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MÓDULO 0515- EVOLUCIÓN HISTÓRICA DE LA EVALUACIÓN PSICOLÓGICA 1 L e c t u r a 1 Buela, G. y Sierra, J. (1997). Evolución histórica de la evaluación psicológica. En G. Buela y Sierra (dirs.). Manual de evaluación psicológica. Madrid:Siglo XXI. UU NN II DD AA DD II AA NN TT EE CC EE DD EE NN TT EE SS HH II SS TT ÓÓ RR II CC OO SS DD EE LL AA EE VV AA LL UU AA CC II ÓÓ NN CC OO NN DD UU CC TT UU AA LL Introducción ...............................................................................................2 La evaluación psicológica en la antigüedad..............................................2 Antecedentes científicos de la evaluación psicológica .............................4 Constitución y desarrollo de la evaluación psicológica .............................7 La contribución de Galton......................................................................7 La contribución de Cattell ......................................................................8 La contribución de Binet ........................................................................8 Aportaciones de otros autores.................................................................10 La repercusión de la primera y de la segunda guerra mundial ...............10 Período de crisis de la evaluación psicológica....................................14 La evaluación conductual ........................................................................17 La evaluación psicológica en la actualidad .............................................20 Crisis de la evaluación conductual ......................................................20 Otros aspectos de actualidad..............................................................21 Futuro de la evaluación psicológica ........................................................25 UNIDAD I. ANTECEDENTES HISTÓRICOS DE LA EVALUACIÓN CONDUCTUAL MÓDULO 0515- EVOLUCIÓN HISTÓRICA DE LA EVALUACIÓN PSICOLÓGICA 2 UNIDAD I. ANTECEDENTES HISTÓRICOS DE LA EVALUACIÓN CONDUCTUAL IINNTTRROODDUUCCCCIIÓÓNN El estado actual de la evaluación psicológica es, sin duda, un producto de la evolución histórica de la disciplina y de su interacción con el desarrollo de la propia psicología y otras ciencias afines. Por tanto, no cabe adentrarse en el concepto de evaluación psicológica, sin pasar previamente por un análisis histórico. De hecho, los distintos autores, tanto españoles (Pelechano, 1976, 1988; Silva, 1982, 1985; Blanco, 1986a, 1990; Martorell, 1988; Avila, 1992a; Fernández-Ballesteros, 1992; Peñate, Matud e Ibáñez, 1993) como extranjeros (Anastasi, 1973, 1988; Aiken, 1985; Nelson y Hayes, 1986; Goldstein y Hersen, 1990a; Thorndike y cols., 1991; Kaplan y Saccuzzo, 1993) que han tratado el concepto de evaluación psicológica, han comenzado por un minucioso análisis histórico. McReynolds (1986) justifica este análisis histórico argumentando varias razones; en primer lugar, un conocimiento de la evolución histórica de la evaluación ofrece una amplia información y una mejor apreciación del estado actual de la evaluación psicológica; en segundo lugar, el pasado es importante por sí mismo, ya que forma parte de la herencia de la humanidad; y, en tercer lugar, hace posible que algunas aproximaciones o directrices empleadas por nuestros antecesores, y olvidadas desde entonces, vuelvan a ser descubiertas. LLAA EEVVAALLUUAACCIIÓÓNN PPSSIICCOOLLÓÓGGIICCAA EENN LLAA AANNTTIIGGÜÜEEDDAADD Al examinar la historia de la humanidad, McReynolds (1986) pretende poner de manifiesto que, desde los tiempos más antiguos, en todas las sociedades civilizadas se utilizó algún procedimiento de evaluación. Así, dentro de una primera etapa, que podría etiquetarse como mágica o mítica, aparece en muchas culturas la adivinación o predicción del futuro, donde podría incluirse la astrología. Ésta es considerada por diversos autores (McReynolds, 1986; Silva, 1985; Pelechano, 1988) como uno de los primeros antecedentes de la evaluación psicológica. Según McReynolds (1975), el comienzo de la astrología podría situarse en el siglo v. a C. con el Tetrabiblos (libro de los signos zodiacales) de Ptolomeo. Los astrólogos plantean que de igual forma que los astros regulan la ritmicidad del ciclo día-noche, de las mareas, de las cosechas, etc., también determinan una gran parte de la conducta humana -entiéndase carácter humano-. En otras palabras, los individuos son particularmente sensibles a la influencia de los astros, estando dicha influencia determinada por la posición relativa de los planetas en el momento del nacimiento. A primera vista, parece que se dan las condiciones necesarias para un proceso diagnóstico, puesto que existe un evaluador, un evaluado, unos instrumentos, una intención por la explicación y el pronóstico y una teoría que lo sustenta. Sin embargo, un análisis más detallado nos lleva a entender la astrología como algo considerablemente distinto de la evaluación psicológica, para que pueda considerarse un antecedente. En primer lugar, la astrología es una práctica que podría incluirse dentro de lo mágico; en segundo lugar, el sujeto objeto de evaluación no es el individuo en sí, ni su ambiente inmediato, sino tan sólo una fecha, una hora y un lugar, de hecho se puede hacer una predicción sin la presencia de la persona supuestamente evaluada; en tercer lugar, no tiene ninguna utilidad so- cial, puesto que se limita a predecir el destino determinado por los astros; y, por último, la astrología ha tenido una mínima o escasa evolución desde sus inicios hasta la actualidad, sin darse ningún tipo de interacción con la evolución de la psicología, es decir, la psicología se ha desarrollado con total independencia de la astrología. Muestra de ello es que ningún astrólogo ha ido desarrollando su teoría hasta convertirla en una escuela o corriente psicológica. Por tanto, no hay aspectos de la astrología que se hayan transformado hasta convertirse en un constructo psicológico. En definitiva, en nuestra opinión, aunque aparentemente tienen aspectos comunes, consideramos que la astrología no ha sido un antecedente de la actual evaluación psicológica. DuBois (1970) sitúa el nacimiento de la evaluación psicológica en la antigua China, donde se realizaba una selección de los niños que en el futuro podrían ejercer funciones en la administración pública. Los seleccionados eran sometidos a un intenso programa de aprendizaje, al final del cual se evaluaba si habían conseguido la capacitación para ocupar los puestos que les serían asignados. Por tanto, parece un claro antecedente de la selección de personal. Otro hecho aislado que se suele citar como antecedente de la evaluación psicológica son los procedimientos de la escuela de Pitágoras para seleccionar a sus alumnos (Martorell, 1988). Otro antecedente en el que suelen coincidir los autores que han estudiado la evolución histórica de la evaluación psicológica es la fisiognomia (las características psicológicas de un individuo pueden MÓDULO 0515- EVOLUCIÓN HISTÓRICA DE LA EVALUACIÓN PSICOLÓGICA 3 UNIDAD I. ANTECEDENTES HISTÓRICOS DE LA EVALUACIÓN CONDUCTUAL evaluarse por sus rasgos físicos), que tiene sus raíces en el pensamiento filosófico griego. Según Rubinstein (1981), la historia de la ciencia demuestra cómo las antiguas ideas de los filósofos griegos se formaron en el proceso cognoscitivo prácticodel hombre, con la acumulación de conocimientos de los naturistas, médicos y filósofos. Dichas ideas se desarrollaron en oposición a las ideas mitológicas sobre el mundo en general y sobre el hombre en particular. En este contexto, resulta de especial importancia la concepción filosófica de Aristóteles, quien aspira a vencer el dualismo de su maestro Platón. Aristóteles entiende el cuerpo y el alma como algo indivisible. Por tanto, cada una de las funciones orgánicas tiene su alma, considerando al cuerpo un organismo compuesto por órganos e instrumentos del alma. Por ello, la teoría del alma es la teoría general de la vida y sus funciones, lo que implica tanto sus funciones orgánicas como la vida consciente (Rubinstein, 1981). Con Aristóteles, lo psíquico se aproxima a lo físico, lo que implica una base biológica del carácter. Las ideas de Aristóteles tuvieron su continuidad en su discípulo Teofrasto. Este hace una sistematización de los principios de la fisiognomia que lleva a plantear distintos caracteres que se establecen por medio de la observación de la conducta manifiesta de los individuos. Se establece así una nosología de los caracteres, en la que se incluyen diversos adjetivos tales como arrogantes, estúpidos, avaros, cobardes, etc., que servían para clasificar a los individuos según sus hábitos. Esta interacción cuerpo- psique es defendida posteriormente por Cicerón y Séneca en la Roma Clásica, así como por autores árabes como Averroes o Avicena. La idea de la evaluación de las características psicológicas a través de las características somáticas está presente en tiempos más recientes en las tipologías de Kretschmer y Sheldon. Siguiendo en este contexto, nos encontramos con la teoría de Hipócrates que postula cuatro tipos (sanguíneo, flemático, colérico y melancólico) a partir de cuatro clases de humores. Esta concepción naturalista manifestada por una evaluación psicológica a partir de características somáticas (propia de la fisiognomía y del pensamiento hipocrático) será frenada en la Edad Media por la filosofía teológica, que tendrá su máximo exponente en la concepción de la locura