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UNIVERSIDAD NACIONAL 
AUTONOMA DE MEXICO 
 
 FACULTAD DE MEDICINA 
 DIVISION DE ESTUDIOS DE POSGRADO 
 
SECRETARIA DE SALUD. 
HOSPITAL JUAREZ DE MEXICO 
 
 
“Fracturas de tobillo unimaleolares tipo B de Weber en el Hospital Juárez de 
México. Comparación en el resultado funcional en su tratamiento quirúrgico: 
osteosíntesis mínima vs placa tercio de caña en el periodo de noviembre 
del 2008 a mayo 2009” 
 
 
 
TESIS DE POSGRADO 
 
 
 
QUE PARA OBTENER EL TITULO DE ESPECIALIDAD DE 
ORTOPEDIA Y TRAUMATOLOGIA 
 
 
 
PRESENTA 
 
Dra. Mariana Sánchez Morales. 
 
 
 
Dr. Leobardo Guerrero Beltrán 
Asesor de tesis. 
 
 
México, D F Febrero del 2009 
 
 
UNAM – Dirección General de Bibliotecas 
Tesis Digitales 
Restricciones de uso 
 
DERECHOS RESERVADOS © 
PROHIBIDA SU REPRODUCCIÓN TOTAL O PARCIAL 
 
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mencionando el autor o autores. Cualquier uso distinto como el lucro, 
reproducción, edición o modificación, será perseguido y sancionado por el 
respectivo titular de los Derechos de Autor. 
 
 
 
AUTORIZACION DE TESIS 
 
 
 
 
__________________________________ 
Dr. Luis Delgado Reyes 
Jefe de la división de enseñanza 
 
 
 
_________________________________ 
Dr. Diego Martín de la Torre 
Jefe de la división de la cirugía 
 
 
_________________________________ 
Dr. Sergio Gómez Llata García 
Jefe de servicio Ortopedia y traumatología 
 
 
 
___________________________________ 
Dr. Leobardo Guerrero Beltrán 
Medico adscrito al servicio de ortopedia y traumatología 
Asesor de tesis. 
. 
Dedicatoria. 
 
 
 
El presente trabajo y la labor de estos años los quiero dedicar a aquellos que han estado 
conmigo en todos los altibajos. 
 
A mi padre por apoyarme en todo momento y por enseñarme que no hay obstáculos más 
que los que uno mismo construye. 
 
A mi madre por estar presente en mis ausencias, sin ella no hubiera sido posible estar 
aquí. 
 
A mi hijo Andrés por estimularme todos los días a seguir. 
 
A mis hermanas y sobrinos. 
 
A mis maestros. 
 
Al paciente. 
 
 
 
AGRADECIMIENTOS 
 
 
 
Al servicio de ortopedia que fue mi otra familia por todos los momentos vividos. 
Al Dr. Diego de la Torre por la oportunidad y apoyo total. 
A mi estimado doctor Sergio Gómez Llata García, maestro y amigo incondicional, un 
extraordinario e incansable ser humano que siempre se encontró presente en nuestra 
formación como especialistas y quien me ha enseñado a ver mas allá de mis limites ,a 
conocerme más y desarrollarme como una mejor persona , toda mi gratitud es para usted . 
Al Dr. Leobardo Guerrero Beltrán por ser también mi maestro y asesor de tesis por todas 
las lecciones aprendidas en quirófano, por la confianza depositada y por ser la persona 
que realmente me abrió las puertas e inspiro en todo momento. Muchas gracias. 
A los demás adscritos de ortopedia por permitirme conocerlos y compartir con ellos 
cirugías, consulta externa y momentos gratos. 
Gracias Dr. Gonzalo Mier, Dr. David Miranda, Dr. Alejandro Vázquez, Dr. Rudy Salazar, 
Dr. Fernando Ortiz. Muchas gracias por todo. 
 
A mis compañeros de generación, Dr. Jhonatan Rangel, Dr. Jorge Hernández, Dr. Áyax 
Rodales, gracias por estos 4 años. 
A mi guardia tan incondicional: Al Dr. Rangel por la convivencia, al Dr. Luis Pulido por 
siempre estar ahí, por ser un apoyo total e insuperable y por ser parte del crecimiento. Al 
Dr. Hugo Molina por los buenos momentos, por su invaluable presencia y por todos sus 
comentarios…Tan solo diez años…Al Dr. Cesar Sosa por la ayuda personal que me ha 
brindado sin importar la hora. 
A todos mis compañeros residentes: 
Al Dr. Lenin Cruz, Dr. Samuel Herrera y Dr. Miguel López. 
Al Dr. Oscar Gallegos por sus grandes frases, al Dr. Manuel Aguilar, Dr. Pedro Segura 
Dr. Irving Hernández. Dr. Mauricio Juárez, Dra. Marisol Cuan . 
Muchas gracias por el permitir conocerlos a todos. 
 
Y principalmente gracias al paciente. 
 
 
 
 
 
INDICE 
I. Introducción................................................................................... 1 
 
II. Antecedentes................................................................................ 2 
 
III. Planteamiento del problema....................................................... 57 
 
IV. Justificación.................................................................................. 57 
 
V. Objetivos generales y específicos.............................................. 65 
 
 
VI. Diseño Metodológico……………………………….……… 66 
 
VII. Resultados...................................................................................78 
 
VIII. Análisis de resultados...............................................................91 
 
IX. Conclusiones................................................................................ 93 
 
X. Bibliografía............................................................................... 97 
 
 Anexos. 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
INTRODUCCION. 
 
