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Revista Peruana de Cardiología - Vol. XXXVIII - Nº 264 Revista Peruana de Cardiología Vol. XXXVIII Nº 264 EPIDEMIOLOGÍA DE LA FIBRILACIÓN AURICULAR Y EL REGISTRO SAPHIR EN PERÚ La fibrilación auricular (FA) es la arritmia cardiaca más frecuente y tiene carácter epidémico a nivel mundial; afectando al 1 a 2% de la población general. Esta última cifra probablemente aumentará en los próximos 50 años (1,2). En pacientes con accidente cerebrovascular (ACV) agudo, la monitorización electrocardiográfica (ECG) sistemática puede identificar FA en 1 de 20 individuos; una cifra significativamente mayor que la que se puede identificar mediante un ECG estándar de 12 derivaciones. La FA puede permanecer sin diagnóstico durante mucho tiempo (FA silente) (3), y muchos pacientes con FA nunca van a acudir al hospital (4). Por lo tanto, la prevalencia “real” de la FA probablemente esté más cerca del 2% de la población (4). Estos datos porcentuales traducidos a números absolutos, representan 2´260,000 individuos afectos en los Estados Unidos de Norteamérica (5), pero que para el 2050 se aproximaría a 5´600,000 (2), con un tasa anual de nuevos casos del orden de 160,000 pacientes (6). En Canadá, la población afecta asciende de 200,000 a 250,000 (7); y es responsable de significativa morbi- mortalidad, fundamentalmente secundaria a ACV. Por otro lado, la tasa de hospitalización secundaria a FA es 583 / 100,000, con 2.7% readmitido por ACV dentro del primer año (8). La prevalencia de la FA aumenta con la edad, desde el 0.5% a los 40-50 años hasta un 5-15% a los 80 años (1,2,9-11). En la serie de Framingham; la prevalencia de FA sostenida fue 2% en las personas de 60-69 años de edad, 5% entre los 70 y 79, y 9% entre los 80-89 años (12). En otro estudio con una población más longeva de (2,11) (edad media 81 años); la prevalencia de FA EPIDEMIOLOGÍA DE LA FIBRILACIÓN AURICULAR Y EL REGISTRO SAPHIR EN PERÚ Dr. Félix Medina Palomino* (*): Médico Cardiólogo Hospital Nacional Cayetano Heredia. Lima-Perú Universidad Peruana Cayetano Heredia sostenida fue 5% en individuos de 60-70 años, 13% en aquellos comprendidos entre los 71-90 años, y 22% en personas de 91-103 años (13). Los varones están más frecuentemente afectados que las mujeres. En una serie de FA sostenida, 16% estuvo presente de una población masculina de 1,160 (edad media 80 años), y en 13% de 2,464 mujeres (edad media 81 años) (14). La prevalencia e incidencia de FA en las poblaciones no caucásicas no está adecuadamente estudiada. La incidencia de FA se ha ido incrementando en las últimas décadas (13% en los últimos 20 años). El riesgo de sufrir FA a lo largo de la vida se calcula en 25% en las personas que han alcanzado los 40 años de edad (10,15). Finalmente, la prevalencia de FA se proyecta como una entidad de crecimiento exponencial, en proporción al incremento de la edad (envejecimiento) y mayor prevalencia de los factores de riesgo cardiovascular (9). Edad y riesgo de ACV (stroke) FA es un factor de riesgo mayor para stroke, incrementándose el riesgo de stroke isquémico en aproximadamente 5 veces (5). De manera que se atribuyen aproximadamente 15% de todos los strokes -en Estados Unidos de Norteamérica-, a FA (5). Más aún la edad es también un factor de riesgo para el stroke; de manera que la probabilidad a lo largo de la vida de sufrir un stroke asciende de forma lineal con la edad. A los 55 a 59 años es 5.9%, cifra que se eleva a 22.3% entre los 80-84 años para los hombres; mientras que en las mujeres varió de 3.0% a 23.9%, en el mismo grupo etáreo (12). La importancia de la edad como factor de riesgo para stroke en las poblaciones aquejadas de FA, han sido específicamente evaluadas en 17 estudios (Tabla 1). TEMA DE REVISIÓN Revista Peruana de Cardiología Mayo - Agosto 2012 65 Revista Peruana de Cardiología Mayo - Agosto 2012 65 DR. FELIX MEDINA P. N Edad Riesgo p Flegel y Hanley, 1989 91 >75 años HR=2.51 (1.14-5.51) <0.05 Cabin et al, 1990 272 >70 años