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La dinámica del capitalismo global María Regnasco La globalización Es una característica final de un proceso económico, social, político y cultural generado por el capitalismo, continúa su lógica expansiva. ¿Qué es el capitalismo? Es un orden económico-social en constante cambio. Su función intrínseca es la producción de más capital, su objetivo prioritario es autorreproducirse (por ello es un sistema autoexpansivo). El capital para ser capital debe generar ganancia, debe producir más capital, y para ello debe circular. Para generar dicha ganancia el capitalismo convierte a los productos en mercancías: Valor de cambio: proceso de compra-venta. El valor de uso será la función utilitaria de los productos (pero dicho valor puede darse en un sistema no capitalista, por ejemplo el trueque). La tendencia a generar más capital entra en conflicto con la economía de mercado, ya que la competencia obliga a bajar los precios. La contradicción es que el capitalismo debe tender a la maximización de las ganancias pero el sistema de mercado y la competencia generan la disminución de la tasa de ganancia: “ley de hierro”. Esta tensión impide al sistema estabilizarse. La consecuencia es la expansión constante porque deben producirse más mercancías en menos tiempo y a un precio más bajo. Para producir las mayores ganancias se deben incorporar nuevas tecnologías, y dicha ganancias descenderá cuando la competencia las incorpore también. Consecuencias: lógica expansiva y acelerada, acompañada de la producción de la demanda. La sociedad del consumo Galbraith llama “efecto dependencia” cuando en la sociedad de consumo la producción establece sus necesidades, en vez de ser las necesidades el motivo de la producción. Una vez satisfechas las necesidades básicas, el verdadero control se ejerce sobre el deseo: nueva forma de control social. Se instaura un nuevo ejercicio del poder a través del consumo, pero la multiplicación constante de necesidades conduce a la frustración. Esta producción de insatisfacción es funcional al sistema. Algunos sectores sociales tienen una tendencia opuesta al consumo excesivo, llamados círculos de “simplicidad voluntaria”. Capitalismo y tecnociencia La automatización de la producción permite vender la mercancía más barata, pero obliga a vender más cantidad, conquista un mercado mayor. Así la aceleración, la tecnificación, la robotización se convierten en la ley imperativa. La productividad se realiza a través del saber tecnocientífico, ya no más sobre el trabajo. Aceleración Es la consecuencia de un sistema que requiere romper constantemente el equilibrio. Como la tecnología se alimenta a sí misma cada artefacto impulsa a su vez una red de máquinas. Sus criterios de valor (eficiencia, calculabilidad) invadieron todas las esferas de la vida. Esta lógica reduce lo real a lo cuantificable y la racionalidad a la causalidad mecánica. Esta aceleración afecta al mismo sistema. Afecta la toma de decisiones porque no hay tiempo para la reflexión. Se reemplazaron los ritmos naturales por los mecánicos del reloj y hasta de la computadora, que introduce una nueva perspectiva temporal: su unidad de medida es el nanosegundo. El trabajo se convierte en trabajo abstracto, medido en horas/hombre y el obrero se reduce a un mero apéndice de la máquina (ejemplo: taylorismo). Esto afecta al ecosistema, ya que la aceleración productiva no da tiempo a la naturaleza a renovar las reservas y a reciclar los residuos. Otra consecuencia es el estrés, estado cuasi permanente en el hombre contemporáneo. Concentración de poder Desde el siglo XVIII la economía del libre mercado consideraba que el mecanismo de la competencia equilibraría las fuerzas económicas que entran en juego. El capitalismo no necesita regulación estatal ni ética. Sin embargo los monopolios, oligopolios, la protección estatal, los subsidios son formas clásicas y permanentes del mercado (transgreden sus propios postulados). Los grandes costos en infraestructura tecnológica impulsan a las megafusiones. Así logran más competitividad y pueden enfrentar las incertidumbres del mercado. Hoy en día 350 empresas transnacionales hegemonizan la práctica económica. De esas empresas, el 87% pertenecen al grupo G8. Este fenómeno desequilibra las fuerzas económicas que entran en competencia. La enorme concentración de capital y tecnología necesita un orden político mundial que convierta a los Estados nacionales en órganos gerenciales, transmisores y ejecutores de las decisiones de los grandes centros financieros. Tendencias encontradas: ambición humana y valores solidarios A veces se explica la tendencia a la concentración de poder económico como consecuencia de la ambición y codicia humanas. Sin embargo, en la actualidad hay reacciones contra la ambición excesiva, rechazo de los criterios neoliberales sobre la supremacía de la lógica de mercado por sobre los valores sociales y principios éticos como normas regulativas de la sociedad. Los orígenes del capitalismo En el feudalismo el sistema económico era de autosubsistencia y el comercio era esporádico. A partir del siglo IX la circulación de dinero que genera el comercio produce una clase de burgueses enriquecidos y más tarde banqueros que realizarán préstamos a los señores feudales para financiar las guerras. Estos comerciantes