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Psicopatología 2016-2017 Llanos Merín 11.1. TRASTORNOS DEL ESTADO DE ÁNIMO: ASPECTOS CLÍNICOS De la "melancolía" a la "depresión" De la "locura maniacodepresiva" a la "bipolaridad" HISTORIA CONCEPTUAL Los sentimientos de abatimiento o de depresión tienen funciones filogenéticas adaptativas. Sin embargo, por su duración, su frecuencia, o su intensidad, pueden interferir con la capacidad adaptativa y llegar a ser patológicos. Hipócrates fue el primero en intentar comprender “científicamente” la depresión y empleó el término genérico de "melancolía": desequilibrios en la secreción de bilis negra, o mala combustión de la misma dentro del organismo, dando lugar a restos tóxicos. Esta concepción humoral, permanece intacta hasta el siglo XIX. A finales del siglo XIX y principios del XX se comienza a utilizar la palabra "depresión" y a emplearla como un término diagnóstico. El cambio fundamental lo proporcionó Kraepelin quien diferenció entre demencia precoz (esquizofrenia) y enfermedad maniaco-depresiva: El término "maniaco-depresivo" incluía cuadros que hoy denominaríamos como depresión mayor, distimia, trastorno bipolar o ciclotimia: "todos los casos de excesos en la afectividad" (es un concepto muy amplio). Además, los maniacodepresivos tendrían una mayor historia de antecedentes de enfermedad, menor gravedad y un curso menos crónico que el de las personas con esquizofrenia. Para Kraepelin, las causas de la enfermedad maniaco-depresiva eran innatas e independientes de causas sociales o psicológicas. Al proponer el término de "locura maniaco-depresiva", Kraepelin recogía la tradición de autores que describieron formas cíclicas o "circulares" de locura: alternarían estados de depresión y de manía (gran euforia y excitación psicológica). También incluía bajo este término casos de depresión no circulares (actualmente: depresión mayor, distinta). El término “manía”, a diferencia de su uso actual, no estaba relacionado con el estado de ánimo, sino que se utilizaba para describir a pacientes con estados delirantes psicóticos que, a diferencia del denominado “delirio”, cursaban sin fiebre (lo que hoy conoceríamos como esquizofrenias). Karl Leonard, a mediados del siglo XIX, fue el primero en separar los trastornos afectivos en "bipolar" (trastornos maniaco-depresivos o circulares) y "monopolar" (sólo depresión o sólo manía), superando así el vago concepto genérico de “maniacodepresivo”. Esta propuesta, aunque con algunas modificaciones, ha tenido una enorme aceptación y se ha impuesto finalmente en la concepción clasificatoria actual de los trastornos anímicos. Desde los 70, en EE.UU se ha venido utilizando la distinción entre Bipolar I y Bipolar II. Los primeros serían aquellos casos en los que ha existido algún episodio de manía, mientas que en los segundos habrían existido simplemente episodios de hipomanía (episodios menos graves y que no interfieren tanto en la vida del paciente). Estos criterios se reconocen por primera vez en el DSM-IV. Psicopatología 2016-2017 Llanos Merín 11.1. TRASTORNOS DEL ESTADO DE ÁNIMO: ASPECTOS CLÍNICOS CONCEPTOS GENERALES DEFINICIÓN El estado de ánimo deprimido es una de las condiciones de malestar psicológico más frecuentes de los seres humanos. La depresión es el diagnóstico clínico que se emplea con más frecuencia y el que potencialmente tiene más peligro de mortalidad debido a las conductas suicidas. La depresión, entendida como síntoma (sentirse triste), está presente en la mayor parte de los cuadros psicopatológicos, sin que por ello constituya un síndrome depresivo. Así, además del estado de ánimo depresivo hemos de emplear otros criterios simultáneos, pues la depresión clínica ha de concebirse como un síndrome. Diferenciación de la depresión clínica de los estados de ánimo depresivos más o menos transitorios 1) No hay acuerdo sobre las fronteras que delimitan una respuesta depresiva "normal" de una respuesta depresiva "patológica". 2) Para algunos, los cuadros depresivos, se diferenciarán sólo por la intensidad cuantitativa de los síntomas. Se basan en análisis estadísticos que sugieren la idea de un continuo de gravedad. 3) Para otros, la depresión normal difiere cualitativamente de la patológica. Psicopatología 2016-2017 Llanos Merín 11.1. TRASTORNOS DEL ESTADO DE ÁNIMO: ASPECTOS CLÍNICOS CLASIFICACIÓN DE LOS TRASTORNOS ANÍMICOS Dicotomías descriptivas Esta distinción fue apuntada por Mohecías en el siglo XIX. El debate se originó por la contraposición entre una visión freudiana (causas psicológicas), y una visión kraepeliniana (causas biológicas). El eje endógeno-reactivo, alude a una supuesta distinción entre depresiones biológicas (endógenas) y depresiones psicosociales (reactivas). No obstante, esta distinción etiológica no tiene ningún apoyo empírico (personas que reciben el diagnóstico de depresión endógena, han padecido factores estresantes en la misma intensidad que otras a las que se les diagnostica de depresión reactiva). Esto nos conduce a la conclusión de que la existencia o no de precipitantes psicosociales es irrelevante para distinguir subtipos de depresión o para efectuar cualquier clasificación de los trastornos afectivos. Al emplear esta distinción, se hace para distinguir dos subtipos de depresión que difieren por sus síntomas, no por su etiología: 1) Depresiones endógenas: tienen mayor sintomatología vegetativa, más síntomas graves (suicidio), y más recurrencia (actualmente llamadas melancólicas). 