Generalidades. 
Una de las patologías más incapacitantes y de mayor frecuencia que se presentan en la 
traumatología es la fractura de tobillo. 
Estas fracturas al ser articulares llevan un alto nivel de artrosis si no se logra una reducción 
anatómica acertada (1). 
Son el tipo más frecuente de fractura tratado por los cirujanos ortopédicos. En las 
últimas dos décadas se ha producido un aumento en la prevalencia de estas fracturas, 
tanto en pacientes jóvenes y activos como en ancianos. También parece haber 
aumentado la frecuencia de lesiones complejas del pie y tobillo como resultado del uso 
de dispositivos de seguridad en los automóviles, como los cinturones de seguridad y los 
airbags, que disminuyen la mortalidad y protegen el tronco pero no necesariamente las 
extremidades inferiores. 
Como resultado de una mejor comprensión de la biomecánica del tobillo, las mejoras en 
las técnicas de fijación, y los hallazgos en la valoración de resultados, se ha producido 
una evolución gradual en las estrategias de tratamiento de estas fracturas. Los objetivos 
del tratamiento siguen siendo la consolidación de la fractura y un tobillo que se mueva y 
funcione normalmente y sin dolor. El desarrollo de estrategias para el tratamiento de 
varios patrones de fractura del tobillo depende de si estos objetivos pueden conseguirse 
de forma más predecible con medidas operatorias o no operatorias. 
El tratamiento quirúrgico está indicado cuando no se puede restaurar la congruencia de 
la articulación mediante métodos cerrados. En las fracturas intraarticulares de la tibia 
distal, como las fracturas del pilón, con frecuencia hay una marcada incongruencia de la 
superficie articular que soporta cargas anormales y que debe ser corregida. En las 
fracturas del tobillo, la preocupación primaria es la inestabilidad residual de la 
articulación porque la mala alineación o el desplazamiento residual pueden afectar 
adversamente el comportamiento biomecánico del tobillo resultando en una pérdida de 
la función. Ciertos patrones de lesión tienen mejor resultado con tratamiento quirúrgico, 
mientras que otros responden mejor al tratamiento conservador. (2) 
El tratamiento de las fracturas del tobillo exige un análisis de riesgo-beneficio y también 
de coste-beneficio. El riesgo primario que se asocia al tratamiento cerrado es una 
inadecuada restauración de la biomecánica del tobillo que puede conducir a un mal 
resultado.Al contrario, aunque la reducción abierta con fijación interna es un método 
excelente para recuperar la anatomía normal de la articulación, se acompaña de los 
costes y riesgos de una operación. 
Antecedentes históricos 
Se ha descrito evidencias de fracturas de tobillo consolidadas en las momias del antiguo 
Egipto. En el siglo V A.C., Hipócrates recomendaba reducir las fracturas cerradas por 
extensión (tracción del Pie), pero si era una fractura abierta esta no debía reducirse, ya que 
el paciente moriría de inflamación y gangrena. (2) 
Hubo pocos avances en la comprensión y tratamiento de las lesiones de tobillo hasta la 
mitad del siglo XVIII. Los escritores de ese tiempo refieren que la fractura de tobillo 
resultaba en una alta incidencia de deformidad y pérdida de movimiento y función, y que en 
algunas ocasiones solo podrían ser curadas mediante amputación primaria. (2) 
En 1768 Percival Pott describió una fractura de peroné 2 a 3 pulgadas por arriba de la 
sindesmosis, con una ruptura asociada de los ligamentos mediales y una subluxación lateral 
del Talus. Su trabajo fue uno de los pioneros en enfatizar la importancia de la reducción 
anatómica en el tratamiento de las fracturas de tobillo. (2) 
En los siguientes 200 años la literatura releva un proceso gradual en la comprensión de los 
procesos de tobillo. Sin embargos muchos de estos reportes contenían información 
conflictiva. Hubo diferencias en la terminología utilizada para describir la anatomía, los 
mecanismos de lesión y el resultado obtenidos. 
En 1771 Jean Pierre David fue el primero en tratar de explicar los mecanismos de lesión en 
las fracturas de tobillo, escribió que los ligamentos que sostienen el peroné en combinación 
con los movimientos externos del pie dan como resultado una fractura del peroné distal. (2) 
Boyer él medico personal de Napoleón describió dos mecanismos diferentes en la fractura 
del peroné. Reconoció que para que ocurra la subluxación de la articulación debe 
presentarse una fractura del maléolo, una lesión ligamentaria o ambas. (2) 
Dupuyutren fue el primero en utilizar métodos experimentales en el estudio de las fracturas 
de tobillo, produciendo fracturas en cadáveres. Sus escritos incluyen una combinación de 
estos resultados experimentales, observaciones clínicas y opiniones personales. Enfatizo el 
papel de la abducción y la posición del pie en el mecanismo de las lesiones del tobillo y 
describió el mismo patrón de las fracturas de Pott, pero incluyendo la lesión de la 
sindesmosis. (2) 
En 1822 Ashley Cooper presento un extenso trabajo sobre fracturas y luxaciones y 
caracterizo un amplio rango de lesiones del tobillo, incluyendo fracturas de los márgenes 
tibiales anterior y posterior y diástasis de la tibia y el peroné. (2) 
Maissonneuve fue el primero en comparar el tobillo con una mortaja, y reconoció la 
importancia de la rotación externa y los ligamentos sindesmóticos para determinar el patrón 
de fractura. Observo que la rotación externa producía dos tipos diferentes de fracturas. 
Cuando los ligamentos sindesmóticos permanecían intactos se producía una fractura 
oblicua a nivel de la articulación; si se rompía el ligamento tibiofibular anterior ocurría una 
fractura del peroné proximal. (5) 
Volkmann describió una fractura de la porción anterolateral de la tibia pero describió 
incorrectamente el mecanismo de la lesión. La misma lesión en el lado posterolateral de la 
tibia fue descrita posteriormente por Chaput, Wagstaffe describió una fractura por avulsión 
del margen anterior del peroné, en el sitio de inserción del ligamento tibiofibular anterior. 
(2) 
Una fractura del margen tibial posterior fue descrita por Cooper en 1822 posteriormente 
Cotton describió la misma fractura en la literatura americana y Henderson 
subsecuentemente la llamo fractura trimaleolar. 
En 1894 Lane fue el primero en recomendar el tratamiento quirúrgico para obtener la 
reducción anatómica del tobillo. Lambotte escribió sobre la reducción abierta y fijación 
interna de las fracturas. 
Dennis recomendó la fijación interna, la anatomía original del hueso fue restaurada y 
mantenida con fijación estable que permitió el movimiento inmediato de la articulación 
involucrada y de los músculos adyacentes. (2) 
El “Grupo de trabajo para el estudio de la osteosintesis” (Arbeitsgemeinschaft für 
Osteosynthesefragen) (AO), formado en 1958 en Suiza comenzó un estudio sistemático de 
las fracturas. Ellos expandieron los principios de Lane, Lambotte y Dannis desarrollaron 
nuevos implantes y técnicas de fijación que formaron la base para el manejo actual de las 
fracturas de tobillo.(1) 
En 1970 se combinaron varios estudios anatómicos, biomecánicos y clínicos para demostrar 
la importancia de la restauración exacta de la articulación del tobillo, incluyendo el maléolo 
medial y lateral. Se obtuvieron excelentes resultados utilizando principios redescubiertos de 
Lambotte, Dannis, el grupo AO y otros que enfatizan en la reducción anatómica, fijación 
estable y rehabilitación temprana. (15) 
Anatomía y Biomecánica 
Huesos 
El tobillo es una articulación compleja, que consiste en una articulación entre la tibia y el 
peroné, la tibia y el talus, y el peroné y el talus, cada una soportada por un grupo de 
ligamentos. La tibia y el peroné forman una mortaja que brinda una articulación estrecha 
para el talus (2, 4,5) 
La superficie articular de la tibia distal es cóncava, más ancha superior y anteriormente para 
acomodar la forma esferoidal del talus, la forma de la articulación por si sola da estabilidad 
intrínseca, especialmente al soportar carga. (2, 4,5) 
El maléolo medial es una extensión de la tibia distal. La superficie interna esta cubierta por 
un cartílago articular y se articula con la faceta medial del talus. La superficie interna distal 
del maléolo esta dividida por un surco longitudinal en un tubérculo anterior grande y un 
tubérculo posterior pequeño que son los sitios de inserción para porciones del ligamento 
deltoideo. También hay un surco en la superficie posterior donde el tendón tibial posterior 
pasa detrás del maléolo y se inserta la vaina del tendón. (5) 
El peroné brinda el soporte lateral del tobillo, justo por debajo del tobillo el peroné se 
asienta en un surco formado por un tubérculo anterior ancho y un tubérculo posterior 
pequeño de la tibia, no hay superficie articular entre la tibia distal y el peroné, pero aun así 
hay una pequeña cantidad de movimiento entre los huesos.(2,5) 
El borde medial del peroné esta cubierto por un cartílago articular desde el plafón tibial 
hasta un punto aproximado a la mitad de su longitud. Su parte distal tiene forma de punta y 
tiene un surco posterior para el tendón peroneo. (2) 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
El Talus tiene una cabeza curva, un cuello intermedio y un cuerpo trapezoide grande. Se 
articula con el hueso navicular, el calcáneo, la tibia y el peroné. 
El cuerpo del calcáneo esta casi cubierto por cartílago articular. La superficie articular es 
convexa desde el frente hacia atrás y ligeramente cóncava de lado a lado. La cúpula del 
talus es trapezoide y la superficie anterior tiene en promedio 2.5 mm más ancha que la 
superficie posterior. (2) 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
Es esencial una buena comprensión de la anatomía y biomecánica del tobillo antes de 
poder valorar y tratar las lesiones que afectan a esta articulación. El tobillo está 
constituido por las superficies articulares del astrágalo, la tibia y el peroné, así como por 
sus ligamentos de unión y la cápsula. Con frecuencia el tobillo se divide en complejos 
medial, lateral y sindesmótico para ayudar al médico a entender mejor el mecanismo de 
la lesión y diseñar un plan de tratamiento. El complejo medial está formado por el 
maléolo interno, la faceta medial del astrágalo, y las porciones superficial y profunda del 
ligamento deltoideo; el complejolateral comprende la parte distal del peroné, la faceta 
externa del astrágalo, y los ligamentos colaterales laterales del tobillo y de la 
subastragalina; y el complejo sindesmótico está constituido por la articulación entre la 
tibia y el peroné así como los ligamentos de la sindesmosis y la membrana interósea. 
Aunque antiguamente se consideraba al tobillo como una simple articulación en bisagra, 
muchos estudios han mostrado claramente que la biomecánica del tobillo es bastante 
compleja. 
La contribución de las superficies articulares, los ligamentos y las estructuras capsulares 
y ligamentarias a la estabilidad y función del tobillo están influenciadas por los cambios 
en las características de la carga y la posición articular y se alteran en respuesta a la 
lesión. Estos estudios biomecánicos han mostrado que a medida que en tobillo se mueve 
en el plano sagital el astrágalo se desliza y rota al mismo tiempo bajo el pilón tibial. 
Además, el movimiento del tobillo en el plano sagital induce movimientos acoplados en 
los planos axial y coronal. La flexión plantar del tobillo se acompaña de la rotación 
interna del astrágalo, mientras que la flexión dorsal produce su rotación externa (Fig. 1). 
La dorsiflexión también produce la traslación posterolateral y la rotación externa del 
peroné, con un movimiento vertical mínimo. 
Actualmente se conoce bien que los patrones de lesión asociados con las fracturas de 
tobillo son más complejos que el simple desplazamiento lateral del astrágalo en la 
mortaja lesionada. Es difícil valorar este desplazamiento, que ocurre en múltiples 
planos, sólo con las radiografías convencionales. Por ejemplo, lo que en la radiografía 
simple parece una translación lateral directa del astrágalo, es realmente una rotación del 
astrágalo dentro de la mortaja. No apreciar esto lleva a entender mal los cambios 
biomecánicos reales que suceden, llevando al diseño de modelos experimentales 
inexactos, y puede contribuir a la confusión respecto al tratamiento clínico. Los modelos 
experimentales de las fracturas de tobillo que consideran únicamente la translación 
lateral directa del astrágalo no representan con exactitud las consecuencias de la lesión. 
Históricamente, el principal objetivo del tratamiento quirúrgico de las fracturas de 
tobillo era estabilizar el lado medial. Más tarde, se consideró la parte lateral más 
importante. Los estudios más recientes han sugerido que ambos lados son importantes: 
el lado medial (específicamente, el componente profundo del ligamento deltoideo) 
mantiene en su sitio al astrágalo y evita que se desplace lateralmente y rote 
externamente, mientras que el lado lateral actúa como un tope. Cuando se planea el 
tratamiento deben considerarse las consecuencias biomecánicas de la lesión para ambos 
lados del tobillo. 
ANATOMIA DE LA MORTAJA. 
La relación entre la tibia y peroné forman la “mortaja tibio-perónea” la cual contiene al 
astrágalo en su interior. Entre estas estructuras existe un complejo sistema cápsulo-
ligamentario que mantiene una estabilidad de esta articulación permitiendo así una 
adecuada función. (11) 
La tibia se encuentra unido al peroné a nivel del tobillo por la “sindesmosis” la cual esta 
formada por ligamentos tibio-peroneos anteriores y posteriores. Proximalmente se 
encuentran unidos por la membrana interósea la cual también juega un papel importante en 
la estabilidad del tobillo. 
Distalmente el Peroné se encuentra unido al talo y al calcáneo por los ligamentos: 
· Peroneo astragalino anterior 
· Peroneo astragalino posterior 
· Peroneo calcáneo 
Por el lado tibial el maléolo medial se encuentra unido al talo y al calcáneo por el ligamento 
deltoidéo (porción profunda y superficial respectivamente. 
 
ANATOMIA QUIRURGICA Y BIOMECANICA DEL TOBILLO. 
La estabilidad de la mortaja se basa en relación de la configuración de los huesos del pie 
reforzados por un potente sistema osteoligamentoso. La mortaja consiste en la perfecta 
congruencia de tres huesos la tibia distal, el peroné distal y el astrágalo. 
La congruencia de la articulación se encuentra entre el astragalo con forma de de domo 
cóncavo sobre el cual se encuentra el plafón tibial 
 
El astragalo tiene una relevancia en la superficie medial y lateral de la articulación, por lo 
que tiene la característica de articular con ambos maléolos. 
Los componentes óseos del tobillo son estabilizados por sistemas de ligamentos 
complejos: 
1) El complejo tibioperoneo inferior. 
2) El complejo tibioperoneo lateral, 
3) El complejo de ligamentos colaterales mediales, 
 El complejo tibioperoneo inferior (“sindesmosis”) 
La tibia y el peroné distal están unidos por una sindesmosis elástica y resistente que es 
auxiliar al movimiento del tobillo. Consiste de tres elementos. 
 La sindesmosis anterior (tibioperonea anterior) que va de la superficie anterior del 
tubérculo tibial (tubérculo de Tillaux-Chaput) a el maleólo lateral. 
 La sindesmosis posterior (tibioperonea posterior) este es el más fuerte de los 
ligamentos y va de la superficie del maleólo lateral a el Tuberculo posterior de la 
tibia. 
 La banda interosea o el ligamento interóseo que une a ambos huesos incisura fibularis 
tibiae, y se continúa con la membrana interósea proximal a los ligamentos de la 
sindesmosis. 
 
