Logo Studenta

_Anatomia con Orientacion Clinica (1132)

¡Estudia con miles de materiales!

Vista previa del material en texto

FIGURA C6-30.
La orina no puede pasar hacia los muslos, porque la capa membranosa del
tejido subcutáneo del periné se fusiona con la fascia lata (fascia profunda) que
envuelve los músculos del muslo, justo distal al ligamento inguinal. Además, la
orina no puede dirigirse posteriormente hacia el interior del triángulo anal, ya que
las capas superficial y profunda de la fascia perineal se continúan una con otra
alrededor de los músculos superficiales del periné y con el borde posterior de la
membrana perineal entre ellas. La rotura de un vaso sanguíneo en el espacio
perineal superficial debido a un traumatismo provocaría un confinamiento
parecido de la sangre en el espacio perineal superficial.
Emaciación y prolapso rectal
Los cuerpos adiposos de las fosas isquioanales son unas de las últimas
reservas de tejido adiposo que desaparecen en la emaciación. Cuando falta
el soporte que proporciona la grasa isquioanal, es relativamente frecuente que se
produzca un prolapso anal.
La línea pectínea, un punto de referencia clínicamente importante
La línea pectínea (que algunos clínicos denominan línea dentada o
mucocutánea) constituye un punto de referencia especialmente relevante, ya
que es visible y marca aproximadamente el nivel donde tienen lugar cambios
anatómicamente importantes relacionados con la transición de visceral a parietal
(v. fig. 6-59), que afectan a aspectos como los tipos de tumores que se producen y
la dirección en que metastatizan.
Fisuras anales y abscesos isquioanales y perianales
Las fosas isquioanales son, en ocasiones, focos de infección, y en ellas
pueden formarse abscesos isquioanales (fig. C6-31 A). Estos acúmulos de
pus son bastante dolorosos. Las infecciones pueden llegar a las fosas isquioanales
de varias maneras:
Tras una criptitis (inflamación de los senos anales).
Por extensión desde un absceso pelvirrectal.
Tras un desgarro en la mucosa anal.
Desde una herida penetrante en la región anal.
Los signos diagnósticos de un absceso isquioanal son tumefacción y dolor
entre el ano y la tuberosidad isquiática. Un absceso perineal puede romperse
espontáneamente y abrirse al canal anal, el recto o la piel perianal. Como las
fosas isquioanales se comunican posteriormente a través del espacio postanal
profundo, un absceso en una fosa puede diseminarse hacia la otra y formar un
absceso semilunar «en herradura» alrededor de la cara posterior del canal anal.
1175
https://booksmedicos.org
https://booksmedicos.org
	booksmedicos.org
	Push Button0:

Continuar navegando