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Elaborado por: Colaboradores: Dr. Jesús Ignacio Carrillo H. Dra. Ana Cecilia Milanés, Brs. Andrea V. Rivero, María Laura Rivas, Andrea Rodríguez S, Eliana Rodríguez O. UNIVERSIDAD DE CARABOBO Facultad de Ciencias de la Salud Escuela de Salud Pública y Desarrollo Social Departamento de Salud Mental Escuela de Medicina Práctica Médica Valencia, 2017 Elaborado por: Colaboradores: Dr. Jesús Ignacio Carrillo H. Dra. Ana Cecilia Milanés, Andrea V. Rivero, María Laura Rivas, Andrea Rodríguez Sanna, Eliana Rodríguez O. 1 EXPLORACIÓN DEL SISTEMA NERVIOSO Para facilitar el inicio del aprendizaje elemental de la exploración neurológica, podemos decir que el mismo comprende: 1. El interrogatorio o anamnesis 2. El examen físico, que a su vez se divide en: a) General: conciencia, facies, actitud, marcha. b) Especial: nervios craneanos, sistema motor, sistema sensorial, reflejos, lenguaje, praxia, entre otros. 3. Exámenes de laboratorio o especiales, p.ej. del líquido cefalorraquídeo 4. Exámenes radiológicos (tomografías, resonancias) 5. Exámenes eléctricos (electroencefalograma, electromiografía) Debemos recordar que un buen interrogatorio debe ser completo y detallista, evitando realizar preguntas que influyan a ser respondidas de manera afirmativa. En lo referente a los antecedentes personales tener presente si son niños, adolescentes o adultos. En los dos primeros tiene interés verificar cómo fue el parto, p. ej. si hubo sufrimiento fetal; su desarrollo psicomotriz en el primer año de vida, enfermedades infectocontagiosas, conducta durante la escolaridad (rendimiento escolar), hábitos (sueño), uso y abuso de sustancias o medicamentos, traumatismos, entre otros. Para efectos prácticos, de fácil comprensión y de estudio, seguiremos el siguiente orden de los elementos a ser evaluados: Podemos definir la conciencia como el “conocimiento del yo y del medio que lo rodea” (cfr. Cossio). La evaluación se inicia desde el momento en que vemos por primera vez al paciente y observamos si está despierto, atento, aspecto e higiene personal, cooperación y todo lo relacionado a su conducta y porte, que puede ser natural o fingida. La conciencia puede presentar varios tipos o grados de alteración. Así tenemos los siguientes niveles: a. Vigil: paciente despierto y lúcido. b. Somnolencia: presenta respuestas lentas y tendencia a la distracción. Puede haber desorientación en tiempo y espacio. c. Confusión: desorientación temporoespacial, falsos reconocimientos, delirio confusional o alucinaciones. Paciente ansioso, aterrorizado o agresivo. d. Estupor: paciente en aparente estado de inconsciencia que despierta durante pocos segundos cuando se aplican estímulos dolorosos, la respuesta al estímulo suele ser poco elaborada (abrir los ojos o mover la extremidad). e. Obnubilación: paciente somnoliento y poco atento con compromiso de la orientación personal y disminución de respuesta a estímulos externos, indiferente o ansioso. f. Coma (ver glosario Introducción a la Práctica Clínica) 1. CONCIENCIA Y EXAMEN MENTAL Elaborado por: Colaboradores: Dr. Jesús Ignacio Carrillo H. Dra. Ana Cecilia Milanés, Andrea V. Rivero, María Laura Rivas, Andrea Rodríguez Sanna, Eliana Rodríguez O. 2 Área a evaluar Puntaje RESPUESTA VERBAL Orientado y conversa Desorientado y conversa Palabras incoherentes Sonidos incomprensibles Sin respuesta 5 4 3 2 1 APERTURA OCULAR Espontánea Por indicación verbal Ante estímulo doloroso Sin respuesta 4 3 2 1 RESPUESTA MOTORA Por indicación verbal Localiza estímulo doloroso Retirada en flexión Postura de decorticación (flexión) Postura de descerebración (extensión) Sin respuesta 6 5 4 3 2 1 TOTAL 3 a 15 puntos Valores según resultado de la Escala de Glasgow: Normal: 15 puntos Grave: < 9 puntos. Coma profundo: < o igual a 3 puntos. Hay algunos rasgos fisonómicos que