 
 
Anatomía de los ligamentos tibioperoneos.. 
a Vista Anterior 
b Vista Posterior 
 
1) Membrana interósea. 
2) Ligamento tibioperoneo anterior. 
3) Tubérculo tibial anterior (tubérculo de Tillaux-Chaput). 
4) Ligamento astragalo-peroneo anterior. 
5) Ligamento calcáneo-peroneo 
6) Ligamento astragalo-peroneo posterior. 
7) Ligamento deltoideo. 
8) Ligamento tibio-peroneo posterior.. 
Complejo ligamentario colateral. 
El complejo ligamentario colateral previene el varo/valgo del astragalo en el ángulo de la 
mortaja e incluye los siguientes elementos. 
 El ligamento astraglo - peroneo anterior: Se origina del borde anterior del peroné y 
se inserta justo anterior a la faceta maleolar lateral del astrágalo. 
 El ligamento calaceo-peroneo el cual se origina junto a la tibia y corre posteriormente 
y distalmente bajo el tendón del peroné para insert6arse junto a el calcáneo. 
 El ligamento astragalo peroneo posterior el cual se origina de la faceta posterior del 
peroné distal y se inserta en la porción posterior del astragalo. 
 
El complejo ligamentario colateral medial o ligamento deltoideo consta de dos partes. 
La superficial o ligamento tibio calcáneo. 
La profunda o parte de los ligamentos astragalo tibiales anterior y posterior. 
 
 
 
Los ligamentos colaterales 
A El Complejo ligamentario colateral lateral.(4–6). B El Complejo ligamentario colateral 
medial ( ligamento deltoideo) 
 
La congruencia e importancia de la mortaja. 
El astragalo se mantiene en un estrecho contacto con la superficie articular de la mortaja en 
todas las posiciones de flexión plantar y dorsal. [2, 3]. 
Este íntimo contacto es importante para la distribución de la carga del tobillo y por eso debe 
ser totalmente restaurada después de una lesión. 
Estudios biomecánicos han demostrado que la congruencia es mantenida no solo por el 
movimiento sino por una combinación de rotación y desplazamiento del astragalo 
complementada con el movimiento de traslación del peroné en todas las posiciones de 
flexión y extensión plantar 
La flexión plantar del tobillo es acompañada de rotación interna del astragalo, la flexión 
dorsal resulta en rotación externa del astragalo y de traslación posterolateral combinada con 
rotación externa del peroné. 
Este movimiento del peroné junto con la sindesmosis es una parte esencial de la función del 
tobillo normal. 
La total congruencia de la articulación es el elemento más importante en la protección del 
cartílago articular del tobillo frente al alto estrés y de la degeneración secundaria. Los disturbios del tobillo en la congruencia articular reducen el área de contacto y 
pueden tener severas lesiones y consecuencias sobre el cartílago articular. 
 BIOMECANICA DE LA LESION DEL TOBILLO 
Lesión por debajo de la sindesmosis ( tipo A) 
Con el pie en supinación y una fuera en aducción aplicada sobre el astrágalo, la primera 
lesión ocurre sobre el lado lateral, la cual esta bajo tensión esto puede ocasiona ruptura del 
ligamento lateral causando una fractura transversa o avulsión del maleólo lateral debajo p a 
un lado del plafón tibial, si la fuerza de deformación continua, el astragalo se inclina y esto 
causa fractura del maleólo medial. 
 . 
 
Mecanismo de lesión de las fracturas A del tobillo. 
A) Falla de la tensión en el lado lateral con una fuerza sobre el pie en supinación y aducción 
I Ruptura del ligamento astragalo peroneo anterior. 
II Avulsión osteoligamentosa. 
III fractura- avulsión transversa del peroné 
 B) Lesión medial resultado de una aducción del astragalo forzada ,con la falla del lado 
lateral mas carga vertical axial y un astragalo inclinado produce una fractura del maleólo 
medial .Puede ocurrir con ello una lesión osteocondral sobre el astragalo 
 
Fractura tipo A. 
 
La lesión transindesmótica ( tipo B) 
Esta es la fractura mas frecuente del tobillo y ocurre con carga axial y el pie en supinación. 
Por virtud de la oblicuidad del eje cuando el movimiento subastragalino ocurre, la inversión 
resulta en rotación externa del astragalo. 
. 
 
 
Fractura del tobillo tipo B 
a–b El eje alrededor del cual el movimiento se realiza ( a un lado de la articulación 
subastragalina) es alrededor de un ángulo de 42 grados con respecto a la horizontal y 16 
grados medial. 
C–D Esto causa que la articulación subastragalina actué comó una bisagra similar a un 
marco en el cual el calcáneo se invierte y el astragalo rota externamente. 
Primero, el peroné falla, produciendo una fractura oblicua junto a la articulación 
extendiéndose proximalmente de anterior a posterior .Conforme progresa la rotación del 
astragalo se produce desplazamiento posterior resultando en una lesión de la sindesmosis 
posterior o fractura del maleólo posterior .Finalmente como el astragalo se subluxa hacia 
posterior, falla el complejo medial y hay ruptura del ligamento deltoideo o fractura 
transversa del maleólo medial. 
 
Mecanismo lesional de las fracturas tipo B del tobillo. 
A) Falla del lado lateral con el pie en supinación resultando en una inclinación y rotación 
externa violenta del astragalo 
B) La primera lesión es una fractura oblicua del peroné junto a el nivel de la articulación del 
tobillo y pasa a posterior, esto puede ser una fractura no desplazada porque las fuerzas de 
deformación cesan en este punto .Este es el tipo mas común de fracturas y la mortaja se 
encuentra estable. 
C) La rotación del astragalo progresiva causa desplzamiento posterior y proximal de la 
fractura del peroné. 
d–e) si continua la rotación del astrágalo se resulta en una fractura de la superficie articular 
posterior (triangulo de Volkmann). La falla medial ocurre junto al ligamento deltoideo (d) o 
junto al maleólo medial (e). 
 
 
 
Fractura tipo B del tobillo 
 
 
 
 
 
 
Valoración Radiográfica 
Las fracturas del tobillo se evalúan primariamente con radiografías simples. La 
inestabilidad se valora por medio del análisis de los desplazamientos de varias partes del 
tobillo y la asociación de estos desplazamientos con sus consecuencias biomecánicas. 
Las medidas que típicamente se obtienen son el espacio claro medial, el espacio claro 
tibioperoneo, la superposición peroneotibial, la inclinación del astrágalo y el ángulo 
talocrural 
 
 
 
La utilidad de la radiografía simple en una fractura de tobillo es limitada, pues todas las 
mediciones están sujetas a una variabilidad entre los observadores. Además, estas 
mediciones varían dependiendo de si la radiografía está hecha con o sin carga, y el grado de 
magnificación no está calibrado y varía de un paciente a otro. Finalmente, hay desacuerdo 
en la literatura en cuanto a qué es normal, anormal o aceptable y se comprenden mal las 
consecuencias biomecánicas de los pequeños desplazamientos. La reevaluación de estas 
mediciones con técnicas más nuevas, como la TAC, también ha cuestionado la validez de 
algunos conceptos previamente aceptados. Por ejemplo, la longitud del peroné 
normalmente se ha estimado usando el ángulo talocrural. Aunque se ha establecido que un 
cambio del ángulo talocrural tan pequeño como dos grados en comparación con el ángulo 
del lado normal refleja un acortamiento del peroné, los exámenes de las fracturas usando 
TAC tridimensional no han apoyado esta suposición.(15) 
 
