Descarga la aplicación para disfrutar aún más
Vista previa del material en texto
82 Oftalmología pediátrica Orientación MIR Buena parte de las enfermedades tratadas en este tema aparecen también abordadas en los correspondientes capítulos. Utiliza este capítulo para realizar un repaso integrador de las distintas patologías oculares que afectan al niño. Es especialmente relevante el tema del diagnóstico diferencial de la leucocoria. La mayor parte de la patología oftalmológica que presenta el niño es similar a la del adulto. Sin embargo, existen una serie de entidades que son especí- ficas de la infancia, y otras que presentan una serie de rasgos diferenciales. Además, en el caso del niño existe, con frecuencia, un problema añadido: la necesidad de tratar la ambliopía asociada. 16.1. Corrección de las ametropías Conviene recordar que los niños habitualmente son hipermétropes y que el crecimiento del globo ocular conduce a la emetropización del mismo. Por ello, deben ser graduados paralizando previamente la acomodación con gotas de ciclopentolato, para que aflore toda la hipermetropía latente. La hipermetropía se considera fisiológica en el niño, y únicamente se corrige cuando se trata de una cifra muy alta, si existe una asimetría significativa que induce ambliopía, o si produce estrabismo acomodativo, o clínica de astenopia acomodativa (cefalea frontal en relación con el esfuerzo visual). 16.2. Malformaciones • Son muy variadas las patologías de carácter malformativo que puede presentar el ojo. Se habla de anoftalmos cuando el globo ocular no llega a formar, nanoftalmos cuando el ojo es pequeño, pero anatómi- camente “normal” y de microftalmos para referirse al ojo pequeño y malformado. • Colobomas. Se producen por un defecto en el cierre de la hendidura ocular. La copa óptica envuelve la arteria hialoidea y si los dos pliegues no llegan a fusionarse, se producen unos defectos que reciben el nom- bre de colobomas. El coloboma pueda estar limitado al segmento ante- rior, en cuyo caso se aprecia la presencia de una pupila con forma de cerradura. En este caso, la función visual suele ser buena. Si se extiende hacia atrás afectando al cuerpo ciliar, coroides, retina y nervio óptico, la función visual puede verse gravemente afectada (Figura 16.1). • Aniridia. Enfermedad muy infrecuente, con una prevalencia estimada de 1/80.000. Se denomina así a la ausencia congénita del iris (Figura 16.2), si bien es cierto que una gonioscopia cuidadosa demuestra habitualmente la presencia de remanentes del iris, por lo que en sentido estricto suele tratarse de hipoiridias más que de aniridias. La ausencia de iris no es más que una manifes- tación de un proceso malformativo, producido por alteraciones en el gen PAX6, localizado en el brazo corto del cro- mosoma 11, que afecta al ojo en su conjunto. La aniridia se acompaña en muchos casos de hipo- plasia foveal, catarata, patología corneal por deficiencia en las células madre corneales y nis- tagmo. Desde el punto de vista sistémico, se asocia al tumor de Wilms. • Párpados. La malformación más frecuente de los párpados es proba- blemente el epicantus. No tiene reper- cusión funcional, pero puede simular una endotropía. La ptosis palpebral en el niño suele ser de tipo muscular (por dis- trofia del músculo elevador del párpado superior), al contrario que la ptosis senil, que se suele producir por desinserción de la aponeurosis del citado músculo. Hay que recordar que en el caso del síndrome de Horner, a la ptosis y mio- sis se añade una tercera manifestación. Cuando este síndrome se produce a una edad temprana, es frecuente que apa- rezca heterocromía de iris (iris del ojo afecto hipopigmentado). Figura 16.2. Aniridia. Puede apreciarse la ausencia de iris Cúpula óptica Pedículo óptico Capa externa Capa interna Arteria hialoidea Fisura coroidea Pedículo óptico (corte transversal) Fisura coroidea Figura 16.1. Coloboma iridiano. Como puede apreciarse, se debe a un cierre incompleto de la fisura coroidea 16 83 16. Oftalmología pediátrica. OF • Vía lagrimal. Es posible la aparición de algunas malformaciones (age- nesias parciales de la vía lagrimal). Sin embargo, la patología más importante es la imperforación congénita del conducto lacrimonasal que se trata en el capítulo Aparato lagrimal. • Glaucoma congénito. Patología que se produce como consecuencia de un proceso malformativo que afecta al segmento anterior del ojo. Poco después de nacer, el niño presenta blefaroespasmo, lagrimeo y fotofobia. La presencia de buftalmos (aumento del volumen ocular) y estrías corneales es característica. El glaucoma congénito se aborda en profundidad en el capítulo Glaucoma. 