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Monografías SERAM Imagen cardiovascular avanzada: RM y TC www.rinconmedico.org La medicina es una ciencia en permanente cambio. A medida que las nuevas investigaciones y la experiencia clínica amplían nuestro conocimiento, se requieren modificaciones en las modalidades terapéuticas y en los tratamientos farmacológicos. Los autores de esta obra han verificado toda la información con fuentes con- fiables para asegurarse que ésta sea completa y acorde con los estándares aceptados en el momento de la publicación. Sin embargo, en vista de la posibilidad de un error humano o cambios en las ciencias médicas, ni los autores, ni la editorial, o cualquier otra persona implicada en la preparación o la publicación de este traba- jo, garantizan que la totalidad de la información aquí contenida sea exacta o completa y no se responsabilizan de errores u omisiones o de los resultados obtenidos del uso de esta información. Se aconseja a los lectores confirmarla con otras fuentes. Por ejemplo, y en particular, se recomienda a los lectores revisar el prospec- to de cada fármaco que planean administrar para cerciorarse de que la información contenida en este libro sea correcta y que no se hayan producido cambios en las dosis sugeridas o en las contraindicaciones para su administración. Esta recomendación cobra especial importancia con respecto a fármacos nuevos o de uso infre- cuente. Los Editores han hecho todos los esfuerzos para localizar a los titulares del copyright del material fuente utilizado por el autor. Si por error u omisión, no se ha citado algún titular, se subsanará en la próxima reimpresión. Gracias por comprar el original. Esta monografía es producto del esfuerzo de profesionales como usted, o de sus profesores, si usted es estudiante. Tenga en cuenta que fotocopiarlo es una falta de respeto hacia ellos y un robo de sus derechos intelectuales. ISBN: 84-7903-896-9 Todos los derechos reservados. Este libro o cualquiera de sus partes no podrán ser reproducidos ni archivados en sistemas recuperables, ni transmitidos en ninguna forma o por ningún medio, ya sean mecánicos, electrónicos, fotocopiadoras, grabaciones o cualquier otro, sin el permiso previo de Editorial Médica Panamerica- na, S. A. © 2004, Sociedad Española de Radiología Médica (SERAM) © 2004, EDITORIAL MÉDICA PANAMERICANA, S. A. Alberto Alcocer, 24 - 28036 Madrid Depósito Legal: M. 39646 - 2003 Impreso en España Visite nuestra página web: http://www.medicapanamericana.com ARGENTINA Marcelo T. de Alvear 2.145 (C 1122 AAG) - Buenos Aires, Argentina Tel.: (54-11) 4821-2066 / Fax: (54-11) 4821-1214 e-mail: info@medicapanamericana.com COLOMBIA Carrera 7a A Nº 69-19 - Santa Fe de Bogotá DC - Colombia. Tel.: (57-1) 235-4068 / Fax: (57-1) 345-0019 e-mail: infomp@medicapanamericana.com.co ESPAÑA Alberto Alcocer, 24 - 28036 Madrid, España Tel.: (34-91) 1317800 / Fax: (34-91) 1317805 e-mail: info@medicapanamericana.es MÉXICO Calzada de Tlalpan Nº 5022 entre Tezoquipa y Michoacán Colonia La Joya - Delegación Tlalpan - 14090 - México D.F. - México Tel.: (52-55) 5573-2300 / Fax: (52-55) 5655-0381 e-mail: infomp@medicapanamericana.com.mx VENEZUELA Edificio Polar, Torre Oeste, Piso 6, Of. 6-C Plaza Venezuela, Urbanización Los Caobos, Parroquia El Recreo, Municipio Libertador - Caracas Depto. Capital - Venezuela Tel.: (58-212) 793-2857/6906/5985/1666 Fax: (58-212) 793-5885 e-mail: info@medicapanamericana.com.ve E D IT O R I A L M E D I C A IMAGEN cardiovascular avanzada: RM y TC / coordinadores, Francisco Tardáguila Montero, Joaquín Ferreirós Domínguez. — Madrid : Médica Panamericana, [2003]. — (Monografía SERAM) XII, 130 p. : il. col. ; 28 cm ISBN 84-7903-896-9 1. Aparato circulatorio—Diagnóstico por imagen. I. Tardáguila Montero, Francisco. II. Ferreirós Domínguez, Joaquín. III. Serie 616.1-073.75 Catalogación en Publicación de la Biblioteca Nacional IMAGEN CARDIOVASCULAR AVANZADA: RM Y TC Monografías SERAM Coordinadores: Francisco M. Tardáguila Montero Joaquín Ferreirós Domínguez IMAGEN CARDIOVASCULAR AVANZADA: RM Y TC E D IT O R I A L M E D I C A BUENOS AIRES - BOGOTÁ - CARACAS - MADRID - MÉXICO - SÃO PAULO www.medicapanamericana.com Sociedad Española de Radiología Médica www.rinconmedico.org Rosa Bouzas Sierra Hospital Xeral-C ies. Vigo (Pontevedra) Pilar Caro Mateo DADISA. Unidad de Resonancia magnética, Cádiz Julián Vicente Del Cerro González Fundación Hospital de Alcorcón (Madrid) Jaime Fernández Cuadrado Hospital Universitario La Paz, Madrid Gabriel C. Fernández Pérez Hospital POVISA. Vigo (Pontevedra) Joaquín Ferreirós Domínguez Hospital C línico San Carlos, Madrid Joaquín Gil Romero Hospital C línico de Valencia Jorge Guijarro Rosaleny Hospital C línico de Valencia Ramiro J. Hernández Hospital Mott Children's. Universidad de Michigan Ann Arbor, EEUU Elena Lonjedo Vicent Hospital Universitario Dr. Peset, Valencia Jesús López Lafuente Fundación Hospital de Alcorcón (Madrid) Antonio Luna Alcalá C línica Las N ieves, Jaén Luis Martí-Bonmatí Hospital Universitario Dr. Peset, Valencia Vicente Martínez de Vega Sanatorio N tra. Sra. Del Rosario, Madrid Vicente Martínez Sanjuán Exploraciones Radiológicas Especiales, S.A. (ERESA). Valencia Ramiro Méndez Fernández Hospital C línico San Carlos, Madrid. Laura O leaga Zufiría Hospital de Basurto, Bilbao Julio Palmero da Cruz Hospital C línico de Valencia Ramón Ribes Bautista Hospital Reina Sofía, Córdoba Esther Rodríguez García Hospital Juan Canalejo, La Coruña Ildefonso Roldán Torres Hospital Universitario Dr. Peset, Valencia Fermín Sáez Garmendia Hospital de Cruces. Cruces. Baracaldo (Vizcaya) Rafaela Soler Fernández Hospital Juan Canalejo, La Coruña Alberto Sonlleva Ayuso Exploraciones Radiológicas Especiales, S.A. (ERESA). Valencia Francisco M. Tardáguila Montero Hospital POVISA, Vigo (Pontevedra) Isabel Torres Sánchez Hospital Universitario La Paz, Madrid Jose María Vida López Hospital Reina Sofía, Córdoba Índice de autores La comisión científica de la Sociedad Española de Radiología (SERAM) ha decidido la elaboración de una monografía anual sobre diversos aspectos de nuestra especialidad que, a nuestro juicio, pudieran ser de utilidad para los radiólogos. Es de todos conocido que vivimos en un momento en el que la información científica es cuantiosa, acaso en exceso, sin embargo actualizaciones globales de algún tema escritas en español, y dirigidas al ámbito radiológico latinoamericano son escasas. Por ello hemos pensado que sería de interés general la elaboración de un libro en el cual apareciesen una serie de artículos con una estructura homogénea, que partiendo de un nivel elemental, apropiado para residentes en período de formación, consiguiese ser además una puesta al día actualizada que lo haga útil para la generalidad de los especialistas. Hemos pensado iniciar este camino con una monografía dedicada a la imagen cardiovascular avanzada. Nos parece apropiado este tema porque en él se unen dos aspectos cruciales: primero, es un tema objeto de profundas transformaciones que afectan al manejo radiológico de un gran número de pacientes. Segundo, buena parte de los radiólogos no están familiarizados con la patología cardíaca, cuyo diagnóstico por la imagen ha estado tradicionalmente en manos de los cardiólogos. La aparición de los TC multidetectores, capaces de visualizar y diagnosticar las enfermedades de las arterias coronarias, así como la generalización de las técnicas de perfusión y viabilidad miocárdica en la RM hacen inaplazable la entrada de los radiólogos en el diagnóstico de esta patología, y debemos hacerlo además con un alto nivel de conocimientos y calidad. Pese a todo lo dicho, no significa que nuestra vocación sea dedicarnos en exclusiva a temas nuevos relacionados con la alta tecnología, y como demostración de esto, estamos ya trabajando en la elaboración de una segunda monografía que tratará sobre «La Radiología que dejamos de lado», haciendo referencia a ese gran número de exploracionesradiológicas que en muchos hospitales no son informadas, incluyendo parte de la traumatología con aspectos tan destacados como fracturas, valoración de prótesis, escoliosis con sus mediciones, radiología dental, ortopantomografía, TC dentales o la densitometría ósea. La Comisión Científica parte del convencimiento absoluto de que no debería existir ninguna exploración de imagen sin su correspondiente informe radiológico riguroso, para lo cual se requieren conocimientos básicos sobre estas materias, lo que justifica sobradamente una monografía dedicada a este fin, pudiendo servir además como libro de consulta sobre estos temas. Es nuestra vocación servir a la Radiología y a los radiólogos. Y creemos que esto debe ser una labor colectiva de toda nuestra sociedad, por ello los autores de los artículos serán mayoritariamente miembros de la misma, quienes trabajarán con dedicación y alto nivel de calidad en los temas sobre los cuales escriban sus artículos y que se caracterizarán además por su capacidad docente, con acreditada aptitud para transmitir conocimientos. Sin embargo, no renunciamos a recurrir al concurso de expertos, miembros de Prólogo otras sociedades científicas, muy especialmente de aquellas de habla hispana, otros especialistas o incluso miembros de otras profesiones (como pudieran ser físicos, ingenieros, etc.), cuando el tema lo requiera. La comisión científica de la SERAM es responsable de la elección del tema y de la elaboración del índice de cada monografía, así como de la selección de los autores de los