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Propiedades mecánicas del músculo cardíaco Dr. Fernando D. Saraví El músculo cardíaco pertenece, junto con el músculo esquelético, al tipo de músculo denominado estriado. Al igual que el músculo esquelético, presenta una organización altamente estructurada de sus proteínas contráctiles, y la regulación de la contracción se realiza principalmente por modificaciones en los filamentos finos. Por otra parte, el músculo cardíaco se asemeja al músculo liso en que posee actividad propia y no está bajo el control directo de la voluntad. Las fibras musculares cardíacas constituyen un sincitio funcional, ya que las células individuales están conectadas mecánica y eléctricamente unas con otras (Fig. 1). La interfase entre una célula y otra se denomina disco intercalar y consta de uniones llamadas maculae adherens (manchas adherentes) que permiten el acoplamiento mecánico de las células. En los discos intercalares existen también nexos o uniones comunicantes que establecen continuidad entre el citoplasma de células adyacentes y por tanto la conducción de la excitación eléctrica de una célula a otra. El estudio del comportamiento mecánico del corazón incluye las propiedades mecánicas activas y pasivas de las fibras aisladas, los factores geométricos que influyen en el miocardio intacto, y los determinantes del comportamiento mecánico en condiciones fisiológicas. LA SARCÓMERA Las células musculares cardíacas o cardiomiocitos poseen miofibrillas formadas principalmente por las proteínas contráctiles actina y miosina, además de otras proteínas estructurales y reguladoras. Las miofibrillas están formadas por una sucesión de sarcómeras dispuestas en serie entre sí . Las sarcómeras que se encuentran en los extremos de la fibrilla están ancladas a la membrana plasmática o sarcolema mediante estructuras especializadas llamadas zonulae adherens o “zonitas adherentes”. La sarcómera es la unidad funcional del aparato contráctil (Fig. 2). Sus filamentos gruesos (diámetro 15 nm) están formados por miosina, una proteína filamentosa con una doble cabeza globular que le da aspecto de palo de golf. Las cabezas de miosina poseen actividad de ATPasa. Los filamentos finos (diámetro 5 nm) están formados principalmente por actina filamentosa (F), formada por polimerización de actina G (globular). La contracción se debe a la interacción entre miosina y actina (Fig. 3 A). En el filamento fino, asociadas a la actina, hay proteínas que regulan la contracción. La tropomiosina es una molécula alargada que cubre los sitios de unión de actina para miosina. Para que tal unión ocurra, la tropomiosina debe desplazarse. Esto se produce por acción de otra proteína del Posgrado-00 Sello Mecánica celular cardíaca Dr. Fernando D. Saravi 2 filamento fino, la troponina, que tiene tres subunidades: T, de unión a la tropomiosina; I, inhibitoria, y C, que liga Ca2+. Cuando el Ca2+ se une a la troponina, ésta desplaza a la tropomiosina y la miosina se liga a la actina, produciendo fuerza e hidrolizando ATP (Fig. 3 B). La sarcómera posee asimismo proteínas no contráctiles, de las cuales las más importantes son las titinas, proteínas fibrosas de enorme masa molecular (aprox. 3 MDa) que unen la línea Z con la línea M, e interactúa con la miosina, la actina y otras proteínas (Fig. 4). Las titinas tienen regiones inextensibles y regiones extensibles, y cumplen un papel fundamental en determinar las propiedades elásticas pasivas del músculo cardíaco, además de servir como tutores moleculares que mantienen la estabilidad de los miofilamentos durante la relajación. La “línea” Z es en realidad un disco que está formado principalmente por alfa-actinina y una serie de proteínas asociadas (Fig. 5 y Tabla 1). El disco Z tiene un papel central como anclaje de los miofilamentos y como sensor mecánico de las células cardíacas, capaz de iniciar respuestas agudas y crónicas frente a cambios en la carga que debe afrontar el miocardio. Una red de filamentos intermedios, formada principalmente por desmina, sirve de nexo entre discos Z. En cada contracción, se producen numerosos ciclos de unión de la miosina a la actina, seguidos de un desplazamiento de los filamentos finos debido a un cambio conformacional del ángulo que forma la cabeza de miosina con el eje del filamento grueso. Este fenómeno, llamado “golpe de potencia” (power