2) Depresión reactiva: existe apoyo empírico escaso que justifique este término. En la mayor parte de los trabajos, se distingue entre "endógena" y "no endógena". Endógena vs. Reactiva El término “neurótico” es muy ambiguo: algunos clínicos lo utilizan cuando quieren expresar que en un trastorno no hay delirios ni alucinaciones, para otros significa que hay un trastorno coexistente de personalidad, e incluso que es de gravedad ligera o moderada. Debido a esta imprecisión conceptual y terminológica, se ha desaconsejado el uso de esta dicotomía clasificatoria. La diferencia diagnóstica entre cuadros psicóticos y neuróticos ha desaparecido de las clasificaciones más modernas y fiables. El DSM-III y sus sucesores conservan el término “psicótico”, pero con un significado inequívoco: permite emplearlo para calificar a aquellos trastornos afectivos en los que existen o bien delirios, o bien alucinaciones acompañando al trastorno depresivo. Psicótica vs. Neurótica Esta es la dicotomía clasificatoria de Leonard (años 50), y es la que más se emplea en la actualidad. La distinción es puramente descriptiva y sintomatológica (no etiológica), y no asume ninguna hipótesis o supuestos implícitos sobre las causas de ambos trastornos. 1) Trastorno bipolar (TB) (anterior maníaco-depresivo): se caracteriza por la aparición de episodios de manía, existan o no episodios depresivos. Un paciente que manifieste un episodio de manía, sin que nunca haya tenido un episodio depresivo, también se diagnostica como bipolar y se les llama "Maníacos de episodio único" (es probable que a lo largo de su vida desarrollen episodios depresivos). 2) Trastornos depresivos unipolares: se caracterizan porque el sujeto tiene episodios de depresión, sin que nunca hayan padecido un episodio maníaco (diez veces más frecuentes que los bipolares). Lo más habitual es que en el transcurso de su vida un paciente bipolar presente episodios de depresión y de manía con una duración de varios meses cada uno de ellos. Sintomatológicamente,no hay diferencias entre el episodio depresivo de un paciente bipolar y el de un unipolar: ambos, cuando están deprimidos, tienen el mismo patrón de síntomas y con la misma intensidad. Sin embargo, existen diferencias significativas en cuanto a su curso, genética y respuesta al tratamiento (ver tabla 9.2). Unipolar vs. Bipolar Psicopatología 2016-2017 Llanos Merín 11.1. TRASTORNOS DEL ESTADO DE ÁNIMO: ASPECTOS CLÍNICOS Ç CLASIFICACIÓN DE LOS TRASTORNOS ANÍMICOS Dicotomías descriptivas La clasificación de “primario “hace referencia a cuadros en los que el trastorno del estado de ánimo existe aisladamente, sin la presencia actual o pasada de otro cuadro distinto al afectivo (alcoholismo, fobias, TOC, esquizofrenia, etc.). Los trastornos anímicos “secundarios” hacen referencia a “pacientes con un trastorno médico o psiquiátrico preexistente diferente a la depresión o la manía”. Se asume que las personas con trastornos primarios o “puros” están mejor que los secundarios entre cada episodio, pues no hay ningún otro trastorno que complique la situación, pero, por el contrario, tienen mayor riesgo de suicido que los secundarios. Las terapias indicadas para los casos primarios son generalmente más directas, mientras que las indicadas para los casos secundarios requieren la intervención prácticamente simultánea tanto del problema afectivo como de los otros trastornos del paciente y esto hace que normalmente sean de manejo clínico más complicado. Primaria vs. Secundaria Uno de los inconvenientes de los sistemas de clasificación hasta el DSM-IV es que clasifican a las personas en base a los síntomas y los agrupan porque aparentemente son similares. En los últimos años han surgido sistemas empíricos, en los que el objetivo es comprobar cómo se agrupan realmente los síntomas en las personas con problemas mentales. Los sistemas empíricamente derivados normalmente se basan en medidas dimensionales de los síntomas, lo que plantea una perspectiva inicial más próxima a la tradición psicológica que la psiquiátrica, lo que ofrece algunas ventajas conceptuales, pero también algunas dificultades prácticas. Hallazgos de estos estudios: 1) No hay una diferencia cualitativa entre la depresión en muestras clínicas y la depresión en la población general. Los modelos matemáticos parecen demostrar claramente que hay un continuo de gravedad de síntomas. 2) La gravedad de la depresión parece una función relativamente lineal de los síntomas y no de agrupaciones particulares. 3) Algunos trastornos de ansiedad encajan mejor dentro del espectro de los problemas de los trastornos del estado de ánimo que de los trastornos de ansiedad. 