trabajos. Los directores son responsables de la coordinación y de la revisión de los artículos antes de su publicación. Además, hay detrás de cada uno de estos ejemplares el trabajo de muchas personas sin las cuales no sería posible su elaboración, y muy especialmente el personal de la secretaría de la SERAM, a quienes quiero manifestar mi reconocimiento y gratitud por su profesionalidad y paciencia. Por último, el hecho de que una sociedad científica con recursos económicos limitados decida utilizarlos para financiar un trabajo como éste define mejor que cualquier discurso los objetivos que ésta persigue. Por todo ello y por tomar la decisión de respaldar esta aventura quiero dar las gracias a la junta directiva de la SERAM y expreso desde aquí mi confianza en que este libro demuestre que no se han equivocado. Francisco M. Tardáguila Montero Presidente de la comisión científica de la SERAM VIII PRÓ LO GO www.rinconmedico.org La función más importante de una sociedad científica como la SERAM es la de promover el conocimiento en el colectivo de profesionales que se agrupa a través de la formación continuada. Uno de los instrumentos más importantes, para conseguir este objetivo, es la promoción de materiales que faciliten el acceso a una información científica de forma integrada, rigurosa y actualizada. Nuestra Sociedad tiene delegada en su Comisión Científica, presidida por el doctor Francisco M. Tardáguila, la responsabilidad de garantizar el máximo rigor en la selección de autores, producción de materiales y acreditación de actividades relacionadas con la formación de sus miembros; manteniendo un criterio de equilibrio entre las distintas áreas de conocimiento de nuestra especialidad y con una especial sensibilidad para incidir en los temas emergentes y en las nuevas disciplinas que debemos incorporar en nuestra práctica profesional. La Junta Directiva de la SERAM ha decidido apoyar la iniciativa de su Comisión Científica para la publicación de estas Monografías con periodicidad anual. También nos planteamos como objetivo abrir la participación en su elaboración a profesionales de otras Sociedades, especialmente las integradas en el Colegio Interamericano de Radiología, y a otras disciplinas además de la Radiología. Los miembros de la SERAM tenemos que reconocer y agradecer la contribución de los autores de esta monografía y de las que la seguirán, por el esfuerzo y nivel científico de sus aportaciones que les prestigian a ellos y a nuestra Sociedad. Personalmente quiero agradecer por su trabajo y generosidad a todos los miembros de la Comisión Científica y a la doctora Laura Oleaga, Vicepresidenta de la SERAM, por su especial dedicación a este proyecto. Lluís Donoso Bach Presidente de la SERAM Introducción Prólogo ................................................................................................................................ VII Francisco M. Tardáguila Montero Introducción ....................................................................................................................... IX Lluís Donoso Bach Capítulo 1. Corazón: lo que el radiólogo debe conocer................................................................... 1 Laura Olega Zufiría Capítulo 2. Estudio cardíaco con RM: morfología y función ............................................................ 11 Esther Rodríguez García y Rafaela Soler Fernández Capítulo 3. Características y aplicaciones clínicas de la RM en el estudio de las miocardiopatías . 27 Rafaela Soler Fernández y Esther Rodríguez García Capítulo 4. Viabilidad miocárdica ........................................................................................................ 39 Luis Martí-Bonmatí e Ildefonso Roldán Torres Capítulo 5. Estrés miocárdico .............................................................................................................. 47 Alberto Sonlleva Ayuso y Vicente Martínez Sanjuán Capítulo 6. Cardiopatías congénitas. RM ........................................................................................... 57 Fermín Sáez Garmendia y Ramiro J. Hernández Capítulo 7. Patología coronaria ........................................................................................................... 69 Vicente Martínez de Vega Capítulo 8. Fisiopatología de la placa de ateroma ............................................................................ 75 Gabriel C. Fernández Pérez Capítulo 9. Tumores y otras masas cardíacas .................................................................................... 79 Antonio Luna Alcalá, Ramón Ribes Bautista y Pilar Caro Mateo Capítulo 10. Enfermedad pericárdica ................................................................................................... 87 Ramón Ribes Bautista, Antonio Luna Alcalá, Pilar Caro Mateo y José María Vida López Capítulo 11. Síndrome aórtico agudo ................................................................................................... 93 Francisco M. Tardáguila Montero Capítulo 12. Tromboembolismo pulmonar: angiografía pulmonar con TC helicoidal y ARM 3D con contraste...................................................................................................................... 101 Jaime Fernández Cuadrado y M. Isabel Torres Sánchez Capítulo 13. Angio-RM y angio-TC de miembros inferiores .............................................................. 107 Julio Palmero da Cruz, Joaquín Gil Romero, Jorge Guijarro Rosaleny y Elena Lonjedo Vicent Índice Capítulo 14. Angio-RM y angio-TC de las arterias renales ................................................................ 113 Ramiro Méndez Fernández y Joaquín Ferreirós Domínguez Capítulo 15. Angio-TC y angio-RM de las arterias viscerales ............................................................ 119 Rosa Bouzas Sierra Capítulo 16. Troncos supraaórticos (Eco, TC, RM) ............................................................................. 125 Julián Vicente del Cerro González y Jesús López Lafuente Preguntas de la monografía .................................................................................................................. 131 Índice analítico ........................................................................................................................................ 147 XII ÍNDIC E www.rinconmedico.org INTRODUCCIÓN L as enfermedades cardiovasculares, hipertensión, enfermedad coronaria,malformaciones congénitas cardíacas, miocardio- patías, infartos cerebrales y enfermedad vascular periférica, consti- tuyen la primera causa de morbilidad y mortalidad en los países desarrollados. En España se producen al año unas 40.000 muer- tes por cardiopatía isquémica1. El desarrollo de nuevos métodos de imagen no invasivos para el diagnóstico y monitorización de las enfermedades cardiovascu- lares ha supuesto una gran revolución en la últimas dos décadas. Estas técnicas han ido progresivamente reemplazando al cateteris- mo y a la angiografía. El avance que se ha conseguido ha modificado de forma sus- tancial el algoritmo diagnóstico en todo tipo de enfermedades car- diovasculares, tanto congénitas como adquiridas2. Dentro de los procedimientos no invasivos de que dispone- mos actualmente se incluyen la ecografía, la tomografía computa- rizada (TC), la resonancia magnética (RM), la gammagrafía (Talio- 201, Tc-99 [sestamibi]), la tomografía con fotones (SPECT) y por emisión de positrones (PET)2. Tradicionalmente el estudio de la patología cardíaca se basaba en la demostración de alteraciones morfológicas mediante la rea- lización de una Rx de tórax, angiografía o cateterismo. La intro- ducción de otros métodos de imagen, como la ecocardiografía (transtorácica, transesofágica) o la medicina nuclear, permitió obte- ner no solamente datos morfológicos sino también cuantificarlos, pudiendo así determinar la función cardíaca. Esta información cuan- titativa tiene una gran importancia pues permite determinar de una forma objetiva los efectos del tratamiento médico o quirúrgico3, 4. Los radiólogos nos hemos mantenido al margen del diagnósti- co de las enfermedades cardiovasculares, debido a que tanto el cateterismo como la ecocardiografía han estado a cargo de los ser- vicios de cardiología. Los equipos actuales de TC y RM, gracias al gran desarrollo téc- nico que han alcanzado, permiten también realizar análisis cuanti- tativos de la función cardíaca, lo que ha contribuido actualmente al mayor interés de los radiólogos en este campo. Si no queremos perder la oportunidad de participar en este área, es necesario alcanzar un alto nivel de competencia que nos permita conseguir reconocimiento dentro de la comunidad médica. Para poder ser competitivos es necesario un conocimiento profundo tanto de la patología que afecta a este tipo de pacientes como de los dife- rentes métodos de diagnóstico de que disponemos para su estudio. MÉTODOS DE IMAGEN E l diagnóstico de la mayoría de las enfermedades cardiovascu- lares se realiza actualmente mediante métodos de imagen no invasivos. D isponemos de una gran cantidad de procedimientos que pueden ser empleados para el diagnóstico de este tipo de pato- logía. Cada técnica tiene sus aplicaciones así como sus ventajas e inconvenientes y es necesario conocerlas para poder aplicarlas de una forma racional2. Dentro de las técnicas no invasivas de que disponemos en los servicios de radiología se incluyen: la Rx de tórax, la TC y la RM. 1. Rx tórax La Rx de tórax sigue siendo un elemento básico y debe ser el primer estudio a realizar en un paciente con sospecha de enfer- medad cardiovascular. En primer lugar porque se trata de un pro- cedimiento rápido, seguro y barato. Permite excluir otro tipo de patología que puede ser la causante de los síntomas del paciente y puede estar provocando una sinto- matología similar. En una Rx de tórax podemos analizar el tamaño y morfología de las cámaras cardíacas y los grandes vasos, así como su posición. También nos permite demostrar calcificaciones cardíacas, en las arterias coronarias o en el pericardio, que pueden ayudarnos en el diagnóstico. Finalmente es un método excelente para evaluar la hemodiná- mica pulmonar, tanto los signos de edema pulmonar como de fallo cardíaco, permitiendo detectarlos antes incluso de que aparezcan los síntomas físicos2. 