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UNIVERSIDAD NACIONAL AUTONOMA DE MEXICO FACULTAD DE MEDICINA DIVISION DE ESTUDIOS DE POSGRADO SECRETARIA DE SALUD. HOSPITAL JUAREZ DE MEXICO “Fracturas de tobillo unimaleolares tipo B de Weber en el Hospital Juárez de México. Comparación en el resultado funcional en su tratamiento quirúrgico: osteosíntesis mínima vs placa tercio de caña en el periodo de noviembre del 2008 a mayo 2009” TESIS DE POSGRADO QUE PARA OBTENER EL TITULO DE ESPECIALIDAD DE ORTOPEDIA Y TRAUMATOLOGIA PRESENTA Dra. Mariana Sánchez Morales. Dr. Leobardo Guerrero Beltrán Asesor de tesis. México, D F Febrero del 2009 UNAM – Dirección General de Bibliotecas Tesis Digitales Restricciones de uso DERECHOS RESERVADOS © PROHIBIDA SU REPRODUCCIÓN TOTAL O PARCIAL Todo el material contenido en esta tesis esta protegido por la Ley Federal del Derecho de Autor (LFDA) de los Estados Unidos Mexicanos (México). El uso de imágenes, fragmentos de videos, y demás material que sea objeto de protección de los derechos de autor, será exclusivamente para fines educativos e informativos y deberá citar la fuente donde la obtuvo mencionando el autor o autores. Cualquier uso distinto como el lucro, reproducción, edición o modificación, será perseguido y sancionado por el respectivo titular de los Derechos de Autor. AUTORIZACION DE TESIS __________________________________ Dr. Luis Delgado Reyes Jefe de la división de enseñanza _________________________________ Dr. Diego Martín de la Torre Jefe de la división de la cirugía _________________________________ Dr. Sergio Gómez Llata García Jefe de servicio Ortopedia y traumatología ___________________________________ Dr. Leobardo Guerrero Beltrán Medico adscrito al servicio de ortopedia y traumatología Asesor de tesis. . Dedicatoria. El presente trabajo y la labor de estos años los quiero dedicar a aquellos que han estado conmigo en todos los altibajos. A mi padre por apoyarme en todo momento y por enseñarme que no hay obstáculos más que los que uno mismo construye. A mi madre por estar presente en mis ausencias, sin ella no hubiera sido posible estar aquí. A mi hijo Andrés por estimularme todos los días a seguir. A mis hermanas y sobrinos. A mis maestros. Al paciente. AGRADECIMIENTOS Al servicio de ortopedia que fue mi otra familia por todos los momentos vividos. Al Dr. Diego de la Torre por la oportunidad y apoyo total. A mi estimado doctor Sergio Gómez Llata García, maestro y amigo incondicional, un extraordinario e incansable ser humano que siempre se encontró presente en nuestra formación como especialistas y quien me ha enseñado a ver mas allá de mis limites ,a conocerme más y desarrollarme como una mejor persona , toda mi gratitud es para usted . Al Dr. Leobardo Guerrero Beltrán por ser también mi maestro y asesor de tesis por todas las lecciones aprendidas en quirófano, por la confianza depositada y por ser la persona que realmente me abrió las puertas e inspiro en todo momento. Muchas gracias. A los demás adscritos de ortopedia por permitirme conocerlos y compartir con ellos cirugías, consulta externa y momentos gratos. Gracias Dr. Gonzalo Mier, Dr. David Miranda, Dr. Alejandro Vázquez, Dr. Rudy Salazar, Dr. Fernando Ortiz. Muchas gracias por todo. A mis compañeros de generación, Dr. Jhonatan Rangel, Dr. Jorge Hernández, Dr. Áyax Rodales, gracias por estos 4 años. A mi guardia tan incondicional: Al Dr. Rangel por la convivencia, al Dr. Luis Pulido por siempre estar ahí, por ser un apoyo total e insuperable y por ser parte del crecimiento. Al Dr. Hugo Molina por los buenos momentos, por su invaluable presencia y por todos sus comentarios…Tan solo diez años…Al Dr. Cesar Sosa por la ayuda personal que me ha brindado sin importar la hora. A todos mis compañeros residentes: Al Dr. Lenin Cruz, Dr. Samuel Herrera y Dr. Miguel López. Al Dr. Oscar Gallegos por sus grandes frases, al Dr. Manuel Aguilar, Dr. Pedro Segura Dr. Irving Hernández. Dr. Mauricio Juárez, Dra. Marisol Cuan . Muchas gracias por el permitir conocerlos a todos. Y principalmente gracias al paciente. INDICE I. Introducción................................................................................... 1 II. Antecedentes................................................................................ 2 III. Planteamiento del problema....................................................... 57 IV. Justificación.................................................................................. 57 V. Objetivos generales y específicos.............................................. 65 VI. Diseño Metodológico……………………………….……… 66 VII. Resultados...................................................................................78 VIII. Análisis de resultados...............................................................91 IX. Conclusiones................................................................................ 93 X. Bibliografía............................................................................... 97 Anexos. INTRODUCCION. Generalidades. Una de las patologías más incapacitantes y de mayor frecuencia que se presentan en la traumatología es la fractura de tobillo. Estas fracturas al ser articulares llevan un alto nivel de artrosis si no se logra una reducción anatómica acertada (1). Son el tipo más frecuente de fractura tratado por los cirujanos ortopédicos. En las últimas dos décadas se ha producido un aumento en la prevalencia de estas fracturas, tanto en pacientes jóvenes y activos como en ancianos. También parece haber aumentado la frecuencia de lesiones complejas del pie y tobillo como resultado del uso de dispositivos de seguridad en los automóviles, como los cinturones de seguridad y los airbags, que disminuyen la mortalidad y protegen el tronco pero no necesariamente las extremidades inferiores. Como resultado de una mejor comprensión de la biomecánica del tobillo, las mejoras en las técnicas de fijación, y los hallazgos en la valoración de resultados, se ha producido una evolución gradual en las estrategias de tratamiento de estas fracturas. Los objetivos del tratamiento siguen siendo la consolidación de la fractura y un tobillo que se mueva y funcione normalmente y sin dolor. El desarrollo de estrategias para el tratamiento de varios patrones de fractura del tobillo depende de si estos objetivos pueden conseguirse de forma más predecible con medidas operatorias o no operatorias. El tratamiento quirúrgico está indicado cuando no se puede restaurar la congruencia de la articulación mediante métodos cerrados. En las fracturas intraarticulares de la tibia distal, como las fracturas del pilón, con frecuencia hay una marcada incongruencia de la superficie articular que soporta cargas anormales y que debe ser corregida. En las fracturas del tobillo, la preocupación primaria es la inestabilidad residual de la articulación porque la mala alineación o el desplazamiento residual pueden afectar adversamente el comportamiento biomecánico del tobillo resultando en una pérdida de la función. Ciertos patrones de lesión tienen mejor resultado con tratamiento quirúrgico, mientras que otros responden mejor al tratamiento conservador. (2) El tratamiento de las fracturas del tobillo exige un análisis de riesgo-beneficio y también de coste-beneficio. El riesgo primario que se asocia al tratamiento cerrado es una inadecuada restauración de la biomecánica del tobillo que puede conducir a un mal resultado.Al contrario, aunque la reducción abierta con fijación interna es un método excelente para recuperar la anatomía normal de la articulación, se acompaña de los costes y riesgos de una operación. Antecedentes históricos Se ha descrito evidencias de fracturas de tobillo consolidadas en las momias del antiguo Egipto. En el siglo V A.C., Hipócrates recomendaba reducir las fracturas cerradas por extensión (tracción del Pie), pero si era una fractura abierta esta no debía reducirse, ya que el paciente moriría de inflamación y gangrena. (2) Hubo pocos avances en la comprensión y tratamiento de las lesiones de tobillo hasta la mitad del siglo XVIII. Los escritores de ese tiempo refieren que la fractura de tobillo resultaba en una alta incidencia de deformidad y pérdida de movimiento y función, y que en algunas ocasiones solo podrían ser curadas mediante amputación primaria. (2) En 1768 Percival Pott describió una fractura de peroné 2 a 3 pulgadas por arriba de la sindesmosis, con una ruptura asociada de los ligamentos mediales y una subluxación lateral del Talus. Su trabajo fue uno de los pioneros en enfatizar la importancia de la reducción anatómica en el tratamiento de las fracturas de tobillo. (2) En los siguientes 200 años la literatura releva un proceso gradual en la comprensión de los procesos de tobillo. Sin embargos muchos de estos reportes contenían información conflictiva. Hubo diferencias en la terminología utilizada para describir la anatomía, los mecanismos de lesión y el resultado obtenidos. En 1771 Jean Pierre David fue el primero en tratar de explicar los mecanismos de lesión en las fracturas de tobillo, escribió que los ligamentos que sostienen el peroné en combinación con los movimientos externos del pie dan como resultado una fractura del peroné distal. (2) Boyer él medico personal de Napoleón describió dos mecanismos diferentes en la fractura del peroné. Reconoció que para que ocurra la subluxación de la articulación debe presentarse una fractura del maléolo, una lesión ligamentaria o ambas. (2) Dupuyutren fue el primero en utilizar métodos experimentales en el estudio