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TEORICO 4/10 – CONVERGENCIA (entre Radiodifusión y Telecomunicación) La convergencia engloba diferentes sectores de capitales orientados a nuevas tecnologías (tanto la electrónica como la capacidad de procesar y transmitir información). Estos sectores son los más tradicionales y poderosos de las economías dinámicas, como el sector financiero. Tienen como horizonte recuperar la tasa de ganancias perdidas a partir de la crisis del petróleo del `73. La convergencia es un megaconcepto: son varios procesos que pueden ir en el mismo sentido e incluso en sentido contradictorio. La convergencia como proyecto tiene 2 zonas nucleadas: *EL CAPITAL: que va hacia la información y el desarrollo, porque ahí está la forma de recuperar la ganancia perdida. *LA BASE TÉCNICA: no solo es determinante, pero es determinante de ese proyecto, y se solidifica (esa base técnica) con la DIGITALIZACIÓN. DIGITALIZACIÓN: (base de la radiodifusión) Implicó el paso de lo analógico a lo binario. Y de esta manera se disparó todo un proceso convergente: cualquier cosa se puede transformar en BIT y transportar y almacenar. Este proceso acompaña la 3ra revolución industrial. CARACTERISTICAS DEL DISPOSITIVO TÉCNICO: RDF (radiodifusión de modelo fordista) *Un emisor, múltiples receptores (punto-masa) *Forma económica de financiamiento: Publicidad (Indirecto) se necesitan 3 agentes: producto, anunciante y audiencia. Modelo NO PAGO por el uso. *De bien público, fuertemente político. * Su matriz regulatoria es políticamente cultural: Preocupada por el contenido. *Destinatario: Se daba en el entorno doméstico. TELCOM (telecomunicaciones) *similar al correo (punto por punto) *Forma de financiamiento: SE PAGA por el uso (para hablar x teléfono hay que pagar) xq se hace a través de un dispositivo que no es público. *La matriz regulatoria se aleja de lo público, la matriz es técnico-económica: Preocupada por el tráfico y no por el contenido (por cuanto se dice y no por el contenido de lo que se dice) *Destinatario: era el individuo En la CONVERGENCIA estos dos modelos tienden a combinarse y uno se impone. Se produce por la industrialización. El incremento del dispositivo técnico (cables, satélites, etc.), que ahora es hibrido y puede combinar RDF y TELCOM, generando una Nueva red hibrida digital. Forma o matriz regulativa: (el pago) se impone la forma paga. Se paga por el uso del servicio integrado digital. 5 puntos de la convergencia: 1) Convergencia entre medios y canales (ya existe la posibilidad técnica: TELECENTRO, por ejemplo) 2) Desde el punto de vista regulatorio (no existe normativa de servicios emergentes) 3) Convergencia institucional (no hay) 4) Convergencia en lo patrimonial 5) Convergencia en la vigencia productiva 6) Convergencia del pago NICOLAS GARNHAM “El desarrollo del multimedia: un desplazamiento de la corrección de fuerzas” Es cierto que en el centro del fenómeno del multimedia subyacen un núcleo tecnológico común: la translación de todas las formas de información (textos alfanuméricos, gráficos, imágenes y sonidos fijos y en movimiento) en BITS digitales. Esto permite entonces almacenar, manipular y visualizar dicha información por medio de ordenador y su transmisión en un flujo integrado en un canal común. Pero esto no ofrece más que un potencial tecnológico. La forma en que se realice este potencial estará determinada por procesos y estructuras económicas, sociales, políticas y culturales y será significativamente distinta en función de los distintos campos de aplicación. Históricamente, el sector de los medios de comunicación se desarrollo mediante un proceso casi genealógico. Sucesivas capas de tecnologías de producción y distribución distintas se fueron añadiendo unas a otras. Primero, las basadas en la impresión, luego en la fotografía y por último en la energía eléctrica. Estas tecnologías siguen determinando nuestra forma de pensar esas industrias. Cada una se desarrolló para aprovechar el coste/beneficio de su tecnología y, al hacerlo, desarrolló distintas gamas de productos y servicios, distintos sistemas de distribución, distintas relaciones con sus usuarios y distintas culturas de uso, distintas formas de organización culturas y finalmente, pero no por eso menos importante, distintos regímenes reguladores. Tanto radiodifusión como telecomunicación, eran industrias de red que suministraban servicios. La clave de la cadena de valor era el monopolio o el control oligopólico sobre unos pocos canales de distribución. En las telecomunicaciones, el producto era