2. Tomografía computarizada La TC , fundamentalmente tras la aparición de los equipos heli- coidales con múltiples detectores, y la TC con haz de electrones han supuesto una revolución en el diagnóstico de las enfermeda- 1 Corazón: lo que el radiólogo debe conocer LLaauurraa OOlleeaaggaa ZZuuffiirrííaa des cardiovasculares. Se ha conseguido reducir de forma conside- rable el tiempo de adquisición y reconstrucción de las imágenes, mejorando la resolución temporal de los estudios; por otro lado, se ha avanzado en la obtención de imágenes con una mayor reso- lución espacial2. Actualmente la adquisición de las imágenes es tan rápida que se pueden obtener estudios en tiempo real del corazón, lo que unido a la utilización de espesores de corte finos permite realizar reconstrucciones en todos los planos anatómicos cardíacos, así como reconstrucciones en tres dimensiones (3D). Las aplicaciones fundamentales de la TC incluyen el estudio de la aorta, tanto en la evaluación de los aneurismas, las disecciones y las arterias coronarias. Puede también utilizarse para demostrar aneurismas ventriculares, enfermedad pericárdica, permeabilidad de las prótesis en arterias coronarias y actualmente se está emplean- do también para el diagnóstico de los infartos con estudios de per- fusión del miocardio3. Presenta una gran efectividad en la evalua- ción de calcificaciones tanto en las válvulas como en las arterias coronarias o en el pericardio. 3. Resonancia magnética Los equipos de RM han mejorado de forma sustancial en la últi- ma década, lo que ha contribuido a ampliar su espectro de aplica- ciones en las enfermedades cardiovasculares. Una de las principales limitaciones de la RM para su aplicación en el estudio del corazón es el movimiento cardíaco. Actualmen- te esta limitación ha sido superada gracias al diseño y desarrollo de nuevas bobinas y secuencias que proporcionan imágenes con una gran resolución y contraste en un período de tiempo muy corto. Estas nuevas secuencias se han diseñado para obtener imáge- nes sincronizadas con el movimiento cardíaco. Al mismo tiempo, debido a que su tiempo de adquisición es corto se pueden realizar los estudios en apnea, reduciéndose así no solamente los artefac- tos provocados por el movimiento cardíaco sino también aquellos ocasionados por el movimiento respiratorio. La RM ya no se emplea solamente para el estudio morfológico del corazón sino que se ha convertido en uno de los principales instrumentos para el estudio de la fisiopatología cardíaca4. Las aplicaciones actuales de la RM incluyen la evaluación de las malformaciones congénitas, estudio de la aorta, cuantificación de flujo, cuantificación y estudio de la función miocárdica, estudios de perfusión en el diagnóstico de los infartos, viabilidad miocárdica y estudio de las arterias coronarias2, 3, 4. 4. Planos de imagen Debido a la situación del corazón dentro la cavidad torácica, el eje del corazón tiene una disposición oblicua con respecto al eje del cuerpo, por lo que al evaluar las cámaras cardíacas los estudios se planifican en relación al eje del corazón, no en relación al eje del cuerpo. La terminología que se emplea para denominar los planos anatómicos del corazón se ha venido utilizando de forma rutinaria en los estudios de ecografía y debemos familiarizarnos con ella5. El plano de dos cámaras o eje largo es paralelo al septo interven- tricular; el plano de cuatro cámaras es coronal con respecto al eje del corazón y perpendicular al plano sagital o de dos cámaras, y el plano de eje corto es perpendicular a los dos anteriores, es decir, perpendicular al septo interventricular (Fig. 1.1). EVALUACIÓN DEL SISTEMA CARDIOVASCULAR E l principal objetivo de los métodos de imagen, en la evalua- ción del sistema cardiovascular, es determinar la función car- díaca. Es necesario proporcionar imágenes estáticas morfológicas de calidad adecuada del corazón y obtener datos sobre la función cardíaca. Para realizar un seguimiento adecuado de estos pacientes, es importante conocer qué datos sobre morfología, tamaño, diáme- tros o función necesitan saber el clínico o el cirujanopara poder rea- lizar una correcta planificación del tratamiento médico o quirúrgico. 1. Ventrículos La función del corazón es suministrar oxígeno y nutrientes a las células y eliminar dióxido de carbono. La sangre desaturada es reco- gida por la vena cava superior, la vena cava inferior y el seno coro- nario, pasa a las cavidades derechas del corazón y es bombeada a la circulación pulmonar. Las cavidades izquierdas del corazón reci- ben la sangre oxigenada a través de las venas pulmonares y bom- bean esta sangre a través de la aorta a la circulación sistémica6. El ventrículo derecho soporta presiones bajas, de 25 mmHg, y el ventrículo izquierdo sin embargo soporta presiones más altas, de 125 mmHg. Esta diferencia de presiones hace que la pared del ventrículo derecho sea más delgada (2-3 mm) que la pared del ven- trículo izquierdo (7-12 mm) (Tabla 1.1). La capacidad de llenado y expulsión de sangre de los ventrícu- los viene determinada por la fuerza prellenado y postllenado y por la contractilidad. 2 IMAGEN C ARDIO VASC ULAR AVANZADA: RM Y TC Eje corto C uatro cámaras Dos cámaras (eje largo) AO AP AD AI VI VD Figura 1.1. Representación de los planos de imagen siguiendo el eje del corazón: eje largo (dos cámaras): paralelo al septo interventricu- lar; cuatro cámaras: plano oblicuo a lo largo del eje longitudinal del corazón; eje corto: perpendicular al septo interventricular y paralelo al plano valvular. La fuerza prellenado es la fuerza que distiende el miocardio antes de su contracción. Cuanto mayor es el volumen de sangre en el ventrículo más distendido está el miocardio y mayor es la pre- sión al final de la diástole7, 8, 9. La fuerza postllenado es la resistencia contra la cual el ventrículo se contrae. Viene determinada por la impedancia de la aorta y la arteria pulmonar, la resistencia arterial, la resistencia vascular peri- férica, la presión final diastólica, la masa sanguínea y la viscosidad de la sangre. La fuerza postllenado aumenta en la hipertensión y dis- minuye en los casos de insuficiencia aórtica o mitral7, 8, 9. La contractilidad es la fuerza de contracción de las fibras del miocardio. Ventrículo izquierdo La determinación de la función ventricular izquierda es un com- ponente esencial de la evaluación de todo paciente con enferme- dad cardíaca. Es necesaria una valoración tanto cualitativa como cuantitativa del ventrículo izquierdo. La ecografía es el método de elección para el estudio de la fun- ción cardíaca, pero tiene sus limitaciones en pacientes con una mala ventana acústica8. Actualmente tanto la TC como la RM pueden aportar datos sobre la función cardíaca. Los estudios sobre función cardíaca se han centrado más en la RM y los avances que se están producien- do en este campo hacen pensar que la demanda de estudios car- díacos en el futuro va a aumentar de forma considerable7, 8, 9. Los datos de función cardíaca que vamos a evaluar en el ven- trículo izquierdo son los siguientes: 1. Volumen ventricular. 2. Fracción de eyección. 3. Masa miocárdica. 4. Contractilidad del miocardio. Volumen ventricular. El volumen del ventrículo izquierdo y su fracción de eyección constituyen unos índices diagnósticos y pro- nósticos muy importantes7, 8, 9, 10. Para medir el volumen ventricular es necesario obtener los datos en al menos dos fases del ciclo cardíaco, al final de la sístole y al final de la diástole. Se debe medir en imágenes obtenidas siguiendo los ejes cardíacos, bien utilizando el plano de dos cámaras (eje largo) o el plano de eje corto, contorneando el borde del endocardio y el epicardio en la fase telesistólica y telediastólica del ciclo cardíaco (Fig. 1.2 a y b). Fracción de eyección. La medición que la mayoría de los car- diólogos requieren para valorar la función sistólica global del ven- trículo izquierdo es la fracción de eyección. Constituye el principal factor predictivo de repetición de un nuevo episodio y de muerte en pacientes con enfermedad coronaria7, 8, 11. Representa el porcentaje o fracción de volumen diastólico del ventrículo izquierdo que es bombeado en la sístole, los valores nor- males varían entre el 50 y el 70% (Tabla 1.1). Se calcula midiendo el volumen telesistólico y telediastólico y calculando la diferencia mediante la siguiente fórmula: Fracción de eyección = volumen telediastólico - - volumen telesistólico/volumen telediastólico Masa cardíaca. La masa cardíaca tiene una gran importancia clínica, diagnóstica y para evaluar la eficacia del tratamiento. C O RAZÓ N : LO Q UE EL RADIÓ LO GO DEBE C O NO C ER 3 TABLA 1.1 Valores normales de medidas cardíacas Ventrículo izquierdo: Fracción de eyección 50-70% Grosor