de las fracturas de tobillo, produciendo fracturas en cadáveres. Sus escritos incluyen una combinación de estos resultados experimentales, observaciones clínicas y opiniones personales. Enfatizo el papel de la abducción y la posición del pie en el mecanismo de las lesiones del tobillo y describió el mismo patrón de las fracturas de Pott, pero incluyendo la lesión de la sindesmosis. (2) En 1822 Ashley Cooper presento un extenso trabajo sobre fracturas y luxaciones y caracterizo un amplio rango de lesiones del tobillo, incluyendo fracturas de los márgenes tibiales anterior y posterior y diástasis de la tibia y el peroné. (2) Maissonneuve fue el primero en comparar el tobillo con una mortaja, y reconoció la importancia de la rotación externa y los ligamentos sindesmóticos para determinar el patrón de fractura. Observo que la rotación externa producía dos tipos diferentes de fracturas. Cuando los ligamentos sindesmóticos permanecían intactos se producía una fractura oblicua a nivel de la articulación; si se rompía el ligamento tibiofibular anterior ocurría una fractura del peroné proximal. (5) Volkmann describió una fractura de la porción anterolateral de la tibia pero describió incorrectamente el mecanismo de la lesión. La misma lesión en el lado posterolateral de la tibia fue descrita posteriormente por Chaput, Wagstaffe describió una fractura por avulsión del margen anterior del peroné, en el sitio de inserción del ligamento tibiofibular anterior. (2) Una fractura del margen tibial posterior fue descrita por Cooper en 1822 posteriormente Cotton describió la misma fractura en la literatura americana y Henderson subsecuentemente la llamo fractura trimaleolar. En 1894 Lane fue el primero en recomendar el tratamiento quirúrgico para obtener la reducción anatómica del tobillo. Lambotte escribió sobre la reducción abierta y fijación interna de las fracturas. Dennis recomendó la fijación interna, la anatomía original del hueso fue restaurada y mantenida con fijación estable que permitió el movimiento inmediato de la articulación involucrada y de los músculos adyacentes. (2) El “Grupo de trabajo para el estudio de la osteosintesis” (Arbeitsgemeinschaft für Osteosynthesefragen) (AO), formado en 1958 en Suiza comenzó un estudio sistemático de las fracturas. Ellos expandieron los principios de Lane, Lambotte y Dannis desarrollaron nuevos implantes y técnicas de fijación que formaron la base para el manejo actual de las fracturas de tobillo.(1) En 1970 se combinaron varios estudios anatómicos, biomecánicos y clínicos para demostrar la importancia de la restauración exacta de la articulación del tobillo, incluyendo el maléolo medial y lateral. Se obtuvieron excelentes resultados utilizando principios redescubiertos de Lambotte, Dannis, el grupo AO y otros que enfatizan en la reducción anatómica, fijación estable y rehabilitación temprana. (15) Anatomía y Biomecánica Huesos El tobillo es una articulación compleja, que consiste en una articulación entre la tibia y el peroné, la tibia y el talus, y el peroné y el talus, cada una soportada por un grupo de ligamentos. La tibia y el peroné forman una mortaja que brinda una articulación estrecha para el talus (2, 4,5) La superficie articular de la tibia distal es cóncava, más ancha superior y anteriormente para acomodar la forma esferoidal del talus, la forma de la articulación por si sola da estabilidad intrínseca, especialmente al soportar carga. (2, 4,5) El maléolo medial es una extensión de la tibia distal. La superficie interna esta cubierta por un cartílago articular y se articula con la faceta medial del talus. La superficie interna distal del maléolo esta dividida por un surco longitudinal en un tubérculo anterior grande y un tubérculo posterior pequeño que son los sitios de inserción para porciones del ligamento deltoideo. También hay un surco en la superficie posterior donde el tendón tibial posterior pasa detrás del maléolo y se inserta la vaina del tendón. (5) El peroné brinda el soporte lateral del tobillo, justo por debajo del tobillo el peroné se asienta en un surco formado por un tubérculo anterior ancho y un tubérculo posterior pequeño de la tibia, no hay superficie articular entre la tibia distal y el peroné, pero aun así hay una pequeña cantidad de movimiento entre los huesos.(2,5) El borde medial del peroné esta cubierto por un cartílago articular desde el plafón tibial hasta un punto aproximado a la mitad de su longitud. Su parte distal tiene forma de punta y tiene un surco posterior para el tendón peroneo. (2) El Talus tiene una cabeza curva, un cuello intermedio y un cuerpo trapezoide grande. Se articula con el hueso navicular, el calcáneo, la tibia y el peroné. El cuerpo del calcáneo esta casi cubierto por cartílago articular. La superficie articular es convexa desde el frente hacia atrás y ligeramente cóncava de lado a lado. La cúpula del talus es trapezoide y la superficie anterior tiene en promedio 2.5 mm más ancha que la superficie posterior. (2) Es esencial una buena comprensión de la anatomía y biomecánica del tobillo antes de poder valorar y tratar las lesiones que afectan a esta articulación. El tobillo está constituido por las superficies articulares del astrágalo, la tibia y el peroné, así como por sus ligamentos de unión y la cápsula. Con frecuencia el tobillo se divide en complejos medial, lateral y sindesmótico para ayudar al médico a entender mejor el mecanismo de la lesión y diseñar un plan de tratamiento. El complejo medial está formado por el maléolo interno, la faceta medial del astrágalo, y las porciones superficial y profunda del ligamento deltoideo; el complejolateral comprende la parte distal del peroné, la faceta externa del astrágalo, y los ligamentos colaterales laterales del tobillo y de la subastragalina; y el complejo sindesmótico está constituido por la articulación entre la tibia y el peroné así como los ligamentos de la sindesmosis y la membrana interósea. Aunque antiguamente se consideraba al tobillo como una simple articulación en bisagra, muchos estudios han mostrado claramente que la biomecánica del tobillo es bastante compleja. La contribución de las superficies articulares, los ligamentos y las estructuras capsulares y ligamentarias a la estabilidad y función del tobillo están influenciadas por los cambios en las características de la carga y la posición articular y se alteran en respuesta a la lesión. Estos estudios biomecánicos han mostrado que a medida que en tobillo se mueve en el plano sagital el astrágalo se desliza y rota al mismo tiempo bajo el pilón tibial. Además, el movimiento del tobillo en el plano sagital induce movimientos acoplados en los planos axial y coronal. La flexión plantar del tobillo se acompaña de la rotación interna del astrágalo, mientras que la flexión dorsal produce su rotación externa (Fig. 1). La dorsiflexión también produce la traslación posterolateral y la rotación externa del peroné, con un movimiento vertical mínimo. Actualmente se conoce bien que los patrones de lesión asociados con las fracturas de tobillo son más complejos que el simple desplazamiento lateral del astrágalo en la mortaja lesionada. Es difícil valorar este desplazamiento, que ocurre en múltiples planos, sólo con las radiografías convencionales. Por ejemplo, lo que en la radiografía simple parece una translación lateral directa del astrágalo, es realmente una rotación del astrágalo dentro de la mortaja. No apreciar esto lleva a entender mal los cambios biomecánicos reales que suceden, llevando al diseño de modelos experimentales inexactos, y puede contribuir a la confusión respecto al tratamiento clínico. Los modelos experimentales de las fracturas de tobillo que consideran únicamente la translación lateral directa del astrágalo no representan con exactitud las consecuencias de la lesión. Históricamente, el principal objetivo del tratamiento quirúrgico de las fracturas de tobillo era estabilizar el lado medial. Más tarde, se consideró la parte lateral más importante. Los estudios más recientes han sugerido que ambos lados son importantes: el lado medial (específicamente, el componente profundo del ligamento deltoideo) mantiene en su sitio al astrágalo y evita que se desplace lateralmente y rote externamente, mientras que el lado lateral actúa como un tope. Cuando se planea el tratamiento deben considerarse las consecuencias biomecánicas de la lesión para ambos lados del tobillo. ANATOMIA DE LA MORTAJA. La relación entre la tibia y peroné forman la “mortaja tibio-perónea” la cual contiene al astrágalo en su interior. Entre estas estructuras existe un complejo sistema cápsulo- ligamentario que mantiene una estabilidad de esta articulación permitiendo así una adecuada función. (11) La tibia se encuentra unido al peroné a nivel del tobillo por la “sindesmosis” la cual esta formada por ligamentos tibio-peroneos anteriores y posteriores. Proximalmente se encuentran unidos por la membrana interósea la cual también juega un papel importante en la estabilidad del tobillo. Distalmente el Peroné se encuentra unido al talo y al calcáneo por los ligamentos: · Peroneo astragalino anterior · Peroneo astragalino posterior · Peroneo calcáneo Por el lado tibial el maléolo medial se encuentra unido al talo y al calcáneo por el ligamento deltoidéo (porción profunda y superficial respectivamente. ANATOMIA QUIRURGICA Y BIOMECANICA DEL TOBILLO. La estabilidad de la mortaja se basa en relación de la configuración de los huesos del pie reforzados por un potente sistema osteoligamentoso. La mortaja consiste en la perfecta congruencia de tres huesos la tibia distal, el peroné distal y el astrágalo. La congruencia de la articulación se encuentra entre el astragalo con forma de de domo cóncavo sobre el cual se encuentra el plafón tibial El astragalo tiene una relevancia en la superficie medial y lateral de la articulación, por lo que tiene la característica de articular con ambos maléolos. Los componentes óseos del tobillo son estabilizados por sistemas de ligamentos complejos: 1) El complejo tibioperoneo inferior. 