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res, entre las que destacamos las conocidas como K y como NK; las células K (del inglés killer, ase- sinas o agresivas) son linfocitos grandes, granulo- sos que cuando se les unen IgG específicas presen- tes en la superficie de otras células, provocan la lisis de éstas. Las células NK (agresoras-naturales) son linfocitos no dependientes de anticuerpos, que realizan una defensa inespecífica contra células infectadas por virus, contra células neoplásicas, o con el ADN alterado. Los linfocitos NK intervienen también en la inmunidad innata, y se les considera un eslabón entre los sistemas inflamatorio e inmunitario. Los linfocitos T activados secretan también citocinas (interleucinas), polipétidos que transpor- tan señales entre células y que, a su vez, estimulan la reproducción clonal de los linfocitos T y el aumento de eosinófilos, y están presentes en las enfermedades autoinmunitarias. Igualmente son citocinas el factor de necrosis (NF) y el factor de necrosis tumoral (TNF) que favorece la destruc- ción de las células cancerosas; ambos participan en la apoptosis desencadenada por tóxicos.El receptor del factor de necrosis tumoral (TNF-R) es activado por las α-TNF y β-TNF y juega múlti- ples papeles en inmunidad, inflamación y regene- ración tisular. Debe recordarse que las relaciones entre las células se producen por dos vías: contacto célula- célula, o liberación de mediadores que reciben el nombre de hormonas y, en inmunología, citocinas o citoquinas. Estas son pequeñas moléculas de polipéptidos que intercambian información dentro de la misma célula, a otra célula próxima o a célu- las situadas a cierta distancia, y sus funciones son quimiotáxicas y reguladoras; se sintetizan no sólo dentro del sistema inmunitario, sino también en otros tejidos. Las citoquinas producidas por los linfocitos se denominan linfoquinas. Hay tres clases principales de citoquinas: a. Factores de crecimiento. Se producen en la médula ósea, células endoteliales, fibroblastos y linfocitos B y T. b. Mediadores en la inflamación: – Interferón Tipo I (IFN-α, IFN-β), genera- dos por linfocitos y fibroblastos. – Factor de necrosis tumoral (TNF- α), liberado por macrófagos estimulados por bacte- rias. Su sobreproducción puede conducir a shock y muerte. – Interleuquina-1 (IL-1 α, IL-1 β); son pirógenos. – Interleuquina-6. c. Citoquinas inmunomoduladoras. Son tam- bién interleuquinas IL, de las que se conocen más de 18. Actúan como factores de activación, madu- ración y diferenciación de los linfocitos Ante concentraciones muy altas de determinantes antigénicos, o la persistente llegada de muy peque- ñas concentraciones, por debajo del umbral de esti- mulación, se puede inducir tolerancia inmunitaria o bien producir parálisis de la actividad linfocitaria, con disminución de la capacidad de respuesta inmu- nitaria; esto también ocurre con los tóxicos que atenten a la vida y multiplicación del linfocito. La llegada de un antígeno a un individuo con anticuerpos contra éste puede producirle dos tipos de reacciones, una de tipo inmediato, que aparece y desaparece pronto, de carácter alérgico y no-alérgi- co, y otra llamada retardada, que se presenta horas después del contacto y persiste durante varios días. Si se inyecta suero de un animal alérgico (que reacciona patológicamente a determinados antíge- nos) a otro, éste queda sensibilizado temporalmen- te y responde a pruebas cutáneas con reacciones de tipo inmediato, pero no de tipo retardado. Sin embargo, puede transferirse hipersensibilidad retardada por medio de células linfáticas, leucoci- tos o células reticuloendoteliales, que nunca trans- fieren la sensibilidad inmediata. En términos de inmunotoxicología podemos distinguir diferentes formas de actuar de los xeno- bióticos: 1. El xenobiótico tiene como órgano diana el sistema inmunitario (sean sus órganos o sus célu- las periféricas), con lo que su función normal pue- de resultar aumentada o disminuida. En el primer caso la inmunoestimulación puede deberse a una proliferación de células, con o sin estimulación en la síntesis de anticuerpos. En el segundo caso la inmunodepresión e incluso inmunosupresión pue- den deberse a que el tóxico elimine poblaciones de células o impida su maduración o inhiba directa- mente a los anticuerpos. La exposición crónica o subcrónica a las sustan- cias químicas, a dosis incluso inferiores a las consi- deradas tóxicas, puede afectar a los diferentes cons- MECANISMOS DE TOXICIDAD 197 06 toxicologia alim 24/11/08 13:46 Página 197
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