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387 Ca pí tu lo 5 6 anestesia neonatal 1. ¿Por qué los recién nacidos y los prematuros tienen mayor riesgo anestésico? Factores pulmonares. Las diferencias en las vías respiratorias de los recién nacidos, esto es, un occipucio y una lengua grandes, epiglotis móvil, boca pequeña y cuello corto, los predis- ponen a la obstrucción de la vía respiratoria alta. Cuanto más prematuro es el niño, mayor es la incidencia de obstrucción. La curva de respuesta de CO2 está desviada más a la derecha en los recién nacidos en comparación con la del adulto; esto significa que los niños tienen una menor respuesta ventilatoria a la hipercapnia. La capacidad vital de los recién nacidos es de alrededor de la mitad de la de un adulto; la frecuencia respiratoria es el doble que la del adulto, y el consumo de O2 es dos o tres veces mayor. En consecuencia, los opiáceos, los barbitúricos y los anestésicos inhalatorios producen un efecto mayor en la ventilación de los recién nacidos que en la de los adultos. Factores cardíacos. Los recién nacidos tienen ventrículos relativamente rígidos, cuya función contráctil es casi máxima. El gasto cardíaco depende de la frecuencia cardíaca, y los recién nacidos son muy sensibles a los efectos depresores miocárdicos de muchos anestésicos, especialmente los que producen bradicardia. Los anestésicos inhalatorios y los barbitúricos deben utilizarse con precaución. Temperatura. En los recién nacidos, la termorregulación central es inmadura, el tejido adi- poso aislante es fino, el cociente área de superficie:masa corporal es mayor, y la ventilación minuto, elevada. Estos factores los hacen muy vulnerables a la hipotermia en el quirófano. Los escalofríos son un mecanismo ineficaz de producción de calor debido a la escasa masa muscular del niño. La termogénesis sin temblores utiliza la grasa parda para producir calor, pero no es un mecanismo eficiente para restablecer la temperatura corporal, e incrementa sustancialmente el consumo de O2. Los niños con estrés por frío pueden desarrollar de- presión cardiovascular y acidosis por hipoperfusión. Factores farmacológicos. En los recién nacidos se detecta un mayor volumen de distribu- ción, y una menor unión de los fármacos a los tejidos y proteínas, en comparación con los niños más mayores y los adultos. El período neonatal también se asocia a inmadurez hepática y renal, y una mayor distribución del gasto cardíaco a los tejidos muy vascularizados. Los recién nacidos a menudo requieren una dosis inicial más alta de fármacos, pero su elimina- ción es más lenta. La captación de anestésicos inhalatorios es más rápida, y la concentración alveolar mínima (CAM) es menor. 2. ¿Es normal la función renal del recién nacido? La función glomerular renal es inmadura, y la capacidad de concentración es menor. El acla- ramiento renal de los fármacos puede retrasarse. Además, hay una marcada limitación para excretar una sobrecarga hidrosalina. 3. ¿Por qué es importante administrar glucosa? Los recién nacidos tienen pocas reservas de glucosa hepática, y los mecanismos de la gluco- neogénesis son inmaduros. Con el ayuno pueden desarrollar hipoglucemia. Sus síntomas son apnea, cianosis, dificultad respiratoria, convulsiones, ataques de llanto intenso, letargo, laxitud, inestabilidad térmica y sudación. Capítulo 56 © 2011. Elsevier España, S.L. reservados todos los derechos Capítulo 56 anestesia neonatal388 Capítulo 56 anestesia neonatalCapítulo 56 anestesia neonatal Capítulo 56 anestesia neonatal 4. ¿Cuáles son las diferencias en la función gastrointestinal o hepática de los re cién nacidos? El vaciado gástrico es más lento, y el esfínter esofágico inferior es incompetente; por ello, la inciden- cia de reflujo es mayor. Es habitual encontrar los niveles de bilirrubina aumentados. El querníctero, una grave complicación de la hiperbilirrubinemia, puede inducir disfunción neurológica e incluso la muerte en casos extremos. Fármacos de uso frecuente, como la furosemida y la sulfonamida, pueden desplazar la bilirrubina de la albúmina y aumentar el riesgo de que se presente. El diazepam contiene alcohol bencílico, un conservante que también puede provocar el desplazamiento de la bilirrubina. El metabolismo hepático es inmaduro, y el flujo sanguíneo hepático es menor que en los niños más mayores y los adultos. El metabolismo y los efectos de los fármacos son más prolongados. 