como una posesión diabólica. Con el fin de dife- renciar a los sujetos poseídos de aquellos que no lo estaban se publica en 1486 el libro Malleus Malleficarum [El martillo de los herejes], en cuya segunda parte se describen los signos que permitían identificar a las brujas. Estos procedimientos utilizados por la Inquisición para evaluar, o mejor dicho para interrogar, a sus víctimas podrían ser considerados un antecedente remoto de la entrevista estructurada (Zubin, 1989). A caballo entre los antecedentes filosóficos y biológicos se encuentra la contribución más importante de este período a la evaluación psicológica, la obra de Juan Huarte de San Juan Examen de ingenios para las ciencias, publicada en 1575 y traducida al inglés, en 1698, con el título The tryal of wits (McReynolds, 1986). En España se reeditó en cinco ocasiones hasta que en 1581 fue incluida en el catálogo de libros prohibidos de Lisboa y dos años después en el de Madrid. Siguiendo las correcciones de la Inquisición, Huarte redacta una nueva versión que es publicada por su hijo Luis Huarte en 1594. Esta versión tiene bastantes erratas, quizás debido a lo desordenado que dejó el material antes de morir. Sin embargo, fue la versión utilizada en las ediciones posteriores que se hicieron en España, mientras que las ediciones realizadas en Holanda fueron de la edición original. Este libro fue traducido al latín, inglés, holandés, italiano, francés y alemán (García Vega, 1989; Velarde, 1993). En esta obra se plantea por primera vez la evaluación de una forma explícita. Se considera que las personas difieren en cuanto a su talento y que dichas diferencias deben eva- luarse para conseguir una adecuación entre las habilidades, las distintas ocupaciones y los tipos de educación. Así, considera que el ambiente influye en el aprendizaje, por lo que recomienda que los estudios deben realizarse en una ciudad diferente de la que se es natural, pues la influencia de familiares y amigos es un estorbo para el aprendizaje (Pérez-Alvarez, 1991). Su libro es una profesiografía en la que incluye las principales ocupaciones de su tiempo (véase Gondra, 1994). Es, por tanto, el precursor más claro de la selección de personal. En opinión de Carpintero (1989), Huarte de San Juan fue un discípulo de Vives, puesto que ambos compartían la idea de que el ingenio deriva de los humores. Vives ya había planteado anteriormente el tema de la diversidad de los ingenios, las diferentes adaptaciones a los estudios y la importancia social de una educación adaptada a las dotes de los educandos. En su obra El tratado del alma propone la práctica de la observación introspectiva y objetiva para llegar a conocer las funciones del alma. Vives fue considerado por Watson como el padre de la psicología moderna, aunque actualmente se le considera más como un antecedente de la modificación de conducta (Pérez-Álvarez, 1991). MÓDULO 0515- EVOLUCIÓN HISTÓRICA DE LA EVALUACIÓN PSICOLÓGICA 4 UNIDAD I. ANTECEDENTES HISTÓRICOS DE LA EVALUACIÓN CONDUCTUAL Dentro del ámbito universitario, la evaluación surge de forma paralela a la creación de las primeras universidades europeas, donde se realizaban exámenes regulares para la obtención de títulos y distinciones (Anastasi, 1988). En definitiva, quizás el antecedente más claro de la evaluación psicológica sea la tendencia natural del hombre a evaluar a los demás. Podría señalarse un sinfín de posibles antecedentes de la evaluación psicológica; sin embargo, para contextualizar los principales acontecimientos que dieron lugar a los actuales instrumentos de evalua- ción, no necesitamos remontarnos más allá del siglo XVIII. AANNTTEECCEEDDEENNTTEESS CCIIEENNTTÍÍFFIICCOOSS DDEE LLAA EEVVAALLUUAACCIIÓÓNN PPSSIICCOOLLÓÓGGIICCAA Los importantes avances científicos ocurridos durante el siglo XVIII, y sobre todo en el xlx, harán que la psicología se separe de la especulación filosófica y se acerque al método científico. Los antecedentes científicos de la evaluación psicológica podrían situarse en el desarrollo de disciplinas como la frenología, la matemática, la psicofísica, la psiquiatría, la psicología educativa y el evolucionismo. La frenología surge a finales del siglo XVIII y pronto alcanza una gran popularidad. Su creador, Gall (1758-1828), proporciona la primera conceptualización sistemática de los rasgos, la cual se apoya en los siguientes enunciados: a) Las facultades mentales son innatas. b) El cerebro es el órgano de la mente. c) La forma y el tamaño del cerebro se pueden conocer según la forma y medida del cráneo. d) La mente posee facultades separadas, el cerebro está compuesto de órganos separados y cada facultad mental se manifiesta por medio de un órgano cerebral distinto. e) El tamaño de cada órgano puede ser estimado durante la vida y, con las restantes condiciones iguales, el tamaño es una medida de la capacidad del órgano. f) Todo órgano, si es predominantemente activo, imprime al cuerpo ciertas actitudes y movimientos, que se denomina "su lenguaje natural". Aunque la frenología ya forma parte de la historia, sirvió para asentar la idea de que la conducta y el organismo no son entidades independientes, sino que están íntimamente unidas. Gall practicaba un sistema de diagnóstico basado en la palpación del cráneo para conocer las facultades dominantes en cada individuo. Entre las aportaciones que, según McReynolds (1986), la frenología aporta a la evaluación psicoló- gica destacan las siguientes: a) Se crea una taxonomía mental, según la cual se pueden explicar las diferencias individuales b) Se hace énfasisen las diferencias individuales. c) Se postula una vertiente aplicada de la psicología. d) Se propone el paradigma de la evaluación, diferenciando los elementos incluidos en una sesión de evaluación (evaluados, sujetos evaluado, perfiles…). e) Se elaboran escalas para evaluar variables de personalidad. f) Se hace énfasis en la objetividad de los datos. En España la frenología estuvo representada por Cubí, quien realizó algunas aportaciones teóricas a esta disciplina y propagó estas ideas hasta el punto de llegar a crear una escuela. Mediante la craneoscopia se diagnosticaban dimensiones y facultades psicológicas en los individuos, de acuerdo con un sistema preestablecido. Según Carpintero (1989), la obra de Cubí ha tenido su importancia en la historia de la evaluación psicológica en España. La matemática tuvo cierta influencia en la constitución y el posterior desarrollo de la evaluación psicológica. La primera aportación está representada por Quetelet, un matemático belga que hoy es considerado como uno de los fundadores de la aplicación de la estadística a las ciencias sociales (Silva, 1982). Quetelet estudió variables biológicas y sociológicas, observando que ambas seguían una distribución gaussia- na, por lo que desarrolló normas y medidas de tendencia central. Su influencia sobre la evaluación psicológica se centra en dos aspectos importantes: ser uno de los autores que se interesó de forma sistemática por las diferencias individuales y que sus métodos tuvieron MÓDULO 0515- EVOLUCIÓN HISTÓRICA DE LA EVALUACIÓN PSICOLÓGICA 5 UNIDAD I. ANTECEDENTES HISTÓRICOS DE LA EVALUACIÓN CONDUCTUAL gran influencia en autores importantes como Galton, Pearson y Spearman. La psiquiatría ha sido otra disciplina que ha contribuido en buena medida al desarrollo de la evaluación psicológica. El esfuerzo por diferenciar los trastornos mentales se traduce en la necesidad de técnicas de evaluación para establecer diagnósticos diferenciales. Así, Pinel (1745-1826) introduce una breve clasificación de las enfer- medades mentales que posibilitaba un tratamiento más diferenciado. Pinel defiende el valor de las historias clínicas para el diagnóstico. Pero, sin duda, su contribución más importante fue el cambio de actitud sobre los enfermos mentales, pasando a considerarlos como enfermos con derecho a un tratamiento y a la libertad, y no como sujetos que había que separar y encerrar, tal como se consideraban hasta en- tonces. Las ideas de Pinel llegaron a Italia, encontrando su máximo defensor en Lombroso, quien centró su obra en la relación entre lo penal y lo psiquiátrico, planteando la posible eximente en los delitos cometidos por enfermos mentales. El estudio de la relación entre delincuencia y enfermedad le llevó a postular su famosa teoría sobre la "delincuencia innata". Según esta teoría, la conducta delictiva puede tener un origen degenerativo del organismo, debido al efecto de factores como la sífilis, el alcohol, la epilepsia, la edad avanzada de los padres, etc., los cuales actuarían durante el desarrollo fetal produciendo una degeneración de los centros nerviosos superiores, que posteriormente serían la causa del comportamiento delictivo. La obra de Pinel alcanza su culminación en la figura de Kraepelin (1856-1926), quien se interesó por la problemática de la clasificación de los trastornos mentales, conside- rando que para poder hacer una buena evaluación e intervención era necesario contar previamente con una clasificación. Quizás su contribución más importante fue el cambio de una concepción sintomática de la enfermedad a una concepción evolutiva, es decir, las manifestaciones externas de la enfermedad son secundarias respecto a su origen y evolución. Su aportación a la evaluación psicológica se centra de forma más concreta en su interés constante por evaluar de forma objetiva la conducta de sus pacientes. Así, evaluaba funciones o aptitudes como memoria, atención, capacidad