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Botulismo, tétanos y rabiaMANUAL DE PROTOCOLOS Y ACTUACIÓN EN URGENCIAS Capítulo 95 | 929 • Criterios clínicos: cuadro compatible con antecedente epidemiológico. • Criterio microbiológico: evidenciando la toxina en suero, heces, vómitos, muestras de tejido o alimentos. 2. CLASIFICACIÓN • Intoxicación alimentaria: se produce por la digestión de alimentos contaminados con la toxina ya preformada. Es el cuadro clínico más frecuente en los adultos. • Botulismo infantil: las esporas del C. botulinum se ingieren y colonizan el tracto gas- trointestinal liberando la toxina. Clásicamente, se ha relacionado con la ingesta de miel cruda, aunque se relaciona con múltiples alimentos y, gracias a la educación sanitaria, ha descendido su incidencia de forma considerable. • Botulismo de las heridas: se suele relacionar con heridas punzantes, abscesos subcutá- neos, quemaduras, heridas abiertas, laceraciones, hematomas cerrados, consumidores de cocaína y usuarios de droga por vía parenteral (UDVP), entre otros. • Botulismo yatrogénico: puede producirse en aquellos pacientes a los que se les administra dicha toxina con fines cosméticos. • Botulismo por colonización intestinal: se produce cuando C. botulinum coloniza el tracto gastrointestinal de un adulto produciendo la toxina in vivo. MANUAL DE PROTOCOLOS Y ACTUACIÓN EN URGENCIAS BOTULISMO 1. INTRODUCCIÓN El botulismo es una enfermedad neuroparalítica, rara, de declaración obligatoria y potencial- mente mortal causada por la acción de las neurotoxinas producidas habitualmente por Clos- tridium botulinum. Se trata de una bacteria grampositiva, con forma de bastón, formadora de esporas, anaerobia obligada y muy resistente al calor, de la cual se han diferenciado ocho cepas productoras de dicha toxina. La neurotoxina botulínica puede dirigirse a múltiples tejidos, a las neuronas motoras y sen- sitivas, y puede bloquear la inervación neuromuscular colinérgica de los músculos estriados y lisos, así como la inervación colinérgica de las glándulas lagrimales, salivares y sudoríparas. Además, puede afectar a las sinapsis excitadoras e inhibidoras, aunque resultan más activas en las excitadoras y, difícilmente atraviesa la barrera hematoencefálica, aunque sí está descri- to que pueden alcanzar el sistema nervioso central por diseminación sistémica o mediante el transporte axonal retrógrado o anterógrado. Para el diagnóstico de botulismo es preciso: BOTULISMO, TÉTANOS Y RABIA MANUAL DE PROTOCOLOS Y ACTUACIÓN EN URGENCIAS 930 | Capítulo 95 3. MANIFESTACIONES CLÍNICAS • Las manifestaciones digestivas inespecíficas son la clínica más frecuente en el botulismo, pero también debemos tener en cuenta que es común la ausencia de fiebre y debemos prestar especial atención a los déficits neurológicos, que suelen ser simétricos, y a la au- sencia de déficits sensitivos, a excepción de la visión borrosa. • Dentro de estos últimos, es frecuente la presencia de diplopía, nistagmus, ptosis, dis- fagia, disartria, parálisis facial y visión borrosa (secundario a la parálisis de los nervios craneales III, IV y VI). La debilidad muscular descendiente generalmente progresa desde el tronco a las extremidades superiores y posteriormente a las inferiores. También puede aparecer retención urinaria y estreñimiento como consecuencia de la parálisis del músculo liso. Ocasionalmente pueden aparecer parestesias, debilidad, parálisis asimétrica de los miembros y dificultad respiratoria por parálisis diafragmática, que en ocasiones precisa de intubación o ventilación mecánica. • Botulismo infantil: generalmente afecta a los niños entre una semana y un año. Las ma- nifestaciones iniciales suelen ser estreñimiento, debilidad, hipotonía, babeo, anorexia e irritabilidad. • Botulismo alimentario: generalmente los síntomas comienzan a aparecer entre 12 y 36 horas después de haber consumido la toxina. Los síntomas prodrómicos incluyen náuseas, vómitos, dolor abdominal, diarrea y boca seca. Posteriormente, la clínica puede evolucio- nar a cefalea, debilidad, alteraciones neurológicas y, finalmente, en los casos más graves a afectación de los músculos respiratorios. • Botulismo de las heridas: clínicamente, el cuadro es similar al botulismo alimentario, aun- que tiene un periodo de incubación mayor, de diez días. Puede haber fiebre y los síntomas gastrointestinales son excepcionales. 