2) El complejo tibioperoneo lateral, 3) El complejo de ligamentos colaterales mediales, El complejo tibioperoneo inferior (“sindesmosis”) La tibia y el peroné distal están unidos por una sindesmosis elástica y resistente que es auxiliar al movimiento del tobillo. Consiste de tres elementos. La sindesmosis anterior (tibioperonea anterior) que va de la superficie anterior del tubérculo tibial (tubérculo de Tillaux-Chaput) a el maleólo lateral. La sindesmosis posterior (tibioperonea posterior) este es el más fuerte de los ligamentos y va de la superficie del maleólo lateral a el Tuberculo posterior de la tibia. La banda interosea o el ligamento interóseo que une a ambos huesos incisura fibularis tibiae, y se continúa con la membrana interósea proximal a los ligamentos de la sindesmosis. Anatomía de los ligamentos tibioperoneos.. a Vista Anterior b Vista Posterior 1) Membrana interósea. 2) Ligamento tibioperoneo anterior. 3) Tubérculo tibial anterior (tubérculo de Tillaux-Chaput). 4) Ligamento astragalo-peroneo anterior. 5) Ligamento calcáneo-peroneo 6) Ligamento astragalo-peroneo posterior. 7) Ligamento deltoideo. 8) Ligamento tibio-peroneo posterior.. Complejo ligamentario colateral. El complejo ligamentario colateral previene el varo/valgo del astragalo en el ángulo de la mortaja e incluye los siguientes elementos. El ligamento astraglo - peroneo anterior: Se origina del borde anterior del peroné y se inserta justo anterior a la faceta maleolar lateral del astrágalo. El ligamento calaceo-peroneo el cual se origina junto a la tibia y corre posteriormente y distalmente bajo el tendón del peroné para insert6arse junto a el calcáneo. El ligamento astragalo peroneo posterior el cual se origina de la faceta posterior del peroné distal y se inserta en la porción posterior del astragalo. El complejo ligamentario colateral medial o ligamento deltoideo consta de dos partes. La superficial o ligamento tibio calcáneo. La profunda o parte de los ligamentos astragalo tibiales anterior y posterior. Los ligamentos colaterales A El Complejo ligamentario colateral lateral.(4–6). B El Complejo ligamentario colateral medial ( ligamento deltoideo) La congruencia e importancia de la mortaja. El astragalo se mantiene en un estrecho contacto con la superficie articular de la mortaja en todas las posiciones de flexión plantar y dorsal. [2, 3]. Este íntimo contacto es importante para la distribución de la carga del tobillo y por eso debe ser totalmente restaurada después de una lesión. Estudios biomecánicos han demostrado que la congruencia es mantenida no solo por el movimiento sino por una combinación de rotación y desplazamiento del astragalo complementada con el movimiento de traslación del peroné en todas las posiciones de flexión y extensión plantar La flexión plantar del tobillo es acompañada de rotación interna del astragalo, la flexión dorsal resulta en rotación externa del astragalo y de traslación posterolateral combinada con rotación externa del peroné. Este movimiento del peroné junto con la sindesmosis es una parte esencial de la función del tobillo normal. La total congruencia de la articulación es el elemento más importante en la protección del cartílago articular del tobillo frente al alto estrés y de la degeneración secundaria. Los disturbios del tobillo en la congruencia articular reducen el área de contacto y pueden tener severas lesiones y consecuencias sobre el cartílago articular. BIOMECANICA DE LA LESION DEL TOBILLO Lesión por debajo de la sindesmosis ( tipo A) Con el pie en supinación y una fuera en aducción aplicada sobre el astrágalo, la primera lesión ocurre sobre el lado lateral, la cual esta bajo tensión esto puede ocasiona ruptura del ligamento lateral causando una fractura transversa o avulsión del maleólo lateral debajo p a un lado del plafón tibial, si la fuerza de deformación continua, el astragalo se inclina y esto causa fractura del maleólo medial. . Mecanismo de lesión de las fracturas A del tobillo. A) Falla de la tensión en el lado lateral con una fuerza sobre el pie en supinación y aducción I Ruptura del ligamento astragalo peroneo anterior. II Avulsión osteoligamentosa. III fractura- avulsión transversa del peroné B) Lesión medial resultado de una aducción del astragalo forzada ,con la falla del lado lateral mas carga vertical axial y un astragalo inclinado produce una fractura del maleólo medial .Puede ocurrir con ello una lesión osteocondral sobre el astragalo Fractura tipo A. La lesión transindesmótica ( tipo B) Esta es la fractura mas frecuente del tobillo y ocurre con carga axial y el pie en supinación. Por virtud de la oblicuidad del eje cuando el movimiento subastragalino ocurre, la inversión resulta en rotación externa del astragalo. . Fractura del tobillo tipo B a–b El eje alrededor del cual el movimiento se realiza ( a un lado de la articulación subastragalina) es alrededor de un ángulo de 42 grados con respecto a la horizontal y 16 grados medial. C–D Esto causa que la articulación subastragalina actué comó una bisagra similar a un marco en el cual el calcáneo se invierte y el astragalo rota externamente. Primero, el peroné falla, produciendo una fractura oblicua junto a la articulación extendiéndose proximalmente de anterior a posterior .Conforme progresa la rotación del astragalo se produce desplazamiento posterior resultando en una lesión de la sindesmosis posterior o fractura del maleólo posterior .Finalmente como el astragalo se subluxa hacia posterior, falla el complejo medial y hay ruptura del ligamento deltoideo o fractura transversa del maleólo medial. Mecanismo lesional de las fracturas tipo B del tobillo. A) Falla del lado lateral con el pie en supinación resultando en una inclinación y rotación externa violenta del astragalo B) La primera lesión es una fractura oblicua del peroné junto a el nivel de la articulación del tobillo y pasa a posterior, esto puede ser una fractura no desplazada porque las fuerzas de deformación cesan en este punto .Este es el tipo mas común de fracturas y la mortaja se encuentra estable. C) La rotación del astragalo progresiva causa desplzamiento posterior y proximal de la fractura del peroné. d–e) si continua la rotación del astrágalo se resulta en una fractura de la superficie articular posterior (triangulo de Volkmann). La falla medial ocurre junto al ligamento deltoideo (d) o junto al maleólo medial (e). Fractura tipo B del tobillo Valoración Radiográfica Las fracturas del tobillo se evalúan primariamente con radiografías simples. La inestabilidad se valora por medio del análisis de los desplazamientos de varias partes del tobillo y la asociación de estos desplazamientos con sus consecuencias biomecánicas. Las medidas que típicamente se obtienen son el espacio claro medial, el espacio claro tibioperoneo, la superposición peroneotibial, la inclinación del astrágalo y el ángulo talocrural La utilidad de la radiografía simple en una fractura de tobillo es limitada, pues todas las mediciones están sujetas a una variabilidad entre los observadores. Además, estas mediciones varían dependiendo de si la radiografía está hecha con o sin carga, y el grado de magnificación no está calibrado y varía de un paciente a otro. Finalmente, hay desacuerdo en la literatura en cuanto a qué es normal, anormal o aceptable y se comprenden mal las consecuencias biomecánicas de los pequeños desplazamientos. La reevaluación de estas mediciones con técnicas más nuevas, como la TAC, también ha cuestionado la validez de algunos conceptos previamente aceptados. Por ejemplo, la longitud del peroné normalmente se ha estimado usando el ángulo talocrural. Aunque se ha establecido que un cambio del ángulo talocrural tan pequeño como dos grados en comparación con el ángulo del lado normal refleja un acortamiento del peroné, los exámenes de las fracturas usando TAC tridimensional no han apoyado esta suposición.