de aprendizaje, tiempo de reacción, asociaciones verbales, etc. Paralelamente a esta etapa aumenta el interés por los retrasados mentales, creándose en Europa y América numerosas instituciones para su cuidado. El interés por un trato adecuado a los retrasados mentales puso de manifiesto la necesidad de criterios diagnósticos y de clasificación que permitiesen diferenciar entre sujetos normales, enfermos mentales y retrasados. Dentro de este contexto hay que destacar a Esquirol (1772-1840), médico francés que en 1838 publicó una obra de dos volúmenes, en la que dedicó más de un centenar de páginas al retraso mental. Otra contribución importante de Esquirol fue su concepción del retraso mental. Para este autor, el retraso variaba a lo largo de un continuo desde la normalidad hasta el retraso más profundo. Por ello, realizó varios intentos para evaluar y clasificar los distintos grados y tipos de retraso mental, llegando a la conclusión de que el mejor criterio para evaluar el nivel de deterioro intelectual es el uso del lenguaje. Es importante considerar que los criterios actuales sobre el retraso mental son en gran parte lingüísticos, y que los tests de inteligencia suelen estar bastante saturados de contenidos verbales (Anastasi, 1988). Las aportaciones de Seguin, otro médico francés, supusieron un nuevo avance al considerar el retraso mental como curable. En 1837 crea la primera escuela dedicada a la educación de niños retrasados mentales. Muchos de los procedimientos de intervención que se utilizan en la actualidad en los centros de educación especial están fundamentados en las técnicas propuestas por Seguin para el adiestramiento de los sentidos y de la actividad muscular. Pero sin lugar a dudas, su gran aportación a la evaluación psicológica fue la incorporación de las pruebas de inteligencia manipula- tiva. Una buena muestra ha sido su Test de ajuste de formas, que consiste en una especie de puzzle en el que hay que insertar varias piezas de formas diversas y en el menor tiempo posible. La psicofísica puede considerarse como una disciplina precursora de la psicología científica. Los métodos ideados por Fechner permiten relacionar las experiencias subjetivas con medidas objetivas. Por tanto, se plantea que las experiencias psicológicas se pueden verbalizar y en consecuencia clasificar en escalas de intensidad o discriminación. La psicofísica tenía como postulado inicial el descubrimiento de leyes generales para describir las relaciones mente-cuerpo. Su contribución a la evaluación psicológica se puede observar en el estudio concreto de fenómenos psíquicos, relacionando la experiencia subjetiva con medidas objetivas, la creación de nuevos métodos para la investigación de dichos fenómenos y su sistematización teórica (Za- brodin, 1985). Aunque autores como Fechner y Weber estaban más interesados en leyes generales que en diferencias individuales, con MÓDULO 0515- EVOLUCIÓN HISTÓRICA DE LA EVALUACIÓN PSICOLÓGICA 6 UNIDAD I. ANTECEDENTES HISTÓRICOS DE LA EVALUACIÓN CONDUCTUAL ellos nace la situación de examen psicológico; así por ejemplo, Fechner ya utiliza el autoinforme del sujeto como instrumento de evaluación. La psicología educativa muestra su auge con los planteamientos innovadores producidos en relación al creciente interés por la educación, con la consiguiente escolarización obligatoria, naciendo así la necesidad de aplicar los principios psicológicos a la escuela y, por tanto, la demanda de evaluación del rendimiento académico. Este interés por la evaluación en el ámbito escolar tuvo su continuidad en autores tan relevantescomo Thorndike, Hall y Binet. El evolucionismo marca un hito importante en la historia de las ciencias humanas. El parentesco entre Darwin y Galton propició aún más la influencia de las teorías evolucionistas para tratar de explicar las diferencias individuales y, en último término, la inteligencia humana. La base del evolucionismo consiste en admitir la variabilidad de los miembros de una misma especie, donde las características pueden heredarse. Por tanto, en la naturaleza se produce una selección natural a través de la supervivencia de los miembros más fuertes o mejor adaptados. En la especie humana, la diferente capacidad de adaptación se denomina inteligencia. Las diferencias de inteligencia eran perfectamente asumidas en la sociedad del siglo xIX. Así, el darwi- nismo social servía para justificar el orden social establecido. En este contexto el estudio y evaluación de la inteligencia adquiere gran relevancia (Marrero, Espino y Gámez, 1989). Los antecedentes más científicos de la evaluación psicológica tienen sus raíces en los primeros laboratorios de psicología. En 1877 se produjo el primer intento para fundar un laboratorio de psicofisiología por parte de los científicos británicos Venn y Ward. Sin embargo, el Senado de Cambridge rechazó esta iniciativa, calificando a dichos científicos de ateos (Yakunin, 1985). Dos años más tarde, Wundt inauguraba en Leipzig (1879) el primer laboratorio de psicología, considerándose este momento como el nacimiento de la psicología científica. La idea de Wundt de acercar la psicología a la fisiología, a pesar de encontrar una clara oposición en los círculos filosóficos, pronto ganó adeptos. Sin embargo, esta idea no era nueva, ya que Séchenov, un destacado científico ruso, había tratado de interpretar los fenómenos psíquicos desde un punto de vista fisiológico. De hecho, su libro Reflejos del cerebro fue editado en 1863, es decir, once años antes de que Wundt publicara Bases de la psicología fisiológica. En un artículo escrito en 1873, Séchenov, partiendo de la tradición materialista de los pensadores rusos, defiende la tesis sobre la determinación objetiva de la psiquis. Las ideas de Séchenov tuvieron una gran acogida entre los psiquiatras y neurólogos rusos, lo cual llevó a una reestructuración de la psicología desde una vertiente fisiológica. Una muestra de ello es la creación del primer laboratorio de psicología en Rusia, fundado por Béjteriev en 1886 en la clínica de enfermos alienados y enfermedades nerviosas en la ciudad de Kazán. Pocos años después, en 1891, se constituía la Sociedad Rusa de Psicología Experimental (Yakunin, 1985). Desde su creación y hasta el principio del siglo xx el laboratorio de Wundt se consideró el centro de la psicología experimental, siendo el ejemplo a seguir en la creación de nuevos laboratorios. El objeto de estudio de los nuevos psicólogos experimentales era llegar a plantear descripciones generales de la conducta humana. Las diferencias individuales no sólo no interesaban, sino que llegaban a considerarse como "errores de medida". En la elección de los temas y en algunos métodos utilizados se plasmaba la influencia de la medicina y de la fisiología. Coincidimos con Pelechano (1988) al considerar que el tipo de psicología experimental practicada por Wundt y sus seguidores supuso en realidad una limitación al desarrollo de la evaluación psicológica. Wundt negó la importancia de la psicología diferencial, no autorizaba la utilización de cuestionarios para la investigación psicológica, no aceptaba la posibilidad de una psicología científica fuera del laboratorio ni los estudios filogenéticos y ontogenéticos del psiquismo humano. Sin embargo, no todo fue negativo, puesto que la psicología experimental del siglo XIX sirvió para poner de manifiesto la importancia de controlar de forma rigurosa las condiciones en las que se hacían las observaciones. Por ejemplo, se controlaban las características del estímulo, el contexto en el que se presentaba, las instrucciones que recibía el sujeto, etc. En definitiva, se trataba de evaluar a todos los sujetos en las mismas condiciones tipificadas. Como es bien sabido, esto fue totalmente asumido en el proceso de construcción y en la aplicación de tests (Anastasi, 1988). MÓDULO 0515- EVOLUCIÓN HISTÓRICA DE LA EVALUACIÓN PSICOLÓGICA 7 UNIDAD I. ANTECEDENTES HISTÓRICOS DE LA EVALUACIÓN CONDUCTUAL CCOONNSSTTIITTUUCCIIÓÓNN YY DDEESSAARRRROOLLLLOO DDEE LLAA EEVVAALLUUAACCIIÓÓNN PPSSIICCOOLLÓÓGGIICCAA Existe un cierto consenso en considerar a Galton, Cattell y Binet como los autores que configuraron la evaluación psicológica como disciplina científica. A continuación se hará referencia a ellos, así como a otros autores que también han contribuido de modo relevante a la constitución de la evaluación psicológica. En segundo lugar, se hará un recorrido por los diferentes acontecimientos que han supuesto el desarrollo de esta disciplina. La contribución de Galton Galton (1822-1911) es considerado como el padre de la psicometría y de la psicología diferencial. A pesar de ser un hombre polifacético en cuanto a sus intereses científicos, supo centrar su investigación sobre la herencia de la inteligencia humana. Pensaba que ésta es innata y, por tanto, mediante el carácter hereditario podía conseguirse una mejora de los individuos a través de la eugenesia. Su laboratorio antropométrico del Kensington Museum en Londres se hizo famoso en todo el mundo. En el año 1884, coincidiendo con la celebración de un congreso internacional de higiene, establece un laboratorio antropométrico y propone a los visitantes conocer, por el precio de tres peniques, la medida de algunos de sus rasgos físicos, la agudeza visual y auditiva, el tiempo de reacción, la fuerza muscular y algunas funciones sensoriales. Con estos datos publicó la primera tabla de baremos, donde podían comparar sus resultados los posteriores visitantes