Logo Studenta

02 Virología Médica Autor Amantes de la vida-129

¡Estudia con miles de materiales!

Vista previa del material en texto

del VHB son los pacientes con infección aguda por hepatitis B y los portadores 
crónicos, aislándose el virus de la sangre, saliva, calostro, semen o secreción 
vaginal, heces y orina. El período de incubación de la infección es de 45 
a 180 días. Esta infección es generalmente aguda y asintomática, pero puede 
persistir en forma crónica, por más de seis meses, en el 10% de los adultos y en 
más del 80% de los recién nacidos infectados. La evolución aguda fulminante es 
poco frecuente, del orden de 0.1% y hoy constituye una de las principales 
indicaciones de transplante hepático. La infección persistente puede ser 
sintomática o subclínica. Algunos pacientes con infección persistente presentan 
una replicación viral activa (hepatitis crónica activa), con progresión del daño 
hepático y pueden desarrollar cirrosis hepática, pudiendo evolucionar 
posteriormente hacia un hepatocarcinoma. 
 
 El HBV puede generar tres tipos de interacción con la célula huésped: una 
interacción productiva con destrucción de la célula infectada por acción de la 
respuesta inmune celular (linfocito T citotóxico), originándose así el daño hepático 
y la erradicación del virus (infección aguda); una segunda interacción es la 
persistencia del virus en forma crónica sintomática o subclínica, de acuerdo al tipo 
de respuesta inmune celular; una tercera interacción es la transformación de la 
célula infectada con la inducción de un cáncer hepático primario. 
 
 Los anticuerpos (Ac) anti-HBcAg, primero de clase IgM y luego IgG, se 
detectan tempranamente. La aparición de Ac anti-HBeAg es una señal favorable de 
declinación de la replicación viral activa y de disminución de la infectividad; sin 
embargo, los verdaderos anticuerpos neutralizantes son los dirigidos contra la 
envoltura viral (Ac anti HbsAg). Estos permiten eliminar el virus circulante y se 
detectan al final del período de estado (4-6 semanas), pudiendo permanecer en 
circulación por años. La memoria inmune generada confiere protección permanente 
y es independiente del subtipo viral. Los Ac anti-HBcAg suelen permanecer más 
tiempo y aunque no son trascendentes para el adulto en la etapa tardía, su presencia 
como IgG (atraviesa la placenta) protegería a los neonatos infectados del daño 
hepático producido por sus propios linfocitos citotóxicos. En estos casos, la 
concomitante inmadurez del sistema inmune favorece la persistencia viral. 
 
Diagnóstico, prevención y tratamiento. Existen tres marcadores que se utilizan 
regularmente en el diagnóstico de la infección por este agente. La presencia de IgM 
anti- HBcAg es indicador de infección aguda o reciente, pues es positiva por 
alrededor de seis meses. La detección de HBsAg indica infección aguda en 
pacientes recientemente infectados o portación crónica, en pacientes cuyo cuadro 
clínico tiene más de 6 meses de evolución. La presencia de Ac IgG anti-HBsAg es 
signo de una infección anterior con erradicación del agente o vacunación previa 
(Figura 9-2) (Tabla 9-2). En caso de infección crónica puede ser de utilidad detectar 
ADN en sangre mediante PCR, como forma de control de tratamiento antiviral. 
 
 En relación a la prevención, es importante considerar el control a nivel de 
bancos de sangre, mediante el estudio de HBsAg en los donantes. También ha 
demostrado efectividad el uso de gamaglobulina hiperinmune en población

Otros materiales

Materiales relacionados

18 pag.
19 pag.
Chopita - INMUNOSUPRESORAS

User badge image

Estudiando Veterinaria