stroke) es el responsable del desarrollo de fuerza contráctil. En la Fig. 6 se representa de manera más completa un ciclo contráctil. El ciclo contráctil se repite en tanto haya Ca2+ disponible para ligarse a la troponina C y ATP para proveer energía mediante su hidrólisis. Mecánica celular cardíaca Dr. Fernando D. Saravi 3 Tabla 1: Principales proteínas del disco Z Proteína Funciones α-Actinina Principal proteína del disco Z. Establece enlances entre los filamentos de actina. También interactúa con CapZ, titina y nebulette. CapZ Recubre los extremos de los filamentos de actina. Ancla la actina a la α-actinina del disco Z. T-cap (teletonina) Recubre los extremos N-terminales de la titina. Nebulette Se une a α-actinina y actina. Contribuye a estabilizar el disco Z. Obscurina Forma parte de la estructura del disco Z y vincula el disco con el retículo sarcoplásmico unida a la ankirina I. Cifra Interactúa con α-actinina. Liga proteína kinasa C activada al disco Z ALP Aumenta los vínculos de α-actinina y actina, y la resistencia mecánica. Calsarcina Se une a α-actinina y liga la fosfatasa activada por Ca2+, calcineurina. Miopalidina Contribuye a la estructura del disco Z y liga CARP, un factor que subregula la síntesis de troponina C y cadenas livianas de miosina S100 Regula la afinidad de los miofilamentos por Ca2+ e interactúa con los segmentos PEVK de la titina. ACOPLAMIENTO EXCITOCONTRÁCTIL Al igual que el músculo esquelético, la contracción del músculo cardíaco es iniciada por la actividad eléctrica propagada o potencial de acción. La membrana plasmática (sarcolema) de los miocitos ventriculares posee invaginaciones que forman el llamado sistema de túbulos T. Dicho sistema está virtualmente ausente de los miocitos auriculares y de las células nodales y del sistema de conducción (Fig. 7). Los túbulos T cardíacos son mucho mayores que los del músculo esquelético y su superficie comprende casi un tercio de todo el sarcolema. Su diámetro medio es de 200 nm y su contenido es líquido extracelular, continuo con el líquido intersticial, con alta concentración de Na+ y Ca2+. Los túbulos T se disponen en el eje del miocito a intervalos regulares de aprox. 2 μm, próximos a cada línea Z. En cada línea Z hay circunferencialmente un túbulo T cada 1.2 μm. Estos túbulos T dispuestos radialmente también se ramifican y tienen extensiones longitudinales en el espesor de la fibra. Mecánica celular cardíaca Dr. Fernando D. Saravi 4 La membrana de los túbulos T tiene canales de Ca2+, Na+ y K+, intercambiador Na+/Ca2+ (NCX) y Na,K- ATPasa (Fig. 8). En el sarcolema de los miocitos ventriculares, aprox. 75 % de los canales de Ca2+ tipo L (receptores de dihidropiridina = DHPR) se encuentran en los túbulos T. Cuando se propaga un potencial de acción, la membrana de los túbulos también se despolariza por ingreso de iones Na+ y Ca2+. Los canales DHPR son activados por la despolarización y al mismo tiempo contribuyen a prolongar ésta, debido a que permanecen abiertos durante centenas de milisegundos. El Ca2+ que ingresa por los canales DHPR no es suficiente para producir la contracción, pero es indispensable para iniciar la liberación de Ca2+ almacenado en el retículo sarcoplásmico. El fenómeno se conoce como liberación de Ca2+ inducida por Ca2+. El ion que ingresa desde la luz del túbulo T activa a un complejo macromolecular denominado receptor de rianodina (RyR) de la membrana del retículo sarcoplásmico, que también es un canal de Ca2+. El RyR del músculo cardíacoes el llamado RyR 2 (Fig. 9). Merced al ingreso de Ca2+ a través de la membrana de superficie (por canales tipo L) y la liberación desde el retículo (flechas rojas en la Fig, 10), la concentración de Ca2+ en el citosol aumenta cerca de 100 veces, pasando de 0.1 μmol/L a 10 μmol/L. El Ca2+ se liga a la troponina C, e inicia así el proceso contráctil que se describió antes. La relación entre el potencial de acción ventricular (fenómeno eléctrico), el cambio de la concentración de Ca2+ en el citosol y la fuerza desarrollada se ilustra en el recuadro de la Fig. 10. La magnitud de la fuerza desarrollada posee una relación directa con la amplitud y duración del aumento de la concentración de Ca2+ en el citosol. RELAJACIÓN La relajación se produce al reducirse el Ca2+ citosólico (flechas verdes en la Fig. 10): 1. Por salida hacia el líquido extracelular por intercambio