(15) CLASIFICACIONES DE LA FRACTURAS DE TOBILLO. Existen varias clasificaciones para las lesiones del tobillo de las cuales 2 son las más frecuentemente utilizadas: Clasificación de Weber – esta es una clasificación radiológica en la cual se tiene en cuenta el nivel de la fractura del peroné con relación al plafón tibial. Esta clasificación es la más sencilla pero tiene como inconveniente que no toma en cuenta el compromiso de las estructuras mediales (maléolo medial y ligamento deltoidéo. Weber A – la fractura se da por debajo del plafón tibial sin comprometer la sindesmosis tibio perónea lo cual resulta en una lesión que no compromete la estabilidad del tobillo. Son fracturas generalmente transversas. Weber B – el trazo de fractura inicia a nivel del plafón tibial extendiéndose proximalmente de manera oblicua o espiroideas. En este tipo de lesiones se compromete la sindesmosis de manera parcial rompiéndose en el fragmento distal (maléolo externo que se desplaza posterior y proximalmente) quedando integra en el fragmento proximal (diáfisis peroneal) la cual queda unida a la tibia por la sindesmosis restante. Weber C – son fracturas proximales al plafón tibial comprometiendo la sindesmosis y generalmente la estabilidad del tobillo. La segunda clasificación en frecuencia es la clasificación de Lauge-Hansen la cual diseñada con base en estudios experimentales en cadáveres, radiológicos. Se basa principalmente en el mecanismo del trauma. Esta clasificación permite sospechar cuales son las estructuras lesionadas sin embargo no permite definir un tratamiento quirúrgico de la lesión. Esta clasificación se basa en dos parámetros principales: La posición del pie en el momento del trauma Pronación Supinación La dirección de la fuerza deformante Rotación interna (inversión) Rotación externa (eversión) Aducción Abducción Dorsiflexión La posición del pié es importante debido a que permite deducir cuales de las estructuras se encontraban tensas y cuales relajadas durante el trauma (en supinación se tensionan las estructuras laterales y en pronación se tensionan las estructuras mediales. La dirección de la fuerza deformante permite sospechar cuales estructuras se lesionan de acuerdo con la posición del pié y la secuencia en la cual se pueden lesionar estas estructuras de acuerdo con la magnitud de la fuerza. Esta magnitud puede dividirse en estadíos de I a IV de acuerdo a las estructuras lesionadas. Esta combinación resulta en una serié de posibilidades en su mecanismo. La mayoría de las fracturas corresponden a 4 mecanismos principales según los autores de esta clasificación. En estas cuatro categorías se encuentran el 95% de las lesiones. EVERSION (R.EXT) ADUCCION SUPINACION 1. ruptura ligamento peronéo astragalino anterior. 2. fractura espiroideas fíbula distal. 1. fractura transversa del maléolo peroneal por debajo del nivel de la articulación. 2. fractura vertical del maléolo 3. ruptura ligamento peronéo astragalino posterior. 4. lesión medial fractura maleolar o ruptura del ligamento deltoidéo. (Weber B) medial. (Weber A)EVERSION (R.EXT) ABDUCCION PRONACION 1. fractura transversa del maléolo medial o ruptura del ligamento deltoidéo. 2. ruptura del ligamento peronéo tibial anterior. 3. fractura oblicua corta del peroné por encima de la articulación. 4. ruptura de ligamento peronéo tibial posterior o fractura avulsiva al mismo nivel. (Weber C) 1. fractura transversa del maléolo medial o ruptura del ligamento deltoidéo. 2. ruptura de ligamentos sindesmosis o fractura avulsiva de sus inserciones. 3. fractura transversa del peroné por encima de la articulación. (Weber C) La posición inicial del pie es importante porque determina que estructuras están tensas y por tanto más predispuestas a lesionarse inicialmente. (Por ejemplo, con el pie en supinación, las estructuras mediales están relajadas y las laterales tensas; por tanto las estructuras laterales se lesionan primero). La severidad de la lesión se clasifica como estadio 1,2,3 o 4 dependiendo de su configuración particular. Los dos patrones de lesión más comunes son supinación-rotación externa y pronación- rotación externa. La lesión en supinación-rotación externa se inicia en la zona anterolateral del tobillo. Las estructuras que se dañan son, en orden, el ligamento tibio-peroneo anterior (estadio 1), el maléolo lateral (estadio 2), la zona posterolateral de la cápsula o el maléolo posterior (estadio 3), y el maléolo interno o el ligamento deltoideo (estadio 4). La lesión en pronación-rotación externa se inicia en la cara interna del tobillo con una lesión del ligamento deltoideo o del maléolo interno (estadio 1) y después progresa alrededor del tobillo hasta los ligamentos anterolaterales (estadio 2), el maléolo externo o la parte proximal del peroné (estadio 3), y los ligamentos posterolaterales o el maléolo posterior (estadio 4). Otros patrones de lesión menos frecuentes son los de supinación-aducción y pronación-abducción. Como la clasificación de Lauge-Hansen se basa en el mecanismo de la lesión, su ventaja primaria en el pasado era que se podía utilizar como una guía para la reducción cerrada de las lesiones del tobillo. Aunque este sistema sigue siendo útil para describir el mecanismo de la lesión, es complicado y, independientemente de la experiencia del que interprete las radiografías, su utilidad clínica está limitada por la variabilidad interobservador. Como la clasificación de Lauge-Hansen se basa en el mecanismo de la lesión, su ventaja primaria en el pasado era que se podía utilizar como una guía para la reducción cerrada de las lesiones del tobillo. Aunque este sistema sigue siendo útil para describir el mecanismo de la lesión, es complicado y, independientemente de la experiencia del que interprete las radiografías, su utilidad clínica está limitada por la variabilidad interobservador.(11) El sistema de clasificación de Weber se basa en el nivel de la fractura del peroné: las fracturas tipo-A son distales al nivel del pilón tibial; las fracturas tipo-B comienzan a nivel del pilón y con frecuencia se extienden proximalmente en espiral; y las fracturas tipo-C comienzan proximales al nivel del pilón tibial y se asocian con un grado variable de lesión de la sindesmosis. Aunque este sistema es fácil de usar y aporta información sobre la fractura lateral, no discrimina adecuadamente entre fracturas que son bastante diferentes desde el punto de vista biomecánico. Por ejemplo, usando este sistema, las fracturas del peroné con una lesión medial son indistinguibles de aquellas que no tienen esta lesión.(8) La clasificación AO es una modificación de la de Weber en la cual los tipos A, B y C se subdividen en base a la presencia de lesión medial o posterior. La familiaridad con las clasificaciones de Lauge-Hansen y AO-Weber permite al cirujano conocer el mecanismo de la lesión y sistematizarla con el sistema más simple y más completo de la AO. (10) TIPOS DE FRACTURAS. Fractura transindesmótica aislada del peroné El patrón de lesión más común se produce cuando hay carga axial en un pié en posición supina máxima (aducto). La inversión del pie subastragalino da lugar a la rotación externa del astrágalo en la mortaja tibial. Ello produce una fractura oblicua en el peroné, que comienza a nivel de la articulación del tobillo y se extiende de anterior a posterior y de distal: a proximal. Podría tratarse de una fractura no desplazada, si la fuerza deformante cesara en ese momento. La rotación astragalina progresiva genera el desplazamiento posterior del maléolo lateral, abriendo la fractura oblicua del peroné. Estas fracturas corresponden a las fracturas de supinación-eversión, estadios I y II, en la clasificación de Lauge-Hansen.( 13 ) 1. 44-B1.1 Simple Peroné Se produce una fractura oblicua simple a nivel de los ligamentos sindesmóticos, con mínimo desplazamiento o no desplazada. Sindesmosis anterior: Sin ruptura. Fractura 44-B1.2 2 Simple, con ruptura de la sindesmosis anterior Peroné Se produce una fractura oblicua simple a nivel de los ligamentos sindesmóticos, con o sin desplazamiento. Sindesmosis anterior La tensión comienza sobre el ligamento sindesmótico anterior y ocasiona la ruptura del ligamento, o una fractura avulsiva de la inserción, ya sea peroneal o tibial del ligamento sindesmótico anterior (Lauge-Hansen, SE estadio I). Una mayor tensión debido a la rotación externa del astrágalo conduce a la fractura del peroné (Lauge-Hansen, SE estadio II). El ligamento interóseo no está roto. Fractura 44-B1.3 Multifragmentaria Peroné Se produce una fractura multifragmentaria a nivel de los ligamentos sindesmóticos. Sindesmosis anterior. La tensión comienza sobre el ligamento sindesmótico anterior y ocasiona la ruptura del ligamento, o una fractura avulsiva de la inserción peroneal o tibial del ligamento sindesmótico anterior (Lauge-Hansen, SE estadio I). Una mayor tensión debida a la rotación externa del astrágalo, conduce a la fractura del peroné (Lauge-Hansen, SE estadio II). En la forma más frecuente del tipo 44 B1.3, un tercer fragmento es producto del desprendimiento del extremo del fragmento principal proximal del peroné. Este tercer fragmento suele portar una porción intacta del ligamento sindesmótico anterior. Podría quedar atrapado entre el fragmento principal proximal del peroné y el fragmento maleolar lateral, haciendo difícil la reducción. El ligamento interóseo no está roto. La fractura 44 B1.3 en examen es una fractura multifragmentaria en la región transindesmótica. 44-B2 Fractura transindesmótica del peroné, con lesión medial El patrón de lesión más común se produce cuando hay carga axial en un pié en posición supina máxima, tal como se ha descripto respecto de las fracturas tipo 44-B1. La rotación externa progresiva del astrágalo, genera una mayor apertura de la fractura peroneal con desplazamiento posterior del maléolo lateral. Finalmente, el astrágalo sale de la mortaja por detrás, y rompe las estructuras colaterales mediales. En aproximadamente un 5% de las fracturas maleolares, la causa de la lesión es la abducción forzada del retropié pronado (correspondiente a las fracturas de pronación-abducción, estadios I a III, en la clasificación de Lauge-Hansen). 