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DESARROLLO NORMAL Antes de abordar puntualmente este tema, creemos necesario aclarar algunos conceptos. El término “desarrollo” comprende todos los procesos que llevan al desenvolvimiento del organismo individual en función del tiempo. El curso del desarrollo, implica dos procesos inseparables, que son, la maduración biológica y el aprendizaje fisiológico. La maduración está regida por el conjunto de procesos determinados genéticamente y por lo tanto, tienen un curso inexorable, siempre que se den las condiciones ambientales adecuadas en todos los individuos de una misma especie, a la misma edad. La maduración comprende también el crecimiento que es el aumento cuantitativo y envuelve también determinadas modificaciones cualitativas. Por su parte, el aprendizaje depende de la interacción del organismo con su ambiente y lleva a sucesivas reorganizaciones del comportamiento. Se entiende por ambiente, a un conjunto de factores que influyen en el individuo, se refiere no sólo a los aspectos nutricios y sociales sino también a los culturales, afectivos y cantidad y calidad de estímulos que actúan sobre el sujeto desde el momento de la concepción. El desarrollo, por lo tanto, se constituye como un proceso continuo que se inicia en el momento de la concepción y se prolonga hasta la vida adulta. Por lo tanto, este desarrollo “normal” está influido por innumerables factores individuales y ambientales, lo que permite una gran variedad de diferencias particulares. Es por esto que cuándo hablamos de edades en la descripción del desarrol lo, son sólo edades promedios en las que ocurren determinadas conductas. Ningún niño se ajusta exactamente al promedio en todos los aspectos del desarrollo, así, la “normalidad”, no es un punto, sino un espectro que permite cierto alejamiento de ese punto considerado cómo normal, pero a medida que nos alejamos del mismo, nos vamos acercando a lo que se considera anormal o patológico. Conocer el desarrollo, no sólo significa estudiar aisladamente las adquisiciones del niño en las diferentes etapas cronológicas, sino también debemos tener en cuenta que es un proceso dinámico que posee un ritmo determinado y se va complejizando con la adquisición de nuevos aprendizajes, así, su análisis requiere tener en cuenta innumerables factores. En el aspecto puramente motriz, no es tan importante saber qué debe hacer un niño a una determinada edad, sino por qué puede hacerlo, o cuándo está preparado para pasar de una etapa a otra “cada etapa se va construyendo sobre la anterior y se convierte en cimiento de la siguiente” (Piaget). Como terapistas del movimiento, el estudio, observación y comprensión de los componentes del desarrollo motor, nos permitirá discriminar los procesos normales de los patológicos y nos proporcionará las claves para el abordaje del paciente con un daño o lesión en su sistema nervioso, es decir, el cuándo cómo y por qué de la acción terapeútica. “El conocimiento minucioso de lo normal, es la base fundamental para el diagnóstico de lo anormal” (Illingworth). Existe un gran número de investigaciones y bibliografía a cerca del desarrollo, y en ella, se enfatizan las adquisiciones motrices del niño durante sus primeros años, esto es debido a que en este período, se sientan las bases para su posterior desarrollo y, la motricidad, no sólo va a ser una expresión del funcionamiento de su sistema nervioso, sino también, el vehículo para innumerables experiencias que le posibilitarán el desarrollo en las demás áreas de la conducta. K .Bobath decía que “el desarrollo normal de un niño en su totalidad - físico, mental, emocional y social depende de su capacidad para moverse”. Estas características del desarrollo en los tres primeros años de vida está relacionados casi exclusivamente con la gran velocidad de maduración y crecimiento del sistema nervioso, debemos recordar, que el neurodesarrollo comienza en las primeras semanas de vida intrauterina, y si bien se prolonga hasta mucho después del nacimiento, el desarrollo prenatal es fundamental ya que es en este período que se desarrollan las estructuras del sistema nervioso, cuándo estas estructuras, y el metabolismo que las sustentan alcanzan cierta complejidad, puede observarse conductas en el organismo, que son las que le van a permitir al feto un gran número de actividades y habilidades prenatales. El cerebro humano crece más rápido mientras el bebé está todavía en el vientre y en los primeros meses de vida, así, la mayoría de los cien mil millones de células en el cerebro humano ya están presentes en el momento del nacimiento. Justo antes e inmediatamente después del nacimiento hay un incremento en el crecimiento de las células cerebrales. Las células formadas recientemente se clasifican por funciones y se dirigen a sus posiciones apropiadas ya sea en la corteza o en la capa inferior, o sea, en niveles subcorticales. En un recién nacido, las estructuras subcorticales que regulan las funciones biológicas básicas como la respiración y la digestión, son las que están desarrolladas de manera más completa, las células en la corteza no están todavía bien conectadas, estas conexiones, aumentan marcadamente a medida que el bebé madura y hacen posible el funcionamiento motor e intelectual en niveles más altos. El promedio de formación de las nuevas células disminuye dentro de los dos meses siguientes al nacimiento. El proceso de mielinización, va a colaborar con la transmisión en las células nerviosas del todo el sistema. Al nacer, el cerebro es solamente el 25% del peso que tendrá en la edad adulta, alcanza cerca del 70% de su posible peso al final del primer año y 80% hacia el final del segundo año. Continúa creciendo más despacio hasta que a los doce años tiene virtualmente su tamaño completo. Pero además de este punto de vista puramente