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Digestión y absorción de los hidratos de carbono - 76 - constituyen una de las bases para el desarrollo de los alimentos “prebióticos” y “probióticos” (3, 4, 5). En contraste con sus efectos nutricionales benéficos, la ingestión de hidratos de carbono en grandes cantida- des se ha asociado con la génesis de enfermedades crónico-degenerativas tales como la obesidad, la dia- betes, la ateroesclerosis, la cardiopatía coronaria y el síndrome metabólico (6). Dependiendo de sus propiedades bioquímicas y fi- sicoquímicas y de su contenido de glucosa, los hi- dratos de carbono pueden ser clasificados desde distintos puntos de vista. Una de estas clasificacio- nes es como glucogénicos y no glucogénicos, de- pendiendo de la capacidad del intestino delgado de hidrolizarlos enzimáticamente para producir glucosa libre que desencadena una respuesta glicémica. De acuerdo con otra clasificación, estos hidratos de car- bono glucogénicos son llamados digeribles mientras que los no glucogénicos son aquellos no digeribles, que corresponden a parte de la fibra dietética que es fermentada (fibra soluble) o no fermentada (fibra insoluble) por la microbiota del colon. Parte de estos hidratos de carbono es excretada en las heces, con- tribuyendo a mantener su volumen y humedad y a disminuir su consistencia (5, 7). En las últimas décadas se ha definido el índice glicé- mico (IG) como el incremento de la glicemia causa- do por la ingesta de cantidades estandarizadas de alimentos que contienen hidratos de carbono, en comparación con la glicemia inducida por la misma cantidad de glucosa pura. El IG varía dependiendo no sólo del tipo y cantidad de hidratos de carbono del alimento, sino también de la presencia de otros macronutrientes, de su procesamiento culinario y de las características fisiológicas del individuo. El ín- dice insulinémico es un parámetro relacionado que consiste en el incremento de las concentraciones de insulina en la sangre después del consumo de ali- mentos que contienen hidratos de carbono (8, 9). Digestión de los hidratos de carbono Los hidratos de carbono digeribles incluyen polí- meros, oligómeros y dímeros de glucosa, galactosa o fructosa, los cuales son digeridos eficientemente durante su paso a lo largo del intestino delgado. Su digestión involucra la hidrólisis enzimática del enlace entre dos monosacáridos, formado por un oxígeno éster y llamado enlace glucosídico. Sólo los mono- sacáridos resultantes de este proceso de hidrólisis pueden ser transportados a través del epitelio intes- tinal hacia la circulación sanguínea. En el tracto gas- trointestinal de los seres humanos, la digestión de los hidratos de carbono ocurre primordialmente en el lumen del duodeno y el yeyuno. El proceso involu- cra glucosidasas con diferentes especificidades por sustratos y que incluyen endoglucosidasas, como las amilasas salival y pancreática, y un conjunto de exo- glucosidasas conocidas por el nombre genérico de disacaridasas, que están incorporadas en el espesor de la membrana plasmática del ribete estriado de los enterocitos. Figura 1. Representación de la estructura química de los mono- sacáridos, glucosa, galactosa y fructosa, de mayor importancia nutricional para humanos. La estructura cíclica hexagonal (pira- nósica) de los isómeros enantioméricos de las aldohexosas gluco- sa y galactosa, difieren en la orientación del oxhidrilo asociado al carbono número 4. La fructosa es una cetohexosa con estructura cíclica pentagonal (furanósica) que difiere substancialmente de la glucosa y la galactosa. α-D-Glucosa O OHOHHO HO-CH2 OH 5 4 6 1 2 3 α-D-Galactosa O OHOH HO HO-CH2 OH 5 4 6 1 2 3 α-D-Fructosa O HO-CH2 HOHO HO 5 4 6 1 2 3 CH2 -OH
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