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Atisbo de lo real-maravilloso en Viaje a la semilla de Alejo Carpentier

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Atisbo de lo real-maravilloso en “Viaje a la semilla” de Alejo Carpentier
Raúl Martin Hernández Juárez
El presente texto de Alejo Carpentier se encuentra recopilado en su libro de cuentos Guerra del tiempo y otros relatos, publicado por primera vez el año de 1958; sin embargo la primera aparición de “Viaje a la semilla” se da en el año de 1944. Dicho texto representa de manera clara una de las tendencias del autor en su producción literaria: el manejo del tiempo, así como la reformulación de la “realidad” −tomado este término en cuenta desde el punto de vista meramente referencial que tienen las palabras con los conceptos, ideas u objetos del mundo− dotada de elementos fantásticos o maravillosos que representan la tesis de la corriente artística en la que se enmarca una gran parte de la obra de Carpentier: lo real- maravilloso. Buscamos con este pequeño acercamiento a este relato de Carpentier encontrar, a través del discurso y contrario a lo que la crítica señala, los primeros rastros de realismo-maravilloso en fechas anteriores a las que se publican textos del mismo autor, como El reino de este mundo (1949), el cual es reconocido como el inicio de esta corriente dentro de su producción literaria. 
En primer lugar tenemos que reconocer la relación que tiene el título del texto con el desarrollo del mismo, puesto que este primer paratexto ya nos vislumbra la tesis que va a desarrollarse en el cuento: un viaje a la semilla, que, dentro de la polisemia que puede desencadenar, se puede interpretar como una vuelta al origen de la vida, al lugar donde todo se gesta, al sentido primigenio de cualquier existencia. Dicha propuesta de narración cronológicamente invertida es el elemento primordial de la historia, ya que “desarrolla un mecanismo en el que se alteran las coordenadas lógicas y los principios cotidianos de la existencia humana” (Alberca, M. p. 85) pues se narra la vida de Marcial, Marqués de Capellanías, desde el lecho de su muerte hasta culminar con el momento de su gestación en el vientre materno. En ese sentido, “la originalidad del relato depende en gran medida de esta elección (la trama perderá gran parte de su interés si se presentaran los hechos en su sentido natural), pero la exposición de una vida en sentido inverso proporciona además todo su significado al relato” (Martín Jiménez, A. p. 318). 
Para la estructura de este texto, Alfonso Martín Jiménez, en su estudio “La estructura temporal de ‘Viaje a la semilla’ de Alejo Carpentier”, considera necesario establecer una “distinción entre el tiempo de la historia y el tiempo del discurso “(p. 312), correspondiendo el primero a la regresión en la vida del Marqués y el segundo a la presencia del personaje del viejo y los trabajadores encargados de la demolición de la casa que perteneció al Marqués en vida. Para esta distinción es relevante complementar la categorización que realiza Manuel Alberca de la diégesis del texto, pues esta “se organiza en un doble nivel narrativo. En el primero o nivel diegético, la acción da cuenta de la demolición de una casa (…); [y] el segundo o nivel metadiegético la casa (…) es reconstruida por la mediación mágica del viejo” (p. 88). Estos niveles no tienen un desarrollo temporal equitativo, ya que en la historia de los trabajadores sólo transcurre un día y en la del Marqués se narra toda una vida. 
Así pues, resulta necesario establecer la voz narradora que da sentido al texto, pues es a través de ella que nos percatamos de los cambios de niveles y del paso del tiempo de la historia en un texto casi sin diálogos. El mismo Manuel Alberca, siguiendo la terminología de Gerard Genette, reconoce de manera puntual al narrador como heterodiégetico u omnisciente, es decir nunca toma participación en los hechos. Aunque en esta parte debemos aclarar la postura que ostenta alberca donde sugiere una posible metalepsis[footnoteRef:1] en el fragmento donde se enuncia en voz del narrador con referencia a un personaje “¿Y qué derecho tenía, en el fondo, aquel carmelita a entrometerse en su vida?” (Carpentier, A. s/n); lo cual, contrario a la opinión de Alberca, no presenta sino una manifestación del discurso indirecto libre en el que se expresa un pensamiento de un personaje a través de la voz narrativa. [1: Inmersión directa del narrador en el universo diegético, que transgrede los niveles lógicos y narrativos. Cf. Genette, G. p.289] 
Por otro lado, en el sentido de las características textuales que vislumbran lo real- maravilloso se encuentran, en primer lugar dentro del discurso, “el negro viejo, que no se había movido, hizo gestos extraños, volteando su cayado sobre un cementerio de baldosas.” (Carpentier, A. s/n), hecho con el cual se detona la magia del texto, puesto que a partir de esta acción, la reconstrucción da inicio, así como la vida del Marqués. Es necesario resaltar esta acción del viejo de la cual podríamos rastrear sus raíces en los actos rituales de la cultura afrocubana, debido a que “Carpentier se topó con los ritos de la religión vudú y con las creencias animistas de los negros descendientes de esclavos africanos, y concluyó que esos ritos y creencias suponían una puerta de entrada fundamental para entender el continente [americano]” (Paz Soldán, E. p. 38), ya que la corriente que el buscó crear no se limitó al ámbito artístico, son que buscó una reivindicación del papel de los pueblo amerindios y una independencia artística de Europa. 
