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368 © 2014. Elsevier España, S.L. Reservados todos los derechos 41Rickettsia y Orientia Los géneros Rickettsia (el cual debe su nombre a HowardRicketts), Ehrlichia (el cual recibe su nombre de Paul Ehrlich) y Coxiella (cuyo nombre deriva de Herald Cox) se han clasificado tradicionalmente dentro de una misma familia, Rickettsiaceae, por componerse en los tres casos de bacilos gramnegativos aerobios intracelulares obligados. El análisis de secuencias de ácido desoxirribonucleico (ADN) invalidó este sistema de clasificación. Se observó que el antiguo género Rickettsia había de subdividirse en dos géneros (Rickettsia y Orientia) y Ehrlichia en otros dos géneros (Ehrlichia y Anaplasma). Este capítulo describe los géneros Rickettsia y Orientia, y los otros dos géneros de microorganismos in- tracelulares se comentan en el capítulo 42. Los microorganismos incluidos dentro de la familia Rickett- siaceae son pequeños (0,3 × 1-2 mm), se parecen a nivel estructural a los bacilos gramnegativos, aunque se tiñen mal con la tinción de Gram, y crecen sólo en el citoplasma de las células eucariotas. Las especies patógenas de Rickettsia y Orientia (tabla 41-1) se mantienen en reservorios animales y artrópodos y se transmiten por vectores artrópodos (p. ej., garrapatas, piojos, pulgas, ácaros). Los seres humanos son hospedadores accidentales. Las especies de Rickettsia se subdividen en las del grupo de las fiebres exantemáticas y el grupo del tifus. Al menos 12 especies de Rickettsias del grupo de las fiebres exantemáticas se han asociado con enfermedad humana y en este capítulo se analizan Rickettsia rickettsii (fiebre exantemática de las Montañas Rocosas) y Rickettsia akari (viruela por rickettsias). Si se desea una revisión exhaustiva de los demás miembros del grupo de las fiebres exantemáticas de todo el mundo, consulte la revisión de Parola y cols. Dos especies de Rickettsia forman parte del grupo del tifus: R. prowazekii y R. typhi. En el género Orientia sólo se incluye una especie: Orientia tsutsugamushi. Las rickettsias se mantienen en reservorios, sobre todo roedores y sus artrópodos vectores (p. ej., garrapatas, ácaros y piojos) (fig. 41-1). Dado que en los artrópodos se da la trans- misión transovárica, pueden hacer las veces de vector y tam- bién de hospedador. Una excepción a esta regla la constituye Rickettsia prowazekii, en la que el hospedador primario es el ser humano y el vector artrópodo es el piojo corporal humano. La bacteria mata a los piojos, de forma que la transmisión transovárica no tiene importancia. La distribución de las enfermedades causadas por las rickettsias se ve determinada por la distribución de los artrópodos que actúan como hos- pedadores o vectores. Casi todas las infecciones con vectores garrapata (como la fiebre exantemática) presentan una dis- tribución geográfica restringida, mientras que las infeccio- nes por rickettsias en las que participan otros vectores, como los piojos (R. prowazekii), las pulgas (R. typhi) y los ácaros (R. akari, O. tsutsugamushi) muestran una distribución universal (tabla 41-2). fisiologíA y estructurA Las estructuras de la pared celular de Rickettsia son ca- racterísticas de los bacilos gramnegativos, con una capa de peptidoglucano y lipopolisacárido (LPS). Sin embargo, la capa de peptidoglucano es mínima (se tiñe débilmente con la tinción de Gram) y el LPS tiene sólo una actividad de endotoxina débil. Orientia carece de la capa de peptido- glucano y de LPS. Estos microorganismos se visualizan mejor mediante las tinciones de Giemsa o de Giménez (fig. 41-2). Las bacterias no tienen flagelos y Rickettsia está rodeada de una biopelícula poco adherente. Rickettsia y Orientia son parásitos intracelulares estrictos que se encuentran libres en el citoplasma de las células infectadas. Las bacterias acceden al interior de las células eucariotas mediante la unión con receptores de la superficie de la célula hospedadora y la estimulación de la fagocitosis. Después de ser engullidas, Rickettsia y Orientia degradan la membrana del fagolisosoma mediante la producción de fosfolipasa y han de pasar al citoplasma para poder sobrevivir. La multi- plicación en la célula hospedadora por fisión binaria es lenta (tiempo de generación, de 9 a 12 