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El REBE
NAJMÁN
SOBRE
LA TORÁ 
 
 
IDEAS DE BRESLOV
SOBRE
LA LECTURA SEMANAL
DE LA TORÁ
 
 
 
COMPILADO POR
JAIM KRAMER
 
 
EDITADO POR
Y. HALL
 
 
TRADUCCIÓN AL
ESPAÑOL
GUILLERMO BEILINSON
 
 
 
BAMIDBAR-
DEVARIM
Números-
Deuteronomio
 
 
 
 
Publicado por
BRESLOV RESEARCH
INSTITUTE
Jerusalem/New York
Copyright © 2012 Breslov
Research Institute
 
Ninguna parte de esta
publicación podrá ser
traducida,
reproducida o archivada en
ningún sistema o transmitida
de
ninguna forma y de ninguna
manera, electrónica,
mecánica,
fotocopiada o grabada o de
cualquier otra manera, sin el
consentimiento previo, por
escrito, del editor.
 
 
Título del original:
 
REBBE NACHMAN’S
TORAH
 
 
 
 
Para más información:
Breslov Research Institute
POB 5370
Jerusalem, Israel.
 
Breslov Research Institute
POB 587
Monsey, NY 10952-0587
Estados Unidos.
 
Breslov Research Institute
c\o G.Beilinson
calle 493 bis # 2548
Gonnet (1897)
Argentina.
e-mail: abei2ar@Yahoo.com.ar
 
Impreso en Argentina
Diseño de cubierta: Ben
Gasner
mailto:abei2ar@Yahoo.com.ar
Indice
 
 
Reconocimientos
Conceptos Generales
 
Números/Bamidbar
 
Parashat Bamidbar
Parashat Nasó
Parashat Behaaloteja
Parashat Shelaj
Parashat Koraj
Parashat Jukat
Parashat Balak
Parashat Pinjas
Parashat Matot
Parashat Masei
 
Deuteronomio/Devarim
 
Parashat Devarim
Parashat Veetjanan
Parashat Ekev
Parashat Reé
Parashat Shoftim
Parashat Ki Tetzé
Parashat Ki Tavó
Parashat Nitzavim
Parashat Vaielej
Parashat Haazinu
Parashat Vezot HaBrajá
 
 
 
Reconocimientos
 
Den gracias a Dios,
anuncien Su Nombre;
hagan conocer entre los
pueblos Sus hazañas
(Salmos 105:1).
 
“Den gracias a Dios”, y así lo
hacemos, pues Él nos dio la fuerza para
completar este segundo volumen de
nuestra serie El Rebe Najmán sobre la
Torá. Esta compilación presenta las
ideas de Breslov sobre los Libros de
Éxodo (Shemot) y Levítico (Vaikrá).
 
Nuestro primer volumen, sobre el
Libro de Génesis (Bereshit), ha sido
ampliamente aceptado, por lo que
agradecemos la respuesta positiva que
hemos recibido de nuestros lectores.
 
También debemos agradecerles a
todos aquellos que ayudaron a completar
este proyecto. Estamos profundamente
agradecidos a Ira Berkowitz, quien
aportó una considerable contribución en
memoria de sus queridos padres, que
descansen en paz. Agradecemos a Alvin
y Elaine Gordon, quienes pusieron en
marcha todo el proyecto a finales de
1990. Apreciamos profundamente el
apoyo constante y el entusiasmo de
Diana Korzenik, Steve y Beryl Reich,
Allan Steinberg y Jay y Lisa Knopf. Y
les damos la bienvenida a nuestro grupo
de dignos sostenes a Jay y Paula
Novetsky.
 
Esta publicación se ha beneficiado
de los excepcionales talentos de R’
Iaacov Dovid Shulman, quien le dio
sentido, en inglés, a las profundas ideas
del Likutey Moharán del Rebe Najmán;
y a Y. Hall, quien con notable pericia
transcribió el Likutey Halajot del rabí
Natán a un lenguaje comprensible
incluso para el lego. Gracias a B. Aber
por el espléndido diseño gráfico.
 
Quiera Dios ayudarnos a ver la
finalización de este proyecto y de
muchos otros, y podamos todos ser
dignos de ver la Llegada del Mashíaj, la
Reconstrucción del Templo y el Retorno
de los Exilados, pronto y nuestros días.
Amén.
 
Jaime Kramer
Tamuz 5771
Julio 2011
 
Conceptos Generales
 
 
Aquellos familiarizados con las
lecciones del Rebe Najmán saben que
éstas suelen comenzar con una cierta
premisa que es luego desarrollada
utilizando textos de prueba tomados de
la Biblia, del Talmud, del Midrash, de la
Kabalá, del Zohar y de otras
enseñanzas. Construyendo y agregando
más ideas, el Rebe entreteje un tapiz
increíblemente hermoso englobando
toda la lección. El rabí Natán sigue el
mismo patrón en sus discursos. Para el
estudiante de Breslov, estas lecciones
combinan un profundo comentario de los
versículos bíblicos junto con una gran
riqueza de consejos para la vida. Pero
para el editor que busca aislar cada
enseñanza no es fácil discernir las
piedras preciosas de los consejos sobre
cada versículo. Es necesario profundizar
en los escritos del Rebe Najmán y del
rabí Natán para encontrar esas pepitas
de oro, pues están intrincadamente
bordadas en sus discursos, de una
manera exquisita.
 
Así, la compilación de esta obra
implicó extraer virtualmente cada
lección “fuera de contexto” y
desarrollarla como una unidad
autónoma. En su mayor parte, los
comentarios del Rebe Najmán y del rabí
Natán se sustentan por sí mismos, pero
muchos de ellos son mejor
comprendidos en el contexto original.
Por lo tanto presentamos este capítulo
como conceptos básicos de El Rebe
Najmán sobre la Torá.
 
Es posible encontrar varios temas
básicos y recurrentes a lo largo de las
enseñanzas de Breslov, entre ellos: la fe,
la verdad, la moral, el cuidado del pacto
de Abraham, el lugar central del Tzadik
en el judaísmo, dar caridad o actuar de
manera caritativa, alegría y felicidad,
guardar y/o cuidar los pensamientos y la
primacía del estudio de la Torá y de la
plegaria. Dado que estas ideas son
centrales al pensamiento judío, se
presentan una y otra vez en las
enseñanzas del Rebe Najmán y siempre
desde un punto de vista diferente. Hay
tres que se destacan más que las otras:
la fe, el pacto y el Tzadik.
 
La Fe 
 
Como explica el Rebe Najmán:
“Afortunados somos de que Moisés nos
diera la Torá que empieza con ‘En el
comienzo creó Dios los cielos y la
tierra’. Se nos ordena creer en Dios sólo
mediante la fe y no entrar en
especulaciones intelectuales” (Sabiduría
y Enseñanzas del Rabí Najmán de Breslov
#5). Ello se debe a que la fe está
imbricada dentro del Acto mismo de la
Creación, como está escrito, “Todas Sus
obras están hechas con fe” (Salmos 33:4).
 
El rabí Natán explica además que
la fe es absolutamente necesaria en
cuatro áreas. Éstas son: la fe en Dios, la
fe en la Torá como un regalo de Dios, la
fe en los líderes rectos (e.g. Moisés, el
rey David y todos los verdaderos
Tzadikim y líderes de la nación judía a
lo largo de las épocas) y quizás la más
significativa de todas, la fe en uno
mismo – en el hecho de que uno es
valioso a los ojos de Dios, que sin
importar cuán lejos se sienta de Dios
uno siempre puede volver a Él, que tiene
un propósito en la vida, que tiene la fe y
la confianza necesarias para tratar con
los demás y la fuerza interna para
cambiar los hábitos y mejorar su vida
(cf. Likutey Halajot, Masá u-Matán 3:6).
 
También incluidas en el concepto
de la fe se encuentran la verdad y la
honestidad, dado que la fe implica
fidelidad y la capacidad de confiar en
los demás, una situación que sólo es
posible mediante la honradez.
 
El Pacto
 
El tema de la moralidad y del
cuidado del pacto hace referencia al
Pacto de Abraham, el brit milá (el pacto
de la circuncisión). El brit milá no es
una ceremonia religiosa que es
celebrada un día y olvidada al siguiente.
Es el pacto eterno entre Dios y el pueblo
judío. El retiro del prepucio del órgano
sexual simboliza el retiro de todo lo que
es impuro en la vida de la persona; con
pureza en la mente y en el corazón la
persona puede entonces utilizar el
órgano de procreación para ser un socio
de Dios en el proceso continuo de la
creación del mundo. Es impensable que
se pueda llegar al abuso de ese poder
procreador para propósitos lujuriosos,
pues ello envenena el mundo con deseos
cada vez mayores y degradantes. Cuando
la persona guarda el pacto y eleva sus
pensamientos e intenciones morales, se
eleva a sí misma y a muchos otros, hacia
una conciencia más exaltada de
honestidad, de decencia y de pureza. En
palabras del Rebe Najmán: “El
principal camino para acercarse a Dios
es el cuidado y la rectificación del
pacto” (Likutey Moharán I, 29:4).
 
El Tzadik
 
El Tzadik es quizás el tema más
recurrente en las enseñanzas del Rebe
Najmán pero es, probablemente, el
concepto menos comprendido. Este
concepto se menciona por primera vez
en una frase del Talmud:
 
Dice el rabí Elazar: El mundo
entero fue creado debido a un solo
Tzadik. Esto lo aprendemosdel
versículo “Dios vio que la luz era
buena” (Génesis 1:4). “Bueno” no es
otra cosa que el Tzadik, como está
escrito, “Di del Tzadik que es
bueno” (Isaías 3:10). El rabí Jiá dijo
en nombre del rabí Iojanan: Pues el
mundo será mantenido en aras de un
solo Tzadik, como está escrito, “El
Tzadik es el cimiento del mundo”
(Proverbios 10:25) (Ioma 38b).
 
Es axiomático el que el Tzadik sea
una figura central del judaísmo. Su
tenacidad en el servicio a Dios pese a
todos los obstáculos -como atestigua el
ostracismo de Abraham debido a su
rechazo de la idolatría y de su enseñanza
en la creencia en Dios- y su completa
anulación delante de Dios al servir
como líder de la nación -como Moisés
que estuvo dispuesto a “borrarse” a sí
mismo si Dios no perdonaba la rebelión
del pueblo judío (Éxodo 32:32)- ha
salvado al pueblo judío una y otra vez a
lo largo de nuestra extensa historia. Ello
se debe a que el Tzadik trasciende este
mundo material y alcanza una
comprensión de lo espiritual incluso
mientras existe en el plano físico. Como
tal, es una especie de puente entre
nosotros y Dios. Por supuesto, ningún
judío necesita de un intermediario entre
él y Dios. Dios ciertamente no necesita
que nadie actúe como Su intermediario y
tampoco nosotros, porque siempre
podemos buscar a Dios y encontrarlo.
Pero el Tzadik ya ha encontrado a Dios
y, por lo tanto, para decirlo de una forma
más simple, conoce la manera eficaz de
hallarlo. Esto significa que es la persona
adecuada para enseñarnos aquello que
debemos saber para poder acercarnos a
Dios.
 