Ca2+/Na+ y una ATPasa de Ca2+ y (2) por secuestro del Ca2+ por otra Ca2+- ATPasa de la membrana del retículo sarcoplásmico llamada SERCA (Sarcoplasmic/Endopl asmic Reticulum Calcium ATPase). En el interior del retículo existen proteínas que ligan reversiblemente Ca2+, como la calsecuestrina. Mecánica celular cardíaca Dr. Fernando D. Saravi 5 Otras organelas, como las mitocondrias, pueden también acumular Ca2+, aunque en menor medida. La SERCA es estimulada por la presencia de elevado Ca2+ en el citosol. Además su actividad es regulada por una proteína llamada fosfolambano, presente en la membrana del retículo sarcoplásmico. El fosfolambano se une a la SERCA y reduce su actividad de bombeo de Ca2+ hacia el interior del retículo sarcoplásmico. Cuando el fosfolambano es fosforilado (por ej. , por cAMP o Ca2+-calmodulina), se disocia de la SERCA y se polimeriza, con lo cual aumenta la actividad de la ATPasa y se acelera la relajación (Fig. 11). Dado que tanto la contracción como la relajación miocárdicas son fenómenos activos, ambas son variables importantes. El estado de la capacidad contráctil se denomina inotropismo, y el de la capacidad de relajación se llama lusitropismo. Si bien el lusitropismo y el inotropismo pueden variar de manera independiente, algunos estímulos que aumentan el inotropismo también incrementan concomitantemente el lusitropismo. Tal es el caso de las catecolaminas y de los aumentos de la frecuencia cardíaca. CURVA LONGITUD-FUERZA Como en el músculo esquelético, para la fibra miocárdica puede determinarse la relación entre la longitud y la fuerza desarrollada en reposo (pasiva) y durante la contracción (activa). Esta última no puede medirse directamente, sino que se obtiene como la diferencia entre la fuerza total (activa + pasiva) y la fuerza pasiva, para cada longitud. Las curvas se obtienen en condiciones isométricas, es decir, sin permitir que la fibra varíe su longitud durante el ciclo contráctil (Fig. 12). Fuerza activa. Dentro de ciertos límites relativamente estrechos para la sarcómera aislada, un aumento de la longitud tiende a aumentar la tensión activa desarrollada. Si se sobrepasa cierto límite la tensión activa decae. Tal límite nunca es alcanzado fisiológicamente. El aumento de fuerza activa con la longitud se debe a mayor entrada de Ca2+ y a mayor sensibilidad del aparato contráctil a dicho ion. La mayor sensibilidad se debe, al menos en parte, a un efecto geométrico causado por el estiramiento. Cuando una fibra cilíndrica se estira, su diámetro se reduce. La disminución del diámetro hace que los filamentos contráctiles se aproximen, y por tanto interactúen con mayor eficacia. Como consecuencia, la fuerza contráctil desarrollada para cada aumento de la concentración intracelular de Ca2+ es mayor cuanto mayor sea la longitud inicial de la fibra (dentro de los límites fisiológicos)1. 1 En el músculo esquelético, el aumento de la longitud inicial de las fibras también incrementa la fuerza en una contracción isométrica, pero por otro mecanismo, que se relaciona con la superposición de un mayor número de las cabezas de miosina con los sitios activos de la actina. Este fenómeno no es importante en el músculo cardíaco en el rango fisiológico de longitudes que puede adoptar la sarcómera. Mecánica celular cardíaca Dr. Fernando D. Saravi 6 Fuerza pasiva. Los cardiomiocitos se comportan como elásticos no lineales, con un aumento exponencial de la tensión pasiva ante el estiramiento. La curva muestra dos diferencias importantes comparada con la del músculo esquelético: 1) en el músculo cardíaco existe una tensión pasiva significativa en la longitud óptima de la sarcómera (Lo, longitud a la cual la fuerza activa desarrollada es máxima) y 2) la curva es más empinada, pues las titinas cardíacas son menos distensibles que en el músculo esquelético. En el adulto existen dos formas de titina, debidas a variantes de empalme: La N2B y la N2BA. Esta última es más distensible porque posee regiones flexibles adicionales. Las titinas tienden a estabilizar la longitud de la sarcómera tanto cuando ésta es estirada por encima de su longitud de reposo como cuando se acorta por debajo de ésta (por ej., al final de la sístole). Por tanto, su efecto de resorte tiende a restaurar la longitud de la sarcómera frente a acortamientos y a estiramientos (Fig. 13). CURVA FUERZA-VELOCIDAD La fuerza desarrollada