horas). Orientia y el grupo de la fiebre exantemática de Rickettsia se desarrollan en el citoplasma y el núcleo de las células infectadas, y se liberan de las células de manera continua a través de largas proyecciones citoplásmicas. Por el contrario, el grupo del tifus se acumula en el citoplasma celular hasta provocar la lisis de las mem- branas celulares con destrucción de la célula y liberación de las bacterias. Se cree que la principal diferencia radica en la movilidad intracelular: el grupo de la fiebre exantemática es capaz de polimerizar actina de la célula hospedadora, mien- tras que el grupo del tifus carece del gen necesario para esta Los miembros de la familia Rickettsiaceae son patógenos intracelulares importantes, y las especies representativas se encuentran en todo el mundo. 1. Las especies de Rickettsia se subdividen en dos grupos. Mencione dos ejemplos de cada grupo y las enfermedades causadas por estas bacterias. 2. ¿Qué elemento es responsable de las manifestaciones clínicas de las infecciones por Rickettsia rickettsii? 3. ¿Cuáles son las pruebas más fiables para el diagnóstico de las rickettsiosis? Las respuestas a estas preguntas están disponibles en www.StudentConsult.es RICKETTSIA y ORIENTIA 369 © E ls ev ie r. Fo to co pi ar s in a ut or iz ac ió n es u n de lit o. actividad. Las bacterias se tornan inestables y mueren con rapidez tras ser liberadas de la célula hospedadora. Se ha secuenciado el genoma de R. prowazekii, lo que ha permitido disponer de información sobre la naturaleza para- sitaria de estas bacterias. Las bacterias dependen de la célula hospedadora para muchas funciones: metabolismo de los carbohidratos y síntesis de lípidos, nucleótidos y aminoácidos. Las bacterias pueden sintetizar adenosina trifosfato (ATP) por el ciclo de los ácidos tricarboxílicos o pueden comportarse como parásitos a nivel energético y emplear el ATP de la célula hospedadora mientras esté disponible. R. prowazekii tiene una enzima parasitaria (ATP/ADP [adenosina difos- fato] translocasa) que facilita la transferencia de ATP desde la célula hospedadora a la bacteria. rickettSia rickettSii (cuadro 41-1) Patogenia e inmunidad El patógeno del ser humano más frecuente en EE.UU. es R. rickettsii, el agente etiológico de la fiebre exantemáti- ca de las Montañas Rocosas. No existen indicios de que R. rickettsii produzca toxinas o de que la respuesta inmunitaria del hospedador sea la responsable de las manifestaciones patológicas de la fiebre exantemática de las Montañas Roco- sas. La proteína de la membrana externa A (OmpA), que se expresa sobre la superficie de R. rickettsii, es responsa- ble de la capacidad de la bacteria de adherirse a las células endoteliales. Cuando la bacteria entra en la célula, se libera del fagosoma, se multiplica con libertad en el citoplasma y el núcleo y sale de una célula para pasar a la adyacente. Las principales manifestaciones clínicas parecen ser consecuencia de la replicación de las bacterias en las células endoteliales, lo que origina un daño ulterior a estas células y la extravasación de los vasos sanguíneos. La hipovolemia y la hipoproteinemia provocadas por la pérdida de plasma hacia los tejidos pueden llevar a la reducción de la perfusión de varios órganos y a procesos de insuficiencia orgánica. La respuesta inmunitaria del hospedador frente a la infección se basa en la destrucción intracelular mediada por citocinas y la eliminación por linfo- citos CD8 citotóxicos. La respuesta humoral a las proteínas de la membrana externa de las rickettsias también puede desempeñar una importante función. Epidemiología En 2010 se notificaron en EE.UU. casi 2.000casos de fiebre exantemática de las Montañas Rocosas (fig. 41-3). Más del 90% de las infecciones se produjeron entre abril y septiembre, que se corresponde con el período de máxima actividad de las garrapatas, y la mayor parte de ellas se produjeron en la re- gión sur de la costa atlántica de EE.UU. La distribución de la Tabla 41-1 Rickettsia y Orientia importantes Microorganismo Origen histórico Rickettsia rickettsii Recibe su nombre en honor a Howard Ricketts, que relacionó a la garrapata de los bosques como vector de la fiebre exantemática de las Montañas Rocosas R. akari akari, ácaro; el vector de la viruela por rickettsias R. prowazekii Recibe su nombre