se van asentando en Burgos. A fines del siglo XVII la clase burguesa afianza su poder político y a fines del siglo XIX es la fuerza dominante del mundo. La burguesía desarrolla también un nuevo orden jurídico y transforma las relaciones del mundo del trabajo. Bajo el capitalismo, el capitalista es dueño de los medios de producción, contrata obreros a los que les paga un salario y mantiene la propiedad de la producción que los obreros generan. Así el obrero es jurídicamente libre para vender su fuerza de trabajo aunque al no tener posesiones se ve forzado al trabajo asalariado para subsistir. A su vez el lucro pasó a ocupar un lugar de estima y motor de la actividad económica. La revolución francesa de 1789 se convirtió en la manifestación más divulgada de los alcances de este conflicto con el antiguo orden feudal. El surgimiento del capitalismo y de los Estados nacionales El surgimiento del capitalismo fue correlativo al de los estados nacionales, porque la producción capitalista necesitaba una base administrativa para la promoción y protección, una base jurídica para garantizar los derechos de propiedad y una política exterior para extender sus mercados. El Estado creó un sistema jurídico, dándole un marco legal a las transacciones capitalistas. Pero aunque el capitalismo hoy en día sigue demandando la protección del Estado, la expansión de sus empresas transnacionales entra en conflicto con los límites territoriales. Ya desde su origen el capitalismo desbordó los límites políticos y geográficos, así por ejemplo el sistema colonial arrasó con las culturas nativas e impuso el poder capital. El capitalismo de base mercantil pasó a ser de base industrial y nacional, y actualmente es informático y multinacional. El factor energético – La era del petróleo La dinámica capitalista exige el aumento masivo del consumo de energía. En la Edad Media, la madera era la principal fuente de energía. En el siglo XVI con el surgimiento de la industria se sustituye la energía animal y humana por las máquinas. Pero la necesidad de acelerar los ritmos y acrecentar los volúmenes de producción llevaron a una exigencia energética que primero pudo cubrirla el carbón, y luego, a fines del siglo XIX el petróleo. El petróleo es más difícil de encontrar, extraer, procesar y transportar que el carbón y la madera, por lo que las economías para controlar el proceso serán más complejas, jerarquizadas y centralizadas. La industria del petróleo es la más poderosa del mundo (ganancias de 2 a 5 billones de dólares anuales). La guerra de Irak es una de las manifestaciones de los conflictos por la exigencia de EEUU de controlar una zona estratégica por sus reservas en petróleo. Sus consecuencias son un mundo cada vez más vulnerablee inseguro, donde la democracia retrocede ante la necesidad de extender los dispositivos de control. Energías renovables La utilización de energía no-renovable ha generado una alta concentración de capital e infraestructura, sin preveer su agotamiento. El fin de la era de energía no renovable se dará con la era solar, lo cual implicará cambios muy profundos. Esto debido a que la energía solar o la eólica son energías no concentradas, que no pueden abarcar el alto grado de consumo energético actual, por lo que la sociedad, economía y estilo de vida deberán ser austeros y descentralizados. La etapa de las “ganancias marginales” El mantenimiento de la infraestructura tecnológica y energética del capitalismo global, además de tener que hacer frente a los desórdenes ambientales y sociales que producen, implica gastos cada vez más altos. Se manifiesta en el crecimiento de la deuda mundial. Por ejemplo EEUU no sólo es la principal economía del mundo, también es el principal deudor. También esta baja de la tasa de beneficio implicó el desplazamiento de los capitales hacia el tráfico de drogas, la inversión bélica (venta de armas) y préstamos internacionales. Necesidad de redefinir el concepto de productividad La producción alimentaria depende casi exclusivamente del petróleo (tractores, petroquímicos, fertilizantes, insecticidas, distribución en el mercado, envases, publicidad, etc.). Por ello para mayor productividad se requiere un constante aumento del petróleo, sin embargo el resultado no es tan positivo. Los países más ricos necesitan que las bajas tasas de crecimiento demográfico suban, ya que están basados en una economía estructuralmente expansiva que requiere mercados masivos para sus productos. La externalización de gastos El trabajo, la tecnología y las instituciones se vuelven cada vez más complejos, concentradas y especializadas y por ello menos estables, lo cual genera desórdenes ambientales, sanitarios y sociales. Reparar esos desórdenes lleva grandes costos, por eso el sistema económico los enmascara no contabilizándolos como un gasto, ya que los externaliza hacia otros espacios de la sociedad. Por ejemplo los gastos de salud por contaminación ambiental son externalizados hacia los ciudadanos o al sistema de salud estatal. Con esto se explica que si tratamos de incidir sobre las consecuencias de los problemas en vez de sus causas, generamos más desórdenes en lugar de resolverlos. Los economistas descontextualizan el proceso económico tomando en cuenta los índices contables pero dejando de lado las variables energéticas, ecológicas, sociales, sanitarias, etc. Inviabilidad