44-B2.1 Simple, con ruptura del ligamento colateral medial Peroné Se produce una fractura oblicua simple a nivel de los ligamentos sindesmóticos, y se encuentra desplazada. Lesión medial. Ruptura del ligamento colateral medial. Sindesmosis anterior: Ruptura ligamentaria, o fractura avulsiva de la inserción del ligamento sindesmótico anterior, ya sea peroneal (Le Fort/ Wagstaff) o tibial (Tillaux-Chaput). Fractura 44-B2.2 Simple, con fractura del maléolo medial Peroné. Se produce una fractura oblicua simple a nivel de la inserción de los ligamentos sindesmóticos, y se encuentradesplazada. Lesión medial. Fractura transversa u oblicua del maléolo medial. Sindesmosis anterior: Ruptura ligamentaria, o fractura avulsiva de la inserción del ligamento sindesmótico anterior, ya sea peroneal (Le Fort/ Wagstaff) o tibial (Tillaux-Chaput). Fractura 44-B2.3 Multifragmentaria Peroné Se produce una fractura multifragmentaria a nivel de la inserción de los ligamentos sindesmóticos. Lesión medial: Ruptura del ligamento colateral medial, o fractura transversa u oblicua del maléolo medial. Sindesmosis anterior: Uno de los fragmentos peroneales puede ser producto del desprendimiento del extremo del fragmento principal proximal del peroné. Este tercer fragmento suele portar una porción intacta del ligamento sindesmótico anterior. Podría quedar atrapado entre los otros fragmentos peroneales. 44-B3 Fractura de peroné transindesmal, con lesión medial y fractura de la escotadura posterolateral (Volkmann) El patrón de lesión más común se produce cuando hay carga axial en un pié en posición supina, tal como se describe respecto de las fracturas tipos 44-B1 y 44-B2. La rotación externa astragalina progresiva genera una mayor apertura de la fractura peroneal, con desplazamiento posterior del maléolo lateral. Finalmente, el astrágalo sale de la mortaja de la articulación del tobillo por detrás, y rompe las estructuras colaterales mediales. Al luxarse el astrágalo posteriormente fuera de la mortaja. puede fracturar la reborde tibial posterior (fractura de Volkmann). 1. 44-B3.1 Simple, con ruptura del ligamento colateral medial Peroné Se produce una fractura oblicua simple a nivel de los inserción de la ligamentos sindesmóticos, con desplazamiento. Lesión medial: Ruptura del ligamento medial colateral. Sindesmosis posterior: La fractura de la tibia posterior puede ser una pequeña avulsión cortical. Es mucho más común una fractura mayor por compresión, en la que el fragmento posee una porción variable de la superficie articular posterior. Sindesmosis anterior: Ruptura ligamentaria o fractura avulsiva de la inserción del ligamento sindesmótico anterior, en su inserción fibular (Le Fort/ Wagstaff) o tibial (Tillaux-Chaput). Fractura 44-B3.2 Simple, con fractura del maléolo medial Peroné. Se produce una fractura oblicua simple a nivel de inserción de los ligamentos sindesmóticos. Lesión medial: Fractura transversa u oblicua del maléolo medial. Sindesmosis posterior: La fractura de la tibia posterior puede constituir una pequeña avulsión cortical. Es mucho más común una fractura mayor por compresión en la que el fragmento posee una porción variable de la superficie articular posterior. Sindesmosis anterior: Ruptura ligamentaria o fractura avulsiva de la inserción del ligamento sindesmótico anterior, en su inserción fibular (Le Fort/ Wagstaff) o tibial (Tillaux-Chaput). 44-B3.3 Multifragmentaria, con fractura del maléolo medial Peroné. Se produce una fractura multifragmentaria a nivel de la inserción de los ligamentos sindesmóticos. Un tercer fragmento puede ser producto del desprendimiento del extremo del fragmento principal proximal del peroné. Este tercer fragmento suele portar una porción intacta del ligamento sindesmótico anterior. Podría quedar atrapado entre los otros fragmentos peroneales. Lesión medial: Fractura transversa u oblicua del maléolo medial. Sindesmosis posterior: La fractura de la tibia posterior puede constituir una pequeña avulsión cortical. Es mucho más común una fractura mayor por compresión, en la que el fragmento posee una porción variable de la superficie articular posterior. Lesión lateral infrasindesmótica, con fractura del maléolo medial Las fracturas tipo A2 tienen lugar cuando se imprime una fuerza de aducción al astrágalo, con el pié supinado. La primera lesión se produce distal a la inserción del ligamento sindesmótico en la región lateral, que está sometido a tensión. En segundo lugar, el astrágalo se inclina, produciendo una fractura por cizallamiento en el maléolo medial. Las fracturas tipo 44-A2 corresponden a las fracturas de supinación-aducción, estadio II, en la clasificación de Lauge-Hansen. 44-A2.1 Ruptura de los ligamentos colaterales laterales Maléolo lateral: Ruptura de los ligamentos colaterales laterales (el ligamento peroneo- calcáneo, y los ligamentos peroneo astragalinos anterior y posterior). Maléolo medial: Fractura oblicua o vertical. 44-A2.2 Avulsión del extremo del maléolo lateral . Maléolo lateral: Avulsión de su extremo. Maléolo medial: Fractura oblicua o vertical. En las fracturas tipo A2, el ángulo superomedial del astrágalo puede actuar como elemento contundente y romo, y ocasionar no sólo una gran fractura, oblicua o vertical, del maléolo medial, sino también una fractura por impactación en el ángulo medial de la tibia, en la unión de su superficie articular horizontal (plafón) con la superficie articular del maléolo medial (ver radiografía para fracturas tipo 44-A2.3). El fragmento angular impactado deberá desimpactarse antes de emprender la reducción y fijación del maléolo medial. 3. 44-A2.3 Fractura transversa del maléolo lateral Maléolo lateral: Fractura transversa infrasindesmótica. Maléolo medial: Fractura oblicua o vertical. En las fracturas tipo A2, el ángulo superomedial del astrágalo puede actuar como elemento contundente y romo, y ocasionar no sólo una fractura oblicua alta o vertical del maléolo medial, sino también una fractura por impactación en el ángulo medial de la tibia, en la unión de su superficie articular horizontal (plafón) con la superficie articular del maléolo medial. Se trata en efecto de una lesión con hundimiento y cizallamiento, análoga a la del platillo tibial. El fragmento del “ángulo “impactado deberá desimpactarse antes de emprender la reducción y fijación del maléolo medial. INDICACIONES QUIRURGICAS La importancia de la reducción anatómica y fijación interna del peroné en las fracturas del tobillo se ha demostrado en numerosos estudios analíticos, descriptivos, anatómicos y biomecánicos. (1) Con esta finalidad se han descrito diversos sistemas par conseguir la reducción, la fijación y la consolidación con varios implantes con el objetivo de restituir la funcionalidad del tobillo a corto plazo. Existen diversos métodos de tratamiento que van desde el uso de aparato de yeso, fijación interna con los métodos propuestos de l AO/ ASIF. (5) De los métodos de fijación interna disponibles la placa lateral tercio de caña propuesta por el grupo AO ha contado con gran aceptación y uso por parte de los cirujanos ortopédicos, sin embargo existen limitantes en el uso de este material de osteosíntesis: La aplicación de la placa exige que se adapte anatómicamente al peroné y los tornillos en el fragmento distal deben de ser unicorticales para prevenir su penetración dentro de la articulación. Esta complicación se ha asociado a malos resultados, a pesar de de que se obtenga una reducción anatómica adecuada. (6) Se ha observado, que además que la placa lateral provoca irritación subcutánea de la piel y dolor posterior que altera la deambulación del paciente, afectando la biomecánica del tobillo. Esta alternativa de manejo en la fractura de tobillo permite el apoyo hasta la consolidación ocasionando una rehabilitación tardía y una mayor predisposición a complicaciones. (5) Al presentar estos síntomas clínicos se someten los pacientes a una segunda cirugía para su retiro lo cual también implica un impacto económico. (6) Como alternativas a estos procedimientos descritos se ha propuesto el uso de osteosíntesis mínima para la fijación interna de las fracturas oblicuas larga y espiroideas del maléolo externo. (6) Aproximadamente del 80 al 90% de las fracturasdel maléolo externo son de éste tipo. (4). La osteosintesis mínima, que consta de una fijación interna con un número reducido de implantes y aparato de yeso por debajo de la rodilla, la cual es suficiente para mantener la anatomía funcional del tobillo fracturado hasta su consolidación permitiendo al paciente deambular de manera más precoz, evitando la atrofia por desuso y la osteopenia secundaria ( 5 ) El uso de tornillos de compresión interfragmentaria se presenta como un método de fijación segura, y un material de osteosíntesis económico, una técnica quirúrgica más sencilla y que presenta menos posibilidad de intolerancia.(10) Se ha estudiado que el número mínimo de tornillos a colocarse sean de dos un solo tornillo no ofrece estabilidad biomecánica contra las fuerzas torsionales. (11) TECNICA QUIRURGICA A) Abordaje lateral Consideraciones generales La incisión lateral constituye el abordaje estándar usual en muchas de las fracturas laterales. Si se requiere una placa lateral para el maléolo lateral, la incisión ha de efectuarse ya sea ligeramente por anterior o por posterior, para que la placa no se encuentre yacente directamente por debajo de la incisión. Si está prevista la colocación de una placa posterior, practique la incisión ligeramente por posterior, para minimizar la disección del tejido blando. Si necesita acceder a la sindesmosis anterior, o debe colocarse un tornillo de tracción antero-posterior para contener una lesión de Chaput, ubique la incisión ligeramente anterior. Realice una incisión de unos 10 a 15 cm. alineada con el peroné, comenzando por proximal. De ser necesario continúe 2 cm. más por distal, doblando levemente, en forma anterior en relación al extremo del maléolo lateral, para aumentar la exposición y liberar de tensión la incisión.