5. ¿Qué es la retinopatía de la prematuridad? La retinopatía de la prematuridad es un trastorno que afecta a los niños prematuros y, ocasio- nalmente, en los recién nacidos a término que han estado expuestos a altas concentraciones de oxígeno inspirado. Puede haber proliferación de vasos retinianos, hemorragia retiniana, proli- feración fibrosa, cicatrices y desprendimiento de retina, con disminución de la agudeza visual y ceguera. En niños prematuros y a término la exposición a altas concentraciones de oxígeno inspirado ha de ser breve. La saturación de O2 debe mantenerse entre el 92 y el 95%, excepto durante los períodos de mayor riesgo de desaturación. 6. ¿Cómo se valora la volemia en recién nacidos? La presión arterial no es un parámetro fiable de la volemia en los recién nacidos. Si la fontanela anterior está hundida, la turgencia de la piel disminuida, y el llanto se produce sin lágrimas, el diagnóstico es de deshidratación. El llenado capilar después de ejercer presión en el dedo gordo del pie debe ser inferior a 5 segundos. La temperatura de las extremidades no debe ser mucho más baja que la del resto del cuerpo. Por último, la piel debe aparecer rosada y bien perfundida: sin palidez, manchas, ni cianosis. 7. ¿Qué problemas son frecuentes en niños prematuros? Véase la Tabla 56-1. ta b l a 5 6 - 1 . p r o b l e m a s f r e C u e n t e s e n n i ñ o s p r e m at u r o s Problema Importancia Síndrome de dificultad respiratoria El surfactante, producido por las células epiteliales alveolares, reviste la cara interna de los alvéolos y reduce la tensión superficial. El déficit de surfactante provoca colapso alveolar. El 20% de estos casos presentan displasia broncopulmonar Displasia broncopulmonar La fibrosis intersticial, los quistes y el colapso pulmonar deterioran la mecánica ventilatoria y el intercambio de gases Apnea y bradicardia Es la causa más frecuente de morbilidad en el período postoperatorio. Disminuye la sensibilidad de los quimiorreceptores a la hipercapnia y la hipoxia. También contribuyen la inmadurez y la incoordinación de la musculatura de la vía respiratoria alta. Si la apnea persiste más de 15 segundos, puede dar lugar a bradicardia y agravar la hipoxia Conducto arterioso persistente La incidencia con repercusión hemodinámica varía con el grado de prematuridad, pero es alta. El cortocircuito izquierda a derecha a través del conducto arterioso persistente puede producir sobrecarga de volumen, insuficiencia cardíaca y dificultad respiratoria Hemorragia intraventricular Produce hidrocefalia. Si se evitan las fluctuaciones de la presión arterial y la intracraneal se reduce el riesgo retinopatía de la prematuridad Véase la Pregunta 5 Enterocolitis necrosante El paciente presenta distensión abdominal, deposiciones sanguinolentas y vómitos. Puede evolucionar hasta un shock y requerir cirugía Capítulo 56 anestesia neonatal Capítulo 56 anestesia neonatalCapítulo 56 anestesia neonatal Capítulo 56 anestesia neonatal 389 © E ls ev ie r. Fo to co pi ar s in a ut or iza ci ón e s un d el ito 8. ¿Qué medidas especiales hay que tomar antes de anestesiar a un recién nacido? El quirófano debe calentarse al menos una hora antes del inicio del procedimiento para reducir a un mínimo las pérdidas de calor radiante. Las mantas térmicas y las lámparas térmicas también contribuyen a reducir la pérdida de calor. Cubrir al niño con tallas plastificadas disminuye las pérdidas por evaporación. Se ha demostrado que las mantas térmicas de aire caliente son muy eficacespara mantener la temperatura corporal del lactante. Su eficacia es la misma tanto si se coloca al lactante sobre ellas como si la manta térmica cubre el cuerpo. La temperatura debe monitorizarse cuidadosamente porque es fácil calentar en exceso a un lactante prematuro. Se dispone de los