Descarga la aplicación para disfrutar aún más
Vista previa del material en texto
Digestión y absorción de los hidratos de carbono - 78 - de la expresión de esta enzima, limita la capacidad del intestino delgado para digerir lactosa en una alta proporción de la población. En la mayoría de la población humana, el período del destete coincide con el comienzo de la disminución paulatina de la actividad lactasa de la LPH. Esta condición, llamada “hipolactasia de adulto” es, por lo tanto, un proce- so fisiológico en el desarrollo humano que se hace evidente durante la infancia tardía o la adolescencia. En sujetos de origen norte-europeo es frecuente ob- servar que sus niveles de actividad de lactasa intesti- nal permanecen prácticamente sin cambio durante toda su vida. Este fenotipo, llamado “lactasa persis- tente”, es una característica distintiva de una pobla- ción humana que adquirió la capacidad de mante- ner niveles altos de expresión de la enzima después del destete, probablemente como resultado de una adaptación al alto consumo de leche asociado con la domesticación y crianza intensiva de bovinos; este carácter se expandió rápidamente a la mayor parte de la población del noreste europeo y Escandinavia. Digestión del almidón Los almidones y sus productos derivados son los po- lisacáridos de mayor consumo por la población hu- mana. El desarrollo de la agricultura determinó un cambio importante en el tipo y cantidad de carbohi- dratos disponibles para el consumo (13). Esta activi- dad puso al alcance de la población granos con alto contenido de hidratos de carbono, principalmente en forma de almidones, que satisficieron una par- te importante de sus requerimientos de energía. Es ampliamente aceptado que el cultivo del trigo, maíz, arroz y cebada fue el cimiento sobre el cual se desa- rrollaron las principales culturas del mundo. Por lo tanto, los almidones derivados de cultivos de gramí- neas fueron los hidratos de carbono más abundan- tes tanto durante la época preindustrial como en la actualidad. Los almidones naturales son sintetizados por las plantas en forma semicristalina dentro de gránulos presentes en sus tejidos reproductivos, donde sir- ven para almacenar energía para el desarrollo del germen. Dentro de los gránulos, el almidón está presente en dos formas moleculares principales: la amilosa, que está formada por largas cadenas linea- les de varios cientos de residuos de glucosa, unidos por enlaces glucosídicos α-1,4 y con ocasionales ra- mificaciones unidas a la cadena principal mediante enlaces glucosídicos α-1,6. Esto genera una estruc- tura primordialmente lineal no ramificada y poco soluble. Esta estructura tiende a adoptar una forma helicoidal, estabilizada por puentes de hidrógeno. La otra forma es la amilopectina, que consiste en cadenas lineales de glucosa relativamente cortas, unidas por enlaces glucosídicos α-1,4 y con un alto contenido de cadenas ramificadas unidas con en- laces α-1,6 que dan origen a una estructura muy ramificada y soluble (Figura 3). La estructura de la amilosa permite su agregación uniforme formando regiones cristalinas dentro de los gránulos de almi- dón, llamadas dominios A; por el contrario, la es- tructura ramificada de la amilopectina favorece su agregación en los gránulos en forma desordenada, que genera regiones no cristalinas llamadas domi- nios B. Pequeñas cantidades de lípidos y proteínas están asociadas con los almidones y contribuyen en forma limitada a sus propiedades fisicoquímicas y organolépticas. La proporción entre la amilosa y la amilopectina, la longitud promedio de las cade- nas lineales α-1,4 y la frecuencia de ramificaciones α-1,6, son variables identificables en los almidones de las diferentes especies o variedades de plantas y afectan el grado de cristalización de los respectivos gránulos (14). La proporción amilosa/amilopectina afecta también la digestión de los almidones ya que la menor disponibilidad de extremos no reductores en las moléculas de amilosa, hace más lenta su de- gradación enzimática que la de la amilopectina, aún después de su digestión previa por las amilasas. Los gránulos altamente cristalinos y con alto contenido de amilosa requieren tratamientos más intensos para lograr su hidratación e hidrólisis enzimática. Por eso los almidones con alto contenido de ami- lopectina y prácticamente carentes de estructura
Compartir