biológico, sabemos, que el cerebro puede moldearse mediante la experiencia, especialmente durante los primeros años cuándo crece más rápido. Este neurodesarrollo prenatal está determinado principalmente por la genética, aunque numerosos factores pueden influir en su evolución. Se ha demostrado que, durante la etapa prenatal, las neuronas se nutren de la información del medio interno, propioceptiva y emocional. Conocer el desarrollo normal del sistema nervioso en la vida intrauterina también forma parte del estudio del desarrollo motor normal y cobra gran importancia a la hora de la evaluación de un niño incluso cuándo no presenta una sintomatología muy evidente pero sí factores de riesgo que han podido causar algún daño en los períodos pre y perinatales que pueden no evidenciarse en un principio pero luego interferir en el desarrollo. No olvidemos, que nuestra actividad profesional, no se limita sólo al tratamiento del niño con una alteración neurológica, sino que participa también en el diagnóstico precoz y seguimiento de los niños con riesgo neurológico, de la detección precoz de estos trastornos, depende también el éxito del tratamiento. Sabemos que el desarrollo motor normal en el primer año de vida culmina con la adquisición de la marcha y la consiguiente independencia y liberación de las manos para las actividades que le son propias al ser humano, pero paralelamente a esto ocurren el desarrollo -maduración y aprendizaje - de todas las funciones del sistema nervioso, en especial , de la actividad nerviosa superior como base para la adquisición de aprendizajes más complejos. El doctor Azcoaga define al aprendizaje como “un proceso que determina una modificación del comportamiento de carácter adaptativo, siempre que la modificación de las condiciones del ambiente que lo determinaron sean suficientemente estables”. Se puede entender que en la base del desarrollo del niño, la maduración cumple el papel de la estructura, mientras que el aprendizaje desempeña elrol de la evolución de esas estructuras bajo la influencia de los estímulos ambientales. Influencia del ambiente en el D.M.N Los logros del desarrollo motor, parecen tan elementales, que sería de esperar que los niños de todas las culturas los vivieran en la misma secuencia y más o menos, a la misma edad. Pero en las distintas sociedades, los niños se desarrollan con patrones en cierta forma diferentes. Lo que es normal y típico para los niños en una cultura, puede no serlo en otra. La práctica de crianza de los niños y las normas culturales también parecen jugar un papel importante en esto. Los seres humanos, parecen estar genéticamente programados para realizar muchas actividades diferentes, siempre que alcancen cierto nivel de madurez fisiológica antes de ejercitarlas. Sin embargo, el ambiente juega un papel muy importante a través de prácticas específicas de su crianza. Cuando los niños están bien nutridos, reciben buenos cuidados de salud, tienen libertad física y se les da la posibilidad de practicar destrezas motrices, es probable que el desarrollo motor sea normal, en cambio, un ambiente que es en gran parte deficiente en cualquiera de estas áreas, puede retrasar el desarrollo de una manera significativa. Primer Trimestre La conducta del lactante en este período está regida por las reacciones arcaicas, es una de sus características principales. La inhibición de esta actividad refleja, ocurre gracias a la progresiva maduración de la corteza cerebral que da como resultado el cambio de la conducta refleja a la voluntaria. Describiremos las conductas del bebé en las diferentes posturas: En decúbito dorsal, ofrece una gama variada de actitudes y movimientos carentes, en apariencia, de orden y finalidad y obedecen a que está dominado por la actividad refleja. Nunca permanece largo rato con la cabeza en la línea media, los cambios de orientación de la cabeza responden a estímulos sensoriales que provocan respuestas reflejas. La posición asimétrica de la cabeza, produce asimetría postural de os miembros, predominando la extensión en los del hemicuerpo hacia donde mira el niño, y aumento del tono flexor de los del lado nucal, sin embargo, esto no es constante y por lo general los miembros se mantienen simétricamente aducidos y flexionados. Esta postura, también está relacionada con la que debe tener el bebé en el útero, al carecer de espacio para asumir otra postura y porque de esta manera , facilita su expulsión al momento del nacimiento. El tronco permanece en la línea media aunque puede esbozar cierto grado de lateralización y a veces posee un discreto opistótono fisiológico a esa edad. En éste decúbito, se obtienen, por lo común, los primeros indicios de comunicación que son, la fijación ocular, la sonrisa social y los primeros balbuceos. La fijación ocular se instala antes del primer mes de vida y borra, con su aparición el reflejo de ojos de muñeca. Si estando el niño en decúbito dorsal, se lo toma de las manos como para sentarlo - prueba de tracción a sentado - no colabora con la maniobra, la cabeza cae hacia atrás, el tronco permanece recto y los cuatro miembros mantienen su actitud en flexión, en el tronco, predomina el tono extensor y en los miembros el flexor. Si se mantiene al niño erecto, suspendido por los flancos y se hace contactar las plantas de los pies con un plano firme, se desencadena el reflejo extensor y puede descargar peso sobre sus pies e incluso hacer algunos pasos si se lo inclina hacia adelante. Esta marcha primaria - reacción arcaica - suele borrarse entre los dos o dos meses y medio de vida. Si colocamos al bebé en decúbito ventral, la rotación cefálica es inmediata, el predominio tónico asimétrico garantiza la liberación de los orificios nasales. Los miembros superiores quedan flexionados y aducidos, muchos lactantes, succionan los dedos de la mano hacia dónde tienen rotada la cabeza, actividad