por una fibra es proporcional al número de puentes cruzados que están formados en cada momento: a mayor número de puentes, mayor fuerza. La velocidad con la que se produce el acortamiento depende de la tasa a la cual se forman y disocian los puentes cruzados. Mecánica celular cardíaca Dr. Fernando D. Saravi 7 Cuando se hace contraer el músculo sin que se le permita acortarse la contracción se denomina isométrica (sin cambio en la longitud). Cuando se hace contraer el músculo y se le permite acortarse con fuerza constante la contracción se llama isotónica (con igual fuerza). Si se permite que tanto la fuerza desarrollada como la velocidad de acortamiento varíen durante la contracción, ésta se denomina auxotónica. En el músculo hay una relación recíproca entre la fuerza y la velocidad inicial de acortamiento; cuanto mayor es la fuerza que debe desarrollar el músculo, más lentamente se acorta. Cuando la carga es mínima, la velocidad tiende a un máximo (Vo, Fig. 14. Cuando la velocidad de acortamiento es nula, la fuerza desarrollada corresponde a una contracción isométrica (Fo). Este comportamiento corresponde a una hipérbola descrita por la ecuación de Hill: (Fo – F) b = (F + a). V Los valores que pueden determinarse experimentalmente corresponden al segmento de la curva con trazo grueso en la Fig. 14. La parte de la curva que está en línea de puntos se calcula por extrapolación. REGULACIÓN DE LA FUERZA DE CONTRACCIÓN Las modificaciones de la fuerza contráctil del músculo cardíaco pueden ocurrir básicamente por dos factores, ambos relacionados con el Ca2+: 1) Cambios en la concentración de Ca2+ en el citosol. Mecánica celular cardíaca Dr. Fernando D. Saravi 8 2) Cambios en la sensibilidad de los miofilamentos al Ca2+ A mayor concentración de Ca2+ en el citosol, mayor es la fuerza desarrollada. Sin embargo, la relación no es lineal. La fuerza crece con el logaritmo de la concentración de Ca2+. La variable pCa indicada en la Fig. 15 es el logaritmo de la inversa de la concentración molar de Ca2+ (análoga a la escala de pH, pero aplicada a la concentración de Ca2+). Por ej., pCa = 6 representa una concentración de Ca2+ de 10-6 mol/L. Puede observarse que la fuerza activa es próxima a 0 con pCa de 6, y alcanza el máximo con pCa de 5, que corresponde a 10 μmol/L. Los tres principales modificadores de la fuerza de contracción son la frecuencia cardíaca, la longitud inicial de las fibras y las catecolaminas (noradrenalina y adrenalina) liberadas por el sistemasimpático. Efecto de la frecuencia cardíaca Los cambios en la frecuencia cardíaca se asocian con modificaciones en la magnitud de la entrada de Ca2+ durante el potencial de acción. En general, un aumento de la frecuencia cardíaca tiende a aumentar el ingreso de Ca2+, lo cual aumenta la fuerza de contracción (Fig. 16). Experimentalmente se observa que cuando se parte de una frecuencia muy baja (no fisiológica), el aumento de frecuencia produce una prolongación del tiempo durante el cual ingresa el ión, sin aumento de la concentración máxima (pico); Fig.16 A. Por el contrario, en el rango de frecuencias fisiológicas, se produce un aumento del valor máximo de la concentración de Ca2+ sin mayor modificación de la duración de la corriente (Fig. 16 B). En los paneles inferiores de la misma figura se ilustra cómo dicho aumento incrementa la fuerza de contracción. Efecto de la longitud inicial de las fibras Tanto en el músculo esquelético como en el músculo cardíaco, dentro de ciertos límites el aumento de longitud de las fibras (con el consecuente incremento en la longitud de cada sarcómera) produce un aumento en la fuerza contráctil (Fig. 17). En el músculo esquelético, la principal razón de este fenómeno es que el estiramiento produce una mejor superposición de los filamentos de miosina y actina, que lleva a la formación de un mayor número de puentes cruzados durante la contracción. El músculo cardíaco es mucho menos distensible que el músculo esquelético, de modo que en condiciones fisiológicas la variación de longitud de la sarcómera tiene un rango muy limitado. Consecuentemente, en el miocardio el grado de superposición de los miofilamentos prácticamente no cambia para las diferentes longitudes posibles de la sarcómera. Por tanto, el aumento de la fuerza contráctil Mecánica celular cardíaca Dr. Fernando D. Saravi 9 con el estiramiento debe de tener un