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84 PrinciPios básicos institución de mercados libres en los que los individuos intercambien bienes como decidan sin restricciones del gobierno y la eliminación de impuestos para programas de beneficio social. Sin embargo, no hay una base para los derechos positivos ni para los programas de beneficio social que puedan requerir. No obstante, Nozick y otros libertarios pasan demasiado rápido por el hecho de que la libertad de una persona necesariamente impone restricciones en otras. Esas restriccio- nes son inevitables porque cuando se garantiza libertad a una persona, otras pueden estar restringidas para interferir con ella. Si soy libre para hacer lo que quiero con mi propiedad, por ejemplo, otras personas deben restringirse de entrar a ella y quitármela. Incluso el “sistema de mercado libre” que Nozick defiende depende de un sistema de coerción que lo apoya: puedo vender algo sólo si primero lo poseo, y la posesión depende en esencia de un sistema (coercitivo) de leyes de la propiedad. En consecuencia, puesto que garantizar libertad a una persona necesariamente impone restricciones en otras, se deduce que si las restricciones requieren justificación, la libertad también la requerirá. Es posible plantear el mismo argumento de otra manera. Como existen muchos tipos de libertad, la de un grupo de agentes está dada para buscar algunos de sus intereses. Por ejemplo, la libertad de las corporaciones para usar su propiedad para contaminar el am- biente como quieran restringe la libertad de los individuos para respirar aire limpio cuando ellos quieran. La libertad de los empleados para formar sindicatos como lo deseen está en conflicto con la libertad de los empleadores para contratar al trabajador no sindicalizado que quieran. En consecuencia, permitir un tipo de libertad a un grupo conlleva restringir algún otro tipo de libertad para otro grupo: una decisión en favor de la libertad para buscar los propios intereses implica una decisión contra la libertad de otro tipo de interés. Esto significa que no podemos apoyar cierto tipo de libertad con sólo asegurar que las restric- ciones siempre son un mal y siempre debemos sustituirlas por libertad. En su lugar, defen- der una libertad específica debe mostrar que los intereses que se satisfacen con ese tipo de libertad son de alguna manera mejores o vale más la pena satisfacerlos que los intereses de otros tipos de libertad opuestos. Ni Nozick ni otros libertarios dan estos argumentos. Más aún, no es que los principios kantianos puedan apoyar la perspectiva libertaria de Nozick. Kant sostiene, como se vio, que la dignidad de cada persona debe respetarse y que la capacidad de cada persona para elegir con libertad debe desarrollarse. Como tenemos estas obligaciones unos con otros, la coerción del gobierno es legítima para asegurar que se está respetando la dignidad de los ciudadanos o cuando sea necesario asegurar el desarrollo completo de su capacidad para elegir. Esto, como Kant afirma, significa que el gobierno puede, de manera legítima, establecer límites en el uso de la propiedad y en los contratos, e imponer restricciones de mercado e impuestos obligatorios cuando así se requiere para cuidar del bienestar y desarrollo de las personas “que no están en condiciones de mante- nerse a sí mismas”.62 No hay razón para pensar que sólo existen derechos negativos. La gente también tiene derechos positivos, y la teoría de Kant apoya esto tanto como los derechos negativos. 2.3 Justicia y equidad Hace varios años, un subcomité del Senado de Estados Unidos oyó el testimonio de varios trabajadores que habían contraído la enfermedad de “pulmón café” por respirar polvo de algodón al trabajar en los molinos del sur.63 El pulmón café es una enfermedad pulmonar crónica con síntomas similares al asma o el enfisema y es una causa de muerte prematura. Los trabajadores incapacitados buscaban una ley federal que les facilitara el proceso de obtener una compensación por incapacidad de los molinos de algodón, similar a las leyes federales que cubren el mal del “pulmón negro” contraído en las minas de carbón. Vela�squez 02.indd 84 24/5/06 08:39:54 PrinciPios éticos en los negocios 85 Senador Strom Thurmond: Varias personas me han hablado de esto y sienten que si el gobierno federal entró al campo del pulmón negro, debería entrar al campo del pulmón café; si quienes han sufrido por el pulmón negro reciben la consideración federal, entonces pa- rece justo que quienes sufren por el pulmón café reciban consideración federal. [...] Si nuestros trabajadores [de los molinos de algodón del estado] tienen lesio- nes y no se les compensa de manera adecuada, entonces deben tomarse medidas para ver que se haga. Queremos que se les trate de manera justa y honesta por lo que esperamos [...] el testimonio hoy. Señora Beatrice Norton: Comencé en el molino cuando tenía 14 años y tuve que salir en 1968. [...] Trabajé en el polvo año tras año, igual que mi madre. Cada día me enfermaba más. [...] De pronto ya no tenía trabajo ni dinero y estaba enferma, demasiado enferma para volver a trabajar. [...] Los legisladores del estado probaron en dos sesiones sucesi- vas que no iban a actuar para ayudar a las víctimas del pulmón café, por eso esta- mos en Washington y pedimos ayuda. Hemos esperado mucho tiempo, y muchos de nosotros murieron esperando. No quiero morir por una injusticia. Señora Vinnie Ellison: Mi esposo trabajó 21 años en [el molino de] Spartanburg, y trabajó en las partes con más polvo del molino: en la desfibradora y en la limpieza de ductos de aire acondicionado. [...] A principios de la década de 1960 comenzó a tener problemas de cansancio por su respiración. Su jefe le dijo que había sido un buen trabajador, pero que ya no valía nada y lo despidió. [...] No tenía pensión ni de qué vivir y tuvimos que solicitar asistencia social. [...] Mi esposo trabajó mucho y muy duro y perdió su salud y muchos años de sueldo por el polvo. No es justo que lo haya echado como basura humana cuando no pudo con el trabajo por estar enfermo a causa del polvo. No pedimos limosna; queremos lo que le deben a mi esposo por 25 años de trabajo duro. Las disputas entre individuos en los negocios con frecuencia se entrelazan con refe- rencias a la justicia o la equidad. Éste es el caso, por ejemplo, cuando una persona acusa a otra de discriminarla injustamente, mostrando favoritismos injustos hacia alguien más, o no tomando una parte justa de la carga implicada en un proyecto cooperativo. Resolver disputas como esta requiere que se comparen y ponderen las demandas en conflicto de cada parte y encontrar un equilibrio entre ellas. Justicia y equidad son, en esencia, com- parativas. Se centran en los tratamientos comparativos dados a los miembros de un grupo cuando se distribuyen los beneficios y las cargas, cuando se administran las reglas y las leyes, cuando los miembros de un grupo cooperan o compiten entre ellos, y cuando las personas son castigadas por los errores cometidos o compensadas por los males sufridos. Aunque los términos justicia y equidad se usan casi como sinónimos, se tiende a reservar la palabra justicia para asuntos especialmente serios, aunque algunos autores sostienen que el concepto de equidad es más esencial.64 Los estándares de justicia suelen considerarse más importantes que los del utilita- rismo.65 Si una sociedad es injusta para alguno de sus miembros, entonces por lo común condenamos a esa sociedad, aun cuando las injusticias aseguren más beneficios utilitarios para todos. Si pensamos que la esclavitud es injusta, por ejemplo, entonces condenamos a la sociedad que usa la esclavitud aun cuando la esclavitud hace que esa sociedad sea más Vela�squez 02.indd 85 24/5/06 08:39:54
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