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CAPÍTULO 12 Aparato genital masculino 285 FIGURA 12-28 Coriocarcinoma, vista microscópica Los coriocarcinomas testiculares puros son raros. El foco primario en el testículo es con frecuencia pequeño cuando se detecta el tumor, ya que es agresivo y proporciona metástasis precoces. Algunos casos pueden poner de manifiesto el fenómeno del «primario evanescente», cuando el crecimiento rápido del tumor hace que el riego sanguíneo sea insuficiente y la neoplasia se infarte, con necrosis y hemorragia que a la larga dejan tan sólo una pequeña cicatriz, aunque las metástasis continúan creciendo. Hay células sincitiotrofoblásticas (positivas para hCG) y citotrofoblásticas. Aquí se muestra el tumor, con grandes células atípicas y hemorragia y necrosis extensas, y testículo respetado (abajo a la izquierda). FIGURA 12-29 Tumor de células de Leydig, vista macroscópica En la superficie de corte de este testículo adulto de tamaño normal se observa una pequeña masa bien delimitada de color marrón. La mayoría de estos tumores de células intersticiales (Leydig) surgen en varones de 20 a 60 años de edad. Pueden elaborar andrógenos, estrógenos u otras hormonas esteroideas, como glucocorticoides. Aunque a menudo miden menos de 1 cm de diámetro, algunos pueden alcanzar varios centímetros, lo que es suficiente para producir aumentos palpables del testículo. La producción significativa de hormonas puede causar ginecomastia en los adultos. En los niños prepuberales, esta neoplasia puede ser causa de precocidad sexual. FIGURA 12-30 Tumor de células de Leydig, vista microscópica Las pequeñas células redondas de este tumor forman nidos o grupos, y hay muchos capilares entre ellas, lo que es característico del tejido endocrino. Un rasgo ultraestructural distintivo es el cristaloide de Reinke, que se localiza en el citoplasma y tiene forma de bastón. Aproximadamente el 10% de estas neoplasias actúan de forma agresiva, con invasión local o metástasis. Sin embargo, como en este caso, la mayoría son benignas.