que le facilita las primeras experiencias orales no alimentarias y que importan para el ulterior conocimiento de sus manos. El tronco dibuja una definida pendiente, la línea céfalo - caudal alcanza su punto más elevado en la zona caudal y , particularmente durante los dos primeros meses, la pelvis constituye una pirámide que apunta hacia arriba y bajo ella, facilitando su elevación, están los muslos y piernas aducidos y flexionados. La posición en decúbito ventral es la propia para solicitar el reflejo de incurvación del tronco - Galant - que debe ser simétrico si se ha tomado la precaución de mantener la cabeza en la línea media. Cuándo el niño está ya casi en su tercer mes, hay que recoger una impresión a cerca de la atenuación de sus rasgos tónicos y posturales, que se van inhibiendo, es decir reemplazando por las habilidades a las que preceden. Por otra parte, debe asegurarse que está establecida la comunicación visual, auditiva y emocional del niño con las personas que lo rodean. Es importante también tener en cuenta el desarrollo cognoscitivo, para ello, se recomienda la lectura de la primera etapa del desarrollo cognoscitivo descripta por Piaget, es decir, la etapa sensoriomotriz. Recién nacido en prono Recién nacido en supino Segundo Trimestre El lactante del segundo trimestre suele mostrarse más sereno y apacible en contraste con el del trimestre anterior. Es más sociable, muestra mucho interés por el rostro humano. En decúbito dorsal, tiende a mantener la cabeza en la línea media y comienza con las rotaciones voluntarias, cuándo sigue con la vista algún objeto. El tronco permanece bien apoyado sobre la camilla, los cuatro miembros han perdido la rigidez y son más plásticos y flexibles. Tanto los miembros superiores como los inferiores están en la línea media, puesto que, como la cabeza, se han liberado de la asimetría tónica cervical, gracias a esto, el niño puede contactar sus piernas y manos facilitando el conocimiento de su cuerpo. La persecución ocular y cefálica alcanzan progresivamente los 180º. La comunicación se hace cada vez mayor, no sólo con el balbuceo y juego vocal, sino también con los gestos como la sonrisa social. Al inicio de éste período puede persistir aún el reflejo de prensión palmar, pero luego, lo inhibe. Esto constituye el primer paso hacia la prensión voluntaria, que en sus comienzos se caracteriza por la coordinación con la vista y es bimanual. Entre los cuatro y cinco meses aproximadamente, los niños llegan a asir los objetos que le interesan y progresa la coordinación visomotriz, ésto va a ser el desencadenante del “rolido”, el niño sigue el objeto con la vista en una persecución acompañada por la rotación de la cabeza a la que le sigue el tronco. El rolido es una habilidad muy importante, que debe lograrla en éste segundo trimestre, su ausencia puede ser un signo de alteración neurológica, aunque nunca debe considerarse aislado. Los reflejos musculares profundos, es decir, los osteo-tendinosos, son fáciles de obtener en éste período, en cambio, los reflejos arcaicos pronto se borran, debido a que son inhibidos por la función a la que preceden. Cabe aquí mencionar que ésto tiene que ver con la dinámica del funcionamiento del sistema nervioso que está basado fundamentalmente en un código binario de exitación - inhibición, siendo esta última, la más importante ya que va a ir regulando la exitación, que es notablemente preponderante en los primeros meses incluso años del desarrollo. No nos extenderemos más en este aspecto, porque fue tratado en detalle en el capítulo correspondiente a las Funciones Cerebrales Superiores. Entre los cuatro y cinco meses, el niño flexiona sus piernas y descubre sus rodillas y pies. Su importancia no selimita solo a su aspecto físico, sino que va a ir formando las primeras percepciones de su cuerpo y las bases para el desarrollo de esa gnosis tan compleja que es el Esquema Corporal. En la prueba de tracción a sentado, ya a los tres meses, mantiene la cabeza alineada con el eje del tronco, los miembros superiores se dejan distender y aún no colabora con la maniobra hasta los cinco meses, en que empiezan a flexionarse voluntariamente colaborando con la maniobra. Manteniendo al bebé sentado, la cabeza ya no bambolea, y al soltarlo, cae hacia adelante y hacia los cinco meses intenta un apuntalamiento bilateral. En decúbito ventral, el niño extiende la cabeza y explora el entorno, en el tronco, la línea céfalo- caudal ha perdido la oblicuidad del trimestre anterior al evolucionar la extensión en el eje. Los antebrazos se adelantan para cumplir la función de sostén y permitir la elevación de la cabeza, actividad que se denomina “balconeo”. Más tarde, pasados los cinco meses, cuándo está en balconeo, extenderá uno de sus brazos para tomar un objeto, facilitando el despegue del tronco del plano iniciando las reacciones de equilibrio. La característica principal de este trimestre es que el lactante va utilizando los mecanismos reflejos para luego independizarse de ellos, superándolos y adquiriendo por lo tanto nuevos aprendizajes en adaptación a las exigencias del medio. Tercer Trimestre El niño en esta etapa es inquieto y curioso, está adquiriendo conciencia de si mismo. En decúbito dorsal es capaz de girar su cabeza libremente hacia uno u otro lado. El tronco, ya domina la flexo-extensión y la rotación, ahora puede rolar con más facilidad de un decúbito a otro. Comienza a explorar más su cuerpo, que se inicia por las manos y los pies, ésta a exploración no sólo la hace con las manos, también interviene la boca que investiga además todos los objetos que caen en sus manos. Normalmente, entre los seis y nueve meses, place al niño la postura de sentado, que es una habilidad ya adquirida y porque también le permite investigar todo lo que lo rodea. En la tracción a sentado, el niño colabora aún más con la