son característicos de ciertas afecciones neurológicas, los cuales ayudan mucho al momento de realizar un diagnóstico. Podemos mencionar los siguientes: a) Facies parkinsoniana o “cara de jugador de póker”: inexpresividad característica, mirada fija y escaso parpadeo. b) Facies de la parálisis facial periférica: hay asimetría facial, borramiento del surco nasogeniano del lado afectado, desviación de la comisura labial hacia el lado sano. c) Facies de la hemorragia cerebral: hay abultamiento de la mejilla del lado paralizado, dando aspecto de “fumador de pipa” nombre que también se usa para denominar la facies. DATO: la profundidad del coma va desde el paciente que no responde al llamado pero sí a estímulos externos, hasta aquel que pierde la capacidad de regular sus signos vitales. La Escala de Glasgow (ver siguiente cuadro) se usa para evaluar a pacientes en coma, con traumatismos y/o con alteraciones del estado de conciencia. 2. FACIES Elaborado por: Colaboradores: Dr. Jesús Ignacio Carrillo H. Dra. Ana Cecilia Milanés, Andrea V. Rivero, María Laura Rivas, Andrea Rodríguez Sanna, Eliana Rodríguez O. 3 d) Facies del tétanos o “risa sardónica”: se le llama así porque la parte superior de la cara presenta un aspecto doloroso; en cambio, las comisuras labiales están retraídas con la boca entreabierta simulando una risa fija. Corresponde al acto y manera de caminar. Involucra al SNC, el periférico y al sistema musculoesquelético. Para evaluar la marcha se procede a observar cómo el paciente: Se incorpora si está sentado o acostado Se mantiene de pie tanto con los ojos cerrados como abiertos Marcha hacia adelante y hacia atrás con los ojos abiertos y cerrados Marcha en punta de pie y apoyando los talones En general, se observa la posición y base de sustentación, el equilibrio, movimiento de las piernas y si hay braceo. Entre algunas de sus alteraciones relacionadas con el SN tenemos: Marcha Parkinsoniana (bradicinética): marcha rígida y corta con tropiezos, aceleración brusca y disminución del braceo. Marcha atáxica: se observa cuando hay lesiones del cerebelo, aparato vestibular y cordones posteriores de la médula espinal, por lo que existen tres variedades: tabética, cerebelosa (en zigzag) y vestibular. Marcha parética, equina o estepaje (steppage): hay una flexión exagerada de cadera y rodilla con una caída brusca de antepié sobre el piso debido a la paresia. Marcha espástica: por lesión de la neurona motora central. Puede ser unilateral (hemiplejía) o bilateral (paraplejía). En la primera se produce un movimiento circular (circunducción) de la pierna afectada que combina flexión, abducción y aducción. En la bilateral, los pasos son pequeños y de poca amplitud con los pies en aducción.Es la posición que puede adoptar un paciente debido a alguna enfermedad. Pueden ser: decúbito, erecta o sentado. Mencionaremos algunos ejemplos clásicos: Gatillo de fusil: característico de los síndromes meníngeos, el paciente en decúbito lateral con extensión del cuello y flexión de los muslos sobre la pelvis y piernas sobre los muslos. En el Parkinson: la cabeza y el tronco inclinado hacia adelante, los antebrazos en flexión y pronación, y las rodillas semiflexionadas. Opistótonos: hay hiperextensión de la cabeza con extensión del tronco, formando un arco con concavidad posterior. Característico del tétanos. En la hemiplejía: decúbito obligado con lado del cuerpo paralizado hundido. El miembro superior pegado al tronco, el antebrazo flexionado y el miembro inferior extendido con leve rotación interna del pie. En la ataxia: las piernas están más separadas de lo habitual y el cuerpo está oscilante. Actitud antálgica: posición espontánea que adopta el enfermo para atenuar el dolor de una parte del cuerpo. 