del laboratorio (DuBois, 1970). La mayoría de los instrumentos que se utilizaban en su laboratorio antropométrico fueron creados por él mismo, y algunos siguen vigentes aún en la actualidad, como es el caso de la barra de Galton para la discriminación visual de la longitud y la serie de pesos graduados para medir la discriminación cinestésica. Dio especial importancia a la discriminación sensorial, pues pensaba que ésta servía para evaluar la capacidad intelectual. Así, en las múltiples evaluaciones realizadas encontró que los idiotas tendían a presentar deficiencias en la capacidad de discriminación de la temperatura y del dolor (Anastasi, 1988). Como se ha dicho anteriormente, Galton estaba influido por las ideas de su primo Darwin, influencia que queda plasmada en su primera obra Hereditary genius [La herencia de la genialidad] publicada en 1869. Diez años después, y coincidiendo con el año en que Wundt inauguraba el primer laboratorio de Psicología, Galton publica dos artículos sobre psicometría titulados «Psychometric experiments» y «Psychometric facts». En 1883 publica su obra más importante Inquiries into human fa- culty and its development [Investigaciones sobre la facultad humana y su desarrollo], que con el transcurso del tiempo se convertiría en un clásico de la evaluación psicológica. Las aportaciones más relevantes de Galton podrían resumirse en los siguientes puntos (Pelechano, 1988): a. Interés por hacer un análisis cuantitativo de las características y diferencias humanas. En este aspecto se notaba una influencia del matemático Quetelet, quien en el año 1846 ya había demostrado cómo ciertos indicadores antropométricos seguían una distribución gaussiana. Por tanto, Galton defendía que las diferencias individuales se podían explicar de forma adecuada si seconcebían como continuos cuantitativos que seguían la distribución de la curva de Gauss. b. Interés por la recopilación empírica y sistemática de la información. Esto se demuestra en su infatigable labor en el laboratorio antropométrico del South Kensington Museum de Londres, donde llegó a recopilar datos correspondientes a 9 377 personas que eran evaluadas en un número considerable de pruebas (tiempo de reacción, medidas físicas, respuestas a escalas de calificación...). c. Aplicación de la estadística para interpretar la información. Además de utilizar algunas medidas de tendencia central, Galton introdujo el índice de correlación (de hecho, en el año 1888 llegó a publicar un artículo sobre «Corelations and their measurement, chiefly from antropometric data») que posteriormente sería completado por Pearson, dando lugar al coeficiente de correlación y sobre el cual se asentaría el modelo correlacional. d. Interés por el estudio de las diferencias individuales. Siguiendo la teoría evolucionista, Galton entendía las diferencias individuales como resultado de mecanismos y procesos hereditarios. Para demostrar esto utilizó el estudio de los árboles genealógicos y las correlaciones de pruebas MÓDULO 0515- EVOLUCIÓN HISTÓRICA DE LA EVALUACIÓN PSICOLÓGICA 8 UNIDAD I. ANTECEDENTES HISTÓRICOS DE LA EVALUACIÓN CONDUCTUAL psicológicas entre padres e hijos. Por medio de esta metodología pudo llegar a plantear la ley de regresión a la media. Galton se vio obligado a plantear esta ley para poder explicar algunos datos tales como que padres muy inteligentes tendían a tener hijos menos inteligentes, mientras que padres poco inteligentes tendían a tener hijos más inteligentes. El pensamiento de Galton y un buen resumen de su obra pueden verse en el libro Herencia y eugenesia, en el que se recoge una recopilación de textos procedentes de diversas obras suyas. La contribución de Cattell James McKeen Cattell (1861-1934) fue un psicólogo estadounidense con una sólida formación adquirida en Europa. Su tesis doctoral trató sobre las diferencias individuales en el tiempo de reacción y fue realizada en el laboratorio de Wundt (Leipzig). Posteriormente, trabajó con Galton en el laboratorio antropométrico del South Kensington Museum de Londres. En 1888 fue nombrado profesor de psicología en la Universidad de Pensilvania. Dos años después publica en la revista Mind un artículo titulado «Mental tests and measurements», el cual marca un hito en la historia de la evaluación psicológica, puesto que es la primera vez que se utiliza el término "test" en la literatura psicológica (McReynolds, 1986) y en él se describían los tests que se aplicaban anualmente a los estudiantes universitarios con la intención de evaluar su nivel intelectual. Posteriormente se trasladó a la Universidad de Columbia, donde creó la primera batería de pruebas de evaluación psicológica. En poco tiempo la metodología y el procedimiento para elaborar los tests se hicieron muy populares. En la última década del siglo xIx los tests se aplicaban, en Estados Unidos, a todo tipo de sujetos (escolares, estudiantes universitarios, adultos...). Sin embargo, la fulgurante trayectoria de Cattell se detiene, al menos parcialmente, ante las críticas planteadas por Wissler y Sharp. El primero, que había sido discípulo de Cattell, presentó un detallado estudio en el que analizaba los resultados de Cattell, demostrando la poca validez alcanzada por los tests. En concreto, demostró que los coeficientes de correlación entre los tests psicológicos y las calificaciones escolares eran relativamente bajos. Lo mismo ocurría cuando se contrastaban distintos tests que supuestamente evaluaban lo mismo. Por otra parte, Sharp demostró la baja fiabilidad y el poco valor predictivo que tenían los tests de Cattell (Pelechano, 1988). Estas críticas unidas al hecho de que Cattell sigue vinculado a procedimientos de laboratorio y a la evaluación de procesos psicológicos básicos hace que destaque la figura de Binet (Silva, 1982). La contribución de Binet Binet (1857-1911) era un licenciado en leyes y doctor en ciencias naturales que entró en la psicología de la "mano" de Ribot, el gran promotor de la psicología experimental en Francia. Ribot entendía que el progreso de la psicología estaba en los métodos experimentales (aunque no era un investigador), no en vano fue el fundador del primer laboratorio de psicología en la Universidad de la Sorbona, en el año 1889. Este laboratorio estuvo dirigido por Bonin hasta 1895, a partir de entonces la dirección pasa a Binet (Yakunin, 1985). En el año 1895, Binet funda L'Année Psychologique, la primera revista francesa de psicología. En esta revista publica un artículo, «La psychologie individuelle», en el que presenta las bases para una nueva aproximación a la evaluación de la inteligencia. Binet compartía con Galton el interés por la evaluación de las diferencias individuales, pero rechazaba la idea de que la inteligencia humana podía evaluarse por medio de los procesos sensoriomotores. En su artículo, Binet y Henri defienden que la inteligencia debe evaluarse según el rendimiento de los sujetos en diversas tareas que impliquen una variedad de procesos mentales complejos (McReynolds, 1986). Binet y Henri comenzaron evaluando procesos como la memoria, la atención, la imaginación, la comprensión, la sensibilidad artística y moral, la sugestibilidad, la fuerza de voluntad y la habilidad motora. Binet incluye como características de la conducta inteligente el tomar y mantener una dirección definida, el adaptarse para alcanzar un fin y la autocrítica (Cronbach, 1990). La gran oportunidad de Binet llega cuando es nombrado por el Ministerio de Educación francés miembro de la comisión que se encargaría de buscar una solución para los niños deficientes que habían entrado en la escuela pública como consecuencia de la puesta en vigor de la enseñanza obligatoria en Francia. En respuesta a esta petición, Binet, en colaboración con Simon, desarrolla una escala que contiene 30 MÓDULO 0515- EVOLUCIÓN HISTÓRICA DE LA EVALUACIÓN PSICOLÓGICA 9 UNIDAD I. ANTECEDENTES HISTÓRICOS DE LA EVALUACIÓN CONDUCTUAL problemas con grado de dificultad creciente. Para calcular el nivel de dificultad se aplicó la escala a 50 niños normales con edades comprendidas entre 3 y 11 años y a algunos con retraso mental. El contenido de los ítems cubría gran variedad de funciones, aunque predominaban los problemas relativos a comprensión y razonamiento. La prueba resultante que se conoce como la escala de 1905 fue considerada como un instrumento de evaluación provisional (Anastasi, 1988). Como señala Pichot (1994, p. 120) «por primera vez se había salido de la era de las experiencias de laboratorio para entrar en la vida concre ta» . Binet y Simon siguen trabajando en esta escala, y en 1908 presentan una segunda versión en la que se habían adaptado series de ítems para grupos de edad. La edad mental se establecía según la edad correspondiente a la serie más elevada resuelta totalmente. Puesto que cada serie, que se corresponde con una edad mental determinada, consta de cinco problemas, se añadía a la edad base (la de la serie correctamente realizada en su totalidad) 1/5 de año por cada test bien resuelto perteneciente a series superiores. La edad mental obtenida se ponía en relación con la edad cronológica, viendo de esta forma si el niño seguía una evolución normal, retrasada o adelantada. En 1911, se presenta una tercera versión de la escala, se aumentó el número de ítemsen algunos niveles y se extendió a la edad adulta. Sin embargo, la versión más difundida fue la realizada por Terman en la Universidad de Stanford, conocida como la Escala de