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con el vestíbulo de la vagina. La vagina normalmente está colapsada. El orificio vaginal suele colapsarse hacia la línea media, de modo que sus paredes anterior y posterior contactan a cada lado de una hendidura anteroposterior. Sin embargo, superiormente al orificio, las paredes anterior y posterior están en contacto a cada lado de una cavidad potencial transversal, con forma de H en un corte transversal (fig. 6-43 D), salvo en su extremo superior, donde el cuello del útero las separa. La vagina se sitúa posterior a la vejiga urinaria y la uretra; esta última se proyecta en su pared inferior anterior (v. fig. 6-39 B). Asimismo, se sitúa anterior al recto, pasando entre los bordes mediales de los elevadores del ano (puborrectal). En el fórnix de la vagina, el receso alrededor del cuello del útero, se describen unas porciones anterior, posterior y laterales (figs. 6- 39 A y 6-43 C). La porción posterior del fórnix vaginal es la porción más profunda y está íntimamente relacionada con el fondo de saco rectouterino. Cuatro músculos comprimen la vagina y actúan como esfínteres: pubovaginal, esfínter externo de la uretra, esfínter uretrovaginal y bulboesponjoso (fig. 6-46). Las relaciones de la vagina son (v. fig. 6-27): Anteriormente, el fondo de la vejiga urinaria y la uretra. Lateralmente, el elevador del ano, la fascia pélvica visceral y los uréteres. Posteriormente (de inferior a superior), el canal anal, el recto y el fondo de saco rectouterino. VASCULARIZACIÓN DE LA VAGINA Las arterias que irrigan la porción superior de la vagina derivan de las arterias uterinas; las que irrigan las porciones media e inferior de la vagina derivan de las arterias vaginales y de la pudenda interna (v. figs. 6-18 y 6-41). Las venas forman los plexos venosos vaginales a los lados de la vagina y en la mucosa vaginal (v. fig. 6-41). Estas venas comunican con el plexo venoso uterino como plexo uterovaginal, y drenan en las venas ilíacas internas a través de la vena uterina. Este plexo también se comunica con los plexos venosos vesical y rectal. INERVACIÓN DE LA VAGINA Y EL ÚTERO Únicamente entre un quinto y un cuarto inferior de la vagina es somático en lo referente a su inervación. La inervación de esta porción de la vagina procede del nervio perineal profundo, un ramo del nervio pudendo, que transporta fibras simpáticas y viscerales aferentes, pero no fibras parasimpáticas (fig. 6-47). Sólo esta parte que cuenta con inervación somática es sensible al tacto y a la temperatura, incluso a pesar de que las fibras somáticas y viscerales aferentes tienen los cuerpos celulares en los mismos ganglios espinales (S2-S4). La inervación de la mayor parte de la vagina (los tres cuartos a cuatro quintos superiores) es visceral. Los nervios de esta porción derivan del plexo nervioso uterovaginal, que discurre con la arteria uterina en la unión de la base del ligamento ancho (peritoneal) y la parte superior del ligamento cervical transverso (fascial). El plexo uterovaginal es un plexo pélvico que se extiende hacia las vísceras pélvicas 1127 https://booksmedicos.org https://booksmedicos.org booksmedicos.org Push Button0:
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