que Drucker llama emprendimiento (Druker, 1985, pp. 21-22). En otro orden de ideas, si analizamos los términos emprendedor y empresario podemos darnos cuenta las diferencias que existen entre ellos. Ambos vocablos suelen ser utilizados como sinónimos; no obstante, sus diferencias están debidamente marcadas, siendo la disimilitud principal la innovación que el emprendedor imprime en la resolución de acciones (Real Academia Española [RAE], 2001). Conviene agregar que un emprendedor no necesariamente es un buen empresario, ni un empresario es necesariamente un emprendedor, aunque existen casos de emprendedores que al mismo tiempo han sido empresarios exitosos como Steve Jobs, Bill Gates, Michael Dell, por citar algunos de los más conocidos. Steve Jobs, fundador de Apple, consideró que el factor clave para conseguir el éxito como emprendedor es la perseverancia; en sus palabras:Estoy convencido de que cerca de la mitad de lo que separa a los emprendedores exitosos de los que no lo son es pura perseverancia. A menos que tengas mucha pasión por esto, no vas a sobrevivir, vas a renunciar. Así que debes tener una idea que te apasione, de lo contrario, no vas a tener la perseverancia suficiente para poder lograrlo (Grey, 2014). !27 Fernando Gómez (Comunicación personal, 2016), fundador de la startup Nexu comenta que emprender obliga a considerar el costo de oportunidad que cada persona enfrenta; cuanto más joven se es, las responsabilidades son menores pero cuanto más se avanza en la vida, responsabilidades como familia, hipotecas, créditos y otras reducen la oportunidad de arriesgar para emprender un negocio. Gómez agrega que optar por un trabajo convencional al terminar una carrera universitaria en lugar de emprender, se debe a pensar negativamente sobre la falta de experiencia, lo que lleva a los recién egresados a ocupar varios años un puesto de “becario con un sueldo bajo”, pero sobre todo, alejados completamente de las decisiones importantes de la compañía. Por el contrario, si una persona decide emprender desde joven, tal experiencia le dará más enseñanzas, pues desde el primer día se verá obligada a tomar decisiones importantes que llevarán a un aprendizaje más sistemático sobre cómo manejar un negocio. En otro orden de ideas, Zoltan Acs (2006, pp. 99-100) analiza la participación del emprendimiento en el desarrollo económico mundial. Para ello comienza por definir tres etapas de dicho desarrollo: • Etapa 1: Se refiere a aquellos países dedicados a la agricultura y producción a baja escala. • Etapa 2: Son economías basadas en la manufactura. • Etapa 3: Aquellos concentradores de riqueza que enfocan su crecimiento económico en servicios. Para Acs (2006), la tercera etapa se caracteriza por la disminución en la participación de la industria manufacturera. Prácticamente todas las economías industrializadas lo experimentaron en los últimos treinta años debido a que el tamaño de las empresas de servicio se volvieron de menor escala, apareciendo así más oportunidades de emprendimiento. Este es !28 claramente el caso de Estados Unidos, así como el de varios países europeos, como Alemania y Suecia. En términos laborales y económicos, el emprendimiento es, sin lugar a dudas, uno de los pilares más importantes para el crecimiento de los países. Según datos del Global Entrepreneurship Monitor, cerca de la quinta parte de los adultos en edad de trabajar se dedican a actividades emprendedoras en etapas tempranas en regiones como Latinoamérica y África, mientras que el 49 por ciento lo considera una opción de carrera deseable (Kelly, Singer, Herrington, 2016). Del mismo modo, las pequeñas y medianas empresas representan más de la mitad de los puestos formales de todo el mundo, así lo menciona un estudio realizado por la Corporación Financiera Internacional (IFC por sus siglas en inglés) (2013). Las oportunidades económicas relacionadas con las pymes también son importantes, sectores como el de las tecnologías de la información y las comunicaciones (TIC), como aquel relacionado con la tecnología móvil están creciendo con un ritmo mucho más acelerado en países en vías de desarrollo como Latinoamérica o África. Así mismo, en el área de la tecnologías limpias y renovables las pymes podrían aprovechar un mercado que se estima llegará USD 1,6 billones durante la próxima década (InfoDev, 2015). En todos los países de la OCDE (2016, pp. 127,129.) las tasas de creación de empresas, específicamente en el ramo de servicios, contribuyeron aproximadamente con dos terceras partes de todos los puestos de trabajo generados en nuevas empresas en 2014, superando así aquellas empresas propias de la industria y la manufactura, la cual históricamente había presentado el mayor índice de creación de empleos. Agregando a lo anterior, en la mayoría de las economías, las nuevas empresas industriales contribuyeron con menos del 15% de los puestos de trabajo creados, además, !29 Micro empresa en México Ted McGrath. 2016. 2016 - Mexico - Morelia - Mercado de San Juan [Fotografía]. Recuperado de https://goo.gl/4vPdK6 https://goo.gl/4vPdK6 https://goo.gl/4vPdK6 !30 entre 2008 y 2014 el empleo en el sector de la manufactura se redujo en todos los países de la OCDE, salvo en dos: Luxemburgo y Alemania. En México, del total de empresas consideradas en la la Encuesta Nacional sobre Productividad y Competitividad de las Micro, Pequeñas y Medianas Empresas (ENAPROCE) de 2015, el 97.6% son microempresas y concentran el 75.4% de los empleos formales del país. Le siguen las empresas pequeñas, que son un 2% y tienen el 13.5% del personal ocupado. Las medianas representan 0.4% de las unidades económicas y tienen poco más del 11% de los ocupados. (Instituto Nacional del Emprendedor [INADEM], 2016) Al ser un sector tan importante en el ámbito económico, el gobierno mexicano decidió crear el Fondo Nacional Emprendedor (FNE), el cual se creó en 2014 como resultado de la fusión entre el Fondo de Apoyo para la Micro, Pequeña y Mediana Empresa (Fondo PYME) y el Fondo Emprendedor, con