4. DIAGNÓSTICO DIFERENCIAL • El diagnóstico diferencial de esta entidad incluye la miastenia gravis, síndrome de Ea- ton-Lambert, síndrome de Guillain-Barre, polimielitis, parálisis por garrapatas y la intoxi- cación por metales pesados. • Entre los síntomas que apoyarían el diagnóstico de botulismo se encuentra la afectación neurológica bilateral, descendente, y la ausencia de síntomas sensitivos, a excepción de la visión borrosa. Además, a diferencia de otras polineuropatías, el botulismo no produce arreflexia hasta que toda la musculatura está completamente paralizada. 5. DIAGNÓSTICO • Lo más importante de cara a realizar el diagnóstico de cualquiera de los casos clínicos del botulismo es realizar una buena anamnesis e historia clínica, teniendo en cuenta esta enfermedad en nuestros diagnósticos diferenciales. Debemos investigar el consumo de alimentos enlatados, precocinados o conservas caseras procesadas en malas condiciones de asepsia, o consumo de alimentos en mal estado y ligeramente curados envasados herméticamente y sin mantener refrigerados. Hay que tener en cuenta que es importante preguntar por otros casos del entorno, antecedentes de herida asociadas a un trauma- tismo grave o a fracturas abiertas tratadas inadecuadamente, antecedentes de cirugía abdominal, inmunocomprometidos, en tratamiento con antibioterapia prolongada (colo- nización intestinal por Clostridium) o heridas por punción en UDVP. Botulismo, tétanos y rabiaMANUAL DE PROTOCOLOS Y ACTUACIÓN EN URGENCIAS Capítulo 95 | 931 • Dado que los pacientes con botulismo están conscientes y no tienen fiebre, cefalea o meningismo, la punción lumbar para descartar meningitis o encefalitis generalmente no está indicada. • En cuanto a las pruebas complementarias, en Urgencias debemos solicitar una analítica básica con bioquímica con iones (calcio, albúmina y magnesio), hemograma, coagulación y gasometría arterial. La magnesemia nos sirve para descartar una posible intoxicación por magnesio, puesto que la clínica es similar al botulismo. Además, debemos solicitar radiografía de tórax y abdomen. • La electromiografía no es necesaria en el diagnóstico, pero puede ayudar en los casos más inciertos puesto que característicamente muestra amplitudes de onda M pequeñas, ráfagas cortas de unidades motoras de bajo voltaje y potencial de acción excesivo; la simulación de nervios repetitivos se asocia con un aumento incremental en la amplitud en la onda M. • La confirmación del diagnóstico de botulismo viene de la identificación de la toxina en suero, vómitos, restos de comida, heridas, heces y, aunque la identificación inicial de la toxina requiere de 1 a 4 días, los cultivos anaeróbicos a menudo demoran hasta seis días para el crecimiento y la identificación del organismo. 6. TRATAMIENTO 6.1. Monitorización Cualquier paciente con signos clínicos, síntomas o antecedentes sospechosos de botulismo debe ser hospitalizado inmediatamente, preferiblemente en la unidad de cuidados intensivos (UCI), dado que la insuficiencia ventilatoria puede aparecer de forma súbita. La insuficiencia respiratoria es la principal causa de muerte en estos pacientes y una intubación precoz con ventilación mecánica disminuye drásticamente el riesgo de mortalidad. 