NR NS Petersen et al, 1990 336 ↑ con la edad NR NS Wolf et al, 1991 5,070 80-90 años NR <0.001 Moulton et al, 1991 2,516 >75 años OR=1.76 (1.08-2.89) <0.05 SPAF, 1992 568 ↑ riesgo x década RR=1.2 (0.9-1.6) >0.20 AFl, 1994 1,593 ↑ riesgo x década RR=1.4 (1.1-1.8) <0.50 Van Latum et al, 1995 375 ↑ riesgo x década HR=1.3 (0.5-3.0) ≥ 70a NS Yoshida et al, 1996 122 ↑ con la edad RR=1.11 (1.04-1.19) 0.0052 SPAF III, 1998 829 ↑ riesgo x década RR=1.7 (1.1-2.6) 0.01 AFl, 1998 1,066 ↑ riesgo x década RR=1.5 (1.1-1.9) 0.008 Naghami et al, 1998 290 ↑ riesgo x década OR=1.33 (1.04-1.71) NS Hart et al, 1999 460 ↑ riesgo x década RR=2.0 <0.001 Hart et al, 2000 2,010 ↑ riesgo x década RR=2.1/1.7 <0.001 Inoue et al, 2000 740 >65 años RR=3.33 (1.92-5.81) 0.0001 Wang et al, 2003 705 ↑ riesgo x década ND <0.05 Stollberger et al, 2004 409 ↑ con la edad RR=1.06 (1.04-1.08) 0.0006 RR riesgo relativo, OR odds ratio, NR no reportado, NS no significativo, HR hazard ratio De ésta manera, el balance de la evidencia sugiere que la edad es un factor independiente para stroke; y la magnitud el riesgo depende de si este se expresa por década o por un punto de corte determinado. Existe un incremento escalonado, en la incidencia de stroke a lo largo de la vida relacionada con la edad, tanto en hombres como mujeres. El riesgo se inicia entre los 55 a 59 años de edad, desde 5.9% para hombres y 3.0% para mujeres, hasta un 11.0% y 7.2%, respectivamente. En las siguientes décadas, alcanzaría una incidencia de 22.3% y 23.9% para el grupo comprendido entre los 80 a 84 años de edad (12). Los estudios que han dicotomizado la edad sugieren un riesgo incrementado de 1.4 veces por cada década (17). Episodios cardiovasculares relacionados con la fibrilación auricular La FA está asociada a una tasa aumentada de muerte, ACV y otros episodios tromboembólicos, insuficiencia cardiaca y hospitalizaciones, pérdida de la calidad de vida, capacidad reducida para el ejercicio y disfunción ventricular izquierda (Tabla No 2). La FA duplica la tasa de mortalidad, independientemente de otros predictores conocidos de mortalidad (3,18). Sólo el tratamiento antitrombótico se ha demostrado capaz de reducir las muertes relacionadas con la FA (19). Los ACV en la FA a menudo son graves y producen discapacidad a largo plazo o muerte. Aproximadamente 1 de cada 5 ACV se debe a FA; además, la “FA silente” no diagnosticada es una causa probable de algunos ACV “criptogénicos” (3,20) La FA paroxística conlleva el mismo riesgo de ACV que la FA persistente o permanente (19). Revista Peruana de Cardiología - Vol. XXXVIII - Nº 266 Revista Peruana de Cardiología Vol. XXXVIII Nº 266 EPIDEMIOLOGÍA DE LA FIBRILACIÓN AURICULAR Y EL REGISTRO SAPHIR EN PERÚ Tabla No 2. Eventos clínicos relacionados con FA Parámetro clínico Cambio relativo en pacientes con FA 1. Muerte Se duplica la tasa de mortalidad 2. Accidente cerebrovascular (incluye hemorrágico y sangrado cerebral) Aumento del riesgo del accidente cerebrovascular; la FA se asocia a ACV más graves 3. Hospitalizaciones Las hospitalizaciones son frecuentes en los pacientes con FA y pueden contribuir al deterioro de la calidad de vida 4. Calidad de vida y capacidad para el ejercicio Amplia variación desde la ausencia de efecto a gran reducción. La FA puede causar una angustia importante por las palpitaciones y otros síntomas relacionados con la FA 5. Función ventricular izquierda Amplia variación, desde ausencia de cambios a taquimiocardiopatía con insuficiencia cardiaca aguda Las hospitalizaciones debidas a FA son causa de un tercio de todos los ingresos por arritmias cardiacas (21,22). Las principales causas son por sindrome coronario agudo (SCA), empeoramiento de la insuficiencia cardiaca, complicaciones tromboembólicas y manejo agudo de la arritmia. La disfunción cognitiva, incluída la demencia vascular, puede estar relacionada con FA. Algunos estudios observacionales pequeños indican que losepisodios embólicos asintomáticos pueden contribuir a la disfunción cognitiva en