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1 Fisiología gastrointestinal y nutrición (126)

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CAPITULO 7
El hierro (Fe), zinc (Zn), cobre (Cu), selenio (Se), yodo 
(I), cromo (Cr), cobalto (Co), molibdeno (Mo) y man-
ganeso (Mn) son microminerales inequívocamente 
esenciales para el ser humano. En el caso de otros 
elementos como el boro, litio, silicio, arsénico y el 
vanadio, si bien tienen participación en algunos pro-
cesos fisiológicos en animales, su esencialidad aún 
no ha sido demostrada en los seres humanos (1).
Las deficiencias de microminerales se pueden deber 
a defectos genéticos de su metabolismo o, más fre-
cuentemente, a una condición adquirida que puede 
ser causada por diferentes situaciones, las que apa-
recen en la tabla 1. 
Las deficiencias de Fe y Zn son las carencias de mi-
crominerales más prevalentes a nivel global (2,3). En 
cambio, la deficiencia de Cu es prevalente sólo en 
algunos grupos de población (desnutridos, prema-
turos, ancianos) (4). La carencia de Se es una patolo-
gía que se observa en regiones en las que existe una 
baja concentración de este elemento en el suelo, 
lo que ocasiona su disminución en los vegetales y 
animales que crecen en dicha zona y por ende, una 
menor ingesta por la población (5). En este capítulo 
se analizará la absorción y transporte de Fe, Zn, Cu 
y Se.
Hierro
El Fe es un nutriente esencial para la vida. Es parte 
constitutiva de la molécula de hem (anillo de proto-
porfirina con el Fe fuertemente quelado en su cen-
tro) que está presente en la hemoglobina, la mioglo-
bina y algunas enzimas que participan en procesos 
tales como el transporte y almacenamiento de oxí-
geno, la fosforilación oxidativa, el metabolismo de 
los neurotransmisores y la síntesis del ADN (6). Las 
mismas propiedades que hacen del Fe un elemento 
útil en cada una de estas funciones, también lo ha-
cen tóxico. El Fe libre tiene la capacidad de generar 
radicales libres que dañan componentes biológicos 
esenciales tales como los lípidos, las proteínas y el 
ADN (7). Por lo tanto, la absorción, concentración y 
el estado redox del Fe deben ser regulados cuidado-
samente por el organismo.
La mayor parte de las necesidades de Fe del orga-
nismo son suplidas por la reutilización del Fe pro-
veniente de la destrucción de los glóbulos rojos se-
nescentes. El eritrocito tiene una vida media de 120 
días, por lo que aproximadamente el 1% del Fe pre-
sente en los glóbulos rojos es liberado diariamente. 
El Fe liberado como producto del catabolismo de 
la hemoglobina en el sistema reticuloendotelial, se 
une en el plasma a la transferrina, la proteína trans-
portadora de Fe, la que lo entrega a diversos tipos 
de células del organismo, entre ellas los precurso-
res eritroides de la médula ósea, en donde es reuti-
lizado en la producción de hemoglobina (8). En el 
adulto el 95% del Fe empleado en la síntesis de he-
moglobina proviene de este reciclaje, mientras que 
en el lactante de un año este valor es de sólo 70%, 
haciendo, por lo tanto, que este último sea más de-
pendiente del aporte externo (8). 
La homeostasis del Fe es controlada principalmente 
a nivel de su absorción intestinal, siendo su excre-
ción bastante fija y poco regulada (9). El Fe es ab-
sorbido preferentemente a nivel del duodeno y su 
entrada al enterocito es mediada por una serie de 
receptores y proteínas ligantes de alta afinidad (10).
Absorción y transporte 
de microminerales
Manuel Olivares, Fernando Pizarro, Daniel López de Romaña y Miguel Arredondo
	otro
	LIBRO Cap.7(FINAL)

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