en honor a Stanislav von Prowazek, uno de los primeros investigadores acerca del tifus que falleció víctima de esta enfermedad R. typhi typhi, tifus o fiebre Orientia tsutsugamushi Orientia, oriente; tsutsugamushi, enfermedad por ácaros; nombre popular de este cuadro en Oriente Figura 41-1 Epidemiología de las infecciones frecuentes por Rickettsia y Orientia. Tabla 41-2 Distribución de las especies de Rickettsia y Orientia que se asocian a enfermedad humana Microorganismo Enfermedad humana Distribución R. rickettsii Fiebre exantemática de las Montañas Rocosas Hemisferio occidental (EE.UU., Canadá, México, Panamá, Costa Rica, Brasil, Colombia, Argentina) R. akari Viruela por Rickettsia EE.UU., Ucrania, Croacia, Corea R. prowazekii tifus epidémico Universal tifus recrudescente Universal tifus esporádico EE.UU. R. typhi tifus endémico (murino) Universal O. tsutsugamushi tifus de las malezas Japón, Asia oriental, norte de Australia, zona occidental y suroccidental del Pacífico Figura 41-2 tinción de Giménez de células de cultivo tisular infectadas por el grupo de la fiebre exantemática de Rickettsia. (De Cohen J, Powderly WG: Infectious diseases, 2.ª ed., St. Louis, 2004, Mosby.) 370 MICROBIOLOGÍA MÉDICA enfermedad se parece a la del principal reservorio y vector de R. rickettsiae, las garrapatas duras de la familia Ixodidae. Las dos garrapatas duras que se asocian con más frecuencia a este cuadro en EE.UU. son la garrapata del perro (Dermacentor variabilis) en los estados surorientales y la Costa Oeste y la garrapata de los bosques (Dermacentor andersoni) en los estados de las Montañas Rocosas y la región suroriental de Ca- nadá. Se han descrito otras garrapatas vectores en América del Sur y Central. Una persona debe estar expuesta a la garrapata durante un período de tiempo prolongado (p. ej., de 6 horas o más) antes de que se produzca la transmisión. Las rickettsias avirulentas latentes se activan cuando el insecto se alimenta con sangre caliente, y posteriormente son liberadas de las glándulas salivales del vector en la sangre del hospedador humano. Enfermedades clínicas (caso clínico 41-1) La enfermedad sintomática se desarrolla 7 días (entre 2 y 14 días) después de la picadura de la garrapata (tabla 41-3), aunque el paciente puede no acordarse de la picadura indolora de la garrapata. El inicio de la enfermedad está precedido por una fiebre elevada con cefalea, que se puede asociar a males- tar, mialgias, náuseas, vómitos, dolor abdominal y diarrea. El 90% de los pacientes desarrollan un exantema macular a los 3 días, inicialmente en las muñecas, los brazos y los tobillos, que posteriormente se disemina hacia el tronco. Las palmas y las plantas se afectan en algunos casos. El exantema puede evolucionar a una forma «exantemática» o petequial, que es indicativa de una enfermedad más grave. Las complicaciones de la fiebre exantemática de las Montañas Rocosas son ma- nifestaciones neurológicas, insuficiencia pulmonar y renal y alteraciones cardíacas. El retraso en el diagnóstico, porque la clínica no sea característica o porque el médico no reconoce la enfermedad, se asocia a un peor pronóstico. La mortalidad de la enfermedad no tratada es del 10-25%. Diagnóstico de laboratorio Microscopia Aunque las rickettsias se tiñen débilmente con la tinción de Gram, se pueden teñir con los métodos de Giemsa y de CUADRO 41-1 Resumen de Rickettsia rickettsii Biología, virulencia y enfermedad Bacterias intracelulares pequeñas Se tiñen mal con la tinción de Gram; se tiñen mejor con Giemsa y Giménez La replicación se produce en el citoplasma y el núcleo de las células endoteliales produciendo vasculitis El crecimiento intracelular protege a las bacterias de la eliminación inmune La fiebre exantemática de las Montañas Rocosas se caracteriza por fiebre elevada, cefalea intensa, mialgias y exantema; las complicaciones son frecuentes en pacientes no tratados o cuando se retrasa el diagnóstico Epidemiología Rickettsia rickettsii es la rickettsia patógena más frecuente en EE.UU. Las garrapatas duras (como la garrapata del perro, la garrapata de la madera) son los principales reservorios y vectores La transmisión requiere un contacto prolongado Se distribuye en el hemisferio occidental; en EE.UU., la infección es más frecuente en el Atlántico sur La