el objetivo de “fomentar el crecimiento económico nacional, regional y sectorial” (INADEM, 2016) . La creación del FNE responde también a uno de los mayores retos: la productividad. De acuerdo con la Secretaría de Economía (INADEM, 2016), la productividad total de los factores económicos ha decrecido durante los últimos 30 años a una tasa promedio anual de 0.7%, insuficiente para sostener una entidad en desarrollo. Las MIPYMES son las principales generadoras de empleo en el país al aportar casi tres cuartas partes (73.8%) de las fuentes de empleo que se generan en la economía. Sin embargo, su participación en la Producción Bruta Total (PBT) alcanza únicamente el 34.7%. Para poder impulsar mejor la creción de empresas en México, el FNE (INADEM, 2016) ha destinado recursos por más de 35 mil millones de pesos, que puedan permitir beneficiar a cerca de un 3 millones de emprendedores con atenciones, asesorías, apoyos a proyectos !31 productivos, vinculaciones, premios y eventos que fomentan la cultura emprendedora, pero sobre todo que ayuden a mejorar la productividad de cada una de estas empresas. Emprendimiento y academia Desde la perspectiva académica, los esfuerzos por desarrollar el emprendimiento han avanzando en los últimos años. Según la Universidad de Princeton (2016), las mejores instituciones vinculadas a estos temas son Babson, Harvard, Brigham Young, Michigan y Rice; dicho estudio evalúa el porcentaje de la plantilla docente, alumnos y exalumnos que han participado en proyectos de creación de empresas, programas de mentoría, becas y planes de estudio. En el caso específico de México, el principal actor en esta materia es el Tecnológico de Monterrey. Hasta este punto hemos ofrecido un panorama acerca de lo que es el emprendimiento, su vinculación con algunos conceptos económicos, su relevancia en la economía actual y el papel que las instituciones académicas han jugado en él. En lo que sigue, hablaremos acerca de un tipo de emprendimiento con características particulares y muy importante durante los últimos años en todo el mundo: las startups. STARTUP El gobierno de Estados Unidos, a través de su Oficina de Administración para Pequeños Negocios ofrece una definición del término startup: “Son aquellos negocios principalmente basados en la tecnología con gran potencial de crecimiento” (The U.S. Small Business Administration [SBA], s.f.). Por su parte, el Instituto Nacional del Emprendedor (INADEM) considera que una startup es un emprendimiento de alto impacto, lo cual significa que se trata de “negocios basados en una innovación, no necesariamente de alta !32 tecnología y que buscan cambiar su entorno, escalables, con fin económico, social, ambiental o cultural” (Organizaciónpara la Cooperación y el Desarrollo Económicos [OCDE], 2016, pp. 127,129). Características de una startup Según Natalie Robehmed (2013) el término startup ha sido utilizado con más frecuencia para describir a cierto tipo de emprendimiento dirigido por jóvenes encargados de construir aplicaciones móviles y digitales que poco tiempo después, llegan a transformarse en grandes empresas de tecnología. Sin embargo, para poder ofrecer una mejor definición, Robehmed, en su artículo para Forbes What is a Startup expone diferentes definiciones del término desde el punto de vista de distintos emprendedores. Uno de ellos, Neil Blumenthal, fundador de la startup Warby Parker menciona que una startup es una compañía que trabaja en resolver un problema donde la solución no es obvia y el éxito no está garantizado. Adora Cheung, CEO y fundadora de Homejoy comenta que una startup tiene más que ver con un estado mental: es decidirse a renunciar a la estabilidad a cambio de la promesa de un enorme crecimiento y la emoción de hacer impacto inmediato. Por otro lado, Paul Graham (2012), fundador de Y Combinator, sostiene que una startup está diseñada para crecer lo más rápido posible, por lo que el crecimiento es el factor más importante para este tipo de empresa. Eric Ries (2013, pp. 53-57), autor del famoso libro Lean Startup, define a este tipo de emprendimiento como una institución humana diseñada para crear nuevos productos o servicios bajo condiciones de extrema incertidumbre. Sin embargo, el mismo Ries matiza algunos aspectos de esta definición: 1. Extrema incertidumbre: una persona dentro de una compañía es capaz de desarrollar un nuevo producto o servicio bajo circunstancias de extrema incertidumbre, y no por esto podría !33 considerarse que dicha compañía sea una startup. 2. Institución: si bien en una primera lectura esta palabra puede ser entendida como sinónimo de burocracia y letargo organizacional, características que no definen a una startup, Ries asegura que el término institución tiene que ver más con aquellas actividades tales como la contratación de empleados creativos capaces de coordinarse entre sí y la creación de una cultura orientada a resultados. El principal objetivo de una startup es encontrar la forma correcta de crecer (tan rápido como sea posible) y construir algo por lo que los usuarios estén dispuestos a pagar. 3. Producto o servicio: Ries considera que estos términos aluden a cualquier fuente de valor para las personas que se convierten en clientes, es decir, que todo aquello que los clientes experimenten con una compañía debe ser considerado un producto o servicio. Tanto por la cultura como por el crecimiento y la innovación que una startup aplica a sus productos o servicios, Ries (2011, pp. 53-57) considera que es necesario definir la ideología de esta última antes de pensarse como tal; asimismo, sostiene que los fundadores deben tomar en cuenta factores como la industria en la que se desenvuelven y las métricas usadas para evaluar el rendimiento o el tamaño de mercado. Gustavo Álvarez (2016), cofundador de la startup mexicana Leco define a este tipo de emprendimientos describiendo ciertas características que les son particulares: están asociadas a temas de innovación y tecnología; su crecimiento y escala crecen de forma acelerada, y cuentan con un modelo negocios flexible que les permite desarrollar tanto procesos internos como productos o servicios de forma muy rápida para probar y validar en el mercado. Por su parte, Fernando Gómez (2016), fundador de Nexu, considera que lo que especifica a esta clase de emprendimiento es el uso de !34 Eric Ries JD Lasica. 