4) Estos resultados son homogéneos transculturalmente. En el caso del TOC y de los trastornos bipolares, la ubicación no es muy clara. La clave para comprender el sistema diagnóstico de los trastornos del estado de ánimo es el concepto de episodio. El DSM-IV distingue tres tipos: depresivo mayor, maníaco e hipomaníaco. La combinación de uno u otro modo de estos episodios, o cumplir plenamente o no los criterios diagnósticos de los mismos, es lo que va a configurar la definición de los diversos tipos de trastornos específicos del estado de ánimo, de forma que: 1) Los trastornos depresivos son aquellos trastornos en los que nunca ha habido episodios maníacos o hipomaníacos en la vida del sujeto; 2) Los trastornos bipolares son aquellos trastornos anímicos en lo que el sujeto ha manifestado alguna vez episodios maníacos o hipomaníacos. Novedades del DSM-IV: 1) Incorporación de los trastornos en los que la sintomatología anímica (sea deprimida o maníaca) es causada por una condición médica general y cuadros en los que esa sintomatología anímica está causada por ingesta de alcohol u otras sustancias. 2) Se incorpora la distinción entre bipolar I y bipolar II. El bipolar II se define como una persona que, habiendo tenido episodios depresivos, nunca ha llegado a tener episodios maníacos, pero sí hipomaníacos. 3) Los casos en los que haya sólo un episodio de manía, sin que nunca haya habido episodios de depresión anteriormente, pasan a constituir un nuevo grupo diagnóstico. Clasificaciones empíricamente basadas: hacia el DSM-IV Clasificación del DSM-IV Psicopatología 2016-2017 Llanos Merín 11.1. TRASTORNOS DEL ESTADO DE ÁNIMO: ASPECTOS CLÍNICOS SÍNTOMAS DEPRESIVOS: El cuadro que presenta una persona deprimida puede ser muy variado en cuanto a sus síntomas y también en cuanto a su evolución temporal. Puede variar desde formas episódicas hasta persistentes de forma casi continuada; también puede variar en cuanto a la gravedad, desde formas leves hasta otras en las que hay deseos o intentos de suicidio. En general, los síntomas pueden reducirse a 5 grupos. 1. Síntomas anímicos La TRISTEZA es el síntoma anímico por excelencia. Además de estar presente en prácticamente todos los deprimidos, es la queja principal en aproximadamente la mitad de los pacientes. Pero, aunque los sentimientos de tristeza, abatimiento, pesadumbre o infelicidad, son lo más habituales, a veces, el estado de ánimo predominante es la irritabilidad, sensación de vacío o nerviosismo. En casos de depresiones graves el paciente puede llegar a negar sentimientos de tristeza, afirmando que ha perdido la capacidad de sentir nada y que le es imposible llorar, síntoma que indica una mayor gravedad de la depresión. Otro aspecto importante es la reducción de emociones positivas y la capacidad de disfrute normal (anhedonia). 2. Síntomas motivacionales y conductuales Estado general de inhibición: la apatía y la falta de motivación son síntomas psicológicamente muy importantes que suelen estar conectados además a pensamientos negativos de desesperanza, falta de control, o de no poder dar sentido a lo que uno hace. Esto en muchos casos lleva a abandono de estudios o del trabajo. En su forma más grave, la inhibición conductual se conoce como "retardo psicomotor" (enlentecimiento generalizado de las respuestas motoras, del habla, el gesto e inhibición motivacional casi absoluta). En casos extremos puede llegar a "estupor depresivo": mutismo y parálisis motora casi totales, similar al estupor catatónico. 3. Síntomas cognitivos La memoria, la atención y la capacidad de concentración pueden llegar a resentirse drásticamente incapacitando el desempeño en tareas cotidianas. El pensamiento circular y rumiativo parece una característica especialmente importante ligada a la depresión. En general, las tareas que requieren esfuerzo y control ejecutivo son en las que las personas deprimidas muestran una mayor dificultad, aunque también las tareas automáticas pueden verse afectadas bajo ciertas condiciones. El contenido de las cogniciones también esta alterado: la autodepreciación, la autoculpación y la pérdida de autoestima suelen ser contenidos claves en las cogniciones de una persona deprimida, ya que las valoraciones de sí misma, de su entorno y de su futuro son negativas. Los modelos cognitivos plantean que estas cogniciones negativas pueden tener un papel causal más que sintomatológico en el desarrollo del trastorno. 4. Síntomas físicos La aparición de cambios físicos es habitual y suele ser uno de los motivos principales por los que se solicita la ayuda de un profesional. Problemas de sueño: síntoma típico que afecta a un 70-80% de los pacientes depresivos (sobre todo insomnio, aunque hay un pequeño porcentaje de hipersomnia). Fatiga, pérdida de apetito, disminución de actividad y deseo sexuales, molestias corporales difusas (dolores de cabeza o espalda, vómitos, náuseas, estreñimiento, visión borrosa, etc.). Relativamente pocas personas (aproximadamente1 de cada 5) buscan ayuda para el episodio depresivo. Las personas que acuden a profesionales difieren en el patrón de síntomas (no en gravedad), dado que el estado de ánimo es semejante pero los estas personas presentarían una sintomatología vegetativa y somática mayor que los que no buscan ayuda. 5. Síntomas interpersonales Deterioro de las relaciones interpersonales (un 70% dice haber disminuido su interés por la gente). Sufren rechazo de las personas que les rodean, lo que a su vez provoca que se aíslen más. TRASTORNOS DEPRESIVOS: SÍNTOMAS DEPRESIVOS Psicopatología 2016-2017 Llanos Merín 11.1. TRASTORNOS DEL ESTADO DE ÁNIMO: ASPECTOS CLÍNICOS Características básicas del episodio depresivo mayor: DSM-IV-TR Episodio depresivo mayor melancólico (DSM-IV-TR) A. Durante al menos 2 semanas, presencia de al menos 5 de los siguientes síntomas, incluyendo el 1 o el 2 necesariamente. 