Aun así el Tzadik es mucho más
que un maestro que nos da una óptica
Divina. El Tzadik se encuentra en un
plano tan elevado que en verdad llega a
ser el emisario de Dios para hacernos
llegar Su mensaje. Sólo Moisés pudo
traernos la Torá tal cual la conocemos y
sólo los muy grandes Tzadikim de cada
generación -los profetas, los reyes
justos, los Sabios líderes, los Gaonim,
los Codificadores y demás- son capaces
de transmitirnos las instrucciones de
Dios, la Torá. (En su obra clásica, el
Mishne Torá, Maimónides presenta una
lista de los líderes de cada generación
desde Moisés hasta el final de la era
Talmúdica). Y los Tzadikim reciben
desde Arriba el poder para enseñar la
Torá tal cual lo consideren adecuado -
por ejemplo, los Sabios Talmúdicos
introdujeron muchas leyes y guías
nuevas para preservar la observancia de
la Torá. De la misma manera, en cada
generación, los Tzadikim ejercen un
“poder Divino” para dirigir a la nación
de acuerdo a su comprensión de la Torá
y en concordancia con la generación en
la cual viven.
 
Éste es un concepto muy audaz,
pero no es nuevo. De la Torá misma
aprendemos que el Tzadik tiene poder. A
lo largo de las Escrituras, encontramos
el versículo “Vaidaber IHVH el Moshé
lemor - Dios le habló a Moshé,
diciendo” (Éxodo 13:1; 14:1; 25:1; 30:11; et
al.). Vaidaber (וידבר, “Él habló”)
proviene de la misma raíz que DaBaR
;Rashi sobre Deuteronomio 31:7) (líder ,דבר)
ver Sanedrín 8a). El rabí Natán explica
que cuando Dios le habló a Moisés, no
sólo le habló a él y le dio directivas,
sino que también le pasó esa directiva y
liderazgo al mismo Moisés. Con cada
Vaidaber, Dios le entregó el liderazgo y
la dirección a Moisés, para que él
implementase las enseñanzas tal como lo
considerase adecuado (Likutey Halajot,
Milá 2:8).
 
Entender la grandeza del Tzadik
es algo esencial para nuestra
comprensión de la Torá. El Talmud, el
Midrash, el Zohar, la Kabalá y
virtualmente todas las enseñanzas
jasídica están repletas de afirmaciones
sobre la grandeza del Tzadik y de su rol
central en el judaísmo. El Rebe Najmán
enfatiza en su enseñanza más importante
sobre el hitbodedut que cada persona
debe desarrollar su propia y directa
conexión con Dios (Likutey Moharán I, 52;
Ibid. II, 25). Pero el Tzadik es un Tzadik,
un líder que se entrega en aras de los
demás sin buscar remuneración alguna y
que continuamente dará de sí mismo
hasta el fin.
 
Todos comprenden la importancia
de tener líderes calificados - ¡no hace
falta más que ver la expresión de
emoción y determinación en un día
electoral cuando la gente corre a las
urnas para votar por el político más
mediocre! Pero el Rebe Najmán
considera el liderazgo desde un punto de
vista muy diferente. Su concepto del
liderazgo incluye personas tales como
Abraham, Moisés, el rey David y el rabí
Akiba, personas que entregaron sus
vidas por los demás sin ocuparse de sí
mismas. Por ese motivo, la Torá termina
con el fallecimiento de Moisés, pues una
vez que nos unimos a un Tzadik así,
estamos en el sendero correcto.
 
Pero en verdad la Torá no termina
sino que comienza una y otra vez. Y es
por eso que encontraremos muchas
enseñanzas en El Rebe Najmán sobre la
Torá que se explican al comprender el
papel del Tzadik en nuestras vidas.
 
Números > Bamidbar
Parashat Bamidbar
 
 
 
1:2 “Toma el censo de toda
la congregación de los hijos
de Israel, por sus familias,
por sus casas paternas,
conforme a la cuenta de los
nombres, de todos los
varones individualmente”.
 
Toma el censo
 
Debido al amor de Dios por el pueblo
judío Él le ordenó a Moisés que los
contase. Cuando cayeron debido al becerro
de oro, fueron contados. Cuando el
Tabernáculo fue establecido, fueron
contados (Rashi).
 
La idea de contar a los judíos
representa contar a las legiones del Rey.
Al contar a los judíos, Dios demostró
cuán valiosos eran para Él. Cada judío
tiene su propio y especial lugar y cada
uno marca una diferencia. En nuestro
actual exilio, el número de judíos es
limitado y puede por lo tanto ser
contado. Pero en el Futuro, cuando las
impurezas sean eliminadas del mundo, el
número de judíos aumentará más allá de
toda cuenta (cf. Hoshea 2:1). Pues en
verdad, las almas judías trascienden el
tiempo y el espacio - trascienden el
número (Likutey Halajot IV, p. 96).
 
Podemos percibir la misma idea de
una “cuenta” en la manera en que Dios
enumeró los Días de la Creación. Tan
pronto como el mundo fue creado, Dios
le dio a cada día un número: el Primer
Día, el Segundo Día, el Tercer Día y así
en más. La santidad trasciende el tiempo
y el espacio y no puede ser numerada ni
contada. Pero en este mundo de
impurezas, Dios estableció un sistema
para que sea posible contar. Así, uno
debe presentarse para ser contado y
representar así su bien y su posición.
Pero en el Futuro, los judíos serán
incontables (ibid.).
 
Toma el censo
 
No está permitido contar a los judíos
per se. Si hay necesidad de censarlos, la
gente se enumera mediante el medio
shekel con el que cada uno contribuye al
Templo. Pero, si es peligroso contar a
los judíos, ¿por qué deben dar los
shekalim? ¿Por qué no evitar
directamente toda cuenta?
 
En este caso, el censo era una
consecuencia necesaria del pecado del
becerro de oro. El pecado le roba a la
persona las “chispas de santidad” que
posee. Después de que los judíos
pecaron, la cuenta se volvió necesaria
para identificar y tratar de recuperar lo
que se había perdido, para volver a
elevarlo hacia la santidad (Likutey
Halajot II, p. 105a).
 
 
1:3 “De edad de veinte años
para arriba, todos los que
pueden salir a la guerra en
Israel, tú y Aarón los
contarán por sus
divisiones”.
 
Todos los que pueden salir a la guerra
 
Todos los judíos deben estar
dispuestos a batallar por Dios. Esto sólo
es posible cuando están unidos en su
objetivo. Así, Moisés contó en el
desierto a los judíos que estaban
dispuestos a luchar por Dios (Likutey
Halajot VII, p. 150).
 
 
2:2 “Los hijos de Israel
acamparán cada cual junto
a su propia bandera, bajo el
estandarte de sus casas
paternas; dando frente a la
tienda de reunión,
acamparán a su alrededor”.
 
El campamento de los hijos de Israel
 
Los judíos acampaban en el desierto
alrededor del Arca, que estaba en el
centro (ver Rashi).
 
Cada judío corresponde a una letra
en la Torá. Sólo cuando están unidos
puede la Torá estar “completa”. Así,
leemos sobre la unidad del pueblo judío
inmediatamente antes de Shavuot, la
festividad de la recepción de la Torá
(Likutey HalajotII, p. 105a).
 
El campamento de los hijos de Israel
 
Los judíos les dicen a las naciones, “¿De
qué grandeza pueden hablar ustedes que
pueda compararse con la grandeza del
campamento de los judíos en el
desierto?” (Tanjuma, Bamidbar 11).
 
En el desierto, los judíos
acampaban de acuerdo a las tribus. Cada
tribu era completamente diferente a las
otras en tamaño, posición y naturaleza y
cada una se distinguía por su propia
bandera que tenía su propios colores
tribales. Pero pese a sus muchas
diferencias, todas las tribus se aferraban
a su fe en el Dios Único, unidas en su fe,
revelando la Unidad de Dios (Likutey
Halajot V, p.198a-396).
 
Acamparán
 
Cada vez que los judíos se ponían
en movimiento, desmantelaban el
Tabernáculo y lo volvían a armar en su
nuevo campamento. Adonde fuera que se
rearmaba el Tabernáculo, éste mantenía
la santidad del Tabernáculo armado
inicialmente por Moisés. De aquí
aprendemos que cuando viajamos,
podemos llevar nuestra santidad con
nosotros y restablecerla allí en donde
estemos (Likutey Halajot I, p. 236a-472).
 
Dando frente a la tienda de reunión,
acamparán a su alrededor
 
El Tabernáculo era el asiento para
la Presencia Divina, que se manifestaba
a través de la plegaria de los judíos.
Toda la nación judía acampaba
alrededor del Tabernáculo, dado que
cada judío adquiría una porción en él
mediante sus plegarias.
 
Por ejemplo, así como las
contribuciones de los judíos se
combinaron para hacer las 100 basas de
plata para las columnas, las barras, los
pilares, las cortinas y los utensilios del
Tabernáculo, de la misma manera, hoy
en día, cuantos más judíos se sumen a la
plegaria, más partes del Tabernáculo
serán construidas, hasta que la Presencia
Divina vuelva a revelarse una vez más
(Likutey Halajot VIII, p. 102a).
 
Acamparán cada cual junto a su
propia bandera
 
Cada judío posee un punto bueno
individual en el cual Dios se regocija.
De manera similar y a una escala
nacional, cada una de las Doce Tribus
estaba representada por una bandera
diferente y una piedra diferente en el
Pectoral del Cohen Gadol. A partir de
aquí aprendemos la importancia de
desarrollar nuestra individualidad
(Likutey Halajot II, p. 25a).
 
Más aún, no podemos aceptar
verdaderamente la Torá hasta que no se
manifieste la individualidad de cada
uno. Por ello Parashat Bamidbar (que
comienza con el censo de todos los
judíos, tribu por tribu) se lee en el
Shabat previo a Shavuot, enseñándonos
la importancia de establecer nuestra
individualidad antes de poder
unificarnos en una causa común (ibid., II,
p. 50).
 
Las diferencias entre las tribus y
sus banderas y colores representativos
también hacen referencia a las diferentes
alusiones que despiertan a la persona al
servicio a Dios. Cada persona percibe
las obras de Dios desde un punto de
vista diferente y el “llamado para
juntarse para la guerra” (contra las
fuerzas del mal) se manifiesta de manera
diferente para cada uno (ibid.).
 
Los campamentos sagrados y los viajes
por el desierto
 
Los judíos pecaron con el becerro
de oro porque le prestaron atención a la
multitud mezclada, que los confundió
con falsas interpretaciones de Torá. Su
pecado fue rectificado mediante el
Tabernáculo, que los acompañó a través
de sus viajes por el desierto. Al viajar
junto con el Arca Sagrada (que contenía
los Diez Mandamientos), los judíos
obtuvieron la capacidad de “armar y
desarmar la Torá” - estudiarla y
comprenderla apropiadamente. De esa
manera, rectificaron su falsa
comprensión de la Torá y los pecados
cometidos debido a sus malas
interpretaciones (Likutey Halajot II, p.
166).
 
 
2:3 “Los que acampen hacia
el este, hacia donde se
levanta el sol, serán los de la
bandera del campamento de
Iehudá, según sus
escuadrones, siendo el
príncipe de los hijos de
Iehudá, Najshón, hijo de
Aminadav”.
 
Los que acampen hacia el este, hacia
donde se levanta el sol
 
Las Doce Tribus, divididas en
cuatro campamentos, representan los
doce meses divididos en las cuatro
estaciones del año. De manera similar,
representan las doce horas del día
divididas en cuatro cuartos.
 