2013. [Fotografía]. Recuperado de goo.gl/tEgLhN http://degoo.gl/tEgLhN http://degoo.gl/tEgLhN !35 tecnología para aumentar el tamaño de la organización y la escala de sus operaciones sin tener por ello que incrementar sus recursos. El ecosistema de las startups Un actor fundamental en el ecosistema de startups son las aceleradoras. También conocidas como programas de aceleración semilla, se trata de grupos de emprendedores de distintas disciplinas que son apoyados por diferentes sesiones de mentoría y educación empresarial, para después pasar a una sesión conocida como pitch (Cohen, 2014). Una de las primeras aceleradoras de este tipo es Y Combinator, que desde 2005 comenzó a patrocinar nuevas empresas con gran potencial de crecimiento. A esta pionera le han seguido otras empresas con modelos de fondeo similar, entre las que destacan Techstars (2007) y 500 Startups (2011). Para 2016, estos tres fondos cerraron cerca de 100 rondas serie A de las 800 que hubo en Estados Unidos y entre las compañías exitosas a las que apoyaron encontramos Airbnb, Dropbox (Shontell, 2012), Twilio (MCClure, 2016) y Digital Ocean. La economía de las startups Según datos de Bloomberg, los indicadores del valor de negocio de las startups en Estados Unidos ha caído poco más del 23% desde el 2015, marcando su valor más bajo desde abril de 2014 (McBride, 2017). Sin embargo para Latinoamérica y en concreto para México, el panorama resulta alentador pues se cree que dicho mercado aún está en desarrollo. Un claro ejemplo de esto es lo hecho por 500 Startups Latam con la puesta en marcha de su sexto programa regional de aceleración y el lanzamiento de su segundo fondo regional para Latinoamérica, Luchadores II, con un monto de 10 millones de dólares y que tendrá como primer inversionista ancla a la Corporación Financiera Internacional (IFC, por sus siglas en inglés), miembro del Grupo Banco Mundial (Mannes, 2017). !36 Las startups en México En México, la industria de capital emprendedor está despegando, con un capital levantado de 196 millones de dólares y 17 cierres de fondos en 2015. México se posiciona así como el segundo mercado más activo de capital de riesgo en América Latina, por detrás de Brasil, que tradicionalmente ha sido líder en la región. De los 11 fondos más activos en 2015 dentro de América Latina y según el número de compromisos cerrados (deals), cuatro son mexicanos: Angel Ventures (8 deals), All Venture Partners (7 deals) y Dila Capital (7 deals). Cabe añadir que el segmento de los fondos de capital emprendedor incluye no sólo empresas tecnológicas sino también a emprendimientos en el sector de salud y energía, entre otros (OCDE, 2016). FIGURA 2.1. The Hundred Million Club Esquema que muestra las startups que han alcanzado los 100 millones de pesos en inversión durante los últimos años en un rango digital The Hundred Million Club 2013. Antoni Lelo de Larrea Ventures Partners. [Imagen]. Recuperado de: https://goo.gl/sqG9Jj !37 A pesar de lo anterior, el mercado de startups en México dista mucho de ser grande y fuerte. Actualmente existen cerca de 32 mil compañías de emprendedores en tecnologías de la información pero se estima que sólo el 20 por ciento sobrevivirá más de 10 años. Con base en este escenario, el Instituto Mexicano de la Competitividad (IMCO) calcula que en 15 años, estas empresas sólo generarán una derrama económica de 40,000 millones de pesos, lo que representará 0.2 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB). Rodrigo Gallegos, director de Cambio Climático y Tecnología del IMCO, en entrevista con el periódico El Economista habló sobre la actualidad y el contexto del ecosistema de startups: Hay que dejar en claro que las empresas de tecnología es (sic) lo más disruptivo de todo el mundo. Nunca antes una empresa con 5 años de haberse fundado, con 50 empleados, tengan un valor de 19,000 millones de dólares, que es que el valor de capitalización de bolsas de valores. Instagram, Facebook, Microsoft, Apple han creado algo que nunca se ha visto antes (Onofre, 2014). Por otra parte, el ecosistema mexicano de startups ha comenzado a desarrollarse desde otros frentes tales como universidades (IPADE, CIIE, ITESM, IPN); incubadoras y aceleradoras (SUM, Endeavor, Masschallenge,Venture Institute, Victoria 147 y 500 Startups); eventos (Startup Weekend, Startup Digest, Campus Party, Semana Nacional del Emprendedor) y organizaciones públicas (INADEM) y privadas (BBVA Bancomer, Telefónica, Ernst & Young y Televisa). Aunque este contexto parece prometedor para las startups en México, es un hecho que enfrenta dificultades. De acuerdo con Pilar Aguilar, directora general de Endeavor México, el ecosistema de startups debe seguir empujando a que en nuestro país exista un mercado bursátil especializado que permita la expansión de todo el sector de startups, una especie de NASDAQ. Vale la pena señalar que durante los últimos 15 !38 años se tratado de crear dicho mercado sin éxito. Uno de los frenos para que las startups coticen en la Bolsa Mexicana de Valores (BMV) es, por ejemplo, que el monto mínimo de facturación de la empresa requiere ser de 300 millones de dólares o más, mientras que en Estados Unidos, el monto mínimo es de 70 millones de dólares, lo que significa que en México se necesita cuatro veces más volumen de facturación para cotizar en la bolsa que en el país vecino (Chávez, 2015). Además de lo anterior hay que considerar que en cuanto al marco regulatorio general para la creación empresas en nuestro país aún hay muchas tareas por hacer, como por ejemplo, la introducción de incentivos fiscales para la innovación, reforma que llevaría al país al nivel de muchos otros