pared septa l anterior 0 ,7-1 ,2 cm Grosor pared posterola tera l 0 ,7-1 ,2 cm Ventrículo derecho: Eje mayor 6 ,5-9 ,5 cm Eje menor 2 ,2-2 ,4 cm Grosor pared 0 ,2-0 ,3 cm Aurícula izquierda: Diámetro 1 ,9-4 cm Pericardio: Grosor 0 ,3-0 ,4 cm a b Figura 1.2. RM eco de gradiente eje largo (dos cámaras). Volumen ventricular: a) Medida del volumen del ventrículo izquierdo en fase tele- sistólica. b) Medida del volumen del ventrículo izquierdo en fase telediastólica. Para medir la masa cardíaca se emplea el plano de eje corto, diversos estudios han demostrado que éste es el más apropiado para medirla. La medición puede realizarse en la fase telediastólica del ciclo cardíaco o telesistólica7, 8, 9, 10. El cálculo se realiza deter- minando el área epicárdica y endocárdica, que se calcula contor- neando el epicardio y el endocardio, la diferencia corresponde al miocardio (Fig. 1.3). Contractilidad. O tro dato a valorar sobre función cardíaca es el movimiento de la pared ventricular y el espesor de la misma7, 8, 9, 10. El movimiento debe ser valorado en los tres ejes del corazón (dos cámaras, cuatro cámaras, eje corto). La medida del espesor de la pared se realiza en fase telediastólica (Fig. 1.4) (espesor de la pared del ventrículo izquierdo 9 mm). O tros conceptos que debemos conocer en relación al ven- trículo izquierdo son los de perfusión y viabilidad del miocardio. Perfusión. La perfusión miocárdica indica la cantidad de sangre que llega e irriga el miocardio. En los pacientes con enfermedad isqué- mica hay una disminución del flujo debido a diferentes grados de este- nosis de las arterias coronarias, lo que provoca una disminución del aporte de oxígeno al miocardio. Inicialmente esa hipoperfusión ocu- rre en el área subendocárdica y luego se extiende a medida que el flujo disminuye a todo el espesor de la pared del miocardio12. Existen diferentes técnicas para evaluar la perfusión del mio- cardio, entre otras: PET, SPECT, ecografía con contraste, TC y RM. Desde el punto de vista clínico es la PET el método que propor- ciona los datos más precisos en cuanto a cuantificación de la per- fusión. Recientemente la RM se está convirtiendo en un claro com- petidor en este campo. D iversos trabajos han publicado la sensibilidad y especificidad comparativa entre las diferentes técni- cas en la evaluación de las alteraciones de perfusión, la sensibilidad de la SPECT varía entre un 79-96% con una especificidad entre 53-76%, la PET presenta una sensibilidad del 82-97% con una especificidad entre 82-100% y la RM, una sensibilidad entre 60- 90% con especificidad entre 60-100%10, 12, 13. Debido a la gran cantidad de métodos que se han empleado en el estudio de la perfusión cardíaca y las diferencias en cuanto a nomen- clatura, que han utilizado cada uno de ellos, no existen datos consis- tentes que puedan comparar unas técnicas con otras. De ahí que para homogeneizar este lenguaje, las diferentes sociedades científi- cas implicadas en el manejo de estos pacientes y técnicas, en un inten- to de que la nomenclatura que se utilice sea siempre la misma y haya una consistencia entre los datos que se obtengan, han creado una división del miocardio en segmentos, atribuyendo a cada uno de ellos un número y nombre basándose en su localización anatómica y per- mitiendo unir esta nomenclatura a la distribución topográficade las arterias coronarias. Es muy importante familiarizarse con este len- guaje para utilizarlo en los informes radiológicos como método de comunicación con los clínicos5. En este esquema de segmentos el ventrículo izquierdo se divi- de en tres secciones iguales perpendiculares al eje largo del cora- zón: una basal, que pasa por el anillo de la válvula mitral; otra en la parte central de la cavidad cardíaca, en la región de los múscu- los papilares; y otra apical, distal a los músculos papilares. A su vez estas tres secciones las vamos a dividir en segmentos de forma cir- cunferencial, aplicando un número a cada uno de ellos. Cada seg- mento esta irrigado por una de las tres ramas de las arterias coro- narias y a cada uno se le asigna la rama que le corresponde (Fig. 1.5). Este esquema es una forma gráfica y sencilla de determinar qué segmentos del miocardio están afectados y qué arterias son las implicadas. Además de utilizar este gráfico de segmentación cardíaca para valorar los defectos de perfusión, lo vamos a usar para evaluar la contractilidad cardíaca con el objetivo de determi- nar lo segmentos disquinéticos5. Viabilidad. El término viable cuando se refiere al miocardio significa tejido que presenta una alteración de su función (aquine- sia o disquinesia) pero que es susceptible de recuperarse. La detec- ción de la viabilidad miocárdica en pacientes con enfermedad isqué- mica cardíaca es de gran trascendencia, desde el punto de vista clínico, para la planificación del tratamiento. Esto es debido a que la revascularización de un tejido miocárdico con una alteración de su función, pero viable, puede mejorar la función del ventrículo izquierdo y con ello la supervivencia de los pacientes14, 15, 16, 17. Una alteración de la función del miocardio puede estar pro- ducida por una disminución aguda, subaguda o crónica de la per- 4 IMAGEN C ARDIO VASC ULAR AVANZADA: RM Y TC Figura 1.3. RM eco de gradiente eje corto. Masa cardíaca. Repre- sentación del cálculo de la masa cardíaca trazando el contorno epicár- dico y el contorno endocárdico, la diferencia corresponde al miocardio. Figura 1.4. RM eco de gradiente eje corto. Espesor del miocardio. Medida del grosor del miocardio en fase telediastólica en la pared sep- tal y en la pared libre. fusión del mismo. Los términos que se utilizan para describir la dis- función del miocardio son los de miocardio aturdido y miocardio hibernado. Ambos términos indican una alteración de la función pero que puede recuperarse, bien de forma espontánea (mio- cardio aturdido) bien tras la revascularización (miocardio hiberna- do). El miocardio aturdido se produce en casos de infarto agudo, en los que hay una revascularización espontánea del tejido afec- tado pero persiste la alteración de la contractilidad; el miocardio hibernado ocurre en situaciones de reducción crónica de la per- fusión. En estos casos hay una alteración tanto de la perfusión como de la función miocárdica. Es importante diferenciar el tejido viable del tejido infartado, primero porque este dato cambia el pronóstico y segundo porque también modifica el tratamiento. La función del miocardio de esas áreas viables puede recuperarse empleando técnicas de revascu- larización, como la angioplastia, prótesis endoluminales o deriva- ciones. Mediante la utilización de diferentes métodos de imagen, como la PET, la gammagrafía, la ecografía de stress y la RM, vamos a poder determinar las áreas del miocardio que son susceptibles de recu- perarse, si se realiza una terapia de revascularización adecuada, y diferenc iarlas de las zonas de miocardio que están necrosadas y que no van a recuperarse aunque se revascularicen. Esto permi- te una mejor planificación y selección de los pacientes que van a ser sometidos a este tipo de procedimientos14, 15. La RM está adquiriendo actualmente mayor protagonismo en este terreno porque la resolución espacial de los estudios de RM está mejorando de forma sustancial y este tipo de estudios son téc- nicamente muy sencillos de realizar e interpretar y no requieren mucho tiempo de exploración16, 17. Ventrículo derecho El ventrículo derecho bombea sangre desaturada al lecho vascu- lar pulmonar que tiene una baja resistencia. La circulación pulmo- nar constituye un sistema de corto recorrido y de baja presión, 25 mmHg. El ventrículo derecho bombea la misma cantidad de san- gre que el ventrículo izquierdo pero a una presión menor, de ahí que el espesor de su pared sea menor (2-3 mm) que el de la pared del ventrículo izquierdo18. La anatomía del ventrículo derecho es compleja y en realidad no está localizado a la derecha sino que es anterior y está situado en la línea media. La cavidad del ventrículo se divide en dos por- ciones: el tracto de entrada del ventrículo y el tracto de salida. El tracto de entrada está formado por la válvula tricúspide, las cuer- das tendinosas, los músculos papilares y las trabéculas del miocar- dio que rodean a la válvula tricúspide. El tracto de salida del ven- trículo derecho es el área por la que sale la sangre desde el ventrículo hacia la válvula pulmonar y está rodeado por el infundíbulo ven- tricular, que es la porción muscular del ventrículo derecho que sepa- ra la válvula pulmonar de la válvula tricúspide18. Debido a su localización, variaciones en su morfología, secun- darias a alteraciones de su función, pueden no provocar cambios en el contorno de la silueta cardíaca en las radiografías de tórax. Podremos observar aumentos de tamaño del ventrículo derecho en defectos interventriculares con comunicación izquierda-dere- cha o en casos de insuficiencia tricuspídea. La angiografía permite evaluar de una forma directa la estruc- tura interna de la cavidad ventricular y hacer una estimación en dos planos del volumen ventricular y del movimiento de la pared, pero se trata de una técnica invasiva. C O RAZÓ N : LO Q UE EL RADIÓ LO GO DEBE C O NO C ER 5 AC I AC D AC 13 16 15 14 9 10 11 128 7 2 1 6 5 4 3 17 Apical Medial Basal EJE LARGOEJE CORTO 1. Basal anterior 8. Medial anteroseptal 15. Apical inferior 2. Basal anteroseptal 9. Medial inferoseptal 16. Apical lateral 3. Basal inferoseptal 10. Medial inferior 17. Apex 4. Basal inferior 