La primera estación incluye los
meses de Nisán, Iyar y Sivan. Ese
período incluye el Éxodo de Egipto (en
Nisán), los cuarenta y nueve días de la
Cuenta del Omer (desde Nisán hasta
Sivan) la Revelación en el Sinaí (en
Sivan), marcando el comienzo del
período en el cual los judíos fueron
llevados cerca de Dios. Esta estación es
un paralelo de las tres Tribus de Iehudá,
Isajar y Zebulún, quienes acampaban en
el este, donde se levanta el sol y
comienza el primer cuarto del día. Así,
el Shemá debe ser recitado en el primer
cuarto del día, asegurando así que el día
comience con una declaración de fe que
nos acerque a Dios (Likutey Halajot I, p.
165a).
 
La bandera
 
Los cuatro campamentos que
rodeaban el Arca Sagrada y los Diez
Mandamientos que estaban dentro del
Arca, aluden a la Canción Cuádruple y a
las Diez Clases de Canciones que serán
reveladas cuando llegue Mashíaj (Likutey
Halajot II, p. 221a).
 
 
3:31 “Ellos estarán a cargo
del Arca, de la Mesa, de la
Menorá, de los Altares y de
los utensilios del santuario
con los cuales ministran y la
Cortina y todo lo
perteneciente a su servicio”.
 
Ellos estarán a cargo del Arca
 
El Arca llevaba a aquellos que la cargaban
(Sotá 35a).
 
De manera similar, los ángeles que
llevan la Carroza Divina (Mercavá) son
llevados por la Carroza. Así, el
versículo dice: “El espíritu de vida está
en los ángeles” (Ezequiel 1:20). El
espíritu de vida de Dios está en los
ángeles y los lleva, aunque parece como
si fuesen ellos quienes llevan a la
Carroza.
 
Por ese motivo, cuando la persona
les ofrece algo de tomar a otros, también
se la invita a recitar la bendición sobre
las bebidas. Inicialmente, ella ofreció
“llevar” -o proveer- las bebidas. Ahora,
recita una bendición sobre la bebida y la
bebida “la lleva” espiritualmente a ella.
 
BeRaJá (ברכה, bendición), es un
acrónimo para la frase Ki Rúaj HaJaiá
BaOfanim (“El espíritu de vida está en
los ángeles”) (Likutey Moharán II, 69).
 
 
3:45 “Toma a los Levitas en
lugar de cada primogénito
entre los hijos de Israel, y
los ganados de los Levitas en
lugar de sus ganados. Así,
los Levitas serán Míos. Yo
soy Dios”.
 
Toma a los Levitas en lugar de cada
primogénito
 
Lo primero es la sabiduría (Salmos
111:10).
 
Lo “primero” (i.e., el primogénito)
representa la sabiduría. Los egipcios
deificaron a los primogénitos, pues ellos
representaban la superioridad de su
sabiduría atea. Cuando Dios golpeó a
los primogénitos egipcios (i.e.,
demostró que su sabiduría y su ateísmo
no eran nada), los judíos quedaron
atrapados en el exilio. Entonces se
reveló la verdadera sabiduría -es decir,
la “supremacía del primogénito”,
representando la verdadera fe- y se hizo
posible el Éxodo.
 
El ateísmo prolifera entre aquellos
que no llevan una vida espiritual
productiva. Podemos vencer al ateísmo
dando caridad, pues la caridad
representa una vida larga y
espiritualmente satisfactoria, como en
“Arroja tu pan sobre las aguas, pues lo
encontrarás luego de muchos días”
(Eclesiastés 11:1). Mediante la mitzvá de
la redención del primogénito, redimimos
a la sabiduría que puede haber sido
dañada y la llevamos hacia una vida
santificada. El dinero de la redención va
al Cohen, quien representa el Favor
Divino, la caridad, una vida
satisfactoria y la bondad.
 
Esta redención debe tener lugar tan
pronto como el niño tiene un mes de
edad. JoDeSh (חודש, mes) es similar a
JiDeSh (חדש, renovar). Debemos
renovarnos continuamente para no
envejecer, para no tener que vivir una
vida insatisfactoria (Likutey Halajot V, p.
41-210a-420).
 
 
3:47 “Toma cinco shekels
por cabeza, utilizando el
shekel del santuario. Un
shekel es equivalente a
veinte guerás”.
 
Cinco shekels por cabeza
 
Iosef fue vendido por el mismo monto,
cinco shekels - el equivalente a veinte
piezas de plata (Rashi).
 
¿Cuál es la conexión entre la venta
de Iosef y la redención del primogénito?
La santidad del primogénito
corresponde a daat(conciencia de
Dios), que es la esencia del
“nacimiento”. Daat está representado
por la letra hei (ה). Hasta que Dios no le
agregó la hei al nombre de Abraham (ver
Génesis 17:5), éste no pudo tener
descendencia en el verdadero sentido.
Pudo engendrar a Ishmael antes de que
se le agregara la hei, como mucha otra
gente que tiene hijos sin esa letra hei en
sus nombres. Pero para el nacimiento de
Itzjak, quien sería la conexión en la
transmisión y revelación de la Divinidad
en este mundo, fue necesaria la hei (ver
Likutey Moharán I, 53).
 
La letra hei (que tiene el valor de
5) corresponde a los cinco shekels de la
redención. Así, la redención del
primogénito trae el daat que fue
oscurecido debido a la venta de Iosef
(Likutey Halajot V, págs. 212a-424, 215a).
 
 
3:48 “Y les darás el dinero a
Aarón y a sus hijos como
una redención por los
primogénitos que exceden el
número de Levitas”.
 
Le darás el dinero a Aarón
 
Fue por la riqueza que les diste que ellos
hicieron el becerro de oro (Berajot 32a).
 
La riqueza es una gran bendición.
Cuando es utilizada de la manera
apropiada, puede elevar a la persona
hacia grandes alturas espirituales. Pero
muy comúnmente, la riqueza se
transforma en un medio que la gente
utiliza para alejarse de Dios. Cuando los
judíos en el desierto pidieron un ídolo y
mataron a Jur, quien se interpuso en su
camino, Aarón hizo alusión al mal uso
que habían hecho de la riqueza diciendo,
“Quítense sus anillos de oro... traiganlos
a mí [para construir un ídolo]” (Éxodo
32:2). Debido a que corrompieron su
riqueza, los primogénitos perdieron el
derecho a llevar a cabo el servicio a
Dios. Después del establecimiento del
Tabernáculo, los primogénitos se
redimieron al darle su riqueza a Aarón
el Cohen Gadol (Likutey Halajot V, p. 430-
216a).
Parashat Nasó
 
 
5:12 “Habla a los hijos de
Israel y diles: Cuando la
mujer de un hombre se
desvíe, portándose
deslealmente para con él”.
 
La sotá
 
El sufrimiento del pueblo judío es
un paralelo del sufrimiento de la sotá
(mujer sospechosa de adulterio).
 
Las aguas amargas que debe beber
la sotá representan el sufrimiento de los
judíos durante los exilios (Zohar III, 124).
La humillación de ser forzada a tomar
las aguas amargas que probarán su
culpabilidad o inocencia es un medio
para el perdón. Si ella está libre de
pecado, las aguas que beba (i.e., sus
sufrimientos) le darán alivio del
sufrimiento y será bendecida con
fertilidad. Si ella ha pecado pero
confiesa su pecado, entonces la
humillación será su expiación y será
perdonada. Pero si se niega a admitir su
pecado, las aguas servirán para
aumentar su sufrimiento (Likutey Halajot
II, p. 102a-204).
 
Lo mismo se aplica a la nación
judía. Pese a su sufrimiento a lo largo de
todos los exilios, las “aguas amargas”
que han “bebido” sirven para que los
judíos sean “fértiles” y crezcan física,
financiera y espiritualmente.
 
 
5:14 “Cuando le llegue a él
un espíritu de celos de modo
que tenga celos de su mujer,
siendo ella adúltera; o le
llegue un espíritu de celos a
él de modo que tenga celos
de su mujer, aunque ella no
haya sido adúltera”.
 
Cuando le llegue a él un espíritu de
celos de modo que tenga celos de su
mujer
 
El amor que no está acompañado por
sentimientos de celos no es un verdadero
amor (Zohar I, 245a).
 
Este versículo hace referencia a la
pareja cuyo matrimonio es una expresión
del amor más grande y profundo, debido
al cual el hombre puede sentir celos de
su esposa aunque ella no tenga culpa
alguna. Tal pareja posee el nivel más
elevado de santidad y refleja la pureza
del mismo Mashíaj (Likutey Moharán II,
32:4).
 
 
5:17 “El Cohen tomará agua
santa en una vasija de
barro. Luego tomará algo
del polvo del suelo del
Santuario y lo pondrá en el
agua”.
 
Tomará algo del polvo del suelo
 
Si ella es culpable, recibirá el castigo. Si
es inocente, podrá tener hijos más
fácilmente y éstos serán mucho más
saludables (Rashi sobre Números 5:28).
 
La sotá es probada con tierra, que
corresponde a Maljut, la sefirá más baja
que interactúa con este mundo,
distribuyendo la abundancia y
ejecutando el castigo. Si la sotá es
inocente, será limpiada por Maljut y se
beneficiará de ello. Si es culpable,
Maljut ejecutará el castigo (cf. Likutey
Moharán I, 49:7). Muchas cosas en este
mundo tienen un doble poder, haciendo
que la persona se beneficie o, Dios no lo
permita, sufra de acuerdo a sus acciones
(Likutey Halajot IV, p. 6).
 
 
5:23 “Entonces el Cohen
escribirá estas maldiciones
en un pergamino y las
borrará en las aguas
amargas”. 
 
Las borrará en las aguas amargas
 
Durante la ceremonia de la sotá, que
determina si la mujer le fue infiel a su
marido, el Nombre de Dios se escribe en
un trozo de cerámica que luego es
sumergido en el agua, haciendo que el
Nombre se borre. Es como si Dios
estuviese diciendo, “Mi Nombre, que fue
escrito en santidad, puede ser borrado
para traer la paz entre el esposo y la
esposa”.
 
Siendo así, dicen nuestros Sabios, para
traer la paz entre los judíos y Dios,
ciertamente los libros ateos pueden ser
borrados del mundo (Shabat 116a).
 
Muchos libros sagrados fueron
escritos en las generaciones anteriores.
Ellos están aludidos en los escritos
sagrados, pero ninguno ha llegado hasta
nosotros. ¿Por qué?
 
Esos libros sagrados corresponden
al Nombre de Dios (ver Zohar I, 37b). Así
como el Nombre de Dios era borrado
para traer la paz entre el esposo y la
esposa, de la misma manera, esos libros
sagrados fueron destruidos para traer la
paz entre Dios y el pueblo judío. Pues
además de esos libros sagrados, también
existían muchos libros de ateísmo y
herejía. Si estos últimos se hubieran
difundido, habrían imposibilitado el
acercamiento a Dios del pueblo. Por lo
tanto, cuando los libros sagrados de
enseñanzas de Torá desaparecen del
mundo también desaparecen los libros
de enseñanzas heréticas, y entonces es
posible acercarse a Dios (Likutey
Moharán II, 32:5).
 
 
6:2 “Habla a los hijos de
Israel y diles: Cuando algún
hombre o mujer hiciere un
voto especial, voto de Nazir
para Dios”.
 
Nazir para Dios
 
Las palabras adicionales “para
Dios” enseñan que todo voto que haga la
persona debe tener el objetivo de
acercarla a Dios (Likutey Halajot III, p.
14a).
 