integrantes de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) (2015), que combinan incentivos directos a la innovación y creación de empresas con estímulos fiscales, como es el caso de Rusia y Francia, quienes ofrecen el apoyo fiscal de este tipo más significativo en relación con su PIB, o bien países como Finlandia o Suecia que entre 2013 y 2014 iniciaron programas de estímulo fiscal a este tipo de empresas. México debería evolucionar hacia una consolidación y simplificación de programas e instrumentos de apoyo a las startups, buscando el fortalecimiento de la coordinación entre emprendedores con programas nacionales, estatales y privados. Sin embargo, un mayor apoyo a las startups no dependerá sólo de mejoras en las políticas económica y fiscales del país, sino también de cambios en cuanto a industrialización, innovación y tecnologías de la información y comunicación, todo lo cual deberá modificar las actitudes del sector privado en cuanto a inversión y aversión al riesgo. !39 FINTECH En el capítulo anterior dijimos que la profesión actuarial se ha desarrollado tradicionalmente en el sector financiero; también advertimos que cada vez con mayor frecuencia encontramos a practicantes de otras disciplinas ejerciendo tareas propiamente actuariales en ese mismo sector. Esta circunstancia resulta especialmente notable en el caso de la industria FinTech, una de los de mayor crecimiento tanto en México como en el mundo y que no sólo constituye un buen ejemplo de lo que es una startup sino que por su naturaleza financiera, puede ser un terreno atractivo para la Actuaría. Este campo emergente, que tiene su origen en la convergencia entre tecnologías de información y comunicación y la producción de bienes y servicios financieros, ha resultado ser notablemente innovador, resaltando el caso mexicano, toda vez que nuestro país cuenta con más empresas de este tipo en Latinoamérica --con 158-- y se encuentra en el camino de captar un mercado de casi 30 mil millones de dólares (Finnovista, 2016). Sin embargo, parece haber poca participación de los actuarios, pues al revisar cerca del 30% de los perfiles profesionales de quienes han fundado empresas FinTech, observamos que sólo dos son actuarios: Gustavo Gutiérrez Galindo (Broxel) y Fernando Gómez Arriola (Nexu). ¿Por qué una industria cuya importancia económica a nivel mundial es ya insoslayable, parece mostrar tan baja participación del gremio actuarial? Si bien nuestro estudio no nos permite asegurar con exactitud qué tanto los actuarios están tomando parte en las decisiones que dan forma a las FinTech, sí nos deja ver la poca iniciativa del gremio para arrancar nuevos negocios dentro de esta industria. Para tratar de comprender con más detalles este problema, enseguida describiremos las principales características de la industria FinTech, considerando en todo momento que esta clase de empresas son un ejemplo de startups. !40 Radar Fintech 2016 Fintech Radar México: México se convierte en el mayor mercado Fintech de América Latina. 2016. Finnovista [Imagen]. Recuperado de https:// www.finnovista.com/fintech-radar-mexico/ !41 !42 De acuerdo con la Universidad de Wharton, por FinTech hemos de entender una industria económica compuesta por compañías que hacen uso de la tecnología para crear sistemas financieros más eficientes (Wharton University, s.f.). Miembros de la Universidad de Stanford añaden que estas empresas son generalmente startups fundadas con el propósito de irrumpir los sistemas financieros y grandes corporaciones (Stanford Fintech, s.f.). Algunas empresas de consultoría que participan activamente en temas relacionados con la industria FinTech ofrecen también definiciones y características de la misma. Por ejemplo, Price Waterhouse Cooper, una de las firmas más importantes de consultoría en servicios financieros (Adams, 2015) y que actualmente cuenta con un área de consultoría e investigación dedicado al sector (Price Waterhouse Cooper [PwC], s.f.)., define a éste como un segmento dinámico donde se unen los servicios financieros con la tecnología y en el que las empresas de nueva creación se enfocan en la innovación de los productos y servicios actualmente proporcionados por la industria tradicional (PwC, 2016). De acuerdo con la empresa Finnovista, la industria FinTech está compuesta de 10 segmentos que concentran gran parte de la innovación: 1. Pagos y remesas (Payments & Remittances) 2. Préstamos (Lending) 3. Gestión de finanzas empresariales (Enterprise Finance Management) !43 4. Gestión de finanzas personales (Personal Finance Management o PFM) 5. Fondeo colectivo (Crowdfunding) 6. Gestión de Inversiones (Wealth Management) 7. Seguros (Insurance) 8. Educación financiera y ahorro (Financial Education and Savings) 9. Soluciones de calificación, identidad y fraude (Scoring, Identity and Fraud) 10. Mercados Bursátiles (Trading & Markets) (Finnovista, 2016) Uno de los aspectos más interesantes de este tipo de empresas es el acelerado desarrollo que han mostrado en los últimos años: en 2015, se invirtieron 12.2 mil millones de dólares en empresas FinTech en todo el mundo cifra que representa más del doble de la observada un año antes, pues en 2014 dicha inversión fue de 5.6 mil millones. Este notable crecimiento ha llevado a algunos a prever que para el año 2020, el 20% del negocio de servicios financieros de la banca estará en riesgo por la competencia que representan las empresas de la industria FinTech (PwC, 2016). Cabe añadir que tan considerable crecimiento no ha agotado al sector, de tal forma que éste ofrece aún grandes oportunidades de mejora en todo el mundo. Según cifras de la consultora McKinsey, cerca 2 mil millones de personas y 200 millones de negocios en todo el mundo carecen de acceso a productos financieros tan básicos como el ahorro o el crédito mientras que aquellos individuos que sí cuentan con estos productos, tienen que pagar altos costos por una gama limitada de ellos. Adicionalmente se estima que el mercado de préstamos bancarios para