3. MARCHA 4. ACTITUD Elaborado por: Colaboradores: Dr. Jesús Ignacio Carrillo H. Dra. Ana Cecilia Milanés, Andrea V. Rivero, María Laura Rivas, Andrea Rodríguez Sanna, Eliana Rodríguez O. 4 La valoración de los pares craneales, debe realizarse de manera ordenada. No es competencia de la materia, el describir las maniobras semiológicas para la misma. Sin embargo, si debemos señalar que ellos componen el Sistema Nervioso Periférico, son doce pares y sus principales funciones son las siguientes: Nº Nervio craneano Función I Olfatorio Olfato II Óptico Visión III Oculomotor Constricción pupilar, apertura de los ojos y la mayoría de los movimientos extraoculares. IV Troclear Mirada hacia abajo y hacia adentro VI Abducens Desviación lateral de los ojos V Trigémino Motor: músculos temporales y maseteros (masticación y movimientos laterales de la mandíbula). Sensorial: sensibilidad de la cara (rama oftálmica, maxilar y mandibular). VII Facial Motor: movimientos de la cara (frente, orbiculares, peribucales). Sensorial: sensibilidad gustativa de los 2/3 anteriores de la lengua (sabor salado, dulce, amargo y ácido). VIII Auditivo Audición (rama coclear) y equilibrio (rama vestibular). IX Glosofaríngeo Motor: faringe Sensorial: sensibilidad gustativa del tercio posterior de la lengua (sabor salado, dulce, amargo y ácido), sensibilidad de la faringe, de la porción posterior del tímpano y del conducto auditivo externo. X Vago Motor: velo del paladar, faringe y laringe Sensorial: faringe y laringe XI Accesorio espinal Motor: músculo esternocleidomastoideo y porción superior del músculo trapecio. XII Hipogloso Motor: lengua El examen de la motilidad comprende la valoración del trofismo, del tono muscular y de la motilidad activa voluntaria (fuerza muscular) e involuntaria (reflejos y actividad automática asociada). Veamos algunas características de cada una de ellas: A. TROFISMO MUSCULAR El tamaño (nutrición, desarrollo) muscular puede presentar las siguientes variables: hipotrofia, hipertrofia, atrofia y contractura muscular. Se debe observar el volumen de las masas, forma, relieves; ya que se pueden presentar fenómenos de denervación que conllevan a una atrofia muscular (pérdida del volumen muscular) o fasciculaciones (contracciones breves, irregulares y visibles de un fascículo). La contractura muscular se debe a músculos sometidos a acortamientos prolongados, semanas o meses, con limitación del estiramiento de los mismos y acompañada por dolor. 5. NERVIOS CRANEALES 6. EL SISTEMA MOTOR Elaborado por: Colaboradores: Dr. Jesús Ignacio Carrillo H. Dra. Ana Cecilia Milanés, Andrea V. Rivero, María Laura Rivas, Andrea Rodríguez Sanna, Eliana Rodríguez O. 5 B. TONO MUSCULAR Es la resistencia que ofrece el músculo a su estiramiento pasivo. Se explora mediante el movimiento de flexo-extensión de las articulaciones (codos, muñecas, rodillas y tobillos) y se percibe como una semicontracción muscular ligera y sostenida, siempre llevando un orden. Lo podemos evaluar así: 1) Inspección: se aprecia de manera indirecta por medio de los relieves y formas musculares. Estarán aumentados y definidos en la hipertonía, poco marcados y aplanados en la hipotonía. 2) Palpación: se aprecia la consistencia de los músculos, firme y dura cuando el tono está aumentado, blanda con el tono disminuido y elástica en el músculo normal. 3) Se complementan con el examen de motilidad pasiva y las pruebas de pasividad Dentro de las alteraciones del tono muscular, mencionaremos: a. Hipotonía: resistencia disminuida. Característico de miopatías, lesiones cerebelosas, extrapiramidales y desuso. b. Hipertonía: aumento de la resistencia. Según sus características puede ser: Espasticidad (piramidal): la resistencia es inicial y cede luego de los primeros movimientos, no afecta cuello y cara, predomina en segmentos distales. Produce el “signo de la navaja”. Rigidez (extrapiramidal): la resistencia se produce desde el inicio y durante toda la exploración, predominantemente