Nazir
 
Incluso su cabello es sagrado, pues
el Nazir que se ha prometido a Dios trae
su santidad del nivel de “El cabello de
su cabeza era como lana limpia” (Daniel
7:9), que corresponde al nivel de Atik, el
nivel de Keter. La porción de Torá del
Nazir siempre se lee en Shabat después
de Shavuot, dado que Shavuot también
representa el nivel de Keter, cuya
santidad se alcanza al contar el Omer
(Likutey Halajot III, p. 218).
 
 
6:23 “Habla a Aarón y a sus
hijos y diles: De esta
manera han de bendecir a
los hijos de Israel
diciéndoles:”.
 
De esta manera han de bendecir...
diciéndoles
 
Las Escrituras utilizan la palabra
“diciéndoles” para evocar las Diez
Expresiones con las cuales fue creado el
mundo (ver Avot 5:1).
 
Cuando Dios creó el mundo, Sus
bendiciones fueron colocadas dentro de
Sus “Decires” (“Dijo Dios...”). Así,
cuando Dios instruyó a Aarón y a sus
hijos para recitar el Birkat Cohanim
(Bendición Sacerdotal), Él dijo,
“Diciéndoles” - extiendan esas
bendiciones que ya fueron colocadas en
potencia en el mundo, para que puedan
concretarse (Likutey Halajot I, p. 342).
 
De esta manera han de bendecir a los
hijos de Israel... Que ellos coloquen
Mi Nombre sobre el pueblo judío y Yo
lo bendeciré
 
Koh (“De esta manera”) - en la Lengua
Sagrada (Sotá 38a).
 
Koh hace referencia a una lengua
sagrada, a una señal de bendición y a un
recipiente que es posible utilizar para
recibir las bendiciones. Así, “Que ellos
coloquen Mi Nombre sobre el pueblo
judío” - pues el nombre de la persona es
su esencia (cf. Génesis 2:19). Cuando uno
tiene un recipiente, puede recibir el
Nombre de Dios - i.e., Su Esencia.
Entonces la bendición se recibirá
automáticamente: “Yo los bendeciré”.
 
“Dios te bendiga y te proteja” -
dándote riqueza y evitándote todo daño,
debido aque has cuidado el pacto, que
trae bendiciones y abundancia. “Dios
haga brillar Su Rostro sobre ti” - porque
merecerás un rostro brillante y la pureza
de corazón que ilumina el rostro. “Dios
te muestre Su Rostro y te dé paz” - 
merecerás quebrar la gula, pues con la
pureza del pacto y con una lengua
sagrada, la persona puede sustentarse
mediante la esencia interna de la
comida, por el alimento espiritual. Esto
se merece mediante la “paz” - un pacto
cuidado (Likutey Halajot I, p. 182a).
 
De esta manera han de bendecir a los
hijos de Israel
 
La bendición debe ser pronunciada en la
Lengua Sagrada (Sotá 38a).
 
La bendición sólo llega a través de
la lengua sagrada (Likutey Moharán II, 2:5)
- es decir, una lengua que no se dedica a
decir vulgaridades, calumnias, burlas y
demás. Sólo la persona que tiene una
lengua así puede traer bendiciones.
 
De esta manera han de bendecir...
diciéndoles
 
Cuando el Tzadik necesita pedirle
algo a Dios, puede suceder que Dios no
le otorgue su pedido. Ello se debe a que
“A veces Él escucha y a veces Él no
escucha” (Zohar I, 105b).
 
Sin embargo, hay un Tzadik que
siempre puede bendecir a los demás. Él,
si así pudiera decirse, instruye a Dios,
“De esta manera Has de bendecir...
Diciéndoles”. Es decir, “¡Yo digo que
deberá ser así: ‘Dios te bendiga y te
proteja’!” (Números 6:24) (Likutey
Moharán I, 223).
 
De esta manera han de bendecir
 
Cuando los Cohanim bendecían a
los judíos en el Santuario, extendían sus
manos. La bendición que recitaban
estaba compuesta de sesenta letras, esas
sesenta letras corresponden a los
“sesenta hombres fuertes” (Cantar de los
Cantares 3:7). “Fuerte” indica abundancia,
en el hecho de que la lluvia, que trae
abundancia material, es mencionada en
la frase “fuertes lluvias” (Berajot 33a).
Por lo tanto la Bendición de los
Cohanim trae abundancia y bendición
(Likutey Moharán I, 4:10).
 
 
6:24 “Dios te bendiga y te
proteja”.
 
Birkat Cohanim - la Bendición
Sacerdotal
 
“Dios te bendiga y te proteja” - Él
te bendiga con una riqueza santa (por la
cual no tengas que trabajar muy duro y
estés libre y puedas dedicarte a la
búsqueda espiritual) y te proteja del
daño y de otros temores. En su lugar,
merecerás el temor a Dios.
 
“Dios haga brillar Su Rostro sobre
ti” - esto representa el Favor Divino.
 
“Dios te muestre Su Rostro y te dé
paz” - la revelación del Rostro de Dios
se evoca mediante la caridad. Al dar
caridad, merecemos la paz, como en
“Cuanta más caridad, más paz” (Avot
2:7) (Likutey Halajot I, p. 185a).
 
Birkat Cohanim - la Bendición
Sacerdotal
 
Las tres bendiciones del Birkat
Cohanim aluden a los tres “puntos”
básicos que la persona debe despertar
cada día para experimentar la
Divinidad. Uno es el “punto” propio de
la persona, que es único de ella. El
segundo es el “punto” de su amigo, que
es único y propio de él. El tercero es el
del Tzadik, cuyo “punto” engloba a
todas las personas.
 
Recibir la primera bendición,
“Dios te bendiga y te proteja”
corresponde a recibir el punto del
Tzadik. El Tzadik es el canal para todas
las bendiciones, dado que toda la
abundancia fluye a través de la sefirá de
Iesod (que corresponde al Tzadik).
Recibir la segunda bendición, “Dios
haga brillar Su Rostro sobre ti”,
corresponde a recibir el “punto” del
amigo, dado que todo amor que se
desarrolle entre la gente revela más el
Rostro de Dios en el mundo. Recibir la
tercera bendición, “Dios te muestre Su
Rostro y te dé paz”, corresponde a
recibir los beneficios del “punto”
propio de uno mismo, que, al
desarrollarse apropiadamente, trae la
paz interior (Likutey Halajot I, p. 189a-338-
190a).
 
6:25 “Dios haga brillar Su
Rostro sobre ti y te muestre
gracia”.
 
Y te muestre gracia
 
ViJuNeKa (ויחנך, “Te muestre
gracia”) es similar a JaNuKa (חנוכה).
Cuando la persona observa la mitzvá de
Jánuca, encuentra gracia ante los ojos de
Dios (Likutey Moharán II, 7:11).
 
Y te muestre gracia
 
Él te dará gracia y favor (Sifri 41).
 
El principal favor que la persona
obtiene es el favor que Moisés tuvo ante
los ojos de Dios (Éxodo 33:17). De ese
favor provienen los Trece Atributos de
Misericordia. Cuando la persona
alcanza ese nivel, se hace meritoria de
la paz (Likutey Halajot I, p. 298-150a).
 
 
6:26 “Dios te muestre Su
Rostro y te dé paz”.
 
Y te dé paz
 
La bendición final es la paz, pues la paz es
el recipiente que contiene todas las
bendiciones (Uktzin 3:12).
 
Así, los Cohanim podían atraer la
luz Celestial y dirigirla hacia la paz
(Likutey Halajot III, p. 284).
 
 
6:27 “Que ellos pongan Mi
Nombre sobre el pueblo
judío y Yo lo bendeciré”.
 
Yo lo bendeciré
 
Cuando una persona es bendecida,
recibe la bendición en un recipiente
espiritual denominado ANI (אני, yo).
Esta palabra está compuesta por las
letras alef, nun, iud.
 
Alef (אלף), que significa “enseñar”
o “estudiar”, representa al Tzadik. Cada
judío es conceptualmente un Tzadik,
como dice el versículo: “Tu pueblo, son
todos Tzadikim” (Isaías 60:21). Y el
Tzadik es conocido como ALeF, como
en “Nuestros grandes (ALuFeinu) son
aceptables” (Salmos 144:14).
 
Nun (נ) connota Maljut, que
corresponde al habla.
 
Iud (י) indica Jojmá, que hace
referencia al pensamiento.
 
Cuando el judío unifica el
pensamiento con el habla (en particular
cuando se concentra en las palabras de
la plegaria que está recitando),
conforma ANI, un recipiente para poder
captar las bendiciones (Likutey Moharán I,
73).
 
 
7:1 Y fue en el día en que
Moisés terminó de erigir el
Tabernáculo, que lo ungió y
lo santificó con todos sus
utensilios. También ungió el
Altar y sus utensilios y lo
santificó.
 
En el día en que Moisés término
 
La palabra KaLoT (כלות, terminó)
se lee y se estudia como si la vav no
existiese (i.e., כלת, KaLoT) (Zohar I,
236b). Por lo tanto la frase KaLoT
Moshé (כלות משה, “Moisés terminó”)
puede leerse como KaLaT Moshé (משה
.(”la novia de Moisés“ ,כלת
 
El Tabernáculo corresponde a la
Presencia Divina. Moisés trascendía el
Tabernáculo y fue así capaz de traer
hacia él la Divinidad. Por lo tanto, el
Tabernáculo es llamado “la novia de
Moisés” (i.e., el dominio de Moisés).
 
Más aún, KaLot (כלת) es un
acrónimo de la frase Kapará Lejol
Toldotam (“Perdón para toda su
descendencia”) (Musaf de Rosh Jodesh).
La dedicación del Tabernáculo por
Moisés comenzó un proceso de
rectificación para el mundo entero y
específicamente para el pueblo judío
(Likutey Moharán I, 151).
 
 
7:3 Trajeron delante de
Dios, como ofrenda suya,
seis carros cubiertos y doce
bueyes; un carro de parte de
cada dos príncipes y un
buey de parte de cada uno
de ellos y los presentaron
delante del Tabernáculo.
 
Trajeron delante de Dios, como
ofrenda suya, seis carros
 
La tribu de Isajar les dio a las otras tribus
la idea de donar bueyes y carros. Isajar
hizo notar que el Tabernáculo estaba
“flotando” (i.e., no había con qué
llevarlo). Por lo tanto cada tribu trajo
como donación bueyes y carros para
transportarlo (Ialkut Shimoni, Nasó
713).
 
El consejo de Isajar se aplica
similarmente a las devociones a Dios de
cada persona. Dado que la
espiritualidad es trascendente, uno debe
estar “plantado” - i.e., debe crear un
medio para transportarse en su viaje
espiritual (Likutey Halajot II, p. 50). Los
hijos de Iaacov llevaron su féretro a la
Tierra Santa distribuidos de la misma
manera en que acamparon en el desierto,
pues él representaba la santidad. Cuando
Iaacov vio que Iosef le había enviado
carros, comprendió que Iosef entendía la
necesidad de estar bien plantado al
servir a Dios (Likutey Halajot II, p. 52).
 
 
7:9 Pero a los hijos de Kehat
no les dio ninguno, pues
eran responsables de todas
las cosas santas que
llevaban sobre sus hombros.
 