monitores habituales en una variedad de tamaños apropiados. Se preci- san como mínimo dos sondas de pulsioximetría para determinar la saturación preductal y posductal. La auscultación cardíaca y pulmonar con un estetoscopio precordial o esofágico es de una ayuda incalculable. Debe calcularse la volemia estimada, el volumen de líquidos de mantenimiento y la pérdida hemática aceptable máxima. ■ La introducción de 25-50 ml de suero fisiológico en un equipo con dosificador de adminis- tración (una sonda con un receptáculo en línea que limita el volumen que fluye hacia el paciente) impide la administración accidental de grandes cantidades de líquido. Debe estar disponible albúmina al 5% y sangre. 9. ¿Qué problemas intraoperatorios son frecuentes en lactantes prematuros? Véase la Tabla 56-2. ta b l a 5 6 - 2 . p r o b l e m a s i n t r a o p e r at o r i o s h a b i t u a l e s e n e l l a C ta n t e Problema Causas posibles Solución Hipoxia 1. Poca distancia desde las cuerdas vocales a la carina; el TET se desaloja con facilidad o se desplaza hasta un bronquio 2. La presión ejercida por el cirujano sobre el abdomen o el tórax puede reducir la CrF y la capacidad vital 1. Tras la intubación, se inserta el TET en el bronquio principal derecho, y con una auscultación cuidadosa del murmullo vesicular, se va retirando. Se fija con esparadrapo 1-2 cm por encima del nivel de la carina 2. Se informará al cirujano cuando interfiera con la ventilación. La ventilación manual contribuye a compensar los cambios de la presión máxima Bradicardia 1. Hipoxia 2. Anestésicos halogenados 3. Succinilcolina 1. Preoxigenar antes de la intubación o de la extubación; todas las manipulaciones de la vía aérea han de ser rápidas 2. Se reducirá a un mínimo la dosis administrada del anestésico halogenado, en especial el halotano 3. Antes de administrar succinilcolina se administrará atropina para reducir el reflejo vagal Hipotermia Véase la Pregunta 1 Se calentará el quirófano; se dispondrá de mantas térmicas, lámparas térmicas, líquidos de la fluidoterapia calentados y humidificador; siempre que sea posible, se cubrirá al paciente con tallas (Continúa) Capítulo 56 anestesia neonatal390 Capítulo 56 anestesia neonatalCapítulo 56 anestesia neonatal Capítulo 56 anestesia neonatal 10. ¿Cuáles son las urgencias neonatales más habituales? Fístula traqueoesofágica Gastrosquisis Hernia diafragmática congénita Conducto arterioso permeable Onfalocele Obstrucción intestinal Estenosis pilórica 11. Describa la incidencia y las implicaciones anestésicas de la hernia diafragmática congénita. La incidencia es de 1-2/5.000 recién nacidos vivos. El diafragma no se cierra por completo, lo que permite que el contenido peritoneal se hernie dentro de la cavidad torácica. El desarrollo anormal y la hipoplasia pulmonar suelen obser- varse en el lado de la hernia, pero pueden ser bilaterales. La mayoría de las hernias se producen a través del lado izquierdo por el foramen de Bochdalek. Las anomalías cardiovasculares están presentes en el 23% de los pacientes. Los pacientes presentan síntomas de hipoplasia pulmonar, cuya gravedad y pronóstico de- penden de la gravedad de la hipoplasia subyacente. La ventilación con mascarilla puede provocar distensión visceral y empeorar la oxigenación. La intubación debe efectuarse con el niño despierto. Se usarán bajas presiones para prevenir un barotrauma. Las altas presiones pueden provocar un neumotórax en el pulmón contrala- teral (sano). Algunos pacientes pueden requerir ventilación de alta frecuencia u oxigenación por membrana extracorpórea. Debe utilizarse una sonda nasogástrica para descomprimir el estómago. Para la corrección quirúrgica se utiliza un abordaje transabdominal. Es indispensable disponer de una vía de acceso intravenoso. Si el niño presenta alteraciones cardíacas o pulmonares importantes, puede ser necesaria una línea arterial. La hipertensión pulmonar puede complicar el tratamiento, por el deterioro de la oxigenación y la disminución del gasto cardíaco. La mayoría de los pacientes requiere que la intubación se prolongue durante el período postoperatorio. Los fármacos principales son los opiáceos y los relajantes musculares. Si el niño los tolera, pueden utilizarse anestésicos inhalatorios para complementar la anestesia. 