maniobra flexionando sus brazos e incluso el tronco y miembros inferiores. A los seis meses, en sentado, busca el apoyo lateral de las manos y a los ocho es capaz de mantenerse sin apoyo y comienza a manipular objetos en esa postura, liberándolas de la función estática, es también a esa edad que descubre los genitales como parte integrante de su cuerpo. En este trimestre se interesa por objetos relativamente grandes, el niño dirige al objeto sus manos excesivamente abiertas, con los dedos hiperextendidos y no lo atrapa por arriba, sino efectuando un movimiento de barrido sin predominio radial ni cubital, a esta primera prensión se la denominó “grasping“. Irá madurando paso a paso y perfeccionando la prensión hasta lograr, a fines de esta etapa, una pinza radial inferior en la que se insinúa la utilización del pulgar aunque aún no hay clara oposición. Entre los seis y siete meses todo objeto asido es transferido de una mano a otra en un juego incesante, sólo interrumpido por la aproximación del objeto a la boca. Proyectando al niño en el aire con la cara hacia la mesa, responde a una eficaz reacción de paracaídas, extendiendo sus brazos hacia la mesa. En decúbito ventral, la elevación de la cintura escapular contrasta con el aplanamiento de la cintura pelviana, los miembros inferiores están francamente extendidos, la palanca constituida por miembros superiores, permite despegar progresivamente el tórax del plano de apoyo hasta lograr extenderlo completamente. En esta etapa, puede iniciar un desplazamiento, reptando o iniciando el gateo primitivo o extendiendo los miembros inferiores para desplazarse como un oso. Esto le permitirá explorar el espacio y le brindará al niño una experiencia muy importante para la elaboración de las gnosias espaciales. A esta edad puede presentar apoyo sobre sus pies aunque necesita aún mucha asistencia. Es ahora cuándo aparece el juego del “saltarín” cuando se toma de algún objeto firme. En este momento, se inhibe el último reflejo arcaico, que es la prensión plantar. En el campo del lenguaje, ya posee una comunicación fluida con el ambiente. Cuarto Trimestre El niño de esta edad reconoce a los más allegados y muestra rechazo por los desconocidos o situaciones que no les son cotidianas. Tiene gran interés por lo que ocurre a su alrededor y busca desplazarse para explorar. Ya no permanece en decúbito, porque puede pasar fácilmente a la postura de sentado. Hacia fines de esta etapa, buscará elementos firmes para tomarse y poder pasar del arrodillado al maratón y finalmente pararse. El niño da sus primeros pasos, porque su desarrollo motor, es decir, los logros previos, se lo permiten, pero además, debe haber algo que lo motive a pararse y conseguir lo que quiere. A esta edad, el niño va adquiriendo las primeras nociones espaciales y de distancia, al alcanzar un objeto con su mano o arrojando objetos desde su silla, pero la información que le brinda el desplazamiento es mucho más rica. El conocimiento del espacio está estrechamente vinculado al del tiempo. Todas estas nociones temporales se relacionan a la adquisición de la noción de permanencia de los objetos, principal logro de la etapa sensoriomotriz. Las funciones de las manos, se perfeccionan a través del logro de la pinza inferior en la que el índice y el pulgar están colocados en un mismo plano, y luego se advierte la oposición del pulgar aunque aún es imperfecta porque no utilizan el pulpejo del dedo índice. Es común ver al niño tomando migas u objetos muy pequeños. El paso siguiente es la adquisición de la pinza superior, todo lo señala, toca, hurga y logra una oposición correcta entre el pulgar y el índice. Se debe advertir que la capacidad que tiene el niño para soltar o arrojar objetos, se debe a que la actividad extensora, ha culminado llegando hasta la mano y logrando una actividad agonista-antagonista, pero aún no está bien coordinada y necesitará mucha actividad para que pueda reforzarse y constituirse en una praxia. Entre los once o doce meses, el niño comienza a soltarse de los objetos e intenta dar pasos, el apoyo de los pies, se va modificando porque la descarga de peso va a ir modelando el arco plantar, también van a tender a ampliar la base de sustentación y elevar los brazos en busca de equilibrio. El lenguaje comienza a ser simbólico y el lenguaje comprensivo se amplía notablemente. Colabora con la alimentación activamente, intenta agarrar la cuchara y le gusta tomar los alimentos con las manos. Estos son los primeros hábitos de independencia. Como vemos, el desarrollo durante estos primeros doce meses de vida, está íntimamente relacionado al crecimiento y maduración orgánica, el niño recién esta descubriendo su cuerpo y las posibilidades de movimiento. Aunque las estructuras cerebrales están desarrolladas casi en su totalidad, su funcionamiento, es decir, la neurofisiología de la actividad cerebral continúa desarrollándose, gracias a factores histoquímicos, como la mielinización, y a la misma dinámica funcional - exitación-inhibición- que van a ir determinando la especificidad del sistema nervioso. Podemos reconocer una evolución progresiva en el desarrollo motor del niño, desde los patrones masivos primitivos del movimiento hacia la selectividad y especificidad progresivas. La función motora se vuelve cada vez más eficaz y adaptada a las necesidades funcionales empleando esquemas ya existentes como unidades funcionales disponibles para construirnuevos aprendizajes. Dos años Debemos considerar al niño como un ser propio y singular que debe formarse a sí mismo experimentando sus posibilidades motrices, probando sus fuerzas, resolviendo los problemas de movimiento, conociendo su medio, los objetos, las personas y sus relaciones a travez de la acción. Cuando a los doce meses el niño adquiere la marcha, el cuerpo, pasa a convertirse en un verdadero centro de actividad