la propia interconexión sin contenido. a) La convergencia de los canales de distribución técnico en un sistema de cable común, digital, de banda ancha y conmutada. b) La convergencia de las formas de medios de comunicación (el almacenamiento controlado por ordenador, la manipulación y la visualización de combinaciones de texto, imagen móvil, imágenes y sonidos fijos. c) La convergencia de los modos de consumo de medios de comunicación (entre los de sentido único y los interactivos, los conmutados y los no conmutados) d) La convergencia de modos de pago alrededor de los sistemas de pago por visión. e) La convergencia de los mercados domésticos y comerciales. Examinaremos la convergencia de las redes que, en la forma de las Autopistas de la Información, está actualmente llamando la mayor atención política. Aún cuando, al principio de sus concepción la radio se vio como una forma de comunicación de persona a persona y el teléfono como una forma de radiodifusión, pronto siguieron vías opuestas y diferentes. La RADIODIFUSIÓN utilizó la transmisión por aire, ofrecía proporcionar entretenimiento a bajo coste e información a públicos en sus hogares. Era gratuita en el punto de uso y se financiaba mediante canon, subvención estatal o publicidad. El contenido estaba altamente regulado. Las TELECOMUNICACIONES utilizaban la transmisión por cable para ofrecer telefonía, y más tarde servicios de datos a abonados (empresas o particulares), pero el uso estaba y está principalmente orientad a las empresas y se factura en base al uso. La transmisión estaba regulada pero no así el contenido. Los desarrollos tecnológicos están contribuyendo a la convergencia de esas industrias tan distintas. Sin embargo, si bien los operadores ofrecen las condiciones necesarias para la convergencia, están lejos de ser suficientes como para romper las barreras que impiden dicha convergencia. Los primeros discursos sobre la convergencia apuntaban a la telefonía y la informática Las primeras discusiones sobre convergencia se centraban en la telefonía y la informática. Sin embargo, las primeras ofertas de de servicio de correo electrónico por parte de las teleoperadoras, fueron un fracaso. Internet, utiliza las instalaciones pero se basa principalmente en la capacidad informática instalada, fuera del control de los operadores de telecomunicaciones, y ha crecido a partir de una cultura informática, no de telecomunicaciones. Así, internet es un ejemplo de naturaleza hibrida más que de convergencia de redes o de industrias. Al hablar de convergencia de emisión y telecomunicaciones, el resultado final será un único conducto que suministre todos los servicios electrónicos a los hogares y las empresas. En algunos casos, todos esos servicios llegarán al usuario en un terminal informático multimedia. La existencia de semejantes estructuras físicas, supondrán no sólo que los servicios de telecomunicaciones y los servicios de radiodifusión existentes se distribuirán por la misma red sino que será posible ofrecer una serie de nuevos servicios interactivos de entretenimiento e información tales como videojuegos, telecompra y otras formas que aún ni siquiera se conciben, que posiblemente sustituyan a los servicios de sentido único más tradicionales. Los consumidores pagarán por todos estos servicios a través de algún tipo de sistema de pago en función del uso. La versión optimista sostiene que esto incrementará la diversidadde la información y el entretenimiento y ampliará la elección individual y la libertad. La versión pesimista hace hincapié en los peligros del control monopolísticos, del aislamiento y la fragmentación social, así como de la consiguiente decadencia de la esfera pública. Pero este escenario ¿es realista? En el aspecto técnico, cuando el sistema operativo lo permita, tanto los operadores de telecomunicaciones como los operadores de cable van a ampliar la capacidad de sus redes para ofrecer mayor servicio a sus clientes. Esto significa que habré probablemente una gran competencia entre estos dos operadores. En ausencia de una intervención reguladora, es probable que la capacidad financiera de los operadores de telecomunicaciones les asegure la conquista de una posición dominante. No obstante, quedan importantes barreras tecnológicas que impiden la convergencia uniforme. Pero aunque los problemas tecnológicos sean superables, las barreras económicas y culturales para la convergencia siguen siendo notables. Es probable que la emisión tradicional hertziana siga siendo, en un futuro, la forma con mayor eficiencia de costo para que