12. ¿Qué anomalías congénitas se asocian con fístula traqueobronquial? La fístula traqueobronquial puede aparecer sola o como parte de un síndrome. Los dos sín- dromes más habituales son el VATEr, que asocia defectos vertebrales, atresia anal, fístula traqueoesofágica, atresia esofágica y un defecto renal, y el VACTErL, que se asocia a todos los problemas descritos, anomalías cardíacas y de las extremidades. Problema Causas posibles Solución Hipotensión 1. Bradicardia 2. Hipovolemia 1. Se tratará la bradicardia con anticolinérgicos y se garantizará la oxigenación 2. Numerosas urgencias neonatales se asocian a importantes pérdidas de líquido. Se valorará cuidadosamente la volemia, con reposición según las necesidades CRF, capacidad residual funcional; TET, tubo endotraqueal. ta b l a 5 6 - 2 . problemas intraoperatorios habituales en el laCtante (cont.) Capítulo 56 anestesia neonatal Capítulo 56 anestesia neonatalCapítulo 56 anestesia neonatal Capítulo 56 anestesia neonatal 391 © E ls ev ie r. Fo to co pi ar s in a ut or iza ci ón e s un d el ito 13. ¿Cómo deben tratarse los pacientes con fístula traqueobronquial? Estos pacientes tienen un exceso de secreciones, es imposilbe la inserción de una sonda nasogástrica, y regurgitan los alimentos. Los síntomas respiratorios son poco frecuentes. La ventilación con presión positiva puede provocar distensión gástrica. En un paciente con respiración espontánea, se efectuará intubación con el paciente despierto o una inducción inhalatoria. El tubo endotraqueal (TET) debe introducirse en el bronquio principal derecho, y retirarse gradualmente hasta auscultar el murmullo vesicular bilateral. Se procederá a una ausculta- ción gástrica para descartar una hiperinsuflación. Si está presente y el lactante manifiesta dificultad respiratoria sintomática, puede requerirse una gastrostomía antes de la anestesia. En un niño por lo demás sano, sin otras anomalías congénitas, no suele requerirse una vía intraarterial. En determinados pacientes puede ser útil monitorizar la gasometría arterial. El pulsioxímetro es indispensable. Los sensores deben colocarse en posición preductal (mano o dedo derechos) y posductal (mano o pie izquierdos). Una vez fijada la vía aérea, el niño se coloca en posición de decúbito lateral izquierdo. Se aplicará un estetoscopio precordial en el hemitórax izquierdo para detectar posibles des- plazamientos del TET. Se realiza una toracotomía derecha, y se secciona la fístula. Si es posible, el esófago se re- anastomosa; de lo contrario, se coloca una sonda de gastrostomía. ■ Lo mejor es extubar al niño lo antes posible para evitar ejercer presión sobre la sutura. 14. ¿Cuáles son las diferencias entre el onfalocele y la gastrosquisis? Un onfalocele es una hernia del cordón umbilical provocada por la imposibilidad del intestino de migrar al interior del abdomen desde el saco vitelino. El intestino está cubierto por completo por las membranas corioamnióticas pero, por lo demás, es normal. Los pacientes con onfalocele suelen presentar anomalías cardíacas, urológicas y metabólicas asociadas. En la gastrosquisis, el intestino no está cubierto por las membranas corioamnióticas; con fre- cuencia, hay un exudado inflamatorio y la anatomía intestinal puede seranormal. Se desconoce su causa exacta; puede ser consecuencia de una oclusión vascular del riego sanguíneo de la pared abdominal o de la rotura fetal de un onfalocele. 