6.2. Antitoxina Por otro lado, debemos de administrar la antitoxina lo más pronto posible, por lo que, en caso de que la sospecha de botulismo sea alta y los síntomas sean progresivos, debemos administrar la antitoxina tan pronto como sea posible y no esperar a los resultados micro- biológicos. Se trata de una antitoxina trivalente (A, B,E), que se administra a personas con botulismo mayores de un año (para edades inferiores se usaría inmunoglobulina humana). Debe administrarse lo más pronto posible, pero previamente debemos extraer muestras de suero y heces para la detección de la toxina y realizar una prueba cutánea para descartar hipersensibilidad (que puede aparecer hasta en un 20 % de los pacientes), para la cual se administra por vía intradérmica 0,1 mL de una dilución 1:1.000 y se valora como positiva la aparición de una pápula urticariforme en los 30 minutos siguientes. La administración de la antitoxina no revierte la parálisis, pero sí evita su progresión. Para administrarla, se diluye el frasco de antitoxina en 250 cm3 de dextrosa en agua al 5% agregándosele 1 cm3 de dexame- tasona más 1 cm3 de difenhidramina y se gotea para pasar la totalidad en una hora. Un vial de 10 ml de antitoxina trivalente por vía endovenosa brinda niveles séricos de anticuerpos A, B y E, capaces de neutralizar las concentraciones de toxina en suero, y no se requiere repeti- ción. Los estudios no recomiendan administrar la antitoxina si han pasado más de 5 días de la exposición o a personas asintomáticas. MANUAL DE PROTOCOLOS Y ACTUACIÓN EN URGENCIAS 932 | Capítulo 95 6.3. Antibiótico La administración de los mismos solo está indicado en el botulismo por heridas, siendo de elección la penicilina G sódica 2-4 millones UI/4 horas i.v. Alternativa: metronidazol 500 mg/8 horas i.v. El uso de aminoglucósidos y clindamicina está contraindicado. 6.4. Otros Eliminación de la toxina del tracto gastrointestinal (lavado gástrico si la ingestión ha ocurrido unas horas antes o enemas que no contengan magnesio si han pasado días y el paciente no presenta íleo paralítico). Si el botulismo se origina en una herida, eliminación del microorga- nismo mediante desbridamiento quirúrgico preferentemente después de la administración de la antitoxina. TÉTANOS 1. INTRODUCCIÓN Y PATOGENIA El tétanos es una enfermedad de declaración obligatoria causada por una alteración del sis- tema nervioso caracterizada por espasmos musculares causados por la toxina producida por la bacteria anaerobia Clostridium tetani. Actualmente, la incidencia de tétanos ha disminuido considerablemente en los países desarrollados; sin embargo, la enfermedad sigue siendo una amenaza en personas no vacunadas y en los países en vías de desarrollo. Las esporas del C. tetani no pueden ser eliminadas del ambiente, por lo que la inmunización mediante la vacunación y el correcto tratamiento de las heridas son fundamentales para su prevención. La enfermedad se produce cuando después de la inoculación, la toxina del C. tetani se convier- te en una bacteria en forma de bastón y produce la toxina metaloproteasa tetánica. Dicha to- xina alcanza la médula espinal y el tronco encefálico mediante el transporte axonal retrógrado en la neurona motora, se secreta y bloquea las neuronas inhibitorias presinápticas medulares, produciendo un aumento del tono muscular, espasmos dolorosos y una inestabilidad autóno- ma generalizada. Por otro lado, la rigidez muscular se produce por una falta de control neu- ronal en la liberación suprarrenal de catecolaminas producido por la toxina tetánica, que lleva a un estado hipersimpático, apareciendo taquicardia, sudoración e hipertensión, entre otros. 2. CUADROS CLÍNICOS El periodo de incubación del tétanos puede ser de entre 3 y 21 días y podemos diferenciar diferentes cuadros clínicos: • Tétanos generalizado: es la forma más grave y la más común de tétanos. El síntoma más frecuente de esta forma clínica es el trismus y contractura de la musculatura cervical. Generalmente, estos pacientes presentan una hiperactividad autonómica que en fases iniciales se manifiesta como taquicardia y sudoración evolucionando a arrítmicas cardíacas e hipertensión sostenida o lábil. Estos pacientes presentan generalmente contracciones tónicas del músculo esquelético e intensos espasmos musculares muy dolorosos, dado que los pacientes mantienen el nivel de consciencia manifestándose como rigidez de cue- llo, risus sardónicus, contracción glótica o faríngea u obstrucción de las vías respiratorias superiores Botulismo, tétanos y rabiaMANUAL DE PROTOCOLOS Y ACTUACIÓN EN URGENCIAS Capítulo 95 | 933 • Tétanos local: – Tétanos cefálico: se producen