Eran responsables de todas las cosas
santas que llevaban sobre sus hombros
 
Es posible determinar si la persona
ha aceptado el yugo de la Torá prestando
atención a las melodías que canta. Como
afirman nuestros Sabios: “‘Llevaban
sobre sus hombros’ - ‘llevar’ no es otra
cosa que cantar, como está escrito,
‘Lleva una canción’” (Salmos 81:3)(Erjin
11a). Los hombros implican cargar el
yugo de la Torá (Likutey Moharán II, 31).
Por lo tanto, es posible comprobar la
medida de su aceptación de la Torá a
través de las canciones que canta.
 
 
7:10 Los príncipes también
presentaron sus ofrendas
para la dedicación del Altar,
el día en que fue ungido,
presentando los príncipes
sus ofrendas delante del
Altar.
 
Los líderes tribales trajeron sus
ofrendas para el Tabernáculo
 
Esto alude a los Tzadikim que
contribuyeron con los bueyes para el
Tabernáculo, para llevar los elementos
santificados del Tabernáculo, pese al
hecho de que cuando el Tabernáculo se
desarmaba ya no tenía santidad. Los
Tzadikim son aquellos que contribuyen a
darle fuerza a los judíos para que
puedan cargar con la santidad, aunque la
santidad no sea manifiesta (Likutey
Halajot III, p. 228).
 
Los doce líderes tribales
 
Los doce líderes tribales
corresponden a los doce meses del año,
que se establecían mediante la
proclamación de los Sabios. Más aún,
este pasaje que describe las doce
ofrendas se lee en Jánuca, una festividad
establecida por los Sabios. Así, tanto la
lectura de este pasaje como su alusión a
los doce meses recuerda la fe en los
Tzadikim (Likutey Halajot III, p. 118a).
 
 
7:13 Su ofrenda era una
fuente de plata pesando
ciento treinta shekels y un
tazón de plata pesando
setenta shekels de los
shekels del santuario -
ambos llenos de harina flor
mezclada con aceite para
ofrenda vegetal.
 
La ofrenda de los líderes tribales
 
Las ofrendas llevadas por las
cabezas de cada tribu corresponden a la
aceptación de la Torá a través de los
Tzadikim, rectificando los daños
causados por Adán al comer del Árbol
del Conocimiento y por nuestro propio
comer.
 
“Una fuente de plata pesando ciento
treinta shekels... ambos llenos de harina
flor...” - esto corresponde a Adán, quien
engendró a Set a los 130 años de edad
(Rashi sobre Números 7:19). Adán pecó al
comer del Árbol del Conocimiento; por
lo tanto el tazón estaba lleno de harina
flor.
 
“Un tazón de plata pesando setenta
shekels” - esto hace referencia a Noaj y
a las setenta naciones que salieron de
sus hijos (Rashi, loc. cit.). Cada nación
tiene su propio idioma, que debe ser
elevado a la santidad. Esto se logra
mediante las dos siguientes ofrendas:
 
“Una fuente de oro pesando diez
shekels” -esto alude a los Diez
Mandamientos, a la Torá (Rashi sobre
Números 7:20)- “un novillo joven, un
carnero, un cordero” - correspondientes
a los tres patriarcas (Rashi sobre Números
7:21), quienes revelaron enseñanzas de
Torá.
 
“Un macho cabrío para ofrenda por
el pecado” - para efectuar el perdón del
pecado de vender a Iosef (Rashi sobre
Números 7:23). La venta de Iosef implica
el consejo impropio que se sigue cuando
se está lejos de la Torá.
 
“Dos bueyes para ofrenda de paz” -
correspondientes a Moisés y Aarón
(Rashi sobre Números 7:23), quienes
representan la Torá en su totalidad.
Moisés fue el maestro (la Ley Escrita) y
Aarón fue el discípulo (la Ley Oral).
 
“Carneros, machos cabríos,
corderos” - esto representa a los judíos,
que están divididos en tres grupos:
Cohanim, Levitas e Israelitas.
Alternativamente, representan la Torá,
los Profetas y los Escritos (Rashi, loc. cit.)
(Likutey Halajot III, p. 246).
 
Una fuente de plata
 
Kaarat kesef (fuente de plata) hace
referencia a Adán (Rashi sobre Números
7:19).
 
Su tronco es como marfil pulido (Cantar
de los Cantares 5:14).
 
Así como el tronco es el centro del
cuerpo, el Libro de Levítico es el centro
de la Biblia (Shir HaShirim Rabah
5:14).
 
La palabra KaARaT (קערת, fuente)
tiene el valor numérico de 770, el
mismo que el valor de ESheT (עשת,
pulido). El Libro de Levítico habla
sobre los sacrificios (comer en
santidad). Esos sacrificios rectifican el
daño de Adán, quien pecó al comer del
Árbol del Conocimiento.
 
KaARaT (קערת, fuente) también
tiene las mismas letras que AKeReT
que ,(central o más importante ,עקרת)
hace referencia a la fe, el punto focal
más importante y el centro de la
devoción a Dios (Likutey Halajot III, p.
248).
 
 
7:89 Y cuando Moisés
entraba en la Tienda de
Reunión para hablar con Él,
oía la voz que le hablaba
desde arriba de la Cubierta
que estaba sobre el Arca del
Testimonio, entre los dos
querubines. De esa manera,
hablaba con él.
 
Oía la voz que le hablaba desde arriba
de la Cubierta que estaba sobre el
Arca del Testimonio, entre los dos
querubines
 
La fuente de la profecía está situada
en el espacio por sobre el Arca, entre
los querubines (Likutey Moharán II, 1:6).
Cuando la persona pone el temor a Dios
en su corazón, puede recibir la profecía
desde ese espacio.
 
Oía la voz que le hablaba... Cuando
enciendas las lámparas
 
El principal motivo para encender
la Menorá es traer la luz del Tzadik
hacia el mundo. Esto es evidente a partir
de la proximidad de los versículos “Oía
la voz” (i.e., oía una profecía para
transmitirle a los judíos) y “Cuando
enciendas las lámparas” (i.e., el Tzadik
debe asegurarse de que su profecía
ilumine el mundo) (Likutey Halajot V, p.
48a).
Parashat
Behaaloteja
 
 
8:2 “Habla a Aarón y dile:
‘Cuando enciendas las
lámparas, siete lámparas
han de alumbrar hacia el
rostro de la Menorá’”.
 
Cuando enciendas las lámparas
 
Behaaloteja (“Cuando enciendas las
lámparas”) significa literalmente “cuando
eleves”. Cuando uno enciende una llama,
ésta se eleva (Rashi).
 
La Menorá tenía siete lámparas o
velas. La cabeza de la persona
corresponde a la Menorá: sus “siete
velas” son sus dos ojos, sus dos oídos,
los dos orificios de la nariz y la boca. Si
la persona santifica sus “siete velas” -
santificando la boca al no decir
mentiras, la nariz al inculcar el temor a
Dios, los oídos teniendo fe en los sabios
y los ojos cerrándolos ante el mal-
entonces la llama de su corazón se
elevará e iluminará su rostro con una luz
Divina (Likutey Moharán I, 21).
 
Cuando enciendas las lámparas, siete
lámparas han de alumbrar hacia el
rostro de la Menorá
 
Cuando quieras que las lámparas
iluminen, haz que su luz brille hacia el
“rostro de la Menorá” - i.e., hacia la
fortaleza y las enseñanzas de la columna
central, del Tzadik (Likutey Halajot II, p.
126).
 
Cuando enciendas las lámparas, siete
lámparas han de alumbrar hacia el
rostro de la Menorá
 
La lámpara simboliza el alma,
como está escrito, “El alma del hombre
es una lámpara de Dios” (Proverbios
20:27). Cuando quieras iluminar el alma,
deberás hacerlo hacia el “rostro” de la
Menorá - éste es el Tzadik, cuyo rostro
brilla para todo Israel. Este rostro
brillará incluso en la noche más oscura y
en los lugares más lóbregos. Las siete
lámparas de la Menorá corresponden a
las “siete vacas gordas [i.e., días]” y a
las “siete vacas enjutas” del sueño del
faraón (Génesis 41:1-4). Pese a la
oscuridad que pueda caer sobre la
persona -especialmente la oscuridad que
produce el pecado- el alma puede
volver a encenderse si se queda junto al
Tzadik (Likutey Halajot I, p. 258-130a).
 
Cuando enciendas las lámparas, siete
lámparas han de alumbrar hacia el
rostro de la Menorá... Desde su base
hasta sus flores
 
Las siete lámparas de la Menorá
representan los siete pastores (Abraham,
Itzjak, Iaacov, Moisés, Aarón, Iosef y
David). Moisés, el verdadero Tzadik,
corresponde a la lámpara central, hacia
la cual se inclinan las otras seis
lámparas.
 
El Tzadik es el conducto a través
del cual se llevan a cabo todas las
rectificaciones. Behaaloteja et hanerot
(“Cuando enciendas las lámparas”)
significa literalmente “cuando eleves las
lámparas”, haciendo referencia a la
capacidad del Tzadik para elevar todas
las almas caídas hacia el retorno a Dios.
Así como la Menorá estaba conformada
por una sola pieza de oro, todas las
rectificaciones necesarias están
interconectadas y se obtienen a través
del Tzadik. El versículo alude a este
proceso con las palabras Ad IReKa ad
PiRJá (“desde su base hasta sus flores”)
(Números 8:4). PiRJá (sus flores) también
se traduce como “florecer”, implicando
que incluso IReJ (los niveles más bajos)
“florecerán”y brillarán con la luz
recibida del Tzadik.
 
De acuerdo a Rashi, Moisés tenía
dificultades para visualizar cómo sería
la Menorá hasta que Dios le mostró la
imagen de una menorá de fuego (Rashi
sobre Éxodo 25:31). Esto nos enseña que
todas las rectificaciones derivan de
hecho de Dios Mismo, Quien ayuda al
Tzadik a iluminar los niveles más bajos
(Likutey Halajot VIII, p. 41a-b).
 
 
8:3 Y Aarón así lo hizo;
encendió las lámparas de
modo que alumbrasen hacia
la parte de enfrente de la
Menorá, como Dios había
mandado a Moisés.
 
Encendió las lámparas
 
El Cohen comenzaba encendiendo la
Menorá desde la Ner HaMaaravi (la
lámpara central) y terminaba en la
lámpara del centro. Esta lámpara nunca se
extinguía. Dios no necesita de esa luz,
pero Él la otorga como testimonio a los
judíos de que la Presencia Divina siempre
está con ellos (Menajot 86b; ver Rashi
sobre Números 8:2).
 
Aunque el Cohen comenzaba en el centro,
lo hacía mirando hacia el oeste pues,
como afirman nuestros Sabios, la
Presencia Divina reside en el oeste
(Meguilá 21b).
 
De manera similar todo lo que
enciende o se quema lo hace de acuerdo
a la Voluntad de Dios. Dios no necesita
la luz, pero si no fuera por Él, nada
encendería nunca. Nosotros somos
quienes debemos encender las lámparas,
lo que nos enseña que es nuestra
responsabilidad hacer lo que sea
necesario. Si servimos a Dios, incluso
en lo mínimo, estamos encendiendo
nuestras propias lámparas - nuestras
almas. Entonces Dios nos ayudará,
asegurando que la llama nunca sea
extinguida (Likutey Halajot I, p. 169a-338).
 
 
8:4 Así estaba hecha la
Menorá: de oro batido a
martillo. Desde su base
hasta sus flores, todo era
labrado a martillo. La
Menorá fue hecha
exactamente como la visión
que Dios le había mostrado
Moisés.
 