15. ¿Cómo se trata a los pacientes con onfalocele o gastrosquisis en el período perioperatorio? Es importante evitar la pérdida de calor de las vísceras expuestas por evaporación. El intestino expuesto debe cubrirse con gasas humedecidas en suero fisiológico templado y con película plástica hasta el momento de la cirugía. El quirófano debe calentarse antes de trasladar al paciente. Las lámparas térmicas y una manta térmica contribuyen a disminuir la pérdida de calor por convección y radiación. La cabeza y las extremidades deben cubrirse con tallas plastificadas. Los pacientes no suelen presentar dificultad respiratoria, por lo que llegan al quirófano en respiración espontánea. La intubación con el paciente despierto o la inducción de secuencia rápida permiten un control rápido de la vía aérea. La ventilación se controla con relajantes musculares, que facilitan la reintroducción del intes- tino en el abdomen. Tras la intubación, si aún no está presente, debe introducirse una sonda nasogástrica. Es necesario un acceso intravenoso adecuado para reponer las pérdidas del tercer espacio y por evaporación. En general, no se precisa un catéter arterial. Una vez que el cirujano inicia la reintroducción de las vísceras en el abdomen, cambian las necesidades de ventilación. Durante este estadio, la ventilación manual permite que el aneste- siólogo perciba la presión máxima y modifique la presión de la vía aérea. Si la presión máxima es >40 cmH2O, debe informar al cirujano. La cavidad abdominal puede ser demasiado pequeña para las vísceras. El retorno venoso o el flujo sanguíneo de las extremidades inferiores puede verse comprometido. Un pulsioxímetro Capítulo 56 anestesia neonatal392 Capítulo 56 anestesia neonatalCapítulo 56 anestesia neonatal Capítulo 56 anestesia neonatal aplicado en el pie ayuda a detectar estos cambios. La disminución de la perfusión renal puede manifestarse en forma de oliguria. Si no es posible el cierre del abdomen, los cirujanos pueden optar por un cierre fascial (piel) o la colocación de un silo con malla de polipropileno sobre el defecto. En ambas opciones el paciente deberá regresar al quirófano para la corrección final. Los pacientes suelen permanecer intubados después de la cirugía. 16. ¿Cómo se presenta la estenosis pilórica? La estenosis pilórica es un problema quirúrgico frecuente que se observa en 1/300 nacidos vivos. Afecta con mayor frecuencia al sexo masculino, y normalmente aparece a las 2-6 semanas de edad. Los pacientes se presentan con vómitos persistentes. También pueden desarrollar des- hidratación, hipocloremia y alcalosis metabólica. Los vómitos continuados y la deshidratación pueden dar lugar a una acidosis metabólica. En el epigastrio se palpa una tumoración del tamaño de una aceituna. La ecografía para confirmar el diagnóstico ha desplazado en gran medida a la radiología con tránsito baritado. Los cirujanos pueden optar por la reparación laparoscópica del píloro o por un abordaje abierto. 17. Describa el tratamiento perioperatorio de pacientes con estenosis pilórica. Es preciso corregir los desequilibrios electrolíticos y de la volemia antes de trasladar al pa- ciente al quirófano. Se insertará una sonda gástrica y se aplicará aspiración continua. El paciente puede tener un gran volumen gástrico debido al contraste oral para el estudio radiológico. Los pacientes corren riesgo de aspiración, por lo que se efectuará una intubación de secuen- cia rápida o de secuencia rápida modificada. En esta situación, la intubación con el paciente despierto se ha asociado con mayores desaturaciones y una prolongación del tiempo hasta obtener la intubación. La selección de los anestésicos y de los relajantes musculares se orientará en función del tiempo quirúrgico previsto por el cirujano (puede variar de 10 a 60 minutos). ■ Los opiáceos no suelen ser necesarios y deben evitarse en el período intraoperatorio. 18. ¿Son beneficiosas las estrategias específicas de ventilación en los recién na cidos? Han empezado a publicarse estudios que respaldan firmemente el uso de la ventilación protec- tora pulmonar (8 ml/kg) en el tratamiento de recién nacidos con síndrome de dificultad respira- toria, síndrome de broncoaspiración de meconio o hernia diafragmática congénita. Una lesión que ha provocado una mecánica pulmonar heterogénea puede asociarse a una predisposición específica a la sobredistensión debido a los reducidos volúmenes pulmonares absolutos y a una pared torácica muy distendible. La sobredistensión regional y la distensión pulmonar por grandes volúmenes corrientes y presiones elevadas de la vía aérea pueden ser más significativas en los recién nacidos que en los adultos debido a la diferencia en la distensibilidad de la pared torácica y a las presiones del compartimento abdominal. En pacientes con riesgo de síndrome de dificultad respiratoria, además del barotrauma provocado por presiones altas en la vía aérea, se ha identificado el riesgo de atelectrauma causado por las maniobras repetidas de reclutamiento alveolar y la posterior pérdida de volumen pulmonar tras ellas. 