1) Estado de ánimo deprimido. 2) Disminución del placer o interés en cualquier actividad. 3) Aumento o disminución de peso/apetito. 4) Insomnio o hiperinsomnio. 5) Agitación o enlentecimiento psicomotor. 6) Fatiga o pérdida de energía. 7) Sentimientos excesivos de inutilidad o culpa. 8) Problemas de concentración o toma de decisiones. 9) Ideas recurrentes de muerte o de suicidio. A. Durante el periodo peor del episodio actual: a) Pérdida de placer generalizada, o b) Falta de reactividad ante estímulos positivos. B. Presencia de al menos 3 de los siguientes síntomas: 1) Cualidad diferente del estado de ánimo. 2) Normalmente peor por las mañanas. 3) Insomnio tardío. 4) Retardo o agitación psicomotoras. 5) Anorexia significativa o pérdida de peso. 6) Culpa excesiva o inapropiada. B. Interferencia de los síntomas con el funcionamiento cotidiano. C. No debido a medicamentos, drogas o a una condición médica general (ej.: hipotiroidismo). D. No asociado a la pérdida de un ser querido ocurrida hace menos de 2 meses (excepto en casos de marcado deterioro en el funcionamiento). Especificar gravedad y si es episodio único o recurrente. TRASTORNOS DEPRESIVOS: CLASIFICACIÓN Y CUADRO CLÍNICO Concepto de “episodio depresivo mayor” El episodio depresivo mayor se define por la presencia simultánea de síntomas importantes durante un periodo prácticamente continuado de 2 semanas. Además, un subtipo del episodio depresivo mayor es el que tiene características melancólicas que, si bien hay dudas de su validez, se incluye en todos los sistemas diagnósticos y se caracteriza por un mayor componente de síntomas vegetativos y anhedonia a parte de los propios de la depresión mayor (esto no implica mayor gravedad ni causa diferente). Niveles de gravedad (DSM-IV) Leve: existen pocos o ningún síntoma más de los necesarios para el diagnóstico del episodio depresivo mayor, y poco deterioro del funcionamiento laboral o de las actividades sociales habituales o las relaciones interpersonales. Moderado: síntomas de incapacidad funcional entre “leve” y “grave”. Grave sin síntomas psicóticos: varios síntomas además de los necesarios para establecer el diagnostico, y síntomas que interfieren marcadamente en el funcionamiento laboral o en las actividades sociales habituales, así como en las relaciones interpersonales. Grave con síntomas psicóticos: existen delirios o alucinaciones. Si es posible hay que señalar si los síntomas psicóticos son congruentes o incongruentes con el estado de ánimo. Los delirios congruentes se refieren a temas típicos asociados al ánimo depresivo, como la inadecuación personal, la culpa, la inutilidad, la enfermedad, la muerte, etc. Los delirios incongruentes son los no relacionados con los temas depresivos típicos (ej.: delirios de persecución, inserción del pensamiento, ideas delirantes de control, etc.). En remisión parcial: están presentes algunos síntomas del episodio depresivo mayor pero ya no se cumplen totalmente los criterios o, aunque han desaparecido los síntomas, aún no han pasado al menos dos meses desde que finalizó el episodio depresivo. En remisión total: los dos últimos meses no ha habido signos o síntomas significativos de la alteración. Psicopatología 2016-2017 Llanos Merín El curso del TDM es muy variable interindividualmente. La mayor parte de los afectados acaba recuperándose en 1 o 2 años, pero aproximadamente un 15% tendrá un curso crónico (2 años o más) y el 10% seguirá deprimido 5 años después. Los datos indican que las personas que tienen la cronicidad son aquellos que han tardado en buscar tratamiento; una edad avanzada de inicio y un nivel socioeconómico bajo también son predictores de mal pronóstico. La duración de los ciclos de depresión/no depresión se va acortando cuantos más episodios tiene el paciente y cuanto más tardía es la edad de aparición del primer episodio. El mayor riego de recaídas está en los primeros meses después de recuperarse, siendo el primer año es un periodo de alto riesgo. Normalmente los primeros episodios suelen tener una duración menor, para después estabilizarse su duración. Todo esto significa que el TDM es un trastorno con una fuerte tendencia a la recurrencia. Factores que incrementan la probabilidad de la recurrencia y/o recaída: historia de episodios maníacos e hipomaníacos, antecedentes de cronicidad previa, mayor número de episodios previos, mayor gravedad del episodio inicial, comienzo tardío del primer episodio, mayor edad actual (las tasas de reaparición del trastorno son mayores en personas de más de 45 años), pocas semanas o meses transcurridas desde el último episodio, presencia de estresores psicosociales crónicos, presencia de distorsiones cognitivas no tratadas, nivel socioeconómico bajo. Edad de aparición de los episodios: la edad modal de inicio del TDM se sitúa en torno a los 25-35 años, y cuánto más precoz el inicio, parece que hay más posibilidad de recurrencias. Las depresiones secundarias (ligadas a cuadros físicos o mentales) tienen un peor pronóstico que las primarias. 