lesiones a nivel de la cabeza o cuello. Paresia o parálisis de la musculatura facial y más raramente de la lengua, faringe y ocular externa, que podría confundirse con un accidente cerebrovascular, produciéndose contracciones tó- nicas episódicas de la musculatura afecta. Otras localizaciones: rigidez de los músculos próximos a una herida con dolor, paresia e hiperreflexia local. Estos pacientes pueden terminar desarrollando tétanos generalizado. • Tétanos neonatal: puede ocurrir como resultado de falta de asepsia en el cuidado del cordón umbilical en madres que no se encuentran correctamente inmunizadas. General- mente, ocurre a neonatos de entre 5-7 días de vida y el comienzo de la enfermedad suele ocurrir más rápidamente que en adultos, progresando en horas debido a que la longitud axonal es proporcionalmente más corta en neonatos. La gravedad de la enfermedad en sí depende del caso, puesto que va en relación con la cantidad de toxina que alcanza el sistema nervioso. La gravedad de la enfermedad vendrá delimitada por el periodo de incubación, la profundidad de la herida y el tiempo desde el inicio de los síntomas a la aparición de espasmos musculares que, cuanto más largo sea ese intervalo de tiempo, más leve será la enfermedad. En cuanto a la duración de la enfermedad, suele ser en torno a 4-6 semanas y se sabe que los efectos de la toxina son duraderos y la recuperación requiere del crecimiento de nuevas terminales nerviosas axonales. 3. DIAGNÓSTICO DIFERENCIAL • El tétanos podría confundirse con otras entidades que causan rigidez o espasmos muscu- lares, como son la distonía por drogas, una infección odontógena, tetania por hipocalce- mia, síndrome neuroléptico maligno o síndrome de la persona rígida. • Datos útiles que apoyarían la sospecha de tétanos serían la ausencia de desviaciones oculares, la rigidez muscular generalizada, espasmos precipitados por estímulos externos como luz o ruidos, historia de herida o puerta de entrada, desarrollo de trismus o risa sardónica y ausencia de respuesta a la administración de agentes colinérgicos o diazepam (ceden los espasmos inducidos por fármacos y los causados por el síndrome de persona rígida). 4. DIAGNÓSTICO • Esta enfermedad debemos sospecharla ante una herida con factores de riesgo para la misma en una persona que no está correctamente inmunizada. • En el SU se debe realizar una analítica básica con iones y CPK, drogas en orina (hay in- toxicaciones por anfetaminas y estricnina que pueden simular un tétanos, también una distonía por toma de fármacos dopaminérgicos o una infección odontógena o faríngea complicada), hemocultivos, radiografía de tórax y de partes blandas. • Por otro lado, aunque el diagnóstico del tétanos es exclusivamente clínico, se puede rea- lizar una tinción Gram y cultivo en medio anaerobio y aerobio de muestra de exudado de la eventual puerta de entrada. La determinación del título de anticuerpos de antitoxina tetánica en suero suele ser negativa en la mayoría de los casos. MANUAL DE PROTOCOLOS Y ACTUACIÓN EN URGENCIAS 934 | Capítulo 95 5. INGRESO HOSPITALARIO Todos los pacientes con criterios clínicos de tétanos deben ingresar en UCI y todo paciente con sospecha de tétanos debe quedar ingresado en una unidad de observación. 6. TRATAMIENTO 6.1. Medidas de soporte Asegurar una vía aérea, procediendo a la intubación endotraqueal si es necesario, bajo blo- queo neuromuscular, ya que el trismus puede dificultar la ventilación del paciente. En caso de trismus grave, es preferible la traqueotomía a la intubación orotraqueal. Profilaxis de complicaciones infecciosas y tromboembólicas. Desbridamientoy limpieza de la herida para eliminar las esporas de C. tetani (Tabla 95.1). 6.2. Antibiótico Hay que tener en cuenta que la herida debe estar correctamente limpia y desbridada para que el antibiótico sea efectivo. De elección son el metronidazol 500 mg i.v. cada 8 horas o la penicilina G durante 7-10 días. Como alternativa, tenemos la doxiciclina 100 mg/12 horas i.v. o clindamicina 600 mg/8 horas i.v. 6.3. Gammaglobulina humana antitetánica Dosis de 500-1.000 UI i.m. Debe administrarse ante un diagnóstico de sospecha sin demora. 