19. ¿A qué edad se puede dar de alta a un lactante nacido prematuro después de la cirugía? Los niños prematuros corren un alto riesgo de desarrollar apnea postoperatoria incluso des- pués de procedimientos relativamente menores. La apnea postoperatoria se ha documentado en niños nacidos prematuros hasta las 60 semanas de edad posconcepcional (EPC). Côté et al. (1995) demostraron que, en niños nacidos prematuros, a las 32 semanas de edad gestacional, sometidos a herniorrafia inguinal, el riesgo de apnea postoperatoria fue, como mínimo, del 1% hasta las 56 semanas de EPC. La anemia en lactantes de cualquier edad gestacional y los ante- cedentes de apnea persistente en el domicilio aumentaron el riesgo de padecer apnea postope- ratoria. Capítulo 56 anestesia neonatal Capítulo 56 anestesia neonatalCapítulo 56 anestesia neonatal Capítulo 56 anestesia neonatal 393 © E ls ev ie r. Fo to co pi ar s in a ut or iza ci ón e s un d el ito aplicado en el pie ayuda a detectar estos cambios. La disminución de la perfusión renal puede manifestarse en forma de oliguria. Si no es posible el cierre del abdomen, los cirujanos pueden optar por un cierre fascial (piel) o la colocación de un silo con malla de polipropileno sobre el defecto. En ambas opciones el paciente deberá regresar al quirófano para la corrección final. Los pacientes suelen permanecer intubados después de la cirugía. 16. ¿Cómo se presenta la estenosis pilórica? La estenosis pilórica es un problema quirúrgico frecuente que se observa en 1/300 nacidos vivos. Afecta con mayor frecuencia al sexo masculino, y normalmente aparece a las 2-6 semanas de edad. Los pacientes se presentan con vómitos persistentes. También pueden desarrollar des- hidratación, hipocloremia y alcalosis metabólica. Los vómitos continuados y la deshidratación pueden dar lugar a una acidosis metabólica. En el epigastrio se palpa una tumoración del tamaño de una aceituna. La ecografía para confirmar el diagnóstico ha desplazado en gran medida a la radiología con tránsito baritado. Los cirujanos pueden optar por la reparación laparoscópica del píloro o por un abordaje abierto. 17. Describa el tratamiento perioperatorio de pacientes con estenosis pilórica. Es preciso corregir los desequilibrios electrolíticos y de la volemia antes de trasladar al pa- ciente al quirófano. Se insertará una sonda gástrica y se aplicará aspiración continua. El paciente puede tener un gran volumen gástrico debido al contraste oral para el estudio radiológico. Los pacientes corren riesgo de aspiración, por lo que se efectuará una intubación de secuen- cia rápida o de secuencia rápida modificada. En esta situación,la intubación con el paciente despierto se ha asociado con mayores desaturaciones y una prolongación del tiempo hasta obtener la intubación. La selección de los anestésicos y de los relajantes musculares se orientará en función del tiempo quirúrgico previsto por el cirujano (puede variar de 10 a 60 minutos). ■ Los opiáceos no suelen ser necesarios y deben evitarse en el período intraoperatorio. 18. ¿Son beneficiosas las estrategias específicas de ventilación en los recién na cidos? Han empezado a publicarse estudios que respaldan firmemente el uso de la ventilación protec- tora pulmonar (8 ml/kg) en el tratamiento de recién nacidos con síndrome de dificultad respira- toria, síndrome de broncoaspiración de meconio o hernia diafragmática congénita. Una lesión que ha provocado una mecánica pulmonar heterogénea puede asociarse a una predisposición específica a la sobredistensión debido a los reducidos volúmenes pulmonares absolutos y a una pared torácica muy distendible. La sobredistensión regional y la distensión pulmonar por grandes volúmenes corrientes y presiones elevadas de la vía aérea pueden ser más significativas en los recién nacidos que en los adultos debido a la diferencia en la distensibilidad de la pared torácica y a las presiones del compartimento abdominal. En pacientes con riesgo de síndrome de dificultad respiratoria, además del barotrauma provocado por presiones altas en la vía aérea, se ha identificado el riesgo de atelectrauma causado por las maniobras repetidas de reclutamiento alveolar y la posterior pérdida de volumen pulmonar tras ellas. 