11.1. TRASTORNOS DEL ESTADO DE ÁNIMO: ASPECTOS CLÍNICOS Curso Características Respuesta al tratamiento Reducción de más de un 50% de la gravedad de síntomas respecto a la línea basa. Remisión parcial Síntomas menores, pero aun presentes. Ya no se cumplen los criterios diagnósticos. Han transcurrido al menos dos meses desde el último episodio. Remisión total Cese de síntomas significativos durante al menos los 2 meses últimos. No se cumplen los criterios. Recuperación Remisión mantenida durante más de 6 meses. Retorno a funcionamiento normal. No se cumplen los criterios diagnósticos. Recaída Reaparición de sintomatología depresiva durante el periodo de remisión. Recurrencia Aparición de síntomas de un nuevo episodio. Cronicidad Criterios diagnósticos plenos mantenidos durante más de 2 años seguidos. TRASTORNOS DEPRESIVOS: CLASIFICACIÓN Y CUADRO CLÍNICO Trastorno Depresivo Mayor (TDM): Aparece por primera vez en el DSM-III y se emplea para describir a una persona que presenta un episodio depresivo mayor y, además, cumple las siguientes características adicionales: A) Nunca ha tenido un episodio de manía o hipomanía (en cuyo caso hablaríamos de trastorno bipolar). B) No se trata de un caso de esquizofrenia, trastorno esquizofrénico y otro trastorno psicótico, es decir, no se trata de un problema jerárquicamente superior a los trastornos del estado de ánimo. Se pueden diagnosticar dos tipos de trastorno depresivo: TDM de episodio único (cuando es el primer episodio en la vida) y TDM de episodio recurrente (cuando ha habido al menos otro episodio depresivo). Curso Psicopatología 2016-2017 Llanos Merín La duración media de un episodio depresivo mayor es de unos 4-5 meses en pacientes bajo unbuen control de medicación, en protocolos de investigación. Pero con los tratamientos médicos o psiquiátricos estándar la duración del episodio se aproxima a un año. Fenómeno de “kindling” o sensibilización: cuantos más episodios depresivos se dan, éstos parecen más autónomos y menos ligados a estresores. De esta forma, cantidades cada vez más pequeñas de estresores pueden disparar reacciones de una intensidad comparable. Cada episodio nuevo implica un agravamiento y empeoramiento del paciente en muchos aspectos de su vida, así como una mayor necesidad asistencial. Los casos en los que hay síntomas psicóticos, especialmente si son incongruentes con el estado de ánimo, se recuperan más lentamente. La mayoría de las personas no busca ayuda durante su primer episodio sino en episodios sucesivos y, por lo tanto, su estado de funcionamiento suele estar ya muy afectado cuando por fin acuden a consulta por una depresión. En un estudio realizado en los años 80 (Estudio ECA, EEUU), se mostró que, con criterio DSM-III y empleando la entrevista DIS, los trastornos anímicos son el trastorno más común, después del abuso de sustancias y los trastornos de ansiedad. Alrededor de un 5% de la población adulta ha presentado o presentará un episodio depresivo mayor en el transcurso de su vida. Prevalencia: es el doble en mujeres que en hombres. Esta diferencia sexual podría ser un indicio de la existencia de factores genéticos contribuyentes a la manifestación del trastorno, o reflejar la existencia de tempranas diferencias educativas en niños y niñas (las mujeres tienden más a “rumiar” sobre su estado de ánimo. Parece ser que las tasas de depresión están en ascenso (a la par que oros problemas como el abuso de sustancias o suicidios), especialmente en los grupos de edad más jóvenes. Además, aunque las mujeres presentan aún tasas de depresión más altas que los varones, las diferencias se van acortando en las generaciones más jóvenes debido más un crecimiento de la depresión masculina que a una disminución de la femenina. El nivel socioeconómico no tiene efecto relevante en las tasas de depresión clínica, pero, las tasas se triplican en personas en paro laboral o que están cobrando el subsidio de desempleo. El TDM es hasta dos veces más frecuente en zonas urbanas que rurales. El riesgo de padecer TDM es mayor en los jóvenes adultos (25-44 años) y luego disminuye. Los acontecimientos estresantes y la historia de depresión en los progenitores es otro factor de riesgo. 11.1. TRASTORNOS DEL ESTADO DE ÁNIMO: ASPECTOS CLÍNICOS TRASTORNOS DEPRESIVOS: CLASIFICACIÓN Y CUADRO CLÍNICO Trastorno Depresivo Mayor (TDM) Curso Epidemiología Psicopatología 2016-2017 Llanos Merín 11.1. TRASTORNOS DEL ESTADO DE ÁNIMO: ASPECTOS CLÍNICOS Criterios para el diagnóstico del trastorno distímico (DSM-IV-TR) A. Estado de ánimo crónicamente depresivo la mayor parte del día, manifestado por el sujeto u observado por los demás durante al menos 2 años. Nota: en los niños y adolescentes el estado de ánimo puede ser irritable y la duración debe ser de al menos 1 año. B. Mientras está depresivo, presencia de 2 (o más) de los siguientes síntomas. 1) Pérdida o aumento de apetito. 2) Insomnio o hiperinsomnio. 3) Falta de energía o fatiga. 4) Baja autoestima. 5) Dificultades para concentrarse o tomar decisiones. 