los productores de programas (ya sea con financiación por vía de publicidad o de suscripción) lleguen a audiencias económicamente viables. El problema para los operadores de telecomunicaciones consiste en dar con servicios que generen ingresos suficientes como para justificar los costos de mejora de las prestaciones de la red. Las diferencias culturales se ven reforzadas por los distintos mercados de los que dependen las industrias. La relación entre comprador y vendedor en el mercado de empresas al que se dirigen en gran medida las telecomunicaciones, las pautas de inversión, las prestaciones exigidas, etc. son muy distintas de las que rigen en el mercado del entretenimiento doméstico y la información. El problema de crear una estructura corporativa viable que sirva para ambos mercados con la misma eficacia puede muy bien resultar insuperable. Esta puede ser la principal barrera para la explotación efectiva del potencial de convergencia entre productos y servicios de estos dos sectores que el desarrollo tecnológico ofrece potencialmente. Por último, hay importantes barreras reguladoras para la convergencia. La convergencia tecnológica está siendo utilizada como argumento por los principales agentes corporativos del sector de la radiodifusión y de la prensa para eliminar las actuales regulaciones de propiedad de medios de comunicación cruzados. La simple convergencia potencial de las tecnologías de transmisión no será suficiente para la convergencia de las propias industrias. Sus mercados son muy distintos. Los sistemas de transmisión por cable y los hertzianos seguirán estando en competencia. La interactividad La digitalización posibilita dos formas distintas de interactividad: persona-maquina, y la persona-persona. En el caso persona-maquina, el multimedia supone la capacidad del usuario para interactuar a través de un sistema operativo informático (por ejemplo, el videojuego o el diario electrónico). La forma persona-persona es la del teléfono e internet 2.0, donde los usuarios crean su propio contenido. El valor del servicio para sus usuarios es un valor colectivo en el que un único participante no puede reclamar la propiedad intelectual. La convergencia de los mercados ¿A qué mercados se dirige el multimedia? La industria tradicional de la comunicación creó básicamente dos modelos de desarrollo de mercado: *Las industrias de edición, el cine, la música y la radiodifusión se centraron en desarrollar y atender a mercados de consumo de masas. *Las industrias de las telecomunicaciones atendía principalmente a un mercado de empresas y permitía que el servicio alcance lentamente al mercado doméstico. Tal vez el mayor reto al que tienen que enfrentarse quienes tratan de crear un nuevo mundo multimedia sea el conflicto entre esos dos mercados muy distintos. CAROLINE CARON Se definen a las autopistas de la información como “redes de comunicación de alta velocidad, capaces de transmitir desde cualquier lugar hasta cualquier otro lugar, simultáneamente, sonido, imágenes y textos en forma digital”. La web, es el ejemplo más desarrollado de este tipo de autopistas. Pero internet no es un medio de comunicación como los demás, ya que la unión del cable, el satélite y la telefonía crea una convergencia tecnológica que difumina las fronteras entre los dos modelos de comunicación preexistentes (radiodifusión y telefonía). Pero ¿cómo reglamentar los contenidos en un espacio sin fronteras nacionales?, ¿cómo favorecer el acceso a los contenidos y con un precio accesible independientemente de donde vivan?. Estos interrogantes se plantean frente a las transformaciones tecnológicas que experimenta el sector de las telecomunicaciones. La convergencia tecnológica también favorece la concentración de los medios de comunicación, lo que propicia la intensificación de la competencia entre las industrias del sector. Bajo el impulso de la innovación tecnológica, la información-mercancía se convirtió en el motor de una tercera revolución industrial. El flujo de datos (conversaciones, mensajes, textos, imágenes, etc.) es objeto de lucha intensa entre actores. A los actores afectados les interesa mucho que siga careciendo una reglamentación internacional; tendencia neoliberalista que caracteriza al sector. Pero el bien común no es necesariamente compatible con la lógica mercantil que quieren imponer los agentes que se aprovechan actualmente de la falta de reglamentación internacional en materia de comunicación. Bajo el impulso de corrientes noeliberales se multiplican con ritmo creciente los acuerdos de comercio. Las