del modelo económico El modelo capitalista de mercado se impone como el único modelo para los países en vías de desarrollo, pero para por alto la inviabilidad de este modelo a escala mundial. Esto es así por el planeta no podría soportar la presión energética y ecológica si los países tuvieran las características de EEUU. Así por ejemplo los países ricos tienen la cuarta parte de la población mundial pero consumen el 70% de la energía, produciendo el 75% de la contaminación mundial. Si los países ricos pueden mantener ese ritmo es porque los demás mantienen un índice muy bajo de nivel energético y de contaminación. Crisis del modelo de desarrollo Este modelo de capitalismo quiere ser impuesto por organismo como el FMI como el único posible. Sin embargo el subdesarrollo es un producto inevitable del capitalismo. El capitalismo crea simultáneamente riqueza y miseria, desarrollando una sociedad dual. Por lo tanto la idea de desarrollo está en crisis. Crisis de la ética La función de la ética bajo el actual modelo económico ha quedado reducida a establecer algunas regulaciones legales. Crisis de la política Los políticos van siendo reemplazados por los grupos de presión (lobbies1). En ausencia de un proyecto común, y principios compartidos, la tendencia es llegar al extremo de su poder. El poder aparece como el único objetivo de la política. Pero la política no es el simple resultado de intereses privados, y queda reducida a una función de mercado. Crisis de la concepción del mundo Generalmente los individuos no se dan cuenta de que su visión de mundo afecta su forma de actuar y percibir la realidad. Una visión de mundo tiene éxito cuando se halla tan internalizada desde la infancia que no es puesta en tela de juicio. Esta visión explica cómo funcionan las cosas y legitima los espacios de poder. Nosotros aún vivimos bajo el paradigma mecanicista del siglo XVII. Características: cuantificación, linealidad, cronometrabilidad. Concepción temporal: lineal, divisible, cuantificable, medible. Concepción de la sociedad: formada por una suma de átomos aislados, los individuos. Éste es considerado naturalmente egoísta e impulsado por el afán de maximizar su interés personal. Esta idea de hombre es la que subyace a la economía de mercado. Así la ética fue suprimida de la economía, dado que las leyes del mercado bastarían para asegurar la prosperidad. Idea de hombre, dominio, naturaleza y progreso Para los ideólogos liberales del siglo XVIII la expansión capitalista era interpretada como progreso, confinado al crecimiento económico, industrial y tecnológico, lo que provocaría un aumento de la libertad, moralidad y democracia. Pero por sobre todo el progreso estaba asociado a la idea de dominio sobre la naturaleza. Ella es reducida a lo medible y calculable. La racionalidad se transforma en razón de dominio; se reemplaza la búsqueda de verdad por la búsqueda de eficiencia, el comprender por dominar. Alternativas futuras Las alternativas de superación de la crisis global son dos: 1- los que proponen fuertes regulaciones internacionales, buscando freno a la desmesura de los mercados. 2- los que dicen que el paradigma de la sociedad tecno-capitalista está agotado y buscan un nuevo marco de referencias. Para ello varios cambios necesarios serían: - Redefinir los criterios de progreso y desarrollo. El progreso ilimitado reemplazado por la conciencia de necesidad de límites ya que no todo lo técnicamente posible es humanamente deseable. - Reformulación ética. Tres dimensiones en los criterios de eticidad: 1-Ética de la intención: nos hace responsable por nuestras acciones (implícito en nuestro sistema jurídico). 2- ética de la responsabilidad: hacernos cargo de las consecuencias negativas de nuestros actos. 3- ética de la precaución: prudencia recepto a los avances tecnológicos. Implica un llamado a la responsabilidad sobre el futuro, tomando conciencia de los límites de nuestra condición humana. - Recuperar el significado de la actividad política. Retomarla en su dimensión filosófica. Para Aristóteles es el ámbito que permite al hombre lograr la plenitud de su realización, es la culminación de la ética. La democracia es la forma de gobierno en la que los ciudadanos ejercen consciente y responsablemente el poder de toma de decisiones, ejercicio de la auténtica libertad. Por ello no puede haber grupos de presión (lobbies). - Volver a entender el poder como servicio. Establecer objetivos comunes hacia los que se canalice la acción - Crear organizaciones intermedia y canales de comunicación que garanticen la participación. - Superar la racionalización reduccionista y lineal por una que abarque la complejidad, mirada abarcadora de los procesos y redes. - Supeditar el desarrollo tecnológico a la ética de la precaución y conciencia de la complejidad de lo real. - Nueva antropología en la que el hombre no se considere dueño sino parte de la naturaleza. Superar el individualismo. - Replanteo de la educación, poner más énfasis en la formación que en la información. Por ello superar esta crisis implica cambios muy profundos que modifican totalmente nuestra manera de percibir el mundo. 1 Es un grupo de personas que intentan influir en las decisiones del poder ejecutivo o legislativo en favor de determinados intereses.
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