6) Sentimientos de desesperanza. C. Durante el periodo de 2 años (1 año en niños y adolescentes) de la alteración, la persona no ha estado libre de síntomas de los criterios A y B durante más de dos meses seguidos. D. No ha habido ningún episodio depresivo mayor durante los primeros 2 años de la alteración (1 año para niños y adolescentes). Es decir, la alteración no se explica mejor por la presencia de un trastorno depresivo mayor crónico, o un trastorno depresivo mayor, en remisión parcial. Nota: Antes de la aparición del trastorno distímico, pudo haber un episodio depresivo mayor que ha remitido totalmente (no hay signos o síntomas significativos durante 2 meses). Además, tras los 2 años iniciales (1 año en niños y adolescentes) del trastorno distímico, pue-de haber episodios superpuestos de trastorno depresivo mayor, en cuyo caso pueden establecerse ambos diagnósticos si se cumplen los criterios de un episodio depresivo mayor. E. Nunca ha habido un episodio maníaco, un episodio mixto o un episodio hipomaniaco, y nunca se han cumplido los criterios para el trastorno ciclotímico. F. La alteración no ocurre exclusivamente junto a un trastorno psicótico crónico, como la esquizofrenia o el trastorno delirante. G. Los síntomas no se deben a los efectos fisiológicos directos de una sustancia (p.ej., una droga, un medicamento) o una enfermedad médica (p.ej., hipertiroidismo). H. Los síntomas causan malestar clínicamente significativo o deterioro social, laboral o de otras áreas importantes de la actividad del individuo. Especificar tipo: inicio temprano (si aparece antes de los 21 años) o inicio tardío (a los 21 años o más tarde). TRASTORNOS DEPRESIVOS Distimia: Se trata de estados depresivos muy prolongados, casi crónicos que, sin llegar a cumplir todos los criterios del “episodio depresivo mayor”, tienen bastantes síntomas depresivos. Hay cuadros en los que, en un determinado tiempo, la distimia se agrava y el paciente llega a cumplir los requisitos de TDM, casos en los que se emplea el término de depresión doble (no incluida en ningún sistema diagnóstico oficial). Los distímicos vendrían a mostrar síntomas similares a los depresivos mayores, pero menos graves y más sostenidos en el tiempo. Por definición, la distimia se diagnostica como un cuadro de persistencia prolongada y, por tanto, los datos de recuperación son peores que los de la depresión (alrededor de un 40%, mientras que en el TDM es un 75%). Los pacientes con depresión doble se recuperan antes del episodio depresivo que los pacientes que sólo presentan episodios depresivos mayores, pero las recaídas son más rápidas que en éstos. Aproximadamente un 3% de la población ha presentado alguna vez un episodio distímico. Afecta en mayor medida a las mujeres, y es más frecuente en personas de mayor edad. El nivel socioeconómico no afecta las tasas. El riesgo es prácticamente el doble en solteros que en casados (igual que en TDM), y también es el doble de frecuente en el ámbito urbano que en el rural. Edad de inicio más temprana que en TDM. Curso Epidemiología Psicopatología 2016-2017 Llanos Merín 11.1. TRASTORNOS DEL ESTADO DE ÁNIMO: ASPECTOS CLÍNICOS TRASTORNOS DEPRESIVOS Trastorno depresivo no especificado: trastornos depresivos que no se adecuan bien al concepto de trastorno depresivo mayor ni al de distimia. 1) Trastorno disfórico premenstrual: síntomas depresivos casi sistemáticos que se dan durante la última semana del ciclo menstrual y que remiten en los primeros días de la menstruación. 2) Depresión pospsicótica en la esquizofrenia: aparición de un episodio depresivo mayor durante la fase residual de los episodios esquizofrénicos. 3) Depresión menor: se cumplen las dos semanas requeridas de síntomas para el episodio depresivo mayor, pero se dan menos de los cinco síntomas requeridos. 4) Trastorno depresivo breve recurrente: cortos episodios depresivos (entre 2 días y 2 semanas), produciéndose al menos una vez al mes durante doce meses. No puede hacerse un juicio global acerca del curso de los trastornos depresivos no especificados, dado que constituyen un grupo demasiado heterogéneo. Los datos son muyescasos. Posiblemente la ratio sexual es muy parecida a la del TDM (unas dos veces más frecuente en las mujeres), pero no se tienen datos fiables de prevalencia en la población general. Curso Epidemiología Categorías (DSM-IV) Psicopatología 2016-2017 Llanos Merín 11.1. TRASTORNOS DEL ESTADO DE ÁNIMO: ASPECTOS CLÍNICOS En su forma más leve a manía es, en parte, lo contrario a la depresión. Aunque hay casos en los que el paciente experimenta un estado de alegría desbordante, en la mayoría se mezclan estados de irascibilidad, a veces explosiva y furiosa, junto a una frenética actividad. La característica fundamental es la expansividad anímica y cognitiva. En la manía aparecen síntomas opuestos a la depresión, pero también comparten algunos síntomas característicos de los estados depresivos (problemas de sueño, trastornos del apetito o de la ingesta). 1. Síntomas anímicos Los estados de felicidad y bienestar normales, casi nunca están presentes en los episodios maníacos. Predomina el estado de ánimo eufórico, irritable y, en definitiva, expansivo. Los pacientes en este estado a menudo están irascibles, suspicaces, y en un estado de hiperactividad general y de intromisión que tienen serias repercusiones en las relaciones interpersonales. En algunos casos, la excitación anímica llega a ser tan extraordinaria que desemboca en la hostilidad manifiesta, conductas destructivas y tendencias paranoides. Las personas en un estado maníaco se sienten muy bien y esto hace que les resulte difícil entender que otros intenten “restringir” ese estado: es uno de los pocos cuadros psicológicos egosintónicos, es decir, que el paciente no sufre por sus síntomas. 