pacientes con FA en ausencia de un ACV manifiesto (20). La calidad de vida y la capacidad para el ejercicio están disminuídas en los pacientes con FA. Los pacientes con FA tienen una calidad de vida significativamente peor que la de los controles sanos, la población general o los pacientes con cardiopatía isquémica en ritmo sinusal (23). La función ventricular izquierda a menudo está deteriorada por el ritmo ventricular irregular y rápido, y por la pérdida de la función contráctil auricular y el aumento de la presión telediastólica de llenado del ventrículo izquierdo. Tanto el control de la frecuencia como el mantenimiento del ritmo sinusal pueden mejorar la función ventricular izquierda izquierda en pacientes con FA. Enfermedades cardiovasculares y otras asociadas a la fibrilación auricular La FA está asociada a diversas enfermedades cardiovasculares (24,25). Las condiciones médicas concomitantes tienen un efecto aditivo en la perpetuidad de la FA al promover la existencia de un sustrato que mantiene la FA. Las enfermedades asociadas a FA también son marcadores del riesgo cardiovascular total y/o daño cardiaco, y no solo simples factores causales. El envejecimiento aumenta el riesgo de FA, probablemente por pérdida y aislamiento del miocardio auricular dependiente de la edad y por los transtornos de conducción asociados a ello. La hipertensión es un factor de riesgo de la incidencia (diagnosticada por primera vez) de FA y las complicaciones relacionadas con la FA, tales como los ACV y la tromboembolia sistémica. La insuficiencia cardiaca sintomática (clase funcional II-IV de New York Heart Association - NYHA) está presente en un 30% de los pacientes con FA (24,25), y la FA se encuentra en hasta un 30-40% de los pacientes con insuficiencia cardiaca, dependiendo de la causa subyacente y la gravedad de la insuficiencia cardiaca. La insuficiencia cardiaca puede ser tanto una consecuencia de la FA (por ejemplo, en la taquimiocardiopatía o descompensación en la fase inicial aguda de la FA) como una causa de la arritmia debida al aumento de la presión auricular y sobrecarga de volumen, disfunción valvular secundaria o estimulación neurohumoral crónica. Debe sospecharse taquimiocardiopatía cuando la disfunción ventricular izquierda se presenta en pacientes con ritmo ventricular rápido en ausencia de signos de cardiomiopatía estructural. Se confirma mediante normalización o mejoría de la función ventrículo izquierdo cuando se consigue un buen control del ritmo en la FA o una reversión a ritmo sinusal. Las valvulopatías se encuentran en un 30% aproximadamente de los pacientes con FA (24,25). La FA causada por una distensión de la aurícula izquierda es una manifestación precoz de estenosis y/o insuficiencia mitral. La FA ocurre en fases tardías de la valvulopatía aórtica. Mientras que “FA reumática” era un hallazgo frecuente en el pasado, hoy es relativamente rara en Europa. Las miocardiopatías, incluidas las enfermedades eléctricas primarias (26), suponen un riesgo aumentado de FA, especialmente en pacientes jóvenes. Ciertas miocardiopatías relativamente raras se encuentran en un 10% de los pacientes con FA (24,25). Una pequeña proporción de pacientes con FA “aislada” presentan mutaciones conocidas para miocardiopatías “eléctricas”. La comunicación interauricular se asocia a FA en un Revista Peruana de Cardiología Mayo - Agosto 2012 67 Revista Peruana de Cardiología Mayo - Agosto 2012 67 DR. FELIX MEDINA P. 10-15% de los pacientes de los registros más antiguos. Esta asociación tiene importantes implicancias clínicas para el manejo antitrombótico de pacientes con ACV previo o accidente isquémico transitorio previo y un defecto septal auricular. Otros defectos cardiacos congénitos con riesgo de FA son los pacientes con ventrículos únicos, tras la operación de Mustard para la transposición de las grandes arterias o después de la cirugía de Fontan. La cardiopatía isquémica está presente en más del 20% de la población con FA (24,25). No se conoce si la enfermedad