4. Benzodiacepinas Controlan la rigidez y los espasmos. De elección midazolam i.v. 0,02-0,08 mg/Kg; se puede repetir en 5 minutos y diazepam de 10 a 30 mg; también se puede repetir entre 1 y 4 horas después. Profilaxis de tétanosTabla 95.1. Estado vacunal Completo (más de tres dosis). Desconocido o incompleto. Herida pequeña y limpia Vacunar si han pasado > 10 años de la última dosis. Iniciar vacunación. Herida profunda y sucia Vacunar si han pasado > 5 años de la última dosis. Iniciar vacunación y gammaglobulina. Vacuna antitetánica toxoide tetánico (Leti®): dosis de 0,5 mm3 a los 0, 1 y 12 meses más inmunoglobulina específica i.m. (250 UI en niños y 500 en adultos). La vacuna y la inmunoglobulina deben administrarse con jeringas y agujas distintas y en lugares separados. Todos los pacientes con un tétanos clínico deben ser inmunizados durante la convalecencia de la enfermedad. RABIA 1. INTRODUCCIÓN • La rabia es una enfermedad de declaración obligatoria causada por varias especies de virus RNA lineal y neutrópicos, de la familia Rhabdovirae del género Lyssavirus, los cuales tienen especial afinidad por el tejido neural y llegan al sistema nervioso central mediante los nervios periféricos, produciendo disfunción neural, casi siempre mortal. • La susceptibilidad individual para la infección depende fundamentalmente de la variante del virus, la inmunidad y genética del huésped, y del nivel de inervación del lugar de la herida. Botulismo, tétanos y rabiaMANUAL DE PROTOCOLOS Y ACTUACIÓN EN URGENCIAS Capítulo 95 | 935 • La forma más habitual de transmisión de la rabia es mediante la exposición a la saliva de una mordedura de un animal, generalmente del perro, zorro y, más excepcionalmente, murciélago, aunque también podría producirse por lamedura en zonas lesionadas de la piel o en mucosas no intactas. Se ha demostrado la diseminación aérea en circunstancias especiales (aerosoles con gran cantidad de virus como en laboratorios o cavernas que albergan murciélagos). • Además, de forma excepcional, el virus puede transmitirse persona-persona a través de tejidos u órganos trasplantados cuando el donante tiene la rabia no reconocida. • El periodo de incubación de la enfermedad puede ser de uno a tres meses aunque es variable; será más corto si la exposición ocurre en áreas muy inervadas, como la cara, y más largo, si el paciente tiene una profilaxis inadecuada. • Debemos tener en cuenta que una vez el paciente ha presentado los primeros síntomas de la enfermedad suele evolucionar a una encefalopatía progresiva y posterior muerte. 2. FORMAS CLÍNICAS • Los síntomas prodrómicos de la enfermedad suelen ser muy inespecíficos (febrícula, escalofríos, malestar general, mialgias, parestesias, picazón, ardor, entumecimiento de la zona de la herida, fotofobia) , por lo que hace que sea difícil su sospecha en estadíos iniciales y suelen durar entre 2 y 7 días. Otro signo clínico característico es el mioedema de percusión, puede aparecer tanto en la fase prodrómica como en estadíos más avan- zados. • Una vez finalizado el periodo prodrómico, la enfermedad puede evolucionar a dos formas clínicas: 2.1. Rabia encefalítica Es la forma clínica más frecuente, hasta un 80 % de los casos. Suele cursar con hidrofobia, aerofobia e hiperactividad evolucionando en la mayoría de casos al coma y la muerte. • Hidrofobia: es lo más característico (entre un 33-50 % de los casos). El paciente comienza con irritación faríngea evolucionando posteriormente a espamos musculares faríngeos al intentar beber agua. • Aerofobia: es otro signo muy característico de la enfermedad, pero menos frecuente que el anterior. En este caso los espasmos faríngeos ocurren al sentir corrientes de aire. Estos espasmos son muy dolorosos y cuando son graves pueden producir axfisia con posterior parada cardíaca. • Opistonos: se contraen los músculos faciales y se hiperextienden los músculos del cuello y espalda. • Inestabilidad autónoma: se produce una hiperactividad del sistema nervioso autónomo asociando, por