Stanford-Binet. En ésta se utiliza por pri- mera vez el término de «cociente intelectual» (CI), como razón resultante de dividir la edad mental por la edad cronológica. Posteriormente, aparecieron otras versiones, pero resulta de especial interés la realizada por Kuhlmann en 1912 (Escala Kublmann-Binet) que extendió la escala por su parte inferior hasta la edad de tres meses, siendo revisada posteriormente en 1937 y 1960'. Terman efectúa otras dos revisiones y, finalmente, Thorndike realiza la última hasta la fecha, en 1986 (Rogers, 1995). Sin embargo, estas escalas no estaban exentas de problemas. Así, mientras Galton postulaba la medida de una inteligencia innata o biológica, Binet defiende la evaluación de una inteligencia de origen social (Luján, 1991). Pronto el movimiento eugenísta toma como instrumento el test de Binet y Símon identificando la inteligencia innata con la social. Pelechano (1988) señala que la lógica utilizada por Binet en la construcción e interpretación de la escala era correcta, pero vista desde una óptica actual tenía algunos problemas importantes: a. No se demostró que las conductas muestreadas fuesen representativas de lo que se pretendía evaluar (la capacidad intelectual). b. La muestra utilizada para la tipificación de las puntuaciones no era representativa de la población a la que luego se aplicaba. c. La utilización de la edad cronológica como variable criterio para graduar la edad mental, haciendo así implícito que cada doce meses se produce un cambio en la capacidad intelectual. d. El modelo acumulativo según el cual cada problema resuelto equivale a un período de edad mental no fue demostrado. e. El supuesto de que la distribución de las puntuaciones es igual en cada grupo de edad no es correcto. f. Se supone que todos los niños tienen un desarrollo normativo, es decir, igual al del grupo de referencia. Por otra parte, el tipo de problemas que se planteaba estaba íntimamente relacionado con los contenidos académicos, por lo que la escala era buena predictora del rendimiento académico, que no es lo mismo que capacidad intelectual. A pesar de los problemas metodológicos que se detectan en las escalas de Binet, éste debe ser considerado como el gran propulsor de la evaluación psicológica. Su actividad ha sido realmente la de un evaluador y su influencia ha estado vigente du- rante varias décadas. Una buena muestra de ello fue la cantidad de investigadores que se interesó por la evaluación de la inteligencia durante las dos primeras décadas del siglo XX. La producción en este campo era tan abundante como diversificada. Por ello, en 1921 los directores del Journal of Educational Psychology organizaron un congreso bajo el título La inteligencia y su medida e invitaron a distintas autoridades en la materia (Terman, Thorndike, Peterson, Thurstone, Woodrow, Pinter, Colvin, Henmon...) para tratar sobre la naturaleza de la inteligencia (Sternberg, 1986). El resultado fue decepcionante; había casi tantas concepciones de inteligencia como expertos que opinaban sobre el tema. El desconcierto era tal que Binet llegó a pronunciar la famosa frase «inteligencia es lo que miden los tests». Sin embargo, el congreso sirvió para establecer un cierto acuerdo acerca del camino a seguir en la futura investigación de la inteligencia (Marrero y cols., 1989). MÓDULO 0515- EVOLUCIÓN HISTÓRICA DE LA EVALUACIÓN PSICOLÓGICA 10 UNIDAD I. ANTECEDENTES HISTÓRICOS DE LA EVALUACIÓN CONDUCTUAL Desde entonces, han pasado más de setenta años y aún no se ha llegado a un acuerdo unánime acerca de lo que es la inteligencia y de cómo debe evaluarse (Eysenck, 1991). AAPPOORRTTAACCIIOONNEESS DDEE OOTTRROOSS AAUUTTOORREESS Cuando Cattell abandonó la Universidad de Pensilvania su lugar fue ocupado por Witmer (1867-1956) quien, al igual que el anterior, estaba interesado en el estudio de las diferencias individuales. Sin embargo, su principal interés se centraba en la aplicación práctica de los conocimientos psicológicos. En el año 1896, Witmer funda la primera clínica psicológica (de hecho suele considerarse esta fecha como el nacimiento de la psicología clínica, aunque por ello no debe interpretarse que Witmer fue el primer psicólogo clínico). El tipo de trabajo que se realiza en esta clínica se recoge en los primeros números de la revista The Psychological Clinic, fundada en 1906 y dirigida por Witmer. La mayoría de los casos que se trataba procedía del ámbito escolar. En los primeros años, no disponía de pruebas específicas de evaluación por lo que su diagnóstico se basaba fundamentalmente en la entrevista. Posteriormente, cuando aparecen los tests, adopta alguno de ellos e incluso crea el Witmer formboard y el Witmer cylinders, que fueron utilizados durante varios años en su clí- nica. Se centraba en la evaluación de conductas específicas de los sujetos con vistas al tratamiento de dichas conductas. Por ello, se le ha considerado como un antecesor de la evaluación conductual (McReynolds, 1986). Witmer fue un autor con una influencia limitada en la evaluación psicológica. Sin embargo, su gran mérito fue tratar de aplicar la psicología a los problemas que se plantean en la vida real. Por otra parte, su clínica psicológica sirvió como modelo a otras muchas que se fundaron posteriormente. Spearman (1863-1945) supone otro paso importante en la constitución de la evaluación psicológica por haber aplicado los métodos correlacionales a la investigación de la inteligencia. En el año 1904 publicó un importante artículo titulado «General intelligence, objectively determined and measured», donde se sientan las bases de la teoría psicométrica. Fue el primer autor que se interesó en buscar una explicación a la baja correlación que se obtenía entre distintos tests de inteligencia y en plantear la necesidad de utilizar pruebas paralelas para su evaluación. La gran aportación de Spearman no sólo fue metodológica, sino que además fue el autor de la primera gran teoría de la inteligencia, denominada teoría de los dos factores (un factor general y unos factores específicos). Según dicha teoría, la capacidad representada en el factor general (factor g) está relacionada con todas las tareas intelectuales, mientras que las capacidades representadas en los factores específicos se relacionan con tareas sencillas. Para explicar la naturaleza del factor g Spearman propuso dos teorías. En la primera, se decía que el factor g estaba relacionado con el nivel de energía cerebral que las personas pueden utilizar para resolver problemas intelectuales; la segunda considera que las diferencias en el factor g pueden explicarse según las diferencias individuales en la capacidad de las personas para utilizar tres principios cualitativos de cognición: aprehensión de la experiencia, deducción de relaciones y deducción de correlaciones (Sternberg, 1986; Marrero y cols., 1989). En la década de los años treinta este esquema bifactorial será sustituido por un modelo multifactorial representado por Thurstone. Por último, Freud (1856-1939) plantea un enfoque diagnóstico basado en las técnicas de asociación y en la utilización del simbolismo. En 1909 sus conferencias en la Clark University of New York propiciarán la difusión del psicoanálisis en Estados Unidos (Ávila, 1992b), dando lugar al diagnóstico dinámico que se desarrollará a partir de la década de los años treinta con el uso de las técnicas proyectivas. LLAA RREEPPEERRCCUUSSIIÓÓNN DDEE LLAA PPRRIIMMEERRAA YY DDEE LLAA SSEEGGUUNNDDAA GGUUEERRRRAA MMUUNNDDIIAALL Existeun cierto acuerdo entre los diferentes autores en considerar las dos contiendas mundiales como hechos determinantes en la evolución de la evaluación psicológica, enmarcándose entre esos dos momentos históricos lo que Silva (1982) denomina la "época clásica" del diagnóstico psicológico; así, según este autor, tanto la línea psicométrica como la proyectiva y la clínica de la actual evaluación psicológica viven aún de los grandes hitos de esta época: los grandes tests de inteligencia, los primeros cuestionarios de intereses y los primeros tests proyectivos. Durante las dos primeras décadas del siglo xx, la evaluación psicológica se vio enriquecida por un gran número de investigaciones, artículos y manuales sobre el tema, como puede verse de forma MÓDULO 0515- EVOLUCIÓN HISTÓRICA DE LA EVALUACIÓN PSICOLÓGICA 11 UNIDAD I. ANTECEDENTES HISTÓRICOS DE LA EVALUACIÓN CONDUCTUAL detallada en McReynolds (1986). El desarrollo alcanzado por la evaluación psicológica hasta entonces es interpretado por Silva (1982) en función de tres aspectos importantes: a. La construcción y perfeccionamiento de las pruebas de Binet-Simon y las posteriores aportaciones de Goddard (traductor de las escalas de Binet-Simon al inglés en 1910), Stern (introductor del concepto cociente mental) y Terman (autor de la versión de la escala Stanford-Binet de 1916 e introductor del concepto cociente intelectual). b. La importancia que adquiere la educación (fundamentalmente a raíz de la entrada en vigor de las leyes que regulan la educación obligatoria en varios países) lleva consigo un interés creciente de la evaluación psicológica en el ámbito educativo. c. La gran aportación metodológica de Pearson y Spearman que sientan los fundamentos de una teoría psicométrica, vigente aún en la actualidad. Por otra parte, la teoría de la inteligencia propuesta por Spearman generó diversas líneas de investigación acerca de la naturaleza de la inteligencia y de los instrumentos para evaluarla. Con el comienzo de la primera