A martillo
 
La Menorá era miKShá (מקשה,
martillada), implicando que uno debe
ser aKShan (עקשן, perseverante) en su
servicio a Dios (Likutey Halajot II, p. 154).
 
La Menorá
 
La Menorá estaba hecha de un solo
bloque de oro (Rashi).
 
La Menorá tenía muchas copas,
flores y otros ornamentos que hacían
parecer que estaba compuesta por
muchas piezas. Pero, en verdad, estaba
modelada a partir de una sola pieza de
oro. La verdad es sólo una y, para que la
luz de la espiritualidad pueda brillar,
todo debe estar unido como uno (Likutey
Halajot IV, p. 56a).
 
Así, aunque la Menorá tenía una
base, brazos, flores y copas (que
connotan diferencias) estaba hecha para
hacer brillar la verdad del Dios Único
(ibid., V, p. 199a).
 
 
8:6 “Toma a los Levitas de
entre los hijos de Israel y
purifícalos”.
 
Toma a los Levitas
 
El servicio de los Levitas incluía
cantar y ejecutar instrumentos musicales
durante las ofrendas de los sacrificios.
Ello se debe a que la música también
sirve para separar el mal espíritu del
buen espíritu (pues el músico debe
mover sus manos con precisión a lo
largo del instrumento para extraer el
buen espíritu -las notas o sonidos- del
mal espíritu, construyendo así la
melodía; ver Likutey Moharán I, 54:7).
Por el mismo motivo, durante las
plegarias de la mañana recitamos los
Salmos inmediatamente después de
recitar el pasaje sobre los sacrificios
(Likutey Halajot I, p. 220).
 
 
9:7 Esos hombres le dijeron
a él: “Estamos impuros a
causa de un cadáver, ¿por
qué seremos excluidos de
modo que no presentemos la
ofrenda a Dios en su tiempo
señalado, entre los demás
hijos de Israel?”.
 
Pesaj Sheini
 
El pasaje describiendo la mitzvá de Pesaj
Sheini (una segunda oportunidad para
llevar el sacrificio de Pesaj en el mes de
Iyar, para aquellos que estuvieren
ritualmente impuros o que estuvieron de
viaje durante la festividad de Pesaj un mes
antes, en Nisán) debería haber sido
enseñado directamente por Moisés, al
igual que las otras mitzvot. En su lugar,
fue revelada debido a aquellos que
estaban impuros, pues eran gente digna
(Rashi).
 
Aunque estaban ritualmente
impuros en el momento de la ofrenda del
sacrificio de Pesaj, esos judíos nunca
dejaron de tratar de volverse puros o de
buscar la rectificación. “¿Por qué
seremos excluidos [de la mitzvá de]
Pesaj?”, preguntaron. Así, pese a su
impureza, era gente meritoria (Likutey
Halajot VII, p. 54a).
 
Por qué seremos excluidos
 
Aunque la persona esté impura,
nunca debe dejar de anhelar llevar a
cabo una mitzvá. Ese anhelo constituye
el verdadero arrepentimiento. Los judíos
que estaban en un estado de impureza en
el momento del Éxodo no pudieron
realizar la mitzvá de Pesaj. Pero, aun
así, se acercaron a Moisés y le rogaron
que encontrase una manera para que
pudiesen servir a Dios. Debido a su
fuerte deseo, no sólo encontraron una
manera de cumplir con la mitzvá, sino
que de hecho fueron dignos de agregar
un pasaje en la Torá (Likutey Halajot II, p.
103a).
 
 
9:15 Y en el día en que se
erigió el Tabernáculo, la
nube cubrió el Tabernáculo,
la Tienda del Testimonio.
Entonces, al anochecer hubo
la apariencia de un fuego
por sobre el Tabernáculo
hasta la mañana.
 
Al anochecer hubo la apariencia de un
fuego
 
Cuando uno lo merece, incluso la
noche se ilumina como el día (Likutey
Halajot I, p. 99a).
 
 
9:18 Por orden de Dios los
hijos de Israel se ponían en
marcha y por orden de Dios
acampaban; y todo el
tiempo que permanecía la
nube sobre el Tabernáculo,
ellos continuaban
acampados.
 
Por orden de Dios los hijos de Israel
se ponían en marcha y por orden de
Dios acampaban
 
Cada campamento o viaje era un
tzimtzum (constricción) que creaba un
lugar en el cual podía revelarse la
Divinidad. Lo mismo se aplica a
nuestros movimientos hoy en día: todos
tenemos la capacidad de revelar la
Divinidad mediante nuestros viajes
(Likutey Halajot III, p. 65a).
 
 
10:2 “Haz para ti dos
trompetas de plata, labradas
a martillo. Serán tuyas para
reunir a la comunidad y
enviar a los campamentos
en sus viajes”.
 
Las trompetas de plata
 
Las trompetas de plata se hacían
sonar por diversos motivos: para reunir
al pueblo y realizar anuncios o para el
estudio, para señalar el comienzo del
viaje, para llamar a la gente a las armas
y para conmemorar las ofrendas de las
festividades. En un nivel simbólico, los
sonidos de la trompeta eran alusiones
que llevaban a la persona al retorno
hacia Dios. Cada sonido contenía una
alusión diferente, un diferente “llamado
a despertar” para retornar a Dios
(Likutey Halajot II, p. 40a).
 
 
10:10 “También en el día de
sus alegrías y de sus fiestas
solemnes y en los principios
de sus meses, tocarán las
trompetas durante sus
holocaustos y sacrificios de
sus ofrendas pacíficas; y esto
les servirá de recuerdo
delante de Dios, su Señor. Yo
soy Dios, su Señor”.
 
Esto les servirá de recuerdo
 
Oír el shofar es propicio para la
memoria. Es un “llamado para
despertar”, para recordar el Mundo que
Viene (Likutey Halajot II, p. 182a).
 
 
10:25 Después emprendió la
marcha la bandera del
campamento de los hijos de
Dan, el último de los
campamentos, según sus
escuadrones: sobre su
división estaba Ajiezer, hijo
de Amishadai.
 
El campamento de los hijos de Dan, el
último de los campamentos
 
Measef (el último) también significa “el
que recolecta”. Los miembros de la tribu
de Dan recogían los artículos caídos de
las tribus que viajaban delante de ellos en
la formación y retornaban los objetos
perdidos (Rashi).
 
DaN representa la plegaria, como
dijo nuestra matriarca Raquel cuando le
puso el nombre al progenitor de esa
tribu: “DaNani Elohim - Dios me juzgó
[debido a mis plegarias]” (Génesis 30:6).
La plegaria es tan exaltada que puede
“recolectar” todas las almas dispersas
que están “presentes” en todos los
pensamientos y deseos de la gente y
llevarlas hacia el campamento judío
(Likutey Halajot VIII, p. 48b).
 
El último de los campamentos
 
Measef (el último) también significa “el
que recolecta”. Los miembros de la tribu
de Dan recogían los artículos caídos de
las tribus que viajaban delante de ellos en
la formación y retornaban los objetos
perdidos (Rashi).
 
MeaSeF (מאסף, último) es similar a
SoF (סוף, final), que está asociado con
el temor, como en“El fin de todo el
tema, cuando todo ha sido considerado:
Teme al Señor” (Eclesiastés 12:13). Aquel
que alcanza el temor a Dios puede
recolectar todo lo que perdió durante el
curso de su vida (Likutey Moharán I, 56:5).
 
 
10:30 Pero él respondió: “No
iré; sino que volveré a mi
tierra y al lugar de mi
nacimiento”.
 
No iré; sino que volveré a mi tierra y
al lugar de mi nacimiento
 
Itró se unió a los judíos en el desierto
pero se fue antes de la entrega de la Torá
(Zevajim 116a).
 
Todo aquel que viene a estudiar
Torá tiene en sí una mala inclinación.
Ese mal se sustenta a partir de la materia
superflua, tal como las klipot toman su
sustento de los deseos superfluos. Si la
persona oye más de lo que es capaz de
absorber, el mal en ella puede tomar esa
sustancia superflua -aunque sean los
secretos más elevados de la Torá- y
hacerle daño al maestro.
 
Por lo tanto aquel que transmita
enseñanzas de Torá deberá tener
extremo cuidado y no hablar por sobre
la comprensión de sus oyentes,
asegurándose que cada uno oiga sólo lo
que necesita oír y no algo que no sea
apto para su mente -que no le sea
relevante- para no permitir que las
klipot reciban alimento, Dios no lo
permita.
 
La forma de protegerse de esas
klipot es hablar sobre la salvación de
Israel. Las klipot no soportan oír tales
conceptos y huyen. Por lo tanto, cuando
Itró oyó sobre la salvación de los judíos
-i.e., que pronto recibirían la Torá- huyó
(Likutey Moharán II, 47).
 
 
10:35 Cuando el Arca
partía, decía Moisés:
“¡Levántate, oh Dios, y sean
disipados Tus enemigos y
huyan delante de Ti los que
Te odian!”.
 
Cuando el Arca partía... sean
disipados Tus enemigos... Y cuando
ella se asentaba... los millares de los
millares de Israel
 
Estos dos versículos son considerados un
libro separado de la Torá (Shabat 116a).
 
Éste es un gran misterio. ¿Por qué
los versículos 35 y 36 constituyen un
libro separado de la Torá y por qué un
pasaje tan corto fue elegido para
semejante honor? Incluso los Diez
Mandamientos no son considerados un
libro aparte.
 
Como estos versículos hablan de
viaje, el Rebe Najmán enseña que viajar
es una forma de rectificación para el
daño en la fe (Likutey Moharán I, 40). A
donde fuera que uno viaje, deberá
centrarse en el Arca - es decir, en la
Torá y en los Tzadikim que transmiten la
Torá. De esa manera, podrá “disipar a
sus enemigos”. Y cuando descanse,
deberá centrarse en la presencia de Dios
entre “los millares de los millares de
Israel” - pues la principal manera de
adquirir la Torá y de rectificar los
propios daños es generando amor y
unidad entre los judíos (Likutey Halajot
VIII, p. 141a-b).
 
 
11:1 El pueblo comenzó a
quejarse y ello fue malo a
oídos de Dios. Cuando Dios
oyó, se encendió Su ira. El
fuego de Dios ardió contra
ellos, consumiendo el
extremo del campamento.
 
El pueblo comenzó a quejarse
 
Ellos buscaban maneras para alejarse de
Dios (Rashi).
 
Todos tienen una mala inclinación
que intenta alejarlos de Dios. Esto es
especialmente así para aquellos que
comienzan a acercarse a Dios pero
fallan una y otra vez. La mala
inclinación presenta toda clase de
barreras y de frustraciones para desviar
la energía de la persona lejos de Dios.
Pero es posible luchar en su contra
utilizando incluso el mínimo esfuerzo
para acercarse. En el último día, cuando
deba rendir cuentas de todos sus
pensamientos, palabras y acciones, esos
esfuerzos para servir a Dios -no importa
cuán insignificantes hayan parecido-
pesarán mucho (Likutey Halajot VII, p.
205a).
 
 
11:8 El pueblo deambulaba
en derredor y lo recogía. Lo
molían en una muela o lo
machacaban en un mortero;
entonces lo cocían en una
olla o hacían de él tortas; su
sabor era como el sabor de
masa con aceite.
 
El pueblo deambulaba en derredor y lo
recogía
 
ShaTu (שטו, “deambulaba alrededor”) -
beShTuta (בשטותא, “con locura”) (Zohar
II, 62b).
 
