Descarga la aplicación para disfrutar aún más
Vista previa del material en texto
Digestión y absorción de los hidratos de carbono - 86 - no intestinales (59). Esto sugiere que la síntesis de la LPH es fundamentalmente un evento programado del proceso de diferenciación de las células epite- liales del intestino delgado. Sin embargo, el control hormonal de la expresión de la LPH parece interve- nir intensamente durante la etapa perinatal, pro- moviendo la adquisición de los máximos niveles de actividad observados normalmente en esta edad. La insulina y el cortisol inducen la expresión de la LPH en los enterocitos perinatales, probablemente a través de la inducción de su diferenciación (55). Asímismo, el factor de crecimiento epidérmico (EGF, epidermal growth factor) puede amplificar la expre- sión de la LPH, potenciando los efectos de la insulina y los esteroides. Durante la diferenciación, la expresión de la LPH es regulada en forma diferencial a lo largo del eje céfa- lo-caudal del intestino así como del eje cripta-vello- sidad. Los segmentos yeyunal distal e ileal proximal contienen las concentraciones más altas de ARN mensajero de LPH. Se han encontrado secuencias genómicas con funciones reguladoras de tipo cis en regiones anteriores a la secuencia “TATA-box” del promotor del gen de la LPH (60, 61). El promotor del gen de la LPH porcina (posiciones -17 a -994) es capaz de dirigir la expresión de LPH con la misma especificidad celular que la observada para células del intestino delgado, incluyendo la disminución de la expresión durante la etapa del destete (61). Se han descrito diversos factores reguladores de la transcripción del gen de la LPH, entre los que se incluyen el factor de transcripción nuclear NF-LPH1 (62, 37), factores GATA, el factor nuclear de hepa- tocitos HNF-1a, la proteína Cdx-2 (“Caudal Related Homeodomain”) y HOXC11 (63). Trehalasa La trehalasa es una disacaridasa, también localizada en el ribete estriado de los enterocitos, que es res- ponsable de la hidrólisis del disacárido trehalosa. A primera vista, la presencia de esta enzima en el trac- to gastrointestinal de los seres humanos parece ex- traña en vista del bajo consumo actual de alimentos que la contienen en altas cantidades; de hecho, la deficiencia de trehalasa se detecta con mucha me- nor frecuencia que la de las otras disacaridasas. Esta enzima pudo haber tenido una función muy impor- tante para las poblaciones humanas prehistóricas, para quienes algunas especies de insectos y hongos comestibles constituían componentes importantes de sus dietas. Debido a que la trehalasa tiene escasa relevancia fisiológica, sus propiedades estructurales y catalíticas han sido poco estudiadas. La trehalasa ejerce actividad hidrolítica sobre los enlaces α-1,1 presentes en la trehalosa (64). En los seres humanos el gen de la trehalasa está localizado en el cromoso- ma 11 (65) y su proteína contiene 583 aminoácidos con un peso molecular aproximado de 66 kDa (65, 66). Es procesada intracelularmente por proteolisis y glicosilación (66), resultando una molécula de 63 kDa. En contraste con la MGAM, la SI y la LPH que se insertan en la membrana apical mediante un domi- nio transmembranal, la trehalasa se inserta median- te un grupo fosfatidil-inositol (Figura 4) (50, 66). Se ha detectado actividad trehalasa en diversos te- jidos humanos, incluyendo el plasma sanguíneo y el riñón, pero no se ha determinado qué relación gené- tica, estructural o funcional guarda con la trehalasa intestinal. La ontogenia de la trehalasa intestinal es variable en las diferentes especies de mamíferos. En el intestino fetal de los seres humanos y los conejos se han detectado niveles bajos de actividad de treha- lasa (67) mientras que en ratones y ratas dicha activi- dad y el ARN mensajero de la enzima correspondien- te han sido detectados hasta después del periodo postnatal. Debido a que en los seres humanos la ac- tividad de trehalasa derivada del intestino y el riñón puede ser detectada en el líquido amniótico, se ha propuesto que la medición de esta actividad puede servir como herramienta diagnóstica para detectar problemas del desarrollo (68). En el intestino los ni- veles máximos normales de trehalasa son adquiridos tempranamente, poco después del nacimiento (69). Existen pocos estudios acerca de la regulación hor- monal de la trehalasa intestinal. En ellos se ha de- mostrado que el desarrollo de su actividad es para- lelo con el de la SI y por lo tanto, también parece ser
Compartir