tanto, hipersalivación, lagrimeo, taquicardias y arrítmicas cardiacas. Tam- bién está descrito la presencia de miocarditis. • Otros síntomas: en algunos casos de la enfermedad, está descrito la presencia de disartria, disfagia o diplopía. En algunos casos, puede aparecer agitación y excitación generalizada, asociando fluctuación del nivel de consciencia, inquietud, agresividad y alucinaciones. Finalmente, en cuanto a la exploración física de los pacientes con esta forma clínica destaca un aumento del tono muscular, reflejo plantar extensor y fasciculaciones. Estos pacientes generalmente fallecen por colapso respiratorio. MANUAL DE PROTOCOLOS Y ACTUACIÓN EN URGENCIAS 936 | Capítulo 95 2.2. Rabia paralítica Es la segunda forma clínica del virus, pero menos frecuente que la anterior. Estos pacientes presentan una parálisis flácida ascendente que podría simular el síndrome de Guillain-Ba- rre. Dicha parálisis predomina en la extremidad de la herida y desde ahí se va propagando. En la exploración física destacan las fasciculaciones, alteraciones sensoriales en los múscu- los afectados, pérdida de los reflejos plantares, pérdida del control esfinteriano y parálisis de pares craneales, siendo inusual la hidrofobia. Según asciende la parálisis, evoluciona a una paraplejia y parálisis de los músculos deglutorios y respiratorios, con el posterior fallecimiento. 3. DIAGNÓSTICO DIFERENCIAL En cuanto al diagnóstico diferencial de la enfermedad, en el caso de los síntomas prodrómi- cos, al ser tan inespecíficos podrían confundirse con muchas infecciones virales. La encefalitis por rabia se puede sospechar ante la presencia de síntomas patognomónicos de hidrofobia o aerofobia con alteraciones del nivel de consciencia. Sin embargo, ante un paciente con encefalitis debemos de descartar otras causas. En el caso de la rigidez muscular, esta podría confundirse con el tétanos o la intoxicación por estricnina. Finalmente, la rabia paralítica puede ser confundida con el síndrome de Guillain-Barré o la poliomielitis, aunque en este último caso no suele presentar alteraciones sensoriales. Apoyarían el diagnóstico de rabia el antecedente de mordedura, las parestesias o fascicula- ciones en el lugar de la mordedura. 4. DIAGNÓSTICO Para el diagnóstico de la enfermedad es necesario llevar a cabo una historia clínica completa. La presencia de parestesias en la zona de la herida es sugestivo y debe hacernos pensar en la rabia al igual que ante un paciente con una encefalitis inexplicable, presencia de hidrofobia o aerofobia. • Laboratorio: las alteraciones analíticas para el diagnóstico de esta enfermedad son muy inespecíficas. Al realizar una punción lumbar muestra una pleocitosis linfocítica con eleva- ción leve de proteínas y una glucosa normal. • Para un diagnóstico de confirmación son necesarias muestras de diferentes tejidos (saliva, piel, suero), realizando diferentes técnicas de inmunofluorescencia, puesto que carecen de mucha sensibilidad. En cuanto a los anticuerpos, hay que tener en cuenta la inmuni- zación; si los anticuerpos son cuantificados en suero y el paciente está inmunizado, debe- mos repetirlos unos días después; si los títulos se encuentran en ascenso, sería diagnóstico de infección; por otro lado, si la determinación de anticuerpos se realiza en LCR, su pre- sencia es indicativo de infección, independientementede la inmunidad que el paciente presente. • TC: en estadios iniciales de la enfermedad suele ser normal, posteriormente es frecuente el edema cerebral. La resonancia magnética puede mostrar señales hiperintensas en T2 en hipocampo, hipotálamo y en el tronco encefálico. • Diagnóstico postmortem: consiste en examinar directamente los tejidos del tronco ence- fálico y otros tejidos neurales con inmunofluorescencia para antígenos virales. La presen- cia de los cuerpos de Negri e inclusiones citoplasmáticas eosinofílicas son patognomóni- cas de la infección, aunque no están presentes en todos los casos. Botulismo, tétanos y rabiaMANUAL DE PROTOCOLOS Y ACTUACIÓN EN URGENCIAS Capítulo 95 | 937 5. INGRESO HOSPITALARIO Todos los pacientes con sospecha de rabia deben ingresar en el hospital (preferiblemente con disponibilidad en UCI). Todos los pacientes que han sido mordidos por un animal que puede estar contagiado deben permanecer en observación. 