personas y pequeños negocios es enorme, ascendiendo a 2 billones de dólares. Por todo esto, concluye McKinsey, la difusión de nuevas herramientas digitales se ha vuelto mucho más relevante, toda vez que permite ofrecer servicios con bajo costo que al mismo tiempo permitan impulsar la inclusión financiera (Manyika, Lund, Singer, ,White, Berry, 2016). !44 En el caso de nuestro país, uno de los factores que motiva el crecimientode la industria FinTech es el carácter conservador de los bancos. En palabras de Javier Arreola, redactor del World Economic Forum: A pesar de los aparentes cambios en los pasados siglos y una intensa regulación de las últimas décadas, los bancos son hoy por hoy de las empresas más tradicionales en el mercado. Por ejemplo, siguen usando tasas de interés, concepto milenario; y el sistema crediticio está basado en la confianza, lo cual fue empujado por los Médici, en el siglo XIV. No obstante, el poder de los smartphones se está haciendo sentir, y de acuerdo con Farhad Iraní, responsable de la expansión de PayPal en el mercado asiático: las tecnologías móviles pueden ser la mayor revolución económica que veremos en nuestras vidas (Arreola, 2016). Según afirma el banco Citigroup, México es un país emergente que posee particularidades que lo hacen terreno fértil para el desarrollo FinTech, tales como la alta penetración de internet fijo y móvil, la existencia de un ecosistema comercial electrónico con compañías enfocadas en pagos, cuyo valor de mercado en 2012 era de 85 mil millones de pesos, mismo que se incrementó a 162 mil millones al cierre de 2014 (Arreola, 2016). Todos estos datos, aunados con el hecho --ya mencionado-- de que nuestro país tiene un número importante de empresas FinTech en comparación con Latinoamérica, explica el interés de los organismos regulatorios nacionales en torno a la industria FinTech. Desde mediados de 2016 diversos medios especializados dieron a conocer que la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP) preparaba una reforma para regular el sector financiero, especialmente en materia tecnológica (Arreola, 2016); de igual manera, la Comisión Nacional Bancaria y de Valores (CNBV), a través de su vicepresidente, Jorge Palacios, se pronunció a favor de la creación de un marco regulatorio que, entre otras cosas, considerara a empresas de fondeo colectivo (crowdfunding) (Villafranco, 2016), es decir, entidades FinTech. !45 Por todo lo anterior es fácil concluir que la industria FinTech representa un nuevo campo de desarrollo no sólo sumamente atractivo para la profesión actuarial, sino uno natural, es decir, un ámbito en donde las competencias propias de la disciplina hallan expresión. Ante estos escenarios, la participación del gremio actuarial toma relevancia no sólo en la participación de creación de nuevas empresas que permitan a la profesión reinventarse, sino también promover regulaciones que permitan el desarrollo de nuevas tecnologías en favor de una mayor cantidad de innovaciones en el mercado. Sin duda, cualquier emprendedor desea construir una empresa capaz de llegar al mayor número de personas y obtener el mayor retorno posible. Para lograr esto, deben observarse tres aspectos fundamentales: las necesidades del público, la viabilidad de la estrategia de negocio y la factibilidad tecnológica para convertirla en valor para los clientes y crear oportunidades de mercado. Esto, en su conjunto, es lo que algunos llaman Pensamiento de Diseño o Design Thinking, tema del siguiente capítulo. 3 La Actuaría conoce al diseño ¿Qué es el diseño? ¿Qué es Design Thinking? ¿Por qué el diseño ayuda al actuario? ¿Por qué ayuda a emprender? ¿Un actuario podría pensar como un diseñador? omo dijimos en el capítulo anterior, el emprendimiento se ha vuelto cada vez más relevante y puede llegar a ser una alternativa atractiva para el actuario. Por supuesto, emprender supone, entre otras muchas cosas, contar con conocimientos, habilidades, aptitudes y actitudes propias de los marcos clásicos de la gestión y la estrategia ya sea empresarial o social. Sin embargo en los últimos años, tanto en los negocios como en organizaciones públicas y sociales ha cobrado una creciente importancia el así llamado Pensamiento de Diseño (PD), considerado como una perspectiva que reconcilia esos marcos clásicos con diversos principios y metodologías propios del diseño, enfocando así la gestión y la estrategia en el conocimiento profundo de las necesidades del ser humano como tal, más que en las del cliente. Está más allá de los fines de este trabajo discutir en detalle los fundamentos y las perspectivas de la estrategia empresarial y la gestión estratégica, pero en cambio en lo que resta de este capítulo ofreceremos un panorama acerca del Pensamiento de Diseño. C !47 EL VALOR DEL DISEÑO EN LA ECONOMÍA La empresa Motiv Strategies, en conjunto con el Design Management Institute, trabajó para crear un indicador capaz de medir el impacto económico del diseño en la economía en general. El Design Value Index es un índice bursátil que muestra 15 compañías enfocadas en crear estrategias centradas en el diseño como Coca-Cola, Nike, Apple, Intuit, IBM, Starbucks y Ford, entre otras. El resultado de este índice después de 10 años superó al S&P 500 en 288% sobre su valor de cotización (Westcott et al., 2013). Resultados similares se observan en otros países. En Dinamarca, la National Agency for Enterprise and Housing publicó datos sobre los efectos económicos del diseño en aquel país, entre los que sobresale lo hecho en 2003, año en el que las compañías danesas invirtieron cerca de 1.2 millones de millones de dólares en servicios externos e internos de diseño, lo que las llevó a alcanzar crecimientos en ventas superiores al 20% por encima de aquellas compañías que no invirtieron en diseño (National Agency for Enterprise and Housing, 2003). La relevancia económica del diseño no sólo se muestra en el sector privado. En Islandia, varias oficinas gubernamentales de educación, ciencia y cultura propusieron