11. Medial inferolateral ACD: arteria coronaria derecha 5. Basal inferolateral 12. Medial anterolateral ACI: arteria coronaria izquierda descendente 6. Basal anterolateral 13. Apical anterior AC: arteria circunfleja izquierda 7. Medial anterior 14. Apical septal Figura 1.5. Representación gráfica de los segmentos cardíacos y su irrigación. El examen ecocardiográfico del ventrículo derecho tiene muchas limitaciones, debido precisamente a su localización y a su comple- ja anatomía, siendo difícil calcular el volumen ventricular o la frac- ción de eyección8. Hasta la aparición de la RM el estudio de las lesiones del ven- trículo derecho estaba relegado a la evaluación de pacientes con cardiopatías congénitas. La capacidad de la RM para la visualización de las cámaras cardíacas y su función está haciendo que cada vez se evalúe más la función ventricular derecha. Actualmente se están obteniendo datos de función, semejantes a los que se obtienen del ventrículo izquierdo, que podrán aportar en un futuro información diagnóstica y pronóstica sobre patología de las cavidades derechas y la repercusión en ellas de las enfermedades pulmonares. Hasta ahora no se ha incorporado a los exámenes de rutina el cálculo del volumen del ventrículo derecho y las mediciones que se hacen generalmente, tanto en ecografía como en RM, son medidas bidi- mensionales (Tabla 1.1), tomadas sobre una proyección de cuatro cámaras en fase telediastólica en la que se mide la distancia desde el anillo del ventrículo (que corresponde al plano valvular) hasta la punta, este es el eje largo o longitudinal del ventrículo. El eje corto o transverso del ventrículo se mide en la parte central de la cavi- dad (Fig. 1.6). El estudio de la patología del ventrículo derecho requiere la eva- luación del tamaño y espesor de lapared del ventrículo y de las anomalías cardiovasculares asociadas que pueden se las causantes de la disfunción ventricular. La disfunción del ventrículo derecho puede estar causada por afectación del ventrículo izquierdo o por enfermedad pulmonar, o ser debida a una afectación primaria mio- cárdica. Si hay un aumento de la fuerza prellenado del ventrículo, éste se dilata; y si hay un aumento de la fuerza postllenado, éste se hipertrofia8, 18. La causa más frecuente de fallo cardíaco derecho es el fallo car- díaco izquierdo crónico, incluyendo la arterioesclerosis coronaria, la isquemia cardíaca, la estenosis e insuficiencia mitral, la hiperten- sión crónica y la estenosis aórtica. En todas estas enfermedades, con la excepción de la estenosis mitral, se produce un aumento de la presión diastólica del ventrículo izquierdo, que hace que la presión en la aurícula izquierda aumente y como consecuencia se produzca un aumento de la presión pulmonar. Cuando hay un aumento de la presión pulmonar la respuesta del ventrículo dere- cho es bombear a mayor presión, dando lugar a una hipertrofia ventricular. Los pacientes con enfermedades pulmonares también presen- tan un aumento de la presión pulmonar, y este aumento de la resis- tencia pulmonar conduce también a una hipertrofia del ventrículo derecho. El infarto del ventrículo derecho en ausencia de infarto del ven- trículo izquierdo es muy raro. Se encuentra en asociación al infar- to del ventrículo izquierdo en una cuarta parte de los casos de infar- to de pared inferior y solamente la mitad de e llos presentarán alteración de la función del ventrículo derecho. La miocardiopatía hipertrófica puede afectar al ventrículo dere- cho pero es raro que tenga repercusión clínica. La displasia arritmogénica del ventrículo derecho es una car- diomiopatía de etiología desconocida, que se caracteriza por una taquicardia ventricular cuyo origen asienta en el ventrículo dere- cho. Su pared aparece adelgazada con disquinesia o acinesia e infil- tración grasa. Actualmente la RM es la técnica de elección en el diagnóstico de esta enfermedad. Debido al gran contraste que pro- porciona entre los tejidos, es capaz de caracterizar las áreas de infil- tración grasa de la pared ventricular, que son tan características de esta enfermedad, junto con las alteraciones de la motilidad18. 2. Aurículas La sangre es continuamente recogida en las aurículas. Durante la sístole, cuando las válvulas atrioventriculares están cerradas, las aurículas tienen una función de reservorio y durante el llenado ven- tricular actúan como conductoras de la sangre, únicamente duran- te la contracción auricular tienen una función, propiamente dicha, favorecedora del llenado ventricular. Debido a que no hay válvu- las en las venas pulmonares puede haber un llenado retrógado de las mismas durante la contracción de las aurículas. La aurícula dere- cha recibe la sangre de la cava superior e inferior y la aurícula izquier- da recibe la sangre de las cuatro venas pulmonares. Al igual que con el ventrículo derecho, es difícil medir el volu- men de las aurículas8. La medición de la aurícula izquierda se rea- liza al final de la sístole, cuando la cavidad tiene su mayor volumen (Tabla 1.1). Se utiliza el plano de dos cámaras o cuatro cámaras para tal fin y se calcula midiendo los diámetros de los ejes mayor y menor (Fig. 1.7). En cuanto a la aurícula derecha, la cuantificación de su volumen o función hasta ahora ha suscitado poco interés. Es la ecografía el método de diagnóstico que se emplea en el estudio de las aurículas. 3. Válvulas cardíacas La función de las válvulas cardíacas es dirigir el flujo sanguíneo. Las cuatro válvulas cardíacas incluyen dos válvulas semilunares (aór- tica y pulmonar) y dos atrioventriculares (tricúspide y mitral). La estructura de las válvulas atrioventriculares y las semilunares es muy diferente pero ambas deben resistir altos gradientes de pre- sión cuando están cerradas y permitir un alto flujo con gradientes de presión bajos cuando se abren. 6 IMAGEN C ARDIO VASC ULAR AVANZADA: RM Y TC VD AD AI VI Figura 1.6. Representación esquemática del cálculo del volumen del ventrículo derecho, midiendo los diámetros máximo longitudinal y transversal. AI: aurícula izquierda, AD: aurícula derecha, VI: ventrículo izquierdo, VD: ventrículo derecho. Las válvulas cardíacas normales permiten un flujo unidireccio- nal, durante la diástole la sangre circula desde las aurículas a los ven- trículos a través de las válvulas mitral y tricúspide19, 20. La válvula mitral se localiza en el lado izquierdo, comunicando la aurícula y el ventrículo izquierdos. Tiene dos valvas, una anterior y otra posterior de menor tamaño, cada una de las cuales está for- mada por una lámina de tejido conectivo, el cual está firmemente unido al anillo valvular. La válvula tricúspide se sitúa en el lado derecho y tiene tres val- vas: anterior, posterior y septal. El borde libre de la válvula mitral y el de la tricúspide se unen por medio de las cuerdas tendinosas a los músculos papilares, que son las prolongaciones de la pared muscular de los ventrículos. La contracción de los músculos papilares durante la sístole previene e l prolapso de las válvulas hac ia las aurículas cuando la presión aumenta en los ventrículos6. Durante la sístole, la sangre es expulsada desde los ventrículos, a través de las válvulas aórtica y pulmonar, hasta la aorta y la arte- ria pulmonar respectivamente. Ambas válvulas son válvulas tricús- pides. La vá lvula aórt ica cont iene tres senos, l lamados senos de Valsalva: el seno anterior, desde el que sale la arteria coronaria derecha; el seno posterior izquierdo, desde el que sale la arteria coronaria izquierda; y el seno no coronario, que es el más infe- rior (Fig. 1.8). La afectación de las válvulas cardíacas puede ser congénita o adquirida. La incidencia de enfermedad valvular cardíaca es relati- vamente baja, si se compara con la incidencia de la cardiopatía isqué- mica, pero aun así provoca una morbilidad y mortalidad conside- rables21. La estenosis de la válvula aórtica puede localizarse en la propia válvula, por encima de ella o por debajo. La causa más frecuente en adultos de estenosis localizada en la propia válvula aórtica es la degeneración de una válvula morfológicamente normal, seguida de la degeneración de válvulas bicúspides y de la enfermedad reumá- tica. Las estenosis supra o subvalvulares son generalmente congé- nitas, aunque las subvalvulares pueden verse en casos de miocar- diopatías hipertróficas. Los hallazgos en imagen incluyen la presen- cia de una hipertrofia del ventrículo izquierdo junto con una dilatación posestenótica de la aorta ascendente. Las insuficiencias de la válvula aórtica pueden estar ocasionadas por enfermedad de la propia válvula o por dilatación de la raíz de la aorta. La causa más frecuente es la degeneración idiopática de la válvula. En adultos jóvenes la causa más frecuente es el síndrome de Marfan, que provoca una dilatación de la raíz de la aorta e insu- ficiencia valvular. O tras causas que pueden provocar insuficiencia de la válvula aórtica son las endocarditis, aneurismas, válvula bicús- pide, sífilis, trauma, enfermedad reumática, espondilitis anquilopo- yética y disección. Los estudios de imagen van a demostrar una dila- tación del ventrículo izquierdo. La estenosis de la válvula mitral es en general secundaria a enfer- medad reumática. Los hallazgos más frecuentes son la dilatación de la aurícula izquierda y de la orejuela junto con dilatación e hiper- trofia del ventrículo derecho. La insuficiencia mitral suele estar provocada por diferentes pro- cesos, entre los que se pueden incluir el infarto, enfermedades del colágeno, fiebre reumática o