(14) Disección quirúrgica superficial El plano de disección se encuentra entre el peroneo anterior, por ventral, y los peroneos laterales largo y el corto por dorsal. La figura muestra una incisión larga, como la que se utilizaría en fracturas suprasindesmales. La manipulación del tejido blando afectado reviste una importancia decisiva. Utilice separadores pequeños sólo si el tejido blando se halla en buen estado. La retracción con suturas de protección resulta un método seguro. Cuide de no dañar el nervio peroneo superficial que se extiende muy cerca por anterior, especialmente en la parte proximal de la incisión. En incisiones más anteriores, debería identificarse dicho nervio y protegerse. En la disección por posterior, cuide no dañar la vena safena externa y el nervio sural. Disección quirúrgica profunda Libere el periósteo en el foco de fractura. Para minimizar la desvascularización, refleje sólo la parte del periósteo necesaria para exponer el foco de fractura. La desperiostización innecesaria reduce el flujo de sangre al hueso. Si se requiere extender la disección, manténgala cerca del periósteo, para evitar un daño en las ramas terminales de la arteria perónea. El foco de fractura se halla ahora expuesto y debería procederse a su limpieza previo a la reducción. Extensión hacia la tibia distal lateral (lesión de Volkmann) Generalmente, todo fragmento relevante de Volkmann es objeto de reducción indirecta y fijación con un tornillo de tracción colocado de anterior a posterior. Cuando la reducción indirecta no es anatómica, utilice la exposición posterolateral limitada para reducir y fijar el fragmento. Practique una incisión en la fascia en forma paralela al borde posterior del peroné distal tanto como sea necesario, procurando no dañar el peritendón de los tendones del peroneos. Retraiga los músculos peroneos y los tendones a dorsal, y acceda de manera directa al borde posterolateral de la tibia distal. Exponga la fractura y eleve el periósteo sólo lo necesario para controlar la reducción del fragmento posterior dorsal de la tibia. Exposición extendida. Si la exposición limitada no alcanza para reducir y fijar un triángulo de Volkmann extenso, o si ha de utilizarse una placa antideslizante, practique la incisión en la fascia en forma vía dorsal a los músculos peroneos en el borde del músculo flexor largo del dedo gordo. Tenga cuidado con el nervio sural por posterior. Retraiga los músculos peroneos hacia anterior, y el flexor largo del dedo gordo y el tendón de Aquiles hacia posterior. Exponga la superficie posterior de la tibia. Exponga la fractura y eleve el periósteo sólo lo necesario para controlar la reducción del fragmento posterior de la tibia. Extensión proximal En el caso de que una fractura distal se extienda por proximal, cabe prolongar la incisión en ese sentido a proximal. El plano de disección es el mismo, pero ha de tenerse particular cuidado con el nervio peroneo superficial. En este caso, se recomienda identificar y proteger el nervio. B) Abordaje medial (anterior) Incisión Comience la incisión a 2 cm. distal al extremo anterior del maléolo medial. Curve la incisión hacia el borde anterior del maléolo medial y en dirección al medio de la tibia distal. Localice la vena y nervio safeno interno, y emplee una lazada vascular para retraerlos. La línea de puntos ilustra una incisión dérmica alternativa susceptible de empleo, en la que se requiere acceso anterior (e.g. 44-A2). Sea particularmente cuidadoso en respetar la vena y el nervio safenos, que resultan más vulnerables con esta incisión. Disección quirúrgica Exponga la parte anterior del de foco de fractura, eleve el periósteo desde los bordes del maléolo medial hasta la superficie articular de la tibia distal e inspeccione la articulación. Si es necesario, practique una incisión vertical en el borde anteromedial de la cápsula articular. Diseque la cápsula de acuerdo con los requerimientos para visualizar la fractura y las superficies articulares. Eleve el periósteo por detrás sólo en la medida necesaria para controlar la reducción. TECNICA QUIRURGICA Consideraciones generales El tratamiento no quirúrgico de las fracturas de tobillo se indica por lo general en fracturas estables, pero puede asimismo indicarse en fracturas inestables, en presencia de contraindicaciones generales o locales para la cirugía. Consideraciones generales. En la fractura 44-C3, la reducción del peroné es indirectamente reducida y no se fija directamente. La reducción se realiza distrayendo el maleólo lateral distalmente, corroborando la perfecta congruencia de la articulación tibioperonea La fijación se efectúa primeramente realizando un canal con una broca de 2.5 mm en la corteza lateral d e la tibia, proximal y paralela a la articulación tibio-perónea, en una angulación de 30 grados de anterior a posterior. Para el fragmento avulsionado de Tillaux-Chaput se puede fijar con un tornillo largo. En los maléolos tibiales al igual que los peroneos se puede realizar fijación con clavos y banda de tensión. Uso de la banda de tensión y de agujas de kirschner para fracturas transversas. La banda de tensión convierte las fuerzas ténsiles en fuerzas de compresión. Reducción Limpie el foco de fractura antes de proceder a la reducción de la fractura mediante el empleo de pequeñas pinzas de reducción de puntas. Fijación Al insertar las dos clavijas de Kirschner, ponga especial cuidado en no cruzar el trazo de fractura demasiado cerca de la articulación. Limpieza del foco de fractura Irrigue el foco de fractura, extraiga los coágulos de sangre y libereel periostio o ligamento de los bordes óseos. Si se demoró la fijación, deben removerse minuciosamente las formaciones de trombos organizados en los planos de fractura antes de proceder a la reducción. Reducción con pequeñas pinzas de reducción de puntas Reduzca la fractura por medio de pequeñas pinzas de reducción de puntas. No denude el periostio más de lo necesario. Inserción de la primera clavija de Kirschner Introduzca una aguja de Kirschner de 1,6 mm. a través del colículo posterior, lo más perpendicularmente posible al plano de fractura. Ponga especial cuidado de no cruzar el trazo de fractura demasiado cerca de la articulación. Evite penetrar la articulación del tobillo o la cortical lateral de la tibia. Inserción de una segunda clavija de Kirchner Se inserta una segunda clavija de Kirchner de 1,6 mm. dentro del colículo anterior del maléolo medial, paralela a la primera. Estas dos clavijas de Kirchner estabilizan la fractura contra la rotación, y se emplearán para anclar distalmente el alambre en forma de 8. Verifique la reducción con la ayuda de un intensificador de imágenes. Debe evitarse el emplazamiento intrarticular de las clavijas de Kirschner. Inserción del tornillo Realice una perforación de 2,5 mm., empleando funda de protección, de 2 a 3 cm. proximal a la línea horizontal de la articulación. Estríe la cortical medial con un machuelo o terraja de 3,5 mm. y funda de protección. Inserte un tornillo unicortical de entre 20 y 30 mm. de largo, provisto de una arandela. Deje un espacio para el alambre - de 2 a 3 mm. - entre el hueso y la arandela. Nota El tornillo ha de ser bicortical en un hueso osteoporótico. Colocación del alambre Acondicione el alambre de entre 0,8 y 1,0 mm. formando un lazo a aproximadamente un tercio de su longitud. Pase el segmento corto del alambre junto al hueso, rodeando ambas clavijas de Kirschner. Pase el segmento largo del alambre, conteniendo el lazo, alrededor del tornillo, entre el hueso y la arandela, formando una figura en forma de 8. Torsione juntos los extremos libres. Ajuste del alambre La torzada se realiza sin apretar, cuidando que ambos extremos libres del alambre vayan espiralándose en forma pareja - la torzada no debe consistir en un alambre recto con otro enroscado alrededor. Se tensa el alambre tirando de ambas torzadas. Luego se mantiene ajustado el alambre girando más las torzadas. Repita el procedimiento hasta lograr la tensión deseada. Ambas torzadas deben ajustarse simultáneamente y en la misma dirección para lograr una tensión pareja en ambos tramos del alambre. Ajuste el tornillo con cuidado. Corte las torzadas y vuelva las puntas de los alambres hacia la tibia para evitar la irritación ulterior de los tejidos blandos. Procure evitar la tensión excesiva en un hueso osteopénico. Terminación de la fijación Corte las 2 clavijas de Kirchner en forma oblicua, a aproximadamente 1 cm. del punto de inserción, y con la ayuda de un curvador y pinzas, curve sus extremos 180º. A continuación, fije las clavijas en su lugar hundiendo el extremo curvo en el hueso, para prevenir su retracción y un daño en la piel. Tome una última placa radiográfica de ambos planos para comprobar los resultados. Fragmento pequeño (< 25% de la superficie articular), con estabilidad articular luego de la reconstrucción maleolar = no requiere fijación. Fragmento mediano (> 25% de la superficie articular), sin extensión proximal larga = fijación con tornillo(s) de tracción. Fragmento grande (> 25% de la superficie articular) con extensión proximal larga = fijación con tornillo de tracción y placa de sostén. Elección del tornillo Determine el largo del tornillo empleando el medidor de profundidad adecuado. El tornillo canulado elegido - parcialmente roscado, de 3,5 mm. - ha de ubicarse con su rosca totalmente fuera del trazo de fractura y completamente dentro del triángulo de Volkmann, a efectos de lograr la compresión interfragmentaria. De ser posible, alcance la cortical