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PASQUALI, ANTONIO: El orden reina. Escritos sobre comunicaciones (1991) Nuevo Orden Mundial de la Información y de la Comunicación (NOMIC). En 1990 sin más guerra fría, la injusticia comunicacional sigue en pié. No era ideológica y estructural, sino concreta y coyuntural. Las oligarquías de la info son un cáncer antidemocrático, con moral homogeneizadora, degradación del usuario. El NOMIC comenzó con altisonantes declaraciones principistas que asustaron más que convencieron a quienes debían luego aportar los recursos necesarios a la concreción de los planes. Se confrontaron inútilmente racionalistas y pragmáticos. Es la pugna entre la lógica de la libertad social y equitativamente distribuida y la lógica de una libertad que se identifica completamente con la libertad de comercio. Ninguna de las recomendaciones del congreso regional de San José de 1976, atacada por los privados por la ventilación de los problemas de la comunicación. Pero los promotores del NOMIC también actuaron mal al no buscar alianzas y cerrarse para sí mismos. En 1990 se deben recuperar de todos modos los principios del NOMIC, ya que los desequilibrios se han acentuado y sus responsables son más visibles ahora que culminó la guerra fría; los medios pueden ser utilizados para fines nobles y promoción de valores sociales. Se debe buscar una verdadera democratización (A y P, pluralismo, defensa de mensajes locales y su diversidad tratados con calidad, etc). Se debe evitar cometer los mismos errores del pasado, no cerrarse y ser más realistas (continente endeudado para rato), acompañando con tenacidad y eficiencia. El nuevo NOMIC se podría basar en: eliminación de los desequilibrios y desigualdades y los efectos negativos de los monopolios y las barreras internas y externas; pluralidad de fuentes, libertad de prensa y periodistas; ayuda a países en desarrollo para mejorar su situación, con apoyo de los desarrollados; respeto de la identidad cultural, etc.
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