La imagen que le sucede inmediatamente en el discurso que presenta rasgos de lo real-maravilloso es en la que se narra la figura del Marqués en su lecho de muerte con cuatro cirios por un lado del féretro, los cuales crecen hasta llegar a su tamaño original en el que son apagados, dándole el sentido opuesto a la actividad del sepelio a como se desarrolla en un sentido lógico y tradicional. Aunado a esta imagen se encuentra el sintagma donde se nos anuncia que “cuando el médico movió la cabeza con desconsuelo profesional, el enfermo se sintió mejor” (Carpentier, A. s/n), jugando aquí con la lógica mediante la sintaxis del discurso, pues toda la primera oración subordinada hasta el verbo de la oración principal del texto citado tienen un sentido lógico dentro de ambos niveles narrativos; esta lógica se rompe cuando el adverbio que le prosigue −si bien tiene sentido gramatical− presenta una falta de lógica, debido a que normalmente no se mejora una persona de salud cuando el doctor lo ha desahuciado. A este respecto, Alfonso Martín Jiménez, comenta acertadamente que “El narrador juega así irónicamente con la significación que tienen determinados hechos convencionales de la vida corriente y el nuevo sentido que adquieren en el mundo invertido, a partir del momento coincidente en que uno y otro caso tienen lugar” (Jiménez, A. p. 317). Esta acción discursiva se da sin necesidad de tener que hacer una comparación con la “realidad objetiva” del mundo, basta con contrastar el transcurso de los hechos de la vida del Marqués con los que acontece a los trabajadores de demolición en cuya realdad no existe una alteración temporal. 
Otro hecho en la vida del Marqués que refleja muy bien ciertas características de esta corriente es cuando empieza el luto por la muerte de su esposa, La Marquesa, hasta su regreso de un paseo por la orilla de los Almendrares; hecho con el que confirmamos que ha habido una existencia por parte del Marqués previa a la que se nos narra, la cual vamos conociendo sólo a través del “des-andar” de esa vida, y es justo este hecho bastante significativo para dotar de fantasía o magia al texto, pues hacia el final de la narración, cuando se regresa al nivel diegético, en el que los trabajadores se dan cuenta que la ha casa ya ha sido demolida, hasta que “uno recordó entonces la historia, muy difuminada, de una Marquesa de Capellanías, ahogada, en tarde de mayo, entre las malangas del Almendares.” (Carpentier, A. s/n), combinándose así los dos niveles que, en un principio, por cuestiones metodológicas habíamos tratado de manera separada, dotando de una completasignificación maravillosa al texto, mostrando ya desde este texto la tesis de su corriente donde “lo maravilloso fluya libremente de una realidad estrictamente seguida en todos sus detalles” (Paz Soldán, E. p. 38), en este caso, dicha realdad presentada mediante el discurso del narrador. 
	Incansable sería la labor si se quisieran rastrear la multitud de rastros de lo real- maravilloso que se encuentran presentes en este texto; de lo que no podemos tener duda es de que la escritura de Carpentier desarrollada en “Viaje a la semilla” cuenta ya con un enorme atisbo de lo que en años posteriores se convertiría en una corriente de impacto internacional y que no sólo se limitó a ser eso, una corriente, son que amplió sus dimensiones hasta ser un rasgo idiosincrático de la vida en América.
Bibliografía
*Alberca Serrano, M. (1988). “Discurso contra la historia. La magia del discurso literario: Análisis narratológico de Viaje a la semilla, de A. Carpentier” Anales De Literatura Hispanoamericana. Vol. 17, p. 83-103. Disponible en línea en [http://revistas.ucm.es/index.php/ALHI/article/view/ALHI8888110083A]. Consultado el 28 de diciembre de 2017.
*Carpentier, Alejo (1944) “Viaje a la semilla”. Viaje a la semilla y otros relatos. La Habana, Cuba: Biblioteca Popular Nascimiento
*Genette, Gerard. (1989) “Voz” en Figuras III, p. 270- 321. Barcelona: Lumen. 
*Martín Jiménez, Alfonso (1994). “La estructura temporal de ‘Viaje a la semilla’ de Alejo Carpentier” en Draco: Revista de literatura española. Vol. 5-6, p. 311-326. Disponible en línea en [http://uvadoc.uva.es/handle/10324/2083]. Consultado el 28 de diciembre de 2017.
*Paz Soldán, Edmundo. (2008) “Alejo Carpentier: teoría y práctica de lo real maravilloso” en Anales de la literatura hispanoamericana. Vol. 37, p. 35-42. Disponible en línea en [https://revistas.ucm.es/index.php/ALHI/article/view/ALHI0808110035A]. Consultado el 28 de diciembre de 2017.