2. Síntomas motivacionales y conductuales Se da un estado de energía aparentemente inagotable y desbordante para los demás. Bajo esta condición, un paciente puede estar sin apenas dormir durante semanas, haciendo planes, o desarrollando proyectos gigantescos. Un paciente maníaco suele hablar sin parar (logorrea), tener la sensación de que sus pensamientos se agolpan sin tiempo para expresarlos (fuga de ideas), tener actividad hipersexual y cometer imprudencias temerarias (prodigabilidad o inversiones arriesgadas). El control de los impulsos es muy pobre. En cuanto a su apariencia, una persona en una fase maníaca tiende a prestar poca atención a su aspecto personal y es muy frecuente que presente un aspecto descuidado y poco aseado. 3. Síntomas cognitivos Los procesos cognitivos en la manía se caracterizan por su extraordinaria aceleración: habla rápida, entrecortada, salta de un tema a otro, le es difícil mantener la atención. A veces al hablar puede llegar a ser incoherente. La autoestima está tan hipertrofiada que pueden aparecer ideas delirantes o fantasías. En las fases maníacas del TB se puede observar ideas irracionales relacionadas con las propias capacidades, una autoestima exagerada, y una escasa capacidad para valorar las consecuencias de los propios actos. 4. Síntomas físicos Consisten en una hiperactivación general, que se manifiesta en problemas de sueño, aumento del apetito y un aumento exagerado del umbral de la fatiga física. 5. Síntomas interpersonales Aunque no tienen valor diagnóstico, son importantes para el manejo clínico del trastorno. Las relaciones son muy difíciles en una fase de manía, ya que los pacientes se vuelven entrometidos, polemistas, ofensivos, controladores y, sobre todo, tienen una gran “resistencia” a que se les contradiga o se les haga ver lo malo de su conducta. Puede producirse ocasionalmente agresiones ante quien intenta limitarles. Como se da una alta recurrencia de episodios, las relaciones (sobre todo las familiares) suele estar muy afectadas. TRASTORNOS BIPOLARES: SÍNTOMAS DE MANÍA Episodios maníacos en la infancia En los niños los episodios suelen tener un inicio más brusco y una duración menor, durando a veces unas pocas horas y con cambios incluso varias veces al día. Se estima que aproximadamente uno de cada tres adultos bipolares ha tenido episodios maniacos en la infancia y en la adolescencia, siendo los síntomas que aparecieron en la niñez algo diferentes a los de la edad adulta. Psicopatología 2016-2017 Llanos Merín 11.1. TRASTORNOS DEL ESTADO DE ÁNIMO: ASPECTOS CLÍNICOS TRASTORNOS BIPOLARES: CLASIFICACIÓN Y CUADRO CLÍNICO La gravedad de la manía puede ser: 1) Ligero: pocos síntomas más que los requeridos para el diagnóstico. 2) Moderado: gran incremento en actividad o juicio deteriorado. 3) Grave no psicótico: requiere supervisión continua para evitar daño propio o de otros. 4) Grave, psicótico: presencia de delirios o alucinaciones en los que se debe señalar, si es posible, si son congruentes con el estado de ánimo (como delirios de grandeza) o incongruentes (como persecución). 5) En remisión parcial: los criterios completos se cumplieron en el pasado, pero no ahora; solo permanecen algunos signos o síntomas. 6) En remisión total: los criterios no se dan desde los últimos 6 meses. La manía puede entenderse como el extremo de un continuo con diferentes grados de excitación, que va desde los estados normales de felicidad y gozo, hasta las formas hipomaníacas y maníacas que incluso pueden tener características psicóticas. De las diferentes combinaciones de los episodios maníacos e hipomaníacos resultan cuatro grandes tipos de trastornos bipolares: Bipolar I, Bipolar II, ciclotomía y trastorno bipolar no especificado. Por definición, la hipomanía es una forma menos grave que la manía, aunque sus criterios en el DSM-IV han sido siempre confusos. Tablas: características de los episodios maníacos e hipomaníacos. Episodios maníacos e hipomaníacos Gravedad de la manía Psicopatología 2016-2017 Llanos Merín 11.1. TRASTORNOS DEL ESTADO DE ÁNIMO: ASPECTOS CLÍNICOS TRASTORNOS BIPOLARES I Y II Trastorno bipolar I: 1) Personas que presentan o han presentado alguna vez en su vida algún episodio maníaco caracterizado por una duración de al menos una semana o una hospitalización debida al mismo. 2) Se pueden dar estados maníacos, depresivos, hipomaníacos o una mezcla de componentes depresivos y maníacos (mixto), distinguiendo así los 4 subtipos de bipolar I: maníaco, hipomaníaco, depresivo y mixto. 3) Si la persona tiene en la actualidad un episodio maníaco y nunca ha tenido anteriormente un episodio depresivo se denomina "Bipolar I con episodio maníaco único". Trastorno bipolar II: 1) Personas que, habiendo padecido episodios depresivos hipomaniacos, nunca han padecido un episodio completo de manía. 2) Se trata de pacientes con menor gravedad y sin un deterioro significativo en su funcionamiento. 