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CAPITULO 7 El hierro (Fe), zinc (Zn), cobre (Cu), selenio (Se), yodo (I), cromo (Cr), cobalto (Co), molibdeno (Mo) y man- ganeso (Mn) son microminerales inequívocamente esenciales para el ser humano. En el caso de otros elementos como el boro, litio, silicio, arsénico y el vanadio, si bien tienen participación en algunos pro- cesos fisiológicos en animales, su esencialidad aún no ha sido demostrada en los seres humanos (1). Las deficiencias de microminerales se pueden deber a defectos genéticos de su metabolismo o, más fre- cuentemente, a una condición adquirida que puede ser causada por diferentes situaciones, las que apa- recen en la tabla 1. Las deficiencias de Fe y Zn son las carencias de mi- crominerales más prevalentes a nivel global (2,3). En cambio, la deficiencia de Cu es prevalente sólo en algunos grupos de población (desnutridos, prema- turos, ancianos) (4). La carencia de Se es una patolo- gía que se observa en regiones en las que existe una baja concentración de este elemento en el suelo, lo que ocasiona su disminución en los vegetales y animales que crecen en dicha zona y por ende, una menor ingesta por la población (5). En este capítulo se analizará la absorción y transporte de Fe, Zn, Cu y Se. Hierro El Fe es un nutriente esencial para la vida. Es parte constitutiva de la molécula de hem (anillo de proto- porfirina con el Fe fuertemente quelado en su cen- tro) que está presente en la hemoglobina, la mioglo- bina y algunas enzimas que participan en procesos tales como el transporte y almacenamiento de oxí- geno, la fosforilación oxidativa, el metabolismo de los neurotransmisores y la síntesis del ADN (6). Las mismas propiedades que hacen del Fe un elemento útil en cada una de estas funciones, también lo ha- cen tóxico. El Fe libre tiene la capacidad de generar radicales libres que dañan componentes biológicos esenciales tales como los lípidos, las proteínas y el ADN (7). Por lo tanto, la absorción, concentración y el estado redox del Fe deben ser regulados cuidado- samente por el organismo. La mayor parte de las necesidades de Fe del orga- nismo son suplidas por la reutilización del Fe pro- veniente de la destrucción de los glóbulos rojos se- nescentes. El eritrocito tiene una vida media de 120 días, por lo que aproximadamente el 1% del Fe pre- sente en los glóbulos rojos es liberado diariamente. El Fe liberado como producto del catabolismo de la hemoglobina en el sistema reticuloendotelial, se une en el plasma a la transferrina, la proteína trans- portadora de Fe, la que lo entrega a diversos tipos de células del organismo, entre ellas los precurso- res eritroides de la médula ósea, en donde es reuti- lizado en la producción de hemoglobina (8). En el adulto el 95% del Fe empleado en la síntesis de he- moglobina proviene de este reciclaje, mientras que en el lactante de un año este valor es de sólo 70%, haciendo, por lo tanto, que este último sea más de- pendiente del aporte externo (8). La homeostasis del Fe es controlada principalmente a nivel de su absorción intestinal, siendo su excre- ción bastante fija y poco regulada (9). El Fe es ab- sorbido preferentemente a nivel del duodeno y su entrada al enterocito es mediada por una serie de receptores y proteínas ligantes de alta afinidad (10). Absorción y transporte de microminerales Manuel Olivares, Fernando Pizarro, Daniel López de Romaña y Miguel Arredondo otro LIBRO Cap.7(FINAL)
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