La gente que tiene fe en la
Providencia Divina está segura de que
Dios le proveerá para sus necesidades y
encuentra alegría en su vida. Aquellos
que carecen de fe, por otro lado, sufren
de la maldición de “Con tristeza
comerás” (Génesis 3:17), pues deben
trabajar muy duro para ganarse el
sustento. ¡Cuanto más tontos, entonces,
son los codiciosos! (Likutey Moharán I,
30:4).
 
El pueblo deambulaba en derredor y lo
recogía
 
ShaTu (שטו, “deambulaba alrededor”) -
beShTuta (בשטותא, “con locura”) (Zohar
II, 62b).
 
El maná caía directamente en la
puerta de aquellos judíos que tenían el
daat (percepción superior) como para
saber que Dios les proveería el sustento
sin ningún esfuerzo de su parte.
Aquellos que dudaban de Dios y salían a
buscar el maná demostraban una tonta
carencia de fe. De haber utilizado su
daat, el maná habría caído precisamente
junto a ellos.
 
Cuanto más pequeño sea el daat de
la persona, más duro tendrá que trabajar
para ganarse el sustento (Likutey Moharán
I, 56:6).
 
El pueblo deambulaba en derredor y lo
recogía
 
ShaTu (שטו, “deambulaba alrededor”) -
beShTuta (בשטותא, “con locura”) (Zohar
II, 62b).
 
Durante los seis días de la semana,
los judíos tenían que salir y recolectar el
maná, lo que representa salir a ganarse
el sustento. Pero en el Shabat, el trabajo
está prohibido. Los seis días de la
semana simbolizan la locura, mientras
que el Shabat simboliza el daat de la
semana - el conocimiento de que Dios le
provee a toda Su creación sin que ésta
tenga que trabajar para ello (Likutey
Moharán I, 119).
 
El pueblo deambulaba en derredor y lo
recogía
 
Cada mañana, durante cuarenta
años, los judíos salían a recolectar el
maná que había caído del Cielo. ShaTu
tiene el (”deambulaba alrededor“ ,שטו)
valor numérico de 315; también alude a
la palabra ShTut (שטות, “locura”).
 
Hay chispas de santidad en todas
las cosas, pero el hombre cae del daat
(percepción superior) hacia la locura y
no puede rectificar esas chispas. Por lo
tanto, cada día de la semana de la
Cuenta del Omer, la persona debe
trabajar para elevarse hacia el nivel de
Adam (hombre). ADaM (אדם) tiene el
valor numérico de 45, hay cuarenta y
cinco chispas sagradas que deben ser
elevadas cada día del Omer. Al
completar una semana entera, la persona
ha elevado entonces 7 x 45 chispas,
igual a 315, y transforma ShaTu en
ADaM (Likutey Halajot II, p. 42).
 
 
11:12 “¿Acaso he concebido
yo a todo este pueblo y le he
dado a luz para que Tú me
digas: Llévalo en tu seno,
como suele llevar la nodriza
al niño de pecho, a la tierra
que prometiste con
juramento a sus padres?”.
 
Como suele llevar la nodriza al niño
de pecho
 
La relación entre el Tzadik y la
Comunidad de Israel está encapsulada
en la frase masá umatán (actividad
comercial), que literalmente significa
“llevar y dar”.
 
El Tzadik es el masá (quien lleva)
porque él “lleva” al mundo “como suele
llevar la nodriza al niño de pecho”,
buscando su rectificación. La
Comunidad de Israel es llamada matán
(dador) pues sus actividades
comerciales elevan las chispas de
santidad y se las “dan” al Tzadik para su
rectificación (Likutey Moharán I, 54:3).
 
 
11:23 Dios le dijo a Moisés,
“¿Acaso se ha acortado la
mano de Dios? Ahora verás
si Mi palabra se te cumple o
no”.
 
Acaso se ha acortado la mano de Dios
 
Moisés le preguntó a Dios,
“Aunque fueran sacrificadas todas las
ovejas y el ganado, ¿sería suficiente
para ellos?” (Números 11:22). Dios le
respondió, “¿Acaso se ha acortado la
mano de Dios?”. La palabra “acortado”
implica los juicios Divinos, que
restringen la abundancia. La mano de
Dios no es “corta” - por el contrario, es
“larga” y provee de infinita abundancia.
 
Para despertar la “larga mano” de
Dios, la persona debe diezmar sus
ingresos. El Targúm Onkelos traduce la
frase “¿Sería suficiente para ellos?”
como “¿Los dejará satisfechos?”.
Cuando la persona aparta el diezmo de
sus ingresos, demuestra su satisfacción
con lo que tiene y entonces Dios
extiende Su “larga mano”. Más aún,
cuando el individuo retira el diezmo, se
salva de sus enemigos, pues la “larga
mano” de Dios se extiende para
ocultarlo (Likutey Moharán I, 221).11:26 Pero se habían
quedado dos de aquellos
hombres en el campamento,
siendo el nombre de uno
Eldad y el nombre del otro
Medad; y descansó sobre
ellos el espíritu, pues 
estaban entre los inscriptos,
mas no habían salido a la
Tienda, y ellos profetizaron
en medio del campamento.
 
Y descansó sobre ellos el espíritu, pues
estaban entre los inscriptos
 
Vehemá baketuvim (“pues estaban
entre los inscriptos”) significa
literalmente “pues estaban entre los
escritos”. Cuando se establece a alguien
que es digno de ser un líder judío, éste
le agrega fuerza a los “escritos judíos” -
i.e., enseñanzas de Torá- que difunden el
conocimiento de Dios en el mundo
entero.
 
“Y descansó sobre ellos el
espíritu” - esto significa que Eldad y
Medad se volvieron profetas. “Estaban
entre los escritos” - debido a que fueron
dignos de que el espíritu de Dios se
posara sobre ellos, merecieron la
sabiduría, que lleva a la proliferación
de las enseñanzas que difunden el
conocimiento de Dios en el mundo
entero (Likutey Moharán I, 61:2).
 
 
11:28 Y dijo Ioshúa, hijo de
Nun, ayudante de Moisés,
quien lo atendía de entre sus
discípulos y dijo: “¡Señor
mío Moisés, destrúyelos!”.
 
Señor mío Moisés, destrúyelos
 
“Destrúyelos” - cárgalos con la
responsabilidad comunal y entonces
perecerán [por sí mismos] (Rashi).
 
Es necesario ser muy cuidadosos y
no asumir una posición de autoridad,
pues tal posición aleja la inspiración
profética. Ioshúa no quería destruir ni
deshacerse de Eldad y Medad; sólo
quería detener su profecía (dado que
estaban profetizando que Moisés moriría
y que Ioshúa llevaría al pueblo a la
Tierra; Rashi). Sin embargo, Moisés
conocía la grandeza de esos dos
hombres y expresó el deseo de que todo
el pueblo de Dios fuese digno de la
profecía (Números 11:29) y que no fuese
corrompido por ella (Likutey Moharán II,
1:7).
 
 
12:1 Miriam y Aarón
hablaron contra Moisés con
respecto al tema de la mujer
kushita que él había
tomado, dado que él se casó
con una mujer kushita.
 
Miriam y Aarón hablaron contra
Moisés... el hombre Moisés era muy
humilde
 
Cuando la calumnia prevalece, crea
una atmósfera espiritual que hace difícil
que la persona se mantenga humilde.
Ello se debe a que es necesaria la
sabiduría para discernir cómo ser
humilde, y la calumnia crea una brecha
entre la sabiduría y la humildad.
 
Pero Moisés fue una excepción.
Aunque Miriam y Aarón hablaron en su
contra, su humildad era tan grande que ni
siquiera la calumnia pudo minarla
(Likutey Moharán I, 197).
 
Miriam y Aarón hablaron contra
Moisés... el hombre Moisés era muy
humilde
 
Todo aquel que es orgulloso terminará
cometiendo adulterio (Sotá 4b).
 
Miriam y Aarón hablaron mal de
Moisés pues él se había separado de su
esposa (Rashi) y pensaron que aún estaba
sujeto a la pasión sexual. Para refutar
sus sospechas, inmediatamente después
de relatar las palabras de Miriam y de
Aarón, la Torá asegura que “Moisés era
muy humilde” (Números 12:3) -
implicando que estaba libre del mínimo
rasgo de lujuria (Likutey Moharán I, 130).
 
 
12:3 Pero el hombre Moisés
era muy humilde, más que
cualquier otro hombre sobre
la faz de la tierra.
 
El hombre Moisés era muy humilde,
más que cualquier otro hombre
 
¿Qué es la humildad? Se podría
pensar que alguien es humilde cuando es
sumiso frente a los demás. Sin embargo,
ello puede ser adulación o servidumbre.
Y tal falsa humildad es en general una
forma de orgullo - orgullo de la propia
humildad (Likutey Moharán I, 11:8).
 
Moisés era el más humilde de los
hombres. Pero al tiempo en que
reconocía su propia insignificancia,
también reconocía la grandeza y la
importancia del pueblo judío (cf. ibid, I,
79).
 
Para alcanzar la verdadera
humildad, escribe el rabí Natán, la
persona debe pedirle a Dios que la
dirija por el sendero correcto (Likutey
Tefilot II, 20).
 
El hombre Moisés era muy humilde,
más que cualquier otro hombre
 
Para lograr la humildad, Moisés
tuvo que anular todos sus sentimientos.
¿De qué otra manera habría sido posible
que no sintiese el mínimo orgullo dado
que la Torá repetidamente afirma: “Dios
le habló a Moisés”? Aunque Moisés
registraba su propia alabanza en la Torá,
era capaz de anular todo sentimiento de
orgullo y de vanidad (Likutey Moharán I,
4:7).
 
La humildad es el atributo más
grande (Avodá Zará 20b) (Likutey Moharán
II, 7:final). Y el nivel más elevado de
humildad es ser capaz de escribir que
uno es humilde (ibid., I, 147).
 
Moisés era muy humilde
 
Moisés fue capaz de registrar este
versículo sobre su grandeza y aun así
mantenerse humilde, pues él se anulaba
completamente ante Ain, el Infinito
(Likutey Halajot II, p. 378).
 
Moisés alcanzó el epítome del bitul
(anulación ante Dios). Cuanto más
grande sea el bitul ante Dios, mayor
será la capacidad de mitigar el
sufrimiento. Debido a que Moisés era
tan humilde, fue capaz de ponerle fin al
sufrimiento en Egipto y mitigar los
decretos en contra de los judíos en el
desierto (ibid., I, p. 54).
 
El hombre Moisés era muy humilde,
más que cualquier otro hombre
 
La esencia de la humildad de
Moisés yacía en que, pese a su estatura
ante los ojos de los demás y la estima
que le tenía el Cielo, fue capaz de
percibir la grandeza de cada uno de los
judíos. Por lo tanto pudo reunir el coraje
como para desafiar a Dios en aras del
pueblo judío, pese a su humildad (Likutey
Moharán I, 79:1).
 
El hombre Moisés era muy humilde,
más que cualquier otro hombre
 
Aunque los judíos en el desierto
tuvieron grandes líderes como Aarón y
Ioshúa -quienes eran profetas de por sí-
tuvieron que recibir su principal
inspiración de Moisés, el Tzadik. La luz
espiritual de Moisés era muy fuerte para
los judíos. Pero su nivel de humildad fue
tan grande que pudo disminuir su luz de
acuerdo a las necesidades de cada
receptor (Likutey Moharán II, 38).
 