guerra mundial, la industria generada en torno a la guerra afecta también a la psicología, y más concretamente a la evaluación psicológica. Así, la American Psychological Association (APA) nombró un comité que se encargaría de estudiar la posible ayuda que podría ofertar la psicología. Era quizás una buena oportunidad para demostrar a la sociedad que la psicología podía tener una importante vertiente aplicada. El comité estaba dirigido por Robert Yerkes y contaba con miembros tan relevantes como Terman, Woodworth y Otis, entre otros. Pronto se vio la necesidad de seleccionar a más de un millón de soldados, para lo cual era imprescindible disponer de pruebas colectivas que permitiesen clasificar a los soldados según su nivel intelectual y sus aptitudes para desempeñar uno u otro tipo de servicio. Dado que la mayoría de los tests existentes era de aplicación individual, fue necesario recurrir a todo tipo de tests que se pudiesen aplicar de forma colectiva. Arthur Otis puso a disposición del Ejército una serie de tests que estaba ela- borando, pero que aún no había llegado a publicar. En cierto modo podría decirse que la situación era similar a la que se le había planteado unos años antes a Binet, aunque había dos diferencias muy claras: el equipo de Yerkes tenía que seleccionar sujetos adultos de una población general (piénsese que la mayoría de las pruebas estaba elaborada para niños y estudiantes universitarios) y además la selección debería hacerse "contra reloj". Se necesitaban pruebas de dificultad progresiva, con respuestas cortas, corrección rápida y objetiva, con diferentes formas (para evitar el aprendizaje) y de aplicación colectiva. Las pruebas construidas para evaluar el nivel intelectual fueron conocidas como el Army alpha test y el Army beta test. La primera se aplicaba a la población general (instruida) y constaba de las siguientes subpruebas: cumplir órdenes, problemas aritméticos, sinónimos y antónimos, juicios prácticos, analogías, información y gramática. Cada subprueba tenía una dificultad creciente y debía responderse en un tiempo limitado. La segunda prueba estaba pensada para personas analfabetas o personas que no hablaban inglés; por tanto, en ésta no se incluían contenidos verbales, sino que constaba de laberintos, series, cubos, puzzles, construcciones geométricas, cifras, símbolos y números. Por supuesto, el tiempo para responder también era limitado. Para evaluar la sintomatología neurótica se utilizó el Woodworth personal data sheet, un inventario de personalidad elaborado por Woodworth y que llegó a aplicarse a más de un millón y medio de personas. La influencia de todo este proceso ha tenido gran importancia en el desarrollo de la evaluación psicológica en diversos aspectos, que intentaremos sintetizar en los siguientes puntos: a. El primero, y quizás el más importante, ha sido considerar la figura del psicólogo como un profesional cualificado que puede resolver problemas de la vida real. b. El perfeccionamiento de la metodología de la construcción de tests y la formación de un gran banco de datos (más de un millón y medio de sujetos) de la población general. c. El tipo de evaluación realizada en el ejército se adaptó a campos como el industrial (selección y evaluación de personal) y el clínico. d. La consolidación de la aplicación de tests con la consiguiente connotación del "psicólogo pasador de tests". MÓDULO 0515- EVOLUCIÓN HISTÓRICA DE LA EVALUACIÓN PSICOLÓGICA 12 UNIDAD I. ANTECEDENTES HISTÓRICOS DE LA EVALUACIÓN CONDUCTUAL La evaluación psicológica del período entre las dos guerras mundiales es caracterizada por Silva (1982) como de «creciente expansión» y «creciente disociación». La «creciente expansión» se refiere a la universalización de la evaluación psicológica y su generalización a otros ámbitos (distintos del militar) y la especialización de la evaluación en áreas tan diversas como inteligencia, aptitudes, motricidad, intereses, conducta social, personalidad, etc. La «creciente disociación» hace referencia a que, por un lado, se produce un espectacular crecimiento del modelo psicométrico y, por otro, surge también con gran fuerza una evaluación clínica, principalmente de tipo proyectivo, y que no acepta los avances técnicos y metodológicos del modelo psicométrico. Esta evaluación de corte clínico no surge al azar después de la primera gue- rra mundial. Por un lado, los instrumentos de evaluación clínica no tenían ninguna utilidad en las tareas de selección y colocación requeridas por el ejército estadounidense, pero sí se convierten en necesarios después de la guerra para la reinserción de sujetos a la sociedad. La difusión de las técnicas proyectivas tiene su inicio en la publicación por parte de Rorschach en 1921 de Psychodiagnostik, aunque no conviene olvidar que Jung ya había presentado en 1904 la prueba de asociación libre de palabras. Los antecedentes del test de Rorschach pueden remontarse a la antigua idea griega de que la interacción de una persona con una entidad ambigua facilita información para el conocimiento de la primera. Según Álvarez (1972), en sus versiones más primigenias, el test de Rorschach es tan antiguo como el hombre de Cro-Magnon, cuando interpretaba las "manchas" de aquellos refugios rupestres. En el Renacimiento, Leonardo da Vinci aconsejaba a sus discípulos que ejercitaran su imaginación contemplando los desconchones o las figuras que la humedad dibujaba en las paredes. También puede relacionarse con una costumbre arraigada en algunasregiones de Alemania que consistía en tirar una gota de plomo fundido en un recipiente de agua fría e interpretar la forma resultante al solidificarse. Según la tradición, cuando la interpretación se realizaba en la noche de San Silvestre podía averiguarse el futuro de la persona que arrojaba el plomo fundido. Pero sin duda, el antecedente más claro es la técnica denominada klebsografía (desarrollada por Klebs) que consiste en echar unas gotas de tinta sobre un papel que posteriormente se dobla por la mitad, interpretándose las manchas resultantes. A finales del siglo XIX, Binet comienza a utilizar las manchas de tinta para estudiar la capacidad de imaginación visual. Algunos años después, Herman Rorschach utiliza esta técnica para el diagnóstico de la personalidad y de los trastornos psíquicos. De la totalidad de láminas utilizadas selecciona diez con el fin de publicar su método, lo cual no consiguió hasta dos años después, gracias a la mediación de Morgenthaler, que además sugirió a Rorschach que cambiase su título original, «Método y resultados de un experimento diagnóstico basado en la percepción e interpretación de formas causales» por el de «Psicodiagnóstico». En un principio, el libro tuvo muy poca aceptación. Las críticas fueron pocas y en general desfavorables, lo cual le produjo una decepción considerable. Rorschach murió sin saber la popularidad que llegaría a tener la técnica que había creado (Serrate, 1980). En los años siguientes la evaluación dinámica irrumpe con fuerza, fundamentalmente en la psicología de la personalidad, y la técnica de Rorschach se convierte en una de las pruebas más conocidas y utilizadas (Goldstein y Hersen, 1990b). Una encuesta realizada por Lubin, Larsen y Matarazzo (1984) entre psicólogos clínicos estadounidenses sitúa al Rorschach en el cuarto lugar entre los tests más usados, detrás del Wechsler adults inteligente scale (WAIS), Minnesota multiphasic personality inventory (MMP1) y el Test gestáltico de Bender. Pocos años después, Murray publica en 1935 el Test de apercepción temática (TAT) como una alternativa a la técnica de Rorschach por su subjetivismo y falta de fiabilidad y validez. Otra fecha relevante es la de 1939 cuando Frank propone el término "método proyectivo" para aludir a estas pruebas, caracterizándolas por un material con una estructura mínima y en las que el sujeto "estructura" el material proyectando en esta estructuración su modo personal de ordenar la realidad. De forma paralela a este desarrollo de técnicas proyectivas se siguen produciendo avances en el área psicométrica manifestados por un refinamiento de las técnicas factoriales. Así, Thurstone publica en 1935 Vectors of the mind y en 1938 Primary mental abilities, en donde la inteligencia adquiere una naturaleza multivariable (Rogers, 1995). En 1939 se publica la Wechsler-Bellevue intelligence scale, la primera escala de Wechsler para adultos, con algunas diferencias con respecto a la Stanford-Binet: cada subtest incluía ítems para cada grupo de edad, hacía menos énfasis en la velocidad de respuesta y contenía bastantes componentes no verbales (Rogers, 1995). Otras publicaciones relevantes de esta época son el Inventario de intereses vocacionales de MÓDULO 0515- EVOLUCIÓN HISTÓRICA DE LA EVALUACIÓN PSICOLÓGICA 13 UNIDAD I. ANTECEDENTES HISTÓRICOS DE LA EVALUACIÓN CONDUCTUAL Strong en 1927 y el Test gestáltico de Bender en 1938. La coexistencia de estos dos polos (clínico-proyectivo e intelectual-psicométrico), aparentemente opuestos, ha conducido, tal como plantea Pelechano (1988), a una cierta hibridación; así, la evaluación picométrica intenta ir más allá de una simple puntuación y, al mismo tiempo, hay un intento de objetivización y cuantificación de las técnicas proyectivas. Sin embargo, a pesar de los esfuerzos realizados para aumentar la fiabilidad de las técnicas proyectivas [véase, por ejemplo, Exner (1990)], las críticas que recibieron fueron contundentes. Ante esta situación, Silva (1982, 1985) plantea