telecomunicaciones son un sector neurálgico para el desarrollo industrial de la economía capitalista y, por añadidura, sus redes son absolutamente necesarias para la globalización. VILAS: ¿Estado víctima o Estado promotor? Existen 2 interpretaciones respecto del estado de la Globalización: Uno de ellos, el Estado seria victima de la Globalización. (la globalización es vista como el resultado del progreso técnico y del desarrollo de los mercados) La otra interpretación, el Estado es una de las fuerzas que hacen posible e impulsan la Globalización, (en respuesta a crisis y desarrollos internos, el Estado seria un promotor político de la Globalización). El estado victima de la globalización: Afirma que el carácter transfronterizo de las transacciones financieras y comerciales, la movilidad del capital y la información, el surgimiento de actores desterritorializados reduce la capacidad regulatoria del Estado. En la economía capitalista eso significa producir cada componente y desempeñar cada actividad en el lugar del globo que pueda hacerse más barato y vender los productos resultantes donde los precios y las ganancias sean más altas. Las fronteras territoriales de los estados ya no coinciden con los límites o la extensión de la autoridad política sobre la economía y la sociedad. El Estado cae víctima de los ataques de la globalización. Ingresamos a la época de los ESTADOS-REGION, definidos por el hecho de tener el tamaño y la escala adecuados para ser verdaderas unidades operativas en la economía mundial actual. La desterritorializacion de la economía pone en crisis la soberanía del Estado. El estado deviene apenas en un componente más de una red global de poder. Cambia la identidad de todos los actores y no solo de los que ocupan posiciones de poder, una sociedad sin ciudadanos y una “no sociedad”, la identidad del pueblo es sustituida por la “movilidad, la flexibilidad y la perpetua diferenciación de la multitud”. La soberanía ha adquirido una nueva forma, compuesta por una serie de organismos nacionales y supranacionales unidos por una lógica de dominio, la denominan IMPERIO, en contraste con “Imperialismo” que implicaba dominio territorial, el Imperio NO establece ningún centro de poder y no se sustenta enfronteras o barreras fijas. Es un aparato DESCENTRADO Y DESTERRITORIALIZADOR de dominio que progresivamente incorpora la totalidad del globo dentro de sus fronteras abiertas y en permanente expansión. Expresión de un mundo post-moderno, el Imperio maneja identidades hibridas, jerarquías flexibles e intercambios plurales a través de redes adaptables de mando. La pérdida de poder del Estado tienen efectos en las instituciones y procesos de democracia, un estado soberano, comporta un gobierno capaz de actuar como representante de la voluntad mayoritaria del pueblo, si el estado no es soberano, esa representación es imposible. El estado como promotor de la globalización: Desde la década del 70 los gobiernos han formulado políticas en respuesta a crisis económicas domesticas precipitadas, por una serie de shocks externos, por la desregulación financiera en Estados Unidos, para promover los negocios internacionales de determinadas corporaciones o como parte de la confrontación Este-Oeste. El Estado crea las condiciones para la Globalización, tanto activa como pasivamente. En el primer sentido ejecutando políticas y emprendiendo acciones directas que impulsan desarrollos científicos y técnicos, orientando el comercio y el sistema financiero, planificando actividades e incluso haciéndose cargo directamente de alguna de ellas. Indirectamente estableciendo marcos jurídicos de imposición y o regulación que definen las condiciones de acción de terceras partes (empresas, organismos, agencias), en sentido pasivo, delegando atribuciones y funciones en entidades multilaterales o en beneficio de terceras partes. El resultado de esto es el surgimiento de una nueva relación sistemática entre Estado y Capital. La globalización debería entenderse como un fenómeno influenciado políticamente más que tecnológicamente. Es político primero, en el sentido general que la apertura de mercados de capital, ha ocurrido como resultado directo de los gobiernos que respondieron a presiones de intereses nacionales frente a crisis internacionales y diseñaron la implementación de políticas efectivas y también en un sentido especifico: un número de estados está buscando directamente promover y estimular más que obligar la internacionalización de la actividad empresarial en el comercio, la inversión y la producción. Soberanía política, autonomía