CLASIFICACIONES DE LA FRACTURAS DE TOBILLO. 
Existen varias clasificaciones para las lesiones del tobillo de las cuales 2 son las más 
frecuentemente utilizadas: 
Clasificación de Weber – esta es una clasificación radiológica en la cual se tiene en cuenta 
el nivel de la fractura del peroné con relación al plafón tibial. Esta clasificación es la más 
sencilla pero tiene como inconveniente que no toma en cuenta el compromiso de las 
estructuras mediales (maléolo medial y ligamento deltoidéo. 
Weber A – la fractura se da por debajo del plafón tibial sin comprometer la sindesmosis 
tibio perónea lo cual resulta en una lesión que no compromete la estabilidad del tobillo. Son 
fracturas generalmente transversas. 
Weber B – el trazo de fractura inicia a nivel del plafón tibial extendiéndose proximalmente 
de manera oblicua o espiroideas. En este tipo de lesiones se compromete la sindesmosis de 
manera parcial rompiéndose en el fragmento distal (maléolo externo que se desplaza 
posterior y proximalmente) quedando integra en el fragmento proximal (diáfisis peroneal) 
la cual queda unida a la tibia por la sindesmosis restante. 
Weber C – son fracturas proximales al plafón tibial comprometiendo la sindesmosis y 
generalmente la estabilidad del tobillo. 
La segunda clasificación en frecuencia es la clasificación de Lauge-Hansen la cual diseñada 
con base en estudios experimentales en cadáveres, radiológicos. Se basa principalmente en 
el mecanismo del trauma. Esta clasificación permite sospechar cuales son las estructuras 
lesionadas sin embargo no permite definir un tratamiento quirúrgico de la lesión. Esta 
clasificación se basa en dos parámetros principales: 
La posición del pie en el momento del trauma 
Pronación 
Supinación 
La dirección de la fuerza deformante 
Rotación interna (inversión) 
Rotación externa (eversión) 
Aducción 
Abducción 
Dorsiflexión 
La posición del pié es importante debido a que permite deducir cuales de las estructuras se 
encontraban tensas y cuales relajadas durante el trauma (en supinación se tensionan las 
estructuras laterales y en pronación se tensionan las estructuras mediales. La dirección de la 
fuerza deformante permite sospechar cuales estructuras se lesionan de acuerdo con la 
posición del pié y la secuencia en la cual se pueden lesionar estas estructuras de acuerdo 
con la magnitud de la fuerza. Esta magnitud puede dividirse en estadíos de I a IV de 
acuerdo a las estructuras lesionadas. 
Esta combinación resulta en una serié de posibilidades en su mecanismo. 
La mayoría de las fracturas corresponden a 4 mecanismos principales según los autores de 
esta clasificación. 
En estas cuatro categorías se encuentran el 95% de las lesiones. 
 EVERSION (R.EXT) ADUCCION 
SUPINACION 1. ruptura ligamento peronéo 
astragalino anterior. 
2. fractura espiroideas fíbula 
distal. 
1. fractura transversa del 
maléolo peroneal por debajo del 
nivel de la articulación. 
2. fractura vertical del maléolo 
3. ruptura ligamento peronéo 
astragalino posterior. 
4. lesión medial fractura 
maleolar o ruptura del 
ligamento deltoidéo. 
(Weber B) 
medial. 
(Weber A)EVERSION (R.EXT) ABDUCCION 
PRONACION 1. fractura transversa del 
maléolo medial o ruptura del 
ligamento deltoidéo. 
2. ruptura del ligamento 
peronéo tibial anterior. 
3. fractura oblicua corta del 
peroné por encima de la 
articulación. 
4. ruptura de ligamento 
peronéo tibial posterior o 
fractura avulsiva al mismo 
nivel. 
(Weber C) 
1. fractura transversa del 
maléolo medial o ruptura del 
ligamento deltoidéo. 
2. ruptura de ligamentos 
sindesmosis o fractura avulsiva 
de sus inserciones. 
3. fractura transversa del peroné 
por encima de la articulación. 
(Weber C) 
 
La posición inicial del pie es importante porque determina que estructuras están 
tensas y por tanto más predispuestas a lesionarse inicialmente. (Por ejemplo, con el 
pie en supinación, las estructuras mediales están relajadas y las laterales tensas; por 
tanto las estructuras laterales se lesionan primero). La severidad de la lesión se 
clasifica como estadio 1,2,3 o 4 dependiendo de su configuración particular. Los dos 
patrones de lesión más comunes son supinación-rotación externa y pronación-
rotación externa. La lesión en supinación-rotación externa se inicia en la zona 
anterolateral del tobillo. Las estructuras que se dañan son, en orden, el ligamento 
tibio-peroneo anterior (estadio 1), el maléolo lateral (estadio 2), la zona posterolateral 
de la cápsula o el maléolo posterior (estadio 3), y el maléolo interno o el ligamento 
deltoideo (estadio 4). La lesión en pronación-rotación externa se inicia en la cara 
interna del tobillo con una lesión del ligamento deltoideo o del maléolo interno 
(estadio 1) y después progresa alrededor del tobillo hasta los ligamentos 
anterolaterales (estadio 2), el maléolo externo o la parte proximal del peroné (estadio 
3), y los ligamentos posterolaterales o el maléolo posterior (estadio 4). Otros patrones 
de lesión menos frecuentes son los de supinación-aducción y pronación-abducción. 
Como la clasificación de Lauge-Hansen se basa en el mecanismo de la lesión, su 
ventaja primaria en el pasado era que se podía utilizar como una guía para la 
reducción cerrada de las lesiones del tobillo. Aunque este sistema sigue siendo útil 
para describir el mecanismo de la lesión, es complicado y, independientemente de la 
experiencia del que interprete las radiografías, su utilidad clínica está limitada por la 
variabilidad interobservador. 
Como la clasificación de Lauge-Hansen se basa en el mecanismo de la lesión, su ventaja 
primaria en el pasado era que se podía utilizar como una guía para la reducción cerrada de 
las lesiones del tobillo. Aunque este sistema sigue siendo útil para describir el mecanismo 
de la lesión, es complicado y, independientemente de la experiencia del que interprete las 
radiografías, su utilidad clínica está limitada por la variabilidad interobservador.(11) 
El sistema de clasificación de Weber se basa en el nivel de la fractura del peroné: las 
fracturas tipo-A son distales al nivel del pilón tibial; las fracturas tipo-B comienzan a nivel 
del pilón y con frecuencia se extienden proximalmente en espiral; y las fracturas tipo-C 
comienzan proximales al nivel del pilón tibial y se asocian con un grado variable de lesión 
de la sindesmosis. Aunque este sistema es fácil de usar y aporta información sobre la 
fractura lateral, no discrimina adecuadamente entre fracturas que son bastante diferentes 
desde el punto de vista biomecánico. Por ejemplo, usando este sistema, las fracturas del 
peroné con una lesión medial son indistinguibles de aquellas que no tienen esta lesión.(8) 
La clasificación AO es una modificación de la de Weber en la cual los tipos A, B y C se 
subdividen en base a la presencia de lesión medial o posterior. La familiaridad con las 
clasificaciones de Lauge-Hansen y AO-Weber permite al cirujano conocer el mecanismo 
de la lesión y sistematizarla con el sistema más simple y más completo de la AO. (10) 
TIPOS DE FRACTURAS. 
 
Fractura transindesmótica aislada del peroné 
El patrón de lesión más común se produce cuando hay carga axial en un pié en posición 
supina máxima (aducto). La inversión del pie subastragalino da lugar a la rotación externa 
del astrágalo en la mortaja tibial. Ello produce una fractura oblicua en el peroné, que 
comienza a nivel de la articulación del tobillo y se extiende de anterior a posterior y de 
distal: a proximal. Podría tratarse de una fractura no desplazada, si la fuerza deformante 
cesara en ese momento. La rotación astragalina progresiva genera el desplazamiento 
posterior del maléolo lateral, abriendo la fractura oblicua del peroné. 
Estas fracturas corresponden a las fracturas de supinación-eversión, estadios I y II, en la 
clasificación de Lauge-Hansen.( 13 ) 
1. 44-B1.1 Simple 
 
 
Peroné 
Se produce una fractura oblicua simple a nivel de los ligamentos sindesmóticos, con 
mínimo desplazamiento o no desplazada. 
Sindesmosis anterior: Sin ruptura. 
 
 
 
 
Fractura 44-B1.2 2 Simple, con ruptura de la sindesmosis anterior 
 
Peroné 
Se produce una fractura oblicua simple a nivel de los ligamentos sindesmóticos, con o sin 
desplazamiento. 
Sindesmosis anterior 
La tensión comienza sobre el ligamento sindesmótico anterior y ocasiona la ruptura del 
ligamento, o una fractura avulsiva de la inserción, ya sea peroneal o tibial del ligamento 
sindesmótico anterior (Lauge-Hansen, SE estadio I). Una mayor tensión debido a la rotación 
externa del astrágalo conduce a la fractura del peroné (Lauge-Hansen, SE estadio II). El 
ligamento interóseo no está roto. 
 
 
 
 
Fractura 44-B1.3 Multifragmentaria 
 
Peroné 
Se produce una fractura multifragmentaria a nivel de los ligamentos sindesmóticos. 
Sindesmosis anterior. 
 
La tensión comienza sobre el ligamento sindesmótico anterior y ocasiona la ruptura del 
ligamento, o una fractura avulsiva de la inserción peroneal o tibial del ligamento 
sindesmótico anterior (Lauge-Hansen, SE estadio I). Una mayor tensión debida a la rotación 
externa del astrágalo, conduce a la fractura del peroné (Lauge-Hansen, SE estadio II). 
En la forma más frecuente del tipo 44 B1.3, un tercer fragmento es producto del 
desprendimiento del extremo del fragmento principal proximal del peroné. Este tercer 
fragmento suele portar una porción intacta del ligamento sindesmótico anterior. Podría 
quedar atrapado entre el fragmento principal proximal del peroné y el fragmento maleolar 
lateral, haciendo difícil la reducción. El ligamento interóseo no está roto. 
La fractura 44 B1.3 en examen es una fractura multifragmentaria en la región 
transindesmótica. 
 
 
44-B2 Fractura transindesmótica del peroné, con lesión medial 
El patrón de lesión más común se produce cuando hay carga axial en un pié en posición 
supina máxima, tal como se ha descripto respecto de las fracturas tipo 44-B1. La rotación 
externa progresiva del astrágalo, genera una mayor apertura de la fractura peroneal con 
desplazamiento posterior del maléolo lateral. Finalmente, el astrágalo sale de la mortaja por 
detrás, y rompe las estructuras colaterales mediales. 
En aproximadamente un 5% de las fracturas maleolares, la causa de la lesión es la abducción 
forzada del retropié pronado (correspondiente a las fracturas de pronación-abducción, 
estadios I a III, en la clasificación de Lauge-Hansen). 
44-B2.1 Simple, con ruptura del ligamento colateral medial 
 
Peroné 
Se produce una fractura oblicua simple a nivel de los ligamentos sindesmóticos, y se 
encuentra desplazada. 
Lesión medial. Ruptura del ligamento colateral medial. 
Sindesmosis anterior: Ruptura ligamentaria, o fractura avulsiva de la inserción del ligamento 
sindesmótico anterior, ya sea peroneal (Le Fort/ Wagstaff) o tibial (Tillaux-Chaput). 
Fractura 44-B2.2 Simple, con fractura del maléolo medial 
 
Peroné. 
Se produce una fractura oblicua simple a nivel de la inserción de los ligamentos 
sindesmóticos, y se encuentradesplazada. 
Lesión medial. Fractura transversa u oblicua del maléolo medial. 
Sindesmosis anterior: Ruptura ligamentaria, o fractura avulsiva de la inserción del ligamento 
sindesmótico anterior, ya sea peroneal (Le Fort/ Wagstaff) o tibial (Tillaux-Chaput). 
Fractura 44-B2.3 Multifragmentaria 
 
 
Peroné 
Se produce una fractura multifragmentaria a nivel de la inserción de los ligamentos 
sindesmóticos. 
Lesión medial: Ruptura del ligamento colateral medial, o fractura transversa u oblicua del 
maléolo medial. 
Sindesmosis anterior: Uno de los fragmentos peroneales puede ser producto del 
desprendimiento del extremo del fragmento principal proximal del peroné. Este tercer 
fragmento suele portar una porción intacta del ligamento sindesmótico anterior. Podría 
quedar atrapado entre los otros fragmentos peroneales. 
 