práxica, de este modo se transforma en primordial medio de acción, de relación y de conocimiento. Entre los dos y los tres años de edad, culmina un proceso clave para la vida activa del niño, el desenvolvimiento de todas las formas básicas de movimiento, es decir, la evolución de los patrones motores que permiten la acción independiente, en paralelo con el dominio elemental del lenguaje, el cuál se va transformando en el vehículo esencial del aprendizaje. La actividad manipulativa, cada vez es más precisa, y el desplazamiento va adquiriendo más dinamismo, esto le lleva a establecer una organización espacial. El desplazamiento, le otorga precisas nociones de lugar y ubicación y le permitirá adquirir las primeras gnosias espaciales como aquí, allá, adentro, afuera, arriba y abajo, cuyo conocimiento, también se facilita por el constante manipuleo de objetos. La marcha atraviesa por sucesivas fases que conducen a su formación y posterior perfeccionamiento. Al regularizar los pasos, lo que indica mayor control de la estabilidad dinámica, el cuerpo adquiere mayor dominio para su traslado. Como todo aprendizaje, a lo largo de este segundo año, se va a ir constituyendo como una praxia estable, pudiendo agregar ahora, otros componentes, como la velocidad. Paralelo a esto, se van desarrollando también los Dispositivos Básicos del Aprendizaje, así, la atención es cada vez más estable y le permite sostener las actividades durante lapsos más prolongados, esto coincide con el perfeccionamiento de las praxias manuales, la actividad visual y las gnosias, al interesarse por los detalles y funciones de los objetos. A partir de los quince meses, la prensión se adecua al tamaño de los objetos y es capaz de armar una torre con dos o tres cubos, y al finalizar esta etapa, puede apilar hasta seis cubos. Sin embargo, para la manipulación de objetos, prefiere la postura de sentado debido a que la marcha no está totalmente independizada del apoyo de las manos. Sus actividades preferentes son, por ejemplo, poner y sacar objetos de una caja, golpear con la mano en acción de aplastar, apretar objetos para que suenen, tirar de objetos con cuerda, arrojar, empujar, trasladar. También, comienza a utilizar la cuchara con una prensión palmar, al igual que el lápiz, es capaz de girar el picaporte de una puerta, inicia y domina prontamente el manejo de la taza con ambas manos y consigue comer parte de su comida por sí mismo, ahora también inició la masticación rotatoria. Esta independencia, comienza a manifestarse también en las tareas del vestir con las cuales coopera. Actividad gráfica: comienza con el garabateo vertical, que equivale al movimiento de flexo-extensión, aunque no es capaz de comprender que el dibujo, tiene relación con los movimientos de su mano. Juego: Entre los veinte y los veinticuatro meses comienza a entrenarse en un juego ambulatorio que le fascina, le gusta subir escaleras, pero lo hace sostenido por una mano y poniendo los dos pies en el mismo escalón. Ya a esta edad, comienza a correr, pero no le es fácil detenerse porque aún no actúa el freno inhibitorio y necesita util izar mucho la vista para controlar la actividad de sus pies y ayudar a su equilibrio. Así, el dinamismo corporal, lo conducen a múltiples adelantos, a esta edad, amplía, afirma y varía el uso de los pies, la coordinación estática y dinámica comienza a ejercitarse, esto le permite intentar movimientos tales como patear una pelota. Cognición: empiezan a predominar las conductas inteligentes sobre las instintivas y habituales. El niño pasa del período sensoriomotor a la etapa pre-operatoria (pensamiento intuitivo), esto se da fundamentalmente por el lenguaje que le permite reconstruir acciones pasadas y anticipar las futuras -abstracción-. El pensamiento es todavía rígido, muy ligado a la percepción del objeto y a sus propios puntos de vista. La aparición de la función simbólica, cuyas manifestaciones más importantes son el lenguaje y el juego simbólico, marca posibilidades y modificaciones en el comportamiento, tanto en su aspecto afectivo como social e intelectual. Es por esto, que comenzará a manejarse con cierta autonomía, podrá respetar algunos límites, compartir juegos, superando paulatinamente la etapa del juego solitario y paralelo. A partir de ahora, el análisis del juego va a adquirir una gran importancia, por eso, haremos una breve consideración a cerca del mismo. Podríamos definir al juego como “una reconstrucción significativa de un contenido”, es decir, que el niño, a través del juego, va a manifestar el nivel de los procesos cognoscitivos en que se encuentra, ya que necesita un proceso de internalización para poder elaborar un contenido , este proceso, se da cuándo hay significaciones - para las que necesita las representaciones mentales - y cuándo se han establecido las relaciones entre el niño con las personas y con los objetos, dichas relaciones se llevan a cabo por medio del lenguaje en cualquiera de sus manifestaciones y a través de la motricidad. Por eso, la motricidad está relacionada con la elaboración de esos contenidos y con la manifestación de dichos procesos. El juego está íntimamente relacionado al medio cultural en dónde se desarrolla el niño. Refleja su desarrollo y a través del mismo, ejercita las habilidades físicas, madura cognoscitivamente y aprende a sociabilizarse. El juego en el niño, se constituye como la principal motivación, requisito fundamental para el aprendizaje, ya que es uno de los Dispositivos Básicos. Tres años En la motricidad continúa adquiriendo nuevas habilidades, ahora ya es capaz de pararse sobre un pie y también, aparece el salto con los pies juntos, mejora la marcha, ya no necesita equilibrarse con los brazos y comienza a balancearlos, puede rodear obstáculos, detenerse y girar en ángulos agudos. Por imitación, comienza a realizar algunas actividades que atañen