estatal y conflictos de poder: El Estado es a un mismo tiempo estructura de poder, sistema de gestión y fuente generadora de identidades. El Estado es ante todo institucionalización de las relaciones de poder entre fuerzas sociales y de su articulación con el sistema internacional de relaciones políticas, comerciales y financieras. Las instituciones políticas y sus formulaciones constitucionales y legales son la expresión de un bloque de poder en el que se conjugan jerarquías de clase, étnico-culturales y de género, entre otras: organizaciones empresariales y sindicales, movimientos sociales, grupos identitarios. Soberanía y autonomía: 1) Soberanía: Es atributo del Estado en cuanto unidad suprema de decisión respecto de la población de un territorio. Es cualidad del poder del Estado, dentro de esa territorialidad, mandatos de superior jerarquía, el bloque de poder puede estar constituido por un entrelazamiento de actores nacionales y externos. 2) Autonomía: Es la capacidad de los Estados para definir objetivos y fijar metas, seleccionar y emplear instrumentos. La autonomía no es absoluta, es un resultante del tipo de las relaciones que se generan con los actores sociales y económicos y de los escenarios regionales e internacionales en que esas relaciones se desenvuelven. Implica algún tipo de negociación Los Estados siguen siendo soberanos no en el sentido mítico de entidades poderosas sino en el sentido que mantienen y vigilan las fronteras de su territorio y generan condiciones institucionales diferenciadas para el despliegue espacial del capital, la información, las tecnologías y las personas. Lo que está en crisis no es el principio de la soberanía del estado sino el de la igualdad soberana de los estados, existe por lo tanto un cambio asimétrico en la autonomía estatal: una tendencia marcada hacia su erosión en la mayor parte de los Estados, acompañados por una acumulación de prerrogativas de otros. La soberanía es atributo del poder del Estado, no de sus dimensiones físicas o poblacionales del Estado, el desplazamiento de sus fronteras, la fusión de diferentes territorios, no resuelve la cuestión política central: la necesidad de un poder de decisión que garantice la vigencia efectiva, dentro de ese territorio, de un determinado marco normativo, esas garantías y las funciones que se derivan de ella (seguridad, defensa) el estado puede desempeñarlas por sí o por delegación contractual, pero la función estatal requiere siempre de un acto de soberanía estatal en cuya virtud el estado asume la responsabilidad de última instancia por los actos de su contratista. Democracia, identidades e imaginarios: El estado siempre posee una dimensión imaginaria o una realidad afectiva que interpela a las emociones y no solo a la razón. La Revolución cultural del Estado Moderno consistió en la construcción de la nación como comunidad político-cultural abarcativa de todos los grupos sociales asentados en la territorialidad del Estado. La identidad nacional es ante todo Identidad referida al cuerpo político territorial del Estado y el nacionalismo puede ser interpretado correctamente como la ideología de un tipo particular de estado: el estado políticamente centralizado y burocráticamente administrado del capitalismo. El Estado es organizador de la heterogeneidad social, la construcción política de la nación fue una vía efectiva para alcanzar esa organización. A falta de políticas públicas que enfaticen la unidad política de la nación por encima de la diversidad regional, religiosa, étnica de las nuevas tecnologías de información y comunicación y las cadenas multimedios y la reorientación del Estado hacia la promoción de los actores dinámicos de la globalización, producen como efecto la erosión de las Identidades Colectivas permanentes a un Etnonacionalismo transfronterizo, la Globalización impone cambios culturales. La Nación pierde fuerza como comunidad de ciudadanos y deviene tendencialmente una comunidad de creyentes. Los procesos y escenarios de la globalización ejercen fuerte presión sobre los procesos democráticos y la vigencia efectiva de sus instituciones. La democracia es un régimen de inclusión a partir de principios básicos de igualdad ciudadana que se espera tengan correlato en el acceso a bienes y servicios, los escenarios de la globalización son de profundas desigualdades, las condiciones del ejercicio de la ciudadanía se deterioran. La política incluso la política local, sigue siendo cuestión de proyección nacional o internacional.
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