enfermedad es más frecuente de abril a septiembre Diagnóstico La serología (p. ej., prueba de microinmunofluorescencia) se suele emplear para el diagnóstico Tratamiento, prevención y control La doxiciclina es el fármaco de elección Los individuos deben evitar las zonas con garrapatas infectadas, llevar ropas protectoras y usar insecticidas eficaces Los individuos se deberían quitar inmediatamente las garrapatas adheridas No se dispone en la actualidad de vacuna Figura 41-3 Incidencia de fiebre exantemática de las Montañas Rocosas en EE.UU. entre 1945 y 2005. RICKETTSIA y ORIENTIA 371 © E ls ev ie r. Fo to co pi ar s in a ut or iz ac ió n es u n de lit o. Giménez. Los anticuerpos específicos marcados con fluores- ceína se pueden emplear, igualmente, para teñir las bacterias intracelulares en muestras de tejido de las biopsias. Esta detección directa de los antígenos de las rickettsias constituye un método rápido para confirmar el diagnóstico clínico de la fiebre exantemática de las Montañas Rocosas, pero principal- mente está disponible sólo en los laboratorios de referencia. Pruebas basadas en los ácidos nucleicos En la actualidad se utilizan pruebas de amplificación de ácidos nucleicos específicos en muchos laboratorios de referencia pa- ra el diagnóstico de enfermedades rickettsiósicas. Se emplean diversos genes diana, como secuencias génicas de las proteínas de la membrana externa (OmpA, OmpB), la lipoproteína de 17 kDa y la citrato sintasa. Por desgracia, estos ensayos de reacción en cadena de la polimerasa son relativamente poco sensibles cuando se utilizan muestras de sangre. Cultivo Aunque el aislamiento de las rickettsias en sistemas de cultivo celulares o huevos embrionados resulta relativamente senci- llo, sólo los laboratorios de referencia con amplia experiencia con este microorganismo realizan cultivos de forma rutinaria. Si se intenta cultivarlo, se deberían elegir muestras de la capa leucocitaria de la sangre o una biopsia de piel. Detección de anticuerpos Aunque la prueba de Weil-Felix (que implica la aglutinación diferencial de los antígenos de Proteus) se ha utilizado tradi- cionalmente para el diagnóstico de las infecciones por rickett- sias, en la actualidad no se recomienda como consecuencia de su falta de sensibilidad y especificidad. Por desgracia, esta prueba aún se utiliza en laboratorios con recursos limitados. La prueba serológica que se considera el método de referencia es la microinmunofluorescencia (MIF). La prueba detecta la presencia de anticuerpos frente a proteínas de la membrana externa (específicos de especie) y antígeno LPS. Se debe realizar un inmunoensayo Western blot con el fin de definir las especies individuales debido a que distintas especies de rickettsias comparten el antígeno lipopolisacárido. La sen- sibilidad y especificidad de la MIF es elevada y se suelen encontrar concentraciones diagnósticasde anticuerpos en la segunda semana de enfermedad. Se comercializan también inmunoensayos enzimáticos, pero su sensibilidad y especifi- cidad es inferior en general que la de la MIF. Tratamiento, prevención y control El fármaco de elección para el tratamiento de todas las infec- ciones por rickettsias es la doxiciclina. Aunque en general las tetraciclinas están contraindicadas en las mujeres gestantes y los niños pequeños, este antibiótico se recomienda en todos los pacientes con sospecha de enfermedad por rickettsias porque es el tratamiento más eficaz y una enfermedad mal tratada se asocia a una morbimortalidad elevada. Las fluoro- quinolonas (p. ej., ciprofloxacino) tienen una buena actividad in vitro, pero hay poca experiencia clínica como para poder recomendar este antibiótico como tratamiento primario. El cloranfenicol también muestra actividad in vitro frente a las rickettsias, pero su uso para el tratamiento de las infecciones se asocia a una incidencia elevada de recaídas. El diagnóstico e inicio rápido del tratamiento adecuado suele condicionar un pronóstico satisfactorio, pero por desgracia esto puede no ser así cuando los signos clínicos esenciales (p. ej., exantema) aparecen tarde o no lo hacen. Además, con frecuencia no se dispone de los resultados serológicos hasta 2 semanas o más después del inicio de la enfermedad, lo que retrasa el comienzo del tratamiento. Por tanto, se recomienda