coronaria no complicada per se (isquemia auricular) predispone a la FA ni cómo la FA interacciona con la perfusión coronaria (27) La disfunción tiroidea manifiesta puede ser la única causa de FA y puede predisponer a complicaciones relacionadas con la FA. En registros recientes, se ha visto que el hipertiroidismo y el hipotiroidismo son causas relativamente infrecuentes en la población con FA (24,25); aunque la disfunción tiroidea subclínica puede contribuir a ella. La obesidad se encuentra en un 25% de los pacientes con FA (25), y el índice de masa corporal medio fue 27.5 (equivalente a sobrepeso) en un registro alemán de gran tamaño. La diabetes mellitus que requiere tratamiento médico se encuentra en un 20% de los pacientes con FA, y puede contribuir al daño auricular. La enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC) se encuentra en un 10-15% de los pacientes con FA, y probablemente es más un marcador de riesgo cardiovascular total que un factor predisponente a la FA específico. La apnea del sueño, especialmente cuando se asocia a hipertensión arterial, diabetes mellitus y cardiopatía estructural, puede ser un factor fisiopatológico de FA debido a los aumentos en la presión y el tamaño auriculares inducidos por la apnea o los cambios autonómicos. La enfermedad renal crónica está presente en un 10-15% de los pacientes con FA. La insuficiencia renal puede aumentar el riesgo de complicaciones cardiovasculares relacionadas con FA, aunque hay pocos datos controlados. Fibrilación auricular en el Perú Desafortunadamente no contamos con cifras oficiales en relación a la epidemiología nacional de esta entidad de gran impacto cardiovascular a nivel mundial. Existen algunos reportes, siendo uno de los más destacados el registro SAFIR (28). Se analizaron los datos de 450 pacientes tratados por 41 cardiólogos distribuidos a lo largo de todo el país; siendo Lima, Arequipa y Cuzco los lugares de mayor número de individuos reclutados. Dentro de los datos clínicos más relevantes destacaron: fibrilación auricular permanente como la más frecuente (78%) y la edad promedio fue 69.5 (DE = 13.4) años; así como hipertensión arterial e insuficiencia cardiaca como las comorbilidades de mayor presencia. A pesar de lo establecido en la literatura; Amiodarona y Digoxina fueron las estrategias más comúnmente empleadas para el control del ritmo y respuesta ventricular, respectivamente. Sin embargo, el resultado más preocupante fue el relacionado a la indicación de anticoagulación. Claramente se documentó la inadecuada adherencia del grupo médico especialista a las recomendaciones internacionales basadas en las evidencias clínicas disponibles. Así por ejemplo, sólo un 40% de los pacientes con escala de riesgo cardioembólico CHADs ≥ 2 recibía anticoagulación basada en warfarina, mientras que hasta un 35 % de la misma población con CHADs = 0, se encontraba en terapia anticoagulante. (Figura 1) Figura 1. Estrategias de prevención de complicaciones cardioembólicas en el Registro SAFIR Revista Peruana de Cardiología - Vol. XXXVIII - Nº 268 Revista Peruana de Cardiología Vol. XXXVIII Nº 268 EPIDEMIOLOGÍA DE LA FIBRILACIÓN AURICULAR Y EL REGISTRO SAPHIR EN PERÚ En otra serie local desarrollada en el Hospital Nacional Cayetano Heredia, Talledo y colaboradores (29) destacaron la utilidad de la reciente escala de estratificación del riesgo cardioembólico CHADs- VASC. Un 70% de los pacientes fueron reclasificados a una escala mayor y con la consecuente necesidad de anticoagulación. Finalmente, teniendo en cuenta nuestro último censo poblacional nacional, podríamos especular que la potencial magnitud de ésta patología ascendería a más de 150,000 individuos (30). REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS 1. Stewart S, Hart CL, Hole DJ et al. Population prevalence, incidence,and predictors of atrial fibrillation in the Renfrew/Paisley study. Heart 2001; 86: 516-21 2. Go AS, Hylek EM, Phillips KA et al. 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