mecanismo diferente que en el músculo esquelético. Además, como se indica en la Fig. 17, en el miocardio la dependencia de la longitud varía notablemente con el estado contráctil. En el músculo cardíaco, la mayor fuerza de contracción con el estiramiento se debe a un aumento de la sensibilidad de los miofilamentos al Ca2+. Dado que el volumen de las células cardíacas es constante, cuando aumenta su longitud se reduce su diámetro. Cuando la fibra muscular es estirada, los miofilamentos se acercan unos a otros y esto causa que se forme un mayor número de puentes cruzados, lo cual aumenta la fuerza contráctil. Si experimentalmente (mediante la adición de macromoléculas inertes) se impide que los miofilamentos se aproximen al ser estirada la fibra, no se produce aumento en la fuerza de contracción (Fig. 18). Es probable que la interacción de los miofilamentos con las titinas también contribuya a la mayor fuerza desarrollada con el aumento de longitud, ya sea por estirar los filamentos de miosina o de otra forma favorecer la interacción entre actina y miosina. El aumento de la fuerza contráctil cuando crece la longitud inicial de la fibra es la base de la llamada ley de Starling del corazón (o ley de Franck-Starling). Dicho comportamiento es de importancia crucial para ajustar el volumen que el ventrículo expulsa al volumen que recibe y además para asegurar el acoplamiento funcional entre los dos ventrículos, de modo que si el caudal generado por uno de ellos aumenta, el del otro también aumentará. Efecto de las catecolaminas Las catecolaminas tienen efectos directos e indirectos que aumentan la liberación de Ca2+. El efecto indirecto se debe a que aumentan la frecuencia cardíaca por su acción sobre el marcapaso sinusal. Como se vio antes, el aumento de frecuencia tiende a incrementar la fuerza contráctil. El efecto directo se ejerce sobre las células contráctiles. La noradrenalina liberada por las terminaciones nerviosas simpáticas y la adrenalina liberada al torrente sanguíneo por la médula adrenal actúan sobre receptores β1- adrenérgicos de la Mecánica celular cardíaca Dr. Fernando D. Saravi 10 membrana de las células cardíacas. Estos receptores están acoplados por proteína Gs a la enzima adenilato ciclasa, ligada a la membrana. La activación de la adenilato ciclasa produce un aumento de la síntesis de adenosina monofosfato cíclica (cAMP). El cAMP activa la proteína kinasa A (PKA). La PKA fosforila una serie de proteínas intracelulares, entre ellas el receptor de rianodina y los canales de Ca2+ de la membrana. Esta fosforilación aumenta la concentración de Ca2+ que se alcanza en el citosol durante la contracción, y en consecuencia la fuerza contráctil (Fig. 19). La catecolaminas también aumentan la velocidad de contracción y la tasa de relajación. La relajación es más rápida porque la PKA fosforila el fosfolambano, con lo cual se desinhibe la SERCA y por tanto, el Ca2+ es bombeado con una tasa mayor hacia el retículo endoplásmico. Además, la fosforilación de las titinas por la PKA reduce su oposición al estiramiento, facilitando el lleno diastólico. Estos efectos son importantes pues cuando aumenta la frecuencia cardíaca se acorta la duración del ciclo cardíaco; por lo tanto la sístole y la diástole deben abreviarse. En la Fig. 20 se resumen los principales factores reguladores de la contractilidad miocárdica. Se considera que existe un cambio en la contractilidad cuando la fuerza desarrollada cambia para igual longitud inicial. Por esa razón, los efectos de sobre la longitud y sobre la contractilidad se esquematizan por separado. REGULACIÓN DE LA RELAJACIÓN Al igual que la contracción, la relajación del músculo cardíaco es un proceso regulado. La relajación es acelerada por el aumento de la frecuencia cardíaca y de la poscarga, por mecanismos aún no bien comprendidos. El aumento de la recaptación de Ca2+ por el retículo sarcoplásmico y de su salida al líquido extracelular, por mayor actividad de los mecanismos responsables, aceleran la relajación. Otro tanto ocurre cuando la afinidad por el Ca2+ de la troponina C se reduce, por ejemplo por fosforilación de la troponina I realizada por proteína kinasa A. Los principales agentes que aceleran la relajación son las catecolaminas (β- adrenoceptores), el óxido nítrico y las atriopeptinas (Fig. 21). Fig. 21
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