endocarditis. Esta insuficiencia valvu- lar va a provocar una dilatación del ventrículo izquierdo. La estenosis de la válvula tricúspide se asocia a la enfermedad reumática. O tras causas incluyen la atresia congénita y el síndrome carcinoide. La insuficiencia de la válvula tricúspidees debida general- mente a la dilatación del ventrículo izquierdo. La estenosis de la válvula pulmonar suele ser congénita y la insu- ficiencia se debe en general a dilatación del anillo valvular por hiper- tensión o endocarditis19. C O RAZÓ N : LO Q UE EL RADIÓ LO GO DEBE C O NO C ER 7 VD AD AI VI Figura 1.7. Representación esquemática del cálculo del volumen de la aurícula izquierda. AI: aurícula izquierda, AD: aurícula derecha, VI: ventrículo izquierdo, VD: ventrículo derecho. Figura 1.8. RM eco de gradiente axial. Corte axial realizado pasan- do por el plano valvular en el que se identifica la anatomía de la vál- vula aórtica cerrada con sus tres senos: scd (seno coronario derecho), del que sale la arteria coronaria derecha y el cual tiene una localiza- ción más anterior; sci (seno coronario izquierdo), del que sale la arte- ria coronaria izquierda y tiene una posición posterior; y snc (seno no coronario) es el más inferior. Actualmente el diagnóstico de las valvulopatías cardíacas se rea- liza mediante ecografía. La ecografía, fundamentalmente la ecogra- fía con Doppler color, permite valorar el grado de estenosis y de reflujo, así como los gradientes y mapas de flujo. El volumen ven- tricular, la fracción de eyección y la contractilidad cardíaca pueden ser también evaluados mediante esta técnica22. La RM no se emplea como método de diagnóstico inicial de las valvulopatías, la ecografía sigue siendo el método de elección, sin embargo la RM está adquiriendo cada vez mayor protagonismo en este terreno19. Los estudios de RM proporcionan información cua- litativa y cuantitativa sobre el grado de estenosis o insuficiencia val- vular. Mediante RM se puede evaluar y medir los picos de veloci- dad y el flujo, así como la función ventricular, que representa un factor crítico a la hora de determinar en que momento se debe realizar la intervención quirúrgica20. Una de las limitaciones de la RM es su dificultad para detectar calcificaciones, más aún cuando en el estudio valvular las calcifica- ciones pueden ser difíciles de diferenciar de las alteraciones de señal ocasionadas por los chorros de flujo, que pasan a través de la vál- vula insuficiente o estenótica. En este sentido la TC es más efecti- va para demostrar calcificaciones valvulares. La ecografía es superior a la RM debido a su mayor resolución espacial y temporal. Además es más manejable y permite una mayor flexibilidad para conseguir la angulación óptima a la hora de medir la velocidad pico. Una de las limitaciones de la ecografía es la ven- tana acústica, que en algunos pacientes no es adecuada; en estos casos la ecografía transesofágica puede solventar este inconveniente, pero se trata de un procedimiento invasivo. La RM es más fiable para la medición de otros datos, como la fracción de eyección, volúmenes cardíacos y masa ventricular. 4. Aorta La patología de la aorta es la principal responsable de la alta mortalidad de los pacientes con enfermedad cardiovascular. Los principales procesos patológicos que vamos a encontrar en la aorta son disecciones y aneurismas. O tro tipo de procesos que afectan a la aorta son las infecciones, tumores y patología congénita. La patología aórtica aguda es una situación clínica crítica cuyo pronóstico depende de un diagnóstico certero y rápido, así como de la instauración temprana de su tratamiento23, 24. Actualmente se pueden emplear tanto la ecografía transesofá- gica como la TC y la RM para el diagnóstico y seguimiento de los aneurismas y las disecciones aórticas. La fiabilidad es similar, aun- que hay algunos trabajos que demuestran la mayor fiabilidad de la ecografía transesofágica frente a la TC y la RM, pero se trata de una técnica invasiva4, 25, 26. La sensibilidad y especificidad de la ecografía transtorácica varían entre el 77-80% y el 93-96% respectivamente, mientras que la ecografía transesofágica presenta una sensibilidad de un 99%, y una especificidad del 89%, un valor predictivo positivo del 97% y un valor predictivo negativo del 93%. En cuanto a la TC , la sensibilidad es de un 95% con una espe- cificidad que oscila entre el 87-100%. La RM es altamente sensible y específica en el diagnóstico de las disecciones de aorta, algunos estudios indican que la sensibili- dad y especificidad están cercanas al 100%4, 24, 26, 27. La utilización de uno u otro método depende de la disponi- bilidad de los equipos ante una situación urgente, de las condi- ciones del paciente y de la experiencia de los profesionales impli- cados. Ante una sospecha de disección es esencial confirmar el diag- nóst ico mediante a lgún método de imagen. En la mayoría de los centros se emplea la TC como método de diagnóstico inicial. Se realizó un registro internacional para valorar cuál era el mé- todo de diagnóstico inicial ante una disección de aorta y se vio que en un 33% de los casos se empleó la ecografía transesofági- ca , en un 61% la TC , en un 2% la RM y en un 4% la angio- grafía4, 22. Las disecciones de aorta se van a dividir en dos grupos siguien- do la clasificación de Stanford, que los divide en tipo A si afecta a la aorta ascendente y tipo B si ésta no se encuentra afectada4, 23, 24, 28. Ante una disección de aorta es importante localizar el lugar de origen de ésta, pues el objetivo de cualquier procedimiento tera- péutico es ocluirlo. Es necesario también determinar la extensión y el lugar en el que termina la disección, valorar su extensión hacia los troncos supraaórticos, la aorta abdominal y las arterias ilíacas (Tabla 1.2). Debemos saber diferenciar la luz falsa de la luz verdadera, en general la luz verdadera es de menor tamaño que la falsa y se expan- de en la sístole, se localiza en el borde interno de la aorta y es raro que se trombose (Tabla 1.3). Para planificar el tratamiento no sola- mente es necesario conocer la extensión de la disección, sino saber qué arterias están afectadas y si salen de la luz verdadera o de la falsa. Todos estos datos deben de estar reflejados en los informes radiológicos. En los aneurismas de aorta es necesario determinar una serie de medidas del diámetro de la aorta en diferentes puntos, datos que son imprescindibles para el cirujano a la hora de planificar el tratamiento, tanto la necesidad de tratamiento quirúrgico o no, como el tipo de cirugía y su seguimiento (Fig. 1.9). Estos diámetros se miden en una imagen parasagital en la que se demuestre la sali- da de la aorta del ventrículo izquierdo y los podemos obtener tanto mediante ecografía, TC o RM. Es muy importante proporcionar estos datos en todos los informes radiológicos y que todos obten- gamos los diámetros aórticos de la misma manera para que éstos 8 IMAGEN C ARDIO VASC ULAR AVANZADA: RM Y TC TABLA 1.2 Datos a valorar por imagen en pacientes con disección de aorta 1 . Si existe o no a fectación de la aorta ascendente 2 . Lugar de origen de la disección 3 . Extensión de la disección 4 . Si existe o no hema toma intamura l 5 . Trombosis o no de la luz fa lsa 6 . A fectación de troncos supra aórticos 7 . A fectación de vasos viscera les (tronco celíaco, arteria mesenté- rica superior, arterias rena les, arterias ilíacas) 8 . A fectación de arterias coronarias 9 . Derrame pericárdico 10 . Insuficiencia va lvular TABLA 1.3 Diferenciación de la luz falsa de la verdadera en los aneurismas de aorta Luz verdadera Luz fa lsa Verdadera < fa lsa Fa lsa > verdadera Expansión en sístole Compresión en sístole Borde interno aorta Borde externo aorta Trombosis rara Trombosis frecuente puedan ser reproducidos, y así poder realizar un seguimiento ade- cuado de estos pacientes. El diámetro máximo de la aorta ascendente varía entre 3 y 3,5 cm, diámetros superiores ya indican un cierto grado de dila- tación que debe seguir una vigilancia y monitorización estrecha mediante cualquier método no invasivo. Un diámetro entre 5 y 6 cm es indicación de cirugía. En pacientes con válvulas aórticas bicúspides se recomienda la colocación de prótesis cuando el diá- metro de la aorta se encuentra entre4 y 5 cm4, 21, 23, de ahí que ante un paciente con sospecha de aneurisma de la aorta ascen- dente se deba estudiar también la morfología y la función de la válvula aórtica, para descartar que pueda tratarse de una válvula bicúspide29, 30. 5. Arterias pulmonares La patología de las arterias pulmonares puede ser congénita o adquirida. La patología congénita que vamos a encontrar en las arterias pulmonares son estenosis supravalvulares, que en gene- ral se estudian por ecografía aunque ésta tiene sus limitaciones a la hora de valorar estenosis en el origen de la arteria pulmonar o estenosis distales, siendo difícil de demostrar la arteria pulmonar izquierda31. Tanto la TC como la RM cada vez se están utilizando más para el estudio de las anomalías congénitas pulmonares. La RM puede evaluar con gran precisión el tamaño de las arterias pulmonares, además se pueden hacer medidas de flujo. La patología adquirida más frecuente de las arterias pulmona- res es la trombosis, que se evalúa en general por TC pero también puede demostrarse por RM. 6. Venas pulmonares Las venas pulmonares pueden estar afectadas por patología tanto congénita como adquirida. Las estenosis de las venas pul- monares pueden presentarse como una entidad aislada o easocia- da a otras lesiones congénitas. Podemos encontrar estenosis adqui- ridas de las venas pulmonares secundarias a tratamiento percutáneo de ablación en casos de fibrilación auricular. El estudio de las venas pulmonares se realiza por ecografía trans- torácica, que en general solamente valora las venas pulmonares superiores derecha e izquierda; la ecografía transesofágica permi- te estudiar las cuatro venas pulmonares31. Actualmente tanto la TC como la RM permiten valorar tanto las estenosis congénitas como adquiridas de una forma no invasiva. BIBLIOGRAFÍA 1. Marrugata J, Solanas P, D’Agostino R, Sullivan L, Ordovas J, Cordón F, Ramos R, Sala J, Masià R, Rohlfs R, Elosua R, Kannel WB. «Estimación del riesgo coronario en España mediante la ecuación de Framigham cali- brada». Rev Esp Cardiol, 2003; 56:253-261. 