iniciar el tratamiento empírico con doxiciclina en cuanto se consi- dere posible este diagnóstico. No existe ninguna vacuna para la fiebre exantemática de las Montañas Rocosas. Por tanto, evitar las zonas con garrapa- tas infestadas, usar ropa protectora y repelentes para insectos y eliminar inmediatamente las garrapatas adheridas son las Tabla 41-3 Evolución de las enfermedades humanas producidas por las especies de Rickettsia y Orientia Enfermedad Período medio de incubación (días) Presentación clínica Exantema Escara Mortalidad sin tratamiento (%) Fiebre exantemática de las Montañas Rocosas 7 Inicio brusco; fiebre, cefalea, malestar, mialgias, náuseas, vómitos, dolor abdominal >90%; macular; extensión centrípeta No 10-25 Viruela por Rickettsia 9-14 Inicio brusco; fiebre, cefalea, escalofríos, mialgias, fotofobia 100%; papulovesicular; generalizado Sí Baja tifus epidémico 8 Inicio brusco; fiebre, cefalea, escalofríos, mialgias, artralgia 20-80%; macular; extensión centrífuga No 20 tifus endémico 7-14 Inicio gradual; fiebre, cefalea, mialgias, tos 50%; exantema maculopapular en el tronco No Baja tifus de las malezas 10-12 Inicio brusco; fiebre, cefalea, mialgias <50%; exantema maculopapular; centrífugo No 1-15 CASO CLÍNICO 41-1 Fiebre exantemática de las Montañas Rocosas Oster y cols. (N Engl J Med 297:859-863, 1977) describieron una serie de pacientes que adquirieron la fiebre exantemática de las Montañas Rocosas tras trabajar con R. rickettsii en el laboratorio. Un paciente, un técnico veterinario de 21 años, consultó por mialgias y tos sin expectoración. Recibió tratamiento con penicilina y fue dado de alta. Durante los siguientes días presentó escalofríos y cefalea. Cuando volvió al hospital, tenía 40 °C de fiebre y un exantema macular en las extremidades y el tronco. Se comenzó la administración de tetraciclina intramuscular, pero la fiebre persistió y el exantema evolucionó para formar petequias en el tronco, las extremidades y las plantas. El paciente desarrolló derrame pleural bilateral y se inició el tratamiento con tetraciclina intravenosa. Durante las 2 semanas siguientes los derrames se resolvieron y el paciente se recuperó lentamente, pero sin complicaciones. Aunque este paciente no trabajaba de forma directa con R. rickettsii, había visitado un laboratorio que procesaba esta bacteria. Este paciente ilustra la presentación típica de la fiebre exantemática de las Montañas Rocosas, con cefaleas, fiebre, mialgias y un exantema macular, que puede evolucionar a un exantema petequial o «moteado». 372 MICROBIOLOGÍA MÉDICA mejores medidas preventivas. Es prácticamente imposible eliminar el reservorio de garrapatas, ya que pueden sobrevivir hasta 4 años sin alimentarse. rickettSia akari R. akari, el microorganismo responsable de la viruela por rickettsias, es una de las pocas rickettsias del grupo de las fiebres exantemáticas que tiene una distribución cos- mopolita y se transmite por ácaros infectados. Se han des- crito casos confirmados mediante cultivo de la enfermedad en Ucrania, Croacia, Corea y EE.UU., principalmente en la región de la ciudad de Nueva York. Se describió una agregación de casos en esta última ciudad tras la libera- ción de Bacillus anthracis en el año 2001, ya que las biop- sias de las escaras de los ciudadanos demostraron presencia de R. akari en lugar de B. anthracis (caso clínico 41-2). A partir de esta experiencia se considera que la viruela por rickettsias puede estar infradiagnosticada en las regiones endémicas. Las infecciones por R. akari se mantienen en la población de roedores, a través de la picadura de los ectoparásitos del ratón (p. ej., ácaros) y en los ácaros por transmisión transová- rica. Las personas se convierten en hospedadores accidentales cuando reciben la mordedura de un ácaro infectado. La infección clínica por R. akari es bifásica. En primer lugar se desarrolla una pápula en el lugar de la picadura del ácaro en el hospedador. La pápula aparece alrededor de 1 semana después de la picadura y progresa rápidamente a la ulceración y a la formación de una escara. Durante este período, las rickettsias se diseminan sistémicamente. Des- pués de un período de incubación de 7 a 24 días (media, de 9 a 14 días), la segunda fase de la enfermedad se desarrolla de forma brusca, con fiebre