tres posibles opciones: seguir utilizando estas técnicas basándose en una aproximación proyectivodinámica, haciendo caso omiso de las críticas científicas; prescindir de ellas; o mantenerlas, sustituyendo las interpretaciones psicodinámicas por otras propias de enfoques interpretativos diferentes. A pesar de que la opción más adecuada es la última (Martorell, 1988), las más frecuentemente seleccionadas son las primeras. En la década de los años treinta comienza una época de discusiones teóricas en la psicología soviética —entiéndase el término como genérico, y no como la psicología de una determinada escuela. En 1930 comienza la "discusión reactológica"; la reactología había sido propuesta pocos años antes por Kornilov y en ella se trataba de integrar la reflexología de Béjteriev y la psicología de la conciencia. Posteriormente, en 1932, se amplía la discusión a la teoría del desarrollo cultural de las funciones psíquicas superiores (desarrollada por Vigotski). Las discusiones sobre la reflexología, la reactología y la teoría del desarrollo cultural llevan a una intervención del gobierno. En palabras de Rubinstein (1981, p. 103) «sólo la resolución del Comité Central del PC de la U.S. del 4 de julio de 1936 desenmascaró algunas teorías sumamente perjudiciales y reaccionarias, las cuales inhibían con sus falsas frases seudomarxistas el desarrollo de la psicología, disgregándola por medio de conceptos acientíficos. Dicha resolución eliminó al mismo tiempo varios impedimentos externos de organización en el trabajo de la investigación psicológica de la URSS». En esta resolución se prohibía la construcción y utilización de los tests en la Unión Soviética (tal como estaba constituida hasta 1991). A partir de dicha resolución la evaluación psicológica en la Unión Soviética se centra en la elaboración de procedimientos experimentales de evaluación de procesos básicos (memoria, percepción, atención...) y complejos (pensamiento, comprensión, abstracción...). La producción, tanto teórica como experimental, se incrementa de forma considerable. Se crean varios centros de investigación y/o docencia en psicología: el Instituto Estatal de Psicología de Moscú, la Cátedra de Psicología del Instituto Pedagógico Estatal (Leningrado), un Departamento de Psicología en el Instituto Béjteriev de Investigación Cerebral, y otros en Georgia y Ucrania. Fruto de ello, cabe resaltar los trabajos de Blonskii (sobre la memoria), Teplov (sobre las facultades o aptitudes), Kravkov (sobre psicofisiología), etc. Por otra parte, se potenció la evaluación neuropsicológica, como quedó patente en los numerosos y excelentes trabajos de Luria. Tal como había sucedido con la primera guerra mundial, la segunda guerra mundial también tiene como consecuencia un gran incremento en la construcción y aplicación de tests. Para la selección del personal militar, en Estados Unidos se desarrolló el Army general classification test (que incluía subpruebas de lectura, vocabulario, razonamiento aritmético, cálculo aritmético y relaciones espaciales), una prueba de aplicación colectiva —por razones obvias— y que fue aplicada a más de nueve millones de personas durante la guerra. Además, se elaboraron otras pruebas más específicas para la selección de oficiales y de cuerpos técnicos del Ejército. Mientras tanto, el ejército británico había optado por la utilización de pruebas de inteligencia general (que evaluaban el factor g) con contenidos no verbales. Dos de las pruebas que se emplearon están vigentes en la actualidad: las Matrices progresivas de Raven y el Test de los dominós de Anstey. En definitiva, podría decirse que la segunda guerra mundial supuso la aplicación de tests más numerosa que se ha hecho hastala actualidad. Se estima que en 1944, en los países aliados, se pasaron unos sesenta millones de tests a unos veinte millones de personas (Pelechano, 1988). Al comienzo de los años cuarenta, Hathaway y Mckinley presentaron el Minnesota multiphasic personality inventory (MMPI), construido según el modelo psicométrico, y que constituye una de las mayores aportaciones en el ámbito de la evaluación de la personalidad y de la evaluación clínica (Goldstein y Hersen, 1990b). El auge que tuvo esta prueba fue enorme, y todavía en la actualidad continúa siendo uno de los instrumentos más utilizados en la práctica clínica (Lubin y cols., 1984; Keller, Butcher y Slutske, 1990). Para elaborar las escalas que se incluyen en el MMPI se seleccionaron aquellos ítems que maximizaban MÓDULO 0515- EVOLUCIÓN HISTÓRICA DE LA EVALUACIÓN PSICOLÓGICA 14 UNIDAD I. ANTECEDENTES HISTÓRICOS DE LA EVALUACIÓN CONDUCTUAL las diferencias entre los sujetos con clara sintomatología psicopatológica y sujetos "normales". A modo de resumen, se puede apuntar que esta etapa coincidente con las guerras mundiales supone un desarrollo de la evaluación de la personalidad, al mismo tiempo que se sigue desarrollando la evaluación de la inteligencia a través de escalas individuales como las de Terman y las de Wechsler y el refinamiento de la evaluación colectiva gracias a las técnicas factoriales. En este período surge también, tal como se comentó, la polémica entre la evaluación proyectíva y la psícométrica que llevará a incongruencias, que se siguen manteniendo todavía en la actualidad, tales como el empleo simultáneo del MMPI, el Rorschach y las escalas de Wechsler. Período de crisis de la evaluación psicológica Al finalizar la segunda guerra mundial, en Europa comienza un período de reconstrucción a todos los niveles, pero con una preferencia en los sectores económico y laboral. En este contexto, la psicología queda relegada a un segundo plano en espera de una mejor situación económica, produciéndose así un incremento en la emigración —que había comenzado antes de la guerra— de importantes psicólogos europeos a Estados Unidos (Titchener, Münsterberg, Levin...). Sin duda, ésta fue una causa adicional que contribuyó a un mayor desarrollo de la psicología en Estados Unidos a partir de la posguerra. Estados Unidos al final de la guerra se encuentra con el problema de la integración de los soldados a la vida civil. La "desarrollada" evaluación psicológica especializada en selección de grandes masas ya no tenía tanta utilidad. Ahora era necesaria una psicología orientada a la evaluación individual y a la rehabilitación. Por otra parte, la polémica, en un principio académica, sobre genetistas y ambientalistas pasa a ser un tema de debate social. A esto se unía una crítica, cada vez mayor, hacia el uso indiscriminado de todo tipo de tests, tal como ilustra Cronbach (1972, p. 36): un psicólogo que hubiese inventado un test se limitaba a imprimir copias para su uso general y a través, generalmente, de una empresa que vendía aparatos a los laboratorios de psicología. Cuando la demanda de tests creció después de la primera guerra mundial, algunas firmas se especializaron en la publicación de tests, incluyendo las especializadas en tests escolares... Cada institución, universidad, empresa, o cualquier otra, planificaba y financiaba su propio programa. Cada cual adaptaba un test según su propia elección. Y en este sentido, reinaba una absoluta libertad. La utilización de tests llega a ser tan frecuente que el propio Cronbach se sorprende de que, sólo treinta meses después de haberse aplicado el primer test colectivo para población escolar, éste se había administrado a más de cuatro millones de niños en Estados Unidos. Por su parte, Holtzman (1971) estima que en los colegios estadounidenses se aplican anualmente más de 250 millones de tests. La psicología soviética durante estos años no sólo se había consolidado, sino que además había afinado sus críticas hacia los tests. Algunas de estas críticas se resumen en los siguientes puntos (Rubinstein, 1981): a. Si dos personas resuelven o no un mismo test, el significado psicológico de este hecho no es único, puesto que un mismo resultado puede ser motivado por procesos psíquicos diferentes. Por tanto, el que un test haya sido resuelto o no, no determina la naturaleza interna del acto psíquico correspondiente. b. Según el método de los tests, la evaluación de la personalidad se deriva tan sólo de la evaluación estadística de los datos externos que se han obtenido por el individuo en respuesta a determinadas cuestiones. Por tanto, este método sólo se basa en un enfoque mecánico, que parte de la conducta y se orienta hacia la personalidad. Se intenta establecer la evaluación de la personalidad que se va desarrollando sólo con una prueba, sin tener en cuenta el desarrollo del individuo y la influencia de la educación. c. El error se acentúa si se quiere establecer un pronóstico, partiendo para ello del supuesto de que el nivel que se ha calculado por medio de dicho test en un determinado grado de desarrollo caracterizará también en el futuro a la persona evaluada. Según esto, se admite una trascendente predeterminación de toda ulterior evolución de un ser humano bajo las condiciones que se han dado y, consciente o inconscientemente, se niega la posibilidad de transformación del hombre: del adulto por la interacción social y del niño por medio de la educación. d. Cuando a dos personas de distinto desarrollo y en condiciones diferentes se les formula el mismo test estándar y, según sus respectivas MÓDULO 0515- EVOLUCIÓN HISTÓRICA DE LA EVALUACIÓN PSICOLÓGICA 15 UNIDAD I. ANTECEDENTES HISTÓRICOS DE LA EVALUACIÓN CONDUCTUAL soluciones, quieren obtenerse conclusiones sobre su inteligencia, se