 
44-B3 Fractura de peroné transindesmal, con lesión medial y fractura de la escotadura 
posterolateral (Volkmann) 
El patrón de lesión más común se produce cuando hay carga axial en un pié en posición 
supina, tal como se describe respecto de las fracturas tipos 44-B1 y 44-B2. La rotación 
externa astragalina progresiva genera una mayor apertura de la fractura peroneal, con 
desplazamiento posterior del maléolo lateral. Finalmente, el astrágalo sale de la mortaja de la 
articulación del tobillo por detrás, y rompe las estructuras colaterales mediales. Al luxarse el 
astrágalo posteriormente fuera de la mortaja. puede fracturar la reborde tibial posterior 
(fractura de Volkmann). 
 
 
 
 
1. 44-B3.1 Simple, con ruptura del ligamento colateral medial 
 
 
Peroné 
Se produce una fractura oblicua simple a nivel de los inserción de la ligamentos 
sindesmóticos, con desplazamiento. 
Lesión medial: Ruptura del ligamento medial colateral. 
Sindesmosis posterior: La fractura de la tibia posterior puede ser una pequeña avulsión 
cortical. Es mucho más común una fractura mayor por compresión, en la que el fragmento 
posee una porción variable de la superficie articular posterior. 
Sindesmosis anterior: Ruptura ligamentaria o fractura avulsiva de la inserción del ligamento 
sindesmótico anterior, en su inserción fibular (Le Fort/ Wagstaff) o tibial (Tillaux-Chaput). 
 
 
 
Fractura 44-B3.2 Simple, con fractura del maléolo medial 
 
 
Peroné. 
Se produce una fractura oblicua simple a nivel de inserción de los ligamentos sindesmóticos. 
Lesión medial: Fractura transversa u oblicua del maléolo medial. 
Sindesmosis posterior: La fractura de la tibia posterior puede constituir una pequeña avulsión 
cortical. Es mucho más común una fractura mayor por compresión en la que el fragmento 
posee una porción variable de la superficie articular posterior. 
Sindesmosis anterior: Ruptura ligamentaria o fractura avulsiva de la inserción del ligamento 
sindesmótico anterior, en su inserción fibular (Le Fort/ Wagstaff) o tibial (Tillaux-Chaput). 
 
 
 
 
 
44-B3.3 Multifragmentaria, con fractura del maléolo medial 
 
 
Peroné. 
Se produce una fractura multifragmentaria a nivel de la inserción de los ligamentos 
sindesmóticos. Un tercer fragmento puede ser producto del desprendimiento del extremo del 
fragmento principal proximal del peroné. Este tercer fragmento suele portar una porción 
intacta del ligamento sindesmótico anterior. Podría quedar atrapado entre los otros 
fragmentos peroneales. 
Lesión medial: Fractura transversa u oblicua del maléolo medial. 
Sindesmosis posterior: La fractura de la tibia posterior puede constituir una pequeña avulsión 
cortical. Es mucho más común una fractura mayor por compresión, en la que el fragmento 
posee una porción variable de la superficie articular posterior. 
 
 
 
 
 
Lesión lateral infrasindesmótica, con fractura del maléolo medial 
Las fracturas tipo A2 tienen lugar cuando se imprime una fuerza de aducción al astrágalo, 
con el pié supinado. La primera lesión se produce distal a la inserción del ligamento 
sindesmótico en la región lateral, que está sometido a tensión. En segundo lugar, el 
astrágalo se inclina, produciendo una fractura por cizallamiento en el maléolo medial. Las 
fracturas tipo 44-A2 corresponden a las fracturas de supinación-aducción, estadio II, en la 
clasificación de Lauge-Hansen. 
44-A2.1 Ruptura de los ligamentos colaterales laterales 
 
 
Maléolo lateral: Ruptura de los ligamentos colaterales laterales (el ligamento peroneo-
calcáneo, y los ligamentos peroneo astragalinos anterior y posterior). 
Maléolo medial: Fractura oblicua o vertical. 
 
 
 
44-A2.2 Avulsión del extremo del maléolo lateral 
 . 
Maléolo lateral: Avulsión de su extremo. 
Maléolo medial: Fractura oblicua o vertical. 
En las fracturas tipo A2, el ángulo superomedial del astrágalo puede actuar como elemento 
contundente y romo, y ocasionar no sólo una gran fractura, oblicua o vertical, del maléolo 
medial, sino también una fractura por impactación en el ángulo medial de la tibia, en la 
unión de su superficie articular horizontal (plafón) con la superficie articular del maléolo 
medial (ver radiografía para fracturas tipo 44-A2.3). El fragmento angular impactado 
deberá desimpactarse antes de emprender la reducción y fijación del maléolo medial. 
3. 44-A2.3 Fractura transversa del maléolo lateral 
 
 
Maléolo lateral: Fractura transversa infrasindesmótica. 
Maléolo medial: Fractura oblicua o vertical. 
En las fracturas tipo A2, el ángulo superomedial del astrágalo puede actuar como elemento 
contundente y romo, y ocasionar no sólo una fractura oblicua alta o vertical del maléolo 
medial, sino también una fractura por impactación en el ángulo medial de la tibia, en la 
unión de su superficie articular horizontal (plafón) con la superficie articular del maléolo 
medial. Se trata en efecto de una lesión con hundimiento y cizallamiento, análoga a la del 
platillo tibial. El fragmento del “ángulo “impactado deberá desimpactarse antes de 
emprender la reducción y fijación del maléolo medial. 
 
 
 
 
 
 
INDICACIONES QUIRURGICAS 
La importancia de la reducción anatómica y fijación interna del peroné en las fracturas del 
tobillo se ha demostrado en numerosos estudios analíticos, descriptivos, anatómicos y 
biomecánicos. (1) 
Con esta finalidad se han descrito diversos sistemas par conseguir la reducción, la fijación y 
la consolidación con varios implantes con el objetivo de restituir la funcionalidad del 
tobillo a corto plazo. 
Existen diversos métodos de tratamiento que van desde el uso de aparato de yeso, fijación 
interna con los métodos propuestos de l AO/ ASIF. (5) 
De los métodos de fijación interna disponibles la placa lateral tercio de caña propuesta por 
el grupo AO ha contado con gran aceptación y uso por parte de los cirujanos ortopédicos, 
sin embargo existen limitantes en el uso de este material de osteosíntesis: 
La aplicación de la placa exige que se adapte anatómicamente al peroné y los tornillos en 
el fragmento distal deben de ser unicorticales para prevenir su penetración dentro de la 
articulación. Esta complicación se ha asociado a malos resultados, a pesar de de que se 
obtenga una reducción anatómica adecuada. (6) 
Se ha observado, que además que la placa lateral provoca irritación subcutánea de la piel y 
dolor posterior que altera la deambulación del paciente, afectando la biomecánica del 
tobillo. 
Esta alternativa de manejo en la fractura de tobillo permite el apoyo hasta la consolidación 
ocasionando una rehabilitación tardía y una mayor predisposición a complicaciones. (5) 
Al presentar estos síntomas clínicos se someten los pacientes a una segunda cirugía para 
su retiro lo cual también implica un impacto económico. (6) 
Como alternativas a estos procedimientos descritos se ha propuesto el uso de osteosíntesis 
mínima para la fijación interna de las fracturas oblicuas larga y espiroideas del maléolo 
externo. (6) 
Aproximadamente del 80 al 90% de las fracturasdel maléolo externo son de éste tipo. 
(4). 
La osteosintesis mínima, que consta de una fijación interna con un número reducido de 
implantes y aparato de yeso por debajo de la rodilla, la cual es suficiente para mantener la 
anatomía funcional del tobillo fracturado hasta su consolidación permitiendo al paciente 
deambular de manera más precoz, evitando la atrofia por desuso y la osteopenia secundaria 
( 5 ) 
El uso de tornillos de compresión interfragmentaria se presenta como un método de 
fijación segura, y un material de osteosíntesis económico, una técnica quirúrgica más 
sencilla y que presenta menos posibilidad de intolerancia.(10) 
 
Se ha estudiado que el número mínimo de tornillos a colocarse sean de dos un solo tornillo 
no ofrece estabilidad biomecánica contra las fuerzas torsionales. (11) 
 
 
 
 
TECNICA QUIRURGICA 
A) Abordaje lateral 
 
Consideraciones generales 
La incisión lateral constituye el abordaje estándar usual en muchas de las fracturas 
laterales. 
Si se requiere una placa lateral para el maléolo lateral, la incisión ha de efectuarse ya sea 
ligeramente por anterior o por posterior, para que la placa no se encuentre yacente 
directamente por debajo de la incisión. 
Si está prevista la colocación de una placa posterior, practique la incisión ligeramente 
por posterior, para minimizar la disección del tejido blando. 
Si necesita acceder a la sindesmosis anterior, o debe colocarse un tornillo de tracción 
antero-posterior para contener una lesión de Chaput, ubique la incisión ligeramente 
anterior. 
Realice una incisión de unos 10 a 15 cm. alineada con el peroné, comenzando por 
proximal. De ser necesario continúe 2 cm. más por distal, doblando levemente, en forma 
anterior en relación al extremo del maléolo lateral, para aumentar la exposición y liberar 
de tensión la incisión.(14) 
 
 
Disección quirúrgica superficial 
El plano de disección se encuentra entre el peroneo anterior, por ventral, y los peroneos 
laterales largo y el corto por dorsal. La figura muestra una incisión larga, como la que se 
utilizaría en fracturas suprasindesmales. 
La manipulación del tejido blando afectado reviste una importancia decisiva. Utilice 
separadores pequeños sólo si el tejido blando se halla en buen estado. La retracción con 
suturas de protección resulta un método seguro. 
Cuide de no dañar el nervio peroneo superficial que se extiende muy cerca por anterior, 
especialmente en la parte proximal de la incisión. En incisiones más anteriores, debería 
identificarse dicho nervio y protegerse. En la disección por posterior, cuide no dañar la 
vena safena externa y el nervio sural. 
 
