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IUSPO Los Teques, 27 de abril de 2023 Educación Mención Filosofía Filosofía Moderna II RODRIGUEZ William ORDOSGOITE Armando Montesquieu (1689-1755) Montesquieu, es su obra El espíritu de las leyes, es posible evidenciar el desarrollo de una teoría política. Su pensamiento político es amplio y profundo. Para Montesquieu, cada tipo de gobierno surge a causa de la naturaleza propia de su organización social, y se fortalece en virtud del cumplimiento de sus respectivos principios de gobierno. Montesquieu separa y clasifica los gobiernos en tres clases: los republicanos, los monárquicos y los despóticos. En el gobierno republicano el pueblo o una parte conserva el poder soberano, ya sea democracia o aristocracia, respectivamente. Esta forma de gobierno es el responsable de hacer las leyes. Por otro lado, en el gobierno monárquico, es el rey quien posee el poder y lo hace bajo una estructura de leyes fijas y establecidas. En el gobierno despótico, según Montesquieu, existe una persona que ejerce el poder y lo hace sin leyes, imponiendo sus caprichos personales. Montesquieu, parece incorporar un criterio adicional: los principios de gobierno. Según mi parecer, Montesquieu combina los tipos de gobierno con la estructura social: educación, tamaño, instituciones intermedias, igualdad de los ciudadanos, etc. Según Montesquieu, la virtud política, es el principio generador de la república, significa amor a la patria, a las leyes y consagrando al individuo por la colectividad. Por otro lado, la monarquía no proclama el renunciamiento personal ni promueve el sentimiento de igualdad, sino que el honor alienta la presencia de jerarquías, nobleza y distinciones. Así como la ambición es perniciosa en la república, no lo es en la monarquía, pues, es la diferenciación social lo que le infunde vida al gobierno. Mientras que en la república existe una organización igualitaria entre los miembros de la colectividad, la monarquía se fundamenta en un tratamiento social desigual frente a la ley. Luego, podemos concluir que la república y la monarquía tienen diferente esencia. El primero se basa en la igualdad y el otro se apoya en la diferenciación, mientras que en la república se funda en la virtud política y el otro en el honor. En la república, el principio de la virtud permitiría encaminar el interés particular al interés general. Diferente en la monarquía donde el principio del honor o falsa virtud, la sostiene al brindar a los ciudadanos la posibilidad de actuar acorde a sus propios intereses y no necesariamente al interés general. Sin embargo, ambos tienen un aspecto en común, esto es, el respeto a la ley. En cambio, el despotismo es arbitrario porque no gobierna respetando las leyes. El despotismo se fundamenta en la igualdad, pero basado en el temor donde ninguno tiene participación del poder soberano. De este modo, se vislumbra cómo la estructura o vida social varía según el modo en que se ejerce cada gobierno. Para Montesquieu hay tres legitimidades posibles: la monarquía y las dos repúblicas; y una ilegitimidad profunda: el gobierno despótico, fruto de una sociedad sin leyes ni instituciones. Asimismo, Montesquieu afirma que hay una línea delgada entre el poder despótico y el monárquico. Pues, cuando una monarquía pierde de vista los principios que favorecen a la diferenciación social aparece el poder absoluto y arbitrario. Así, considera fundamental la presencia de la nobleza y de rangos intermedios como elemento disipador de movimientos tiránicos en los regímenes monárquicos. Pues, cuanto más pluralista y desigual sea una monarquía menor es la probabilidad de que dicha autoridad degenere en despotismo. De modo que, cuando los estados y los gobiernos contravienen los principios que los sostienen, ellos caen por sí solos. En otras palabras, cuando un tipo de régimen moderado, es decir, república o monarquía, no gobierna basado en sus principios, se lo denomina generalmente un gobierno corrupto.
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