políticas enfocadas al diseño que comenzaron a aplicarse desde 2014. En tales directrices se considera que el diseño es una vía para incrementar la creación de valor y mejorar la calidad de vida y la sostenibilidad, así como un puente que acorta la brecha que existe entre la creatividad y la innovación, presente en todo aquello que el ser humano pueda construir y que debe constituirse como un aspecto distintivo de dicho país (Iceland Minister of Industries and Innovation & Minister of Education, Science, and Culture, 2001). Es posible que el mejor ejemplo de interés gubernamental por el diseño esté representado por el Reino Unido, país que desde 1944 estableció el !48 Design Council, organismo autónomo que se encarga de asesorar al gobierno en temas de diseño. El Design Council funciona como una herramienta estratégica para abordar los principales retos sociales de la nación británica e impulsar su crecimiento económico mediante la innovación. Los frutos de este esfuerzo son dignos de mención: en 2015, el valor de la economía del diseño en el Reino Unido ascendió a 71.7 millones de millones de libras esterlinas; dos años antes, en 2013, el monto total de las exportaciones relacionadas con el diseño fue de 34 millones de millones de libras esterlinas y entre 2009 y 2013, el valor de la economía del diseño en dicha nación creció 28%, 10 puntos porcentuales más que toda la economía del Reino Unido, la cual creció un 18% en el mismo periodo (Design Council UK, 2015). La revisión de otras fuentes muestra resultados similares. Según datos publicados por la agencia British Columbia Premier’s Technology Council, el 48% de los proyectos que tuvieron inversión en diseño, recuperaron el total de los costos en un lapso de un año o menos después de lanzar un producto o servicio al mercado, y el 90% generó un retorno de inversión en los primeros 3 años (National Endowment for the Arts, 2017). El escritor y periodista británico John Howkins --quien popularizó el término economía creativa-- (United Nations Educational, Scientific and Cultural Organization [UNESCO], 2013) sostuvo que las actividades propias de esta nueva forma de economía y entre la cuales se encuentra el diseño, representaron en 2005 el 6.1% de la economía global, lo que algunas proyecciones consideran equivalente a $4.3 millonesde millones de dólares de 2011, algo así como el 120% de la economía de Alemania (Buitrago, y Duque, 2013). Esta clase de resultados económicos así como otros beneficios significativos que el diseño ofrece a empresas y gobiernos, puede explicar el inusual cambio en las estrategias de algunas organizaciones de talla mundial, así como una transformación del mercado de consultoría de negocios. El cambio mencionado consiste en la adquisición de importantes agencias de diseño por parte de grandes empresas, un fenómeno que comenzó desde el año 2001 y !49 del cual hay interesantes ejemplos: la compra de Fjord por parte de la consultora Accenture, de Hot Studio por Facebook y la de Mike & Maaike por Google, y los aún más ilustrativos casos de Capital One y BBVA, instituciones financieras que se hicieron de las agencias de diseño The Adaptive Path y Spring Studio, respectivamente. En cuanto al mercado de consultoría, hoy en día organizaciones antaño dedicadas por entero al diseño, como IDEO, compiten directamente con consultoras como McKinsey, Boston Consulting Group y Bain (Nussbaum, 2004). El diseño considerado como una herramienta estratégica puede apreciarse también en el mundo de las startups. Airbnb, Fitbit o Square no sólo se han caracterizado por contar con una cultura fuertemente enfocada al diseño sino que han sido fundadas por diseñadores (Willis, 2012). De hecho podemos observar un incremento en la creación, por parte de profesionales del diseño, de empresas no especializadas en éste: entre 2005 y 2009 se establecieron 5 negocios de este tipo mientras que en los siguientes 4 años se crearon 28 más (Maeda, 2015). ¿QUÉ ES EL DISEÑO? Si bien hemos hablado de la importancia del diseño alrededor del mundo, es importante contar con una definición de diseño que nos permita entender mejor las razones que explican tal relevancia. En su libro Fundamentos del Diseño Robert Gillam (1951), profesor de la Universidad de Yale, ofrece la siguiente reflexión acerca de lo que es el diseño Diseñar es un acto humano fundamental: diseñamos toda vez que hacemos algo por una razón definida. Ello significa que casi todas nuestras actividades tienen algo de diseño: lavar platos, llevar una contabilidad o pintar un cuadro [...] Ciertas acciones no son sólo intencionales, sino que terminan por crear !50 algo nuevo, es decir, son creadoras. Tenemos ya, pues, una definición formal: diseño es toda acción creadora que cumple su finalidad. Ahora bien, las definiciones formales son muy engañosas. La que hemos ofrecido parece explicar algo, pero, en realidad, sólo nos plantea dos problemas: (1) ¿Cómo distinguimos un acto creador? y (2) ¿Cómo establecemos si logra su finalidad o no? Debemos comprender ambas cuestiones antes de saber qué es el diseño. Entonces ¿qué son esas “acciones creadoras”? Gilliam sostiene: Bien, pues, ¿cómo distinguimos un acto creador? Como dije antes, produce algo nuevo. Pero con ello sólo hemos resuelto un aspecto superficial del problema. La creación no existe en el vacío, forma parte de un esquema humano, personal y social. Hacemos algo porque lo necesitamos, esto es, sí somos creadores. Es ésta la única elección que cabe en la vida: o limitamos nuestros deseos y necesidades para adaptarnos a lo que las circunstancias nos ofrecen, o bien utilizamos toda nuestra imaginación, conocimiento y habilidad para crear algo que responda a dichas necesidades. Como individuos, hacemos tal elección en forma independiente, y, como grupo social, en conjunto. Todo lo que usamos —ropas, casas, ciudades, carreteras, herramientas, maquinarias, etc.