 
 
 
Disección quirúrgica profunda 
Libere el periósteo en el foco de fractura. Para minimizar la desvascularización, refleje 
sólo la parte del periósteo necesaria para exponer el foco de fractura. La 
desperiostización innecesaria reduce el flujo de sangre al hueso. 
Si se requiere extender la disección, manténgala cerca del periósteo, para evitar un daño 
en las ramas terminales de la arteria perónea. 
El foco de fractura se halla ahora expuesto y debería procederse a su limpieza previo a la 
reducción. 
 
 
Extensión hacia la tibia distal lateral (lesión de Volkmann) 
Generalmente, todo fragmento relevante de Volkmann es objeto de reducción indirecta y 
fijación con un tornillo de tracción colocado de anterior a posterior. Cuando la reducción 
indirecta no es anatómica, utilice la exposición posterolateral limitada para reducir y 
fijar el fragmento. 
Practique una incisión en la fascia en forma paralela al borde posterior del peroné distal 
tanto como sea necesario, procurando no dañar el peritendón de los tendones del 
peroneos. 
Retraiga los músculos peroneos y los tendones a dorsal, y acceda de manera directa al 
borde posterolateral de la tibia distal. 
Exponga la fractura y eleve el periósteo sólo lo necesario para controlar la reducción del 
fragmento posterior dorsal de la tibia. 
Exposición extendida. 
Si la exposición limitada no alcanza para reducir y fijar un triángulo de Volkmann 
extenso, o si ha de utilizarse una placa antideslizante, practique la incisión en la fascia 
en forma vía dorsal a los músculos peroneos en el borde del músculo flexor largo del 
dedo gordo. 
Tenga cuidado con el nervio sural por posterior. 
Retraiga los músculos peroneos hacia anterior, y el flexor largo del dedo gordo y el 
tendón de Aquiles hacia posterior. Exponga la superficie posterior de la tibia. Exponga 
la fractura y eleve el periósteo sólo lo necesario para controlar la reducción del 
fragmento posterior de la tibia. 
 
 
Extensión proximal 
En el caso de que una fractura distal se extienda por proximal, cabe prolongar la incisión 
en ese sentido a proximal. El plano de disección es el mismo, pero ha de tenerse 
particular cuidado con el nervio peroneo superficial. En este caso, se recomienda 
identificar y proteger el nervio. 
 
 
 
B) Abordaje medial (anterior) 
 
 
Incisión 
Comience la incisión a 2 cm. distal al extremo anterior del maléolo medial. Curve la 
incisión hacia el borde anterior del maléolo medial y en dirección al medio de la tibia 
distal. Localice la vena y nervio safeno interno, y emplee una lazada vascular para 
retraerlos. La línea de puntos ilustra una incisión dérmica alternativa susceptible de 
empleo, en la que se requiere acceso anterior (e.g. 44-A2). Sea particularmente 
cuidadoso en respetar la vena y el nervio safenos, que resultan más vulnerables con esta 
incisión. 
Disección quirúrgica 
Exponga la parte anterior del de foco de fractura, eleve el periósteo desde los bordes del 
maléolo medial hasta la superficie articular de la tibia distal e inspeccione la 
articulación. Si es necesario, practique una incisión vertical en el borde anteromedial de 
la cápsula articular. Diseque la cápsula de acuerdo con los requerimientos para 
visualizar la fractura y las superficies articulares. Eleve el periósteo por detrás sólo en la 
medida necesaria para controlar la reducción. 
 
 
TECNICA QUIRURGICA 
 Consideraciones generales 
El tratamiento no quirúrgico de las fracturas de tobillo se indica por lo general en 
fracturas estables, pero puede asimismo indicarse en fracturas inestables, en presencia 
de contraindicaciones generales o locales para la cirugía. 
 
Consideraciones generales. 
En la fractura 44-C3, la reducción del peroné es indirectamente reducida y no se fija 
directamente. 
 
 
 
La reducción se realiza distrayendo el maleólo lateral distalmente, corroborando la perfecta 
congruencia de la articulación tibioperonea 
La fijación se efectúa primeramente realizando un canal con una broca de 2.5 mm en la corteza 
lateral d e la tibia, proximal y paralela a la articulación tibio-perónea, en una angulación de 30 
grados de anterior a posterior. 
 
Para el fragmento avulsionado de Tillaux-Chaput se puede fijar con un tornillo largo. 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
En los maléolos tibiales al igual que los peroneos se puede realizar fijación con clavos y 
banda de tensión. 
 
 
 
 
 
 
 
 
 Uso de la banda de tensión y de agujas de kirschner para fracturas transversas. 
 
La banda de tensión convierte las fuerzas ténsiles en fuerzas de compresión. 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
Reducción 
Limpie el foco de fractura antes de proceder a la reducción de la fractura mediante el 
empleo de pequeñas pinzas de reducción de puntas. 
Fijación 
Al insertar las dos clavijas de Kirschner, ponga especial cuidado en no cruzar el trazo 
de fractura demasiado cerca de la articulación. 
 
 
 
 
 
 
Limpieza del foco de fractura 
Irrigue el foco de fractura, extraiga los coágulos de sangre y libereel periostio o ligamento 
de los bordes óseos. 
Si se demoró la fijación, deben removerse minuciosamente las formaciones de trombos 
organizados en los planos de fractura antes de proceder a la reducción. 
Reducción con pequeñas pinzas de reducción de puntas 
Reduzca la fractura por medio de pequeñas pinzas de reducción de puntas. No denude el 
periostio más de lo necesario. 
 
 
 
Inserción de la primera clavija de Kirschner 
Introduzca una aguja de Kirschner de 1,6 mm. a través del colículo posterior, lo más 
perpendicularmente posible al plano de fractura. Ponga especial cuidado de no cruzar el 
trazo de fractura demasiado cerca de la articulación. 
 
Evite penetrar la articulación del tobillo o la cortical lateral de la tibia. 
 
 
Inserción de una segunda clavija de Kirchner 
Se inserta una segunda clavija de Kirchner de 1,6 mm. dentro del colículo anterior del 
maléolo medial, paralela a la primera. 
Estas dos clavijas de Kirchner estabilizan la fractura contra la rotación, y se emplearán para 
anclar distalmente el alambre en forma de 8. 
Verifique la reducción con la ayuda de un intensificador de imágenes. 
 
Debe evitarse el emplazamiento intrarticular de las clavijas de Kirschner. 
Inserción del tornillo 
Realice una perforación de 2,5 mm., empleando funda de protección, de 2 a 3 cm. proximal 
a la línea horizontal de la articulación. 
Estríe la cortical medial con un machuelo o terraja de 3,5 mm. y funda de protección. 
Inserte un tornillo unicortical de entre 20 y 30 mm. de largo, provisto de una arandela. Deje 
un espacio para el alambre - de 2 a 3 mm. - entre el hueso y la arandela. 
 
Nota 
El tornillo ha de ser bicortical en un hueso osteoporótico. 
 
Colocación del alambre 
Acondicione el alambre de entre 0,8 y 1,0 mm. formando un lazo a aproximadamente un 
tercio de su longitud. 
Pase el segmento corto del alambre junto al hueso, rodeando ambas clavijas de Kirschner. 
Pase el segmento largo del alambre, conteniendo el lazo, alrededor del tornillo, entre el 
hueso y la arandela, formando una figura en forma de 8. 
Torsione juntos los extremos libres. 
Ajuste del alambre 
La torzada se realiza sin apretar, cuidando que ambos extremos libres del alambre vayan 
espiralándose en forma pareja - la torzada no debe consistir en un alambre recto con otro 
enroscado alrededor. 
 
Se tensa el alambre tirando de ambas torzadas. 
Luego se mantiene ajustado el alambre girando más las torzadas. Repita el procedimiento 
hasta lograr la tensión deseada. Ambas torzadas deben ajustarse simultáneamente y en la 
misma dirección para lograr una tensión pareja en ambos tramos del alambre. 
Ajuste el tornillo con cuidado. Corte las torzadas y vuelva las puntas de los alambres hacia 
la tibia para evitar la irritación ulterior de los tejidos blandos. 
Procure evitar la tensión excesiva en un hueso osteopénico. 
Terminación de la fijación 
Corte las 2 clavijas de Kirchner en forma oblicua, a aproximadamente 1 cm. del punto de 
inserción, y con la ayuda de un curvador y pinzas, curve sus extremos 180º. 
A continuación, fije las clavijas en su lugar hundiendo el extremo curvo en el hueso, para 
prevenir su retracción y un daño en la piel. 
Tome una última placa radiográfica de ambos planos para comprobar los resultados. 
 
 
 
 
 
Fragmento pequeño (< 25% de la superficie articular), con estabilidad articular luego de la 
reconstrucción maleolar = no requiere fijación. 
Fragmento mediano (> 25% de la superficie articular), sin extensión proximal larga = 
fijación con tornillo(s) de tracción. 
Fragmento grande (> 25% de la superficie articular) con extensión proximal larga = fijación 
con tornillo de tracción y placa de sostén. 
 
 
 
Elección del tornillo 
Determine el largo del tornillo empleando el medidor de profundidad adecuado. 
El tornillo canulado elegido - parcialmente roscado, de 3,5 mm. - ha de ubicarse con su 
rosca totalmente fuera del trazo de fractura y completamente dentro del triángulo de 
Volkmann, a efectos de lograr la compresión interfragmentaria. De ser posible, alcance la 
cortical opuesta. Emplee una arandela. Si las espiras del tornillo parcialmente roscado de 
3,5 mm. llegara a extenderse por ambos lados de la fractura, inserte en su lugar un tornillo 
de 3,5 mm. canulado de rosca completa a modo de tornillo de tracción, perforando la 
cortical anterior de la tibia para obtener un orificio deslizante de 3,5 mm. 
Inserción del primer tornillo 
Practique un orificio sobre el alambre guía más lateral, a través de ambos fragmentos, con 
una broca canulada de 2,7 mm. Haga el paso de rosca en la cortical anterior de la tibia con 
un machuelo o terraja canulado de 3,5 mm. y funda de protección. 
Inserte el tornillo canulado elegido - parcialmente roscado, de 3,5 mm. - con una arandela. 
 