alta, cefalea importante, escalo- fríos, sudoración, mialgias y fotofobia. Aparece un exantema papulovesicular generalizado en 2 o 3 días. Se observa una progresión del exantema en forma de erupción, en el que aparecen vesículas y, posteriormente, costras. La presencia de exantema distingue esta enfermedad del carbunco y, cuando el paciente sufre una fiebre elevada con escaras, se suscita el diagnóstico de viruela por rickettsias. A pesar del aspecto del exantema diseminado, la rickettsiosis pustulosa o viruela rickettsial suele ser leve y no tener complicaciones, y los pacientes disfrutan de una recuperación completa sin necesidad de tratamiento en 2 o 3 semanas. El tratamiento específico con doxiciclina acelera el proceso. rickettSia prowazekii (cuadro 41-2) Epidemiología R. prowazekii, uno de los dos miembros del grupo de rickett- sias del tifus, es el agente etiológico del tifus epidémico o transmitido por piojos. Los seres humanos son el principal reservorio de esta enfermedad y el vector es el piojo corporal humano, Pediculus humanus. El tifus epidémico afecta a individuos que subsisten en situación de hacinamiento y en condiciones sanitarias deficientes que favorecen la propaga- ción de los piojos corporales, como sucede en caso de guerra, hambruna o catástrofe natural. Los piojos mueren como consecuencia de la infección en un plazo de 2 a 3 semanas, lo que evita la transmisión transovárica de R. prowazekii. La enfermedad se describe en Centroamérica y Sudamérica, África y, con una menor frecuencia, en EE.UU. Se desconoce la incidencia de la enfermedad en EE.UU., ya que no se considera una enfermedad de declaración obli- gatoria a los servicios de salud pública. La enfermedad es- porádica en dicho país se restringe fundamentalmente a las CUADRO 41-2 Resumen de Rickettsia prowazekii Biología, virulencia y enfermedad Bacterias intracelulares pequeñas Se tiñen mal con la tinción de Gram; mejor con las de Giemsa y Giménez Se replican en el citoplasma de las células endoteliales produciendo vasculitis El crecimiento intracelular protege a las bacterias de la eliminación inmune El tifus epidémico (tifus transmitido por piojos)se caracteriza por fiebre alta, cefalea intensa y mialgias El tifus recrudescente (enfermedad de Brill-Zinsser) es una forma más leve de la enfermedad Epidemiología Los humanos son el principal reservorio; se transmiten de una persona a otra mediante un piojo vector Se cree que la enfermedad esporádica se transmite de las ardillas a los humanos mediante las pulgas de las ardillas La enfermedad recrudescente se puede desarrollar años después de la infección inicial Las personas con mayor riesgo son aquellas que viven hacinadas y en malas condiciones sanitarias Distribución universal, la mayor parte de las infecciones se da en Centroamérica y Sudamérica y en África La enfermedad esporádica se ve en el este de EE.UU. Diagnóstico La prueba de la microinmunofluorescencia es la prueba de elección Tratamiento, prevención y control La doxiciclina es el fármaco de elección El control se logra con la mejora de las condiciones de vida y con la reducción de la población de piojos mediante el uso de insecticidas Se dispone de una vacuna inactivada para los grupos de alto riesgo CASO CLÍNICO 41-2 Viruela por rickettsias en la ciudad de Nueva York Koss y cols. (Arch Dermatol 139:1545-1552, 2003) describieron 18 casos de viruela por rickettsias diagnosticados en el Columbia Presbyterian Medical Center de la ciudad de Nueva York en un período de 20 meses posterior al ataque terrorista con carbunco del otoño de 2001. Los pacientes acudieron al hospital porque tenían una escara necrótica y se consideró que tenían un carbunco cutáneo. Los enfermos presentaron también fiebre, cefalea y un exantema papulovesiculoso. Muchos de ellos referían también mialgias, dolor de garganta, artralgias y síntomas digestivos. Las tinciones inmunohistoquímicas de las biopsias de la escara y la piel confirmaron el diagnóstico de viruela por rickettsias y descartaron el carbunco cutáneo. Estos pacientes ilustran las dificultades para reconocer enfermedades poco frecuentes, aunque la presentación clínica sea característica. RICKETTSIA y ORIENTIA 373 © E ls ev ie r. Fo to co pi ar s in a ut or iz ac ió n es u n de lit o. zonas rurales de los estados orientales. Se