al cuidado personal, como peinarse, lavarse y comer, ya pueden intentar algunos actos del vestir, ponerse los zapatos, desprender un botón, quitarse las medias. Mejora la coordinación viso-motora y las actividades manuales, de la prensión palmar, pasa ahora a la prensión en pinza superior, aunque no es la misma que la del adulto. Ya a esta edad, puede enhebrar algunas perlas en una aguja con hilo, aunque carece de precisión. El ajuste cada vez más medido de la acción, va a ir constituyendo la precisión, la cual implica movimientos bien dirigidos, coordinados y económicos, los que se adquieren inhibiendo los que no corresponden a la praxia en sí. Puede hacer construcciones con cubos, por ejemplo construcciones horizontales imitando un tren. Le agradan las actividades con plastilina o masa y puede hacer pelotitas y viboritas. Sabemos, que en una actividad manual, las demás partes del cuerpo, también actúan para mantener el equilibrio del conjunto. Es decir, que se necesita un buen control postural dinámico en el tronco para que pueda desarrollarse una adecuada actividad manipulativa. En la coordinación motriz global, al adquirir más control del eje de su cuerpo, puede subir las escaleras con un solo pie en cada escalón aunque el descenso puede presentarle dificultades ya que requiere un mayor control por ser un movimiento a favor de la gravedad, el cuál no ha podido experimentar en etapas anteriores. Adquiere también la coordinaciónnecesaria para pedalear en un triciclo. Aún no tiene una adecuada coordinación para tirar y atajar con precisión, esta actividad, no solo está relacionada con lo práxico, sino también con las gnosias viso- espaciales y el tiempo. Área gráfica: Su garabato, también empieza a ser horizontal, al mismo tiempo, empieza a darse cuenta que los trazos se relacionan al movimiento que realiza con sus manos y puede hacer trazos discontinuos levantando la mano del papel y llega, al final del período a la representación de la figura humana, haciendo el “monigote” que consiste en una representación de la cabeza, con los miembros inferiores, esto está relacionado con la evolución de su esquema corporal. Área socio emocional: es un niño inquieto, tiene estallidos emocionales breves, pataletas y berrinches. Le gusta cumplir pequeños encargos porque aumenta la comprensión del lenguaje. Aún predomina la excitación en algunos aspectos, por ejemplo, no sabe esperar su turno en el juego, a no ser que participe un adulto, que cumple el papel de inhibidor. Adquiere control de esfínteres, aunque necesita ayuda con la ropa. Puede alimentarse solo. Juego: realizan el juego solitario y paralelo y el juego simbólico está en pleno desarrollo. Se interesa por los libros de imágenes, tiene preferencia por los dibujos de animales y sus crías, esto les da una idea de clasificación. Cognición: se encuentra en la etapa preoperacional, la que se prolonga hasta los siete años, en esta etapa, los niños son capaces de pensar haciendo uso de símbolos, pero están limitados por su incapacidad para usar la lógica. Tienden a ser egocéntricos, no entienden aún la reversibilidad, las transformaciones ni la conservación, tampoco entienden la diferencia entre apariencia y realidad. Aumenta la capacidad de memoria para eventos específicos de la vida. Cuatro años El niño de esta edad, al ir adquiriendo más seguridad en su motricidad, se muestra más interesado por el espacio y las personas. Ya posee un equilibrio dinámico que le permite ampliar enormemente sus habilidades, tiene intensa actividad muscular, salta, corre, escala, trepa, no le gusta permanecer sentado por mucho tiempo. En la motricidad gruesa, aún no puede saltar alternando sus pies, aunque puede mantenerse parado sobre uno solo sin dificultad. Ahora puede lanzar y recibir una pelota pero de tamaño grande. Maneja el lápiz, pincel, tijeras sin mayores dificultades, ha adquirido mayor coordinación manual, puede abrocharse el pantalón o la camisa, trasvasar líquidos de un recipiente a otro. Juego: ya comienza con el juego grupal, y durante el mismo, es característico el soliloquio, esto indica un buen desarrollo de su lenguaje. El juego es fantasioso y dramático, da nombre a lo que construye y fija por anticipado lo que quiere construir, esto último, evidencia un manejo del tiempo, porque puede adelantarse a su actividad. Cada vez, adquiere mayor independencia, ya puede ir solo al baño y necesita poca ayuda. Permanece más tiempo en una actividad, le gustan los libros con imágenes y las va reconociendo, por eso, suelen tener un libro preferido, en el que van descubriendo cada vez más cosas. Cognición: aún se encuentra en la etapa pre operacional, pero va evolucionando, ahora puede hacer alguna diferencia entre lo real y lo fantástico. Le gusta hacer preguntas, es característico el ¿por qué? Puede reconocer su derecha e izquierda aunque no aún en las personas y objetos que se encuentran frente a él. La lateralidad aún no está definida. Maneja relaciones espaciales simples como, más arriba de, más cerca, más lejos, no solo relacionado a su cuerpo, sino también relacionados a dos objetos entre sí. Su ubicación temporal, aún es deficiente, vive más que nada en el presente. Puede clasificar por tamaño, forma, color o uso siempre que se le presenten objetos concretos., pero puede hacerlo por un solo atributo y de tres a cinco objetos. Puede contar hasta diez. Actividad gráfica: inicia el dibujo de algunos objetos que son fácilmente reconocibles como autos, casas aunque yuxtapone las partes. Traza el círculo en el sentido de las agujas del reloj. La figura humana tiene cabeza, tronco, brazos y piernas. Respeta los límites de la hoja. Empieza a construir en tres dimensiones. Cinco años El infante empieza a cobrar las dimensiones físicas de un niño. Las aptitudes de movimiento se han multiplicado, pero se caracteriza porque empieza a