3) La mayor parte de TBII mantienen ese diagnóstico, y solo evolucionan hacia TBI un 10% aproximadamente. La aparición de los episodios maníacos puede ser lenta y progresiva. Los pacientes bipolares presentan más episodios afectivos a lo largo de la vida (una media de ocho episodios) que los pacientes unipolares: aunque los bipolares son más recurrentes, tienen una duración media menor (unos 4 meses). La duración del episodio maníaco o depresivo no depende de la gravedad de los síntomas. Los trastornos bipolares tienen un curso más recurrente que los trastornos depresivos (ocho o nueve episodios de manía o depresión a lo largo de su vida). Los fármacos pueden ayudar a estabilizar a los pacientes, pero no garantizan su recuperación. La mayoría de estos pacientes casi nunca está absolutamente libre de síntomas entre episodios (suelen mostrar síntomas residuales depresivos o hipomaníacos). Las recaídas y recurrencias afectan prácticamente a todos los pacientesy los índices de cronicidad son muy altos. El riesgo de recaídas aumenta con la edad del paciente, probablemente porque los intervalos asintomáticos se vuelven cada vez más cortos. El propio curso del trastorno es también un factor de riesgo: cuanto más larga la historia previa de episodios y mayor el número de éstos, hay más riesgos de recaída. Poco después de salir de un episodio es cuando hay un riesgo menor. La cronicidad del trastorno es bastante alta: entre un 15 y un 53%. El curso, al igual que la rapidez de recuperación, también depende del tipo de TB, siendo los episodios mixtos los de recuperación más lenta. Velocidad de recuperación a corto plazo: más rápida cuando el episodio es maníaco (la mediana de recuperación se sitúa en cinco semanas). Cuando el episodio es depresivo la mediana es de nueve semanas y, por último, cuando es mixto es de catorce semanas. Inicio: puede darse a cualquier edad, pero lo más frecuente es que sea entre los 20 y 25 años de edad. En niños o adolescentes es menos claro cuándo es el comienzo. Normalmente, el episodio aparece de forma aguda: los síntomas pueden manifestarse en cuestión de días o semanas. La duración de los episodios es muy variable: a veces duran días y a veces meses, incluso en el mismo paciente. La duración de los episodios depresivos suele ser mayor que la de los episodios maníacos. TBI y TBII: Diferencias Curso Psicopatología 2016-2017 Llanos Merín Prevalencia vital: entre un 0.2 y un 1.2% en la población general (normalmente se afirma que es de un 1%). Estos son datos del TBI, dado que no hay apenas estudios de TBII o ciclotimia (si hubiera las cifras serian superiores). Los trastornos bipolares son padecidos por hombres y mujeres en la misma proporción. No existen diferencias en sexo en la edad de inicio de episodios depresivos, aunque las mujeres informan de más de ellos que los hombres (tienen una mayor probabilidad de tener diagnósticos de TB II que los hombres). En las mujeres el comienzo del primer ciclo maníaco-depresivo suele aparecer con un episodio depresivo, mientras que en los hombres suele aparecer con un episodio maníaco. Edad de comienzo: alrededor de 20-25 años, y en un 25% de los casos se diagnostica antes de los 17. Cuanto más precoz sea la edad de aparición, más probable es su asociación a un peor funcionamiento psicosocial, así como a tener una ciclación rápida en la edad adulta. Factores de riesgo: 1) Tener antecedentes familiares (aparece en el 50% de los familiares de primera línea). 2) El riesgo está creciendo en las generaciones más jóvenes. 3) Son más frecuentes en niveles socioeconómicos elevados, aunque las diferencias no son significativas. 4) Mayores tasas en solteros y divorciados que en casados. 5)En el caso de las mujeres, aproximadamente en un 30%, el primer episodio maníaco o depresivo se da durante el embarazo o postparto. 11.1. TRASTORNOS DEL ESTADO DE ÁNIMO: ASPECTOS CLÍNICOS Características básicas de la ciclotimia (DSM-IV-TR) A. Numerosos periodos con síntomas hipomaníacos y numerosos períodos con estado de ánimo deprimido o pérdida de placer (pero sin llegar a satisfacer los criterios de episodio depresivo mayor) durante al menos 2 años. B. Durante esos dos años no ha habido un período de más de 2 meses libre de los síntomas de A. C. Nunca se han cumplido criterios de episodio depresivo mayor. D. En los 2 primeros años del trastorno no ha existido un episodio maníaco. E. Los síntomas de A no son explicables por un trastorno psicótico como esquizofrenia o trastorno delirante. F. No es debido a medicamentos, drogas o una condición médica general. CICLOTIMIA La ciclotimia es un trastorno que se da con cierta frecuencia en los pacientes psiquiátricos ambulatorios. Es una variante de los trastornos bipolares más que un trastorno de la personalidad. Presenta un patrón semejante a los trastornos bipolares, pero con una sintomatología menos grave, y más continuada a lo largo del tiempo. Un paciente ciclotímico presenta periodos breves (entre 2-6 días) con depresión y euforia alternantes. También existe un "equilibrio" entre síntomas depresivos e hipomaníacos, aunque en algunos pacientes predominan más unos sobre otros (con más frecuencia los de depresión). Existe la hipótesis de que con un trastorno ciclotímico previo hay un riesgo mayor de tener un cuadro bipolar pleno o más intenso, pero no hay datos que lo confirmen por el momento. CURSO La edad normal de comienzo es en la adolescencia o el principio de la vida adulta. El curso es crónico, y uno de cada tres pacientes desarrolla en algún momento un trastorno mayor. EPIDEMIOLOGÍA Definición y cuso Características