registra en estas áreas debido a que las ardillas voladoras, al igual que las pulgas y los piojos de las ardillas, están infectados por R. pro wazekii. Los piojos de las ardillas no se alimentan del ser humano, pero las pulgas no discriminan y pueden ser las res- ponsables de la transmisión de las rickettsias de las ardillas al ser humano. Los indicios epidemiológicos y serológicos respaldan esta hipótesis. La infección recrudescente por R. prowazekii (enfer- medad de Brill-Zinsser) puede reaparecer en un afectado algunos años después de la infección inicial. En EE.UU., estos pacientes corresponden fundamentalmente a inmigrantes de Europa del Este que estuvieron expuestos al tifus epidémico durante la Segunda Guerra Mundial. Enfermedades clínicas En un estudio sobre el tifus epidémico en África, se cons- tató que la enfermedad clínica aparecía tras un período de incubación de 2 a 30 días (media, 8 días). La mayor parte de los pacientes no presentaba inicialmente síntomas es- pecíficos; después de 1 a 3 días, aparecía fiebre alta, cefalea grave y mialgias. Otros síntomas son neumonía, artralgias y afectación neurológica (estupor, confusión, coma). Muchos pacientes desarrollan un exantema macular o petequial, que puede pasar desapercibido en los pacientes muy pigmentados. La mortalidad en los pacientes no tratados es del 20-30%, pero puede ser muy superior en las poblaciones con mala salud general y mal estado nutricional y que no reciben unos cuidados médicos adecuados. En los pacientes con enferme- dad no complicada, la fiebre desaparece en 2 semanas, pero la convalecencia completa puede durar hasta más de 3 meses. Las rickettsias pueden permanecer silentes durante años y después reactivarse para provocar tifus epidémico recrudes- cente o enfermedad de Brill-Zinsser. Cuando aparecen los síntomas, tiene lugar una bacteriemia y el paciente resulta infeccioso para los piojos. La evolución de esta forma de enfermedad suele ser más leve y en general no se produce exantema, lo que dificulta el diagnóstico. Diagnóstico de laboratorio La prueba de la MIF es el método diagnóstico de elección para demostrar la enfermedad por R. prowazekii. Tratamiento, prevención y control Las tetraciclinas son muy eficaces en el tratamiento del tifus epidémico. No obstante, para manejar una epidemia, el tra- tamiento antibiótico se debe combinar con medidas eficaces para el control de los piojos. Se dispone de una vacuna para el tifus inactivada y se utiliza en las poblaciones de alto riesgo. rickettSia typhi Epidemiología El tifus endémico o murino está producido por R. typhi. La enfermedad se caracteriza por presentar una distribu- ción universal centrada principalmente en zonas húmedas templadas. En EE.UU. se comunican cada año entre 50 y 100 casos, la mayoría de los cuales se da en los estados del Golfo de México (fundamentalmente en Texas) y del sur de California. Se sigue observando esta enfermedad endémica en los individuos que residen en las zonas costeras templadas y subtropicales de África, Asia, Australia, Europa y Sudamérica. Los roedores son el principal reservorio, y la pulga de la rata (Xenopsylla cheopis) es el principal vector. Sin embargo, se considera que la pulga del gato (Ctenocephalides felis), que infesta a los gatos, las zarigüeyas, los mapaches y las mofetas, constituye un destacado vector de la enfermedad en EE.UU. La mayoría de los casos tiene lugar durante los meses cálidos. Enfermedades clínicas El período de incubación de la enfermedad por R. typhi es de 7 a 14 días. Los síntomas aparecen de forma brusca, y los más frecuentes son fiebre, cefalea importante, escalofríos, mialgias y náuseas. En alrededor de la mitad de los pacientes infectados se produce un exantema, el cual es más frecuente al final de la enfermedad. Está restringido de forma caracterís- tica al tórax y al abdomen. La evolución de la enfermedad no se suele complicar y se prolonga durante un período inferior a 3 semanas, incluso en los pacientes no tratados. Diagnóstico de laboratorio Se usa una prueba de fluorescencia indirecta específica de R. typhi para confirmar el diagnóstico de tifus murino. Los títulos significativos se suelen detectar en la primera o segun- da semana tras el inicio de la enfermedad. Tratamiento, prevención y control Las tetraciclinas