proximal. El “signo de la rueda dentada” es característico del parkinsonismo. C. FUERZA MUSCULAR Consta de la capacidad que tiene la persona de realizar movimientos que se le piden. Se explora al solicitarle al paciente que efectúe determinados movimientos mientras se le opone resistencia y que mantenga una posición contra la fuerza de gravedad. Se examinan los distintos grupos musculares siguiendo un orden, generalmente de distal a proximal. Para evaluar la fuerza muscular se exploran la fuerza global y la segmentaria. La evaluación de la fuerza global se realiza con las llamadas Maniobras de pequeña paresia o claudicación piramidal: Maniobras de Barré y de Mingazzini (a ser estudiados en Semiología). La fuerza muscular la podemos cuantificar de acuerdo con la escala propuesta por el Medical Research Council británico: Escala de fuerza muscular 0 Sin contracción muscular visible 1 Inicio de la contracción sin movimiento 2 El movimiento no vence la fuerza de gravedad 3 El movimiento vence la fuerza de gravedad 4 Movimiento débil contra resistencia u oposición 5 Fuerza normal Dentro de las principales alteraciones de la fuerza muscular tenemos: a. Miopatía: debilidad simétrica de la musculatura proximal (alteración de los músculos). b. Polineuropatía: debilidad simétrica distal (alteración de nervios periféricos). c. Paresia d. Plejía o Parálisis Elaborado por: Colaboradores: Dr. Jesús Ignacio Carrillo H. Dra. Ana Cecilia Milanés, Andrea V. Rivero, María Laura Rivas, Andrea Rodríguez Sanna, Eliana Rodríguez O. 6 e. Fatigabilidad: los movimientos iniciales se efectúan con fuerza normal pero su repetición causa disminución rápida de la fuerza. D. LOS REFLEJOS (Motilidad Activa Involuntaria) Los reflejos son respuestas motoras involuntarias, bruscas e inmediatas a un estímulo sensitivo de diferente calidad. Para que se produzca un reflejo deben intervenirtres neuronas: una receptora, una eferente y una neurona central. Los reflejos se dividen en osteotendinosos o profundos y cutaneomucosos o superficiales. 1) Osteotendinosos (ROT) o profundos Para su evaluación, se deben tener en cuenta los siguientes elementos generales: El paciente debe estar relajado mientras se aplica el estímulo con un martillo de reflejos. La extremidad se coloca en una posición en la que el músculo a estimular quede ligeramente estirado. El golpe se aplica de forma precisa y enérgica sobre el tendón. Se observa fácilmente la contracción, su velocidad e intensidad; la relación entre la fuerza del estímulo aplicado y la respuesta obtenida, y la velocidad de relajación del músculo. Por último, se compara con la extremidad contralateral. Los reflejos más estudiados son los siguientes: Reflejo bicipital: con el brazo del paciente semiflexionado, se percute el tendón del bíceps. Respuesta esperada: contracción del bíceps y flexión del antebrazo. Reflejo tricipital: se flexiona el brazo del paciente en el codo y se tracciona hacia el pecho. Se golpea el tendón por encima del codo y se observa la contracción muscular y extensión del antebrazo. Reflejo rotuliano: con la rodilla en semiflexión mientras la extremidad cuelga, se percute el tendón del cuádriceps. Respuesta: breve extensión de la pierna. Reflejo aquiliano: estando el paciente en decúbito dorsal o de rodillas sobre una silla, se coloca el pie en dorsiflexión ligera y se percute el tendón de Aquiles. La respuesta es flexión parcial del pie. NOTA: a las paresias y plejías agregaremos un sufijo según el número de miembros que afecten: 1 miembro: monoparesia/monoplejía. Mitad simétrica del cuerpo: hemiparesia/hemiplejía. Ambos miembros superiores: diparesia o diplejía. Ambos miembros inferiores: paraparesia/paraplejía. 