16.3. Afectación ocular en las facomatosis Con este nombre se conoce una serie de anomalías que afectan a tejidos neuroectodérmicos y producen manifestaciones neurológicas y cutáneas. El ojo, como parte del sistema nervioso central, se ve afectado frecuente- mente: • Neurofibromatosis tipo I. Además del glioma del nervio óptico, es frecuente la aparición de hamartomas benignos en el iris (nódulos de Lisch). • Neurofibromatosis tipo II. Típica la aparición de tumores del nervio óptico (glioma y meningioma). • Esclerosis tuberosa. Presencia de hamartomas retinianos (se trata de astrocitomas). • Síndrome de Sturge-Weber. Angioma “en vino de Oporto” en frente, párpados y también en coroides, y frecuente glaucoma asociado por aumento de presión venosa episcleral. • Síndrome de Von Hippel-Lindau. Hemangioblastoma cerebeloso y retiniano. 16.4. Leucocoria Este término hace referencia a la presencia de un reflejo blanquecino en el área pupilar. El diagnóstico diferencial incluye varias entidades: • Catarata congénita. Probablemente la causa más frecuente de leu- cocoria en el niño. Su variada etiología se recoge en el capítulo Crista- lino. Conviene recordar que tan importante como una cirugía precoz, es la rehabilitación de la ambliopía. • Retinoblastoma. Probablemente la causa más grave de leucocoria, puesto que se trata de un tumor maligno que, dejado a su evolución, es letal. Este tumor aparece recogido en el capítulo Vítreo y retina. • Persistencia de vasculatura fetal (vítreo hiperplásico primario). Debido a la no involución de la arteria hialoidea, persiste un eje de tejido fibrovascular que conecta la papila con el cristalino. El pronós- tico es malo porque se asocia a catarata y glaucoma, y con frecuencia conduce a la ptisis ocular. • Retinopatía de la prematuridad. Se origina porque, si el niño nace prematuramente, la parte más periférica de la retina no ha comple- tado su vascularización. La exposición a altas concentraciones de oxígeno induce vasoconstricción que acentúa la isquemia. En los estadios IV y V, la retina desprendida puede dar a la pupila un aspecto blanquecino. Se aborda en profundidad en el capítulo Vítreo y retina. • Enfermedad de Coats. De presentación unilateral, es más frecuente en varones de 4 a 10 años de edad. El reflejo amarillento que aparece en el área pupilar se debe en este caso a la presencia de exudación masiva, como consecuencia de la existencia de telangiectasias retinianas. • Toxocariasis. Consecuencia de la infestación ocular por Toxocara canis y Toxocara catis. Produce un granuloma en el polo posterior acompañado de desprendimiento de retina. 16.5. Manifestaciones oftalmológicas del maltrato infantil También se conoce con el nombre de traumatismo no accidental o shaken baby syndrome (síndrome del bebe sacudido). Las manifestaciones oftalmo- lógicas son frecuentes. Puede afectar al área periocular, al segmento ante- rior o al segmento posterior, o incluso a la corteza occipital produciendo ceguera cortical. La manifestación más importante es la presencia de hemorragias retinianas. Estas hemorragias se producen como consecuen- cia de la tracción vitreorretiniana inducida por el zarandeo. Este síndrome debe sospecharsecuando existe una desproporción entre la gravedad del traumatismo observado y lo referido por los padres (MIR 15-16, 216-PD). Preguntas MIR ➔ MIR 15-16, 216-PD ✔ La hipermetropía es fisiológica en los niños. Con el crecimiento se pro- duce la emetropización del ojo. ✔ Los niños siempre deben ser graduados bajo cicloplejia. ✔ Durante el periodo embrionario, un defecto en el cierre de la hendidura produce un coloboma ocular. ✔ La aniridia es un consecuencia de un proceso polimalformativo. Puede asociarse a tumor de Willms. ✔ La presencia de epicantus puede generar un pseudoestrabismo. ✔ El signo más característico del glaucoma congénito es la presencia de megalocórnea (buftalmos). ✔ En las facomatosis es frecuente la afectación ocular. ✔ La catarata congénita es la causa más frecuente de leucocoria en la edad infantil. La causa más grave es el retinoblastoma. Conceptos Clave Recursos de la asignatura
Compartir