6. TRATAMIENTO En cuanto al tratamiento de la rabia, tenemos dos opciones, un tratamiento agresivo o uno paliativo, en función del pronóstico y de las características de cada paciente (edad, comorbi- lidades, inmunización), además del cuidado específico de la herida. 6.1. Cuidado de la herida El tratamiento local de la herida debe ser rápido, independientemente de que se decida o no ser tratada con vacuna y/o inmunoglobulina antirrábica. Debe realizarse un adecuado cuidado de la herida: • Lavar la herida con abundante agua y jabón: se debe hacer siempre, aunque hayan pa- sado horas o días desde la mordedura. Debe realizarse durante unos cinco minutos para cada herida o lesión de riesgo; retirar cuerpos extraños y zonas desvitalizadas. • Aplicar antiséptico (povidona yodada o clorhexidina). • Desbridamiento y sutura: en caso de lesiones graves, es conveniente realizar desbrida- miento para eliminar tejidos necróticos. Se aconseja no suturar, salvo que sea inevitable. • No olvidar profilaxis antitetánica y la administración de antibióticos, especialmente en mordeduras. 6.2. Tratamiento paliativo Se prefiere este tratamiento en aquellos pacientes en los cuales el pronóstico vital a corto pla- zo es reducido o las secuelas neurológicas de la enfermedad serán graves. Debemos priorizar el confort del paciente, utilizando los fármacos según sus necesidades concretas (diazepam, midazolam, haloperidol, morfina, anticolinérgicos). 6.3. Antibioterapia Con amoxicilina-ácido clavulánico 875/125 mg cada 8 horas, una semana; en alérgicos a penicilina, con levofloxacino 500 mg vía oral cada 24 horas, una semana. 6.4. Tratamiento agresivo Es fundamental la atención de estos pacientes en la UCI. • Inmunoterapia: se administra una vacuna con inmunoglobulina antirrábica humana. La vacuna se administra después de realizar una correcta profilaxis después de la exposición. En el caso de la inmunoglobulina humana contra la rabia (HRIG), no se suele administrar de forma rutinaria puesto que no atraviesa la barrera hematoencefálica. Se comercializan dos vacunas: * Vacuna de virus inactivados cultivados en células diploides humanas (“HDCV o Human Diploid Cell Vaccine”): vacuna antirrábica Merieux. * Rabipur: vacuna producida en células embrionarias de pollos purificados. Los ante- cedentes de alergia al huevo o una prueba cutánea positiva a ovoalbúmina no indican necesariamente que el paciente sea alérgico a Rabipur. Pero se debe tener precaución en pacientes con antecedentes de reacción de hipersensibilidad grave al huevo. MANUAL DE PROTOCOLOS Y ACTUACIÓN EN URGENCIAS 938 | Capítulo 95 Ambas contienen 2,5 UI de inmunización por cada mL de vacuna. La dosis que se admi- nistra por cada inyección siempre es de 1 mL, independientemente de la pauta seguida y edad del paciente. Contienen como excipientes trazas de neomicina. Se administran por vía intramuscular (deltoides, salvo en niños menores de dos años, en los que se utilizará la zona anterolateral del muslo, nunca en el glúteo). En caso de personas con tromboci- topenia o trastornos de la coagulación, se puede administrar por vía subcutánea como alternativa (Tablas 95.2 y 95.3). • Terapia antiviral: su objetivo es reducir la propagación viral. Generalmente, se usan tres agentes (interferón alfa intratecal o mediante una infusión lumbar, ribavirina y amanta- dina). • Terapia neuroprotectora: estas terapias buscan prevenir el inicio de la enfermedad o un deterioro clínico. Todavía no se conocen agentes neuroprotectores efectivos, aunque la hipotermia cerebral sí se emplea en estos pacientes. * En caso de lesiones múltiples, se podría diluir la inmunoglobulina para conseguir un volumen mayor que permita infiltrar todas las lesiones. Pauta vacunal y de inmunoglobulina como profilaxis postexposición rabiaTabla 95.2. Estado vacunal previo No correctamente vacunado: (cualquiera de los siguientes casos): – Nunca vacunado. – Correctamente vacunado hace > 3 años. – Pauta vacunal incorrecta. – Ac < 0,5 UI/mL si se solicitaron por pertenecer al grupo de alto riesgo. Correctamente vacunado: – Pauta correcta de vacunación preexposición o postexposición, hace < 3 años y no inmunodeprimido. Régimen Essen (5 dosis, 5 visitas). Es la pauta más habitual. Días 0, 3, 7, 14, 28. 