— se inventó para llenar alguna necesidad. Hasta ahora, no me he referido más que a nuestras necesidades materiales, pero ellas no son las únicas. Deseamos, además, muchísimas "cosas": felicidad, alegría y afecto, por ejemplo. Nuestras necesidades son de orden espiritual y emocional tanto como material. ¿Y qué tiene que ver la creación con este tipo de necesidad? Supongamos que contemplamos uno de esos objetos útiles a que acabo de referirme, por ejemplo, un jarrón griego. Es probable que lo consideremos una pieza de museo y olvidemos que alguna vez resultó útil, pero así fué. Se diseñaban jarrones de distintas formas para usos tan variados como beber vino y contener las cenizas funerarias. La fabricación y la venta de !51 cerámica constituyeron una importante industria ateniense, la base de la economía de la ciudad. La creación de jarrones satisfacía dos tipos muy materiales de necesidad. Uno era utilitario: los usos a que se destinaban. El otro era económico: trabajo productivo para muchos artesanos, mercaderes, marinos y productos que podían venderse en todo el mundo del Mediterráneo a cambio de otros que Atenas necesitaba. La relevancia que Gillam concede a las necesidades humanas dentro de su concepto de diseño, obliga al mismo autor a establecer, primero, que estas “son siempre complejas” y segundo, que las mismas presentan dos aspectos: uno funcional (entendiendo por “función” el uso específico a que se destina una cosa) y otro expresivo. La importancia relativa de ambos aspectos, concluye Gillam, varía según las necesidades. FIGURA 3.1. Espacio del diseño Tomemos dos casos extremos: si un físico nuclear necesita un instrumento para medir la radiactividad, al diseñarlo tendrá especialmente en cuenta la función; si un artista se dispone a pintar un cuadro, pensará probablemente en la expresión. Hoy en día estas mismas ideas acerca del diseño --funcionalidad, expresividad y necesidad-- se encuentran más ampliamente difundidas y aceptadas; por ejemplo, para la Escuela de Diseño de la Universidad de Illinois (s.f.), el diseño es la contextualización y creación de nuevas cosas como ideas, interacciones, información, objetos, tipografías, libros, carteles, Diseño ExpresiónFunción !52 productos, lugares, signos, sistemas, servicios, muebles, sitios web y más. Sin embargo el diseño no fue siempre considerado así y mucho menos en el ámbito empresarial. De acuerdo con la Dirección General de la Comisión Europea, durante décadas la competencia empresarial se limitó a producir bienes y servicios que fueran más baratos, más rápidos y mejores, y sólo recientemente se ha comenzado a entender que “mejores” significa abordar auténticamente la experiencia del usuario a través del diseño y de la innovación. O como veremos enseguida, mediante el “buen diseño” de Rams (National Endowment for the Arts., 2017). El “buen diseño” Dieter Rams, uno de los más influyentes diseñadores industriales de Alemania, se propuso investigar en qué consiste un buen diseño; aceptando que tal “bondad” no puede ser medida cuantitativamente, Rams creó una serie de expresiones que definen lo que se conoce como “los 10 principios de Rams”, que sintetizan el resultado de sus indagaciones y que hoy son más aceptados que nunca, sobre todo por el ámbito académico (Hustwit, 2015). Los también conocidos como “los 10 principios del buen diseño” (VITSŒ, s.f.) son: 1. El buen diseño es innovador: Es improbable agotar las posibilidades de innovación en el diseño debido a que el desarrollo tecnológico ofrece continuamente nuevas oportunidades para innovar. Pero ambos, el diseño innovador y la tecnología innovadora deben crearse en conjunto y el primero, por sí mismo, nunca es un fin. 2. El buen diseño es útil: El objetivo primordial de un producto es su utilidad aún y cuando tiene que satisfacer ciertos criterios de carácter psicológico y estético. Así, un buen diseño le da prioridad !53 Dieter Rams Imagen 1. 03remix-rams. En “Just Right” por Pilar Viladas, 2011, Recuperado de: https://tmagazine.blogs.nytimes.com/2011/03/28/just-right/ https://tmagazine.blogs.nytimes.com/2011/03/28/just-right/ https://tmagazine.blogs.nytimes.com/2011/03/28/just-right/ !54 a la utilidad de un producto y evita todasaquellas características que pudieran reducirla. 3. El buen diseño es estético: La calidad estética de un producto debe formar parte integral de su utilidad ya que los productos utilizados cotidianamente tienen siempre un efecto sobre las personas y su bienestar. Sólo algo bien diseñado posee belleza. 4. El buen diseño hace a un producto comprensible: Un buen diseño simplifica la estructura del producto, expresa claramente su función ante la intuición del usuario e Idealmente, se explica por sí mismo. 5. El buen diseño es discreto: Todo producto bien diseñado y que cumple un propósito es semejante a una herramienta y por lo tanto, no se confunde con un objeto decorativo o una obra de arte. Todo producto bien diseñado debe de ser simultáneamente neutro y sobrio, características que proveen al usuario de un espacio para la autoexpresión. 6. El buen diseño es honesto: Un diseño honesto nunca miente respecto al verdadero valor e innovación del producto, ni trata de manipular al consumidor mediante promesas de una falsa utilidad más allá de la realidad física del producto. 7. El buen diseño tiene una larga vida: Toda moda es inherentemente pasajera y subjetiva, por lo que el buen diseño se aleja de ella y da como resultado productos útiles y atemporales. 