2. Lipton MJ, Boxt LM, H ijazi ZM. «Role of the radiologist in cardiac diag- nostic imaging». AJR, 2000; 175:1495-1506. 3. H iggings CB. «Cardiac imaging». Radiology, 2000; 217:4-10. 4. Poustchi-Amin M, Gutierrez FR, Brown JJ, Mirowitz SA, Narra VR, Taka- hashi N , Woodward PK. «Performing cardiac MR imaging: an overview». Magn Reson Imaging Clin N Am, 2003; 11:1-18. 5. Cerqueira MD, Weissman NJ, Dilsizian V, Jacobs AK, Kaul S, Laskey WK, Pennell DJ, Rumberger JA, Ryan TJ, Verani MS. «Standardized myocar- dial segmentation and nomenclature for tomographic imaging of the heart». 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Diámetro anterior a la salida de los troncos supraaórticos 6. Diámetro posterior a la salida del tronco braquiocefálico derecho 7. Diámetro de aorta descendente TBC: tronco arterial braquiocefálico derecho CCI: arteria carótida común izquierda ASI: arteria subclavia izquierda VI: ventrículo izquierdo AI: aurícula izquierda Figura 1.9. Representación esquemática del lugar de medición de los diámetros de la aorta torácica 11. Peshock RM, W illet DL, Sayad DE, Hundley W G , Chw ia lkowsk i MC , C larke GD , Parkey RW. «Quantitative MR imaging of the heart». Mag Reson Imaging Clin N Am, 1996; 4:287-305. 12. Sensky PR, Cherryman GR. «Myocardial perfusion in ischemic heart disease». En: H iggins CB, de Ross A. Cardiovascular MRI and MRA. Lippincott Williams and Wilkins, 2003; 11:173-190. 13. Schwitter J, N anz D , Kneifel S, Berschinger K, Büchi M, Knüsel PR, Marincek B, Lüscher TF, von Schulthess GK. «Assessment of myo- cardial perfusion in coronary artery disease by Magnetic Resonan- ce. 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Eco- cardiografía, 5ª edición Panamericana, 1994; 7:342-435. 1 0 IMAGEN C ARDIO VASC ULAR AVANZADA: RM Y TC INTRODUCCIÓN El diagnóstico de las enfermedades cardíacas, congénitas y adqui- ridas se ha basado tradicionalmente en la presentación clínica y en la identificación de cambios morfológicos. El desarrollo de téc- nicas de imagen cardíaca, como el cateterismo, la medicina nuclear y la ecocardiografía, ha permitido, además de identificar los cam- bios morfológicos, cuantificar las alteraciones morfológicas y la fun- cióncardíaca global y regional. Esta información cuantitativa tiene un valor muy significativo porque proporciona la base para esta- blecer la severidad de las alteraciones y estratificar el riesgo y pro- nóstico de las enfermedades y porque permite realizar una valo- ración objetiva del tratamiento médico o quirúrgico. La RM es una técnica de imagen que permite analizar la mor- fología del corazón, de los grandes vasos y de las estructuras medias- tínicas adyacentes, y analizar y cuantificar la función cardíaca global y regional de forma inocua, objetiva y reproducible. En este capítulo revisamos algunos de los conocimientos nece- sarios para realizar e interpretar los estudios de RM cardíaca que incluyen los aspectos técnicos básicos para la realización del estu- dio, los planos de adquisición de las secuencias, el análisis de la ana- tomía cardíaca y el análisis de la función cardíaca. ASPECTOS TÉCNICOS BÁSI- COS PARA LA REALIZACIÓN DE LOS ESTUDIOS Antenas o bobinas Los estudios de RM cardíaca pueden realizarse con la antena estándar del imán o con antenas de superficie. La antena del imán proporciona una señal más homogénea y con menos arte- factos respiratorios que si se usan antenas de superficie, pero su resolución espacial será mucho menor; por eso, aunque los pri- meros estudios de RM cardíaca se realizaban con esta antena, en la actualidad su uso en estudios cardíacos es muy limitado. La utilización de antenas de superficie para realizar los estudios cardíacos mejora la relación señal/ruido y la resolución espacial de la imagen. En los estudios cardíacos de pacientes adultos se utilizan preferentemente las antenas acopladas en fase (phase array) de corazón o de cuerpo; si no se dispone de estas antenas se puede utilizar una receptora circular, que colocada en la zona precordial permite mejorar la resolución espacial, aunque con las limitaciones del campo de visión derivadas del tamaño de esta antena (habi- tualmente 250 mm). Cuando se realizan estudios pediátricos la antena dependerá del tamaño del niño: siempre que sea posible colocar al niño en el interior de la antena de cuello se utilizará esa antena, en niños mayores de ese tamaño se utilizarán las antenas phase array. Movimiento cardíaco y respiratorio El corazón está moviéndose permanentemente, debido al movi- miento del ciclo cardíaco y del ciclo respiratorio. Para obtener imá- genes cardíacas nítidas es necesario realizar los estudios de RM con sistemas que permitan minimizar o eliminar el efecto de estos movi- mientos fisiológicos. La sincronización entre el electrocardiograma (ECG) y la secuen- cia de RM provocará el efecto de «parar» el corazón, lo que nos permitirá obtener imágenes nítidas en el instante del ciclo cardíaco que nos interese según la patología que se esté estudiando. Para sincronizar el corazón con la secuencia es necesario obte- ner una buena señal del ECG a través de unos electrodos que colo- caremos en el tórax. En ocasiones la sincronización con el EC G puede ser imposible por las interferencias que se generan entre los procesos físicos cardiovasculares, el campo magnético y los gra- dientes. En estos casos se puede sincronizar el latido cardíaco a tra- vés de un sensor periférico de pulso, que colocado en un dedo registrará la sístole y diástole y que, aunque nunca es tan preciso como la sincronización ECG , puede permitir realizar un estudio con calidad diagnóstica. Para contrarrestar el efecto del movimiento respiratorio exis- ten dos posibilidades: realizar los estudios en apnea o realizarlos con sincronización respiratoria. Lo más frecuente en la actualidad es realizar los estudios en apnea; todas las secuencias en apnea deberán obtenerse en la misma fase del ciclo respiratorio, inspira- ción o espiración, si bien en nuestra experiencia la espiración es 2 Estudio cardíaco con RM: morfología y función EEsstthheerr RRooddrríígguueezz GGaarrccííaa yy RRaaffaaeellaa SSoolleerr FFeerrnnáánnddeezz más reproducible y siempre hacemos los estudios en esa fase res- piratoria . Las secuenc ias que por su durac ión no son posibles hacer en apnea se harán con sincronización respiratoria, en estas secuencias la señal de RM sólo se obtendrá en determinada fase del ciclo respiratorio y como consecuencia disminuirán los arte- factos respiratorios pero se prolongará el tiempo de adquisición de la secuencia. Secuencias Los dos grupos de secuencias básicas habitualmente utilizadas en la RM cardíaca son las secuencias espín-eco o de «sangre negra» y las secuencias eco de gradiente o de «sangre blanca». Desde la descripción de la aplicación de estos tipos secuencias a la RM car- díaca, se han ido produciendo sucesivos desarrollos técnicos que han permitido obtener la información de forma más rápida y con mayor resolución temporal y espacial. Como ocurre con otras áreas de la RM, secuencias similares reciben diferentes nombres, muchos de ellos acrónimos acuñados por las diferentes casas comerciales (Tabla 2.1), que aparentemente hacen más compleja, de lo que es en la práctica, la programación y el diseño de los protocolos de estudio. Las secuencias espín-eco convencionales, turbo o fast espín- eco, o con doble pulso de inversión generan imágenes de «sangre negra» (Fig. 2.1 a), debido al efecto del tiempo de tránsito de la sangre en movimiento por el plano de corte. Las secuencias espín- eco potenciadas en T1 (SE-T1) se utilizan fundamentalmente para obtener información anatómica y, junto con las imágenes espín-eco potenciadas en densidad protónica (SE-DP) y T2 (SE-T2), son úti- les para la caracterización tisular de las estructuras cardíacas y de las masas. En estas secuencias pueden aparecer señales intracar- diovasculares que corresponden a artefactos por flujo lento o tur- bulento y que pueden limitar la interpretación del estudio. Existen algunos recursos que pueden utilizarse para disminuir estos arte- factos intracardiovasculares por flujo lento, consisten en aplicar ban- das de presaturación por encima y por debajo del área anatómica que se va a estudiar, disminuir el grosor de corte, utilizar pulsos de presaturación o aplicar doble pulso de inversión1. Las secuencias eco de gradiente convencionales y sus múltiples variantes generan imágenes de «sangre brillante» aprovechando el realce de la señal de la sangre en movimiento, que contrasta con la pérdida de señal por saturación de los tejidos estacionarios (Fig. 2.1 b). En estas secuencias la hiperseñal intracardiovascular será mayor si la dirección del flujo es perpendicular al plano