4 miembros: cuadriparesia/cuadriplejía. Elaborado por: Colaboradores: Dr. Jesús Ignacio Carrillo H. Dra. Ana Cecilia Milanés, Andrea V. Rivero, María Laura Rivas, Andrea Rodríguez Sanna, Eliana Rodríguez O. 7 Escala de reflejos según su intensidad 0 Ausencia de reflejos 1 Reflejos disminuidos 2 Normales 3 Reflejos aumentados 4 Hiperreflexia Las alteraciones de los reflejos profundos son: a. Hiperreflexia: amplitud e intensidad excesiva del reflejo, indica lesión de vía piramidal. La hiperreflexia del reflejo maseterino indica lesión de puente (protuberancia). b. Hiporreflexia: reducción del reflejo que puede ser por lesiones del SN o atrofia muscular. c. Arreflexia: la arreflexia del reflejo aquiliano es característica del hipotiroidismo y pacientes mayores de 60 años. 2) Reflejos cutáneo-mucosos o superficiales Con relación a los reflejos superficiales, solo mencionaremos los siguientes: Cutáneos abdominales: se obtienen estimulando la piel con un objeto romo, desde el borde lateral hacia el centro. La respuesta es contracción ligera y superficial de la musculatura abdominal. Reflejo plantar: el estímulo se aplica con un objeto romo desde el talón hacia arriba por el borde lateral de la planta del pie y luego el arco plantar hasta la base de hallux. La respuesta normal es flexión plantar de los dedos. En lesiones piramidales aparece el Signo de Babinski, donde al rascar el borde lateral de la planta del pie, se extiende el primer dedo y los demás se abren como abanico. Dicha manifestación es fisiológica durante los primeros 6 meses de vida por ser un reflejo primitivo o arcaico. E. COORDINACIÓN DE LOS MOVIMIENTOS (TAXIA) La coordinación de los movimientos musculares requiere que cuatro áreas del sistema nervioso funcionen en forma integrada: El sistema motor, para la fuerza muscular. El cerebelo, para los movimientos rítmicos y la postura. El sistema vestibular, para el equilibrio y la coordinación. El sistema sensorial, para captar las posiciones. Entre las pruebas que se efectúan para evaluar estas áreas, destacan las siguientes: Prueba índice-nariz y prueba talón-rodilla: se le solicita al paciente que con el dedo índice de una mano toque su nariz y luego el dedo del examinador, repetidas veces. Con las piernas el movimiento consiste en tocarse una rodilla con el talón de la otra pierna y luego deslizar el talón desde la rodilla hasta el tobillo. Se repiten varias veces. En lesiones del cerebelo hay presencia de dismetría, una alteración de la coordinación donde el movimiento no es preciso o tiene ajustes en la trayectoria. Elaborado por: Colaboradores: Dr. Jesús Ignacio Carrillo H. Dra. Ana Cecilia Milanés, Andrea V. Rivero, María Laura Rivas, Andrea Rodríguez Sanna, Eliana Rodríguez O. 8 F. MOVIMIENTOS INVOLUNTARIOS Pueden presentarse temblores, tics, fasciculaciones, movimientos atetósicos, corea, distonías, etc. Muchos de ellos dependen de lesiones de los núcleos basales del cerebro. Existen varios tipos de temblores: a. Temblor: movimiento involuntario, oscilatorio y rítmico en ciertas partes del cuerpo. El temblor durante el reposo es característico del Parkinson mientras que el temblor que se produce cuando se intenta realizar una actividad suele tener origen cerebeloso. b. Corea: movimientos bruscos, breves, rápidos, irregulares y desordenados, que afectan principalmente extremidades y cara. Desaparecen durante el sueño. Característico de la enfermedad de Huntington. c. Mioclonías: contracciones bruscas, rápidas e involuntarias de un solo segmento corporal o partes de éste (porción de un músculo), tienen su origen en el SNC. d. Tics: movimientos rápidos, repetitivos y estereotipados en intervalos irregulares que abarcan determinados grupos musculares. Se pueden detener voluntariamente pero la necesidad de realizarlos es irresistible. Son ejemplos: parpadear, muecas, encogida de hombros. e. Disquinesias o discinesias: movimientos repetitivos, bizarros, algo rítmicos, que frecuentemente afectan la cara, boca, lengua y mandíbula; se producen