comete evidentemente un error, pues no se tiene en cuenta que los resultados dependen de las condiciones de evolución o desarrollo. Dos estudiantes o dos trabajadores pueden resolver los tests de diferente manera, porque uno de los estudiantes está menos preparado y uno de los trabajadores menos versado que los otros. Pero por medio de la enseñanza los unos pueden superar a los otros. e. El hecho de que determinados tests puedan ser resueltos por el 75% de los niños de un intervalo de edad y de un determinado ambiente escolar no es razón para considerarlo como criterio mediante el cual se pueda establecer la inteligencia o el desarrollo intelectual de los niños que fueron educados en condiciones muy distintas. Postular tal conclusión equivaldría a no considerar que los resultados del test dependen de las condiciones de evolución del ser humano concreto. f Otro inconveniente es el hecho de que se emplean escalas estandarizadas y se intenta clasificar a los individuos por medio de pruebas en las cuales no se tienen en cuenta las diferencias individuales. g. También debe resaltarse el contenido casuista y a menudo provocador de estas pruebas, las cuales, por lo general, no consideran la preparación específica del sujeto en la evaluación. Al formular problemas que no están ligados con la enseñanza se cree, equivocadamente, poder obtener conclusiones sobre la capacidad de aprendizaje del sujeto. Todos estos factores contribuyeron a una crisis que Maloney y Ward (1976) describieron como un período de exacerbado pragmatismo empirista y con tendencia a las fórmulas y recetarios de evaluación a modo de "libros de cocina". Al igual que Cronbach (1972), estos autores también hablan del abuso y uso indiscriminadoque se ha hecho de los tests, así como de su mala interpretación y/o desconocimiento del significado de los mismos. Silva (1982) describe esta situación como una «crisis externa», de cara a la sociedad, pero, además, este autor habla de una «crisis interna», centrada en las garantías científicas y aspectos psicométricos. La eficacia predictiva de los instrumentos psicométricos queda en entredicho en una revisión de Ghiselli en 1955; por su parte, Edwards en 1957 habla de la influencia de la deseabilidad social en los cuestionarios de personalidad. Durante este período las críticas iban dirigidas tanto a las pruebas psicométricas como a las técnicas proyectivas y al diagnóstico psiquiátrico. Así, los tests de inteligencia eran acusados de tener escasa utilidad de cara a la intervención psicológica, algunas de las escalas del MMPI como las de depresión y esquizofrenia estaban contaminadas por otras categorías diagnósticas, etc. Tanto el Rorschach como el TAT fueron objeto de múltiples estudios con el fin de analizar su objetividad y los diferentes tipos de fiabilidad y validez, los cuales en general mostraron resultados negativos. Por su parte, el diagnóstico psiquiátrico fue fuertemente criticado por la falta de fiabilidad y validez, y por sustentarse en el mo- delo médico de enfermedad, considerando la conducta anormal como un síntoma de enfermedad y etiquetando a la persona según un sistema nosológíco. Las críticas llegaron incluso a la efectividad de la psicoterapia, surgiendo así una nueva área de la evaluación psicológica, la evaluación de las intervenciones. Un buen ejemplo de ello es la publicación en 1952 de The effects of psychoterapy: An evaluation por parte de Eysenck. Sin embargo, toda crisis tiene sus aspectos innovadores y positivos; así, en este contexto aparecen numerosas publicaciones, consideradas clásicas actualmente, referentes a aspectos psicométricos. En 1950 Gulliksen publica The theory of mental test con el fin de sistematizar los procedimientos de validación de los tests; en 1955 aparece el trabajo de Cronbach y Meehl Construct validity in psychological tests; y en 1958 se publica la primera edición de Psychological testing de Anastasi. El esfuerzo por un acercamiento más individualizado a la evaluación psicológica hace que surjan durante la década de los años cincuenta diferentes pruebas vigentes todavía en la actualidad: la Prueba de clasificación Q de Stephenson, el Diferencial semántico de Osgood y las Técnicas de rejilla de Kelly (Silva, 1982). Asimismo, esta década va a suponer también el desarrollo de la evaluación factorial de la personalidad. En Gran Bretaña, Eysenck comienza a elaborar y desarrollar sus cuestionarios de factores básicos de personalidad; mientras, en Estados Unidos, Cattell publica su cuestionario de dieciséis factores. Otro hito importante en esta época es la publicación por parte de Meehl en 1954 del libro Clinical versus statistical prediction. A theoretical analysis anda review of the evidence, en donde se critican abiertamente las técnicas proyectivas, en especial su baja objetividad, su poca fiabilidad test-retest y su baja validez predictiva, presentándose como alternativa científica el MMPI; además, como manifiesta Pelechano (1988), la falta de una teoría en la que sustentarse lleva a identificar estas técnicas con las teorías psicoanalíticas. Sin embargo, estas críticas no influyeron en absoluto en su empleo; así, Sundberg (1961) comunica que entre los tests más MÓDULO 0515- EVOLUCIÓN HISTÓRICA DE LA EVALUACIÓN PSICOLÓGICA 16 UNIDAD I. ANTECEDENTES HISTÓRICOS DE LA EVALUACIÓN CONDUCTUAL utilizados por psicólogos clínicos en el año 1959 se encontraba en primer lugar el Rorschach y en segundo el TAT. Holtzman relata su experiencia cuando fue contratado por las Fuerzas Aéreas de Estados Unidos, con la finalidad de comprobar la eficacia del test de Rorschach en la selección de pilotos: …no se trataba exactamente de la puesta a prueba de la utilidad del Rorschach en la evaluación clínica de los pacientes, o cualquiera que sufra un trastorno emocional o mental. Era más bien un intento por comprobar algo que muchos de los defensores del Rorschach proclamaban, en aquel tiempo, que era capaz de hacer. Durante e inmediatamente después de la segunda guerra mundial algunos de los pioneros del Rorschach, como Klopfer entre otros, dijeron que podían utilizar el test para predecir el éxito en las Fuerzas Aéreas. Y así se utilizaba, por ejemplo, para decidir entre dos candidatos a piloto de guerra [...]. El experimento era la adecuada puesta a prueba de esas particulares exageraciones. El Rorschach había sido propuesto para la selección de pilotos; para comprobar su eficacia fui contratado por las Fuerzas Aéreas a tiempo completo. En el estudio colaboraron 20 clínicos, expertos en Rorschach, muy conocidos, repartidos por todo Estados Unidos. Se les proporcionaron protocolos seleccionados al azar, pidiéndoles que diferenciaran los candidatos que habían tenido éxito de aquellos que no. No fueron capaces de hacerlo. Este estudio tuvo una gran importancia en su momento porque supuso la caída del Rorschach en los círculos académicos [...]. Lo que me resultó más sorprendente es que ninguno de los clínicos, a pesar de sus declaraciones, fuera capaz de superar el mero azar [...] y eso es muy pobre [Holtzman, 1989, pp. 108-109]. Es importante resaltar que Holtzman fue uno de los primeros en realizar estudios sobre la fiabilidad y validez del Rorschach y que cuando le contrataron para evaluar la eficacia de este test se encontraba en pleno auge la polémica iniciada por Meehl sobre predicción estadística frente a predicción clínica, siendo Holtzman, en aquel momento, un defensor de esta última. En 1988, la Society of Personality Assessment le concedió el galardón Distinguished Contribution Award por sus importantes contribuciones a la evaluación de la personalidad. En un esfuerzo por mejorar la calidad de los instrumentos de evaluación psicológica, la APA crea un comité dirigido por Cronbach encargado de elaborar el informe Technical recommendations for psychological tests and diagnostic aids 2 de 1954 en donde se plantea la necesidad de que los tests vayan acompañados de un manual con información acerca de la interpretación de los resultados, validez, fiabilidad, administración, etc. (Rogers, 1995). Sin embargo, todos estos esfuerzos son estériles y la crisis externa de la evaluación psicológica alcanza su punto culminante en el movimiento antitests que tuvo lugar en Estados Unidos en la década de los años cincuenta y, sobre todo, los sesenta. La polémica fue iniciada entre defensores de posturas genéticas y ambientalistas, utilizando ambos los resultados de los tests de inteligencia para defender sus posiciones. La realidad era que, a pesar de que los primeros psicómetras utilizaron los tests con la intención de que todas las personas tuviesen igualdad de oportunidades en función únicamente de su capacidad, estos procedimientos de evaluación terminaron favoreciendo a las clases dominantes y privilegiadas. Pronto esta discusión pasó de los círculos científicos a la vida ciudadana. Así, se producen hechos tan notables como la quema de protocolos en una escuela de Texas en 1959, la prohibición del uso de pruebas psicológicas en el estado de California y en las escuelas de Nueva York. Los tests de personalidad fueron blanco también de fuertes críticas; se manifiesta un descontento por la utilización de estos tests en la industria, e incluso se habla de invasión de la privacidad (Rogers, 1995). En opinión de Blanco (1986b), esta revuelta antitests fue fruto de cuatro factores diferentes: las limitaciones reales tanto técnicas (déficit conceptuales,
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