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Sacks, O. El hombre que confundió a su mujer con un sombrero. Muchnik Editores S.A. Págs. 27-43. El doctor P. trabajaba como profesor en la Escuela de Música local. Sus facultades musicales eran excepcionales; sin embargo, en relación con sus alumnos, se empezaron a notar actitudes muy extrañas: no identificaba las caras de las personas y veía rostros donde no los había. Pocos segundos después de llegar a la consulta con un neurólogo (el autor), se descartó la demencia. Se le hicieron unas pruebas y era evidente que veía perfectamente pero no era claro qué era lo que veía. Sus ojos captaban pequeños detalles y rasgos aislados, mas no percibía las escenas en su conjunto - la totalidad. Las formas abstractas y los dibujos estilizados, como las barajas y caricaturas, las podía identificar sin problema alguno. Sin embargo, cuando se trataba de rostros, no reconocía a las personas, sus expresiones, ni su sexo. Al mostrarle imágenes de sus allegados, no identificó a nadie - tampoco se reconoció a sí mismo. Para distinguir a las personas se guiaba por sus voces y por sus rasgos distintivos, ya que veía los rostros como una serie de elementos, no las relacionaba a alguien en particular. Si faltaba algún tipo de “indicador”, se encontraba totalmente desorientado. Aparte de ser músico, el doctor P. pintaba. En sus obras de arte, se evidenciaba la evolución de su agnosia visual al ver cómo iban desapareciendo sus capacidades de representación e imaginación, pasando de períodos naturalistas y realistas a unos mucho más abstractos, geométricos y cubistas. Al final del capítulo, el autor hace un análisis de la enfermedad, haciendo énfasis en la pérdida del juicio cognitivo, un proceso en el que se ve cómo están las cosas en relación unas con otras y consigo mismas. El juicio es la facultad más importante que tenemos, sin ella pasamos a ser como un ordenador: nos reducimos a nuestra capacidad de captar lo concreto y real. Me pareció muy interesante leer este libro por segunda vez, conociendo un poco más sobre temas como la sensación y percepción. La agnosia visual me parece una condición médica muy curiosa, me es casi imposible imaginar una vida sin reconocer a aquellos que me rodean. Para sustentar las ideas del texto leído, escogí un artículo sobre un hombre que, tras un accidente de tránsito, perdió su memoria y hace parte del 1% de las personas que pierden la capacidad de reconocer rostros después de sufrir lesiones cerebrales traumáticas. Este hombre presenta problemas similares al doctor P. pero, a diferencia de él, puede reconocer objetos. En su día a día, para identificar a sus parientes, debe memorizar las prendas de ropa que llevan puestas y escuchar sus voces. Aunque parezca un panorama triste, él se siente feliz de poder estar vivo y sabe que su condición podría ser mucho peor .1 1 Haines, A. (27 de septiembre de 2019). The man with no memory: Jon McMurray's past life wiped in an instant after accident. CTV News. Recuperado de: https://bit.ly/2In0mxu
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