opuesta. Emplee una arandela. Si las espiras del tornillo parcialmente roscado de 3,5 mm. llegara a extenderse por ambos lados de la fractura, inserte en su lugar un tornillo de 3,5 mm. canulado de rosca completa a modo de tornillo de tracción, perforando la cortical anterior de la tibia para obtener un orificio deslizante de 3,5 mm. Inserción del primer tornillo Practique un orificio sobre el alambre guía más lateral, a través de ambos fragmentos, con una broca canulada de 2,7 mm. Haga el paso de rosca en la cortical anterior de la tibia con un machuelo o terraja canulado de 3,5 mm. y funda de protección. Inserte el tornillo canulado elegido - parcialmente roscado, de 3,5 mm. - con una arandela. Inserción del segundo tornillo Por norma, un tornillo que es 5mm. más largo que el tamaño previsto debe ser colocado, dado que la porción más medial de un triángulo de Volkmann, incluso uno grande, suele no ser lo suficientemente profunda como para albergar toda la parte roscada del tornillo. En consecuencia, el extremo del tornillo podría sobresalir ligeramente por posterior. Si la rosca del tornillo parcialmente roscado de 3,5 mm. siguiera extendiéndose a ambos lados de la fractura, o si se quisiere evitar que el extremo del tornillo sobresalga hacia los tejidos blandos posteriores, inserte en su lugar un tornillo canulado de 3,5 mm. de rosca completa a modo de tornillo de tracción, perforando más la tibia anterior para obtener un orificio deslizante de 3,5 mm. Tornillo de tracción posterior Puede realizarse una fijación alternativa mediante un tornillo de tracción canulado inserto en dirección posterior-anterior. Placa de sostén Si el triángulo de Volkmann tuviere una extensión proximal larga, se indica su fijación mediante tornillo de tracción y placa de sostén. Esto podría requerir un abordaje posteromedial distinto para la tibia posterior, como extensión de cualquier abordaje medial, dado que la parte trasera de la tibia es muy difícil de alcanzar a este nivel mediante la disección por detrás del peroné. Tratamiento postoperatorio y postlesional Se ha defendido la movilización temprana tras el tratamiento quirúrgico de una fractura del tobillo. Teóricamente la movilidad precoz reduce las adherencias intraarticulares y mejora la función a largo plazo. Sin embargo, en un estudio de los resultados a los tres meses de la fijación interna, no se encontraron diferencias en la movilidad o la función entre los pacientes con movilización precoz y los inmovilizados varias semanas. Stuart y cols. hallaron que el tratamiento no quirúrgico de fracturas aisladas del maléolo lateral con movilización temprana con un air-cast produjo un mejor rango de movimiento y disminuyó el tiempo de rehabilitación en comparación con la inmovilización con yeso. No hubo diferencia en el tiempo de consolidación. A menudo hay preocupación de que la carga precoz de peso tras una fractura de tobillo pueda conducir a una pérdida de reducción. No se ha observado esto tras las fracturas aisladas del maléolo externo u otras lesiones estables. De forma similar, cuando se ha conseguido una fijación interna estable, la carga precoz de peso no ha producido ni el desplazamiento tardío de la fractura ni un retraso de consolidación. Obviamente, la decisión de si la fijación es estable y por tanto se puede autorizar la carga, depende de muchas variables como el grado de conminución y la calidad del hueso, y debe decidirla el cirujano de forma individualizada. Tratamiento postoperatorio. Si la calidad del hueso es buena y la fijación es segura, se coloca una férula de yeso corta o un tutor externo por dos semanas, a partir de los cuales se inicia un programa de ejercicios isométricos para evitarla rigidez de la articulación del tobillo.(2) Se inicia el apoyo de peso a las 4 semanas y se permite la deambulación sin muletas a las 6 semanas.(12) La carga de peso completa se permite después de las 12 semanas. En una lesión deltoidea, una sindesmosis inestable tratada o una fractura posterior del maleólo estabilizada el tobillo se inmoviliza en una férula posterior del yeso con el tobillo en la posición neutral durante 6 semanas. (12) Si el daño a la piel, la calidad del hueso, u otros factores han evitado la fijación segura, la fractura se debe proteger por más tiempo. Colocar al paciente un yeso corto o molde largo, dependiendo de la estabilidad de la fijación. Si se utiliza un molde largo, puede ser convertido a un yeso corto en 4 a 6 semanas. No se permite al paciente llevar el peso en el tobillo hasta que este progresando la curación de la fractura (8 a 12 semanas). Se manda al paciente a caminar por periodos cortos. Se quita el molde de yeso cuando la fractura ha unido. (12) Resultado funcional del tratamiento. El resultado de la lesión es juzgado lo mejor posible por cuánto afecta al paciente. Dolor, deterioro de la función, deformidad, y la pérdida de movimiento son todos factores importantes. Una variedad de sistemas de medición se ha propuesto para los componentes subjetivos y objetivos de resultados clínicos de las lesiones del tobillo. Los sistemas de clasificación dan a menudo diversos niveles de la importancia a diversas variables, y la mayoría incluyen varios aspectos correlacionados de la función o la anatomía del tobillo. Algunos sistemas consideran solamente resultados funcionales; otros incluyen examinación clínica y resultados radiográficos. Algunos confían en la capacidad al trabajo o participación en los deportes. El “Sistema de score para el tobillo” de Baird y Jackson, modificado por Webber observa que menos de 80 puntos en su escala está considerados como un resultado pobre, de 81 a 90 como un resultado de falla, de 91 a 95 bueno y de 96 a 100 como resultado excelente. La sociedad americana de ortopedia de pie y tobillo ha ideado una escala de grado también, basado en gran parte en la función. (2) La osteoartritis de la articulación del tobillo, es manifestada por la formación del osteofito, la estrechez del espacio radiolucente del cartílago, y la formación subcondral de esclerosis. Las radiografías hechas durante la carga de peso no se han utilizado siempre para diagnosticar estreches de la articulación. Los cambios de la osteoartritis tienden a presentarse de manera temprana (en el plazo de 2 a 3 años) después de la lesión. (2) Un número de factores afecta el resultado de las fracturas del tobillo. Muy importante es la severidad de la lesión original. Esto es indicado sobre todo por la cantidad de daño al plafón y por la cantidad de impactación, de conminución, o de dislocación de la fractura del maleólo posterior. La implicación de estructuras múltiples es también pertinente, de modo que lesiones de alto grado, usando el sistema de Lauge-Hansen, tengan un pronóstico más pobre, al igual que las fracturas trimaleolares en comparación con las que implican un solo maleólo. (2) La adecuada reducción de la superficie articular después de la curación es un determinante muy significativo del resultado. Lindsjö divulgó un 87% de resultados bueno a excelentes en 217 pacientes con las fracturas maleolar bien reducidas, originalmente desplazadas, comparadas con resultados buenos a excelentes de 68% en 89 pacientes con reducción inadecuada. Esos pacientes fueron tratados con técnicas de la fijación de la AO y tenía una incidencia más alta de la reducción mantenida. Similares resultados buenos fueron divulgados por otros autores, incluyendo Hughes con reducción anatómica más fijación rígida. El centro de trauma suizo reporta resultados satisfactorios en el 83% de fracturas tipo A de Webber, 83% del tipo B, y 85% del tipo C. Un grupo comparable de pacientes con lesiones similares tratados sin cirugía tenía resultados satisfactorios en el 75% del tipo A, 43% del tipo B, y 37% de tipo C de Webber. (2) Quejas subjetivas son comunes después de producirse fracturas maleolares, incluso después de varios años. Muchos autores divulgan una incidencia del aproximadamente 30% de tales síntomas. La incidencia de osteoartritis postraumática después de fracturas maleolares amplias es insignificante en el tipo de lesiones de II supinación rotación externa: y hasta el 37% o más en patrones más seriamente desplazados, especialmente esta implicado el maléolo posterior, está también claro que la incidencia de artritis es mucho mayor si una fractura maleolar cura con desplazamiento significativo. (2) Complicaciones. No unión La mayoría de las no uniones involucran el maleólo medial, generalmente son lesiones avulsivas que inicialmente recibieron tratamiento cerrado, y que no unieron por desplazamiento residual de la fractura, interposición de tejidos blandos por inestabilidad lateral asociada a fuerzas de torsión que traccionan el ligamento deltoideo. (1,2) La no unión a nivel de la articulación causa dolor crónico, tumefacción y sensación de inestabilidad. Las no uniones sintomáticas han sido tratadas con reducción abierta y fijación interna y en algunas ocasiones mediante fijación interna. Problemas de la herida La necrosis marginal de los bordes de la piel después de la cirugía ocurre aproximadamente en el 3% de los casos. Estos problemas pueden reducirse evitando la cirugía durante el periodo de mayor tumefacción, minimizando el tiempo de torniquete, manejando con cuidado los tejidos blandos, utilizando implantes adecuados al tamaño de la fractura, cerrando la herida sin tensión y evitando vendajes posquirúrgicos constrictivos. (1) Infección El riesgo de infección puede ser disminuido manejando con cuidado los tejidos blandos y los