sustituir el movimiento por el pensamiento, es decir, tiene otra forma de actuar, resolver problemas y aprender. En la motricidad, ahora se mueve con seguridad e independencia, intenta solo nuevas actividades y mide sus capacidades. Salta, corre, trepa, salta con seguridad, puede caminar en puntas de pie. Sus miembros superiores también adquieren fuerza, además de presición. Puede arrojar y recibir una pelota con seguridad. Adquiere gran dominio de la motricidad fina, maneja el lápiz sin dificultad, puede utilizar herramientas sencillas, atarse los cordones de los zapatos. Hacia el fin del quinto año, los movimientos se tornan más integrados. Los niños pueden empezar a coordinar el salto con los movimientos de brazos. Juego: sigue siendo grupal e intervienen más niños, muestra preferencia por compañeros del mismo sexo y le desagrada la actividad que considera propia del sexo opuesto. Ahora tiene una percepción más delimitada entre realidad y fantasía. Hace construcciones muy elevadas que tienen equilibrio y simetría. En ellas representa estructuras tomadas de la realidad. Cognición: ya no confunde tanto realidad con fantasía. Su capacidad de atención aumenta notablemente. Se interesa por la utilidad y el origen de las cosas que lo rodean. Comienza a definir la lateralidad, esta es, la preferencia por una mano, ojo y pie, para las diferentes actividades que los involucren. Actividad gráfica: dominan trazos curvos y rectos, aunque la copia de figuras con ángulos le es dificultosa. Maneja el espacio con habilidad en sus construcciones con bloques. Aún no tiene clara la concepción del tiempo. Puede clasificar hasta por tres atributos materiales concretos, figurativos y de formas abstractas. Realiza seriaciones con material concreto y figurativo. Con imágenes, es capaz de hacer un relato en su secuencia temporal y causal. Área socio-emocional: ya es un niño independiente y puede adaptarse socialmente. Tiene mayor estabilidad emocional y buena adaptación social. Se esfuerza por superar dificultades, regula sus intereses y puede postergar sus deseos. Busca la compañía de otros niños. Respeta turnos en los juegos. Le agrada ayudar a los adultos y se les puede encomendar encargos de cierta importancia, esto demuestra su progreso en la memoria y comprensión del lenguaje. Tiene bastante independencia para lavarse, vestirse y comer. Actividad gráfica: la idea precede al dibujo y sus ejecuciones son reconocibles. El dibujo de la figura humana es bastante completa, debe tener cabeza, miembros superiores e inferiores, manos, tronco y agrega detalles como la ropa, y detalles de la cara. Este desarrollo en las actividades físicas, intelectuales y sociales, le van a permitir el paso hacia una etapa sumamente importante que es la infancia intermedia, que se inicia a los seis años y se prolonga hasta los doce, cuya característica esencial, es el ingreso a la escuela. Si analizamos detenidamente los logros del niño de cinco años, nos damos cuenta, por que ahora está preparado para acceder a este aprendizaje pedagógico. Desde el punto de vista de la maduración, su sistema nervioso, le ha permitido la evolución de los Dispositivos Básicos del Aprendizaje, los que le van a permitir el desarrollo de las F.C.S. La evolución de las praxias finas y la definición de la lateralidad, le permitenempezar con el aprendizaje de la escritura, esto es sólo desde el punto puramente motriz, ya que también depende de un adecuado desarrollo del lenguaje y correspondientes gnosias, que permitirán también el aprendizaje de la lectura. A partir de ahora, la mayor parte del aprendizaje, va a estar vehiculizado por el lenguaje. Seis años A partir de esta edad, el niño empieza a prepararse para la etapa adulta, se hace más responsable, y puede comprender más sobre el mundo que lo rodea. Ya a esta edad, el crecimiento ha disminuido notablemente, el desarrollo físico no tiene la velocidad que tenía en años anteriores, esto hace que el niño empiece a perfeccionar las habilidades ya aprendidas y las combine para lograr otras. Durante el sexto año de vida, toda la personalidad se encuentra en vías de reorganización y nos encontramos con un niño que transita hacia los primeros indicios del pensamiento lógico, lo que le permite hacer más relaciones con los objetos, como correspondencia, seriación, clasificación, y por lo tanto, el aprendizaje de nociones de cálculo. La lateralidad está totalmente definida. Las actividades motoras, continúan siendo globales, utilizando los esquemas básicos, correr, saltar, trepar, y los combina, pero aún tiene dificultades para los movimientos disociados y cambios de dirección durante una actividad que tenga velocidad. El juego, es más variado, tienen preferencia por los juegos reglados y ya no utilizan tanto la actividad física para el juego. Siete años En esta edad se produce un paso importante en el desarrollo intelectual. Cognición: entra en una nueva etapa de desarrollo que es la de las operaciones concretas, durante la cuál los niños desarrollan la capacidad de pensar en forma lógica la que se fue insinuando unos meses antes. En este estadío se constituyen los primeros esquemas operatorios, el niño es capaz de realizar operaciones simples de suma y resta debido a que ha alcanzado la reversibilidad del pensamiento. Puede aplicar principios lógicos a situaciones concretas, utiliza operaciones mentales internas, esto le permite, clasificar objetos en categorías similares, seriar de acuerdo a una dimensión, trabajar con nociones numéricas, entender conceptos de tiempo y espacio. Ahora entiende el principio de la conservación, que es la capacidad para reconocer que la cantidad de algo permanece igual, aún si la materia es alterada, siempre y cuándo no se le quite ni se le agregue algo. Su esquema corporal mejora, reflejando un dibujo de la figura humana más proporcionado y detallado. En