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1 Fisiología gastrointestinal y nutrición (45)

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Fisiología gástrica: ácido clorhídrico y proteasas
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son de alta complejidad y no existe hasta el momen-
to un marcador tanto a nivel de la bacteria como del 
hospedero que defina el desarrollo clínico de la in-
fección. La presencia de factores de virulencia, los 
polimorfismos en determinadas citoquinas, el infil-
trado inflamatorio y el tipo de respuesta T helper 
observada, además de factores externos como el 
consumo de alcohol, tabaco y la alimentación cum-
plen papeles fundamentales como factores de riesgo 
en el desarrollo de patologías de mayor gravedad y 
es la relación particular entre estos factores lo que 
contribuye de manera diferencial a la evolución de 
la infección por H. pylori en un individuo en particu-
lar (17-19).
d) Alteraciones en la fisiología gástrica
d.1) Polimorfismos en citoquinas y el rol de H. pylori 
en la secreción de ácido
Existe evidencia tanto en modelos murinos como en 
datos derivados de estudios clínicos que apoyan la 
idea que la infección por H. pylori está asociada con 
perturbaciones en la fisiología gástrica que alteran 
la homeostasis del ácido en el estómago (Figura 6). 
El mecanismo mediante el cual H. pylori inhibe la se-
creción de ácido en el estómago es multifactorial y 
contempla tanto la inhibición directa de las células 
parietales por algún producto bacteriano no deter-
minado y la inhibición indirecta como consecuencias 
de modificaciones en el patrón de citoquinas. En el 
modelo murino, tanto en ratones como en gerbos, la 
sobreproducción de la citoquina proinflamatoria IL-
1β se ha asociado con alteraciones de la homeosta-
sis de ácido. La sobreexpresión localizada en el estó-
mago de esta citoquina bajo el control del promotor 
de la H+/K+ ATPasa, genera cambios en la mucosa 
gástrica que comprenden desde la disminución de 
la secreción de ácido al desarrollo progresivo de los 
cambios morfológicos característicos del proceso de 
carcinogénesis. La progresión histológica observada 
en la mucosa gástrica de estos ratones contempla el 
desarrollo de gastritis crónica seguida de atrofia, y 
metaplasia e imita el desarrollo de la carcinogénesis 
en humanos. La infección concomitante con H. pylori 
acelera el proceso al contribuir con el aumento de 
la inflamación en respuesta a la infección. H. pylori 
es capaz por sí sólo de provocar en los gerbos un 
aumento de la secreción gástrica de IL-1β que incide 
en el desarrollo de hipoclorhidria. Esta disminución 
del ácido gástrico es revertida por la administración 
de antagonistas del receptor de IL-1β. Estudios in 
vitro demuestran que las citoquinas IL-1β y TNF-α, 
ambas producidas in vivo en respuesta a la infección 
por H. pylori, son capaces de generar en cultivos la 
inhibición de la secreción de ácido por células pa-
rietales, disminución de la secreción de histamina 
por las células enterocromafines y un aumento de 
la secreción de gastrina por las células G. La infec-
ción por H. pylori en humanos se correlaciona in vivo 
con niveles plasmáticos elevados de gastrina y con 
niveles gástricos bajos de somatostatina (regulador 
negativo de la secreción de gastrina). La respuesta 
inflamatoria asociada con la infección caracterizada 
por la secreción de citoquinas y quimoquinas genera 
alteraciones en la mucosa gástrica y se ha descrito 
el desarrollo de hipoclorhidria tanto a nivel agudo 
como crónico de la infección. La presencia de po-
limorfismos en el cluster para IL-1, que contempla 
polimorfismos tanto en IL-1β como en IL-1RN que 
codifica para el antagonista del receptor de IL-1β, 
están asociados en último término con un aumento 
en la secreción de esta citoquina en respuesta a la 
infección por H. pylori. Estos cambios han sido co-
rrelacionados a nivel poblacional con aumentos del 
desarrollo de alteraciones de la fisiología gástrica 
conducentes a hipoclorhidria y a un mayor riego 
de desarrollo de cáncer gástrico. Adicionalmente, 
los polimorfismos para las citoquinas TNF-α y IL-10 
han sido correlacionados a su vez con aumentos del 
riesgo de desarrollo de neoplasias. La presencia de 
varios polimorfismos indicativos de un perfil proin-
flamatorio incrementa de manera progresiva el ries-
go de contraer cáncer gástrico, lo que implica que 
los genes que codifican para las citoquinas efectoras 
y reguladoras características de los distintos conjun-
tos de células Th son fundamentales para el desa-
rrollo de las patologías asociadas con la infección 
(9,17,20).

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