8. El buen diseño es consecuente en todos sus detalles: Nada debe ser arbitrario o dejado al azar. El cuidado y la precisión en el proceso de diseño muestran respeto hacia el usuario. !55 9. El buen diseño respeta el medio ambiente: El diseño contribuye de manera importante a la preservación del medio ambiente. Conserva los recursos y minimiza la contaminación física y visual durante todo el ciclo de vida del producto 10. El buen diseño es diseño en su mínima expresión: El buen diseño es tan poco diseño como sea posible. Menos, pero mejor, pues se concentra en los aspectos esenciales y elimina los superfluos. En otras palabras, es simple. Además de sentar nuevas bases conceptuales para el diseño, Rams se convirtió en un referente obligado para lo que hoy en día conocemos como Pensamiento de Diseño. Sin duda influido por las ideas de Rams, John Maeda, un destacado promotor de la inclusión explícita del diseño como elemento fundamental para la generación de valor en cualquier proceso imaginable, asegura que el diseño ha sido pensado desde la academia como un arte, lo cual constituye un grave error, ya que esto ha llevado a los mismos diseñadores a pensarse como artistas cuando al mismo tiempo, deben resolver problemas de negocio. Para Maeda, cuando se trata de buscar una diferencia entre el arte y el diseño, debe considerarse que “el arte se trata de hacerse preguntas, lo cual no es un enfoque equivocado, pero el diseño busca ofrecer soluciones.” (InVision, 2016) El también fundador del MediaLab del MIT, considera que: “[El] Diseño es un método para poner en un mismo contexto tanto forma como contenido. El diseño, como el arte, puede tener muchas definiciones y no tener ninguna. El diseño puede ser arte, puede ser estético, pero sobre todo, el diseño tiene que ser simple, por eso es tan complejo.” (Design Indaba, 2016) !56 El británico Tim Brown (2009, pp. 99), actual CEO de IDEO, un referente en el campo del diseño desde hace más de 20 años y quien considera que “el diseño es demasiado importante para dejarlo en manos de diseñadores”, ha sido también uno de los mayores impulsores de lo que hoy conocemos como Pensamiento de Diseño, enfoque que difundió a través de su libro Change By Design, cuya tesis principal es que esta clase de pensamiento posee un carácter estratégico en la creación de valor en distintas industrias. Como algunos de sus predecesores, Brown ha tratado de establecer las bases sobre las que debería definirse el diseño y plantearlo como una estrategia real para resolver problemas: “Nuestra verdadera meta no es crear una impresora más rápida o un teclado más ergonómico: ese es el trabajo de los diseñadores. Se trata de ayudar a la gente a articular las necesidades latentes que quizás ni siquiera saben que tienen [y] este es el reto de los pensadores de diseño.” Brown (2009, pp. 96) asegura que el diseño consiste en convertir una necesidad en una demanda, lo cual exige colocar al ser humano en el centro mismo del proceso de diseño. David Kelly, socio fundador de IDEO y creador de la Escuela de Diseño en Stanford (d.school) también ha realizado importantes aportaciones a la conceptualización del diseño. Kelly asegura que a lo largo de su vida se ha enfrentado a problemas provenientes de distintas ámbitos, desde la industria médica hasta instituciones gubernamentales y que el diseño ha sido una parte fundamental para ofrecer una correcta solución. En su experiencia, la percepción que el público tiene del diseño ha sufrido una evolución: durante sus primeros años en Stanford las preguntas que solían hacerle eran acerca de los elementos estéticos del diseño (¿dónde comprar “esos” lindos zapatos?, ¿dónde comprar “estos” fantásticos lentes?), pero actualmente !57 alumnos, académicos y empresarios llegan a él con preguntas propias de temas relacionados con estrategia, como si se estuviera en una escuela de negocios (Talks at Google, 2013). En resumen, personas como John Maeda, Tim Brown o David Kelly entre otras, han realizado esfuerzos para orientar e incorporar estratégicamente el diseño en el mundo de los negocios, sin dejar por ello a un lado los conceptos básicos que definen la materia, todo lo cual ha llevado a la creación de lo que podríamos denominar como la matriz del Design Thinking tal como lo conocemos hoy. Desde las aulas de las escuelas de diseño en Stanford, Rhode Island o Harvard, se ha buscado establecer los parámetros apropiados para construir un modelo que represente de forma clara y concisa la forma de pensar de los diseñadores, modelo que exige considerar ciertas premisas, herramientas y procesos de las que hablaremos más adelante. PENSAMIENTO DE DISEÑO No deberá sorprendernos que a la fecha no se cuente con una definición única y universalmente aceptada de lo que es el Pensamiento de Diseño. Sin embargo, es perfectamente posible identificar varios elementos comunes a las concepciones existentes. ¿Qué es el Pensamiento de Diseño? En el ámbito académico hay diversas ideas acerca de lo que es el Pensamiento de Diseño. Por ejemplo, estudiosos de la Universidad de Stanford consideran que se trata de una metodología para la innovación que combina enfoques creativos y analiticos que requieren de colaboración entre distintas disciplinas (Chao, 2015). En el Instituto de Diseño Hasso Plattner de Alemania, por su parte, se define a dicha forma de pensamiento como un enfoque sistemático, centrado en el humano, que permite resolver problemas !58 complejos dentro de todos los ámbitos de la vida, y en el que las necesidades y los requerimientos del usuario juegan un papel crucial (Hasso-Plattner Institut, s.f.). Resulta llamativa la concepción que del Pensamiento de Diseño tiene Norman Nielsen Group, una de las agencias dedicadas a mejorar la experiencia de los usuarios en el mundo digital, para la cual: “el pensamiento de diseño es una ideología la cual afirma que un enfoque práctico para la solución de problemas y centrado en el usuario, puede conducir a la innovación, la diferenciación y la ventaja competitiva” (Gibbons, 2016). De acuerdo a la agencia de diseño IDEO, el Pensamiento de Diseño es: “[...] un enfoque de innovación centrado en el humano que toma de la caja de herramientas de los diseñadores elementos para integrar las necesidades de las personas con las posibilidades tecnológicas y los requerimientos de los negocios” (IDEO U, s.f.). Bill Moggridge (2010), co-fundador de IDEO, asegura que si bien todas las personas hacemos elecciones de diseño, esto no significa que seamos diseñadores o pensadores de diseño, pues para ello es necesario saber cómo crear nuevas soluciones
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