las actividades motrices, aumentan las nociones de dirección, velocidad y ubicación. Conclusiones Hicimos una breve descripción de las distintas adquisiciones motrices de los niños, desde el nacimiento hasta los siete años, como se observa, se puso más énfasis en el primer año de vida porque es cuándo se sientan las bases para el desarrollo en los años posteriores y en las demás áreas de la conducta Sería muy complicado y a la vez innecesario, observar y describir las conductas motoras de un niño a partir de los cinco o seis años en adelante, porque, como vimos, la actividad motriz comienza a estar más relacionada a los aspectos del aprendizaje más que en los de la maduración, y va a estar influido por numerosos factores. De acuerdo a todo lo expuesto, también se puede entender la complejidad que implica la evaluación del desarrollo motor del niño, porque no se lo puede aislar del desarrollo en las demás áreas de la conducta, porque hay una interacción recíproca entre ellas. Así, podemos evaluar su desarrollo, no sólo a través del movimiento en sí, sino también por medio de las actividades que lo involucran y reflejan su adecuado desarrollo, con esto, nos referimos, a la evaluación del esquema corporal, de la actividad gráfica, del juego, del dibujo de la figura humana y además , en necesaria también, la evaluación de las Funciones Cerebrales Superiores que se van organizando desde el nacimiento. Esto es fundamental para poder elaborar un adecuado abordaje terapeútico. Por último, también debemos recordar que todos los individuos se desarrollan en un ambiente, con el cuál interactúa, por lo tanto, debe ser tenido en cuenta al momento de la evaluación. Finalmente, como terapistas del movimiento, nuestra acción está dirigida al cuerpo, con su infinita capacidad de movimiento y su infinita capacidad de percibir el mundo, y es a través del cuerpo que nos hacemos presentes, es nuestra forma de estar en el mundo, por lo tanto, al abordar un paciente, no sólo intervenimos en su movimiento, sino, por medio de él, en el ser humano. Perder de vista esto, es desconocer nuestro compromiso como profesionales. DESARROLLO DE LA INTELIGENCIA Piaget divide al desarrollo de la inteligencia en tres períodos: Sensoriomotor (del nacimiento a los 2 años). Preoperatorio (de los 2 a los 7 años). Operatorio: Operaciones concretas (de los 7 a los 12 años). Operaciones formales (de los 12 años en adelante). Período sensoriomotor En esta etapa el niño cambia de ser un ser que responde esencialmente a través de los reflejos, a uno que puede organizar actividades con respecto al ambiente. Logra conocimiento a través de la experiencia sensorial y la actividad motriz. Principalmente se caracteriza por la adquisición de la “permanencia del objeto” (saber que las personas y los objetos siguen existiendo aún cuando desaparecen de nuestra visión) y de las primeras nociones de causalidad. Consta de las siguientes subetapas: - Uso de los reflejos: desde el nacimiento hasta el primer mes. Ejercitan los reflejos primarios y adquieren algún control sobre ellos. - Reacciones circulares primarias: del primero al cuarto mes. Repite conductas placenteras que ocurrieron la primera vez por casualidad (como la succión). Hacen adaptaciones de lo que adquirieron: succionan distintos objetos y de diferentes maneras. Comienzan a coordinar la información sensorial. Está centrado en su propio cuerpo. - Reacciones circulares secundarias: del cuarto al octavo mes. Se interesan más en el ambiente, repiten acciones por el resultado (tirar objetos desde la sillita de comer al suelo). Demuestra parcial permanencia de objeto. - Coordinación de esquemas secundarios: del octavo mes al año. La conducta es más deliberada y propositiva. Utilizan conductas aprendidas anteriormente para alcanzar metas (como gatear para alcanzar un juguete). Demuestra permanencia de objeto. - Reacciones circulares terciarias: del año al año y medio. Demuestra curiosidad, explora activamente el ambiente para saber como un objeto, persona o evento es novedoso. Ensaya situaciones nuevas y utiliza el método del ensayo y error para solucionar problemas. - Combinaciones mentales: del año y medio a los dos años. Se inicia en la simbolización. Puede pensar en eventos y anticipar las consecuencias sin recurrir a las acciones. Está totalmente desarrollada la permanencia de objeto. Período Preoperatorio Esta etapa se caracteriza por la adquisición de la función simbólica, que es la habilidad de usar representaciones mentales a las que conciente o inconcientemente les ha añadido un significado, pero no puede usar la lógica. El niño desarrolla un sistema de representación y utiliza símbolos, como las palabras, para representar personas, lugares y eventos, aún cuando no estén físicamente presentes. El lenguaje es la manifestación más obvia de la función simbólica. Realiza la imitación diferida (habilidad para imitar acciones que ha visto con anterioridad) y el juego simbólico (hacen que un objeto representa algo más). Adquiere la comprensión de identidades -puede comprender que ciertas cosaspermanecen iguales a pesar que cambien de tamaño, forma o apariencia- y de funciones (entiende relaciones básicas entre dos eventos). Período Operatorio - Subetapa de las operaciones concretas (aplica la lógica a situaciones reales) El niño puede solucionar problemas de manera lógica si estos se centran en el aquí y el ahora. Clasifica objetos agrupándolos en categorías similares. Realiza series de acuerdo a una sola dimensión. Entiende conceptos de tiempo y espacio. Distingue entre realidad y fantasía. Entiende el principio de conservación y de reversibilidad. - Subetapa de las operaciones formales (aplica la lógica a situaciones abstractas) La persona puede pensar en términos abstractos y tratar con situaciones hipotéticas.
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