en que se está obteniendo la secuencia, pero además hay algunos recursos técnicos que pueden utilizarse para aumentar el efecto de «sangre brillante», como la disminución del grosor de corte, el ajuste de la relación entre el tiempo de repetición (TR) y el ángulo de inclina- ción (TR corto entre 30 y 60 ms y ángulo intermedio, entre 30 y 60º) y el uso de técnicas de compensación de flujo. La característica fundamental de las secuencias eco de gradien- te es su elevada resolución temporal, que permite adquirir una ima- gen a intervalos de 20-40 ms durante el ciclo cardíaco en casi todos los equipos actuales. De esta manera se puede adquirir en una apnea un conjunto de imágenes de múltiples fases del ciclo cardía- co en uno o más cortes que podremos ver en modo cine-RM2. Recientemente se han desarrollado secuencias muy rápidas, capa- ces en pocos milisegundos de obtener imágenes en tiempo real de «sangre brillante» sin la necesidad de sincronismo cardíaco3, 4. Estas secuencias eco de gradiente se utilizan fundamentalmente para ana- lizar y cuantificar la función cardíaca global y regional, el flujo intra- vascular y la motilidad valvular. O tras secuencias eco de gradiente de gran aplicación en los estudios cardíacos son las secuencias cine-RM con codificación de la velocidad, las secuencias de perfusión del miocardio, los marca- jes del miocardio y la angiografía tridimensional con inyección intra- venosa de quelatos de gadolinio. Las secuencias eco de gradientecon codificación de la velocidad se basan en que los protones que se mueven a lo largo de un campo magnético cambian la dirección de la fase de forma proporcional a la velocidad y a la intensidad del gradiente y producen una señal hiper- intensa o hipointensa según la dirección del flujo. Con esta técnica se puede obtener información separada de la magnitud de la señal y de la fase (Fig. 2.2). Mediante sistemas matemáticos de postpro- cesado se extrae la información de las imágenes de fase y se obtie- nen curvas de velocidad/tiempo o de flujo/tiempo que se utilizan para cuantificar la velocidad del flujo y los gradientes de presión en los vasos o en los conductos de derivaciones quirúrgicas5. Para cuantificar el flujo con esta técnica es necesario que el plano de imagen sea perpendicular o paralelo al vaso o a la estructura que se está estudiando, seleccionar la codificación del flujo en la direc- ción del flujo sanguíneo y ajustar la velocidad codificada a la velo- cidad de la sangre en la zona que se está estudiando. Antes de rea- lizar el postprocesado de los datos es necesario revisar las imágenes para detectar posibles artefactos, ya que si la velocidad seleccio- nada es menor que la velocidad pico en el vaso de interés, se pro- duce un artefacto habitualmente denominado envolvimiento o aliasing. Este artefacto de envolvimiento se puede reconocer en las imágenes de fase como una intensidad de señal inversa a la esperada. Si se detecta envolvimiento en las imágenes de fase, debe repetirse la secuencia añadiendo a la velocidad codificada un 1 2 IMAGEN C ARDIO VASC ULAR AVANZADA: RM Y TC TABLA 2.1 Acrónimos de algunas de las secuencias o técnicas utilizadas en estudios de RM por diferentes pautas comerciales Philips G enera l Electric Siemens Picker Espín eco SE SE SE SE SE TSE SEF TSE FA ME Sigle Shot TSE HASTE Eco de gradiente FFE G RASS FISP FAST-II EG TFE SP G R FLASH T1-FAST SSFP PSIF CE-FAST Ba lanced FFE Fiesta True FISP Bandas de presa turación REST SAT PreSAT PreSAT Supresión espectra l de la grasa SPIR C HEMSTAT FATSAT FATSAT 10% de la velocidad pico más alta detectada o una media están- dar de 30 cm/s6. Para calcular las curvas de velocidad/tiempo o de flujo/tiempo se necesita un programa de postprocesado que permite dibujar un contorno (RO I) dentro del vaso de interés y copiarlo automática- mente desde las imágenes de magnitud a las imágenes de fase. La forma y posición del RO I debe revisarse y adaptarse en cada ima- gen para que permanezca siempre dentro del vaso que se está estudiando, ya que la posición de las estructuras cardiovasculares cambia en las diversas fases del ciclo cardíaco. Además, para evitar valores de velocidad arbitrarios procedentes de los tejidos adya- centes y para que los resultados sean más precisos, el RO I dibuja- do dentro del vaso debe ser pequeño7. Un inconveniente común a todas las técnicas de imagen es la falta de medidas estándar en la cuantificación del flujo sanguíneo en vivo. Aunque los resultados de la cuantificación de la velocidad en grandes vasos utilizando secuencias cine-RM con codificación de la velocidad son inferiores a los obtenidos con Eco Doppler8, se ha descrito que la Eco Doppler tiende a sobrestimar en un 25% las velocidades medias en los grandes vasos al asumir una velocidad constante en todo el área del vaso9. El principio de las medidas cuantitativas de contraste de fase no se limita a la cuantificación del flujo sanguíneo sino que puede apli- carse a cualquier movimiento. Se han realizado estudios aislados de cine-RM con contraste de fase para analizar el movimiento del miocardio con resultados prometedores10, 11. Las técnicas de perfusión de primer paso (Fig. 2.3) utilizan secuencias eco de gradiente ultrarrápidas con alta resolución tem- poral y máxima relación señal/ruido que aprovechan la llegada del bolo de contraste intravenoso para analizar la perfusión del mio- cardio en reposo o tras estrés farmacológico12. El análisis de la per- fusión puede realizarse cualitativamente o cuantitativamente median- te programas de postprocesado13. La utilización de estas secuencias no se ha generalizado en la práctica clínica porque todavía no exis- te consenso sobre cuáles son los mejores protocolos que se deben utilizar ni cuáles son las dosis de contraste o las pautas de inyección óptimas, y por el aún escaso desarrollo y difusión de los programas de análisis de las imágenes. Las imágenes de miocardio negro se obtienen con secuencias eco de gradiente a las que se le aplica un pulso de inversión pre- vio que anula la señal normal del miocardio; de este modo el mio- cardio normal hipointenso contrasta con las áreas hiperintensas de realce tardío por trastorno del «lavado» del contraste (Fig. 2.4). Las imágenes de perfusión tardía, combinadas con las imágenes de per- fusión de primer paso, pueden utilizarse para analizar la viabilidad del miocardio tras un infarto agudo14. ESTUDIO C ARDÍAC O C O N RM: MO RFO LO G ÍA Y FUNC IÓ N 1 3 Figura 2.1. Imágenes espín-eco axial («sangre negra») (a) y eco de gradiente cuatro cámaras («sangre blanca»). La sangre en movimiento den- tro de las cámaras cardíacas y de la aorta se ve como un vacío de señal en la imagen espín-eco y es hiperintensa en la imagen eco de gradiente. a b Figura 2.2. (a, b). Secuencia eco de gradiente con codificación de la velocidad. La imagen de magnitud (a) es una imagen de «sangre bri- llante» que se utiliza para la identificación anatómica. En la imagen de fase (b), la señal hiperintensa o hipointensa indica que el flujo se acer- ca o se aleja del plano de adquisición de la secuencia. a b La técnica de marcaje del miocardio consiste en aplicar pulsos de presaturación que se proyectan sobre el miocardio como líneas o rejillas negras (Fig. 2.5) y sirven para analizar subjetivamente y cuantificar objetivamente, mediante técnicas de postprocesado, el movimiento complejo de rotación, traslación y deformación del corazón durante cada ciclo cardíaco15, 16. La angiografía por RM tridimensional (angio-RM 3D) con inyec- ción intravenosa de quelatos de gadolinio es una secuencia eco de gradiente rápida, que adquiere imágenes volumétricas sincroniza- das con la inyección intravenosa de contraste, con elevada resolu- ción y campos de visión amplios durante una apnea, sin necesidad de sincronización electrocardiográfica17. El postprocesado de las imágenes adquiridas permite la visualización angiográfica de las imá- genes en cualquier plano del espacio. La angio-RM 3D post-con- traste es útil para valorar la luz y el contorno de los vasos (Fig. 2.6 a), la anatomía vascular compleja en las cardiopatías congénitas, la rela- ción con vasos pequeños y el calibre y permeabilidad de las deri- vaciones postquirúrgicas (Fig. 2.6 b y c). PLANOS DE ESTUDIO L a RM cardíaca es capaz de obtener imágenes del corazón en cualquier plano del espacio. Los dos grupos de planos habi- tualmente utilizados para planificar un estudio cardíaco son los pla- nos ortogonales y los planos intrínsecos. La selección de los planos del estudio depende de la sospecha clínica. Planos ortogonales Los planos ortogonales se orientan sobre los ejes anatómicos de la caja torácica (axial, coronal y sagital) y son útiles para estable- cer las relaciones anatómicas del corazón con el resto de las estruc- turas torácicas, analizar la relación de las cámaras cardíacas y los vasos mediastínicos en las cardiopatías congénitas, estudiar la pato- logía del pericardio y para la caracterización y extensión de las masas cardíacas primarias y extracardíacas. El plano axial se programa sobre un plano coronal y uno sagi- tal y debe incluir desde la base del corazón hasta el diafragma; es un plano muy útil para analizar la morfología y las relaciones de las cámaras cardíacas y el pericardio. El plano coronal se programa sobre un plano axial y uno sagital; en este plano se analiza mejor el tracto de salida del ventrículo izquierdo, la aurícula izquierda y las venas y arterias pulmonares. El plano sagital
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