aspectos de asepsia de la cirugía. La tasa de infección en el tratamiento de las fracturas cerradas con las técnicas actuales de fijación interna es menor del 2%. (1) Artrosis postraumática La artrosis postraumática puede ser manejada con reducción de la actividad, la medicación antiinflamatoria, un zapato bien amortiguado con una elevación del talón. Si estas medidas son inadecuadas, la artrodesis es una consideración razonable. Las artroplastias del tobillo no han probado ser tan acertado como la artrodesis para la mayoría de los pacientes con la artrosis postraumática. De vez en cuando, sin embargo, el retiro de osteofito, especialmente del tobillo anterior, con técnicas abiertas o artroscópica puede mejorar perceptiblemente los síntomas. (2) Se reportan cambios degenerativos en aproximadamente 10 % de las fracturas que fueron reducidas adecuadamente y 85 % de las que no fueron reducidas adecuadamente. Distrofia simpática La distrofia simpática refleja puede estar compuesta por una enfermedad fracturaria, y puede ser minimizada mediante una reducción anatómica de la articulación y el rápido retorno de la función. (1) Esta La complicación es mas frecuente después de una lesión aparentemente simple o después de un periodo de inmovilización prolongado. DELIMITACION DEL PROBLEMA. Se ha observado que en el servicio de ortopedia y traumatología del hospital Juárez de México existe un número importante de ingresos de pacientes procedentes del servicio de urgencias a los cuales , tras la valoración clínica y radiológica , se diagnostican con este tipo de fractura ,siendo su tratamiento quirúrgico y resaltando que son poblaciones jóvenes, las cuales son económicamente activas y con rangos de movimiento de tobillo amplios en los cuales una cirugía, dolor o complicación causa un gran impacto. Es por ello que me propongo comparar la reducción abierta y fijación interna de las fracturas del maléolo peroneocon el uso de tornillos de compresión interfragmentaria (osteosíntesis mínima OM) con el uso de la placa tercio de caña, el tiempo de cirugía, tamaño de la herida, tiempo de consolidación, la medición radiológica, la congruencia anatómica las complicaciones posoperatorias y el resultado funciona del tobillo- PREGUNTA DE INVESTIGACION. ¿El uso de tornillos de compresión interfragmentaria (OM) en fracturas de maléolo peronéo trazo oblicuo o transverso tipo B de Weber proporciona suficiente estabilidad y presenta menor tasas de complicaciones postquirúrgicas que la placa tercio de caña? ¿Qué sistema ofrece las mejores tasas de consolidación y resultado funcional del tobillo? ¿Qué sistema de fijación permite la mejor reducción anatómica? OBJETIVO GENERAL. Demostrar que el uso de tornillos de compresión interfragmentaria en las fracturas de maléolo peronéo de tobillo es un método de fijación segura que permite una consolidación ósea suficiente sin necesidad de realizar un daño más extenso al periostio, hueso y demás estructuras del tobillo comparando con la placa tercio de caña- OBJETIVO ESPECIFICO. Demostrar que el uso de tornillos de compresión interfragmentaria en las fracturas de maléolo peronéo de tobillo es un método de fijación que ofrece menor tasa de complicaciones posquirúrgicas como es el dolor, limitación funcional secundaria a dolor y menor tasa de intolerancia al material de osteosíntesis que la placa tercio de caña. HIPOTESIS. Al realizar una fijación interna con un material de osteosíntesis existe agresión al periostio el cual tiene funciones vitales en la fisiología ósea, además de las estructuras circundantes al foco de fractura como es la piel, tejidos blandos, músculo, y los fragmentos óseos distal y proximal al sitio de fractura. Se ha demostrado que esto influye en la consolidación ósea y en la posterior evolución y función del tobillo. Con el uso de OM debe existe menor agresión a los tejidos, y menor tasa de complicaciones posquirúrgicas y dolor. TAMAÑO DE LA MUESTRA. Pacientes que acudan al servicio de urgencias adultos del Hospital Juárez de México con el diagnostico clínico radiológico de fractura de tobillo ,maléolo peronéo desplazada que cumpla con criterio quirúrgico. (Mínimo 30 pacientes que cubran los criterios de inclusión). DISEÑO DEL ESTUDIO. Estudio prospectivo, comparativo y experimental, MATERIAL Y METODOS. CRITERIOS DE ENTRADA INCLUSION: Paciente con fractura oblicua o espiroidea tipo A, B o C de Weber lo suficientemente larga como para utilizar dos tornillos con un centímetros de distancia entre ellos con o sin lesiones asociadas de la sindesmosis y lesiones del maléolo interno o posterior. Fracturas unimaleolares, bimaleolares o trimaleolares. Edad entre 16 y 50 años. NO INCLUSION. Fracturas en terreno patológico. Neuroartropatia previa en extremidad afectada. Enfermedad vascular previa. CRITERIOS DE SALIDA CRITERIOS DE EXCLUSION. Fracturas expuestas Pacientes con osteoporosis o mala calidad ósea. Fracturas multifragmentadas. Fracturas de 30 días de evolución. Pacientes pediátricos. (Menores de 15 años). Pacientes con antecedentes de diabetes mellitus. CRITERIOS DE ELIMINACION Pacientes que soliciten alta voluntaria. Pacientes que no acepten tratamiento quirúrgico. VARIABLES. Variables cuantitativas, medición ordinal, presente. TECNICA QUIRURGICA. Osteosíntesis mínima. Se puede utilizar los siguientes implantes: 1) tornillos de cortical 3.5 mm. 2) Tornillos de esponjosa de 4.0 mm. 3) Sistema Obenque. 4) Clavos de Kirschner. 5) Alambre de diversos calibres. Se realizan incisiones convencionales descritas para abordaje quirúrgico a los maleólos. Valorar la aplicación de tornillo transidesmal de 3.5 mm en los casos de la lesión de la sindesmosis. Reparación del ligamento deltoideo en los casos en que se encuentre lesionado. ESQUEMAS TERAPEUTICOS. Uso profiláctico de antibióticos vía intravenosa (cefalotina- amikacina) 24 horas previas a la cirugía y tres días posteriores a la misma. Dosis ajustada a función renal. Uso de antibióticos orales al egreso y durante 10 días más. ESTUDIOS DE LABORATORIO. Biometría hemática, química sanguínea, tiempo de protombina y tiempo de tromplastina, grupo y Rh. ESTUDIOS ESPECIALES. Proyecciones solicitadas: Radiografía en proyección antero posterior y con rotación interna de la mortaja a 20 grados y lateral de la región al ingreso sin inmovilización Radiografías posquirúrgicamente y control a las 2 semanas, Radiografías para control de la consolidación a las 6-8 semanas y 16- 18 semanas. DESCRIPCION OPERATIVA Valorar función, dolor, movimiento, marcha de acuerdo a la clasificación de la Universidad de Maryland, del centro de patología dolorosa del pie. Es un sistema de clasificación de 100 puntos de la siguiente forma: a) Dolor con puntaje de 45 puntos. b) Función con un puntaje de 40 puntos. c) Aspecto cosmético de 10 puntos. d) Movilidad con puntaje de 5 puntos (del pie en conjunto valorándose flexión y extensión del mismo). De acuerdo a la clasificación anterior encontramos 100 puntos en un pie normal, de 70 a 99 puntos en un pie con funcionalidad satisfactoria y menos de 69 con mala función del pie Dolor: desglosándose el análisis y valoración par el dolor: 1) Ausencia del dolor inclusive para realizar actividades deportivas, con un valor de 45 puntos. 2) Dolor ligero no incapacitante, inclusive para las actividades laborales, 40 puntos. 3) Dolor moderado que afecta actividades laborales mínimas, 30 puntos. 4) Dolor que limita las actividades laborales mínimas, 20 puntos 5) Dolor al realizar actividades mínimas con valor de 10 puntos. 6) Dolor permanente difícil de controlar con valor de cero puntos. Función: Fue valorada la marcha dividida en varios parámetros acorde: 1) distancia caminada: se le dio valor de 10 puntos cuando la marcha era posible en forma ilimitada. 2) distancia caminada: se le dio valor de 8 puntos cuando la marcha era posible en forma de limitación mínima. 3) distancia caminada: se le dio valor de 5 puntos cuando la marcha era posible en forma de limitación moderada. 4) distancia caminada: se le dio valor de 2 puntos cuando la marcha era posible en forma de limitación severa. 5) Marcha únicamente en interiores 0 puntos. Estabilidad: 1) Estabilidad normal: 4 puntos. 2) Inestabilidad leve: 3 puntos. 3) Inestabilidad severa: 1 punto. 4) Inestabilidad para caminar: 0 puntos. Soporte: 1) Marcha sin necesidad de apoyo: 4 puntos. 2) Marcha cuidadosa: 3 puntos. 3) Marcha permisible con muletas: 1 punto. 4) Necesidad de silla de ruedas permitiéndose únicamente bipedestación pero no la marcha: 0 puntos. Firmeza: Valoración de la firmeza que percibe el paciente en el miembro pélvico 1) 4 puntos= Normal. 2) 3 puntos= Leve. 3) 2 puntos= Moderada. 4) 1 punto= Severa. 5) 0 puntos= imposibilidad para deambular. Función para el uso de calzado y marcha: Valoración de la adaptabilidad a determinados tipos de zapato, las dificultades al cambio de tacón y limitación para subir las escaleras. Uso del calzado: 1) 10 puntos para cualquier tipo de calzado. 2) 9 puntos si necesita mínimos cambios (ancho). 3) 7 puntos si se usa zapato sin tacón o como máximo 1.5 cms. 4) 5 puntos cuando además del zapato se requiera otro tipo de ortesis. 5) 2 puntos uso de zapatos especiales. 6) 0 puntos, no se puede utilizar calzado. Variación del tacón: 1) 4 puntos no hay problema con el uso de tacón. 2) 2 puntos cuando el zapato de tacón alto ocasionan disfunción. 3) 0 puntos cuando el zapato no tenga tacón o no se pueda deambular descalzo. Escaleras. Función al subir y bajar escaleras.
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