Inserción del segundo tornillo 
Por norma, un tornillo que es 5mm. más largo que el tamaño previsto debe ser colocado, 
dado que la porción más medial de un triángulo de Volkmann, incluso uno grande, suele no 
ser lo suficientemente profunda como para albergar toda la parte roscada del tornillo. 
En consecuencia, el extremo del tornillo podría sobresalir ligeramente por posterior. 
Si la rosca del tornillo parcialmente roscado de 3,5 mm. siguiera extendiéndose a ambos 
lados de la fractura, o si se quisiere evitar que el extremo del tornillo sobresalga hacia los 
tejidos blandos posteriores, inserte en su lugar un tornillo canulado de 3,5 mm. de rosca 
completa a modo de tornillo de tracción, perforando más la tibia anterior para obtener un 
orificio deslizante de 3,5 mm. 
 
 
 
Tornillo de tracción posterior 
Puede realizarse una fijación alternativa mediante un tornillo de tracción canulado inserto 
en dirección posterior-anterior. 
Placa de sostén 
Si el triángulo de Volkmann tuviere una extensión proximal larga, se indica su fijación 
mediante tornillo de tracción y placa de sostén. 
Esto podría requerir un abordaje posteromedial distinto para la tibia posterior, como 
extensión de cualquier abordaje medial, dado que la parte trasera de la tibia es muy difícil 
de alcanzar a este nivel mediante la disección por detrás del peroné. 
Tratamiento postoperatorio y postlesional 
Se ha defendido la movilización temprana tras el tratamiento quirúrgico de una fractura 
del tobillo. Teóricamente la movilidad precoz reduce las adherencias intraarticulares y 
mejora la función a largo plazo. Sin embargo, en un estudio de los resultados a los tres 
meses de la fijación interna, no se encontraron diferencias en la movilidad o la función 
entre los pacientes con movilización precoz y los inmovilizados varias semanas. Stuart y 
cols. hallaron que el tratamiento no quirúrgico de fracturas aisladas del maléolo lateral 
con movilización temprana con un air-cast produjo un mejor rango de movimiento y 
disminuyó el tiempo de rehabilitación en comparación con la inmovilización con yeso. 
No hubo diferencia en el tiempo de consolidación. A menudo hay preocupación de que 
la carga precoz de peso tras una fractura de tobillo pueda conducir a una pérdida de 
reducción. No se ha observado esto tras las fracturas aisladas del maléolo externo u otras 
lesiones estables. De forma similar, cuando se ha conseguido una fijación interna 
estable, la carga precoz de peso no ha producido ni el desplazamiento tardío de la 
fractura ni un retraso de consolidación. Obviamente, la decisión de si la fijación es 
estable y por tanto se puede autorizar la carga, depende de muchas variables como el 
grado de conminución y la calidad del hueso, y debe decidirla el cirujano de forma 
individualizada. 
Tratamiento postoperatorio. 
Si la calidad del hueso es buena y la fijación es segura, se coloca una férula de yeso corta o 
un tutor externo por dos semanas, a partir de los cuales se inicia un programa de ejercicios 
isométricos para evitarla rigidez de la articulación del tobillo.(2) 
Se inicia el apoyo de peso a las 4 semanas y se permite la deambulación sin muletas a las 6 
semanas.(12) 
La carga de peso completa se permite después de las 12 semanas. En una lesión deltoidea, 
una sindesmosis inestable tratada o una fractura posterior del maleólo estabilizada el tobillo 
se inmoviliza en una férula posterior del yeso con el tobillo en la posición neutral durante 6 
semanas. (12) 
Si el daño a la piel, la calidad del hueso, u otros factores han evitado la fijación segura, la 
fractura se debe proteger por más tiempo. Colocar al paciente un yeso corto o molde largo, 
dependiendo de la estabilidad de la fijación. 
Si se utiliza un molde largo, puede ser convertido a un yeso corto en 4 a 6 semanas. No se 
permite al paciente llevar el peso en el tobillo hasta que este progresando la curación de la 
fractura (8 a 12 semanas). Se manda al paciente a caminar por periodos cortos. Se quita el 
molde de yeso cuando la fractura ha unido. (12) 
 
Resultado funcional del tratamiento. 
El resultado de la lesión es juzgado lo mejor posible por cuánto afecta al paciente. Dolor, 
deterioro de la función, deformidad, y la pérdida de movimiento son todos factores 
importantes. Una variedad de sistemas de medición se ha propuesto para los componentes 
subjetivos y objetivos de resultados clínicos de las lesiones del tobillo. Los sistemas de 
clasificación dan a menudo diversos niveles de la importancia a diversas variables, y la 
mayoría incluyen varios aspectos correlacionados de la función o la anatomía del tobillo. 
Algunos sistemas consideran solamente resultados funcionales; otros incluyen examinación 
clínica y resultados radiográficos. 
Algunos confían en la capacidad al trabajo o participación en los deportes. El “Sistema de 
score para el tobillo” de Baird y Jackson, modificado por Webber observa que menos de 
80 puntos en su escala está considerados como un resultado pobre, de 81 a 90 como un 
resultado de falla, de 91 a 95 bueno y de 96 a 100 como resultado excelente. La sociedad 
americana de ortopedia de pie y tobillo ha ideado una escala de grado también, basado en 
gran parte en la función. (2) 
 
 
La osteoartritis de la articulación del tobillo, es manifestada por la formación del osteofito, 
la estrechez del espacio radiolucente del cartílago, y la formación subcondral de esclerosis. 
Las radiografías hechas durante la carga de peso no se han utilizado siempre para 
diagnosticar estreches de la articulación. Los cambios de la osteoartritis tienden a 
presentarse de manera temprana (en el plazo de 2 a 3 años) después de la lesión. (2) 
Un número de factores afecta el resultado de las fracturas del tobillo. Muy importante es la 
severidad de la lesión original. Esto es indicado sobre todo por la cantidad de daño al 
plafón y por la cantidad de impactación, de conminución, o de dislocación de la fractura del 
maleólo posterior. La implicación de estructuras múltiples es también pertinente, de modo 
que lesiones de alto grado, usando el sistema de Lauge-Hansen, tengan un pronóstico más 
pobre, al igual que las fracturas trimaleolares en comparación con las que implican un solo 
maleólo. (2) 
La adecuada reducción de la superficie articular después de la curación es un determinante 
muy significativo del resultado. Lindsjö divulgó un 87% de resultados bueno a excelentes 
en 217 pacientes con las fracturas maleolar bien reducidas, originalmente desplazadas, 
comparadas con resultados buenos a excelentes de 68% en 89 pacientes con reducción 
inadecuada. 
Esos pacientes fueron tratados con técnicas de la fijación de la AO y tenía una incidencia 
más alta de la reducción mantenida. Similares resultados buenos fueron divulgados por 
otros autores, incluyendo Hughes con reducción anatómica más fijación rígida. El centro de 
trauma suizo reporta resultados satisfactorios en el 83% de fracturas tipo A de Webber, 
83% del tipo B, y 85% del tipo C. Un grupo comparable de pacientes con lesiones similares 
tratados sin cirugía tenía resultados satisfactorios en el 75% del tipo A, 43% del tipo B, y 
37% de tipo C de Webber. (2) 
Quejas subjetivas son comunes después de producirse fracturas maleolares, incluso después 
de varios años. Muchos autores divulgan una incidencia del aproximadamente 30% de tales 
síntomas. La incidencia de osteoartritis postraumática después de fracturas maleolares 
amplias es insignificante en el tipo de lesiones de II supinación rotación externa: y hasta el 
37% o más en patrones más seriamente desplazados, especialmente esta implicado el 
maléolo posterior, está también claro que la incidencia de artritis es mucho mayor si una 
fractura maleolar cura con desplazamiento significativo. (2) 
Complicaciones. 
No unión 
La mayoría de las no uniones involucran el maleólo medial, generalmente son lesiones 
avulsivas que inicialmente recibieron tratamiento cerrado, y que no unieron por 
desplazamiento residual de la fractura, interposición de tejidos blandos por inestabilidad 
lateral asociada a fuerzas de torsión que traccionan el ligamento deltoideo. (1,2) 
La no unión a nivel de la articulación causa dolor crónico, tumefacción y sensación de 
inestabilidad. Las no uniones sintomáticas han sido tratadas con reducción abierta y fijación 
interna y en algunas ocasiones mediante fijación interna. 
Problemas de la herida 
La necrosis marginal de los bordes de la piel después de la cirugía ocurre aproximadamente 
en el 3% de los casos. Estos problemas pueden reducirse evitando la cirugía durante el 
periodo de mayor tumefacción, minimizando el tiempo de torniquete, manejando con 
cuidado los tejidos blandos, utilizando implantes adecuados al tamaño de la fractura, 
cerrando la herida sin tensión y evitando vendajes posquirúrgicos constrictivos. (1) 
 
 
 
Infección 
El riesgo de infección puede ser disminuido manejando con cuidado los tejidos blandos y 
los aspectos de asepsia de la cirugía. La tasa de infección en el tratamiento de las fracturas 
cerradas con las técnicas actuales de fijación interna es menor del 2%. (1) 
 
 
Artrosis postraumática 
La artrosis postraumática puede ser manejada con reducción de la actividad, la medicación 
antiinflamatoria, un zapato bien amortiguado con una elevación del talón. Si estas medidas 
son inadecuadas, la artrodesis es una consideración razonable. Las artroplastias del tobillo 
no han probado ser tan acertado como la artrodesis para la mayoría de los pacientes con la 
artrosis postraumática. De vez en cuando, sin embargo, el retiro de osteofito, especialmente 
del tobillo anterior, con técnicas abiertas o artroscópica puede mejorar perceptiblemente los 
síntomas. (2) 
Se reportan cambios degenerativos en aproximadamente 10 % de las fracturas que fueron 
reducidas adecuadamente y 85 % de las que no fueron reducidas adecuadamente. 
 