gestos, movimientos de labios, protrusión de la lengua, apertura y cierre de los ojos, y desviaciones de la mandíbula. f. Distonías: son contracciones musculares sostenidas que generan posturas anormales y movimientos repetitivos de torsión. El tronco encorvado y los miembros flexionados característicos del Parkinson se conocen como “distonía flexora del Parkinson”. Para evaluar el sistema sensorial se examinan los distintos tipos de sensaciones: Sensibilidad superficial: dolor, temperatura y tacto ligero o protopático. Sensibilidad profunda: presión (barestesia), vibración (palestesia), posición (batiestesia) y tacto discriminativo o epicrítico, y la sensibilidad dolorosa profunda. Para su evaluación, se deben emitir órdenes claras, precisas y sencillas al paciente. Este debe tener los ojos cerrados mientras se aplican estímulos (de igual o similar intensidad) en diferentes áreas del cuerpo y se comparan ambos lados. Los estímulos dolorosos se investigan con un objeto punzante, estéril, que no transmita infecciones; mientras que los diferentes tipos de tacto se evalúan con objetos suaves. La sensibilidad dolorosa profunda se explora mediante una compresión más o menos fuerte de músculos o tendones, los cuales en condiciones normales son poco sensibles. Conviene mencionar además, la estereognosia que consiste enla capacidad de reconocer por palpación un objeto anteriormente conocido; la misma involucra la sensibilidad superficial y profunda. Y la grafestesia en la cual el paciente reconoce, con los ojos cerrados, números o letras dibujados con un objeto romo sobre su piel. 7. SISTEMA SENSORIAL Elaborado por: Colaboradores: Dr. Jesús Ignacio Carrillo H. Dra. Ana Cecilia Milanés, Andrea V. Rivero, María Laura Rivas, Andrea Rodríguez Sanna, Eliana Rodríguez O. 9 Las principales alteraciones de la sensibilidad son: a. Analgesia o anodinia b. Hipoalgesia o hipoestesia dolorosa: disminución de la sensibilidad al dolor. c. Hiperalgesia o hiperestesia dolorosa: aumento de la sensibilidad al dolor. d. Disestesia: es la producción de una sensación poco placentera o desagradable, por un estímulo que no debería serlo. e. Alodinia: se perciben como dolorosos estímulos que no lo son. f. Hiperpatía: percepción exagerada de un estímulo doloroso, suele ser mal ubicado y persistir aún en ausencia del estímulo. g. Astereognosia: falla en el reconocimiento palpatorio de objetos h. Agrafestesia: pérdida o disminución de la grafestesia Existen otras áreas, pruebas, técnicas, alteraciones que son valoradas y se hallan en el marco de la exploración del Sistema Nervioso (SN), las cuales no se mencionan en esta guía, ya que las mismas son competencias de asignaturas posteriores. Sin embargo para finalizar, se hace interesante realizar unos breves comentarios (generalidades) sobre síndrome y signos meníngeos, los cuales servirán de ayuda para sucesivos conocimientos. El síndrome meníngeo (SM) involucra la existencia de un trastorno irritativo de las meninges y de las partes de tejido nervioso contiguas a las mismas. Se puede entender como originado por tres acontecimientos como son: manifestaciones dependientes de la irritación de las estructuras del SN o de su compresión alteraciones del líquido cefalorraquídeo síndrome de hipertensión endocraneana de intensidad variable Entre las causas más comunes del SM tenemos las siguientes: a) Inflamatorias: bacterianas, virales, micóticas, parasitarias b) No inflamatorias: hemorrágicas (sangrados por HTA, ruptura de aneurismas, traumatismos) y neoplásicas. Las dos manifestaciones clínicas mas importantes de un SM son la cefalea y las contracturas musculares (rigidez de nuca). Esta última frecuente en las meningitis bacterianas, poniéndose en evidencia al pedir al paciente que se toque el pecho con el mentón, maniobra que no puede realizar sin recurrir a la apertura de la boca (signo