19. ¿A qué edad se puede dar de alta a un lactante nacido prematuro después de la cirugía? Los niños prematuros corren un alto riesgo de desarrollar apnea postoperatoria incluso des- pués de procedimientos relativamente menores. La apnea postoperatoria se ha documentado en niños nacidos prematuros hasta las 60 semanas de edad posconcepcional (EPC). Côté et al. (1995) demostraron que, en niños nacidos prematuros, a las 32 semanas de edad gestacional, sometidos a herniorrafia inguinal, el riesgo de apnea postoperatoria fue, como mínimo, del 1% hasta las 56 semanas de EPC. La anemia en lactantes de cualquier edad gestacional y los ante- cedentes de apnea persistente en el domicilio aumentaron el riesgo de padecer apnea postope- ratoria. 1. Los recién nacidos tienen mayor riesgo con la anestesia debido a: Desaturaciones rápidas. Predisposición a la obstrucción de la vía aérea. Sus ventrículos no son distendibles y dependen de una frecuencia cardíaca adecuada para mantener el gasto cardíaco. Pueden experimentar rápidamente una hipotermia. Presentan una función renal y hepática inmadura, que afecta a la farmacología de la medicación administrada. 2. Las emergencias neonatales habituales incluyen: Fístula traqueoesofágica Gastrosquisis Hernia diafragmática congénita Conducto arterioso permeable Onfalocele Obstrucción intestinal Estenosis pilórica 3. La preparación cuidadosa para la anestesia de recién nacidos incluye: Calentar el quirófano y disponer de luces y mantas térmicas, así como de mantas especiales de aire caliente para mantener el calor corporal. Disponer de dispositivos de monitorización estándar en múltiples tamaños. Antes de iniciar el procedimiento, estimar la necesidad de líquido de mantenimiento, el déficit, la volemia y la pérdida hemática aceptable máxima. Limitar la cantidad de volumen administrado con dosificadores intravenosos para prevenir una hidratación excesiva accidental. 4. Todos los pacientes con estenosis pilórica: Deben ser tratados como «pacientes con estómago lleno». Antes de la inducción siem- pre se requiere aspirar el estómago. En general, se presentan con alcalosis metabólica, pero, si la deshidratación es muy importante, pueden presentar una acidosis metabólica. ■ Antes de trasladarlos al quirófano para el procedimiento quirúrgico, es preciso corregir las alteraciones de la volemia y el desequilibrio electrolítico. Los opiáceos suelen ser innecesarios y deben evitarse en el período intraoperatorio. PUNTOS CLAVE: ANESTESIA NEONATAL 20. ¿Protege la anestesia regional al paciente frente al desarrollo de apnea post operatoria? La anestesia intradural sin sedación se ha asociado con una menor incidencia de apnea que la anestesia general. También puede utilizarse bloqueo epidural caudal. La adición de sedación aumenta la incidencia de apnea postoperatoria. bibliografía reComendada 1. Côté CJ, Zaslavsky A, Downes JJ, et al: Postoperative apnea in former preterm infants after inguinal hernio- rrhaphy: A combined analysis. Anesthesiology 82:809–822, 1995. 2. Feldman JM, Davis PJ: Do new anesthesia ventilators deliver small tidal volumes accurately during volumecon- trolled ventilation? Anesth Analg 106:1392–1400, 2008. 3. Schultz MJ, Haitsma JJ, Slutsky AS, et al: What tidal volumes should be used in patients without acute lung injury? Anesthesiology 106:1226–1231, 2007. 4. Vitali SH, Arnold JH: Bench-to-bedside review: ventilator strategies to reduce lung injury—lessons from pedia- tric and neonatal intensive care. Crit Care 9:177–183, 2005.
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