Distrofia simpática 
La distrofia simpática refleja puede estar compuesta por una enfermedad fracturaria, y 
puede ser minimizada mediante una reducción anatómica de la articulación y el rápido 
retorno de la función. (1) 
Esta La complicación es mas frecuente después de una lesión aparentemente simple o 
después de un periodo de inmovilización prolongado. 
 
 
 
 
 
 
 
 
DELIMITACION DEL PROBLEMA. 
Se ha observado que en el servicio de ortopedia y traumatología del hospital Juárez de 
México existe un número importante de ingresos de pacientes procedentes del servicio de 
urgencias a los cuales , tras la valoración clínica y radiológica , se diagnostican con este 
tipo de fractura ,siendo su tratamiento quirúrgico y resaltando que son poblaciones jóvenes, 
las cuales son económicamente activas y con rangos de movimiento de tobillo amplios en 
los cuales una cirugía, dolor o complicación causa un gran impacto. 
Es por ello que me propongo comparar la reducción abierta y fijación interna de las 
fracturas del maléolo peroneocon el uso de tornillos de compresión interfragmentaria 
(osteosíntesis mínima OM) con el uso de la placa tercio de caña, el tiempo de cirugía, 
tamaño de la herida, tiempo de consolidación, la medición radiológica, la congruencia 
anatómica las complicaciones posoperatorias y el resultado funciona del tobillo- 
 
 
PREGUNTA DE INVESTIGACION. 
¿El uso de tornillos de compresión interfragmentaria (OM) en fracturas de maléolo peronéo 
trazo oblicuo o transverso tipo B de Weber proporciona suficiente estabilidad y presenta 
menor tasas de complicaciones postquirúrgicas que la placa tercio de caña? 
¿Qué sistema ofrece las mejores tasas de consolidación y resultado funcional del tobillo? 
¿Qué sistema de fijación permite la mejor reducción anatómica? 
 
 
 
OBJETIVO GENERAL. 
Demostrar que el uso de tornillos de compresión interfragmentaria en las fracturas de 
maléolo peronéo de tobillo es un método de fijación segura que permite una consolidación 
ósea suficiente sin necesidad de realizar un daño más extenso al periostio, hueso y demás 
estructuras del tobillo comparando con la placa tercio de caña- 
 
OBJETIVO ESPECIFICO. 
Demostrar que el uso de tornillos de compresión interfragmentaria en las fracturas de 
maléolo peronéo de tobillo es un método de fijación que ofrece menor tasa de 
complicaciones posquirúrgicas como es el dolor, limitación funcional secundaria a dolor y 
menor tasa de intolerancia al material de osteosíntesis que la placa tercio de caña. 
 
HIPOTESIS. 
Al realizar una fijación interna con un material de osteosíntesis existe agresión al periostio 
el cual tiene funciones vitales en la fisiología ósea, además de las estructuras circundantes 
al foco de fractura como es la piel, tejidos blandos, músculo, y los fragmentos óseos distal 
y proximal al sitio de fractura. Se ha demostrado que esto influye en la consolidación ósea 
y en la posterior evolución y función del tobillo. 
Con el uso de OM debe existe menor agresión a los tejidos, y menor tasa de 
complicaciones posquirúrgicas y dolor. 
 
TAMAÑO DE LA MUESTRA. 
Pacientes que acudan al servicio de urgencias adultos del Hospital Juárez de México con el 
diagnostico clínico radiológico de fractura de tobillo ,maléolo peronéo desplazada que 
cumpla con criterio quirúrgico. 
(Mínimo 30 pacientes que cubran los criterios de inclusión). 
 
DISEÑO DEL ESTUDIO. 
Estudio prospectivo, comparativo y experimental, 
 
 
MATERIAL Y METODOS. 
CRITERIOS DE ENTRADA 
INCLUSION: 
Paciente con fractura oblicua o espiroidea tipo A, B o C de Weber lo suficientemente larga 
como para utilizar dos tornillos con un centímetros de distancia entre ellos con o sin 
lesiones asociadas de la sindesmosis y lesiones del maléolo interno o posterior. 
Fracturas unimaleolares, bimaleolares o trimaleolares. 
Edad entre 16 y 50 años. 
 
 
 
 
NO INCLUSION. 
 
Fracturas en terreno patológico. 
Neuroartropatia previa en extremidad afectada. 
Enfermedad vascular previa. 
 
CRITERIOS DE SALIDA 
CRITERIOS DE EXCLUSION. 
Fracturas expuestas 
Pacientes con osteoporosis o mala calidad ósea. 
Fracturas multifragmentadas. 
Fracturas de 30 días de evolución. 
Pacientes pediátricos. (Menores de 15 años). 
Pacientes con antecedentes de diabetes mellitus. 
 
 
CRITERIOS DE ELIMINACION 
Pacientes que soliciten alta voluntaria. 
Pacientes que no acepten tratamiento quirúrgico. 
 
 
 
VARIABLES. 
Variables cuantitativas, medición ordinal, presente. 
 
TECNICA QUIRURGICA. 
Osteosíntesis mínima. 
Se puede utilizar los siguientes implantes: 
1) tornillos de cortical 3.5 mm. 
2) Tornillos de esponjosa de 4.0 mm. 
3) Sistema Obenque. 
4) Clavos de Kirschner. 
5) Alambre de diversos calibres. 
 
Se realizan incisiones convencionales descritas para abordaje quirúrgico a los maleólos. 
Valorar la aplicación de tornillo transidesmal de 3.5 mm en los casos de la lesión de la 
sindesmosis. 
Reparación del ligamento deltoideo en los casos en que se encuentre lesionado. 
 
ESQUEMAS TERAPEUTICOS. 
Uso profiláctico de antibióticos vía intravenosa (cefalotina- amikacina) 24 horas previas a 
la cirugía y tres días posteriores a la misma. 
Dosis ajustada a función renal. 
Uso de antibióticos orales al egreso y durante 10 días más. 
ESTUDIOS DE LABORATORIO. 
Biometría hemática, química sanguínea, tiempo de protombina y tiempo de tromplastina, 
grupo y Rh. 
 
ESTUDIOS ESPECIALES. 
Proyecciones solicitadas: 
Radiografía en proyección antero posterior y con rotación interna de la mortaja a 20 grados 
y lateral de la región al ingreso sin inmovilización 
Radiografías posquirúrgicamente y control a las 2 semanas, 
Radiografías para control de la consolidación a las 6-8 semanas y 16- 18 semanas. 
 
DESCRIPCION OPERATIVA 
Valorar función, dolor, movimiento, marcha de acuerdo a la clasificación de la Universidad 
de Maryland, del centro de patología dolorosa del pie. 
Es un sistema de clasificación de 100 puntos de la siguiente forma: 
a) Dolor con puntaje de 45 puntos. 
b) Función con un puntaje de 40 puntos. 
c) Aspecto cosmético de 10 puntos. 
d) Movilidad con puntaje de 5 puntos (del pie en conjunto valorándose flexión y 
extensión del mismo). 
 
De acuerdo a la clasificación anterior encontramos 100 puntos en un pie normal, de 70 a 99 
puntos en un pie con funcionalidad satisfactoria y menos de 69 con mala función del pie 
Dolor: desglosándose el análisis y valoración par el dolor: 
1) Ausencia del dolor inclusive para realizar actividades deportivas, con un valor de 45 
puntos. 
2) Dolor ligero no incapacitante, inclusive para las actividades laborales, 40 puntos. 
3) Dolor moderado que afecta actividades laborales mínimas, 30 puntos. 
4) Dolor que limita las actividades laborales mínimas, 20 puntos 
5) Dolor al realizar actividades mínimas con valor de 10 puntos. 
6) Dolor permanente difícil de controlar con valor de cero puntos. 
 
Función: Fue valorada la marcha dividida en varios parámetros acorde: 
1) distancia caminada: se le dio valor de 10 puntos cuando la marcha era posible en 
forma ilimitada. 
2) distancia caminada: se le dio valor de 8 puntos cuando la marcha era posible en 
forma de limitación mínima. 
3) distancia caminada: se le dio valor de 5 puntos cuando la marcha era posible en 
forma de limitación moderada. 
4) distancia caminada: se le dio valor de 2 puntos cuando la marcha era posible en 
forma de limitación severa. 
5) Marcha únicamente en interiores 0 puntos. 
 
 
Estabilidad: 
1) Estabilidad normal: 4 puntos. 
2) Inestabilidad leve: 3 puntos. 
3) Inestabilidad severa: 1 punto. 
4) Inestabilidad para caminar: 0 puntos. 
 
Soporte: 
1) Marcha sin necesidad de apoyo: 4 puntos. 
2) Marcha cuidadosa: 3 puntos. 
3) Marcha permisible con muletas: 1 punto. 
4) Necesidad de silla de ruedas permitiéndose únicamente bipedestación pero no la 
marcha: 0 puntos. 
Firmeza: 
Valoración de la firmeza que percibe el paciente en el miembro pélvico 
1) 4 puntos= Normal. 
2) 3 puntos= Leve. 
3) 2 puntos= Moderada. 
4) 1 punto= Severa. 
5) 0 puntos= imposibilidad para deambular. 
 
 
 
Función para el uso de calzado y marcha: 
Valoración de la adaptabilidad a determinados tipos de zapato, las dificultades al cambio de 
tacón y limitación para subir las escaleras. 
 
Uso del calzado: 
1) 10 puntos para cualquier tipo de calzado. 
2) 9 puntos si necesita mínimos cambios (ancho). 
3) 7 puntos si se usa zapato sin tacón o como máximo 1.5 cms. 
4) 5 puntos cuando además del zapato se requiera otro tipo de ortesis. 
5) 2 puntos uso de zapatos especiales. 
6) 0 puntos, no se puede utilizar calzado. 
 
Variación del tacón: 
1) 4 puntos no hay problema con el uso de tacón. 
2) 2 puntos cuando el zapato de tacón alto ocasionan disfunción. 
3) 0 puntos cuando el zapato no tenga tacón o no se pueda deambular descalzo. 
 
Escaleras. 
Función al subir y bajar escaleras.

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