de Lewinson). Al intentar flexionar o extender la cabeza se producirá dolor. Además, están presentes dos signos significativos de irritación o inflamación de las meninges como lo son el signo de Brudzinski y el signo de Kernig. a. Signo de Brudzinski: al flexionar la cabeza con un poco de energía, se observa una flexión de las caderas y rodillas. En condiciones normales no debería ocurrir. b. Signo de Kernig: al levantar ambas piernas estiradas, tienden a flexionarse a nivel de las caderas y rodillas, o al flexionar una pierna a nivel de la cadera y de la rodilla y luego estirarla, existe resistencia o dolor. Elaborado por: Colaboradores: Dr. Jesús Ignacio Carrillo H. Dra. Ana Cecilia Milanés, Andrea V. Rivero, María Laura Rivas, Andrea Rodríguez Sanna, Eliana Rodríguez O. 10 Signo de “ojos de mapache” Otros signos que pudiesen estar presentes son: Vómitos de tipo cerebral Convulsiones Posición en gatillo de fusil: paciente en decúbito lateral con flexión de miembros inferiores sobre el tronco por contractura muscular. Fiebre Otros datos que se deben evaluar en pacientes con compromiso profundo de conciencia: Fijarse que tenga su vía aérea despejada, que esté respirando y que no esté en shock o en paro cardíaco. Se evalúa el compromiso de conciencia. El aliento podría señalar intoxicación etílica, encefalopatía portal (fétor hepático) o insuficiencia renal (fétor urémico). La presencia de heridas recientes en los bordes de la lengua podría señalar convulsiones epilépticas. La observación de las pupilas es muy importante. Por ejemplo, una anisocoria puede ser una manifestación de un enclavamiento de la masa encefálica por hipertensión endocraneana. En traumatismos o fractura de base de cráneo, se pueden observar: Signo de “ojos de mapache”: es representado por una equimosis periorbitaria usualmente bilateral, que es causada por fractura del piso anterior de la base del cráneo. Signo de Battle: equimosis retroauricular, localizada usualmente en el lado donde se encuentra la fractura. Originado por fractura a nivel del piso medio de la base del cráneo, específicamente por fractura de la porción petrosa del esfenoides. Signo de Battle Elaborado por: Colaboradores: Dr. Jesús Ignacio Carrillo H. Dra. Ana Cecilia Milanés, Andrea V. Rivero, María Laura Rivas, Andrea Rodríguez Sanna, Eliana Rodríguez O. 11 Cuando la función del tronco del encéfalo está intacta, se tienden a mantener los reflejos oculocefálicos (ojos de muñeca), que consisten en que cuando el examinador hace girar la cabeza del paciente hacia uno y otro lado, manteniéndole sus ojos abiertos, los mismos se mantienen en la posición que tenían, es decir, compensa el movimiento cefálico. En contraposición, cuando hay lesión del tronco del encéfalo los ojos se mantienen fijos durante la maniobra, hay ausencia de movimientos oculares. También pueden aparecer respuestas estereotipadas en forma espontánea o frente a estímulos externos, como las siguientes: Rigidez de descerebración: se observa en lesiones del diencéfalo, mesencéfalo o protuberancia, pero también en trastornos metabólicos como hipoxia e hipoglicemia severa. Rigidez de decorticación: se observa en lesiones de tractos corticoespinales en sitios cercanos a los hemisferios cerebrales. BIBLIOGRAFÍA Argente H, Álvarez M. Semiología médica: fisiopatología, semiotecnia y propedeútica. 2da edición. Editorial Panamericana. Buenos Aires, 2013. Caraballo, A. Chalbaud, Z. Gabaldón, F. Manual de exploración clínica 3era edición. Consejo de Publicaciones de la Universidad de los Andes. Venezuela, 2004. Cossio P, Fustinoni O & Rospide P. Semiología Medica Fisiopatológica. Edimed-Ediciones médicas SRL Argentina, 2012 García-Porrero, J. Hurlé, J. Anatomía Humana. McGraw-Hill Interamericana. Madrid, 2005. Snell, R. Neuroanotomía clínica. 7ma edición revisada. Wolters Kluwer Health. Barcelona, 2014.