1 mL por vía i.m. en cada visita. Régimen Zagreb (4 dosis, 3 visitas). Días: 0, 7, 21. Día 0: Dos dosis de 1 Ml (vía i.m., una en cada deltoides o muslos en < 2 años). Días 7 y 21: 1 mL por vía i.m. en cada visita. Cuándo: Utilizaremos esta en caso de dificultad de administrar la 2ª dosis el 3er día y si no se ha usado inmunoglobulina. Administración de inmunoglobulina antirrábica humana Dosis (para adultos y niños): 20UI/kg de peso. No se debe pasar el total de la dosis recomendada. Cómo: la mayor parte de la dosis deberá, siempre que sea anatomicamente posible, infiltrarse alrededor de la herida (en profundidad)*. La dosis restante deberá inyectarse por vía i.m. en un lugar anatómico distinto a la vacuna (el otro deltoides, zona anterolateral del muslo, glúteo). Cuándo: el día 0, con la vacunación. Si no se hizo en ese momento, en los primeros 7 días tras la primera dosis de vacuna (una vez superado este tiempo, ya no está indicada). Solo se administra una vez. No precisa. Pauta vacunal 2 dosis, 2 días: días 0 y 3 (cada día, 1 dosis de 1ml, vía i.m.). Botulismo, tétanos y rabiaMANUAL DE PROTOCOLOS Y ACTUACIÓN EN URGENCIAS Capítulo 95 | 939 Indicación de profilaxis postexposición de rabia según animal y grado de la lesiónTabla 95.3. Tipo de animal Perro o gato doméstico Murciélagos (4), carnívoros salvajes (lobo, lince, zorro), mofeta Conejos, liebres, ardillas, cobayas, ratas, ratones (y otros roedores) Estado del animal Localizado: sano, y disponible 10 días para observación. Huido. Localizado: sospechoso de rabia. Independientemente del mismo. Independientemente del mismo. Lesiones de grado I -Lameduras sobre piel sana. -Tocar o alimentar al animal. No indicado tratamiento postexposición (1). No indicado tratamiento postexposición generalmente. Consultar (2). No indicado tratamiento postexposición. No indicado tratamiento postexposición No indicado tratamiento postexposición generalmente. Consultar (2). Lesiones de grado II -Lesiones superficiales producidas por mordedura, sin que se afecte la dermis. -Arañazos leves, sin sangrado. No indicado tratamiento postexposición (1). No indicado tratamiento postexposición generalmente. Consultar (2). Iniciar vacunación (3) (en caso de pacientes inmunodeprimidos, administrar también inmunoglobulina antirrábica). Iniciar vacunación (3) (en caso de pacientes inmunodeprimidos, administrar también inmunoglobulina antirrábica). No indicado tratamiento postexposición generalmente. Consultar (2). Lesiones de grado III -Una o varias mordeduras con afectación de la dermis. -Lameduras(o, en general, contaminación por saliva del animal) sobre piel lesionada o sobre mucosas. -Arañazos profundos. No indicado tratamiento postexposición (1). No indicado tratamiento postexposición generalmente. Consultar (2). Inmunoglobulina antirrábica (3) + Iniciar vacunación (3) Inmunoglobulina antirrábica (3) + Iniciar vacunación (3) No indicado tratamiento postexposición generalmente. Consultar (2). (1). Si en el periodo de 10 días el animal manifiesta síntomas de rabia (observación por veterinario), se debe iniciar el trata- miento en el paciente (según el grado de lesión). (2). Consultar a Medicina Preventiva en horario laboral o a la Delegación Provincial de Sanidad en horario no laboral. (3). Según estado vacunal previo (ver tabla anterior). (4) Es el caso de indicación absoluta de profilaxis de rabia postexposición. En caso de duda de exposición a rabia por no observar lesión producida por el murciélago (que, en ocasiones, pueden ser muy pequeñas y pasar inadvertidas), es preferible iniciar profilaxis postexposi- ción, dado que es el animal en nuestro medio que con mayor frecuencia es portador de rabia.
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