El hombre Moisés era muy humilde,
más que cualquier otro hombre
 
Aquel que desee volverse sabio deberá
mirar hacia el sur [durante sus plegarias];
si quiere volverse rico, deberá mirar hacia
el norte (Bava Batra 25b).
 
En el Santuario, la Menorá, que
simboliza la sabiduría, estaba ubicada
hacia el sur de la entrada del Santo de
los Santos; por otro lado, la Mesa, que
está asociada con la riqueza, estaba
ubicada hacia el norte de la entrada. La
riqueza y la sabiduría tienen cada una su
propio lugar. Pero la persona humilde
puede alcanzar ambas, pues no ocupa
lugar alguno y así no está limitada por
un “lugar” específico ni por ningún
estado del ser. Así, Moisés fue tanto
sabio como rico (Likutey Moharán I, 162).
 
El hombre Moisés era muy humilde,
más que cualquier otro hombre
 
La energía contenida dentro de la
calumnia de Miriam hacia Moisés
amenazó dañar las “siete velas” de
Moisés: sus sentidos, tal cual están
representados por sus dos ojos, sus dos
oídos, los dos orificios de la nariz y la
boca. Pero Moisés era tan humilde, tan
anulado y paciente que no se vio
afectado en absoluto.
 
Por lo tanto, aunque fue
avergonzado, no montó en cólera. Esto
correspondía a la perfección de la nariz
de Moisés, pues la nariz está asociada
con arijut apaim - el largo suspiro de la
paciencia.
 
Dios les dijo entonces a Miriam y
Aarón, “En toda Mi casa, él es el más
fiel” (Números 12:7). Esto hace referencia
a la perfección de los oídos de Moisés,
como está escrito, “Un espíritu fiel
oculta el tema” (Proverbios 11:13) - i.e.,
aquello que oye, no lo difunde (cf. Zohar
III, 128a).
 
“Boca a boca hablo con él”
(Números 21:8) - esto hace referencia a la
perfección de la boca de Moisés.
 
“Él contempla la apariencia y la
imagen de Dios” (ibid.) - esto hace
referencia a la perfección de los ojos de
Moisés (Likutey Moharán 21:6).
 
Moisés era muy humilde
 
La humildad es el atributo más grande
(Avodá Zará 20b).
 
Aquel que es verdaderamente
humilde y se anula ante Dios trasciende
el espacio, hacia el nivel de Ain (la
Nada). Al alcanzar el nivel en el cual
trasciende todas las emociones
mundanas, tal persona puede encontrar
mérito en todos los individuos. Éstafue
la grandeza de Moisés: siempre
encontraba el bien en la gente, pese a
sus pecados.
 
Moisés era tan humilde y estaba tan
anulado ante Dios que fue capaz de
vencer a los ángeles que trataron de
impedirle llevar la Torá hacia la tierra
(Shabat 88b). Y fue capaz de transmitirles
la Torá a todas las generaciones, pues
trascendía el lugar y el tiempo (ver
Likutey Halajot VII, p. 72a).
 
 
12:6 Él entonces les dijo:
“Escuchen, por favor, Mis
palabras: Si hubiese un
profeta de Dios entre
ustedes, Yo Me daría a
conocer a él en visión o le
hablaría en un sueño”.
 
Si hubiese un profeta de Dios entre
ustedes... le hablaría en un sueño... No
así Mi siervo Moisés
 
Hay dos maneras de experimentar
la profecía: debido a un “despertar
desde Arriba” (Dios así lo desea) o
debido a un “despertar desde abajo” (la
persona es digna de experimentar una
revelación Divina). “Si hubiese un
profeta de Dios entre ustedes” - pero en
ese momento no fueron dignos de la
revelación; la profecía le llegaría “en un
sueño”, no sería una profecía muy clara.
“No así Mi siervo Moisés” - quien
siempre se esforzó por ser digno de
experimentar la inspiración Divina.
Vemos que cuando Dios llamó a Aarón y
a Miriam, los dos pidieron primero
agua, indicando que tenían una impureza
temporal (Rashi sobre Números 12:4) y que
eran indignos en ese momento de recibir
una profecía completa (Likutey Halajot I,
p. 330-166).
 
 
12:8 “Boca a boca hablo con
él; y él contempla la
apariencia y la imagen de
Dios, no por enigmas. ¿Por
qué, entonces, no temieron
hablar contra Mi siervo
Moisés?”.
 
Él contempla la apariencia y la
imagen de Dios
 
La “imagen” de Dios hace
referencia a la representación de las
cualidades Divinas tales como
“Compasivo”, “Bueno” y demás. Esas
cualidades se nos revelaron por medio
de los profetas.
 
NaVi (נביא, profeta) está
relacionado con NiV sefataim (נינ שפתים,
“movimiento de los labios”) (Isaías
57:19). Cuando expresamos la
representación de las cualidades de
Dios con nuestros labios durante la
plegaria y también aplaudimos,
llevamos a cabo el versículo “Por las
manos de los profetas Yo soy descrito”
(Hoshea 12:11). Esto implica un nivel de
profecía que nos permite “contemplar
una imagen de Dios” (Likutey Moharán I,
212:1).
 
 
12:12 “¡Que no sea ella
como el que sale muerto del
seno de su madre, que tiene
ya consumida la mitad de su
carne!”.
 
Que no sea ella como el que sale
muerto del seno de su madre, que
tiene ya consumida la mitad de su
carne
 
Si un hombre fallece sin dejar
hijos, su viuda se casa con su hermano
en una ceremonia denominada ibum
(matrimonio de levirato). La Kabalá
enseña que como resultado de ese
matrimonio, el hombre fallecido
reencarna como el hijo de su anterior
esposa y de su hermano (Zohar II, 100b).
Ser reencarnado como un hijo de su
anterior esposa es fuente de un gran
sufrimiento para la persona fallecida y
de no mediar la gran misericordia del
Cielo, sería casi imposible que esa alma
reencarnada pudiera encontrar su alma
gemela para casarse. Por lo tanto enseña
el Talmud: “Quizás otro lo preceda - con
misericordia” (Moed Katán 18b).
 
Estos conceptos están incluidos en
el episodio en el cual Miriam se volvió
leprosa por haber calumniado a su
hermano Moisés.
 
En ese momento, Aarón le pidió a
Moisés: “Que no sea ella como el que
sale muerto del seno de su madre, que
tiene ya consumida la mitad de su
carne”. La frase “que sale del seno de su
madre” hace referencia al matrimonio de
levirato, en el cual el marido fallecido
nace de su anterior esposa. “Que tiene
ya consumida la mitad de su carne”
significa que carece de una pareja, como
afirma el Zohar (III, 109b): “El esposo y
la esposa son dos mitades de un
cuerpo”. Ahora que su esposa es su
madre, esa mitad de su carne ha sido
“consumida” (Likutey Moharán I, 21:6).
 
 
12:13 Moisés clamó a Dios,
diciendo, “¡Por favor, Dios,
cúrala, por favor!”.
 
Por favor, Dios, cúrala, por favor
 
En su plegaria por Miriam, Moisés
no la mencionó por su nombre. Pues
aquél que nombra a una persona que está
sujeta al juicio Divino hace que su
identidad sea conocida por los
acusadores Celestiales, quienes
entonces se levantan y la atacan.
 
Sin embargo, es costumbre orar en
aras de una persona diciendo su nombre
junto con el nombre de su madre. En el
caso de Miriam, era Miriam bat Iojeved
(Miriam la hija de Iojeved). Moisés
siguió esta costumbre de una manera
oculta, sin revelarles la identidad de
Miriam a las fuerzas acusadoras,
aludiendo a su nombre en la frase Na
ReFá (נא רפא, “por favor, cúrala”), que
tiene el mismo valor numérico que
MiRIaM IOJeVeD (מרים ויכבד) (Likutey
Moharán I, 174).
 
Por favor, Dios, cúrala, por favor
 
Hablando en general, hay dos grados de
compasión Divina: la Compasión Simple,
que está enraizada en el nivel espiritual
denominado Zeir Anpin, y la Compasión
Abundante, que está enraizada en el nivel
espiritual superior denominado Atik
(Zohar III, 137b).
 
Debido a nuestros muchos pecados,
no podemos ser ayudados plenamente
por la Compasión Simple de Dios, sino
que requerimos de Su Compasión
Abundante. Sin embargo, esta última es
mucho más difícil de alcanzar.
 
Estos dos niveles pueden
compararse a dos hombres ricos que
vivían en una ciudad. Uno era
moderadamente rico mientras que el otro
era tremendamente rico. Cierta vez, otro
residente de la ciudad se encontró en
dificultades financieras. Podía obtener
una audiencia con el hombre
moderadamente rico, pero le era
imposible acercarse al hombre
tremendamente adinerado. Sin embargo,
el individuo moderadamente rico no
tenía los medios para satisfacer las
necesidades de este hombre. ¿Qué podía
hacer? Alguien le aconsejó que volviese
a ver al hombre moderadamente rico y
apelase a su compasión: “Mire, necesito
una gran salvación y yo sé que usted
quiere ser compasivo conmigo. Pero
dado que no está en su poder satisfacer
mi pedido, por favor vaya a ver al
hombre muy rico y haga que se
compadezca de mí”.
 
De la misma manera, la persona
debe orar por la Compasión Simple de
Dios para que ascienda al nivel de Su
Compasión Abundante y satisfaga
nuestros pedidos. La manera de
despertar esa Compasión Simple es a
través del estudio de la Torá, dado que
el estudio de la Torá le da a la persona
un daat apropiado (conciencia de Dios)
y todo aquel que posee ese daat puede
despertar la Compasión Abundante
(Likutey Moharán I, 105:3).
Parashat Shelaj
 
 
 
13:2 “Envía para ti hombres
que exploren la tierra de
Canaán, la cual voy a dar a
los hijos de Israel; enviarás
un hombre de cada una de
las tribus de sus padres,
siendo cada uno príncipe en
ellas”.
 
Los espías... libaciones de vino... jalá...
sacrificios... el que desacralizó el
Shabat... tzitzit
 
Los tópicos en Parashat Shelaj
siguen una secuencia lógica. Los espías
dañaron la Tierra Santa, la que
representa jidush haolam (la renovación
del mundo - una forma milagrosa de
vivir). Moisés pudo lograr el perdón por
el asunto de los espías despertando el
daat (conciencia de Dios) en el pueblo,
mediante una buena amonestación,
llevándolos al arrepentimiento. Las
libaciones de vino siguen después del
relato de los espías (Números 15:1-16)
porque también el vino despierta el daat
(cf. Ioma 76b). Al beber vino, la persona
puede experimentar daat y retornar a
Dios.
 
Inmediatamente después
encontramos las leyes de la jalá (dar un
trozo de la masa al Cohen) (Números
15:17-21), que se aplica en la Tierra
Santa. Al separar la jalá, rectificamos el
daño producido por toda comida que
hayamos ingerido sólo para nutrir el
cuerpo y obtenemos así el alimento
espiritual de esas comidas. Esto a su vez
rectifica la fe; así, las leyes de los
sacrificios que expían por la idolatría
siguen a las leyes de la jalá (ibid., 15:22-
26). Y éstas están seguidas por la
historia de aquel que desacralizó el
Shabat (ibid., 15:32-36), pues el Shabat y
las Festividades representan la fe. Y al
final de la parashá, leemos sobre los
tzitzit (ibid., 15:37-41), pues los tzitzit
representan el jut shel jesed (hilo de

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