son eficaces en el tratamiento del tifus muri- no, y los pacientes responden rápidamente a estos fármacos. Es difícil controlar o prevenir el tifus endémico, debido a que el reservorio y el vector están ampliamente distribuidos. Este tipo de esfuerzos deberían ir dirigidos al control del reservorio murino. No se dispone de ninguna vacuna eficaz. orientia tSutSugamuShi O. tsutsugamushi, clasificada anteriormente en el género Rickettsia, es el agente etiológico del tifus de la maleza, una enfermedad que se transmite al ser humano a través de los ácaros (ácaros rojos). El reservorio es la población de ácaros, en los que las bacterias se transmiten por vía transovárica. La infección también está presente en los roedores, los cuales pueden actuar como reservorio para las infecciones de los ácaros. Debido a que los ácaros tan sólo se alimentan una vez a lo largo de su ciclo vital, no se cree que los roedores supongan un reservorio importante para la enfermedad del ser humano. El tifus de la maleza se observa exclusivamente en los individuos que viven en el este de Asia, Australia, Japón y otras islas del oeste del Pacífico. Se puede observar también en EE.UU. como enfermedad importada. La enfermedad por O. tsutsugamushi se desarrolla de forma brusca después de un período de incubación de 6 a 18 días (media, de 10 a 12 días), y debuta con una importante cefalea, fiebre y mialgias. En una proporción inferior ala mi- tad de los pacientes aparece un exantema macular o papular que se extiende de manera centrífuga a las extremidades. Puede haber linfadenopatías generalizadas, esplenomegalia, complicaciones del sistema nervioso central e insuficiencia cardíaca. La fiebre en los pacientes no tratados desaparece en 2 o 3 semanas, mientras que en los que reciben un tra- tamiento apropiado con doxiciclina responde rápidamente. No se dispone de vacuna alguna, por lo que la enfermedad se previene evitando la exposición a los ácaros rojos (con el uso de ropa protectora y de repelentes para insectos). EStUDIO DE UN CASO y PREGUNtAS Un hombre de 24 años que residía en Carolina del Norte (EE.UU.) acudió al servicio de urgencias de su ambulatorio por fiebre, artralgias, mialgias y malestar general. Se había 374 MICROBIOLOGÍA MÉDICA encontrado bien hasta 4 días antes de su ingreso, cuando comenzó con fiebre de hasta 40 °C, escalofríos, cefalea intensa y mialgias. La exploración física mostró a un paciente en estado muy grave, con temperatura de 39,7 °C, pulso de 110 latidos/min, frecuencia respiratoria de 28 respiraciones/min, tensión arterial de 100/60 mmHg y un exantema que recubría las extremidades, incluidas las palmas de las manos y las plantas de los pies. El paciente recordaba haber sufrido numerosas picaduras de garrapatas 10 días antes del comienzo de los síntomas. Se consideró la fiebre exantemática de las Montañas Rocosas en el diagnóstico y las pruebas serológicas específicas para el género Rickettsia confirmaron este diagnóstico. 1. ¿Qué antibióticos se emplean para tratar esta infección? ¿Qué antibióticos no se deben administrar? 2. ¿Qué especies del género Rickettsia se asocian a los siguientes vectores: garrapatas, piojos, ácaros y pulgas? 3. ¿Por qué resulta inadecuada la tinción de Gram para diagnosticar las infecciones por rickettsias? Las respuestas a estas preguntas están disponibles en www.StudentConsult.es BIBLIOGRAFÍA Archibald L, Sexton D: Long-term sequelae of Rocky Mountain spotted fever, Clin Infect Dis 20:1122-1125, 1995. Dumler JS, Walker D: Rocky Mountain spotted fever—changing ecology and persisting virulence, N Engl J Med 353:551-553, 2005. Koss T, et al: Increased detection of rickettsialpox in a New York City hospital following the anthrax outbreak of 2001, Arch Dermatol 139:1545-1552, 2003. Paddock C, et al: Isolation of Rickettsia akari from eschars of patients with rickettsialpox, Am J Trop Med Hyg 75:732-738, 2006. Parola P, Paddock C, Raoult D: Tick-borne rickettsioses around the world: emerging diseases challenging old concepts, Clin Microbiol Rev 18:719-756, 2005. Raoult D, Dumler JS: Rickettsia and Orientia. In Borriello SP, Murray P, Funke G, editors: Topley and Wilson's microbiology and microbial infections, ed 10, London, 2005, Holder-Arnold, pp 2026-2047. 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